REP�BLICA DE CHILE DIARIO DE SESIONES DEL SENADO PUBLICACI�N OFICIAL LEGISLATURA 342�, ORDINARIA Sesi�n 14�, en mi�rcoles 2 de agosto de 2000 Ordinaria (De 16:19 a 18:45) PRESIDENCIA DEL SE�OR ANDR�S ZALD�VAR, PRESIDENTE SECRETARIOS, LOS SE�ORES JOS� LUIS LAGOS L�PEZ, TITULAR, Y CARLOS HOFFMANN CONTRERAS, SUBROGANTE ____________________ � N D I C E Versi�n Taquigr�fica I. ASISTENCIA II. APERTURA DE LA SESI�N III. TRAMITACI�N DE ACTAS IV. CUENTA Acuerdos de Comit�s V. F�CIL DESPACHO: Proyectos de acuerdo, en primer tr�mite, sobre exenci�n o supresi�n de visas con Jordania, Honduras, Ucrania, Lituania y Albania (2527-10, 2528-10, 2529-10, 2530-10 y 2531-10) (se aprueban en general y particular) Proyecto de acuerdo, en segundo tr�mite, con la Comisi�n Econ�mica para Am�rica Latina y el Caribe; y proyectos de acuerdo, en primer tr�mite, con Dinamarca, Finlandia, Paraguay, Rumania y Nueva Zelandia sobre Trabajo Remunerado de Familiares Dependientes del Personal Diplom�tico, Consular, Administrativo y T�cnico (2493-10, 2538-10, 2539-10, 2540-10, 2541-10 y 2542-10) (se aprueban en general y particular) VI. ORDEN DEL D�A: Proyecto de ley, en primer tr�mite, sobre investigaci�n cient�fica en el ser humano, su genoma, y que proh�be la clonaci�n humana (1993-11) (se aprueba en general) Proyecto de ley, en primer tr�mite, que modifica el inciso tercero del art�culo 14 de la ley N� 18.840, a fin de ampliar la causal de incompatibilidad de Consejeros del Banco Central (2038-05) (se aprueba en particular) Proyecto de ley, en primer tr�mite, que modifica la Ley General de Pesca y Acuicultura para prohibir la pesca artesanal en regiones distintas a la consignada en la respectiva inscripci�n (2515-03) (queda pendiente su discusi�n general) VII. INCIDENTES: Peticiones de oficios (se anuncia su env�o) Ejecuci�n de obras p�blicas por empresas regionales. Oficios (observaciones del se�or Horvath) Proyecto sobre terapia gen�tica, genoma humano y clonaci�n (observaciones del se�or Horvath) VERSI�N TAQUIGR�FICA I. ASISTENCIA Asistieron los se�ores: --Aburto Ochoa, Marcos --Bitar Chacra, Sergio --Boeninger Kausel, Edgardo --Bombal Otaegui, Carlos --Cantero Ojeda, Carlos --Cariola Barroilhet, Marco --Cordero Rusque, Fernando --Chadwick Pi�era, Andr�s --D�ez Urz�a, Sergio --Fern�ndez Fern�ndez, Sergio --Foxley Rioseco, Alejandro --Frei Ruiz-Tagle, Eduardo --Hamilton Depassier, Juan --Horvath Kiss, Antonio --Lagos Cosgrove, Julio --Larra�n Fern�ndez, Hern�n --Lavandero Illanes, Jorge --Mart�nez Busch, Jorge --Matta Aragay, Manuel Antonio --Matthei Fornet, Evelyn --Moreno Rojas, Rafael --Mu�oz Barra, Roberto --Novoa V�squez, Jovino --N��ez Mu�oz, Ricardo --Ominami Pascual, Carlos --P�ez Verdugo, Sergio --Parra Mu�oz, Augusto --P�rez Walker, Ignacio --Pizarro Soto, Jorge --Prat Alemparte, Francisco --Romero Pizarro, Sergio --Ruiz De Giorgio, Jos� --Ruiz-Esquide Jara, Mariano --Sabag Castillo, Hosa�n --Silva Cimma, Enrique --Stange Oelckers, Rodolfo --Urenda Zegers, Beltr�n --Vald�s Subercaseaux, Gabriel --Vega Hidalgo, Ram�n --Viera-Gallo Quesney, Jos� Antonio --Zald�var Larra�n, Adolfo --Zald�var Larra�n, Andr�s --Zurita Camps, Enrique Actu� de Secretario el se�or Jos� Luis Lagos L�pez, y de Prosecretario, el se�or Carlos Hoffmann Contreras. II. APERTURA DE LA SESI�N --Se abri� la sesi�n a las 16:19, en presencia de 21 se�ores Senadores. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- En el nombre de Dios, se abre la sesi�n. III. TRAMITACI�N DE ACTAS El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Se dan por aprobadas las actas de las sesiones 5�, ordinaria, en su parte secreta, y 6�, ordinaria, en 20 y 21 de junio del a�o en curso, respectivamente, que no han sido observadas. Las actas de las sesiones 7� y 8�, ordinarias, en 4 y 5 de julio del presente a�o, respectivamente, se encuentran en Secretar�a a disposici�n de los se�ores Senadores, hasta la sesi�n pr�xima, para su aprobaci�n. IV. CUENTA El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Se va a dar cuenta de los asuntos que han llegado a Secretar�a. El se�or HOFFMANN (Prosecretario).- Las siguientes son las comunicaciones recibidas: Mensaje De Su Excelencia el Presidente de la Rep�blica, con el que inicia un proyecto que modifica la Ley Org�nica Constitucional de Municipalidades en lo relativo a materias electorales. (Bolet�n N� 2.556-06). --Pasa a la Comisi�n de Gobierno, Descentralizaci�n y Regionalizaci�n. Oficio De la se�ora Directora Ejecutiva de la Comisi�n Nacional del Medio Ambiente, con el que responde un oficio enviado en nombre del Senador se�or Lagos, referido a los problemas medioambientales que afectan a la Primera Regi�n. --Queda a disposici�n de los se�ores Senadores. Comunicaci�n Del Consejo de Administraci�n del Bienestar del Congreso Nacional, con la que informa que con fecha 31 de julio del a�o en curso se constituy� el nuevo Consejo, asumiendo su Presidencia, por disposici�n estatutaria, el se�or Secretario del Senado y eligiendo por unanimidad como Secretario al Secretario de Comisiones don Roberto Bustos Latorre. --Se toma conocimiento. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Terminada la Cuenta. V. F�CIL DESPACHO El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Como lo expres� ayer, a los efectos de resolver acerca de los proyectos de acuerdo incluidos en la tabla de F�cil Despacho de hoy, podr�amos tratar en primer lugar y en conjunto los que figuran con los n�meros 1 al 5, referentes a la exenci�n del requisito de visa; para ello bastar�a con que el se�or Presidente de la Comisi�n de Relaciones Exteriores nos informara en cuanto al contenido de los Acuerdos, pues todos son similares. Luego nos pronunciar�amos, tambi�n en conjunto, sobre los restantes proyectos de acuerdo, consignados con los n�meros 6 al 11, relacionados con instrumentos internacionales m�s o menos iguales. Si le parece a la Sala, se proceder� en los t�rminos indicados. --As� se acuerda. ACUERDOS SOBRE EXENCI�N O SUPRESI�N DE VISAS CON REINO HACHEMITA DE JORDANIA Y GOBIERNOS DE HONDURAS, UCRANIA, LITUANIA Y ALBANIA El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Seg�n lo acordado, corresponde ocuparse en los proyectos, en primer tr�mite constitucional, iniciados en mensaje y con sendos informes de la Comisi�n de Relaciones Exteriores, que aprueban el Acuerdo de Exenci�n de Visas para los Titulares de Pasaportes Diplom�ticos, Oficiales y Especiales entre la Rep�blica de Chile y el Reino Hachemita de Jordania, suscrito en Amman el 18 de junio de 1997; el Acuerdo entre el Gobierno de la Rep�blica de Chile y el Gobierno de la Rep�blica de Honduras referente a la Exenci�n del Requisito de Visa para Titulares de Pasaportes Diplom�ticos, Oficiales y Especiales, suscrito en Santiago el 1 de julio de 1999; el Acuerdo entre el Gobierno de la Rep�blica de Chile y el Gobierno de Ucrania referente a la Exenci�n del Requisito de Visa para Titulares de Pasaportes Diplom�ticos y Oficiales o de Servicio, suscrito en Kiev el 26 de marzo de 1997; el Acuerdo entre el Gobierno de la Rep�blica de Chile y el Gobierno de la Rep�blica de Lituania referente a la Exenci�n del Requisito de Visa para Titulares de Pasaportes Diplom�ticos, Oficiales y Especiales, suscrito en Santiago el 19 de mayo de 1999; y el Acuerdo entre el Gobierno de la Rep�blica de Chile y el Gobierno de la Rep�blica de Albania para la Supresi�n de Visado en Pasaportes Diplom�ticos, Oficiales, Especiales y de Servicio, suscrito en Santiago el 18 de diciembre de 1996. --Los antecedentes sobre el primer proyecto (2527-10) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican: Proyecto de acuerdo: En primer tr�mite, sesi�n 7�, en 4 de julio de 2000. Informe de Comisi�n: Relaciones Exteriores, sesi�n 13�, en 1 de agosto de 2000. --Los antecedentes sobre el segundo proyecto (2528-10) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican: Proyecto de acuerdo: En primer tr�mite, sesi�n 7�, en 4 de julio de 2000. Informe de Comisi�n: Relaciones Exteriores, sesi�n 13�, en 1 de agosto de 2000. --Los antecedentes sobre el tercer proyecto (2529-10) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican: Proyecto de acuerdo: En primer tr�mite, sesi�n 7�, en 4 de julio de 2000. Informe de Comisi�n: Relaciones Exteriores, sesi�n 13�, en 1 de agosto de 2000. --Los antecedentes sobre el cuarto proyecto (2530-10) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican: Proyecto de acuerdo: En primer tr�mite, sesi�n 7�, en 4 de julio de 2000. Informe de Comisi�n: Relaciones Exteriores, sesi�n 13�, en 1 de agosto de 2000. --Los antecedentes sobre el quinto proyecto (2531-10) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican: Proyecto de acuerdo: En primer tr�mite, sesi�n 7�, en 4 de julio de 2000. Informe de Comisi�n: Relaciones Exteriores, sesi�n 13�, en 1 de agosto de 2000. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- En discusi�n general y particular los cinco proyectos de acuerdo. Tiene la palabra el Presidente de la Comisi�n de Relaciones Exteriores, Honorable se�or Romero. El se�or ROMERO.- Se�or Presidente, nos corresponde ratificar, si el Senado as� lo estima, los proyectos antes individualizados. Los Acuerdos pertinentes constituyen una excepci�n a la legislaci�n de extranjer�a vigente en nuestro pa�s, que est� contenida en el decreto ley N� 1.094, de 1975, y en el decreto N� 597, de 1984, del Ministerio del Interior, situaci�n que se justifica en el deseo de estrechar los lazos de amistad entre los Estados y facilitar la circulaci�n de sus nacionales. Su objeto es permitir a los titulares de pasaportes diplom�ticos oficiales, especiales y de servicio el ingreso a los respectivos territorios sin cumplir el requisito de visa. Los Acuerdos, en lo fundamental, son de gran similitud; difieren s�lo en cuestiones menores, como el plazo de su entrada en vigencia, etc�tera. No obstante, digno es de mencionarse que en los casos de Ucrania y Lituania las partes podr�n suspender la aplicaci�n del Tratado. Por otro lado, en todos los Acuerdos se posibilita a los Gobiernos impedir el ingreso cuando consideren inconveniente la entrada de determinada persona. En otro orden de cosas, es dable hacer presente que Chile ha suscrito m�ltiples tratados de esta especie con numerosos pa�ses de Am�rica Latina, Am�rica del Norte, Europa y Asia. La Comisi�n de Relaciones Exteriores aprob� los Tratados por la unanimidad de sus miembros presentes: Senadores se�ores Bombal, Gazmuri, Romero y Vald�s. Es cuanto puedo informar, se�or Presidente. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Todos los proyectos de acuerdo fueron aprobados por consenso. Por tanto, pregunto a la Sala... El se�or VIERA-GALLO.- �Me permite, se�or Presidente? El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra Su Se�or�a. El se�or VIERA-GALLO.- Tengo algunas dudas sobre el Acuerdo con Albania, y quiero plantearlas al se�or Presidente de la Comisi�n de Relaciones Exteriores. En mi opini�n, los tratados de esta �ndole son muy importantes y beneficiosos, dependiendo mucho de la situaci�n interna por la que atraviesan los pa�ses. No dudo de que la Comisi�n de Relaciones Exteriores estudi� con atenci�n el instrumento a que me refiero. Empero, me asaltan dudas en cuanto a la situaci�n por que atraviesa Albania a ra�z de la presencia de grupos econ�micos que no siempre act�an en forma limpia y, asimismo, acerca del grado de solidez, transparencia y solvencia de las autoridades de ese pa�s. Por tanto, teniendo en cuenta que el proyecto de acuerdo respectivo fue aprobado un�nimemente, pregunto si se piensa que la situaci�n de Albania es del todo normal y justifica lo obrado. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Se trata de personal diplom�tico, se�or Senador. El se�or VIERA-GALLO.- Lo s�, se�or Presidente. Pero tambi�n ocurri� lo mismo en el caso de Chile, como Su Se�or�a recordar�. El se�or ROMERO.- Pido la palabra. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- La tiene, se�or Senador. El se�or ROMERO.- Se�or Presidente, la Comisi�n de Relaciones Exteriores tuvo en vista la norma general que aplicamos en este tipo de convenios. O sea, al igual como ocurri� en el caso de Cuba con motivo del Acuerdo de Protecci�n de Inversiones Extranjeras, no analizamos lo que acontece al interior de los respectivos pa�ses, sino que nos preocupamos del establecimiento de normas rec�procas en materia de pasaportes oficiales. En verdad, si en estos casos efectu�ramos un estudio detenido de la situaci�n interna de cada naci�n involucrada, tal vez entrar�amos a consideraciones de �ndole diferente de las que corresponde realizar. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Viera-Gallo. El se�or VIERA-GALLO.- Se�or Presidente, no estoy de acuerdo con lo que ha se�alado el Senador se�or Romero, por lo siguiente. Aqu� se trata de hacer una excepci�n a la norma general del requisito de la visa. �Y por qu� no se exige �sta? Porque se hace confianza en las autoridades del Gobierno pertinente. Ahora bien, trat�ndose de pa�ses como Libia o Irak �por se�alar algunos-, cuyos Gobiernos son considerados peligrosos en la comunidad internacional, Chile �entiendo- no suscribir�a un tratado como el que nos ocupa. Porque, sin duda, un funcionario libio con pasaporte diplom�tico puede ser �no digo que lo sea- perfectamente un terrorista. Lo mismo ocurre con el Gobierno de Ir�n, al cual se culpa de haber colocado en Buenos Aires una bomba en la Asociaci�n Mutual Israelita Argentina (AMIA). Por lo tanto, en el caso del Gobierno de Albania, tengo dudas de que exista cierta analog�a. Y �se es el motivo de mi pregunta. El se�or ROMERO.- �Me permite, se�or Presidente? El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra Su Se�or�a. El se�or ROMERO.- Se�or Presidente, ante todo, deseo recordar al se�or Senador que me precedi� en el uso de la palabra que el art�culo 5 del Acuerdo entre Chile y Albania establece que "Ambos Gobiernos se reservan el derecho de impedir el ingreso a su territorio, en forma discrecional, cuando consideren inconveniente la entrada al pa�s de una persona determinada.". Por lo tanto, si el Ministerio de Relaciones Exteriores y las autoridades nacionales de seguridad o de la INTERPOL plantean una situaci�n de tal naturaleza, probablemente se utilizar� el recurso consignado en el mencionado precepto. De otro lado, dicho Ministerio y el Gobierno, que son los que conducen las relaciones internacionales, no hicieron presente reserva alguna respecto de la Rep�blica de Albania. Ahora, si el caso es muy grave, naturalmente al se�or Senador le asiste derecho a formular su planteamiento. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Silva. El se�or SILVA.- Se�or Presidente, s�lo deseo recordar que aqu� se trata de la supresi�n de visas en pasaportes diplom�ticos y oficiales. De manera que la Comisi�n de Relaciones Exteriores, conforme al estudio que realiz� sobre el particular, sugiere fundadamente aprobar un Acuerdo que no presenta problema alguno en cuanto a que personas particulares albanesas hipot�ticamente se hallen en la situaci�n que teme el Honorable se�or Viera-Gallo. El Convenio se refiere a funcionarios oficiales de un Gobierno con el cual el Estado de Chile tiene relaciones diplom�ticas y consulares. De modo que, si hubiese siquiera una duda al respecto, uno tendr�a que preguntarse por qu� el Estado de Chile ha suscrito relaciones diplom�ticas con dicho pa�s y las mantiene. Por lo tanto, estimo que no podr�amos, sin incurrir en un agravio, rechazar el proyecto de acuerdo correspondiente, dado que no hay fundamento alguno para ello; s�lo existe la inquietud de que pudiera darse una situaci�n como la que plantea el Senador se�or Viera-Gallo. