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La señora ALLENDE, doña Isabel (Presidenta).-
Ruego a los asistentes a las tribunas guardar silencio y respetar el derecho de los parlamentarios que están haciendo uso de la palabra.
Tiene la palabra el diputado Alberto Robles .
El señor ROBLES .-
Señora Presidenta , uno de los temas puestos en relieve en esta discusión es la función del Estado en materia de educación superior.
El gobierno militar, a través del decreto con fuerza de ley N° 1, de 1981, del Ministerio de Educación, introdujo un elemento que hoy la sociedad chilena debe discutir: les quitó el grado académico universitario a varias carreras, dentro de las cuales se incluía la de asistente social o trabajador social. Con ello pretendió incorporar la educación chilena al mercado y abrir la posibilidad de que instituciones privadas desarrollaran actividades conexas sólo para aumentar la oferta de profesionales. Lo cierto es que con esa medida el gobierno militar disminuyó, deprimió la labor que los asistentes sociales o trabajadores sociales venían realizando hace muchos años.
Quienes conocemos de cerca el trabajo que desarrollan los profesionales asistentes sociales o trabajadores sociales sabemos de la importancia esa carrera tenga el rango de profesión universitaria. A la persona que estudia, la universidad le entrega los conocimientos necesarios para desarrollarse y desenvolverse en el mundo contemporáneo, en la sociedad global que hoy tenemos.
En todo el mundo la carrera de trabajador social tiene el rango universitario. Los países desarrollados consideran a sus trabajadores sociales, tal vez, como uno de los pilares de su propio desarrollo.
Los trabajadores sociales están inmersos en una dinámica bastante compleja. Quizás una de las mayores complejidades en términos profesionales es estudiar el área social y llegar a lo microsocial, como lo hacen los trabajadores sociales. Históricamente, nuestro país ha realizado un trabajo importante en ese ámbito. La verdad es que, hasta 1981, las universidades que formaron profesionales en esa área lo hicieron -diría- con una calidad bastante buena si se hace una comparación a nivel de continente. Tanto es así, que asistentes sociales o trabajadores sociales chilenos han difundido esta profesión a lo largo de él. Han ido a otros países, a fin de ampliar el horizonte del trabajo social en América Latina. Son profesionales nuestros los que han llevado y difundido este conocimiento específico a través de Latinoamérica.
Por eso es tan importante aprobar el proyecto, ya que, para la obtención del título de trabajador o asistente social, se exige ser licenciado en trabajo social por una universidad.
Por otra parte, a los radicales nos causa una profunda desesperanza el hecho de que el Estado dejara de tener potestad sobre la acreditación universitaria en determinados casos, sobre todo si él debe velar por que los ciudadanos tengamos profesionales idóneos en cada uno de los ámbitos. Sin duda, las aulas universitarias forman profesionales con capacidad para desarrollar su trabajo.
Al respecto, es tremendamente importante aprobar el proyecto, de modo que el Estado sea el garante de que cada profesional que se forme en Chile tenga los conocimientos adecuados para ejercer su profesión en los distintos ámbitos del quehacer nacional, en especial, porque algunas universidades privadas e institutos profesionales entregan títulos luego de dos o tres años de estudios -tal vez menos- y sin currículum conocido.
Como bien señaló la diputada señora Carolina Tohá , el proyecto viene a reparar en parte el daño causado a los trabajadores sociales, lo que debió haberse hecho hace mucho tiempo, tal vez cuando se les devolvió la calidad de universitaria a las carreras de educación parvularia y de periodismo. Por lo tanto, anuncio que la bancada radical va a votar favorablemente.
Con la diputada Saa y otros diputados hemos presentado una indicación que recoge la preocupación del Colegio de Trabajadores Sociales en cuanto a diferenciar al trabajador social del asistente social. Tal como lo planteó la diputada Carolina Tohá , en el proyecto se confunden dichas calidades, al mencionar “título de trabajador o asistente social: licenciado en trabajo social”. Por eso, se pretende que el título sea únicamente de trabajador social; y que el grado sea de licenciado en trabaja social.
Según explicaron los representantes de dicho Colegio, la razón del cambio es que en la historia de nuestro país el trabajo social se inició como un trabajo asistencial, y de ahí su nombre. Sin embargo, en el mundo moderno el término que identifica con mayor fidelidad la labor que desarrollan dichos profesionales es el de trabajador social. Por ejemplo, en los países desarrollados de Europa y de Norteamérica se utiliza la denominación de trabajador social, y Chile debe adecuarse a lo que sucede en el resto del mundo, especialmente considerando que el 2006 nuestra capital será sede de una reunión internacional de trabajadores sociales.
En consecuencia, es importante que la indicación se apruebe para que el título sea el de trabajador social; y el grado, de licenciado en trabajo social, y no otro. Ello permitirá que los estudiantes universitarios de trabajo social tengan claro cuáles son el título profesional y el grado académico al que aspiran.
Por su parte, el título de asistente social perfectamente puede seguir vigente para denominar a quienes han estudiado en los institutos profesionales. Así, se diferenciará claramente a los profesionales, que se han formado en la universidades, de aquellas personas que lo han hecho en los institutos profesionales.
Está respaldada por una serie de antecedentes que nos hizo llegar -reitero- el Colegio de Trabajadores Sociales, por lo que creo de la mayor importancia aprobarla, cosa que espero que ocurra.
Finalmente, el debate acerca de la acreditación universitaria está inconcluso, así como lo están el de la responsabilidad del Estado en la educación superior y el relacionado con lo que los chilenos queremos respecto de ella. La regularización de los estudios debe darse a través del Estado. Es necesario acreditar las carreras universitarias y se requiere una mayor participación del Estado en estas materias.
He dicho.
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