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El señor PROKURICA.-
Señor Presidente , en la actualidad -tal como lo plantearon quienes me antecedieron en el uso de la palabra- miles de chilenos que son parte o que ingresan al sistema bancario utilizan las tarjetas de débito o de crédito para pagar sus compras, cuentas y, en general, para todo tipo de transacciones que se realizan de manera presencial o a través de Internet.
Según datos de la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras, existen hoy día cerca de 20 millones de tarjetas de débito y aproximadamente 12 millones de tarjetas de crédito vigentes en nuestro país. Solo en enero y octubre de 2015 se realizaron más de 50 millones de operaciones a través del denominado "dinero plástico".
Sin embargo, conforme hemos podido apreciar acá, "aún existen grandes sectores de la población que no acceden a ningún sistema de pago electrónico y están lejos de la posibilidad de hacerlo. Según la encuesta Casen, solo el 37% de las personas pertenecientes al quintil de menores ingresos dice disponer de algún tipo de tarjeta, y en el sector rural, solo el 38%. En el segmento de los pensionados, solo el 32% posee algún tipo de tarjeta. Y por regiones, en La Araucanía y Los Ríos, menos de la mitad de la población cuenta con algún medio de pago electrónico. En el promedio nacional, solo el 56% tiene algún tipo de tarjeta".
Por otro lado, si bien el Estado realiza al año 29 millones de pagos de jubilaciones, bonos y otras transferencias, con un monto que bordea los 2 mil 900 millones, sin embargo, este no utiliza masivamente los medios electrónicos para cancelar esas distintas ayudas sociales. Es más: el 92 por ciento de los beneficios estatales se pagan en efectivo.
Y ello, como ya se ha señalado, con un tremendo riesgo. Porque los delincuentes se agolpan en los lugares de pago de los jubilados o de quienes reciben beneficios del Estado para robarles su dinero.
Señor Presidente , la ley en proyecto tiene el objetivo claro de potenciar la inclusión financiera de los sectores de menos ingresos de la población al promover y facilitar su acceso a los medios de pago electrónicos mediante el desarrollo de instrumentos de pago con provisión de fondos o de prepago que no sean solo extendidos por entidades bancarias. Estas -como se dijo- tienen la facultad para ello, pero nunca han tomado cartas en este asunto.
A mi juicio, este proyecto -ha sido modificado en parte, pero viene del Gobierno del Presidente Piñera- va en la dirección correcta, ya que apunta a muchos objetivos importantes para el desarrollo financiero de nuestro país, como el mejorar principalmente la inclusión financiera y digital de las personas de menores ingresos, ampliando así la cobertura a 5 millones de potenciales usuarios, quienes en la actualidad no cuentan con medios electrónicos de pago.
Señor Presidente, por lo corto del tiempo de que dispongo, quiero referirme a lo que a mí me parece una crítica.
Yo voy a votar a favor la idea de legislar.
Sin embargo, quiero hacer mención de que, en el último minuto, se incorporó al Metro en el nuevo sistema propuesto, por lo que también tendrá la posibilidad de emitir ese tipo de tarjeta.
A mi juicio, las críticas que se hacen respecto de esta iniciativa están especialmente dirigidas a aquello. Porque, en la práctica, el Metro se va a transformar en un Redbancparalelo.
Me preocupa que soterradamente el Gobierno ha ido generando espacios al Estado en un montón de actividades económicas que apuntan principalmente a que desarrolle actividades de índole económica.
Acá no planteo una cuestión ideológica, como lo hizo el Senador que me antecedió.
A mí no me importa que el Estado esté involucrado en más o en menos actividades.
Lo que pasa es que no podemos ofrecer al Estado como solución cuando este lo hace mal en la salud pública, en la educación pública, en materia de seguridad ciudadana, en fin. Y acá les estamos diciendo a los chilenos: "¿Saben qué? Como aquí hay problemas, entonces la solución es que lo haga el Metro".
¡Por favor! En el último tiempo se aprobó un proyecto que amplió el giro de la Empresa Nacional del Petróleo.
¿Qué dijimos? La ENAP ahora podrá realizar actividades relacionadas con la generación eléctrica.
¿La ENAP? ¡Pero si la Empresa Nacional del Petróleo tiene una deuda de 4 mil millones de dólares y un patrimonio de 400 millones de dólares!
¡Qué nos puede entregar como beneficio!
En segundo lugar, el Gobierno envió un proyecto que aumentaba el subsidio al Transantiago. Ahí se incluyó una disposición para ampliar el giro del Metro (el que ahora nos ocupa). Y así fue autorizado también para crear una empresa de transporte de pasajeros (buses o taxis).
¡Otra vez!
¡Por favor! ¡Si el Estado ha dado la hora en transporte! ¡Nos creó la peor crisis que hayamos tenido en esta materia!
O sea, de nuevo estamos diciendo: "¿Sabe qué? Como hay un problema acá, la solución es incorporar al Estado".
Además -como muestra un botón-, en materia de previsión, el Gobierno anunció el pasado 21 de mayo una solución para el problema de las bajas pensiones: ¡una AFP estatal!
¡Por favor, señor Presidente ! Yo llamo la atención de los señores Senadores en el sentido de que ello debiera preocuparnos. Tendríamos que poner en discusión si realmente estamos ofreciendo al Estado como una solución.
Por último, se nos ha planteado el tema de la tarjeta bip!, de los 15 centros de formación técnica en las regiones y, además, de las dos universidades.
Señor Presidente, la verdad es que no tengo un problema ideológico con el Estado. He apoyado a CODELCO miles de veces; también a la ENAMI, otras tantas, porque creo que el Estado tiene un rol que cumplir.
Pero, ¡por favor!, en estas otras actividades no lo pongamos como ejemplo, porque no lo es.
Me alegro de que mi jefe de bancada haya pedido plazo para formular indicaciones, pues yo presentaré algunas al objeto de que esta no sea una oferta de solución, porque no lo es.
En el último tiempo hemos observado que en aquellas áreas en donde participa el Estado -con algunas excepciones- lo hace mal.
No vendamos como una propuesta de solución algo que no lo es.
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