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Se dejar� constancia de las observaciones formuladas por el Honorable se�or Viera-Gallo. Si le parece a la Sala, se aprobar�n en general y particular los cinco proyectos de acuerdo. --Se aprueban. ACUERDOS ENTRE CHILE Y LA COMISI�N ECON�MICA PARA AM�RICA LATINA Y EL CARIBE, DINAMARCA, FINLANDIA, PARAGUAY, RUMANIA Y NUEVA ZELANDIA SOBRE TRABAJO REMUNERADO DE FAMILIARES DEPENDIENTES DEL PERSONAL DIPLOM�TICO, CONSULAR, ADMINISTRATIVO Y T�CNICO El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Corresponde ocuparse en los proyectos, en primer tr�mite constitucional, iniciados en mensaje y con sendos informes de la Comisi�n de Relaciones Exteriores, que aprueban el Convenio entre el Gobierno de la Rep�blica de Chile y la Comisi�n Econ�mica para Am�rica Latina y el Caribe para regular el ejercicio de las actividades remuneradas de los c�nyuges de los funcionarios de dicho Organismo Internacional, suscrito en Santiago el 12 de marzo de 1999; el Acuerdo entre el Gobierno de la Rep�blica de Chile y el Gobierno del Reino de Dinamarca que autoriza el Trabajo Remunerado de Familiares Dependientes del Personal Diplom�tico, Consular, Administrativo y T�cnico de las Misiones Diplom�ticas y Consulares de ambos pa�ses, suscrito por intercambio de notas fechadas en Copenhague el 12 de mayo de 1997; el Acuerdo entre el Gobierno de la Rep�blica de Chile y el Gobierno de la Rep�blica de Finlandia, adoptado en Helsinki, por intercambio de notas de fecha 11 de mayo de 1998, por el cual se autoriza a los familiares dependientes de los empleados del Estado de origen destinados en misi�n oficial al Estado receptor como miembros de una Misi�n Diplom�tica o Representaci�n Consular o como miembros de una Misi�n ante un Organismo Internacional, para desempe�ar un trabajo remunerado en el Estado receptor; el Acuerdo entre el Gobierno de la Rep�blica de Chile y el Gobierno de la Rep�blica del Paraguay sobre el Ejercicio de Actividades Remuneradas por parte de Familiares Dependientes del Personal Diplom�tico, Consular, Administrativo y T�cnico, suscrito en Santiago el 24 de abril de 1997; el Acuerdo entre el Gobierno de la Rep�blica de Chile y el Gobierno de Rumania, adoptado por cambio de notas de fechas 15 y 16 de diciembre de 1999, por el cual se autoriza a los Familiares Dependientes del Personal Diplom�tico, Consular, Administrativo y T�cnico de las Misiones Diplom�ticas y Consulares de ambos pa�ses para desempe�ar Actividades Remuneradas en el Estado Receptor, beneficio que se extiende, igualmente, a los Familiares Dependientes de Nacionales Chilenos o Rumanos acreditados ante Organizaciones Internacionales con sede en cualquiera de los dos pa�ses; y el Acuerdo entre el Gobierno de la Rep�blica de Chile y el Gobierno de Nueva Zelandia sobre Trabajo Remunerado de los Familiares Dependientes del Personal de las Misiones Diplom�ticas y Consulares, suscrito en Wellington, Nueva Zelandia, el 14 de octubre de 1996. --Los antecedentes sobre el primer proyecto (2493-10) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican: Proyecto de acuerdo: En segundo tr�mite, sesi�n 4�, en 14 de junio de 2000. Informe de Comisi�n: Relaciones Exteriores, sesi�n 13�, en 1 de agosto de 2000. --Los antecedentes sobre el segundo proyecto (2538-10) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican: Proyecto de acuerdo: En primer tr�mite, sesi�n 8�, en 5 de julio de 2000. Informe de Comisi�n: Relaciones Exteriores, sesi�n 13�, en 1 de agosto de 2000. --Los antecedentes sobre el tercer proyecto (2539-10) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican: Proyecto de acuerdo: En primer tr�mite, sesi�n 8�, en 5 de julio de 2000. Informe de Comisi�n: Relaciones Exteriores, sesi�n 13�, en 1 de agosto de 2000. --Los antecedentes sobre el cuarto proyecto (2540-10) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican: Proyecto de acuerdo: En primer tr�mite, sesi�n 8�, en 5 de julio de 2000. Informe de Comisi�n: Relaciones Exteriores, sesi�n 13�, en 1 de agosto de 2000. --Los antecedentes sobre el quinto proyecto (2541-10 ) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican: Proyecto de acuerdo: En primer tr�mite, sesi�n 8�, en 5 de julio de 2000. Informe de Comisi�n: Relaciones Exteriores, sesi�n 13�, en 1 de agosto de 2000. --Los antecedentes sobre el sexto proyecto (2542-10) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican: Proyecto de acuerdo: En primer tr�mite, sesi�n 8�, en 5 de julio de 2000. Informe de Comisi�n: Relaciones Exteriores, sesi�n 13�, en 1 de agosto de 2000. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- En discusi�n general y particular los seis proyectos de acuerdo. Tiene la palabra el Honorable se�or Romero. El se�or ROMERO.- Se�or Presidente, el segundo conjunto de proyectos puede dividirse en dos grupos. Uno corresponde a Acuerdos entre Chile y Dinamarca, Finlandia, Paraguay, Rumania y Nueva Zelandia, sobre autorizaci�n del trabajo remunerado de familiares dependientes del personal diplom�tico, consular, administrativo y t�cnico de las misiones diplom�ticas y consulares. El segundo se refiere al Convenio entre Chile y la Comisi�n Econ�mica para Am�rica Latina y el Caribe para regular el ejercicio de las actividades remuneradas de los c�nyuges de los funcionarios de dicho organismo internacional. Al igual que en el conjunto aprobado anteriormente, se trata de Acuerdos muy similares entre s�. No recibieron observaci�n alguna en la Comisi�n de Relaciones Exteriores, donde fueron aprobados por unanimidad. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Ofrezco la palabra. Ofrezco la palabra. Cerrado el debate. Si le parece a la Sala, se aprobar�n en general y particular los seis proyectos de acuerdo. --Se aprueban. VI. ORDEN DEL D�A INVESTIGACI�N CIENT�FICA EN SER HUMANO, SU GENOMA, Y PROHIBICI�N DE CLONACI�N HUMANA El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Corresponde continuar la discusi�n general del proyecto, en primer tr�mite constitucional, sobre la investigaci�n cient�fica en el ser humano, su genoma, y que proh�be la clonaci�n humana, con informe de la Comisi�n de Salud. --Los antecedentes sobre el proyecto (1993-11) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican: Proyecto de ley: (moci�n de los se�ores Ruiz-Esquide, D�az, Hamilton, P�ez y Zad�var, don Andr�s). En primer tr�mite, sesi�n 32�, en 12 de marzo de 1997. Informe de Comisi�n: Salud, sesi�n 10�, en 12 de julio de 2000. Discusi�n: Sesi�n 13�, en 1 de agosto de 2000 (queda pendiente su discusi�n general). El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Est�n pendientes las intervenciones de varios se�ores Senadores que se hallan inscritos. Tiene la palabra el Honorable se�or Sabag. El se�or SABAG.- Se�or Presidente, la rapidez e importancia de los avances, logros y descubrimientos habidos en el campo de la gen�tica no pueden dejar indiferente, pese a su tradicional lentitud de reacci�n, al mundo del Derecho. Su reto es recibirlos en su seno e integrarlos normativamente en la vida social, para la que hoy existe claramente cierta urgencia. De ah� la enorme significaci�n del proyecto que hoy analizamos. La legislaci�n internacional ya ha alertado y normado la manipulaci�n del genoma humano, y la iniciativa de ley que ahora discutimos tiene como marco referencial lo expuesto en el C�digo de N�remberg, la Declaraci�n de Helsinki y la Declaraci�n Universal sobre Genoma Humano y Derechos Humanos aprobada por la UNESCO en noviembre de 1997. En esta �ltima Declaraci�n se establece que "El genoma humano es la base de la unidad fundamental de todos los miembros de la familia humana y del reconocimiento de su dignidad intr�nseca y su diversidad. En sentido simb�lico el genoma humano es el patrimonio de la humanidad". Otros aspectos relevantes en este tema se refieren a que cada individuo tiene, entre otros, derecho al respeto de su dignidad, cualesquiera que sean sus caracter�sticas gen�ticas. Adem�s, se establece que esta dignidad impone que no se reduzca a los individuos a sus caracter�sticas gen�ticas y que se respete el car�cter �nico de cada uno y su diversidad. El proyecto genoma humano nace en 1990 en los Estados Unidos, a cuyas investigaciones adhieren diecis�is pa�ses. Su objetivo fue identificar los genes presentes en el ADN humano. No obstante que inicialmente el proyecto se plane� como de largo aliento, los avances de las investigaciones han sido sorprendentes, hasta el punto que en fecha reciente investigadores brit�nicos descubrieron el mapa del genoma humano, que nos muestra casi 97 por ciento de sus componentes. De ah� que uno de los aspectos m�s relevantes de la iniciativa que hoy analizamos se refiere a la investigaci�n gen�tica y a la preservaci�n del genoma humano. Es imperativo legislar sobre la investigaci�n en seres humanos, toda vez que �sta ha excedido el marco de la investigaci�n universitaria y se ha extendido a empresas con fines exclusivamente comerciales. Agregar�a yo que ni siquiera la investigaci�n cl�nica sobre medicamentos tiene una adecuada regulaci�n legislativa. El proyecto de ley en debate rechaza la clonaci�n humana, por las implicancias �ticas que encierra. Nuestra clara oposici�n en este tema es total y absoluta, ya que aqu�lla altera las leyes de la naturaleza y distorsiona el origen mismo de la vida humana y de los sentimientos que �sta engendra. Adem�s, constituye un grave atentado contra la dignidad de la persona humana. Esta dignidad es la capacidad del hombre para elegir de entre diversas opciones; para razonar y construir conceptos generales; para comunicarse con sus semejantes, con los que forma una comunidad "dial�gica", y para decidir sobre sus planes de vida a fin de alcanzar la plenitud y la autonom�a moral. En esta misma materia, es interesante la posici�n del Colegio M�dico de Chile, que plantea separar lo que es la clonaci�n humana de lo que es la investigaci�n a su respecto. Estas investigaciones pueden ser altamente beneficiosas para la humanidad; por ejemplo, en cuanto al trasplante de �rganos. Creo necesario recalcar que debe ser una preocupaci�n primordial del Estado y de la sociedad chilena el brindar un apoyo serio y adecuado a nuestros cient�ficos que dedican sus esfuerzos al estudio del genoma y de la gen�tica humana. No hablo de un esfuerzo aislado, sino m�s bien de la generaci�n de una pol�tica de investigaci�n en salud, de la cual hoy carecemos. Finalmente, deseo reforzar la idea de que la ciencia siempre debe ser guiada por la �tica, entendida como una conducta del individuo, conforme a su escala de valores morales y personales. En consecuencia, en un tema tan delicado como es la materia de este proyecto -la prohibici�n de la clonaci�n humana, la investigaci�n cient�fica en el ser humano y su genoma-, resulta a todas luces imperativa la presencia de un ordenamiento jur�dico cuya orientaci�n sea fundamentalmente �tica. Votar� favorablemente la idea de legislar. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Moreno. El se�or MORENO.- Se�or Presidente, para comenzar, deseo felicitar a los autores de la iniciativa, que en su tiempo no s�lo fue premonitoria de lo que ocurrir�a, sino que, adem�s, surge cuando en el pa�s se comienza a discutir uno de los temas m�s relevantes: la relaci�n entre el ser humano, su dignidad y las leyes que deben regular precisamente su desarrollo dentro de la sociedad chilena. Existen tres proyectos relacionados con esta materia y que se encuentran en distintas etapas de tratamiento en el Senado y en la C�mara de Diputados. Uno, es el que nos ocupa; otro, el que present� el ex Senador se�or Cantuarias, que tiene directa ligaz�n con el tema en debate, y un tercero -su orientaci�n aparentemente es distinta-, que regula la fertilizaci�n in vitro. Estas tres normativas se interrelacionan intr�nsecamente, y cuando se habla de la creaci�n de una Comisi�n de Bio�tica o cuando se abordan los temas del genoma humano, es dif�cil separar en ellas lo que est� vinculado. Quienes como alumnos estudiamos en facultades que ense�aban biolog�a, gen�tica y otras materias aprend�amos la utilizaci�n de un material para ser trasplantado, hibridado, combinado, con el objeto de producir otro material de mejor calidad con determinados beneficios. Mientras esto ocurr�a en el mundo vegetal y en el de especies animales menores no se necesitaba regulaci�n, ni reglamento, pues su funcionamiento se basaba en las Leyes de Mendel y en las formas como ellas operaban. Sin embargo, en la �ltima etapa del siglo reci�n pasado descubrimientos cient�ficos aceleraron el manejo y el conocimiento de estos temas, produci�ndose una eclosi�n que culmin� con el nacimiento de una oveja llamada Dolly, la cual precisamente hab�a sido clonada sobre la base del proceso ya utilizado en el mundo vegetal y en animales inferiores. �ste consist�a en tomar un n�cleo e introducirlo dentro de una c�lula mamaria, gener�ndose, con eso, un animal -como la citada oveja- en el que se reproduc�an caracter�sticas gen�ticas id�nticas a las de aquel que aportaba la c�lula originaria. Inmediatamente se centr� en ello la atenci�n mundial, pese a que hac�a ya tiempo que pa�ses desarrollados �como Francia, Inglaterra, Estados Unidos y otros- hab�an comenzado a prever los l�mites que se pod�an establecer, e incluso algunos de ellos principiaron a legislar con miras a precisar los umbrales de esta intervenci�n gen�tica. Aqu� se produce el problema de los chilenos, porque no tenemos la capacidad cient�fica ni los recursos para competir, a esta altura de nuestro desarrollo, con ese tipo de avance. Pero se han logrado otros progresos que nos acercan a problemas �ticos y de manipulaci�n respecto de los cuales es necesario legislar. �Cu�les son los elementos centrales de esta preocupaci�n? Primero, la defensa de la integridad del ser humano, que es distinto del ser animal. No digo que el animal sea un objeto. Cuando el ser humano se define como sujeto, se presenta una connotaci�n distinta desde el punto de vista f�sico, espiritual, moral, �tico, jur�dico, pol�tico y social. Por lo tanto, se est� frente a la manipulaci�n de la reproducci�n de seres humanos para crear organismos id�nticos, con consecuencias. desconocidas. Digo lo anterior, porque en el caso de la oveja Dolly al a�o o a�o y medio de haber sido presentada a los medios de comunicaci�n se descubri� lo que el sentido com�n hoy d�a indicar�a: la clonaci�n reproduce a un ser a partir del momento en que ese proceso se lleva a cabo, quedando sometido el nuevo ser al envejecimiento, al deterioro y a los mecanismos propios del funcionamiento org�nico. Dicho en t�rminos simples: la clonaci�n s�lo comienza cuando se extrae la c�lula mamaria o el n�cleo, con toda la carga de vivencias e historia del ser clonado. O sea, desde ah� en adelante se reproducen sus caracter�sticas. No cabe duda de que la ciencia podr� manipular algunos de estos genes o sus componentes qu�micos y precaver parte del problema planteado. Precisamente all� surge el temor respecto de esta manipulaci�n gen�tica. Por cierto, cada ser humano es �nico, irreproducible y distinto. No hay dos seres humanos id�nticos, ni siquiera los gemelos univitelinos �esto debe aceptarse como tal-, quienes desarrollan diferentes personalidades, caracter�sticas, enfermedades, etc�tera. Por consiguiente, permitir la reproducci�n te�rica de un ser humano, que replique las caracter�sticas y particularidades de otro, incluso sin prever sus consecuencias, significa b�sicamente atentar