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El señor ESPINOSA, don Marcos (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado René Manuel García .
El señor GARCÍA (don René Manuel).-
Señor Presidente, es indudable que todos los avances destinados a dar un respiro económico a la gente, en especial a la más necesitada, son buenos y bienvenidos, por lo cual hay que aprobarlos. Sin embargo, considero que en el debate de este proyecto de ley estamos perdiendo la oportunidad para hacer algo mucho más potente, algo que ayude a enfrentar un conjunto de problemas vinculados a los servicios domiciliarios, como el de agua potable y el de energía eléctrica, que están en la palestra.
Así, por ejemplo, cuando se produce un apagón de luz en una comunidad y una persona llama a la compañía respectiva para que le repongan el servicio, curiosamente, no obstante que el problema puede afectar a varias familia, a treinta, cuarenta o más personas, el cobro por la reposición se carga a la cuenta de quien hizo la llamada, situación que habría que analizar, porque a lo mejor quien llamó era la única persona que tenía teléfono en el lugar para avisar.
Esa es la razón por la cual en muchas ocasiones las personas no llaman a las compañías para avisar sobre un corte de luz, dado que saben que les van a cobrar a ellas por la reposición del servicio.
Por otra parte, me atrevería a decir que el cien por ciento de los diputados alguna vez hemos recibido en nuestras oficinas parlamentarias las quejas de adultos mayores a los que les han cortado la luz porque debían, por ejemplo, cinco mil pesos, pero resulta que por reponerles el servicio les cobran quince mil pesos.
Ante la ausencia de soluciones a situaciones como las descritas, que no son consideradas en el proyecto, pienso que estamos perdiendo una oportunidad gigantesca para incluir beneficios muy esperados por la gente, en especial los que favorecen a las personas de la tercera edad que no pueden pagar la cuenta, a las que se les podría otorgar un subsidio o un bono especial. Beneficios como ese se podrían incluir mediante indicaciones, a fin de que, por ejemplo, no se les cobre por la reposición del servicio eléctrico, dado que en muchos casos ese cobro supera en tres o cuatro veces el valor de la cuenta que se adeuda.
Esas son cosas que no podemos dejar pasar.
La iniciativa en debate pierde la gran oportunidad de dar solución a problemas que hemos tratado muchas veces en la Cámara de Diputados. Así, resulta que el proyecto señala que el retiro y reposición del empalme y medidor será íntegramente de cargo de la empresa distribuidora de energía, pero siempre que su inutilización se haya producido por fuerza mayor, como un temporal; sin embargo, cuando se produce un temporal, hay ocasiones en que las empresas dicen que el corte se produjo porque cayó el gancho de un árbol sobre la línea, y como esta corresponde a una vivienda determinada, le cobran a quien la habita. Y eso no es todo: más encima le cobran el poste que se quebró.
O sea, para decirlo en palabras simples, esto es como si en las bombas de bencina cobraran a los clientes por la manguera que utilizan para echar combustible. Indudablemente, sin manguera no pueden echar bencina. Lo mismo ocurre en este caso: sin línea de distribución, las empresas eléctricas no pueden cobrar.
A veces hay temor a decir las cosas por su nombre, pero resulta que ese es un servicio pagado. Uno está pagando para que le presten un servicio, para recibir los 220 volts en la casa, no 190, 200 o qué sé yo cuántos volts.
Felicito a los autores de la iniciativa, pero, reitero, me parece que estamos perdiendo una tremenda oportunidad para arreglar varios problemas.
No por despachar rápido una iniciativa vamos a hacerlo en términos que favorezcan solo a un par de personas, cuando podría beneficiar a muchas más. Podemos incorporar todos esos aspectos a los que me he referido, como el que favorece a los adultos mayores. Eso debiéramos incluirlo vía indicación, para que forme parte de esta futura ley. Me atrevo a plantear, sin miedo a equivocarme, que también podríamos incluir a las personas que ganan el salario mínimo, a fin de que no se les cobre por concepto de reposición del servicio cuando se lo hayan cortado.
Indudablemente, no estoy planteando que no haya que cortarles el suministro de energía cuando mantengan cuentas impagas, sino que no se les cobre por la reposición del servicio si no disponen de los medios suficientes para pagar por ello. Eso es lo que estoy diciendo, y creo que todos los parlamentarios estamos de acuerdo en ello, ya que nadie se podría oponer a una cosa así de justa.
