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El señor SEGUEL (Vicepresidente).-
En Incidentes, el primer turno corresponde al Comité de Renovación Nacional.
Tiene la palabra el diputado señor Osvaldo Palma.
El señor PALMA (don Osvaldo) .-
Señor Presidente , en nuestra región y en el país se viven días de aflicción: los campos están tristes, la agricultura muere, y con ella la economía, el trabajo, el comercio, el transporte, todo.
Muchos aún no se dan cuenta de esa situación; pero hay protestas en distintas zonas, lo que no ocurre cuando las cosas están bien. Los estudiantes reclaman con justicia, porque los atropellan en la entrega de sus carnés escolares. No estoy de acuerdo con la violencia, pero, en el fondo, tienen razón, igual que los universitarios, ya que el Presidente de la República les prometió que “ningún joven capaz quedará sin estudiar por problemas económicos”. Hoy miles de jóvenes ven alejarse sus sueños de superación; por no tener dinero, siguen sin poder estudiar, sobre todo en las regiones, en las cuales les resulta más caro, porque deben pagar, incluso, la estada.
Las cosas están mal en las regiones agrícolas, peor que en el resto del país: la agricultura tradicional está quebrada, son pocas las lecherías que no han cerrado; las siembras de trigo constituyen un fracaso; la uva, un desastre; el arroz se halla sin banda de precio. Cuando todo esto se junta, no hay trabajo; cuando no hay trabajo, no hay plata, y cuando no hay plata, no se come, y es difícil vivir sin comer. En muchos hogares de nuestro amable sur y del resto del país, a las madres les resulta difícil hacer la comida de todos los días para sus hijos. Muchos pueblos agrícolas de regiones aún no se dan cuenta de lo que sucede y empiezan a dormir el sueño eterno de aquellos abandonados, que viven sólo de recuerdos y de cuentos de ancianos, que hablan de días mejores y felices, con trabajo para todos; pueblos que sólo reviven durante las vacaciones, porque la gente de la ciudad prefiere nuestros paisajes para descansar.
Todo esto es muy triste y doloroso. Que se vaya preparando la gente: éste es el futuro que nos tiene asegurado la Concertación, para la cual no es importante la agricultura ni las regiones, sino sólo la Región Metropolitana. Esto sólo cambia cuando hay elecciones. Entonces, aparecen los buenos discursos llamando a salvar la agricultura, y los parlamentarios de la Concertación emplazan al Gobierno para que cree políticas agrarias, para que la proteja de los malos convenios comerciales internacionales que hoy la están ahogando. Es el colmo; ellos, como Gobierno, son precisamente quienes han votado a favor de tratados como el Mercosur, en virtud del cual se benefició a algunos sectores, pero se sacrificó a la agricultura y a las regiones.
Igual que la salud, la agricultura no puede esperar. Digo esto, porque todos conocen la triste realidad de la salud de los pobres y, en particular, de la clase media. Sin embargo, tal como la educación, sigue esperando. Lo mismo ocurre con la delincuencia. En fin, todos los problemas continúan esperando una solución.
En este año de elecciones, los discursos serán los mismos; los ingenuos electores escucharán la misma demagogia y las mismas promesas. Lamentablemente, Chile tendrá que esperar muchos años más para solucionar sus numerosos problemas. Lo más triste es que perderemos generaciones de gente buena, de jóvenes que sumarán su fracaso al de nuestro país.
He dicho.
"