contra el funcionamiento de la especie humana, con todas las implicancias que este hecho reviste desde el punto de vista poblacional, ambiental, social y antropol�gico. Aqu� radica la parte m�s delicada del pronunciamiento a que ahora estamos abocados. Este proyecto pretende impedir en forma clara y expresa la manipulaci�n de elementos cuyo objetivo se halle orientado, aunque fuese indirectamente, a la creaci�n de individuos que el d�a de ma�ana puedan ser producto de otro ser humano, con cualquier prop�sito, incluso cient�fico. Eso atenta contra la especie humana, situaci�n que en nuestra sociedad tenemos la obligaci�n de precaver. Adem�s, lo anterior debe separarse claramente de la reproducci�n de �rganos o de elementos que prevengan enfermedades, o las combatan, o faciliten el trasplante de �rganos, como el pulm�n, coraz�n, ri��n o h�gado. Todos sabemos que el rechazo, por v�a de incompatibilidad, apunta precisamente al concepto que estoy se�alando: el cuerpo se resiste a lo que no le es propio. Por lo tanto, en el futuro, sobre la base del avance de la investigaci�n cient�fica podr�a crearse un pulm�n con c�lulas de la misma persona, lo que permitir�a reparar el �rgano da�ado, d�ndole continuidad a una vida de manera digna y adecuada. Eso no deber�a ser impedido jam�s. Aqu� se presenta claramente un l�mite, una diferencia. Desde ese punto de vista, hago m�as las declaraciones formuladas por el Departamento de �tica del Colegio M�dico de Chile y de la Comisi�n de �tica, Cultura e Historia de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile. Las he le�do y estudiado con detenci�n. Me parecen razonables y adecuadas. Asimismo, hago m�os los planteamientos de algunos de los cient�ficos que fueron invitados a deponer ante la Comisi�n. Quienes hemos tenido la posibilidad de examinarlos, los compartimos. En seguida, deseo formular algunas sugerencias al proyecto mismo -reitero que lo votar� favorablemente-, dejando constancia de que aprecio el esfuerzo de quienes lo han promovido. Sin embargo, quiero dar a conocer algunas observaciones, a fin de que sean consideradas en el segundo informe de la Comisi�n. La primera recae en el art�culo 2�. A mi juicio, es indispensable dejar establecido que el genoma no es el que determina la dignidad del ser humano. La dignidad no est� ligada al genoma, sino que a la caracter�stica misma del ser humano y no a la composici�n qu�mica de �ste. Por ello, opino que esto debe ser rectificado. En cuanto al art�culo 7� -creo que este punto fue mencionado por algunos se�ores Senadores en la sesi�n de ayer-, no soy partidario de que los directores de establecimientos hospitalarios, cl�nicas o lugares donde se presta atenci�n p�blica, tengan que firmar los consentimientos informados. Eso se va a prestar a confusi�n, contradicciones e incluso para juicios, como ha sucedido en otros pa�ses y como probablemente ocurra en el nuestro respecto de si exist�a o no el adecuado consentimiento para la transferencia de algunos elementos que posteriormente fueron comercializados en forma abusiva. La tercera observaci�n apunta al procedimiento de acreditaci�n de los establecimientos donde se llevan a cabo estas investigaciones, y que se estipula en el art�culo 8�. A estas alturas, considero absolutamente retardatario designar a la Comisi�n Nacional de Bio�tica, que a�n no ha sido creada, como la entidad encargada de avalar las pautas de investigaci�n a nivel de las universidades, de las facultades de medicina o entidades similares. Prefiero que sean dichas facultades. Y al decir que hago m�os los acuerdos de las Facultades de Medicina, de la Universidades y del Colegio M�dico, es por estar consciente de su grado de madurez y ponderaci�n. Por ello, prefiero que sigan calificando los proyectos de investigaci�n en esta materia y no generar una instancia distinta que, en el fondo, va a complicar las cosas. El otro punto que deseo mencionar guarda relaci�n con el art�culo 10, donde figura un dec�logo de los deberes del investigador, y que, a mi juicio, es innecesario. Establecidas las condiciones en las cuales una investigaci�n se realiza dentro de un centro universitario, una investigaci�n adecuada� El se�or RUIZ-ESQUIDE.- �Me permite, Honorable colega? No escuch� bien sus �ltimas observaciones. El se�or MORENO.- El art�culo 10 lista los deberes del investigador. No creo que eso sea materia de esta ley. Los deberes del investigador est�n dados por la condici�n misma de su profesionalidad y la aceptaci�n que posee dentro del plantel en el cual se desempe�a. Otra observaci�n se refiere a que una ley no puede establecer o restringir los objetivos de una investigaci�n. �No, no puede! Atenta contra el principio mismo de la investigaci�n. El se�or VIERA-GALLO.- �Me concede una interrupci�n, se�or Senador? El se�or MORENO.- S�, Honorable colega, con la venia de la Mesa. El se�or VIERA-GALLO.- Se�or Presidente, quiero se�alar al Senador se�or Moreno que muchas legislaciones en el mundo, desde Francia hasta la India, pasando por casi toda la comunidad europea, y Canad�, establecen una instancia superior para determinar par�metros �ticos, porque puede haber instituciones cient�ficas que abusen. Pueden ser hospitales, cl�nicas, laboratorios. No hay que pensar s�lo en las grandes universidades. En ese sentido, creo que la idea de una comisi�n de bio�tica es esencial. No veo por qu� habr�a una comisi�n de bio�tica animal, en el proyecto de protecci�n a los animales, y no una de bio�tica humana en la iniciativa que nos preocupa. Creo que se justifica con mayor raz�n. Gracias, se�or Senador. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Puede continuar Su Se�or�a. El se�or MORENO.- Se�or Presidente, la verdad es que cuando digo que proyectos de investigaci�n no deben estar vinculados a la tuici�n de una comisi�n �que hoy d�a no existe-, no es que est� en contra de la creaci�n de la Comisi�n Nacional de Bio�tica. Todo lo contrario: soy partidario de crearla. Soy contrario a colocar en la ley el cat�logo de lo que debe hacer o no un investigador, por estimarlo casi pueril. Y creo que antes de entrar a establecer en una ley requisitos para que los juzgue una comisi�n que no existe, que no tiene experiencia, es preferible que por el momento lo hagan las escuelas de medicina o los centros de investigaci�n y, as�, no generar un retardo. Por lo dem�s, me consta que hoy en d�a cl�nicas particulares han creado comisiones de bio�ticas de gran jerarqu�a, como tambi�n lo han hecho hospitales p�blicos y privados. Y este problema se enfrenta con gran seriedad, no s�lo en lo que ata�e al genoma porque no est�n investigando todav�a esta materia, sino tambi�n en otros rubros como los que mencion� al comienzo. En consecuencia, tengo confianza en la capacidad de nuestra comunidad cient�fica. Por tales consideraciones, votar� favorablemente el proyecto y presentar� indicaciones en el momento oportuno para incorporar los puntos que acabo de exponer. He dicho. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Vega. El se�or VEGA.- Se�or Presidente, en cuanto a lo que manifestaba el Honorable se�or Moreno, existe una normativa del Ministerio de Salud, que data de hace algunos a�os, en la que se crean estas comisiones y que en un voluminoso estudio, de casi 45 p�ginas, firmado por el Ministro de Salud anterior, se regula la investigaci�n sobre distintos f�rmacos, aunque no s� hasta qu� punto se ha materializado. Como se ha dicho, el problema abordado en este debate es sumamente complejo, abstracto y de connotaciones filos�ficas, porque tiene que ver con el origen de nuestro universo, con la vida misma. Estamos avizorando nuestro interior, este universo s�quico, tal como lo hemos hecho con el universo f�sico externo a trav�s de observatorios como el Hubble y el Chandra. Por tal raz�n, nos parece que el tema sobrepasa la normativa constitucional que nos rige, como lo expresaron ayer algunos se�ores Senadores al hacer presentes sus inquietudes al respecto, y es as� no m�s, porque nos encontramos al principio de un comienzo. Y nuestra Constituci�n s�lo afecta a quince millones de los habitantes del planeta, y bien se sabe que hoy d�a pueblan la Tierra m�s de seis mil millones de seres humanos. Nuestro planeta es una peque�a traza dentro del sistema solar, una cien milava parte de su masa, y se tiene ya localizado el nacimiento del universo, y en �l la vida es una conclusi�n y una s�ntesis de su desarrollo, cuyo inicio se remonta a tres mil quinientos millones de a�os. En s�ntesis, deseo enfatizar que el ser humano en particular es lo m�s complejo que ha creado el universo, hoy resuelto por la cosmolog�a, al segundo de tiempo. Despu�s de quince mil millones de a�os comienzan las primeras respuestas de nuestra raz�n en esta expansi�n inteligente, con el descubrimiento del �cido desoxirribonucleico (ADN), base del genoma o conjunto de genes que nos caracterizan. �Cu�ntos genes tiene el genoma? Est� en borrador todav�a, pero se habla de 50 mil, de 200 mil, de 300 mil. Conocemos unos cinco mil. Pero con la actual tecnolog�a, es cuesti�n de corto tiempo que pueda resolverse el resto. Se habla de dos o tres a�os. Se ha decodificado el genoma, pero se estima que m�s del 90 por ciento es todav�a desconocido. S�lo conocemos una peque�a franja, que constituye m�s o menos un 10 por ciento. Otro aspecto interesante es que no hay gran relaci�n de complejidad entre los seres vivos, sean animales animales racionales o irracionales, en la cantidad de genes contenidos en su ADN. Las diferencias con otros seres vivos conocidos, como conejos, ratas, no son m�s de dos o tres veces que las del ser humano, lo que implica similitud org�nica y gran potencialidad para diagn�sticos, prevenci�n y tratamientos de enfermedades, as� como en la creaci�n de f�rmacos. No existen genes espec�ficos -ya lo sabemos- por caracter�sticas o enfermedades puntuales, como el Alzhaimer, la timidez, la dignidad -que mencion� el Senador se�or Moreno-, o debilidades sexuales. Otro aspecto relevante es pr�cticamente el hecho ya conocido de que todos tenemos, b�sicamente, el mismo genoma, por lo que las diferencias fenot�picas (o f�sicas) son consecuencia apenas del 0,01 por ciento del total de nuestra informaci�n gen�tica. Por tanto, las megaloman�as, xenofobias y las diferencias con que miramos al resto de los seres humanos son solamente desconocimiento de una verdad hoy d�a aplastante. El genoma -como lo expresara el proyecto de Naciones Unidas y lo se�alaran el mundo cient�fico, el Presidente Clinton, el Primer Ministro de Inglaterra se�or Blair- es patrimonio de la humanidad. El penetrar en el micromundo de las c�lulas y su contenido gen�tico es un bien y una necesidad presente imprescindible, lo mismo que el macromundo del universo. Est� demostrado que interact�an, abriendo un espacio esencial para la reflexi�n �tica. Estamos en el comienzo de una nueva etapa del conocimiento de la vida. Y Dios nos entreg� por razones muy fundadas esta oportunidad y, tambi�n, el libre albedr�o para entenderla bajo los principios del bien y del mal, actuando, por consiguiente, libremente en conciencia. Esta materia, por el momento, ha sobrepasado nuestras expectativas. Es una realidad �tica, filos�fica y cient�fica absolutamente in�dita. Entre 1800 y 1900, el doctor Galton, primo de Charles Darwin, intent� la eutanasia. Pero en esa �poca no contaban con los fundamentos tecnol�gicos existentes en la actualidad. Un marco de referencia jur�dica, como lo expresa la ya se�alada Declaraci�n de Helsinki, b�sicamente especifica el respeto a la integridad de las personas (que es su verdadero l�mite), y la necesidad de que estas investigaciones biom�dicas se realicen en el marco de las normas cient�ficas reconocidas y aceptadas. Por estas razones de magnitud, el proyecto es complejo, porque adem�s abarca temas no necesariamente relacionados, como el genoma humano, la clonaci�n, la investigaci�n cient�fica en seres humanos y la creaci�n de una Comisi�n Nacional de Bio�tica. El art�culo 3� me parece demasiado amplio o, m�s bien, preliminar, pues permite modificar caracter�sticas gen�ticas humanas que inciden en la herencia y, seg�n indica la norma, en los casos y forma previstos por la ley. Ahora, el incidir en la herencia significa que los cambios son transmisibles. Y ello, de acuerdo con la iniciativa, no est� especificado en ninguna ley. De acuerdo al art�culo 14, la autorizaci�n le corresponde a la Comisi�n Nacional de Bio�tica. Existe ya una normativa del Ministerio de Salud para todos los hospitales. Su t�tulo es "Regulaci�n de ejecuci�n de ensayos cl�nicos que utilizan productos farmac�uticos en seres humanos". Es un extenso documento que analiza todos los aspectos bio�ticos de la investigaci�n cl�nica, hace las apropiadas recomendaciones e incluye la constituci�n de un Comit� de Evaluaci�n �tico-Cient�fico en cada establecimiento, en muchos de los cuales �ste ya ha sido creado. Respecto del art�culo 14, la terapia gen�tica en c�lulas germinales es compleja y sensible. Resulta en una modificaci�n del genoma de los gametos, o sea de un nuevo ser, y por ende de toda su futura descendencia. Ello significar�a que, por ejemplo, podr�amos cambiar la estructura gen�tica de una poblaci�n, con consecuencias muy prematuras y absolutamente desconocidas. Es un aspecto que merece un amplio debate en la Comisi�n y, en su momento, tal vez una propuesta espec�fica en el proyecto. Existe moratoria internacional para no intervenir c�lulas germinales. Considero la iniciativa legal en debate, cuyo prop�sito es definir una normativa que en alguna forma regule estos delicados temas cient�ficos, absolutamente indispensable y muy consecuente con la din�mica de cambios y globalizaci�n que caracteriza y presiona el diario vivir de nuestro mundo. Me pronuncio a favor del proyecto. S� que su an�lisis particular lo perfeccionar� en el marco de los intereses de nuestra sociedad y de la ciencia. Felicito a quienes presentaron esta extraordinaria iniciativa. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Larra�n. El se�or LARRA�N.