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La señora MUÑOZ, doña Adriana ( Presidenta ).-
Entrando en el Orden del Día, corresponde conocer, en primer trámite constitucional, el proyecto de ley que modifica la ley Nº 18.010, que establece normas para las operaciones de crédito y otras operaciones de dinero que indica.
Diputado informante de la Comisión de Hacienda es el señor Rodrigo Álvarez.
Antecedentes:
-Mensaje, boletín Nº 2603-05, sesión 7ª, en 17 de octubre de 2000. Documentos de la Cuenta Nº 1.
-Informe de la Comisión de Hacienda, sesión 45ª, en 20 de marzo de 2001. Documentos de la Cuenta Nº 12.
La señora MUÑOZ , doña Adriana ( Presidenta ).-
Tiene la palabra el diputado señor Julio Dittborn.
El señor DITTBORN .-
Señora Presidenta , el proyecto tiene su origen en un mensaje del Presidente de la República , fue calificado con “simple urgencia”, ingresó a la Corporación a mediados de 2000, consta de un artículo dividido en tres partes y modifica la ley Nº 18.010, que establece normas para las operaciones de crédito y otras en dinero.
Durante el estudio del proyecto asistieron a la Comisión los señores Enrique Marshall y Luis Morand , superintendente y director jurídico de la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras, respectivamente, y Rodrigo Valdés , entonces coordinador de política macroeconómica del Ministerio de Hacienda y actual director de estudios del Banco Central.
El objetivo del proyecto es, en primer lugar, eliminar las restricciones al monto de los intereses de créditos para los deudores calificados como grandes, es decir, aquellos que tienen deudas por más de 5 mil unidades de fomento en el sistema financiero.
En segundo lugar, propone que la Superintendencia de Bancos pueda fijar tasas distintas para las diferentes operaciones financieras, dependiendo de su naturaleza, algunas de las cuales tienen costos distintos de otras. Por ejemplo, la tarjeta de crédito.
En tercer lugar, como se está eliminando la posibilidad de que las operaciones por sobre las 5 mil unidades de fomento se rijan por el interés corriente, el proyecto propone que la Superintendencia fije la tasa de interés corriente para las operaciones por sobre dicho monto y respecto de las cuales no se haya pactado su tasa de interés.
Señora Presidenta , el tema que estamos analizando es bastante técnico y complejo, por lo que quiero dar una explicación sobre esta materia antes de seguir con la relación.
En la actualidad, la Superintendencia de Bancos fija periódicamente lo que se denomina interés corriente, que es un interés promedio para distintos tipos de operaciones financieras. De ese interés corriente fijado por la autoridad reguladora del sistema financiero nace lo que se llama “interés máximo convencional”, que es el interés corriente más el 50 por ciento de su monto. Esta tasa de interés máximo convencional constituye, por así decirlo, un techo para que ningún banco pueda cobrar a sus clientes una tasa mayor. Esto se estableció en Chile para prevenir la usura, es decir, que los bancos pudieran cobrar a sus clientes tasas exageradas, aprovechándose de su mayor poder negociador.
El proyecto no elimina la tasa máxima convencional, en general. De hecho, quiero informar a esta Corporación que ayer tuvimos una reunión muy interesante con don Nicolás Eyzaguirre en la Comisión de Hacienda de la Cámara, en la que conocimos la percepción del Gobierno de que, a nivel de créditos bajos, de clientes pequeños, en el sistema financiero chileno, todavía no hay una real competencia, por lo que la autoridad no elimina el interés máximo convencional sin más ni más. Sin embargo, lo que pretende eliminar es el interés máximo convencional -porque propone suprimir el interés corriente, del cual nace el interés máximo convencional- para todas las operaciones financieras por sobre las 5 mil unidades de fomento, es decir, para lo que se estima son los deudores grandes que tienen un poder negociador adecuado con sus bancos. De hecho, cuando la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras observa los listados de los grandes deudores ve que las tasas que se les cobra son muy homogéneas. Ello constituye una señal de que el precio que se les cobra es muy competitivo, que el mercado está funcionando y que esos deudores tienen un poder negociador.
Sin embargo, ése no es el caso de los deudores pequeños, quienes están afectos a una gran disparidad de tasas, provocada por dos eventuales orígenes. Por una parte, puede ser porque los pequeños deudores tienen un nivel de riesgo distinto, debido a lo cual los bancos les cobran tasas diferentes, pero también puede deberse a que el poder negociador de los pequeños deudores es muy disímil. Entonces, los bancos cobran tasas mayores o menores cuando pueden. De ahí la gran disparidad.
Por esta razón, el Poder Ejecutivo y la Superintendencia de Bancos han juzgado prudente y razonable eliminar la tasa de interés corriente, que da origen -repito- a la tasa de interés máximo convencional para todos aquellos créditos de más de 5 mil unidades de fomento.
Por otro lado, hay otras operaciones financieras en las que tampoco rige la tasa de interés corriente o máxima convencional. O sea, no es la primera vez que estaríamos liberando las operaciones financieras de esta tasa máxima. Hoy, por ejemplo, no existe tasa de interés corriente o máxima convencional en todos los créditos que se pactan entre instituciones financieras: entre dos bancos o entre un banco nacional con uno extranjero, como tampoco las hay en las operaciones de comercio exterior, en general pactadas en moneda extranjera. Asimismo, no las hay en las operaciones financieras que efectúe el Banco Central de Chile con los bancos comerciales chilenos, como tampoco las hay en aquellas en que el deudor sea un banco o una institución financiera.
A estas cuatro o cinco operaciones financieras en las que no existe tasa de interés corriente o máxima convencional, el proyecto añade una más: las operaciones financieras en las que el deudor tenga una deuda superior a 5 mil unidades de fomento.
Ésa es la primera parte del artículo.
La segunda parte distingue -como dije en mi presentación inicial- entre créditos de distinta naturaleza. La ley Nº 18.010, que pretendemos modificar, faculta a la Superintendencia de Bancos para determinar las tasas de interés corriente, es decir, el promedio que cobran las instituciones bancarias y financieras en sus operaciones en el país. Determinado el interés corriente, automáticamente queda determinado el interés máximo convencional, que es el interés corriente más un 50 por ciento.
Al determinar el interés corriente, la ley autoriza a la Superintendencia para distinguir entre operaciones reajustables y no reajustables, entre operaciones en moneda nacional o extranjera. Es decir, la Superintendencia calcula el interés corriente, que es un interés promedio, para muchos tipos de operaciones financieras distintas.
Esto es una cosa deseable, porque como el interés corriente es un promedio, sabemos que tiende a producir muchas distorsiones cuando las operaciones son de distinta naturaleza. Mediante el proyecto se permite a la Superintendencia de Bancos distinguir entre operaciones financieras de distinta naturaleza para que dichos promedios -la tasa de interés corriente- no tenga distorsiones muy grandes entre distintos tipos de operaciones. Parece una cosa razonable.
