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El señor PARETO (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Enrique Jaramillo.
El señor JARAMILLO.-
Señor Presidente, es urgente realizar en el país el proceso de perfeccionamiento del mercado de capitales.
Con el proyecto, quizás el más importante que ha llegado este año a la Cámara, se presenta esa oportunidad.
No es sencillo el sistema privado de pensiones, pero hay que iniciar su discusión. Su complejidad técnica se suma a muchas otras situaciones negativas, como también a las dudas de varios diputados -entre quienes me sumo- de legislar sobre la materia.
Se trata de un sistema que fue diseñado teniendo en cuenta que los beneficios para los afiliados no serían tales. Sólo han tenido acceso a ellos algunos grupos económicos de la época. Por eso, hoy existe preocupación en los trabajadores, quienes ven, mes a mes, que se descuentan de sus sueldos una parte importante en beneficio de las administradoras de los fondos de pensiones y no de los afiliados.
También se ha dicho en esta Sala que las AFP fueron creadas en un contexto político que no era el mejor. Concuerdo con ello, porque el movimiento sindical no tuvo nada que decir y el Poder Legislativo se encontraba en receso. Entonces, no hubo una discusión en el país sobre cómo se iba a organizar la seguridad social que, por definición, debería estar llamada a acudir en auxilio de cada uno de los trabajadores cuando éstos, ya sea por su avanzada edad o enfermedad, no fueran capaces de sostenerse por sí mismos ni menos a sus propias familias.
Recientemente hemos visto cómo en algunos medios académicos y políticos se discute sobre la legitimidad y viabilidad del modelo. Algunos, como el presidente del instituto emisor, han expresado el riesgo de iniciar una discusión de fondo. Se dice que ello no es oportuno, pues retrasaría el empeño por recuperar las cifras del crecimiento de la economía chilena. Sin embargo, otros, entre los que me incluyo, reconocemos la necesidad de discutir a fondo todos los asuntos del país y éste en especial, sin exclusiones a priori, tanto en cuanto tengamos la responsabilidad ética y política de corregir aquellas fallas estructurales que son motivo de que nuestro país se estanque o crezca, pero en este escenario la brecha se acrecienta.
Cuando el Gobierno presenta este proyecto tan bien inspirado, obviamente surgen las preguntas de fondo respecto a si se da prioridad al bienestar de las personas, a la seguridad de los trabajadores, a la equidad del sistema privado de pensiones, o si se potencia la capacidad de las AFP para generar más y mejores oportunidades de negocios y que, por rebase, el beneficio debiera ir a sus afiliados.
Ahora bien, si se analizan las normas propuestas, se advierte que hay bastante que discutir, pero en atención al tiempo sólo me voy a referir a dos normas. La primera dice relación con la obligación de constituir multifondos de inversión. Es la idea matriz del proyecto y, desde ese punto, hay que analizarla para evitar que las personas que se encuentran cercanas a una jubilación, sufran a última hora una merma en sus fondos de retiro por las fluctuaciones del mercado. Por eso se creó el Fondo 2 de inversiones, al cual se accede en forma voluntaria. Sin embargo, hoy el sistema se extiende a cinco fondos, de manera de permitir al afiliado tomar el mínimo de riesgo, junto con definir en qué fondo y, por ende, en qué portafolio de inversiones su AFP debe poner los dineros que mensualmente le descuenta su empleador.
No obstante parecer adecuada la norma, atendido el actual modelo de administración, peca de poco realista, toda vez que los afiliados, de hecho, no tienen capacidad para manejar información relevante y oportuna para decidir de manera conveniente el destino de sus inversiones. Está claro que ellos no tomarán las decisiones económicas adecuadas. Eso es una falacia. ¿Acaso un obrero de la construcción, incluso un profesional, un docente o un médico, tiene el tiempo y la capacidad para acceder a una información económica relevante a fin de decidir el portafolio de sus inversiones? Eso lo discuto. En los hechos, las decisiones las seguirán tomando las AFP o las inducirán por medio de la publicidad o de la información parcial que suministran constantemente a sus afiliados.
En segundo lugar, hay una norma que me parece inapropiada. Se refiere al aumento global de los límites de inversión en el extranjero de los fondos de pensiones hasta el 30 por ciento. En este tema, concuerdo con el diputado señor Dittborn , quien dijo que es una proyección óptima para los jóvenes, pero a 20 años de su creación no ha tenido efecto alguno en la generación actual. Por eso tengo dudas de una inversión del 30 por ciento de los fondos de pensiones en el extranjero.
Señor Presidente , se nos ha informado que en abril de este año se invirtieron 4.662 millones de dólares de los ahorros de los trabajadores. Digamos las cosas por su nombre y especulemos un poco, en el sentido de qué ha sucedido con las inversiones en el exterior. Cuando analizamos la economía chilena, la mejor de Latinoamérica, con una tasa de inversión mínima, fruto de la crisis, realmente es peligroso e indignante saber que los fondos de los trabajadores están en un momento difícil. Por eso, si lo anterior aparentemente constituye un mínimo, cabe preguntarse qué pasaría si se aumentaran en 30 por ciento las inversiones en el extranjero de los fondos de los propios beneficiados.
Por lo tanto, no es ser populista preguntar por qué los dineros, que son de los trabajadores, no se emplean preferentemente en Chile para generar más trabajo. Al respecto, tal vez se me responda con una serie de complejidades económicas y financieras, a fin de tratar de dar la razón a la sinrazón. Creo que la ciencia económica no puede explicar el afán del desmedido lucro.
Asimismo, es bueno preguntarse qué pasa con el autónomo Banco Central, que regula y toma parte en la decisión de aumentar la inversión extranjera, cuando hemos sido testigos de sus amplias diferencias, en el pasado reciente, con la conducción económica del país que realiza el Ministerio de Hacienda.
En consecuencia, junto con anunciar mi voto negativo al aumento de los límites de inversión en el extranjero, hago un llamado a las señoras diputadas y a los señores diputados a fin de que analicen en profundidad este trascendental proyecto, el cual considero debería ser de discusión mucho más amplia, porque puede estar en juego parte importante de la economía del país. Nadie puede predecir lo que acontecerá en Latinoamérica, cuya situación es actualmente muy compleja. Me pregunto si deberíamos invertir donde hay complejidad. Ésa es la pregunta que me formulo, y en respuesta a ella, sobre todo en el momento actual porque atraviesa la economía chilena, no puedo concordar con que se establezca un aumento de inversión de los fondos de pensiones en el extranjero.
He dicho.
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