- Se�or Presidente, en primer lugar, quisiera agradecer a los autores de este proyecto, porque creo que han tra�do a la discusi�n del Senado un tema extremadamente importante y delicado, respecto del cual ciertamente es conveniente la reflexi�n y, en la medida de lo posible, la legislaci�n sobre la materia. Quiz�s, en tal sentido, las observaciones que formular� apuntan en esa direcci�n. Los objetivos de la iniciativa en estudio son varios: por una parte, construir un marco regulatorio para la investigaci�n en seres humanos; en seguida, definir y normar aspectos relativos a la investigaci�n gen�tica y a las conductas que deben observarse para la preservaci�n del genoma humano; adem�s, el rechazo a la clonaci�n humana, y, finalmente, la creaci�n de una Comisi�n Nacional de Bio�tica para regular estas materias. Los objetivos del proyecto propuesto, para mi gusto, son muchos, y tal vez incluso algo diferentes entre s�, lo cual en alg�n minuto pudiese haber llevado a pensar en la conveniencia de tener normas separadas y distintas. Y legislar sobre estas materias resulta particularmente dif�cil, por la naturaleza de los temas involucrados. Por eso, mi primera observaci�n apunta a que se reduzcan -por as� decirlo- al m�nimo necesario las normas aqu� planteadas y, deseablemente, que se eviten una serie de declaraciones, muy gen�ricas, que dan al proyecto cierta ampulosidad que no corresponde a la t�cnica legislativa que habitualmente ocupamos. Por ejemplo, en el art�culo 1� se dice que: "La presente ley tiene por finalidad proteger la vida, la integridad f�sica y s�quica de las personas, as� como su dignidad e identidad gen�tica, con respecto a la investigaci�n cient�fica y sus aplicaciones y al ejercicio de la medicina.". Es un objetivo inmenso, casi una declaraci�n program�tica de nivel constitucional, que dif�cilmente se concilia con un esp�ritu de t�cnica legislativa m�s estricto. Despu�s, en el art�culo 6� se se�ala: "La libertad para llevar a cabo actividades de investigaci�n cient�fica tiene como l�mite el respeto a los derechos y libertades reconocidos por la Constituci�n Pol�tica de la Rep�blica.". Obviamente, no necesitamos siquiera comentarlo. Luego, hay otro precepto inspirado en la Declaraci�n de la UNESCO. El art�culo 16 de la iniciativa expresa: "El conocimiento del genoma humano es patrimonio com�n de la humanidad.". Creo que no somos nosotros los llamados a declarar a trav�s de leyes chilenas lo que es patrimonio de la humanidad. Me parece que, por reforzar la importancia de este tema, entramos a normar cuestiones que no son normables, pues constituyen m�s bien declaraciones, aspiraciones, que nos deber�an hacer pensar en la conveniencia de circunscribir lo m�s posible el proyecto. Respecto del primero de los objetivos espec�ficos, la creaci�n de un marco regulatorio para la investigaci�n en seres humanos, suscribo las apreciaciones que varios se�ores Senadores han formulado. No cabe la menor duda de que cuando la investigaci�n en seres humanos afecta la dignidad de las personas es algo que debe impedirse. En ese conflicto, ciertamente, la dignidad del ser humano tendr� preferencia. Pero ocurre que para hacer posible la investigaci�n se requiere de un amplio margen de libertad. Y normar ese tipo de actividades es extremadamente complejo. No hay nada m�s cambiable que estas materias. Hace poco m�s de un siglo no pod�a investigarse a las mujeres embarazadas, porque si se interven�a el ser que se encontraba en el vientre materno, pod�a morir. Entonces, eso no era factible de realizar. Hoy d�a esta intervenci�n es posible, se hace y con mucha facilidad. Gracias a Dios que esto puede llevarse a cabo, porque as� se salva la vida del ser humano que est� por nacer y, tambi�n, la de la madre que la est� generando. �C�mo normamos eso? �C�mo lo establecemos en la ley? Personalmente, creo que debe evitarse al m�ximo cualquier tipo de regulaci�n en la materia. Quiz�s, definir uno o dos conceptos m�nimos, pero en lo fundamental eludirla. Tal vez la idea central que recoge el proyecto es que esto requiere del consentimiento de la persona. �ste ciertamente debe ser informado, y adem�s espec�fico -no gen�rico- en cuanto a la investigaci�n en el ser humano o en su persona. Reitero: esta materia debe reducirse al m�nimo y, ojal�, a la nada. Respecto de los objetivos m�s espec�ficos, me parece que debe recogerse con mayor fuerza lo relacionado con la investigaci�n gen�tica. Sin embargo, surge un problema conceptual en cuanto a uno de los temas planteados: el de la investigaci�n en terapia g�nica en c�lulas germinales. De acuerdo con la distinci�n que se hace entre c�lulas som�ticas y germinales, se autoriza la terapia g�nica en las primeras, orientada a la cura de enfermedades y a c�lulas cuya reproducci�n puede mejorar la situaci�n del paciente. En cuanto a las segundas, el art�culo 14 dispone que "La terapia que exija modificar c�lulas germinales, requerir� la autorizaci�n de la Comisi�n Nacional de Bio�tica.". Hasta donde entiendo, lo relativo a las c�lulas germinales a�n no se halla definido, en el sentido de que no se sabe exactamente el alcance que puede tener la terapia g�nica en ellas. Por lo tanto, pareciera ser que en un asunto tan delicado como �ste lo prudente es no autorizar dicha terapia bajo determinadas circunstancias. Y mientras no est� clara en otros seres, vegetales o animales, la posibilidad de llevarla adelante, lo prudente -insisto- parece ser simplemente prohibirla, hasta conocer exactamente los alcances que puede tener. Respecto de la clonaci�n, quiero expresar un solo concepto. En realidad, lo que �sta tiene de grave y genera rechazo es en cuanto permite reproducir un ser id�ntico al original. Eso es lo que provoca repulsa en el �mbito de lo humano. Por lo mismo, debemos ser m�s precisos en el lenguaje, pues cuando se trata de un tejido -algunos se�ores Senadores lo hicieron presente- o de un �rgano posible de clonar, esto puede resultar muy positivo. Y si aceptamos los trasplantes de �rganos, por qu� no vamos a aceptar esto otro, cuando aqu�llos todav�a presentan dificultades por el rechazo que provoca el �rgano proveniente de otro organismo. Si el �rgano de que se trata pudiera reproducirse a partir de las propias c�lulas de la persona, no estar�amos en presencia de un trabajo de ingenier�a gen�tica que motive rechazo; por el contrario, podr�a ser bienvenido. De modo que es necesario definir bien los t�rminos para tener claridad en cuanto a qu� estamos rechazando. Finalmente, un comentario muy breve en cuanto a la Comisi�n Nacional de Bio�tica. Por de pronto, desde el punto de vista constitucional, ya se mencion� que, por tratarse de un organismo -incluso, en una parte del informe se habla de un servicio p�blico-, por peque�o que sea, est� fuera de la iniciativa parlamentaria en materia legislativa. Eso no est� en discusi�n. Y espero que, si se insiste en la idea, el Ejecutivo le d� su patrocinio. El se�or HAMILTON.- �Me concede una interrupci�n, se�or Senador? El se�or LARRA�N.- No tengo inconveniente, con la venia de la Mesa. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Puede hacer uso de ella, Su Se�or�a. El se�or HAMILTON.- Se�or Presidente, con relaci�n a la �ltima observaci�n, el se�or Senador tiene raz�n en cuanto a que esa materia requiere del patrocinio del Ejecutivo. Pero como no estamos pronunci�ndonos en particular, sino en general sobre el proyecto, no hay inconveniente en que se vote tal cual est�. Adem�s, el Gobierno ofreci� darle su respaldo, de modo que cuando se discuta en particular ya contar� con �l. Gracias, se�or Senador. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Recupera el uso de la palabra el Honorable se�or Larra�n. El se�or LARRA�N.- Con todo respeto, discrepo de la interpretaci�n de Su Se�or�a. Esta iniciativa debi� declararse inadmisible por proponer la creaci�n de un organismo, lo que requiere patrocinio del Ejecutivo. Porque, precisamente, al pronunciarnos acerca de la idea de legislar se estar�a aprobando su creaci�n, lo cual no es de resorte parlamentario. Mi interpretaci�n es m�s estricta que la del Senador se�or Hamilton, y pienso que el titular de la Comisi�n, primero, y el se�or Presidente del Senado, despu�s, debieron declarar inadmisible esa parte del proyecto, o haberla excluido del debate hasta que hubiese contado con el patrocinio del Ejecutivo, como corresponde. Reitero: cuando se trata de la idea de legislar respecto de una iniciativa que involucra la creaci�n de un organismo p�blico, eso como tal es inadmisible. Aparte lo anterior, deseo entrar al fondo de la materia. El se�or VIERA-GALLO.- �Me permite hacer una aclaraci�n, se�or Senador? El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Con cargo al tiempo de Su Se�or�a. El se�or VIERA-GALLO.- Es muy breve, y s�lo para reiterar que respecto de la Comisi�n de Bio�tica Animal, que analiz� la Sala, no ten�a el patrocinio del Ejecutivo. El se�or LARRA�N.- Eso no valida este tema. �Lo �nico que ratifica es cierta preocupaci�n recurrente de Su Se�or�a por los animales�! Por �ltimo, deseo referirme al aspecto de fondo de la Comisi�n que se pretende crear, lo cual, aparte ser inconstitucional, lo considero inconveniente. A mi juicio, dicho organismo, por sus objetivos, no s�lo se ocupar� de los asuntos propios del proyecto, sino que, en general, de todas las materias que conforman el �mbito de la bio�tica. La norma respectiva dispone lo siguiente: "La Comisi�n Nacional de Bio�tica fijar� los criterios necesarios para armonizar la libertad de investigaci�n cient�fica en el campo de la salud, con el respeto a los derechos y libertades garantizados en la Constituci�n Pol�tica de la Rep�blica". Vale decir, pr�cticamente todo. Creo que un asunto de tal naturaleza no puede quedar en manos de una repartici�n de esta �ndole. Considero m�s prudente -se lo pido a la Comisi�n de Salud y a los autores del proyecto- trabajar en la elaboraci�n de normas susceptibles de aplicar, pero no en la creaci�n de una entidad que se haga cargo de la bio�tica, porque ello significar�a, en parte, ocuparse de la moral en un �mbito espec�fico de la actividad humana, lo cual no me parece que podamos entreg�rselo a ning�n ente p�blico. Las normas �ticas no se cautelan por organismos p�blicos; tampoco pueden sancionarse a trav�s de ellos y, en general, eso puede acarrear males mayores que los que se pretende remediar. Adem�s, la existencia de comisiones regionales a lo largo del pa�s generar�a un caos en la aplicaci�n de normas �ticas que no deseo imaginar. Por lo tanto, prefiero fijar los criterios normativos m�nimos necesarios en la ley y que se apliquen, pero las normas �ticas deben cautelarse por otra v�a, y no mediante este mecanismo. Considero extremadamente delicado y riesgoso hacerlo de la forma como se est� propiciando, no obstante lo bien inspirada que parezca. La integraci�n de la Comisi�n refleja un criterio bastante amplio; pero la idea misma de su existencia, aparte los reparos de su constitucionalidad, a m� por lo menos me merece objeciones y temores. Preferir�a que se elaboraran normas espec�ficas que definieran el marco de lo que se puede hacer y que se apliquen, en lugar de generar una entidad a cargo de esto que regule las conductas de los investigadores, de los hospitales, de los m�dicos, en fin. Creo que es extremadamente amplio y, por lo tanto, inconveniente. Por �ltimo, respecto de las sanciones, obviamente una materia de esta naturaleza no puede circunscribirse s�lo a las indemnizaciones de perjuicios. Entiendo, por las explicaciones dadas por los autores de la iniciativa y por el Presidente de la Comisi�n de Salud, que esto constituye m�s bien una primera aproximaci�n, porque naturalmente hay tipos penales, y ser�a conveniente que al menos algunos de ellos quedaran incorporados en la ley en proyecto. Pero esto no puede quedar restringido a un mero acomodo de perjuicios. Se trata de asuntos extremadamente delicados, como la clonaci�n, las investigaciones del genoma humano, y pueden derivar de ello actuaciones horrorosas que se pueden concebir. Y no podemos compensar despu�s esos horrores simplemente por la v�a de la indemnizaci�n de perjuicios. Debemos entrar a tipificar conductas penales, para que ellas no s�lo tengan las sanciones econ�micas que correspondan, sino fundamentalmente las propias del �mbito de la sanci�n penal. He dicho. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or D�ez. El se�or D�EZ.- El se�or Senador que me precedi� en el uso de la palabra me ahorra gran parte de mi programada intervenci�n. Concuerdo absolutamente con Su Se�or�a en cuanto a que en la forma como est� redactado el proyecto no s�lo carece de iniciativa del Ejecutivo, sino que tiene disposiciones claramente inconstitucionales, independientemente de su origen. En verdad, por afectar la iniciativa a las personas y a sus derechos, debe ser la propia ley la que fije los criterios. Y es la administraci�n de justicia la que debe velar por que se respeten, a trav�s de acciones de car�cter p�blico o privado. Esto significa que en materia tan delicada no podemos reducirnos a la competencia judicial de la indemnizaci�n de perjuicios, sino que tenemos que calificar los delitos. Se�or Presidente, en el orden general, debo se�alar que no hay duda de que no estamos en una �poca de cambio, sino realmente en un cambio de �poca. Si el proyecto se hubiera presentado hace algunos a�os habr�a aparecido como esot�rico, imposible de creer y digno de una novela de ciencia ficci�n. Sin embargo, hoy nos encontramos ante una realidad cient�fica y tecnol�gica regida por los mismos principios b�sicos de la Constituci�n. Nuestra Carta Fundamental es eminentemente humanista, val�rica, y que consigna con precisi�n los derechos de las personas, el principal de los cuales es la vida y la integridad f�sica y ps�quica de aqu�llas. La interpretaci�n general de �stas y de muchas otras de las disposiciones que consagran esos derechos demuestran la preocupaci�n de la Ley Suprema por velar por el ser humano desde su concepci�n hasta la muerte. No es suficiente establecer que para ciertos actos relacionados con la integridad de la persona basta su voluntad, porque con esa tesis estar�amos aceptando incluso el suicidio. Las personas no son due�as de su vida, como no lo son de su integridad. Adem�s de los requisitos relativos a la libertad de las personas, la ley debe disponer las circunstancias en que se permitir� la restricci�n de los principios generales consagrados en la Constituci�n. Estamos ante una materia todav�a imprecisa y en plena evoluci�n. Es absolutamente indispensable dictar la ley en proyecto. Seguramente ser� el primero de muchos otros cuerpos legales sobre el tema, dada la movilidad del desarrollo cient�fico y su aprovechamiento con relaci�n a la salud o prolongaci�n de la vida humana. De manera que mis cr�ticas est�n muy lejos de estar en desacuerdo con el fondo del proyecto, la intenci�n de sus autores y el excelente trabajo de la Comisi�n, el cual nos permite visualizar el campo en que estamos involucrados. En mi concepto, aqu� se est� revelando la vastedad del problema que tenemos entre manos, que seguramente nos exigir� una labor much�simo mayor, en que han de participar no s�lo cient�ficos y abogados, sino tambi�n personas especializadas en la �tica y la moral. Si bien es cierto, la Constituci�n asegura la libertad de todas las religiones, no lo es menos que ella se basa expresamente en normas �tica y morales -como toda nuestra legislaci�n-, en el sentido de la bondad o malicia de las acciones humanas y de la conformidad o disconformidad de aqu�llas con la naturaleza de las personas. Por consiguiente, estamos en los inicios de un proyecto que resulta sumamente amplio e importante y respecto de cuyas normas sabemos que habr� que revisarlas en alg�n tiempo m�s. Tal vez ser�a bueno utilizar la receta de ciertos pa�ses, expresamente Inglaterra, en el sentido de obligarnos en algunos a�os a revisar el cumplimiento de la ley �establecido por ella misma-, de manera que en este caso el avance de la ciencia no nos cree situaciones nuevas que no previmos al dictar la legislaci�n correspondiente. Francamente me molesta el hecho de que proyectos de ley con gran valor intr�nseco no aparezcan respaldados por la debida tramitaci�n constitucional, porque el an�lisis de disposiciones sobre las cuales ya existe sentencia claramente expresada por el Tribunal Constitucional, m�s que a los miembros de la Comisi�n de la Salud, corresponde a la Secretar�a de Comisiones y a la Secretar�a del Senado. El Tribunal Constitucional determin� que la creaci�n de los Consejos Regionales de Pesca -que tambi�n son servicios t�cnicos, no remunerados, etc�tera-, necesitaba de la iniciativa del Ejecutivo, por tratarse de organismos p�blicos intermedios. Por tal raz�n, resulta a mi juicio inconveniente en la aplicaci�n de la praxis de la Carta Fundamental que se nos obligue a votar en general -pues la materia nos interesa- proyectos de ley que, en el fondo, no cumplen el mandato constitucional y que fuerzan al Ejecutivo a dar su patrocinio ante un problema presentado por los parlamentarios, en circunstancias de que la intenci�n de la Carta es que la iniciativa sobre creaci�n de servicios p�blicos corresponda al Presidente de la Rep�blica. En verdad todos estamos de acuerdo en que si el Ejecutivo no patrocina esos art�culos no formar�n parte de la ley. Pero es evidente que no s�lo estamos aprobando la idea de legislar en teor�a, sino en la pr�ctica y sobre la base de un proyecto determinado. Ahora bien, como una muestra de nuestro respeto al Texto Fundamental, soy partidario de que el se�or Presidente del Senado solicite el acuerdo un�nime de la Sala para suprimir los Cap�tulos VII y VIII, relativos a la Comisi�n Nacional de Bio�tica y sobre sanciones e indemnizaciones �que no las tiene-, respectivamente. De esa manera, podr�amos aprobar la iniciativa sin escr�pulos constitucionales; pero, adem�s, sabiendo que el Ejecutivo va a mandar la indicaci�n correspondiente y que la Comisi�n tiene que establecer un sistema penal espec�fico, estipular conductas que sean penadas -respetando tambi�n la idea de la Constituci�n de que no se aceptan delitos en blanco-, y que la ley en proyecto deber� especificar los delitos que se van a sancionar. Por lo tanto, si con esa intenci�n suprimimos esos dos cap�tulos,� El se�or VIERA-GALLO.