El tercer cambio que introduce el proyecto dice relación con lo siguiente:
Como con el primer cambio se elimina el interés corriente para las operaciones de más de 5 mil unidades de fomento, mediante el tercer cambio se establece que cuando haya contratos que no pacten intereses y que las operaciones sean de más de 5 mil unidades de fomento, la Superintendencia deberá fijar una tasa de interés corriente para aplicar a esas operaciones. Se entiende que no puede haber gratuidad en un contrato de crédito. Entonces, si los contratantes no pactan tasa de interés, como con el primer cambio se elimina la existencia de tasa de interés corriente para operaciones de más de 5 mil unidades de fomento, la Superintendencia se obliga a llevar un interés corriente para aplicar a las operaciones que quedarían sin tasa de interés, en el caso de que los contratantes no la acordaren.
La iniciativa fue aprobada en general sin votos en contra, por 8 votos a favor y 2 abstenciones. En la votación particular, los numerales 1 y 3 fueron aprobados por unanimidad, y el numeral 2 lo fue por 6 votos a favor y 5 abstenciones.
Es cuanto puedo informar.
He dicho.
La señora MUÑOZ , doña Adriana ( Presidenta ).-
En discusión el proyecto.
Tiene la palabra el diputado señor Eugenio Tuma.
El señor TUMA.-
Señora Presidenta , el proyecto tiene su origen en un mensaje enviado por el Ejecutivo el año 2000, de modo que debemos situarnos en el contexto económico de esa fecha.
La iniciativa pretende eliminar la tasa máxima convencional para créditos sobre 5 mil unidades de fomento. Con ello, subirá el costo promedio de las colocaciones de los créditos menores, con lo cual también subirá la tasa máxima convencional.
Esto lo hace la Cámara en el contexto de la economía nacional, en el que los bancos se han resistido a transferir la rebaja del costo del dinero decretada por el Banco Central a los usuarios, en especial a los pequeños y medianos productores, quienes se encuentran desesperados por su incapacidad para incorporarse a la reactivación de la economía y a la oportunidad de crear más empleos. De modo que el proyecto no puede ser más inoportuno, más contradictorio con el momento económico y más a contrapelo con la actual situación de la economía.
Si los bancos estuvieran en situación complicada desde el punto de vista de la rentabilidad, el proyecto tendría algún sentido, pero lo estamos tratando en un momento en que la banca es el único sector de la economía que ha obtenido una alta rentabilidad en los últimos diez años. Además, si nos acercáramos a cualquier banco comercial nos daríamos cuenta de la diferencia que existe entre el interés de captación, que no sube del 0,3 por ciento, y el interés de colocación, que en pizarra se ofrece sobre el 3,3 ó 3,6 por ciento.
No existe actividad lucrativa alguna en el país, excepto quizás la trata de blancas y el tráfico de armas o de drogas, que obtenga una rentabilidad que alcance once veces el costo del proceso productivo o de la mercadería que está siendo colocada en el mercado.
Me resisto a aprobar el proyecto precisamente porque, en mi opinión, va a contrapelo de la economía, de la justicia y de lo que queremos crear: una sociedad más justa con un mercado que debe ser regulado de alguna manera.
Aquí estamos desregulando un mercado que sólo tiene regulaciones para los deudores. Toda la legislación que tenemos es favorable a los acreedores. Esta Cámara de Diputados ha sido tremendamente generosa con los bancos y con los acreedores en general. Aprobamos el proyecto relativo al mercado de capitales y, ayer, un proyecto de ley interpretativa, que permitirá no pagar tributos sobre ganancias de capital ni tampoco en el global complementario.
Está bien que aprobemos instrumentos que permitan incentivar la inversión en el mercado de capitales, pero me resisto a eliminar una protección que tienen los pequeños deudores con el sector bancario y financiero.
Creo, no obstante, en el argumento que entregó el diputado informante en cuanto a que es posible que en este segmento del mercado, en que la tasa máxima convencional tiene un “techo muy bajo”, quizás no están accediendo los pequeños empresarios a créditos de largo plazo. Bueno, si eso es así, estoy dispuesto a analizar el punto, pero respecto de la pequeña y mediana empresa.
En el estudio del proyecto no participó ninguna de las organizaciones que representan a la pequeña y mediana empresa. Si en verdad la beneficiará, deberíamos realizar un proceso legislativo que recoja la opinión de los sectores afectados, invitando a la pequeña y mediana empresa; con posterioridad, hacer la discusión en las Comisiones de Economía y de Hacienda, y luego traer a la Sala la opinión concordante de quienes serán supuestamente beneficiados con el proyecto.
Por las razones señaladas, me resisto a aprobarlo y me opongo a él por estimar que es inoportuno y no conduce a satisfacer las aspiraciones nacionales, en cuanto a reactivar la economía y crear más empleos, que es lo que quieren todos los chilenos.
He dicho.
La señora MUÑOZ , doña Adriana ( Presidenta ).-
Tiene la palabra el diputado señor René Manuel García .
El señor GARCÍA (don René Manuel) .-
Señora Presidenta , este es el típico proyecto que nos enfrenta a dos mundos: al mundo real y al mundo de papel. El mundo real es muy distinto al que el proyecto se refiere.
Quiero que me digan qué negocio en Chile tiene una rentabilidad de 30 ó 40 por ciento anual, que corresponde al interés que cobran los bancos. Hace poco tiempo leímos con preocupación, en diarios financieros del país, que los bancos habían tenido utilidades por 420 mil millones de pesos, en circunstancias de que el 90 por ciento de los trabajadores chilenos no tiene derecho a acceder a crédito, pero hoy estamos regulando en parte la actividad bancaria.
Quiero hacer una pregunta: ¿Cuánto es el interés que cobran en Chile? Nuestro país tiene los intereses más caros del mundo. ¿En qué sentido? Lo voy a explicar claramente.
Por una parte, tenemos un IPC bajísimo de 0,1 por ciento y, por otra, un banco se jacta de cobrar un interés muy bajo, 1,95 por ciento. ¿Cuántas veces el IPC significa ese porcentaje? Es decir, cobra casi 2.000 por ciento de interés con respecto al IPC o a los parámetros que se utilizan para determinar las utilidades. Hoy, sin embargo, queremos darles un descreme: el banco elige el interés. Si usted, señor, es rico, un potentado, menos interés; si es pobre, no tiene garantías, y si quiere sacar a su familia adelante, le sacamos la mugre. De 300 mil pesos le entregaremos sólo 260 mil, porque el resto es para papeleo, notarías, timbres y estampillas. Es decir, seguimos dando todas las garantías y ventajas a los bancos y nada a la gente de trabajo, a las Pymes, al pequeño y mediano agricultor.
¡Basta, señores! Hay que trabajar con el mundo real. Hoy tenemos la oportunidad de decir a los bancos que hagan lo que quieran y que con ley o sin ella pueden negociar los intereses que quieran, porque el Banco Central sólo da cifras.
