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El señor PARETO (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Edgardo Riveros.
El señor RIVEROS.-
Señor Presidente , durante años hemos legislado sobre los fondos de pensiones, pero no respecto de su administración, tema que nos inquieta. El proyecto en discusión tiene méritos por la creación de multifondos, pero en la medida en que no se avance de manera decidida para enfrentar las debilidades que muestra la administración del sistema, estaremos enfrentados a una situación de graves consecuencias.
Me sumo a lo señalado por el diputado señor Andrés Palma en su intervención. Es necesario que el Ejecutivo asuma el compromiso de legislar sobre la administración de los fondos de pensiones, porque están a la vista los problemas que se generan en ese ámbito por la falta de regulación. No hay que confundir la reglamentación con la regulación de una actividad que se genera a raíz de la obligación de todos los trabajadores de cotizar mes a mes para sus pensiones de invalidez, sobrevivencia y vejez. Están a la vista las consecuencias que ha traído el cuadro planteado en la administración de los fondos de pensiones, lo que de alguna manera tiene incidencia en el proyecto en discusión, porque, en definitiva, el costo que implica para cada afiliado la administración de estos fondos está impactando en su ahorro acumulado.
Quiero referirme al tema de la concentración que se establece en el sistema, pues las cinco mayores administradoras de fondos de pensiones controlaban, en diciembre de 2000, el 93,1 por ciento de los de afiliados. Sí, cinco administradoras controlan el 93,1 por ciento de los afiliados y el 94 por ciento del total del fondo de pensiones, que alcanzó a 35.886 millones de dólares en diciembre de 2000. Las tres mayores AFP tenían, en diciembre del mismo año, el 78,4 por ciento del número de afiliados y el 70,2 por ciento del fondo de pensiones.
Este grado de concentración refleja claramente que no hay una verdadera competencia en lo que se refiere a la administración del sistema.
Por otra parte, existen otras cifras preocupantes. El número de afiliados al sistema en diciembre de 2000 era de 6.280.191 personas, de las cuales cotizaban solamente 3.196.991, o sea, poco más del 50 por ciento de los afiliados.
El grado de concentración, la falta de competencia y el precio que deben pagar los afiliados para que les administren sus fondos explican la alta utilidad que obtienen las administradoras de fondos de pensiones. Sin duda, una actividad de esta naturaleza, en que las utilidades del año 2000 superaron el 50 por ciento sobre el patrimonio, debe mover a una gran preocupación.
Se han adoptado medidas para evitar el alto precio que pagan los afiliados. Todos recordamos que en 1997 la Superintendencia de Administradoras de Fondos de Pensiones dictó una circular destinada a disminuir el traspaso de afiliados. ¿Qué ocurrió en la práctica? Que efectivamente bajó el costo para dichas entidades, pero no disminuyeron en la misma medida las comisiones para los afiliados.
En efecto, ahorraron 4 millones de UF en pago a la fuerza de ventas, a los vendedores, pero de esa cifra sólo 1,5 millones se traspasaron a bajar costos de los afiliados y 2,5 millones a engrosar o a reemplazar utilidades perdidas en otros ámbitos por las administradoras. Eso significó un costo social enorme, porque se perdieron más de 17 mil puestos de trabajo. En efecto, 19.806 personas trabajaban como vendedores en junio de 1997, y en diciembre de 2000, sólo quedaban 2.500. Ese enorme costo social fue a engrosar las utilidades de las administradoras.
El tema de la rentabilidad también es preocupante. Por eso, cuando hablamos de los multifondos hay que analizar el mérito del proyecto.
Comparto las aprensiones relacionadas con el aumento del límite de inversión en el extranjero, y me sumo a lo señalado al respecto, pero por razones de tiempo no me referiré a lo que ello significa, sobre todo para un país que necesita capitales. Lo dije de alguna manera en el informe que entregué a la Sala en nombre de la Comisión de Trabajo y Seguridad Social.
En el tema de la rentabilidad hay que sincerar las cifras. Mucho se juega con el histórico, altamente significativo, sobre el diez por ciento, pero poco se habla de que en los últimos seis años la rentabilidad de los fondos de pensiones ha sido sólo de 4,1 por ciento anual.
Es muy difícil, por no decir imposible, que se repitan las condiciones de rentabilidad de la década de los 80. Por lo tanto, hay que sincerar la cifra de rentabilidad, unida a lo que hemos señalado sobre el costo para el afiliado y, en particular, el impacto que tiene la comisión fija, que se extrae del fondo de los trabajadores, pues la porcentual ellos la ven, porque aparece en su remuneración líquida. Pero hay una cifra que impacta: entre 1995 y 2000 la comisión fija promedio del sistema aumentó de 113 a 564 pesos, o sea, tuvo un incremento real de 399 por ciento en cinco años, mientras que la comisión porcentual bajó de 3,21 a 2,44 por ciento promedio.
Estos temas son los que nos preocupan y nos hacen señalar al Ejecutivo la necesidad y urgencia no sólo de legislar sobre los fondos de pensiones -como lo estamos haciendo hoy-, sino respecto de su administración, porque si seguimos por esta vía habrá un impacto negativo en el ahorro acumulado de los trabajadores.
Sería de toda conveniencia tener un pronunciamiento del Ejecutivo para legislar no sólo sobre los fondos de pensiones, sino también sobre su administración.
He dicho.
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