- �Me permite una interrupci�n, se�or Senador, con la venia de la Mesa? El se�or D�EZ.- Con todo gusto. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Viera-Gallo. El se�or VIERA-GALLO.- Se�or Presidente, sobre el punto espec�fico que acaba de se�alar el Senador se�or D�ez, quiero hacer presente que a la Comisi�n se le plante� el mismo dilema en el sentido de que el proyecto s�lo tendr�a sentido si existiera un organismo con tuici�n para llevarlo a la pr�ctica. Por otro lado, debo se�alar que no fue posible obtener en este tr�mite constitucional el patrocinio del Ejecutivo, porque �ste deb�a formular todas las consultas del caso. Y, por eso, la Comisi�n decidi� en forma un�nime despachar un proyecto que en teor�a consideraba adecuado, ya que conten�a vicios de inconstitucionalidad tambi�n respecto de las Comisiones Regionales. La se�ora Ministra de Salud dijo ayer que el Gobierno patrocinar� la norma pertinente, para lo cual enviar� la indicaci�n respectiva, que, adem�s, seguramente va a modificar algunas cosas que figuran en el texto. En consecuencia, lo que el Senado votar� es una idea general. Y es muy probable que el segundo informe, a ra�z de la indicaci�n del Ejecutivo, venga con una institucionalidad diferente, plenamente saneada desde el punto de vista constitucional. Si no llegara esa indicaci�n, dicho informe no podr�a tener nada de institucionalidad, porque no podr�a tenerlo. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Puede continuar el Honorable se�or D�ez. El se�or D�EZ.- Se�or Presidente, las expresiones del Senador se�or Viera-Gallo me confirman a�n m�s que si el Ejecutivo estuvo en conocimiento del problema y no envi� la indicaci�n correspondiente, nosotros no estar�amos actuando con lealtad hacia la Constituci�n si aprobamos algo te�rico. La aprobaci�n general de un proyecto no es una cosa te�rica: se encuentra establecida entre los requisitos de tramitaci�n de un proyecto en la Ley Org�nica Constitucional del Congreso Nacional. Se trata de un procedimiento determinado para aprobar una iniciativa legal. De manera que no puede tener valor el razonamiento de que todos sabemos la intenci�n y de que se trata de un proyecto en teor�a. Por lo tanto, en conocimiento de que el Ejecutivo anunci� una indicaci�n, insisto en que, para dejar las cosas en su lugar, se supriman del texto, por la unanimidad del Senado, los cap�tulos en que se necesite la iniciativa del Presidente de la Rep�blica y los que deben precisar las conductas constitutivas de delito, a fin de que se presente la proposici�n y la Comisi�n trabaje en ella para el segundo informe. No veo el perjuicio que podr�a sufrir el proyecto. En cambio, observo con claridad que esta Corporaci�n afirmar�a la tesis constitucional correcta, por lo que pido al se�or Presidente hacer las consultas del caso. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Senador se�or Fern�ndez. El se�or FERN�NDEZ.- Se�or Presidente, nos hallamos ante un articulado que contiene una idea muy loable -el que aprobar�, obviamente, por tratarse de una discusi�n en general-, pero no materializada adecuadamente en su texto. Y ello sucede, a mi juicio, porque los conceptos y principios que se desea establecer no son propios de una ley. Tanto es as� que los pa�ses avanzados en que se realiza investigaci�n cient�fica cuentan con escasa legislaci�n al respecto, tanto por la imposibilidad de definir t�rminos claros cuanto porque muchas veces se puede conspirar contra el desarrollo en el �rea. Y �se es el caso de l�deres en dicho �mbito, como Estados Unidos, que aplican limitaciones m�s bien �ticas que propiamente jur�dicas, con el objeto de evitar que por esa �ltima v�a pueda restringirse en forma extrema la investigaci�n cient�fica. De acuerdo con los principios que se�alo, un proyecto como el que nos ocupa debiera consignar en forma clara y precisa las prohibiciones y los lindes de la investigaci�n cient�fica, pero no condicionar el hecho mismo de �sta a la aprobaci�n, por ejemplo, de un organismo determinado. Aqu� se encuentra una norma que reviste bastante gravedad, en el sentido de que "Todo proyecto de investigaci�n cient�fica en seres humanos que involucre alg�n tipo de intervenci�n f�sica o s�quica en el sujeto requerir� la aprobaci�n de la Comisi�n Nacional o Regional de Bio�tica respectiva.". Vale decir, el cient�fico deber� tratar primero de convencer a una comisi�n, en circunstancias de que muchas veces justamente innova o crea algo que ella no conoce, ni que se le ha ocurrido. De manera que la primera batalla apuntar� a persuadir a tal organismo de que no se encuentra frente a un proyecto que afecta la dignidad humana. Nos parece que lo anterior es peligroso. Constituye una cuesti�n que no s�lo en el pasado remoto, sino incluso en el presente siglo conspir� en forma importante en algunos pa�ses contra la investigaci�n cient�fica. Juzgo grave que de la lectura de la ley pudiera sacarse la conclusi�n a que hago referencia. El cient�fico no se hallar�a en situaci�n de poder defender algo que est� creando, y en lo cual en ese momento expresa su talento, pero deber�a convencer a muchas personas �repito- a las que no se les hab�a ocurrido, obviamente, una situaci�n como la que se plantea. Por ello, es probable que lo adecuado sea establecer un conjunto de limitaciones respecto de hechos que indudablemente no pueden perseguirse a trav�s de una investigaci�n cient�fica. En cuanto a aspectos propios del articulado, consideramos que las definiciones deben ser extraordinariamente cuidadosas y que el legislador normalmente no debe consignar las de conceptos cient�ficos, salvo que sean aceptados de manera universal. Por ejemplo, el establecer que el genoma humano "es la base de la unidad fundamental de todos los miembros de la familia humana" aparentemente suena muy bien; pero, �cu�l es esa unidad fundamental? Entonces, se entra en especificaciones que no nos competen, evidentemente. No nos hallamos en situaci�n de dejar precisados conceptos de esa envergadura. Y es posible incurrir aqu�, por lo tanto, en equ�vocos muy graves y serios. Ahora bien, el art�culo 1� dispone: "La presente ley tiene por finalidad proteger la vida, la integridad f�sica y s�quica de las personas, as� como su dignidad e identidad gen�tica, con respecto a la investigaci�n cient�fica y sus aplicaciones y al ejercicio de la medicina.". Cada uno de esos puntos admite una grave e importante discusi�n. Desde luego, si bien es cierto que la normativa en debate apunta a proteger la vida, un conjunto de cuerpos legales persiguen ya ese objetivo y el de resguardar la integridad f�sica de las personas, como es el caso de todos los c�digos -el Penal, por ejemplo- y de la Constituci�n. Consideraciones de esa �ndole llevan a pensar que puede resultar muy dif�cil, dir�a, una aplicaci�n efectiva del proyecto. Asimismo, se dice que "Se proh�be toda forma de discriminaci�n basada en el patrimonio gen�tico de las personas.". Cabe recordar que la Carta Fundamental elimina la discriminaci�n en todos los aspectos, no s�lo en relaci�n con el patrimonio gen�tico, pues tampoco procede por razones de sexo, raza, color, religi�n, etc�tera. Por ende, no es patrimonio de una ley la consagraci�n de ese tipo de normas. Y podr�a seguir se�alando diversos preceptos que, en mi opini�n, no conviene que contenga una iniciativa de esta naturaleza, como el que expresa que "la libertad para llevar a cabo actividades de investigaci�n cient�fica tiene como l�mite el respeto a los derechos y libertades reconocidos por la Constituci�n". Ello es obvio. No necesita hallarse consagrado en una ley de esta �ndole. Concuerdo, tambi�n, con lo se�alado aqu� en cuanto a que al investigador no se le pueden fijar exigencias o deberes especiales. Creo que es algo inadecuado. Estimando loable la idea de legislar, porque el tema as� lo amerita �la comparto y la votar� a favor por tratarse del primer informe-, me parece que en el segundo informe debiera corregirse la t�cnica jur�dica empleada para materializarla. El proyecto debiera limitarse a puntualizar el conjunto de actos que en nuestro concepto no se pueden realizar hoy -ello ser� muy precario, obviamente, frente al avance vertiginoso de la ciencia- y las prohibiciones a la investigaci�n cient�fica en esos campos. Pero ir m�s all� resulta extraordinariamente peligroso. Podr�amos encontrarnos con una ley que coarta la investigaci�n cient�fica, por un lado, y que, por el otro, quede completamente obsoleta en muy poco tiempo como consecuencia, precisamente, del avance en dicho �mbito. Si bien es cierto que una determinada actividad podr�a no llevarse a cabo en Chile de acuerdo con una resoluci�n de la Comisi�n de Bio�tica, ser�a posible realizarla en otra parte del mundo. El pa�s no puede pretender, entonces, la exclusividad para decir: "Esto se investiga y esto no se investiga", con prescindencia de lo que ocurre en el resto del mundo. Todas esas ideas debieran ser tenidas en cuenta en el estudio del segundo informe, para poder concluir en un articulado con los principios que se convenga como b�sicos en una investigaci�n cient�fica, y no m�s all�. Votar� a favor, se�or Presidente, en la esperanza de que en esa etapa se introduzcan las correcciones que he expuesto. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Senador se�or Vald�s. El se�or VALD�S.- Se�or Presidente, ser� muy breve, porque los Honorables se�ores Moreno, Larra�n y Fern�ndez han reflejado mi criterio sobre un proyecto que admiro, en su intenci�n y en el trabajo que ha demandado, y que nos ha hecho reflexionar sobre un tema de muy apasionante actualidad, el cual honra al Senado en cuanto al desarrollo de la discusi�n. Pero tambi�n tengo aprensiones -sin perjuicio de que me pronunciar� a favor-, porque se trata de legislar sobre un asunto extremadamente delicado. Pienso que en Chile a veces se acostumbra solucionar los problemas mediante la dictaci�n de leyes. Est� bien que la ley tenga un valor normativo, pedag�gico, y en definitiva tambi�n penal; pero estamos en un mundo que en lo f�sico se abre hacia la dimensi�n externa, sin limitaci�n posible porque esto obedece a la inteligencia humana, que se ha desarrollado en forma admirable: y tambi�n somos testigos de un avance cient�fico de tal naturaleza en lo biol�gico, que hoy d�a existen m�s bi�logos que todos los que han pasado por la historia de la humanidad. Presenciamos fen�menos extraordinariamente importantes, interesantes y creativos, que son resultado de la libertad creadora del hombre. Sobre todo en el campo cient�fico, estos fen�menos son acumulativos; es decir, se van generando unos detr�s de otros. No creo que los chilenos lleguemos a aceptar que otros tengan el derecho a la investigaci�n mientras nosotros debamos someternos a ciertas disposiciones que impidan nuestra libre creaci�n. A mi juicio, resulta extremadamente dif�cil crear normas destinadas a encajar la investigaci�n cient�fica. Estoy de acuerdo con el prop�sito del proyecto, y con que deban fijarse algunos par�metros -como se ha dicho ac�- y ciertos l�mites que tocan la vida en s� del ser humano (No me referir� a los animales porque voy a desatar la molestia del Senador se�or Viera-Gallo; pero son sus preocupaciones, las que no comparto, y no quiero abordarlas por cuanto Su Se�or�a ataca despu�s con cierta sa�a). Se�or Presidente, lo que iba a decir es que siempre se ha tratado de censurar este proceso de la ciencia, por una u otra raz�n. No vale la pena recordar lo que sucedi� a Galileo... y todav�a se dice "Eppur si muove". Pero as� fue. Recuerdo que cuando el doctor Kapl�n comenz� sus notables experiencias de trasplantes de coraz�n fue severamente censurado, porque se supon�a que el coraz�n era una parte vital y �nica del ser humano, y que al trasplantarlo estaba cometiendo el sacrilegio de introducir un �rgano ajeno en un cuerpo, cambi�ndole su raz�n de ser. M�s grave a�n era el hecho de que se tratara del coraz�n, considerado -y todav�a hoy se piensa as�- como el centro del amor y de los sentimientos. Vamos avanzando en este cuadro, y por ello tengo mucho temor de que se legisle en t�rminos demasiado estrictos, pues no hay nada peor que una ley que no puede cumplirse, o que es sobrepasada por la realidad. No creo que haya alg�n cient�fico que acepte que su investigaci�n sea sometida a la opini�n de un consejo, porque si �ste no la autoriza se va a abrir la posibilidad de un recurso de protecci�n. Y al final ser�n las Cortes de Apelaciones las que deban resolver si se est� violando un derecho de investigaci�n. As� ocurre permanentemente con los problemas medio ambientales que, por mal definidos, terminan siendo resueltos, tarde y no siempre bien, por los tribunales. Por eso, francamente coincido con el Senador se�or Moreno, y no creo en la necesidad de un consejo o de un conjunto de personas que estar� controlando la actividad cient�fica. Conf�o mucho m�s en crear el hecho �tico fundamental alrededor del cual se puede abrir una investigaci�n sin que haya limitaciones. Votar� favorablemente el proyecto, pero con cautela respecto de la forma en que el texto se est� insinuando. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Mart�nez. El se�or MART�NEZ.