En verdad, creo que el proyecto es inoportuno y que atenta contra la gente de trabajo, el pequeño industrial, el pequeño agricultor, y contra la gente que, en definitiva, quiere salir adelante. No me explico por qué razón mandaron este proyecto a trámite legislativo.
Es más, en él se habla de moneda extranjera o equivalente y, más encima, agregan las unidades de fomento. O sea, en Chile tenemos tres monedas: la unidad de fomento, el dólar y el peso, que es el que menos se utiliza. En definitiva, todas las ventajas son para la gente que hoy tiene hundido al país. El banco puede negociar, dar los créditos que quiera, pero no dictemos más leyes que lo favorezcan.
Además, hay algo mucho peor que esto. El banco nunca ha perdido plata y eso lo pueden decir los diputados por la Novena Región, actualmente dividida a raíz del conflicto mapuche, en tres zonas: verde, naranja y roja. A los agricultores que están en las zonas naranja y roja, el banco no les presta plata, y al pequeño empresario que quiere producir no le da ninguna garantía. O sea, se protegen solos, sin leyes. En consecuencia, tenemos que ver cómo favorecemos a la gente de trabajo y no a los grandes consorcios. Por lo demás, el 90 por ciento de los bancos son de propiedad de extranjeros, o sea, más encima estamos dando plata a gente que viene a reírse de la pobreza de los chilenos.
En consecuencia, votaré en contra el proyecto con mucha fuerza y entusiasmo.
He dicho.
La señora MUÑOZ , doña Adriana ( Presidenta ).-
Tiene la palabra el diputado señor José Miguel Ortiz .
El señor ORTIZ .-
Señora Presidenta , tal como expresó el diputado informante de la Comisión de Hacienda , ayer don Nicolás Eyzaguirre informó sobre todos los proyectos que tienen que ver con su cartera y que se tramitarán durante este año. También aprovechó la oportunidad para dar a conocer cifras que resultan preocupantes.
Creo que es el momento de hacer efectiva la disposición y la voluntad que manifestamos los 120 diputados que estamos en la Sala cuando fuimos candidatos para el nuevo período legislativo, proceso que culminó el 16 de diciembre pasado, en el sentido de defender en forma especial al pequeño y mediano empresario.
En la reunión con el ministro se dieron a conocer, por ejemplo, las tasas de interés que se aplican a los créditos de consumo. En Chile, el interés anual que se cobra por este concepto fluctúa entre 30 y 37 por ciento, en circunstancias de que el costo del dinero no supera el 12 ó 13 por ciento. Ésa es una cifra real, efectiva, que explica lo que realmente está pasando en nuestro país.
Se tocó también el tema de las Pymes. Normalmente, el pequeño y mediano empresario, que genera tanto empleo, es cliente de un solo banco, en circunstancias de que el gran empresario, con sus sociedades anónimas, opera con cuatro, cinco y seis bancos. Ellos tienen capacidad para negociar, no así las Pymes, a las que, además, cuando caen en mora prácticamente se les cierran las puertas del financiamiento. Si van a solicitar ayuda a otro banco, sólo el costo de lo que significa analizar toda su situación hace imposible que logren un crédito. Esto no puede continuar.
El proyecto en discusión se planteó en un momento diferente del actual. En los últimos tres meses queda demostrada la voluntad y disposición para tratar de legislar sobre las tasas de interés de los bancos y financieras y de las grandes casas comerciales para que la rebaja del precio del dinero -como lo ha expresado el Banco Central- llegue realmente a las personas que corresponda. De repente se escuchan noticias de que esas rebajas se traspasarán a los usuarios. ¡Qué increíble! Como si la computación no estuviera al más alto nivel en la tecnología o las utilidades de los grandes bancos y financieras debieran manejarse a paso lento.
El informe de la Comisión incluye el análisis de las posibles consecuencias de eliminar la tasa de interés máxima convencional y también de los efectos de una exagerada segmentación de las tasas de interés. Se concluyó que no sería conveniente su eliminación, ya que lo actualmente existente constituye un grado de protección para los clientes de más bajos ingresos y del sector informal.
El interés de la Comisión es proteger y fortalecer a los pequeños clientes para que tengan acceso al sistema financiero. Al respecto, hemos dado señales muy precisas. Por ejemplo, en el proyecto de ley relacionado con el mercado institucional, en el Senado de la República, con consulta a varios diputados -titulares de la Comisión de Hacienda- se presentó una indicación que aprobó el Ejecutivo . Finalmente, en segundo trámite constitucional, la Cámara acogió la creación de bancos con la mitad del capital exigido y su actividad focalizada especialmente en los pequeños y medianos empresarios.
Cuando se discutió este proyecto, también se adelantó que su aprobación podría ir en desmedro de los clientes más vulnerables. Al respecto, se clarificó y precisó el papel de la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras, como también se reconoció que los créditos que se otorgan a los pequeños y medianos empresarios, los créditos hipotecarios y las tarjetas de crédito -cuyo interés oscila entre un 3,5 y un 8 por ciento mensual, aproximadamente- constituían una usura legalizada.
A mi juicio, ésta no es la instancia para seguir con la discusión de este proyecto, sino que debería enviarse una iniciativa para que sea estudiada por la Comisión especial de las Pymes -las diferentes bancadas deberán designar sus titulares- y en ella escuchemos a sus actores, a los dueños de los bancos y las exposiciones del ministro de Hacienda y del Superintendente de Bancos e Instituciones Financieras . Más aún, el ministro de Hacienda , en la sesión de ayer de la Comisión de Hacienda de la Cámara, se comprometió a tratar en una sesión especial el tema de las Pymes, en particular las tasas de interés de los créditos de consumo cobradas por los bancos y financieras.
Por ello sugiero, cuando terminen de exponer todos los colegas inscritos, que la señora Presidenta solicite la unanimidad de la Sala para que este proyecto sea analizado por la Comisión especial de las Pymes, además de la de Economía y de Hacienda.
También quiero señalar que soy partidario de la agenda pro-crecimiento que se está llevando a cabo con la Sociedad de Fomento Fabril, Sofofa , pero en ella no están la Central Unitaria de Trabajadores, las Pymes ni Asexma. Por lo tanto, es la oportunidad de que surja de la Cámara de Diputados la solicitud de elaborar una agenda pro-crecimien-to relacionada con las Pymes, que son las que generan el 80 por ciento del empleo en nuestro país. Esta materia debería tratarse no sólo en la Comisión de Hacienda, sino también en la Sala para ver de qué forma podemos lograr un proyecto que regule las tasas de interés en los bancos, financieras y grandes casas comerciales.
Termino expresando que este proyecto debería retirarse y seguir el camino que acabo de señalar.
He dicho.
La señora MUÑOZ , doña Adriana ( Presidenta ).-
Tiene la palabra el diputado señor Camilo Escalona.
