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El señor ANDRADE (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Enrique Jaramillo .
El señor JARAMILLO.-
Señor Presidente, me alegro mucho de que estemos discutiendo este proyecto, porque estuvo pendiente durante mucho tiempo, período en el cual se presentaron incluso proyectos de resolución sobre la materia.
Estamos en el siglo XXI y nos encontramos discutiendo un proyecto propio de este siglo, pero, tal como han señalado los diputados que me han antecedido en el uso de la palabra, queremos un sistema sin monopolios.
Los medios de prepago son una realidad que se ha venido imponiendo a partir del ingreso de nuevas tecnologías en la vida cotidiana de las personas, por medio de las cuales se ha facilitado una serie de operaciones que anteriormente solo podían hacerse efectivas a través del uso de dinero en efectivo. A modo de ejemplo, puedo mencionar el caso de la telefonía móvil, que, a partir de la implementación de este sistema de pago, ha permitido el acceso a esta tecnología a personas que no cuentan con los medios económicos para contratar planes en las compañías existentes. Otro ejemplo es la tarjeta bip! -que hoy preocupa a algunos-, con la cual las personas pueden acceder a la locomoción colectiva en el Gran Santiago.
Me cuesta entender un poco la discusión que se comienza a vislumbrar en el proyecto, porque en la Comisión de Hacienda se aprobó por unanimidad. Si bien allí no se presentó una indicación, el Presidente de la comisión en ese entonces, el señor Pepe Auth , planteó el tema de la tarjeta de Metro, a lo que no hubo negativa y finalmente el proyecto se aprobó por unanimidad.
La iniciativa ya se discutió en la Cámara y se aprobó, en primer trámite constitucional, por una amplia mayoría, de manera que hoy aspiramos a una mayor inclusión de personas de bajos recursos, para promover y facilitar su acceso a los medios de pago electrónicos mediante el desarrollo de los instrumentos de pago con provisión de fondo o prepago que no solo sean extendidos por las entidades bancarias -esa es la idea central del proyecto de ley-, que permitan almacenar fondos de forma previa, ya sea en tarjetas de cuentas de internet, teléfonos móviles o cualquier otro soporte. Además, con este proyecto se abre una gama de expectativas para la economía del país.
A lo mejor, en el trámite anterior no fuimos capaces de insertarlo con mayor fuerza en la discusión. Sin embargo, con la aparición de las nuevas indicaciones, el Senado prácticamente nos está solicitando que se rechace el planteamiento de las tarjetas. Eso no lo veo posible, no lo queremos y, por lo tanto, no lo apoyaremos.
Actualmente, solo las personas con la capacidad económica suficiente para contar con una cuenta corriente bancaria tienen acceso a las tarjetas de crédito o débito. El proyecto pretende que empresas no bancarias puedan emitir o poner en manos de consumidores o tarjetahabientes medios de pago que puedan ser usados como una herramienta distinta al dinero en efectivo -billetes, monedas u otros similares-, así como transferencias electrónicas de cheques bancarios.
A estos sistemas no solo se podrán incorporar personas de menores recursos, sino que también pueden verse muy favorecidos los jóvenes que aún no ingresan al mundo laboral u otras personas dependientes, que deben usar tarjetas bancarias adicionales de sus padres, hijos -en el caso de los adultos mayores o cónyuges para poder realizar transacciones electrónicas.
Es importante la discusión -no me aparto de ella-, pero sabemos quién es quién y qué se pretende con la negativa a que Metro opere con estas tarjetas.
Resalta que las tarjetas que hoy se usan para un fin específico de pago, como las tarjetas bip!, que solo pueden utilizarse para el pago del transporte público en Santiago, podrán utilizarse en otros tipos de pago a lo largo del país, lo que optimizará el uso de los recursos que en ella se depositan.
Es importante destacar que las empresas que se dediquen a este rubro deberán ser sociedades anónimas con giros exclusivos, que estarán fiscalizadas por la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras.
Con el despacho de este proyecto de ley, no solo logramos mayor inclusión social, que es la que nos importa, sino que también estamos otorgando mayor competitividad al mercado de las tarjetas de débito, ya que hoy existe un mercado cuasimonopólico en manos de un muy pequeño grupo de empresas que tienen cautivos a los consumidores. Concuerdo con lo que expresó el diputado Fuad Chahin , en cuanto a que deben terminar estos monopolios. Chile está en contra de los monopolios, y esta es una manifestación de rechazo a la indicación que pretende suprimir la tarjeta del Metro.
No es aceptable que un grupo de empresas tenga cautivos a los consumidores, por lo que los medios de pago deben ser mejorados día a día. Este mercado no tiene por qué ser de exclusividad de Redbanc o Transbank.
En conclusión, no me cabe duda de que, de acuerdo con los discursos escuchados y las opiniones vertidas, esto será aprobado por la gran mayoría. Es una necesidad del país y también será una forma de ordenamiento para quienes tienen menos. Por ello, no tengo duda de que el proyecto de ley será aprobado.
He dicho.
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