-
http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/654589/seccion/akn654589-po1-ds6-ds18
- bcnres:tieneTipoParticipacion = bcnres:Intervencion
- bcnres:tieneEmisor = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/2640
- rdf:type = bcnres:Participacion
- rdf:type = bcnres:SeccionRecurso
- bcnres:tieneCalidad = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/cargo/1
- rdf:value = "
El señor ROJAS.-
Señora Presidenta , de las opiniones vertidas por los colegas que me han antecedido en el uso de la palabra, se desprende que, sin lugar a dudas, estamos en presencia de un proyecto que no sólo va a cruzar el umbral político, sino que va a encontrar un eco positivo en todas las bancadas.
Deseo expresar, a raíz de lo que señalaba el diputado Fidel Espinoza , que en educación no todo lo que brilla es oro. En ese sentido, me quiero referir al gran aporte que ha recibido hoy la educación -cosa que queremos reconocer-, aun cuando los recursos no han sido focalizados de manera de obtener los resultados esperados en materia educativa. Al respecto tengo que decirle que hoy los alumnos de 5º, 6º, 7º y 8º año no saben leer ni escribir. Esa es una realidad en nuestro país.
Reconocemos que se han hecho esfuerzos para aumentar los aportes, pero ellos se deben conjugar con lo que queremos lograr como objetivo educativo. A eso le vamos a llamar calidad educativa.
Hoy, la ampliación de la obligatoriedad y el establecimiento de una mayor cobertura, nadie lo duda -y quien mejor que yo, como profesor, puede decirlo-, es un avance. Pero para lograr una mayor calidad educativa hay que conjugar otras variables. Para ello estamos dispuestos a buscar la alternativa en materia legislativa y así dar solución a lo que estamos planteando, específicamente en lo que se refiere a la deserción escolar.
La calidad educativa pasa, también, por brindar a los profesores un ambiente propicio para desarrollar su jornada como corresponde; es decir, propender definitivamente a que los cursos no tengan una capacidad de más de 35 ó 40 alumnos. Creo que cuando se inicie ese proceso, tan solicitado también por el Colegio de Profesores, se avanzará en la calidad educativa hacia un norte positivo.
Sin duda, el proyecto, en la historia educativa del país, es un paso trascendental, del cual seremos parte y, por supuesto, lo apoyaremos. Pero también es importante decir qué educación queremos para el Chile de mañana, para enfrentar los cambios que vendrán aparejados con los tratados que ha firmado y firmará Chile. Por ejemplo, hoy falta claridad en la acreditación de las universidades. Entre diciembre y marzo, en la Segunda Región se fundaron alrededor de cinco universidades, pero, lamentablemente, a pesar de la importante actividad minera que existe en ella y de su desarrollo tecnológico -que cualquier región quisiera-, ninguna de esas casas de estudios superiores ofrece carreras tecnológicas. Sólo ofrecen periodismo, kinesiología, derecho, etcétera.
Por ello, es preciso que esta reforma logre cambiar la mentalidad para buscar consenso respecto de la educación que en el futuro se quiere ofrecer a los jóvenes. Se debe asumir ese compromiso.
Si queremos dar una educación positiva, debemos dejar actuar a todos los actores de la sociedad. Lo señalaba el diputado señor Correa, y el tema también se conversó en la Comisión. A todos nos ha asistido el temor respecto de una iniciativa que está coadyuvando al proceso educativo, cual es el financiamiento compartido. Dicho sistema es importante y está dando resultados, ya que de una u otra forma los padres y apoderados se están asociando en torno de él, que es lo que más cuesta lograr en los colegios municipales. Es de esperar que esa modalidad no se pierda en el tiempo.
Asimismo, es importante definir qué queremos dentro del proceso educativo. Para ello, es preciso analizar a nuestro país desde el punto de vista de su desarrollo y de cómo es posible fortalecerlo.
Siento que la educación tecnológica no ha llegado a los niveles óptimos. Por tanto, hay que fortalecerla y entenderla como una de las bases primordiales en el desarrollo sustentable de la actividad laboral. Es decir, se necesitan menos caciques y más gente que trabaje en los mandos medios. Debemos avanzar en la obtención de las bases sustentables y en el desarrollo educativo que se avecina, debido a los cambios tecnológicos y por efectos de la globalización. Para ello, debemos contar con una base educativa real en ciertos niveles laborales y tecnológicos, a fin de no seguir impartiendo carreras que no han entregado los resultados que todos esperábamos.
Por otro lado, respecto de lo planteado por el diputado señor Seguel en cuanto a lo restrictivo que resulta extender la educación media obligatoria sólo hasta los 21 años, el proyecto habla de un programa pedagógico sistemático que se imparte en la enseñanza normal diurna. Las personas de más edad tienen otras alternativas, como la educación nocturna, la educación laboral, la regularización de estudios, etcétera. Pero sería bueno dejar abierta esa posibilidad.
En la Comisión de Educación se propuso impartir la educación media obligatoria hasta los 18 ó 19 años. El Senado fijó un plazo mayor, hasta los 21 años, lo que nos parece prudente. En todo caso, si se trata de personas de más edad, hay alternativas para regularizar los estudios.
Por tanto, anunciamos nuestro voto favorable al proyecto y esperamos que esta idea legislativa se sume a las demás propuestas a fin de contar con una educación de calidad.
He dicho.
"
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/654589
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/654589/seccion/akn654589-po1-ds6