El señor ESCALONA.-
Señora Presidenta , el diputado informante , señor Dittborn , nos ha señalado que en la sesión de la Comisión el ministro de Hacienda concordó en la necesidad de realizar una sesión especial, además de entregar a la Cámara una información exhaustiva que nos permita, en conjunto, despejar el gran problema que preocupa a la opinión pública en este momento: la rebaja de tasas de interés no ha llegado a los pequeños y medianos empresarios. Entiendo que ésta es la inquietud general de la Cámara. Así lo ha señalado también el diputado de Renovación Nacional señor García .
En consecuencia, nos sumamos a la proposición de que el proyecto sea devuelto a la Comisión de Hacienda para que se debata como parte del conjunto de medidas e iniciativas vinculadas con el apoyo a la mediana y pequeña empresa.
He dicho.
La señora MUÑOZ , doña Adriana ( Presidenta ).-
Tiene la palabra el diputado señor Saffirio .
El señor SAFFIRIO .-
Señora Presidenta , quiero manifestar la incongruencia entre este proyecto y el debate de las últimas semanas en que ha intervenido el ministro de Hacienda e incluso el presidente del Banco Central , alertando sobre la falta de competencia que hoy existe en el otorgamiento de créditos en la banca nacional.
El proyecto en discusión, que busca desregular este mercado eliminando las restricciones al monto de los intereses de los créditos, iniciado el año 2000, no dice relación con lo que han sido los debates. La polémica sobre estos temas aún está fresca. Intervinieron el ministro de Hacienda y el presidente del Banco Central .
Creo que las modificaciones propuestas no sólo por el numeral 1, sino que también por el 2 del artículo único pueden afectar fuertemente a la pequeña y mediana empresa, que de alguna manera -se supone- se desea proteger.
Me llama la atención que no se haya escuchado a los actores. Hay opiniones del superintendente de Bancos e Instituciones Financieras , pero no sabemos qué piensan los pequeños y medianos empresarios, actores económicos afectados con este proyecto.
Esta iniciativa, en los términos planteados, es completamente negativa. Por ello, manifiesto mi decisión de votar en contra. Tengo temor de que tanto el numeral 1 como el 2 puedan afectar las mínimas protecciones que hoy tienen los pequeños y medianos empresarios. Además, votaré en contra porque no se ha escuchado a estos actores -los pequeños y medianos empresarios-, sino sólo la opinión del superintendente de Bancos e Instituciones Financieras .
He dicho.
La señora MUÑOZ , doña Adriana ( Presidenta ).-
Tiene la palabra el diputado señor Germán Becker.
El señor BECKER.-
Señora Presidenta , desde el punto de vista conceptual y teórico, estoy absolutamente de acuerdo en que se debería eximir de la limitación el monto de los intereses pactados en operaciones de crédito de dinero cuando el capital exceda las 5.000 UF. Es más, teóricamente debería eliminarse la tasa máxima para todo monto de créditos.
Sin embargo, como sostenía el diputado señor René Manuel García , una cosa es la teoría, y otra, la práctica.
En nuestro país, donde los bancos se han convertido en un oligopolio, donde nuestras Pymes están con serios problemas económicos y muchas al borde de la quiebra, estoy absolutamente seguro de que es altamente inoportuno e inconveniente eliminar la tasa máxima convencional para créditos de más de 5.000 UF.
Si aprobáramos esta iniciativa, daríamos carta blanca a los bancos para cobrar intereses usurarios, lo que agravaría la situación de las Pymes, con el consiguiente aumento de la cesantía y de la pobreza.
No es cierto lo que afirma el superintendente de Bancos e Instituciones Financieras , quien argumentó en la Comisión de Hacienda que la tasa máxima en operaciones de gran tamaño no se justifica, ya que, por lo general, son bastante homogéneas y existe competencia suficiente en la industria, lo que favorecería al cliente. Eso no es real. En este momento existen muchas Pymes y agricultores que deben más de 80 millones, que tienen garantías reales en los bancos y que están obligados a renegociar.
Como estas empresas están pasando por un período de baja rentabilidad, en la renegociación los bancos las consideran riesgosas. En este momento, muchas sólo han logrado renegociar con el interés máximo convencional. Si se elimina, los bancos les cobrarán tasas aun más altas, lo que haría a estas empresas inviables y los bancos harían rápidamente efectivas las hipotecas, con el consiguiente perjuicio para nuestro país.
Por todo lo anterior, votaré en contra de este proyecto de ley, ya que considero que, por las condiciones que vive el país, el momento en que se plantea es altamente inoportuno.
He dicho.
La señora MUÑOZ , doña Adriana ( Presidenta ).-
Tiene la palabra el diputado señor Enrique Jaramillo .
El señor JARAMILLO .-
Señora Presidenta , concuerdo con todas las ideas expresadas por los diputados señores Eugenio Tuma , René Manuel García, José Miguel Ortiz , Camilo Escalona , Germán Becker y Eduardo Saffirio , quienes han opinado sobre este proyecto aprobado por la Comisión de Hacienda en el período pasado.
Esta iniciativa ingresó a trámite legislativo hace bastante tiempo, y hoy está fuera de foco. Su aprobación no la soportaría la política de crecimiento de este país.
Por lo tanto, hablar de 85 millones como una cantidad interesante e importante, no es otra cosa que lo que se ha dicho acá. Esa suma es el mínimo con el que las Pymes entran a competir. Por eso, con la aprobación de este proyecto estaríamos gravando a las Pymes.
Esta iniciativa, como decía el diputado informante, no hace otra cosa que desregular en parte el cobro de intereses máximos. Estoy de acuerdo con desregularlos, pero cuando sean máximos y no de 5.000 UF. La iniciativa no se justifica dadas las condiciones del mercado.
Sería conveniente regular una política bancaria sobre esta materia. Muchas veces hemos querido comenzar su estudio en las comisiones respectivas. En la Comisión de Hacienda se ha tocado reiteradamente el tema de la concentración bancaria. Eso es lo grave y tenemos que modificar la ley Nº 18.010, pero no aprobar esta inoportuna e inconveniente proposición del Ejecutivo. Ya está todo dicho: esta normativa permitiría el cobro de más intereses de los que ya en forma excesiva fijan los bancos.
Por lo tanto, la bancada del Partido por la Democracia va a rechazar este proyecto por inoportuno, inadecuado y no estar de acuerdo con la política económica que se está llevando a cabo en el país.
He dicho.
La señora MUÑOZ , doña Adriana ( Presidenta ).-
Tiene la palabra el diputado señor Claudio Alvarado.
El señor ALVARADO .-
Señora Presidenta , tal como se ha señalado en el informe de este proyecto y en la discusión de la Comisión de Hacienda, es fundamental tener claro que el efecto de este proyecto es prácticamente nulo, porque en todas aquellas operaciones de más de 5.000 UF ningún deudor se obliga a la tasa máxima convencional. ¿Por qué razón? Porque tiene flujos de caja estables, buenas garantías y la posibilidad de operar con más de un banco. Eso es así.
