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- rdf:value = " HOMENAJE EN MEMORIA DEL CIUDADANO PENQUISTA HUMBERTO OTÁROLA AQUEVEQUE. Notas de condolencia.
El señor SEGUEL (Vicepresidente).-
En el tiempo del Comité Mixto, tiene la palabra el diputado señor Jaime Rocha.
El señor ROCHA (de pie).-
Señor Presidente , en los tiempos -no hace mucho de ello- en que lo normal era vivir con el temor y la incertidumbre de lo que vendría al día siguiente, cuando ingresar sin autorización a la patria convertía al chileno que lo hacía en reo de un delito sancionado en los códigos de la dictadura militar hasta con la pena de muerte, hubo un militante democratacristiano de Concepción, en la Octava Región, que jamás se doblegó y cuya voz se escuchó clara y convincente cuando era preciso gritar la verdad de quienes luchaban por la esperanza de ver, sin saber en cuánto tiempo, la luz de la democracia. Fue voz de dignidad, valerosa e intransable, propia de los grandes hombres.
Rindo esta tarde mi homenaje de admiración, respeto y agradecimiento a Humberto Otárola Aqueveque , distinguido abogado, quien, desde la cátedra y en cada acto de su vida, enseñó el valor de la democracia cuando ésta fue aplastada con las consecuencias que todos ya no podemos negar.
Humberto Otárola fue en esos instantes conductor del pueblo. Ejerció ese rol con fuerza, con claridad y sin asomo de vacilación, pero con la angustia de los hombres buenos cuando ven el dolor de sus semejantes.
El Colegio de Abogados, que renacía en las postrimerías de la dictadura, lo eligió su consejero. Durante toda ella fue dirigente de la Comisión de Derechos Humanos, junto a otros que tienen un lugar ganado en el corazón de los torturados, perseguidos, exiliados. Ellos y Humberto Otárola afrontaron ese proceso tan duro, tan cruel y tan incomprensible. A su lado estuvieron Manuel Sanhueza , Octavio Jara , Adolfo Veloso , Luz Sobrino, Augusto Parra , Jorge Barudi , Ricardo Barrenechea , Eduardo de la Barra y tantos otros.
No desmayó en la tarea de proclamar su verdad. Muchos perseguidos de entonces saben de su lucha sin descanso y sin vacilaciones, en la que incluso arriesgó su integridad física.
A poco de iniciarse el regreso a la decencia cívica, Humberto Otárola cayó aquejado de una grave enfermedad que lo alejó de nosotros hasta el día que supimos de su muerte.
Sabemos que no fue hombre que amasara odios o resentimientos. Podemos decir que en su ejemplo, en su consecuencia y en su valentía tendremos una enseña permanente para continuar por el sendero de paz, de respeto a los valores humanos, de solidaridad y de justicia, valores por los que Humberto Otárola luchó sin pausa, sin vacilación y sin descanso.
Como este recinto representa la democracia, he querido expresar aquí mi cariño, mi admiración y mi gratitud, y pedir, en nombre del Comité del Partido Radical Social Demócrata, hacer llegar a su familia, en especial a su hijo, su camarada y colega Patricio Otárola , y también a mi partido, la Democracia Cristiana, nuestra expresión de condolencia por su fallecimiento.
He dicho.
-Aplausos.
El señor SEGUEL ( Vicepresidente ).-
Se enviarán las condolencias solicitadas por su Señoría, con la adhesión de los diputados que han alzado la mano, de lo que ya se tomó debida nota.
"