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La señora MUÑOZ , doña Adriana ( Presidenta ).-
Tiene la palabra el diputado señor Carlos Montes .
El señor MONTES .-
Señora Presidenta , este proyecto está relacionado con un tema central de mucha repercusión e implicancia en el modelo de crecimiento.
Lo anterior tiene que ver con la manera en que los sectores de menores recursos, las pequeñas empresas, los consumidores, los deudores hipotecarios pueden acceder al mercado de capitales.
Al respecto, hay un gran vacío en nuestro modelo de crecimiento. Hemos hecho modernizaciones en el mercado de capitales considerando otro segmento de deudores y diferentes tipos de operaciones, pero hasta ahora no se ha pensado en los sectores más pequeños. Esto es más importante que discutir si hay que aumentar o no en un punto el gasto público, porque en un país cuyo mercado de capitales dispone de muchos recursos -como en el caso nuestro- hay que ver cómo acceden a él los distintos sectores.
Los bancos están pidiendo mayor flexibilidad para fijar las tasas de interés. Han dicho -como señaló el diputado señor Alvarado - que ojalá no existiera interés máximo convencional, aun cuando sabemos que con esa tasa se protege de manera fundamental a los más débiles. Cabe destacar que si no se hubiera establecido dicha tasa, los intereses serían mucho más elevados.
Los bancos argumentan que sin interés máximo convencional estarían más abiertos a prestarles a los sectores de mayor riesgo -a su juicio- y, por lo tanto, dispondrían de más recursos.
Se ha expresado que la tasa de interés máxima convencional es para una economía no plenamente competitiva ni mucho menos, sino para proteger, sobre todo, las coyunturas de escasez del flujo financiero, porque en los períodos de menores recursos financieros es necesaria la protección de todos, pero esencialmente de los más pequeños, de los más débiles.
¿Qué hicimos respecto de la demanda de los bancos cuando se trató otra modificación legal? Permitimos que se diferenciara la tasa de interés máxima convencional, que no es una sola sino varias, con el fin de establecer tasas máximas de acuerdo a ciertos segmentos, quedando el más pequeño en manos de la Superintendencia, la cual estudió sus características y a qué nivel llegaba.
Por su intermedio, señora Presidenta , deseo que el diputado señor Dittborn nos diga qué información se dio en la Comisión en la discusión del proyecto respecto del tema, cuál ha sido el comportamiento de la tasa real respecto del interés máximo convencional, cuál es la diferencia y si hay algún estudio de la Superintendencia.
Todos sabemos que muchas de las casas comerciales prestan dinero a un interés superior a la tasa de interés máxima convencional y utilizan muchos mecanismos para tergiversar la tasa efectiva que cobran. Deseo saber si la Superintendencia ha hecho estudios al respecto.
Para qué hablar del mercado informal de crédito, como Eurolatina y otros, que dicen que prestan con recursos propios, lo que es falso, a los cuales no controla la Superintendencia.
Lo más probable es que la tasa real sea superior a la máxima convencional en los sectores más débiles.
En esas circunstancias, deseo saber qué evaluación ha hecho la Superintendencia de la facultad que le dio la ley para fijar la tasa de interés máxima convencional a estos segmentos.
No me queda claro de qué manera el proyecto resuelve el problema. Me preocupa que se sigan aplicando soluciones de parche y que no se aborde el problema de fondo: que el mercado de capitales no funciona bien para los créditos de consumo, para los créditos hipotecarios y para las Pymes. Se requiere modernizar dichas operaciones.
El problema radica en que nuestra economía aún no dispone de una instancia de capital de riesgo, y en la medida en que no la haya es difícil que los bancos estén dispuestos a arriesgar más de lo que consideran pertinente. Es necesario desarrollarla, pero los intentos que se han hecho hasta ahora no han operado en forma adecuada.
Por otra parte, debemos poner en pie forzado a los cuarenta mil millones de dólares de las AFP y a otros más, a fin de que destinen recursos para la formación de un capital de riesgo y, en particular, para las Pymes.
Si nos retrotraemos en el tiempo, veremos que para que las AFP participaran con recursos en el sector vivienda se crearon las letras de crédito para la vivienda. En la actualidad, hay cinco mil millones de dólares de los fondos de las AFP en esos títulos.
Es fundamental que al menos el uno por ciento de los fondos de las AFP se destine a ese objetivo, pero creo que más allá de esas medidas es necesario contar con un sistema de calificación de riesgo más adecuado. El Dicom no facilita que los bancos y el sector financiero coloquen más recursos en créditos de consumo, hipotecarios y para las Pymes.
El actual sistema de calificación de riesgo es muy malo, blanco o negro; depende de si alguna vez el deudor cayó en mora. No hay datos globales del comportamiento histórico del deudor ni calificación efectiva de riesgo.
La misma empresa Dicom, en Estados Unidos, opera con un sistema de calificación de riesgo que tiene cerca de diez variables, positivas y negativas.
El Ministerio de Hacienda no puede seguir postergando la presentación de un proyecto para calificar el riesgo de manera adecuada. Ya hemos discutido el punto muchas veces a propósito de la deuda subordinada y esto hay que vincularlo al tema, porque es la base del problema.
No estoy en condiciones de votar a favor del proyecto, independientemente del impacto de sus medidas. Creo que ayudaría a avanzar en la discusión de fondo, en primer lugar, que el Gobierno y la Asociación de Bancos dieron más información sobre el tema y aplicaran un enfoque más amplio en la discusión.
A mi juicio, la iniciativa debe enviarse a Comisión, ya que rechazar el proyecto es como dejar el tema de lado. Sin embargo, si vuelve a la Comisión se mantendrá vigente.
Hay que abordar el tema fundamental de cómo los créditos de consumo, los hipotecarios y los que se otorgan a las Pymes se pueden conceder en un mercado de capitales más moderno y adecuado, no sólo para los grandes empresarios, sino también para todos los sectores.
He dicho.
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