En cambio, en operaciones menores a las 5.000 UF, la tasa máxima convencional opera como una protección al deudor más pequeño, porque no cuenta con flujos estables, tiene garantías deficitarias y no cuenta con acceso a otros bancos. Por lo tanto, pasa a ser un cliente cautivo.
También nuestro deseo es que el debate se centre en el hecho de que la baja de intereses se traspase realmente a la generalidad de los deudores.
Ayer reconocía el ministro de Hacienda que las bajas de tasas se traspasan tan sólo a un 20 por ciento de los deudores del sistema financiero; el otro 80 por ciento se mantiene cautivo y opera con intereses que no se ajustan a la realidad actual.
Por esa razón, y dejando en claro, en forma objetiva y técnica, que este proyecto no tendrá ningún efecto práctico en el segmento de 5.000 UF hacia arriba y como es nuestra intención participar en un debate serio, amplio e informado con la autoridad de Hacienda respecto de qué hacer para traspasar las rebajas de tasas a la generalidad de los deudores, proponemos que vuelva a la Comisión de Hacienda.
He dicho.
La señora MUÑOZ , doña Adriana ( Presidenta ).-
Tiene la palabra el diputado señor Carlos Montes .
El señor MONTES .-
Señora Presidenta , este proyecto está relacionado con un tema central de mucha repercusión e implicancia en el modelo de crecimiento.
Lo anterior tiene que ver con la manera en que los sectores de menores recursos, las pequeñas empresas, los consumidores, los deudores hipotecarios pueden acceder al mercado de capitales.
Al respecto, hay un gran vacío en nuestro modelo de crecimiento. Hemos hecho modernizaciones en el mercado de capitales considerando otro segmento de deudores y diferentes tipos de operaciones, pero hasta ahora no se ha pensado en los sectores más pequeños. Esto es más importante que discutir si hay que aumentar o no en un punto el gasto público, porque en un país cuyo mercado de capitales dispone de muchos recursos -como en el caso nuestro- hay que ver cómo acceden a él los distintos sectores.
Los bancos están pidiendo mayor flexibilidad para fijar las tasas de interés. Han dicho -como señaló el diputado señor Alvarado - que ojalá no existiera interés máximo convencional, aun cuando sabemos que con esa tasa se protege de manera fundamental a los más débiles. Cabe destacar que si no se hubiera establecido dicha tasa, los intereses serían mucho más elevados.
Los bancos argumentan que sin interés máximo convencional estarían más abiertos a prestarles a los sectores de mayor riesgo -a su juicio- y, por lo tanto, dispondrían de más recursos.
Se ha expresado que la tasa de interés máxima convencional es para una economía no plenamente competitiva ni mucho menos, sino para proteger, sobre todo, las coyunturas de escasez del flujo financiero, porque en los períodos de menores recursos financieros es necesaria la protección de todos, pero esencialmente de los más pequeños, de los más débiles.
¿Qué hicimos respecto de la demanda de los bancos cuando se trató otra modificación legal? Permitimos que se diferenciara la tasa de interés máxima convencional, que no es una sola sino varias, con el fin de establecer tasas máximas de acuerdo a ciertos segmentos, quedando el más pequeño en manos de la Superintendencia, la cual estudió sus características y a qué nivel llegaba.
Por su intermedio, señora Presidenta , deseo que el diputado señor Dittborn nos diga qué información se dio en la Comisión en la discusión del proyecto respecto del tema, cuál ha sido el comportamiento de la tasa real respecto del interés máximo convencional, cuál es la diferencia y si hay algún estudio de la Superintendencia.
Todos sabemos que muchas de las casas comerciales prestan dinero a un interés superior a la tasa de interés máxima convencional y utilizan muchos mecanismos para tergiversar la tasa efectiva que cobran. Deseo saber si la Superintendencia ha hecho estudios al respecto.
Para qué hablar del mercado informal de crédito, como Eurolatina y otros, que dicen que prestan con recursos propios, lo que es falso, a los cuales no controla la Superintendencia.
Lo más probable es que la tasa real sea superior a la máxima convencional en los sectores más débiles.
En esas circunstancias, deseo saber qué evaluación ha hecho la Superintendencia de la facultad que le dio la ley para fijar la tasa de interés máxima convencional a estos segmentos.
No me queda claro de qué manera el proyecto resuelve el problema. Me preocupa que se sigan aplicando soluciones de parche y que no se aborde el problema de fondo: que el mercado de capitales no funciona bien para los créditos de consumo, para los créditos hipotecarios y para las Pymes. Se requiere modernizar dichas operaciones.
El problema radica en que nuestra economía aún no dispone de una instancia de capital de riesgo, y en la medida en que no la haya es difícil que los bancos estén dispuestos a arriesgar más de lo que consideran pertinente. Es necesario desarrollarla, pero los intentos que se han hecho hasta ahora no han operado en forma adecuada.
Por otra parte, debemos poner en pie forzado a los cuarenta mil millones de dólares de las AFP y a otros más, a fin de que destinen recursos para la formación de un capital de riesgo y, en particular, para las Pymes.
Si nos retrotraemos en el tiempo, veremos que para que las AFP participaran con recursos en el sector vivienda se crearon las letras de crédito para la vivienda. En la actualidad, hay cinco mil millones de dólares de los fondos de las AFP en esos títulos.
Es fundamental que al menos el uno por ciento de los fondos de las AFP se destine a ese objetivo, pero creo que más allá de esas medidas es necesario contar con un sistema de calificación de riesgo más adecuado. El Dicom no facilita que los bancos y el sector financiero coloquen más recursos en créditos de consumo, hipotecarios y para las Pymes.
El actual sistema de calificación de riesgo es muy malo, blanco o negro; depende de si alguna vez el deudor cayó en mora. No hay datos globales del comportamiento histórico del deudor ni calificación efectiva de riesgo.
La misma empresa Dicom, en Estados Unidos, opera con un sistema de calificación de riesgo que tiene cerca de diez variables, positivas y negativas.
El Ministerio de Hacienda no puede seguir postergando la presentación de un proyecto para calificar el riesgo de manera adecuada. Ya hemos discutido el punto muchas veces a propósito de la deuda subordinada y esto hay que vincularlo al tema, porque es la base del problema.
No estoy en condiciones de votar a favor del proyecto, independientemente del impacto de sus medidas. Creo que ayudaría a avanzar en la discusión de fondo, en primer lugar, que el Gobierno y la Asociación de Bancos dieron más información sobre el tema y aplicaran un enfoque más amplio en la discusión.
A mi juicio, la iniciativa debe enviarse a Comisión, ya que rechazar el proyecto es como dejar el tema de lado. Sin embargo, si vuelve a la Comisión se mantendrá vigente.
Hay que abordar el tema fundamental de cómo los créditos de consumo, los hipotecarios y los que se otorgan a las Pymes se pueden conceder en un mercado de capitales más moderno y adecuado, no sólo para los grandes empresarios, sino también para todos los sectores.
He dicho.
La señora MUÑOZ , doña Adriana ( Presidenta ).-
Tiene la palabra el diputado señor José Antonio Galilea .
