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El señor VALENZUELA .-
Señor Presidente , quiero concentrarme en una fecha, a mi juicio, la más histórica de los últimos 25 años de Rancagua: el 11 de mayo de 1983
El próximo domingo 11 de mayo se conmemoran veinte años desde que un puñado de trabajadores y dirigentes sindicales, con gran estatura moral y de coraje inigualable, convocó a la primera movilización masiva por la democracia.
Fue un acto extraordinario porque se realizó en un contexto de recesión económica y represión política. Se trataba de los trabajadores con empleo más estable, bien remunerado para la época que se vivía y que tenían más que perder que ganar en ese sentido. Se agruparon en la Confederación de Trabajadores del Cobre, presidida por el entonces destacado dirigente del sindicato de Caletones, de Rancagua, Rodolfo Seguel Molina -hoy colega nuestro en la Cámara-, cuando sólo tenía 29 años.
Esos trabajadores fueron capaces, en un momento oscuro de la historia del país y en una situación de privilegio, de decir que no bastaba la solución de los problemas con una o más leyes, sino que Chile requería democracia.
Fue a partir de la Confederación de los Trabajadores del Cobre que se convocó a la primera protesta nacional ese famoso 11 de mayo, que dio inicio a la apertura política para inhibir la represión y las muertes y generar espacios de convivencia en democracia que hoy todos celebramos.
Algunos dirigentes no están y es necesario recordarlos. Junto a Rodolfo Seguel , del sindicato Caletones , de Rancagua, Manuel Rodríguez , retirado dirigente de El Teniente; Carlos Ogalde , de la División Chuquicamata; Roberto Lillo , de la directiva de la Confederación de Trabajadores del Cobre -representaba a la oficina central de Santiago-; Roberto Carvajal , de la División El Salvador. También recordamos a dirigentes de otros sindicatos, como Juan Marambio , del sindicato Sewell y Minas, de Rancagua, a la sazón el más numeroso.
Esos trabajadores participaron en esa protesta nacional y encontraron como respuesta la represión y el despido. Sólo en la División El Teniente, más de setecientos trabajadores fueron despedidos y enviados al exilio interno. Muchos de ellos eran amigos nuestros, personas que lucharon por la democracia, como Enés Zepeda , Manuel Berríos y Julio Muñoz Otárola , quien fue uno de los cinco últimos chilenos en desaparecer. Desde 1987 no sabemos cuál fue su destino trágico. Ese trabajador comenzó su calvario cuando fue despido de El Teniente, junto con los setecientos trabajadores, por atreverse a convocar a una protesta nacional por la democracia.
Son fechas importantes que debemos recordar. La memoria tiene que seguir viva. Por ello, debemos hacer un reconocimiento a la actual Federación de Trabajadores del Cobre y a la persona de Rodolfo Seguel, quien, entre otros, tuvo el coraje de abrir surcos para la democracia. Felizmente, muchos se sumaron, entre ellos los estudiantes, los colegios profesionales y sindicatos de otras áreas. Luego, se creó el Comando Nacional de Trabajadores y fuimos abriendo los caminos para el reencuentro nacional y la democracia. Pero tengamos respeto por los trabajadores del cobre, quienes fueron los primeros en abrir espacioas de libertad, de dignidad en pro de la paz.
Pido que se envié copia de este homenaje al colega Seguel, a la directiva de la Federa-
ción de Trabajadores del Cobre, al Sindicato Caletones, a las distintas zonales de los trabajadores del cobre y al diario “El Rancagüino”, respecto del cual esperamos, junto con otros medios de comunicación, que valore este episodio tan relevante de nuestra historia nacional.
He dicho.
El señor SALAS ( Vicepresidente ).-
Se enviarán los oficios solicitados por su Señoría. Sin embargo, respecto de la ley sobre nueva institucionalidad cultural no corresponde oficiar al Senado. Por lo tanto, le sugiero que remita un oficio a la Secretaría General de la Presidencia , a fin de que el Gobierno ponga urgencia a ese proyecto, sin perjuicio de que la Secretaría se va a encargar de ubicarlo.
El señor VALENZUELA .-
Señor Presidente , me parece razonable su sugerencia.
"
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