- Se�or Presidente, sin duda, la iniciativa est� inspirada en un avance extraordinario de la ciencia y en las necesidades de las personas. Pero, trat�ndose de asuntos concernientes al bien com�n de la naci�n, debieron haberse tomado de inmediato en forma muy diligente e integrada por parte del Poder Ejecutivo en conjunto con el Congreso, espec�ficamente con el Senado. No podr�a imaginarme una acci�n separada entre estos Poderes en un asunto fundamental. Al parecer en este caso no se ha producido una reacci�n o toma de conciencia del Ejecutivo para hacerse parte de este sistema que afectar� -lo cual ya est� ocurriendo- de una u otra manera a toda la naci�n. En esto hay que reconocer que el Senado se ha adelantado y ha mostrado una visi�n anticipada y positiva. En segundo lugar, de la lectura del texto se desprende que la bio�tica, como concepto, ya no podr�a contenerse en una ley de rango org�nico constitucional como la que estamos estudiando, sino que sencillamente habr�a que situarla como un ac�pite de la Carta Fundamental. Si la filosof�a constitucional, expresada claramente por el Senador se�or D�ez, es la que est� armando todos los conceptos que conforman el cuerpo legal, evidentemente la bio�tica debe tratarse como tal. No basta que el art�culo 19, n�mero 1�, de la Carta asegure a todos el "derecho a la vida y a la integridad f�sica y ps�quica de la persona", sino que es necesario agregar en esa norma el concepto de la bio�tica, porque estamos a ese nivel. En cuanto a la Comisi�n Nacional de Bio�tica, los se�ores Senadores que me precedieron en el uso de la palabra han abordado el asunto con mayor propiedad. Sin embargo, deseo formular algunos planteamientos. �Ser� la Corte de Apelaciones la que deber� hacerse cargo de los recursos cuando un cient�fico solicite llevar a cabo un proceso investigativo y la Comisi�n Nacional de Bio�tica, de acuerdo con el texto de la norma pertinente, le diga que no? �A qui�n va a recurrir esa persona? Si se quiere avanzar en esta idea tiene que haber un procedimiento de apelaci�n ante las resoluciones adoptadas por ese organismo. Por otra parte, me parece que con el Cap�tulo relativo a dicha Comisi�n se est� invadiendo con el Derecho p�blico el campo del Derecho privado. Es evidente que la creaci�n de un servicio p�blico, como lo indica el comentario que aparece en el informe, no es una facultad del Senado, sino que s�lo corresponde al Ejecutivo. La potestad que se entrega al servicio p�blico, entre otras cosas lo introduce de lleno en el �mbito moral y jur�dico. Cabe preguntarse, si la comisi�n va a ser remunerada, �qui�n justificar� las horas de estudio, los documentos, etc�tera? Estos aspectos no figuran en la norma. Por eso, la idea de sacarlos del texto aparece como la mejor soluci�n, sobre todo por el hecho de que se vulneran -como lo expres� el Honorable se�or D�ez- normas constitucionales, argumento con el que estoy absolutamente de acuerdo. Por �ltimo, en las ideas en juego -sin duda, son muy positivas- no deber�a romperse el debido equilibrio entre el progreso cient�fico y el respeto a la condici�n humana. A mi juicio, �sta es la clave. Por eso me permito considerar que todo este entramado de normas tendr�a que concentrarse en una modificaci�n constitucional, para establecer, conforme a la jerarqu�a de las leyes, todos los procedimientos que vienen a continuaci�n. En tanto, el concepto de la bio�tica expresado en t�rminos constitucionales deber�a incorporarse en alguno de los incisos del art�culo 19 de la Constituci�n. Hay varios donde puede contemplarse. Mi voluntad es la de apoyar la idea de legislar. Lamento que el Ejecutivo no haya reaccionado inmediatamente participando en forma muy activa sobre el particular. Ahora bien, sugiero que al redactarse el segundo informe, se estudie la conveniencia de introducir simult�neamente una modificaci�n a la Constituci�n para establecer el concepto de bio�tica, a fin de derivar en jerarqu�a las leyes correspondientes. Muchas gracias. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Cantero. El se�or CANTERO.- Se�or Presidente, varios de los se�ores Senadores que me antecedieron en el uso de la palabra han interpretado fielmente mi pensamiento, de manera que exposici�n ser� bastante breve. Estamos frente a una �poca de profundos cambios, los cuales por su alcance, proyecci�n y trascendencia, m�s que cambios en una �poca parecen constituir un cambio de �poca, es decir, algo que va m�s all� y que reviste excepcional importancia. En efecto, los pensadores contempor�neos se�alan que la revoluci�n provocada por el hombre al desarrollar su conocimiento se refleja, primero, en la intervenci�n que realiza en el cosmos, con todos los alcances, el despliegue y las repercusiones que traer� en el futuro; segundo, en la intervenci�n en el �tomo, con todo lo que ello ha significado para el desarrollo y la felicidad del hombre, para mostrar la peque�ez y tambi�n el dolor de la humanidad; y tercero, en la intervenci�n en el genoma humano. Esos tres elementos revolucionarios parecen ser el signo que caracteriza el cambio de �poca, que tendr� grandes implicancias y provocar� una transformaci�n efectiva en la concepci�n, en la actuaci�n y en las consecuencias de la vida del ser humano. Cabe reflexionar acerca de la concepci�n religiosa del hombre. Tal vez en esos elementos empieza a expresarse la divinidad de la cual nos hablan los te�logos. Ese hombre, hecho a imagen y semejanza de Dios, empieza a expresar su divinidad en actos de esta naturaleza. Porque al tomar el conocimiento del �rbol de la ciencia, al desarrollar su libre albedr�o, tiene la opci�n de actuar en esta l�nea y de elegir entre el bien y el mal, entre la benevolencia y la maledicencia. Pero ese libre albedr�o lo usa a veces inconscientemente, como fue el caso, por ejemplo, de la intervenci�n revolucionaria en el �tomo, que termin� dando origen a una bomba at�mica, que ha tenido tantas repercusiones y seguir� generando cambios gen�ticos en los seres vivos del planeta. Por lo tanto, para m� el asunto no es menor, sino de gran importancia y trascendencia. Estamos interviniendo en la semilla de la vida; en ese soplo divino que da como fruto un ser. El hombre -repito-, enfrenta grandes desaf�os en el uso de sus dones y conocimientos. Otra caracter�stica del cambio de �poca que se visualiza tiene que ver con cuestiones de gran relevancia: por un lado, con la revoluci�n cient�fica y tecnol�gica, la expansi�n del conocimiento del ser humano, la multiplicidad de la informaci�n a que se tiene acceso; y, por otro, producto de esa revoluci�n, con sistemas y medios de difusi�n que se hacen d�a a d�a m�s expeditos, m�s asequibles y que se multiplican con una proyecci�n exponencial, situ�ndonos en un mundo de grandes desaf�os. La clonaci�n de mam�feros nos abri� los ojos. Hoy estamos frente a la manipulaci�n de la gen�tica y sus eventuales usos en diversas aplicaciones que pueden hacerse en el ser humano; en ese hombre al que entendemos como un ente racional, dotado de esp�ritu trascendente, que tiene dignidad intr�nseca y que -�claro!- provoca grandes inquietudes al buscar, por ejemplo, romper su individualidad al generar varios clones de s� mismo. Existen desaf�os �ticos y morales de extraordinaria relevancia, que deben llamar a toda la humanidad a una reflexi�n abierta. Sin embargo, tal reflexi�n no puede atropellar ni invadir el derecho a la investigaci�n cient�fica, es decir, el derecho del ser humano al libre albedr�o para desarrollar su conocimiento; el derecho de ese hombre, hecho a imagen y semejanza de Dios, a crecer y aproximarse a la divinidad. La libertad del hombre en el �mbito de la sociedad moderna precisa de marcos referenciales. �stos, a mi juicio, deben ser de dos tipos: en primer t�rmino, de car�cter general indicativo, que incluso puede contemplarse en el Derecho positivo. Al respecto, recojo otro elemento que caracteriza al mundo global: la globalizaci�n no s�lo es la apertura a los mercados, sino tambi�n una imposici�n de normas comunes acordadas y establecidas por los distintos pa�ses. En ese sentido, la Declaraci�n Universal sobre Genoma Humano de la UNESCO es un documento interesante que vale la pena asimilar, tener en cuenta y considerar la posibilidad de participar en �l en forma clara y decidida. No obstante, repito, pienso que esas limitaciones en el �mbito del Derecho positivo deben ser s�lo de car�cter indicativo. En segundo lugar, para un control efectivo debe darse autonom�a e imperio a los pares. Por ejemplo, si se trata de una investigaci�n en el �mbito de la medicina, habr�n de ser los pares habilitados en las ciencias m�dicas quienes se pronuncien. Y en las investigaciones en otro �mbito, ser�n los pares involucrados en �ste los que deber�n actuar. Pero en ning�n caso me parece razonable atentar contra la libertad, esencia de la dignidad del ser humano para desarrollar el conocimiento, que en definitiva es la expresi�n de su humanidad. Todav�a hay demasiados misterios por ser decodificados. Lo concreto es que la intervenci�n del hombre en tres �mbitos tan fundamentales como el cosmos, el �tomo y el genoma, pareciera marcar una �poca de grandes desaf�os que todos los seres humanos, y particularmente los legisladores, debemos enfrentar con la mayor responsabilidad, inter�s y profundidad. Por eso, estimo que el proyecto en debate, pese a todos los errores o vicios que sus diversas normas puedan tener, es altamente oportuno y contribuir� a aprobarlo en general. Estar� atento al segundo informe y participar� entusiastamente en su discusi�n particular. He dicho. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- El �ltimo orador inscrito es el Honorable se�or Novoa. Luego se proceder� a votar. Tiene la palabra, Su Se�or�a. El se�or NOVOA.- Se�or Presidente, es evidente que el proyecto tiene prop�sitos muy loables: proteger la dignidad de la persona frente a investigaciones cient�ficas que se realizan en seres humanos; resguardar los datos gen�ticos, o sea, mantener su privacidad; prohibir algunas conductas. Lo anterior ciertamente justifica la dictaci�n de una ley. Pero al mismo tiempo exige que ella se refiera a materias propiamente legales y no incursione en otras �reas que excedan tal dominio, o al menos el de nuestro pa�s. Por ejemplo, el art�culo 16 (establece que el conocimiento del genoma humano es patrimonio com�n de la humanidad) es m�s bien -como se se�al� aqu�- una norma propia del Derecho Internacional. No procede que est� en la ley en proyecto. Hago referencia a este punto, no tanto por una cuesti�n de t�cnica legislativa, sino porque considero fundamental que la legislaci�n chilena en estas materias vaya de la mano con lo que est� pasando en el derecho internacional. No quisiera que fu�ramos m�s restrictivos, por ejemplo, en el sentido de que conocimientos obtenidos en nuestro pa�s constituyeran patrimonio de la humanidad y no tuvieran igual car�cter en otras naciones. En este �mbito se observa gran actividad empresarial. Ayer, precisamente, en la secci�n econ�mica de "The New York Times" se public� un art�culo sobre las empresas dedicadas a la investigaci�n del tema en comento. Y cuando uno lee al respecto se encuentra con datos impresionantes, como los atinentes a los recursos que ellas destinan al efecto. En tal sentido, lo �nico que pido es no autolimitarnos en nuestras posibilidades de desarrollo. A mi juicio, tampoco son de dominio legal las materias propiamente �ticas. Por ello, la creaci�n de la Comisi�n Nacional de Bio�tica presenta dudas, no s�lo respecto de la constitucionalidad, sino tambi�n en cuanto a la conveniencia de establecer una especie de patr�n o fiscal �tico en este campo. Finalmente, a las aprensiones ya manifestadas, quiero sumar mi preocupaci�n por que el loable prop�sito de proteger los derechos de las personas pudiere significar incluir en la ley ciertas rigideces que afecten la libertad para investigar; me inquieta que se fijen par�metros que, por ser legales, planteen rigideces en una materia cuyos avances son sorprendentes y se van produciendo d�a a d�a. En todo caso, el debate me ha parecido muy interesante. Anuncio mi voto favorable a la idea de legislar, haciendo notar que en la discusi�n particular deberemos tratar de solucionar las inquietudes y aprensiones expresadas durante el an�lisis general del proyecto. Gracias, se�or Presidente. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Quiero solicitar la venia de la Sala para hacer desde la testera, en mi calidad de coautor de la moci�n, breves reflexiones y precisiones acerca de la iniciativa en estudio. En primer lugar, considero pertinente felicitar, no s�lo a los autores de la iniciativa, sino tambi�n a la Comisi�n de Salud y al Senado mismo, por el debate que se ha desarrollado sobre una materia que, indiscutiblemente, reviste enorme importancia. Quiero recordar que cuando presentamos la moci�n a�n no se hab�a comunicado el descubrimiento del genoma humano. Ella obedeci� al anuncio de la clonaci�n de un animal, lo que hizo visualizar la posibilidad de que tambi�n se llegara a la clonaci�n humana. Y, en tal sentido, las intervenciones de los profesores y cient�ficos que asistieron a la Comisi�n de Salud enriquecieron nuestros conocimientos. En segundo t�rmino, deseo hacer resaltar que el primer informe es una aproximaci�n al tema. Ahora viene el gran desaf�o de estructurar un texto que recoja todas las observaciones formuladas aqu� por diversos se�ores Senadores, m�s las que podamos efectuar en el pr�ximo tiempo a la luz de la asesor�a que nos brinden quienes conocen estos asuntos con mayor profundidad. No estoy de acuerdo con un se�or Senador que sostuvo que no era necesario legislar sobre esta materia. En mi concepto, resulta indispensable hacerlo, para establecer el marco dentro del cual podr�n desarrollarse las actividades pertinentes. Coincido en que la ley no fija la �tica o la moral, pero s� entrega regulaciones destinadas a evitar infracciones a una u otra. A mi entender, �se es precisamente el objetivo que persigue este proyecto. Nadie pretende limitar la investigaci�n. Al contrario, se trata de promoverla, pero evitando que vaya m�s all� del fin que debe tener siempre en vista, cual es el beneficio de la humanidad. Ahora, quiero llamar la atenci�n de los se�ores Senadores en el sentido de que ser�a bueno que nuestra Canciller�a �se lo hice ver al Presidente de la Comisi�n de Relaciones Exteriores- abordara el tema de la Declaraci�n de la UNESCO, de 1997. No concuerdo con el planteamiento del Presidente de la Comisi�n en cuanto a que aqu�lla podr�a considerarse un tratado o un acuerdo o convenio internacional. Fue una declaraci�n. S� es factible que en determinado momento, sobre todo por la trascendencia que est� teniendo en el mundo el tema que hoy nos ocupa, fuera discutida a nivel de los organismos internacionales -como las Naciones Unidas- y de declaraci�n �bastante completa, por lo dem�s, en cuanto a que interpreta muy bien lo que uno piensa y cree- se transformara en un tratado ratificado por los diversos pa�ses del orbe y que obligara por igual a todos ellos en lo referente a la investigaci�n cient�fica en seres humanos y a la clonaci�n. De otro lado, me parece que las cuestiones de constitucionalidad �al respecto escuchamos las argumentaciones de los Honorables se�ores Larra�n, D�ez y otros se�ores Senadores- deben ser salvadas. Efectivamente, la Comisi�n de Bio�tica que se insinuaba en el proyecto original ten�a el car�cter de organismo asesor, de manera que no presentaba el elemento de inconstitucionalidad que adquiri� despu�s, a prop�sito del primer informe de la Comisi�n de Salud. Ahora bien, como en mi condici�n de Presidente del Senado debo resguardar la constitucionalidad de la iniciativa, voy a proponer la aplicaci�n del art�culo 30 de la Ley Org�nica Constitucional del Congreso Nacional, que permite votar por separado normas para cuya aprobaci�n se requieren diferentes qu�rum. En tal virtud, planteo apartar el art�culo 17 y los Cap�tulos VII y VIII y pronunciarnos s�lo sobre el resto del proyecto, el cual, de este modo, quedar�a conformado por los art�culos 1� al 21, exceptuado por supuesto el 17. Ello no inhibir�a a la Comisi�n de analizar las dem�s disposiciones en la discusi�n particular, siempre que contaran con el patrocinio del Ejecutivo. El se�or D�EZ.- �No ser�a m�s claro, se�or Presidente, para evitar dudas y sacar adelante el proyecto, solicitar el acuerdo de la Sala sobre los Cap�tulos VII y VIII y votar las normas respecto de las cuales tenemos conciencia de que son constitucionales? El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- De eso se trata, se�or Senador. El se�or D�EZ.- Y as� no rompemos ning�n precedente. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Eso es posible si hay pronunciamiento un�nime de la Sala acerca de los Cap�tulos VII y VIII y del art�culo 17. Si existiera consenso, yo no tendr�a inconveniente. El se�or VIERA-GALLO.- �Me permite una observaci�n, se�or Presidente? El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- S�, se�or Senador. El se�or VIERA-GALLO.- Quiero dejar en claro ante Sus Se�or�as lo siguiente. Es posible hacer lo que se est� planteando. Pero si no se logra la iniciativa del Ejecutivo para la creaci�n de una institucionalidad sobre la materia en comento, por muy leve o poco burocr�tica que sea, en la pr�ctica el proyecto carecer� de todo significado y sentido. As� ocurre en casi todos los pa�ses. Y por eso resulta importante, incluso para la propia Ministra de Salud, que haya, no digo cierta presi�n �entre comillas-, pero s� cierta se�al del Senado en cuanto a que debe existir dicha institucionalidad. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Concuerdo con Su Se�or�a en que, sin un marco regulatorio o de control �tico, la ley en proyecto ser�a casi inaplicable. Sin embargo, escuch� a la se�ora Ministra manifestar el inter�s del Ejecutivo en hacer un planteamiento sobre el tema y tomar la iniciativa. Entonces, no me asalta su duda, se�or Senador. Por lo mismo, no creo que haya problema para aprobar el camino sugerido. El se�or BOMBAL.- �Me permite, se�or Presidente? El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- En seguida, Su Se�or�a. Acogiendo, pues, una sugerencia de los Honorables se�ores Larra�n y D�ez, la Mesa quiere plantear el retiro del art�culo 17 y de los Cap�tulos VII y VIII. �Habr�a unanimidad para proceder en ese sentido? El se�or RUIZ-ESQUIDE.- No, se�or Presidente. El se�or BITAR.- No. El se�or BOMBAL.- Antes que eso, pido la palabra. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- La tiene, se�or Senador. El se�or BOMBAL.- Se�or Presidente, se est� dando al proyecto una tramitaci�n un tanto accidentada. Incluso, se ha llegado a se�alar que la Secretar�a no advirti� en su minuto �la verdad es que s� se advirti� desde el primer momento- el problema que hab�a. Lo que queremos evitar es que, con cargo a la nueva excepci�n que se est� solicitando, el proyecto quede en una especie de estatuto extra�o para lo que resta de su tramitaci�n. Entonces, como el debate se encuentra agotado, �no ser�a mejor, se�or Presidente �y se lo sugiero-, postergar la votaci�n hasta el instante en que el Ejecutivo nos haga llegar su patrocinio? Creo que �se puede ser un camino. S� que a los autores del proyecto no les acomoda. Pero ocurre lo siguiente: temo que, de tanto generar excepciones, estemos creando una situaci�n extra�a para el proyecto, en circunstancias de que el Ejecutivo nos se�al� ayer su intenci�n de pronunciarse. Ocurrido esto �ltimo, no cabr�a m�s que votar sin debate la idea de legislar y entrar en seguida a la discusi�n particular. �se puede ser un camino m�s razonable, se�or Presidente, que quedar con situaciones como la de si se retiran o no partes del articulado. Porque me preocupa que, si se concretan los retiros y no se materializan las indicaciones en los t�rminos que esperamos, el proyecto se transforme en nada. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Se�ores Senadores, como visualizo que se est� abriendo un debate que puede ser interminable, voy a aplicar el art�culo 30 de la Ley Org�nica Constitucional del Congreso Nacional, que posibilita votar por separado. El se�or D�EZ.- �Me permite, se�or Presidente? El se�or MART�NEZ.- Pido la palabra. El se�or BITAR.- Pido la palabra. El se�or RUIZ-ESQUIDE.- Pido la palabra por treinta segundos. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or D�ez. El se�or D�EZ.- Se�or Presidente, lo que pretendo con mi insinuaci�n es que quede en claro que el proyecto tiene la aceptaci�n un�nime del Senado en cuanto a la idea de legislar y que terminen las reticencias l�gicas de quienes observamos las inconstitucionalidades. Si esto queda palmario, no veo inconveniente en suprimir los cap�tulos y el art�culo individualizados. Ahora, pienso que la soluci�n propuesta por el Honorable se�or Bombal es buena en teor�a, pero mala en la pr�ctica. Porque la manera de apurar al Ejecutivo es que empiece el estudio particular del proyecto en la Comisi�n y los representantes gubernativos asistan y presenten sus indicaciones. Si la iniciativa del primer informe queda pendiente en la Secretar�a del Senado a la espera de las indicaciones, es evidente que la din�mica del proyecto bajar� enormemente. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Mart�nez. El se�or MART�NEZ.- Se�or Presidente, junto con la eliminaci�n de los Cap�tulos VII y VIII, usted ha propuesto suprimir el art�culo 17. Yo tambi�n sugiero incluir el art�culo 14, que expresa: "La terapia que exija modificar c�lulas germinales, requerir� la autorizaci�n de la Comisi�n Nacional de Bio�tica.". El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Bitar. El se�or BITAR.- Se�or Presidente, creo que un buen procedimiento para aprobar o rechazar la iniciativa es, simplemente, respetar el camino sugerido por sus autores. Nosotros no podemos estar condicionando cada paso que damos al env�o de las indicaciones del Ejecutivo; de lo contrario, nos estar�amos autolimitando. En mi opini�n, se est� dando un paso en una materia muy trascendental. Hay un conjunto de apreciaciones justas o no tan justas de diversos se�ores Senadores, las que deber�n ser examinadas durante la discusi�n particular. De manera que m�s adelante habr� tiempo para analizar lo de la Comisi�n Nacional de Bio�tica, que es el punto que provoca mayor preocupaci�n. Y existe voluntad para hacerlo. Por lo tanto, confiando en el criterio de cada uno de nosotros, pienso que lo l�gico es que votemos el proyecto en general y luego procedamos a su correcci�n y mejoramiento en el segundo informe, lo cual est� en el �nimo de todos los se�ores Senadores. En tal sentido, no soy partidario de la separaci�n de la votaci�n sugerida por el se�or Presidente, salvo que quiera ejercer la atribuci�n contenida en el art�culo 30 de la Ley Org�nica Constitucional del Congreso Nacional (no tengo �sta a mano). Considero mejor votar en general el proyecto e ir a una discusi�n m�s detallada y clara. Y el Ejecutivo, frente a esa situaci�n, se sentir� empujado a participar y a enviar las indicaciones del caso. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Se�or Senador... El se�or BITAR.- Pero dejar la votaci�n pendiente o dividirla me parece innecesario e inconveniente. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- �Me permite, se�or Senador? El se�or BITAR.- Con mucho gusto. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- El problema radica en que su proposici�n me obligar�a a declarar inconstitucional el proyecto, porque un cap�tulo entero es claramente inconstitucional. El se�or BITAR.- El Cap�tulo VII, que crea la Comisi�n Nacional de Bio�tica. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Exactamente. Y tambi�n los art�culos 14 y 17. Ello, entonces, me obligar�a a emitir un pronunciamiento de constitucionalidad, lo cual ya ha sido planteado por dos se�ores Senadores. Insisto: pienso que la manera de salvar el proyecto �y se obtiene el mismo resultado- es votarlo en general, en el entendido de que se dan por rechazados los art�culos 14 y 17 y los Cap�tulos VII y VIII, que en el segundo informe ser�n repuestos mediante indicaciones patrocinadas por el Ejecutivo. El se�or BITAR.- Si a usted, se�or Presidente, que es uno de los autores de la iniciativa,� El se�or BOMBAL.- Hag�moslo as�. El se�or BITAR.-...le parece que �se es el camino adecuado... El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Y considero que es la mejor manera de despachar el proyecto. El se�or BITAR.- �para salvar los eventuales reparos constitucionales de las normas se�aladas, no tengo inconveniente. Pero creo que debemos aprobar ahora la iniciativa y no dejarla pendiente. El se�or LARRA�N.- Le ruego que votemos como usted lo solicita, se�or Presidente, porque de lo contrario sentaremos un muy mal precedente en la historia constitucional del Senado. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Ruiz-Esquide. El se�or RUIZ-ESQUIDE.- Se�or Presidente, recojo las objeciones de constitucionalidad formuladas por algunos se�ores Senadores, porque son razonables. As� que me parece bien lo manifestado por la Mesa. No obstante, quiero proponer que aprobemos el proyecto en los t�rminos sugeridos por el se�or Presidente, pero sobre la base �se desprende de los discursos que hemos o�do- de que existe el �nimo de legislar acerca de lo que se plantea separar. O sea, que no quede la sensaci�n de que el no votar sobre la Comisi�n Nacional de Bio�tica y otros art�culos significa en la pr�ctica un rechazo del Senado. Si ello no es as� y se sobreentiende que las normas pertinentes deben contenerse en la iniciativa, por supuesto con el patrocinio del Ejecutivo, no tengo inconveniente en que procedamos como lo plante� el se�or Presidente. Pero que no se deduzca lo contrario, porque entonces habr� conflicto con el proyecto. Y como as� ha sido a lo largo del debate, basta con que lo mencionemos de la manera expuesta. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Indiscutiblemente, es as�. Y tengo plena confianza, pues la se�ora Ministra de Salud sostuvo que iba a tomar iniciativa en la materia. De lo contrario, me ver�a obligado a dividir el proyecto entre lo constitucional y lo inconstitucional... El se�or RUIZ-ESQUIDE.- Eso ser�a mucho peor. Estoy de acuerdo, se�or Presidente. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Por lo tanto, propongo al Senado... El se�or MORENO.- Pido la palabra para una breve acotaci�n. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- La tiene, Su Se�or�a. El se�or MORENO.- Apoyo lo que usted ha dicho, se�or Presidente, pero sugiero que la Comisi�n recoja lo que aqu� se ha expresado respecto de los art�culos pertinentes y trabaje sobre la base de que posteriormente ser�n patrocinados por el Ejecutivo. Ello, para que no debamos repetir aqu� los mismos argumentos expuestos hoy d�a acerca de los puntos en cuesti�n. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- �Habr�a acuerdo para dar por aprobado en general el proyecto, entendiendo rechazadas todas las disposiciones vinculadas con la Comisi�n Nacional de Bio�tica y sobre la base de que el Gobierno les dar� el patrocinio constitucional requerido? Seg�n me informa la Secretar�a, retiradas las normas en comento, no se requiere qu�rum especial. En consecuencia, el proyecto quedar�a aprobado en general por la unanimidad de la Sala. --As� se acuerda. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- En cuanto al plazo para presentar indicaciones, me insin�an el Presidente de la Comisi�n y sus miembros que debe ser m�s o menos largo. Yo propongo 60 d�as, sin perjuicio de renovarlo, de acuerdo con la solicitud que formule oportunamente ese propio organismo. �Habr�a acuerdo? El se�or VIERA-GALLO.- Se�or Presidente, creo que lo que no se hace en 10 o en 30 d�as no se hace en 60. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Es el plazo que me pidieron el Presidente de la Comisi�n... El se�or VIERA-GALLO.- Lo l�gico ser�a un mes. Adem�s, la Comisi�n ya escuch� a todos los cient�ficos. El se�or BITAR.- �Salvo que el Presidente de la Comisi�n sepa que en 60 d�as los avances de la investigaci�n sobre el genoma humano van a ser fundamentales...! El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- La Sala, en tal sentido, es aut�noma para fijar plazos. El se�or RUIZ-ESQUIDE.- �Ya que se han sugerido 60 y 30 d�as, transemos una vez m�s: quedemos en 45 d�as, que es un t�rmino razonable...! El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Quiero hacer ver a los se�ores Senadores que es intrascendente una cosa u otra. Porque si el plazo es de 45 d�as, cae dentro del per�odo comprendido entre el 17 de septiembre y el 1� de octubre, en que no habr� sesiones. Por lo tanto, propongo fijar el 2 de octubre, a las 12. --As� se acuerda. AMPLIACI�N DE CAUSAL DE INCOMPATIBILIDAD DE CONSEJEROS DEL BANCO CENTRAL El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Corresponde ocuparse en el proyecto, en primer tr�mite constitucional e iniciado en moci�n del Honorable se�or Ominami y del ex Senador se�or Hormaz�bal, que modifica el inciso tercero del art�culo 14 de la ley N� 18.840, Org�nica Constitucional del Banco Central de Chile, ampliando la causal de incompatibilidad de los Consejeros establecida en la citada norma, con segundo informe de la Comisi�n de Hacienda. --Los antecedentes sobre el proyecto (2038-05) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican: Proyecto de ley: (moci�n de los se�ores Ominami y Hormaz�bal): En primer tr�mite, sesi�n 2�, en 4 de junio de 1997. Informes de Comisi�n: Hacienda, sesi�n 27�, en 4 de abril de 2000. Hacienda (segundo), sesi�n 13�, en 1 de agosto de 2000. Discusi�n: Sesiones 27�, en 4 de abril de 2000 (queda para segunda discusi�n); 28�, en 5 de abril de 2000 (se suspende su discusi�n); 30�, en 12 de abril de 2000 (se aprueba en general). El se�or LAGOS (Secretario).- La Comisi�n hace presente en su segundo informe que el proyecto recae en una norma de rango org�nico constitucional, por lo que se requiere para su aprobaci�n de las cuatro s�ptimas partes de los se�ores Senadores en ejercicio, es decir, 27 votos favorables. En seguida, para los efectos de lo dispuesto en el art�culo 124 del Reglamento, se�ala que no hay art�culos que no fueron objeto de indicaciones; que se aprobaron con modificaciones las indicaciones n�meros 1 y 2, y que no hubo indicaciones rechazadas, retiradas ni declaradas inadmisibles. Asimismo, como consecuencia de la aprobaci�n con modificaciones de las dos indicaciones presentadas, la Comisi�n propone sustituir el texto aprobado en general por el Senado por el que se transcribe en el informe. La Secretar�a ha elaborado un bolet�n comparado �que obra en poder de los se�ores Senadores- que consta de tres columnas: en la primera, figura la ley vigente; en la segunda, el proyecto aprobado en general, y en la �ltima, la modificaci�n propuesta en el segundo informe. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- En discusi�n particular el proyecto. Solicito a la Sala facultar a la Secretar�a para cambiar la redacci�n del encabezamiento del art�culo �nico, sin modificar su contenido, en la siguiente forma: "Sustit�yese el inciso tercero del art�culo 14 de la Ley Org�nica Constitucional del Banco Central de Chile, cuyo texto fue fijado por la ley N� 18.840, por el siguiente:". Se trata s�lo de un cambio de redacci�n, porque� El se�or LAGOS (Secretario).- Porque no est� clara. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- �no est� clara. �Habr�a acuerdo en tal sentido? Acordado. La iniciativa fue acogida por la unanimidad de la Comisi�n. Por lo tanto, si le parece a la Sala, se dar� por aprobada. --Se aprueba en particular el proyecto, dej�ndose constancia, para los efectos del qu�rum constitucional requerido, de que se pronunciaron favorablemente 27 se�ores Senadores. PROHIBICI�N DE PESCA ARTESANAL EN REGIONES NO CONSIGNADAS EN INSCRIPCI�N El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Proyecto, en primer tr�mite constitucional, que modifica la Ley General de Pesca y Acuicultura para prohibir la pesca artesanal en regiones distintas a la consignada en la respectiva inscripci�n, con informe de la Comisi�n de Intereses Mar�timos, Pesca y Acuicultura. --Los antecedentes sobre el proyecto (2515-03) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican: Proyecto de ley: (moci�n del se�or Zald�var, don Adolfo). En primer tr�mite, sesi�n 4�, en 14 de junio de 2000. Informe de Comisi�n: Intereses Mar�timos, sesi�n 11�, en 18 de julio de 2000. Discusi�n: Sesi�n 12�, en 19 de julio de 2000 (queda para segunda discusi�n). El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Este proyecto -que se halla en segunda discusi�n- fue aprobado por unanimidad por la Comisi�n� El se�or STANGE.