En consecuencia, solicito a la Sala enviar nuevamente el proyecto a la comisión técnica respectiva, para que se incluyan un par de mejoras. Recordemos que no por mucho madrugar amanece más temprano, así es que no importa que algún parlamentario, como el diputado Gahona , tenga interés en despacharlo luego, salga como salga. Quizás le interesa muy poco lo que vaya a pasar con los adultos mayores o que sigan pagando por la reposición del servicio. Lo que realmente debe importarnos es que tenemos la oportunidad de arreglar las cosas como corresponde.
Parece que en el último tiempo los parlamentarios nos hemos puesto reaccionarios para enfrentar los problemas: esperamos a que estos sucedan para intentar resolverlos y privilegiamos aparecer ante los medios como los autores del proyecto que lo solucionó. Pero aquí tenemos la oportunidad de arreglar algo sin que los problemas se hayan manifestado plenamente, y la estamos desperdiciando.
Perdónenme que insista, pero es debido a actitudes como esa que perdemos oportunidades de incluir beneficios como los que he mencionado y de arreglar este tipo de problemas de una vez por todas, no por parches.
Las empresas dicen que no tienen la obligación de asumir esos costos. Ante eso, es bueno que nos detengamos un poco y analicemos otra situación que en algunas oportunidades hemos discutido. Aunque a veces el diputado Meza se pone medio “traguilla” y trata de hacer creer a todos que ciertas propuestas las ha inventado él, lo cierto es que lo que voy a mencionar lo hemos discutido y ha surgido de ese debate entre los dos.
Resulta que, como sabemos, a la gente le cobran una cierta cantidad mensual, mil ochocientos pesos, dos mil pesos, por ejemplo, por el arriendo del medidor del consumo eléctrico. Pero pasan años y años en la misma situación, así es que después de cierto tiempo han financiado plenamente su costo, y varias veces.
Por lo tanto, ¿por qué no presentamos una indicación que establezca que con el pago del arriendo por el medidor se vaya cancelando su valor, a fin de que una vez que eso se haya financiado completamente pase a pertenecer a quien paga por el arriendo?
Alguien dirá que cuando se echa a perder el medidor tienen que reponérselo gratis. Señores diputados: un medidor vale entre doce mil y quince mil pesos. Eso vale. Lo sé porque acabo de comprar uno. De ahí que es perfectamente posible que con seis meses de arriendo se haya pagado completamente su costo.
Entonces, quiero decirle al diputado Gahona , por su intermedio, señor Presidente, que hay muchas cosas que podemos arreglar ahora, y eso es lo que estoy proponiendo: que lo hagamos con este proyecto de ley, a fin de que no tengamos que elaborar y tramitar otro para arreglar esas cosas, dado que eso demoraría una infinidad.
Tenemos esta posibilidad y espero que la aprovechemos, pero con la condición de que el proyecto vuelva dentro de las próximas semanas a la Sala. Creo que es una oportunidad que de no debemos desperdiciar, porque que se trata de soluciones necesarias y justas que la gente está esperando desde hace mucho tiempo.
No por apurarnos vamos a hacer las cosas a medias.
Para fundamentar más mi petición, hago presente que soy autor de un proyecto de resolución que suscribieron varios otros diputados, en forma transversal, el cual tenía por objeto que la gente de la tercera edad no pagara por concepto de reposición de servicios domiciliarios, iniciativa que fue aprobada por la unanimidad de los diputados.
En consecuencia, sería la oportunidad para permitir que al menos uno de los proyectos de resolución que hemos aprobado en la Sala, entre la infinidad que se han presentado, se transforme en ley. No creo que sean más de tres los que han corrido esa suerte.
Entonces, ¿para qué sirven los proyectos de resolución? ¿Son para ir a florearse al distrito y decir “miren lo que logré”, y que la gente quede convencida de que les van a arreglar todos los problemas?
Así es como los proyectos de resolución se han transformado en un simple engaño a la ciudadanía.
Por eso, reitero de manera formal mi petición, respecto de la cual el diputado Gahona me señalado que tengo razón, en el sentido de que el proyecto de ley en discusión debería volver a la comisión técnica, a fin de que se le presenten las indicaciones que sean necesarias, con el compromiso de que regrese a la Sala, ojalá, la próxima semana.
Se requeriría una sesión de Sala más para aprobar un proyecto realmente potente, que beneficie a la gente de la tercera edad y a todas aquellas personas que, por motivos económicos, no pueden pagar para que les repongan el servicio eléctrico.
Les aseguro que la gente agradecería la buena voluntad de los diputados para solucionar, a través de esta iniciativa, problemas que se arrastran desde hace mucho tiempo.
Reitero mi felicitación a los autores del proyecto. Creo que es el primer paso para alcanzar soluciones concretas a este tipo de problemas.
He dicho.
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