El señor GALILEA (don José Antonio) .-
Señora Presidenta , tampoco comparto el proyecto, por lo cual voy a votarlo en contra.
Se ha dicho bastante sobre esta iniciativa. Me quedo con lo que señaló el diputado señor Tuma : la realidad del país hace que el proyecto sea claramente inoportuno y muy inconveniente.
A los diputados que aún están persuadidos de las bondades del proyecto, quiero decirles que un muy alto número de pequeños empresarios, agricultores, personas que se dedican al trabajo del cuero, transportistas, etcétera, por la natural baja en el consumo se han visto obligados a recurrir a los bancos a renegociar sus deudas.
Me inquieta saber qué pasará con los que están en mayor riesgo a la hora de renegociar sus deudas con los bancos o con el deudor que tiene garantías de mayor valor que el monto adeudado, quienes se constituyen en sujetos de alto riesgo para la banca. ¿Qué actitud asumirá el banco con ese ciudadano a la hora de renegociar la deuda? Me parece que no se necesita ser adivino para predecir lo que ocurrirá.
Además, digamos las cosas por su nombre. En Chile tenemos un grado escandaloso de concentración de la propiedad de la banca, con la posibilidad evidente de que esa concentración se incrementará aún más.
De no mediar cambios profundos, el negocio financiero en Chile llevará a que cuatro o cinco personas manejen el mercado de capitales, como alguien lo dijo en la Sala.
La concentración de la banca impide a los bancos asumir los riesgos.
Hace unos días, para justificar la no baja de las tasas de interés, los bancos nos informaron que debían administrar el factor riesgo. Luego, el Banco del Estado -que alguna vez debía demostrar que es del Estado- bajó las tasas de interés, con el propósito de generar un mayor grado de competencia en el sistema, lo que ocasionó, en definitiva, la baja en las tasas de interés. Si no hubiera mediado la participación del Banco del Estado -que esta vez se comportó como tal-, nadie habría obtenido los beneficios de la baja de interés.
Estas señales son más que suficientes para confirmar que lo dicho por el diputado señor Montes es absolutamente cierto: hay un segmento de personas, de empresas, de determinado tamaño, que necesitan protección, en particular frente al grado de concentración con que hoy funciona el sistema financiero en Chile.
De aprobarse el proyecto, debemos fijarnos en cuál será el tratamiento que recibirán los deudores que ahora acuden a los bancos a renegociar sus deudas.
Por último -según lo dicho por el diputado señor Alvarado -, si el efecto práctico del proyecto es nulo, prefiero votarlo en contra.
He dicho.
La señora MUÑOZ , doña Adriana ( Presidenta ).-
Tiene la palabra el diputado señor Antonio Leal.
El señor LEAL .-
Señora Presidenta , el proyecto es anacrónico en relación con la realidad del momento. Pensar en desregular el mercado eliminando la tasa máxima convencional para los depósitos de más de 5.000 unidades de fomento, significa, como lo ha dicho el diputado señor Alvarado , no tener en cuenta que tales depósitos transan sus tasas de interés con diversos bancos. Por tanto, no tiene sentido eliminarla.
La tasa máxima convencional es fundamental para los pequeños y medianos clientes, y si no existe, las tasas de interés de los bancos tenderán a subir.
Las cifras que daré corresponden a las tasas de interés promedio del período, entregadas por la propia Superintendencia: según el monto de la operación, en marzo de 2002, de 0 a 200 unidades de fomento, la tasa de Corpbanca era de 35,90 por ciento; del Citibank, de 38,32 por ciento; del Santander , de 35,60 por ciento; del Bhif, de 39,61 por ciento. Esas tasas de interés se están aplicando a los créditos de hasta 200 UF. Si se hacen extensivas a los de hasta 1.000 unidades de fomento, su disminución será muy menor.
Por tanto, ha habido un fracaso, por lo menos en este segmento, en el intento por reactivar la economía a través de las políticas monetarias, porque las sucesivas rebajas en las tasas de interés del Banco Central no sólo no llegan a los clientes con créditos de hasta 200 unidades de fomento, sino tampoco a los de hasta 1.000 UF. O sea, no sólo toca un segmento del mundo popular, sino también a clientes de clase media.
El proyecto debe volver a la Comisión de Hacienda para dar lugar a un debate sobre lo que está ocurriendo con el mundo financiero chileno.
Si uno lee las ediciones de ayer y de hoy del diario “El Mercurio”, puede comprobar las altas utilidades que están obteniendo los bancos, los mismos que con tasas de interés altísimas, de casi 40 por ciento, dejan sin posibilidad de obtener crédito a un segmento que, para ellos, representa sólo el 6 por ciento de las colocaciones, pero significan dos millones de personas, quienes deben recurrir a las casas comerciales, cuyos intereses son mucho más altos que los bancarios, o a prestamistas, porque no tienen acceso a la banca, ya que ésta, aparte de considerarlas un segmento pequeño, se cubre de los riesgos de tal manera que, al final de cuentas, las deja fuera del sistema formal. Desregular completamente el mercado se traduciría en aumentar las tasas de interés a los pequeños y medianos productores y empresarios, a la gente que hoy no tiene acceso al crédito.
Por ello, reitero lo que han planteado otros colegas, en el sentido de que el proyecto vuelva a la Comisión de Hacienda, a fin de que haya un debate profundo respecto de cómo han llegado a los clientes las últimas tres rebajas de las tasas de interés decretadas en el último período por el Banco Central, como una medida reactivadora de la economía y cómo este tipo de políticas monetarias no contribuyen a esa finalidad.
Si se pone en votación el proyecto lo rechazaré, porque no ayudará a reactivar la economía ni a generar empleo, y sólo permitirá que se lesionen aún más los intereses de los pequeños y medianos empresarios, que son quienes generan empleo. Para nosotros éste es el tema principal que hoy debe resolverse.
He dicho.
La señora MUÑOZ , doña Adriana ( Presidenta ).-
Tiene la palabra el diputado señor Pablo Lorenzini .
El señor LORENZINI .-
Señora Presidenta , quiero recordar lo sucedido en la Comisión de Hacienda cuando se trató este tema.
El análisis de una materia tan importante no contó con la presencia del ministro de Hacienda de la época, quien envió a uno de sus “boys” a dar explicaciones. Por lo tanto, fue tratada con el superintendente de Bancos , que sabe mucho de bancos -antes de ser superintendente trabajaba en uno, hasta la noche anterior- y por un funcionario de Hacienda.
Quiero recordar lo que dijeron ambos representantes.
El señor Marshall expresó que aun cuando se elimine la tasa máxima, el sector financiero informal seguirá existiendo.
El señor Rodrigo Valdés , de Hacienda, señaló que la tasa máxima existe para proteger a los consumidores en general, pero obviamente cuando existe una adecuada competencia bancaria. Por lo tanto, allí no tendría importancia.
