-
http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/654589/seccion/akn654589-po1-ds6-ds14
- bcnres:tieneTipoParticipacion = bcnres:Intervencion
- bcnres:tieneEmisor = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/1580
- rdf:type = bcnres:Participacion
- rdf:type = bcnres:SeccionRecurso
- bcnres:tieneCalidad = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/cargo/1
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/1580
- rdf:value = "
La señora VIDAL (doña Ximena).-
Señora Presidenta , quiero acentuar y resaltar el sentido de este proyecto de ley, más allá de estar de acuerdo o no con la modificación del Senado.
Dar educación no significa hacer falsas promesas, generar expectativas que parezcan mezquinas, ni sueños, sino dotar a seres humanos que, por su posición original en esta sociedad, han resultado desfavorecidos, de herramientas de lucha y de la posibilidad de hacerse a sí mismos, por medio de su propio esfuerzo, lo que simplemente se conoce como igualdad de oportunidades, precepto recogido por el constituyente en el artículo 1º, inciso cuarto, y en el artículo 19, números 2º y 10º de la Carta Fundamental, lo que ciertamente da más fuerza, no sólo política, sino moral y jurídica al proyecto.
Posiblemente, habrá quien diga que esta iniciativa, dado los altos índices de escolaridad que posee Chile en el concierto de las naciones latinoamericanas, es un exceso; pero resulta imperioso establecer una posibilidad abierta, una plataforma normativa y un soporte ético y jurídico que legitime el que nuestros jóvenes estén llamados, por la vía de la oportunidad, a completar su escolaridad; es decir, una llave que permita el ingreso de miles y miles de jóvenes a la educación media, que hoy se erige ante nosotros, ¡por fin!, como obligatoria.
El objetivo de la obligatoriedad dice estrecha relación con la suficiencia mínima que un estudiante debe tener para enfrentar el complejo contexto del Chile de hoy, inserto en un mundo multiconectado, donde la diversidad de disciplinas que deben ser manejadas son cada vez mayores. Es necesario que nuestros jóvenes vayan adquiriendo conocimientos en consonancia con el tiempo que les ha tocado vivir. Uno de los reales desafíos que debe enfrentar el Gobierno, como una medida más, es la reforma educacional a nivel estructural que debemos emprender. La obligación debe ir de la mano de la gratuidad. Esa es la materia.
Me gustaría agregar que esta reforma no sólo corresponde a una iniciativa gubernamental, sino que, además, ella interpreta de manera clara un sentir nacional muy hondo, donde se oyen las voces de distintos sectores y se interpela a los más variados representantes para hacer posible seguir este camino, empezando por los padres, quienes sabrán dar los pasos más sustanciales hacia el logro del objetivo de mantener a sus hijos, para el propio bien de éstos, en un sistema de educación gratuita y obligatoria. Es decir, la responsabilidad es de todos: de los profesores, quienes, pese a las duras condiciones en las que muchas veces les toca trabajar, se deben reencantar con los dones del magisterio; de los gobernantes y del Congreso, por supuesto, que deben reglar y armar un sistema que armonice la reforma constitucional que nos toca propiciar.
La tarea es de todos y de cada uno desde su rol, con el horizonte claro de acortar cada vez más las brechas entre ricos y pobres, que tantas diferencias odiosas generan en cuanto a las oportunidades.
Éste es un acto claro en esa dirección. La pobreza se extinguirá o disminuirá, al igual que muchos otros factores, lo cual creará posibilidades reales de avanzar en materia de educación. Sin duda, un sistema gratuito y obligatorio permitirá que más gente de escasos recursos ingrese a la educación superior, tan marcadamente segmentada, y gobernada, muchas veces, por un inescrupuloso mercado, donde los jóvenes se frustran. En síntesis, jóvenes con índices más altos en educación progresarán y harán posible que Chile dé un paso más allá en ese aspecto y en materia de innovación tecnológica y cultural. Así, la semilla de la diversidad se esparcirá en las más variadas disciplinas el día de mañana.
Si Chile pertenece a un grupo selecto de países que se encuentran en vías de desarrollo, lógico resulta sostener que es necesaria la proliferación de la industria, de los mercados, y también posibilitar las bajas de los índices de desempleo, que se conjugan de manera mucho más consistente con un ciudadano que ingresa al mercado del trabajo con un nivel de escolaridad mayor, porque vale la pena recordar que este proyecto no influirá en los promedios de escolaridad de manera inmediata, pero sí establecerá una oportunidad para miles de jóvenes que hoy se encuentran sumidos en el más profundo desencanto por no poder terminar su formación estudiantil mínima, conforme con los requerimientos que la sociedad de hoy nos exige imperativamente.
He dicho.
"
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/654589
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/654589/seccion/akn654589-po1-ds6