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- rdf:value = " El señor PIÑERA.-
Señor Presidente, en dos oportunidades he pedido al señor Ministro de Hacienda que dé a conocer su opinión en la materia, que no es nueva, porque fue presentada por nosotros en diciembre de 1995 en las oficinas de esa Cartera de Estado y mediante un documento, por escrito. Han transcurrido casi dos años, y no hemos obtenido respuesta alguna sobre el particular, ni a favor ni en contra.
El Congreso, sin duda, cuenta con muy pocas facultades legisladoras propiamente tales. Si hacemos un análisis en conciencia, veremos que legisla mucho más el Ejecutivo que el Parlamento, no solamente por lo relativo a las atribuciones exclusivas vinculadas a materias importantes -esto es, todo lo que significa gastos, impuestos, previsión, administración del Estado-, sino que, además, por las urgencias, conforme a las cuales determina qué leyes se discuten o no se discuten con prioridad. También existe un período ordinario en donde los Parlamentarios pueden presentar mociones, que solamente se extiende desde mayo a septiembre, es decir, apenas cuatro meses.
Por lo tanto, son muy pocas las oportunidades que tenemos de poner un asunto arriba de la mesa. Y aquí, precisamente, estamos en presencia de una. Durante casi dos años ha habido silencio absoluto en algo que, a nuestro juicio, es fundamental en un sistema tributario moderno, equitativo y justo, y nunca hemos obtenido la menor respuesta o comentario a favor o en contra, o alguna reacción de parte del Ejecutivo. Hoy día, por lo menos, hemos podido colocar el tema arriba de la mesa, generándose algunos pequeños intercambios de posiciones.
Aprecio enormemente lo expresado por el Honorable señor Andrés Zaldívar en el sentido de compartir esta inquietud. En un tiempo más, cuando recordemos que el Servicio de Impuestos Internos era juez y parte, lo evocaremos como una cosa absurda e insólita. Y nos preguntaremos cómo pudimos vivir tanto tiempo con una situación como ésta.
Por tal motivo, y como el señor Ministro de Hacienda no se ha pronunciado al respecto, votaré a favor de la indicación. En todo caso, deseo dejar meridianamente claro que hay algunas materias relacionadas con las facultades del Servicio de Impuestos Internos que han sido discutidas con motivo del estudio del presente proyecto de ley, por ejemplo, lo concerniente al plazo de prescripción de las multas. Y debo manifestar con mucha franqueza que, en mi opinión, resulta razonable que dicha prescripción coincida con la de los impuestos, a pesar de que esa indicación del Ejecutivo fue rechazada días atrás...
El señor ANINAT (Ministro de Hacienda).-
¿Me permite una interrupción, señor Senador, con la venia de la Mesa?
El señor PIÑERA.-
Con mucho gusto.
El señor LARRAÍN.-
¡Estamos en votación, señor Presidente!
El señor ROMERO.-
Tiene razón Su Señoría, salvo que sea para aclarar algún tema, aun cuando se esté votando. Así lo dispone el Reglamento.
La señora FELIÚ.-
Siempre que se trate de aclarar conceptos, señor Presidente.
El señor ROMERO (Presidente).-
Así es, señora Senadora.
Tiene la palabra el señor Ministro.
El señor ANINAT (Ministro de Hacienda).-
El Honorable señor Piñera ha hecho alusión a las atribuciones, en lo que respecta a la asimetría que se produce en el caso de las multas: tres años contra seis meses. Me gustaría que Su Señoría aclarara si está dispuesto a reconsiderar lo analizado la vez pasada, entre otras materias.
El señor ROMERO (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Piñera.
El señor PIÑERA.-
Señor Presidente, me he referido al punto con mucha claridad. Aquí no se pueden discutir sólo temas que interesan al Ministerio de Hacienda. De vez en cuando también deben debatirse asuntos que preocupan a los Senadores y a la Oposición.
Al señor Ministro le digo con mucha franqueza que, en principio, simpatizo con la idea de hacer coincidir los plazos de prescripción de las multas con los relativos a los impuestos. Estoy llano a revisar mi posición sobre el particular. Probablemente, tendremos una instancia en la Comisión Mixta, porque, ciertamente, en esta materia existe diferencia de criterios entre la Cámara de Diputados y el Senado.
Además, deseo recordar algo que, por no decirlo y reiterarlo, muchas veces se olvida. Al menos, para la Oposición, colocar un tema arriba de la mesa en lo referente a aspectos que son de la facultad exclusiva del Ejecutivo, es prácticamente imposible. Una cosa es que sea atribución de éste contar con iniciativa legal, pero otra cosa distinta es que el Ejecutivo no pueda, de vez en cuando, recoger ideas y propuestas que surjan del lado contrario.
Por lo tanto, respondo al señor Ministro que sí estoy dispuesto a reconsiderar mi posición en determinados aspectos tributarios, por ejemplo, en lo que respecta a la prescripción de las multas.
En relación con lo que estamos discutiendo ahora, el Senador señor Alessandri planteó una solución, tal vez, intermedia, porque no tiene por qué coincidir exactamente el período de prescripción para un impuesto de base mensual con un tributo de base anual. Su Señoría aludió a caminos intermedios, y entiendo que éstos -algo se exploró de manera informal con el Gobierno- no fueron acogidos.
En virtud de lo anterior, solicito al señor Ministro de Hacienda que interceda a fin de que el Ejecutivo envié al Parlamento, a la brevedad posible, un proyecto de ley que termine con esta anomalía de inequidad en donde el Servicio de Impuestos Internos es juez y parte. Y lo señalo con mucha franqueza: para un contribuyente normal, no hay segunda instancia. Son muy pocos los chilenos que tienen la capacidad de acceder a una Corte de Apelaciones cuando se encuentran en disputa con dicho organismo. Más aún, ésa es la única instancia, por cuanto hoy día la acción frente a la Corte Suprema, que antes constituía una especie de segunda apelación, fue restringida, traduciéndose en un recurso excepcional de casación, lo cual no corresponde cuando se trata de materias de este tipo.
Por eso, pido al señor Ministro de Hacienda que ojalá sea más receptivo frente a nuestras proposiciones. Ésta se hizo por escrito en 1995, cuando realizamos una visita personal a sus oficinas. Y ahora que contamos con el respaldo a la idea por parte del Honorable señor Andrés Zaldívar, a lo mejor, la unión hace la fuerza, y los oídos de la Cartera de Hacienda pueden estar más llanos a aceptar tal propuesta. Si así ocurriere, disponemos de tiempo para que esos signos se demuestren con claridad, con hechos concretos. Y, tal vez, tendremos la oportunidad de revisar algunas decisiones adoptadas hoy por el Senado.
Por todas esas razones, votaré a favor de la indicación, lamentando que el señor Ministro no haya dicho palabra alguna, a pesar de haber intervenido varias veces, respecto del tema de fondo, cual es la situación de inequidad que se produce cuando el Servicio de Impuestos Internos actúa como juez y parte.
En materias laborales, hay un ejemplo muy claro por seguir. En tal caso, la Dirección del Trabajo puede hacerse parte en una disputa, pero no es juez, porque para eso están los tribunales especializados del trabajo. Ése es un buen ejemplo.
Por lo expuesto, voto afirmativamente la indicación.
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