La mayoría de los parlamentarios ha dicho cuál es la competencia bancaria que existe hoy. Me agradó escuchar a un colega de Oposición reconocer por primera vez en esta Sala que existe una concentración bancaria desmesurada. Se nombró una comisión investigadora sobre el tema y no se recibió el apoyo de la mayoría de la gente de Oposición.
Hoy vemos que el Banco del Estado, el Chile con el Edwards y la unión, no en Chile, de dos bancos españoles, concentran el 66 por ciento del mercado.
Hay comunas, como las que representan algunos parlamentarios, Cauquenes u otras, donde una entidad tiene el ciento por ciento de la actividad bancaria.
¿Cómo es posible que las Pymes, como decía el diputado Ortiz , o el pequeño deudor, como expresaba el diputado señor Montes , pueda acceder a un crédito si basta con que mire mal a un funcionario para no tener posibilidad alguna de obtenerlo? Entonces, se ve obligado a trasladarse a una ciudad más grande, distante treinta o cuarenta kilómetros, para acceder a la banca.
En Chile no hay un mercado bancario en competencia, como decían los representantes de Hacienda de la época. Las cifras que nos dieron ellos mismos -lo preguntó el diputado señor Montes -, señalan que el 80 por ciento del total de créditos representan operaciones por más de 5.000 unidades de fomento, es decir, de sobre 80 millones de pesos. Se está legislando para el 80 por ciento, o sea, para unas cuantas operaciones, pero allí está todo el dinero financiero. Eso no es posible.
El tema se trató bastante en la Comisión de Hacienda con los ex diputados señores Andrés Palma y Jocelyn-Holt , y con los diputados Montes , Álvarez y Dittborn , pero, tal como lo señaló el diputado señor José Miguel Ortiz , era otro contexto.
Hoy, el proyecto no tiene razón de ser y no vale la pena seguir discutiéndolo, porque es parte de otro esquema. La pregunta nuestra es cómo hacemos para incorporar al mercado financiero informal, al que accede la mayoría de la gente -los prestamistas, las financieras, brujas y no tan brujas-, a un sistema de control, con riesgos más grandes, por supuesto.
Ayer el ministro de Hacienda -no creo que se enoje, porque lo dijo en la Comisión-, anticipó que se enviará un proyecto de tremendo impacto, que ojalá se concrete. Se trata de tener una central de garantías, que el Estado aparezca con grandes espaldas recibiendo garantías de los pequeños y, desde esa central, respaldar sus peticiones de crédito en distintas instituciones financieras. Hoy las Pymes, el pequeño accionista de una microempresa en el campo, por ejemplo, que sólo tiene un bien raíz de 20 millones o 30 millones de pesos, con un préstamo de 2 millones de pesos deja copado su acceso al crédito y queda sin posibilidades de ir a otro banco. Sin embargo, aquí estamos tratando de liberalizar las tasas.
Me parece que lo propuesto por algunos señores diputados es lo correcto. El proyecto no debiera votarse hoy, porque si lo rechazamos no podrá tratarse nuevamente el tema hasta después de un año. Por tanto, debe volver a la Comisión de Hacienda, a fin de incorporarlo a otras iniciativas que estamos tratando, como la relativa a las Pymes, y así buscar una solución sobre la base de una idea que en su minuto pudo haber sido práctica, defendida por la Superintendencia.
Ahora las condiciones son distintas. Hemos visto lo que ha pasado con las tasas de interés. El diputado señor Mora me decía que mencionara lo que sucede con las tasas de las tarjetas de crédito y de las casas comerciales. En fin, el tema es mucho más amplio y profundo, y por eso no estamos dispuestos a legislar para unos pocos, que se llevan el 80 por ciento del financiamiento del país.
Me parece que en esto hay coincidencia. El diputado señor Dittborn estableció el informe en otras condiciones. Por eso creo que se sumará a nuestra propuesta y estará presente en la Comisión de Hacienda para reestudiar el proyecto y recabar mayores antecedentes.
En la Comisión se solicitó información a Hacienda, pero nunca llegó. Pienso que el tema debe ser reevaluado y por eso concuerdo en dejar pendiente la discusión del proyecto, sin votarlo en contra, porque necesita la incorporación de elementos adicionales.
He dicho.
La señora MUÑOZ , doña Adriana ( Presidenta ).-
Tiene la palabra el diputado señor Felipe Letelier.
El señor LETELIER (don Felipe) .-
Señora Presidenta , tengo la impresión de que es el momento oportuno para tocar estos temas, aunque algunos piensen que después de tantos discursos el proyecto tiende a desdibujarse. Si buscar flexibilidad en las tasas de interés significara que cuando el Banco Central las baja la banca privada las traspasa a sus clientes, en buenahora, pero nos damos cuenta de que todas las cosas son al revés.
Estamos frente a un proyecto que a todos nos interesa. Cuando mi amigo, el diputado señor José Antonio Galilea , dice que no es el momento de tratarlo, creo que es el más oportuno, por cuanto estamos hablando de un rubro de la economía en que al final de cuentas ha sido mejor especular que producir. Por lo demás, se trata de un sector que siempre ha sido muy beneficiado y respaldado. Basta recordar que con plata de todos los chilenos la banca recibió entre cinco y treinta mil millones de dólares cuando estuvo cuesta abajo. Sin embargo, la banca jamás ha perdonado su deuda a un ciudadano. Tengo historias penosas de vecinos, agricultores, a quienes distintos bancos privados han rematado sus predios o pequeñas empresas. Por eso, creo que debemos analizar in extenso el proyecto, aunque le agreguemos otros elementos, pero no puede ser que este rubro de la economía, omnipotente, ultrapoderoso, que tiene de rodillas al grueso del país, no sea tocado. No se trata de distorsionar el objetivo del proyecto, pero tampoco podemos aprobar una iniciativa que sabemos que para la mayoría de los chilenos no es viable porque no le sirve.
Por eso me parece bien la propuesta para que vuelva a Comisión, a fin de que sea analizado y discutido in extenso, y se le incorporen muchas de las opiniones que esta honorable Sala ha recogido, porque se trata de una materia que debemos regular.
He dicho.
La señora MUÑOZ , doña Adriana ( Presidenta ).-
Tiene la palabra el diputado señor Alfonso Vargas .
El señor VARGAS .-
Señora Presidenta , la opinión de Renovación Nacional ha sido claramente expresada por los diputados señores José Antonio Galilea , Becker y García . Sin embargo, deseo fijar nuestra posición oficial y decir que la bancada de Renovación Nacional votará en contra el proyecto, porque, tal como lo dijo en su reciente intervención el diputado señor Felipe Letelier , se trata de una iniciativa que no le sirve a la gente que hoy está agobiada pagando distintos créditos: al pequeño empresario, al agricultor, al deudor en general. En verdad, más que favorecer a la gran cantidad de chilenos que hoy necesita que se les tienda una mano, lo que hace es favorecer a ciertos grupos de la banca nacional. Como estamos por ayudar a la clase media, a la gente más necesitada, y queremos dar una señal clara y precisa, votaremos en contra el proyecto. Pedimos que se vote hoy y que no vuelva a Comisión.
