. . . " \nEl se\u00F1or LARRA\u00CDN.- \nSe\u00F1or Presidente , compartiendo el buen esp\u00EDritu que probablemente anima a los Senadores autores de esta iniciativa, considero que es un mal proyecto. Ello no tanto por su contenido, sino porque me parece que estas materias deben ser objeto de pol\u00EDticas p\u00FAblicas que se expresen a trav\u00E9s de la potestad reglamentaria del Presidente de la Rep\u00FAblica .\n \nFijar por ley este tipo de soluciones me parece extraordinariamente peligroso, pues los temas son bastante m\u00E1s complejos. \nPensar que con una medida vamos a resolver los problemas de congesti\u00F3n o de contaminaci\u00F3n me parece realmente una fantas\u00EDa. \nPensar que las dificultades se solucionar\u00E1n igual en Santiago, en Linares, en Puerto Montt o en Antofagasta, lo considero una irrealidad.\n \nPor lo tanto, creo que avanzar en esta l\u00EDnea para resolver estos problemas es simplemente un espejismo; es sembrar ilusiones en una materia que es extraordinariamente m\u00E1s compleja y que no se va a resolver a trav\u00E9s de una disposici\u00F3n que tiene la gracia de la simplicidad pero, a la vez, las limitaciones derivadas de esa misma caracter\u00EDstica. \nPienso que hacemos mal cuando aprobamos leyes de esta \u00EDndole. Entiendo y valoro el esp\u00EDritu, la creatividad legislativa de nuestros colegas, porque siento que se esfuerzan y hacen aportes en temas que son necesarios y relevantes. Sin embargo, me da la impresi\u00F3n de que esta problem\u00E1tica es muy dif\u00EDcil de resolver a trav\u00E9s de una iniciativa de ley. Al contrario, lo que vamos a hacer es rigidizar un asunto que requiere flexibilidades tanto en las medidas, en su duraci\u00F3n, como en los lugares donde estas se aplican, dadas las distintas realidades que existen en el pa\u00EDs. \nPeor a\u00FAn: modificar el d\u00EDa de ma\u00F1ana estas medidas, que pueden ser de car\u00E1cter permanente, ser\u00E1 simplemente imposible. \nEn consecuencia, creo que estamos mal encaminados cuando tratamos de resolver un problema grave, complejo y, adem\u00E1s, variante en el tiempo a trav\u00E9s de una normativa que no es el instrumento m\u00E1s adecuado para ello. \nA mi juicio, esta materia debiera resolverla el Ejecutivo , por su cuenta. Nosotros podemos pedirle que nos informe cu\u00E1les son sus pol\u00EDticas p\u00FAblicas sobre el particular y, de tiempo en tiempo, aconsejarlo o sugerirle medidas. Sin embargo, no me parece que deba aprobarse una iniciativa de ley en los t\u00E9rminos aqu\u00ED planteados.\n \nDe hecho, esta materia ha sido regulada por el decreto supremo N\u00BA 211, de 1991, que estableci\u00F3 las caracter\u00EDsticas que deb\u00EDan cumplir los veh\u00EDculos motorizados livianos para su funcionamiento. Eso fue producto de la potestad reglamentaria.\n \nEl Ministerio de Transportes no requiere una ley para resolver este problema. Simplemente, puede dictar otro decreto supremo y, adem\u00E1s, ir fij\u00E1ndolo en atenci\u00F3n a las realidades regionales, diferenciando claramente entre contaminaci\u00F3n y congesti\u00F3n, toda vez que son dos fen\u00F3menos distintos que deben abordarse mediante cap\u00EDtulos diferentes. Pretender matar dos p\u00E1jaros de un tiro me parece m\u00E1s una ilusi\u00F3n que una realidad en este caso.\n \nEn suma, se\u00F1or Presidente, opino que esta iniciativa no va bien encaminada. Por eso, a pesar de que respeto y valoro el esp\u00EDritu que anima a los amigos que la han propiciado, voto que no. \n " . . . . . .