He dicho.
La señora MUÑOZ , doña Adriana ( Presidenta ).-
Tiene la palabra el diputado señor Carlos Recondo .
El señor RECONDO .-
Señora Presidenta , el diputado señor Montes dijo que éste es un proyecto importante. Creo que es exactamente al revés: el tema a que se refiere me parece de la mayor relevancia, y todos los parlamentarios coinciden en que debe preocuparnos, pero el proyecto no es relevante, porque no consigue ninguno de los efectos que, según el mensaje, se pretende obtener.
El diputado señor Alvarado explicó muy bien el punto, pues lo que se pretende regular es el segmento de los créditos por sobre las 5.000 UF. De acuerdo con todos los datos entregados en la Comisión y en la Sala, y lo que revela el mercado, el efecto de limitar tales créditos a través de una tasa máxima convencional es prácticamente cero, porque en su mayoría están muy por debajo del promedio de dicha tasa. Por lo tanto, en ese segmento existe un mercado de competencia y, por ende, de alguna manera está regulado, o sea, el efecto del proyecto es cero.
En lo que sí coincidimos todos es en que el tema que aborda el proyecto es de la mayor importancia. Todos, sin excepción, estamos preocupados de cómo se traspasa a los pequeños usuarios, a las Pymes, a los trabajadores, a los créditos de consumo, la baja en las tasas de interés que registra el Banco Central. Es decir, cómo traspasamos el efecto de la política monetaria, de rebajar la tasa de interés a los créditos en el sistema financiero, a la mayor cantidad de usuarios.
Por lo tanto, el proyecto no sirve a nadie, pero sería muy negativo votarlo en contra y no tratar un tema que nos interesa a todos. Si volviera a Comisión, lograríamos abrir un debate respecto del tema que realmente nos preocupa: cómo trasladar el beneficio de las bajas tasas de interés a la mayor cantidad de consumidores. Ésa es la discusión. Si votamos en contra el proyecto, cerraremos la posibilidad de discutir un tema que le interesa a la gente. Debemos dar la señal de que esta Cámara es capaz de centrarse en la discusión de los temas que son del interés de todos. Podremos tener diferencias en cuanto a las razones por las cuales hoy esas bajas tasas de interés no benefician a una mayor cantidad de consumidores, a fin de fomentar más el consumo y la inversión; podremos tener discrepancias en la forma, en cuanto a que algunos sostienen que hay exceso de concentración en la banca; podremos estar de acuerdo o en desacuerdo en cuanto a si debe existir una tasa máxima convencional, mayor o menor flexibilización, pero esos temas los abordaremos en profundidad cuando el proyecto vuelva a la Comisión, porque nos interesan e incentivan a todos, en especial a la gente más necesitada, que es la que hoy no tiene acceso a créditos con tasas de interés bajas, acordes con las anunciadas por el Banco Central en el último tiempo.
Como jefe del Comité de la Unión Demócrata Independiente, solicito que se suspenda la sesión para efectuar un reunión de Comités, a fin de ponernos de acuerdo en el tratamiento del proyecto. De lo contrario, cerraremos la posibilidad de abordar un tema que nos interesa a todos, sobre todo a la gente que está endeudada y a las Pymes. Eso nos permitirá dar señales claras de que deseamos que la baja tasa de interés de la política monetaria actual se vea reflejada también en los créditos de consumo que se otorgan a la mayoría de las personas.
He dicho.
La señora MUÑOZ , doña Adriana ( Presidenta ).-
Tiene la palabra el diputado señor Leal .
El señor LEAL .-
Señora Presidenta , creo que hay amplio consenso en que es inútil votar o continuar hoy con la discusión del proyecto. Por lo tanto, en virtud de lo que establece el artículo 111 del Reglamento, propongo aplazar su discusión, de manera de llevar a cabo un análisis más profundo de la iniciativa.
He dicho.
La señora MUÑOZ, doña Adriana ( Presidenta ).-
Sobre la base de lo planteado por los diputados señores Recondo y Leal, cito a reunión de Comités.
Se suspende la sesión por cinco minutos.
-Transcurrido el tiempo de suspensión:
La señora MUÑOZ, doña Adriana ( Presidenta ).-
Señores diputados, ha quedado en claro que el Comité de Renovación Nacional no dará la unanimidad para que el proyecto vuelva a la Comisión de Hacienda.
A continuación, someteré a votación la propuesta del diputado señor Leal, quien, apelando al artículo 111 del Reglamento de la Corporación, sugiere aplazar la discusión general del proyecto.
En votación dicha proposición.
-Efectuada la votación en forma económica, por el sistema electrónico, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 35 votos; por la negativa, 17 votos. Hubo 2 abstenciones.
La señora MUÑOZ, doña Adriana ( Presidenta ).- Por lo tanto, queda postergada la discusión del proyecto.
-Votaron por la afirmativa los siguientes señores diputados:
Alvarado, Caraball (doña Eliana), Dittborn, Espinoza, Hales, Jaramillo, Jarpa, Kast, Lagos, Leal, Leay, Letelier (don Felipe), Lorenzini, Luksic, Mella (doña María Eugenia), Montes, Muñoz (don Pedro), Muñoz (doña Adriana), Ojeda, Ortiz, Pareto, Pérez (don José), Prieto, Recondo, Rossi, Salaberry, Sepúlveda (doña Alejandra), Tapia, Tarud, Tuma, Urrutia, Varela, Vidal (doña Ximena), Von Mühlenbrock y Walker.
-Votaron por la negativa los siguientes señores diputados:
Álvarez-Salamanca, Ascencio, Bertolino, Delmastro, Galilea (don Pablo), Galilea (don José Antonio), García (don René Manuel), Kuschel, Longton, Monckeberg, Palma (don Osvaldo), Pérez (doña Lily), Riveros, Salas, Seguel, Vargas y Vilches.
-Se abstuvieron los diputados señores:
Becker e Hidalgo.
INTEGRACIÓN DE COMISIONES MIXTAS.
La señora MUÑOZ, doña Adriana ( Presidenta ).-
Propongo integrar la Comisión Mixta encargada de resolver las discrepancias suscitadas durante la tramitación del proyecto de ley que modifica la ley de cooperativas con los diputados señores Eugenio Tuma, Gonzalo Uriarte, Francisco Encina, Edgardo Riveros y Carlos Hidalgo.
¿Habría acuerdo?
Acordado.
Propongo integrar la Comisión Mixta encargada de resolver las discrepancias suscitadas durante la tramitación del proyecto de ley que modifica la ley Nº 18.700, orgánica constitucional sobre votaciones populares y escrutinios, en materia de reclamaciones electorales, con la diputada señora Laura Soto y los diputados señores Marcelo Forni, Arturo Longton, Jorge Burgos y Juan Bustos.
¿Habría acuerdo?
Acordado.
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