- Con mi abstenci�n, se�or Presidente. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Efectivamente, Su Se�or�a. Conforme a lo que se me ha solicitado, �habr�a acuerdo para aprobar en general la iniciativa, a fin de que vuelva a Comisi�n y �sta se pronuncie sobre las indicaciones que puedan formularse al respecto? El se�or STANGE.- Pido la palabra, se�or Presidente. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Stange. El se�or STANGE.- Se�or Presidente, el proyecto en debate ha causado notable preocupaci�n entre los pescadores artesanales de la D�cima Regi�n, pues con la innovaci�n propuesta se pretende sancionar con multa a quienes infrinjan una disposici�n que contiene la actual Ley de Pesca y que, por distintas razones, no ha sido observada. La pesquer�a en la D�cima Regi�n, especialmente en el sector sur, es la actividad econ�mica m�s importante de la zona. Tanto es as� que la gran mayor�a de sus habitantes son pescadores; por ende, sus familias dependen ciento por ciento de la extracci�n del recurso pesquero. Importantes localidades como Maull�n, Carelmapu y Calbuco, en la provincia de Llanquihue, y Ancud, Queilen y Quell�n, en Chilo�, dependen en gran medida de los productos del mar. La mayor cantidad de los recursos extra�dos por pescadores de Carelmapu y Quell�n es la que abastece la Regi�n Metropolitana. Sin embargo, es de p�blico conocimiento que este sector se encuentra gravemente afectado tanto por la escasez de los recursos como por el n�mero de pescadores eventuales o no hist�ricos que cada a�o se incorporan a dicha actividad. Es de diaria y normal ocurrencia que cientos de trabajadores de salmoneras, estudiantes en horas libres, o habitantes del sector costero, incrementen sus ingresos dedic�ndose a la pesca o a la extracci�n de moluscos. Para la gran mayor�a de ellos, estas actividades forman parte de sus sistemas de vida. Esto, sumado a la grave crisis econ�mica que afect� al pa�s en el �ltimo tiempo, hace imperioso estabilizar la actividad pesquera en la D�cima Regi�n y evitar que una inadecuada regulaci�n jur�dica empeore a�n m�s la situaci�n. Durante muchos a�os gran parte de los pescadores artesanales de la D�cima Regi�n, a pesar de prohibirlo desde hace una d�cada la actual Ley General de Pesca, se han trasladado a las Regiones contiguas, especialmente a la Und�cima, para realizar sus faenas. Ellos lo han hecho, no de manera antojadiza, sino motivados fundamentalmente porque en esa Regi�n los recursos marinos son m�s abundantes y la cantidad de pescadores es notablemente menor. Como consecuencia de lo anterior, fueron chilotes quienes colonizaron la gran mayor�a de las islas al sur de la D�cima Regi�n, poblando con esfuerzo y sacrificio esos lugares. Por tal raz�n, es de toda justicia suponer que cualquier enmienda legal o proyecto de ley relativo a esta materia conlleve el resguardo de este eventual "derecho", cuesti�n que no sucede con la modificaci�n que se pretende aprobar en esta sesi�n, por cuanto el hecho de impedir el acceso de los pescadores de la D�cima Regi�n a la realizaci�n de sus faenas extractivas en la Und�cima vulnera gravemente el patrimonio de este grupo de familias chilenas. Actualmente, en la D�cima Regi�n existen alrededor de 6 mil 200 buzos debidamente inscritos, de los cuales a lo menos la mitad realiza su faena extractiva en la Und�cima Regi�n. En cambio, en esta �ltima encontramos no m�s de 900 buzos para una fauna marina inmensamente m�s abundante que en la D�cima Regi�n. Por lo tanto, no estimo prudente impedir a esa gran masa trabajadora acceder a su habitual e hist�rica fuente laboral. De lo anterior se desprende que, con la modificaci�n en comento, se pretende romper jur�dicamente un equilibrio "natural" de pesca en zonas contiguas, conseguido a trav�s del tiempo, y que �aun cuando se proh�be (pero sin sanci�n) en la actual ley de pesca- no se ha aplicado en los �ltimos diez a�os porque conllevar�a mayores problemas al sector artesanal. La cercan�a geogr�fica entre las Regiones D�cima y Und�cima se complementa con la unidad de la biomasa mar�tima existente en ellas. Esta biomasa es una sola, y los pescadores del sur de Chilo� est�n inmersos en ella, es decir, viven de su extracci�n. Por lo tanto, no se puede desconocer el derecho de uso que �stos tienen a explotarlas. El solo hecho de habitar dentro de ella justifica su explotaci�n. La divisi�n artificial administrativa por Regiones no puede conllevar la misma divisi�n de los recursos marinos. La eventual aprobaci�n del proyecto en discusi�n forzar� necesariamente a los pescadores que habitan al sur de la isla de Chilo� a acreditar falsos domicilios en la Und�cima Regi�n, ya que, siendo la explotaci�n de los recursos bent�nicos en �sta su �nica fuente laboral, no les cabe otra alternativa. En Chilo�, es decir, en la D�cima Regi�n, es donde se concentra pr�cticamente el ciento por ciento de las industrias que maquilan, comercializan y transportan los recursos extra�dos en la Und�cima Regi�n. Ello significa que, si se impide su extracci�n, todos los empleos indirectos derivados de esta explotaci�n se acabar�n, empeorando a�n m�s la crisis de este sector. Al poner t�rmino bruscamente a la fuente laboral de m�s de tres mil buzos �si se aprueba el proyecto en discusi�n-, �stos se ver�n obligados a buscar una nueva fuente de trabajo, y no cabe duda de que �sta ser� en el mar, ya sea en forma clandestina o en la explotaci�n de alguna otra especie que actualmente ya se encuentra saturada e inmersa en una crisis insalvable. No podemos dejar que empeore, adem�s, el sector de la pesca de la merluza con la llegada de miles de cesantes. Es comprensible que los habitantes de la Und�cima Regi�n quieran resguardar sus recursos. Pero recordemos que �stos no son "sus recursos", sino que pertenecen a todos los chilenos y, en especial, a los pescadores artesanales. No solamente los pescadores de nuestra Regi�n se ver�an afectados con la modificaci�n en estudio, tambi�n los de la Quinta, que se han visto en la necesidad de trabajar en la Sexta Regi�n, o los de la Octava, que han debido salir de su sector pol�tico-administrativo. En consecuencia, este problema afecta a todos los pescadores de Chile y no s�lo a los australes. Sin perjuicio de esto, la cercan�a entre Regiones y las caracter�sticas geogr�ficas hacen que la aprobaci�n del proyecto afecte en mayor medida a los pescadores artesanales de la D�cima Regi�n. La actual legislaci�n obliga a los pescadores artesanales a tener domicilio en la Regi�n en la cual se est� inscrito en los registros respectivos. Se podr�a interpretar, entonces, que la modificaci�n propuesta a esta Sala s�lo viene a reafirmar la intenci�n del legislador en la actual Ley General de Pesca y Acuicultura. Pero no es as�. La citada ley adolece de muchos defectos; tanto es as� que fue necesario proponer un nuevo texto legal que desde hace tiempo se encuentra en tr�mite en esta Corporaci�n en espera de las indicaciones del Ejecutivo. Asimismo, anticip�ndose a esta posible nueva legislaci�n y sin perder de vista la actual prohibici�n que figura en la norma legal vigente, el Gobierno autoriza la pesca e inscripci�n en los registros artesanales de pescadores domiciliados en otras regiones, lo cual ocurre desde hace m�s de 10 a�os. En cambio, aprobar el proyecto en discusi�n ser�a ir en contra del esp�ritu que consensualmente se ha alcanzado hasta la fecha con la autorizaci�n de los Consejos Regionales de Pesca. Estimo necesario esperar la llegada del nuevo proyecto que presentar� el Gobierno, a fin de resolver globalmente el problema de la pesca artesanal en las Regiones distintas de aquellas donde los pescadores tienen sus domicilios y registros. Debe tenerse presente tambi�n que en la prensa de hoy sali� publicado que el Consejo Nacional de Pesca aprob� la propuesta de proyecto de ley de pesca transitoria, que el Ejecutivo remitir� al Congreso Nacional durante el presente mes. Hasta ahora ignoro el texto de esa iniciativa. Seguramente, en el nuevo proyecto se deber�n considerar tambi�n los derechos de pesca de la flota industrial en todo el litoral, o dilucidar por qu� las cinco millas destinadas a la pesca artesanal no se prolongan m�s al sur del paralelo 41� de latitud Sur; es decir, que se contin�e desde el canal de Chacao, como lo determina la actual disposici�n legal, hasta el extremo sur de la Duod�cima Regi�n. Entiendo que, a futuro, tendr� que estudiarse la forma en que se respeten los l�mites jurisdiccionales de cada Regi�n, como ordenamiento territorial. Pero modificar ahora una situaci�n hist�rica, mediante una ley �podr�a decirse- "de parche", ocasionar� graves alteraciones socio-econ�micas a los pescadores. Legislar ahora, con apresuramiento y sin esperar el texto que se anuncia, crear� m�s problemas socioecon�micos que los ya existentes y, posiblemente, se tratar� de una norma legal de muy dif�cil fiscalizaci�n por parte de la autoridad respectiva, la que seguramente ser� sobrepasada por la desesperaci�n de los pescadores. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Horvath. El se�or HORVATH.- Se�or Presidente, deseo referirme en forma sucinta al proyecto en debate, cuyo objetivo es claro: establecer expl�citamente como infracci�n, y sancionarla como tal, la pesca artesanal en una Regi�n distinta de la de su domicilio y sin la inscripci�n correspondiente. Sin embargo, si uno revisa el art�culo 50 de la Ley General de Pesca y Acuicultura, que dice "para ejercer actividades... El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- �Me permite, se�or Senador? Como el Orden del D�a termina a las 18:30, solicito el asentimiento de la Sala para prorrogarla, a fin de continuar con el debate y pronunciarnos sobre el proyecto. El se�or D�EZ.- No, se�or Presidente. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- En ese caso, �habr�a acuerdo para que el Honorable se�or Horvath termine su intervenci�n? El se�or HORVATH.- Se�or Presidente, puedo dejarla pendiente hasta la pr�xima sesi�n. El se�or BITAR.- Esperemos que el se�or Senador concluya sus observaciones. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Contin�a con el uso de la palabra el Senador se�or Horvath, luego de lo cual, se dar� por terminado el Orden del D�a. El se�or HORVATH.- El art�culo 50 de la Ley General de Pesca y Acuicultura se�ala que "para ejercer actividades pesqueras extractivas, los pescadores artesanales y sus embarcaciones deber�n previamente inscribirse en el registro artesanal que llevar� el Servicio.". La moci�n propone intercalar, en el inciso primero del art�culo 50, despu�s de la expresi�n "extractivas", la oraci�n "en la regi�n en que acrediten domicilio de conformidad a la letra d) del art�culo 51,". Ahora bien, el citado art�culo 51 se refiere al Registro Nacional de Pescadores Artesanales, y su letra d) establece: "Acreditar domicilio en la regi�n especificando provincia, comuna", etc�tera. Con ello, se entiende que, para estar inscrito en el registro, tambi�n es necesario acreditar el domicilio en la Regi�n correspondiente. Lo anterior tiene sentido, porque el art�culo 120 expresa que "Las personas que efect�en faenas de pesca artesanal sin estar inscritas en el registro respectivo, ser�n sancionadas con multas". Es decir, si alguien se halla pescando fuera de la zona de su domicilio, no lo realiza de acuerdo con el registro respectivo. La ley as� lo establece, y el proyecto s�lo explicita m�s la norma. Respecto de los pescadores artesanales que son de Regiones vecinas o contiguas -como indica la ley-, el inciso cuarto del art�culo 50 dice: "Podr� extenderse el �rea de operaciones de los pescadores artesanales a la regi�n contigua a la de su domicilio permanente y base de operaciones, cuando �stos realicen frecuentemente actividades pesqueras en la regi�n contigua.". Y fija un procedimiento al se�alar que "Para establecer esta excepci�n, se requerir� de la dictaci�n de una resoluci�n de la Subsecretar�a, previos informes t�cnicos debidamente fundamentados de los Consejos Zonales de Pesca que corresponda.". Incluso, a continuaci�n, en el mismo precepto, se incluye una f�rmula para cuando los pescadores artesanales deseen extenderse a m�s de una Regi�n. Por consiguiente, la ley vigente establece lo se�alado; sin embargo, la moci�n lo hace m�s expl�cito. Y, en este caso, lo que abunda, no da�a. El se�or P�EZ.- �Me permite una interrupci�n, se�or Senador, con la venia de la Mesa? El se�or HORVATH.- Con mucho gusto. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra Su Se�or�a. El se�or P�EZ.- Se�or Presidente, efectivamente lo propuesto en esta iniciativa es a mayor abundamiento, porque el actual art�culo 120 sanciona a quienes transgreden las disposiciones de la Ley General de Pesca y Acuicultura. Sin embargo, no me parece adecuado que el proyecto, en una disposici�n redundante, se refiera s�lo a los pescadores artesanales, con lo cual se crea un problema a un vasto sector de trabajadores que viven de estos recursos, a los que, fuera de sufrir grandes dificultades por la escasez de la pesca, se les provoca otro impacto sic�logo. En mi opini�n, si quiere ser justos deber�an establecerse sanciones adicionales o m�s expl�citas �porque la ley vigente ya las contiene- a la pesca industrial. No me parece ecu�nime aludir �nicamente a la situaci�n de los pescadores artesanales. Por tal motivo, junto con el Senador se�or Stange formul� una indicaci�n para incorporar un texto m�s equitativo en cuanto a fijar sanciones m�s expl�citas para la pesca industrial, aun cuando ya est�n contempladas en la legislaci�n actual. Gracias, se�or Senador. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Recupera el uso de la palabra el Honorable se�or Horvath. El se�or HORVATH.- Se�or Presidente, la pesca industrial tiene un marco definitorio propio. Adem�s, en agosto se pondr� en marcha el sistema de posicionamiento satelital que permitir� precisar en mejor forma las �reas de operaci�n de las naves industriales. La moci�n s�lo hace m�s expl�cito el contenido de la ley vigente. En ese sentido, resulta conveniente aprobarla, sin perjuicio de las indicaciones que se puedan formular en su oportunidad. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Debo anunciar que la Mesa incorporar� en la tabla de F�cil Despacho de la pr�xima sesi�n los proyectos que en el Orden del D�a de la de hoy figuraban con los n�meros 6 y 7, referentes a convenios entre Chile y Panam� sobre doble tributaci�n, el primero, y transporte a�reo entre las mismas rep�blicas, el segundo. Ha terminado el Orden del D�a. VII. INCIDENTES PETICIONES DE OFICIOS El se�or LAGOS (Secretario).- Han llegado a la Mesa diversas peticiones de oficios. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Se les dar� curso en la forma reglamentaria. __________________ --Los oficios cuyo env�o se anuncia son los siguientes: Del se�or HORVATH: Al se�or Subsecretario de Pesca y al se�or Director Ejecutivo del Instituto de Fomento Pesquero, referente a PR�RROGA DE PER�ODO EXTRAORDINARIO DE EXTRACCI�N DE LOCOS. Del se�or LAGOS: Al se�or Presidente de la Rep�blica y a la se�ora Ministra de Educaci�n, sobre HUELGA DE PARADOCENTES DE ESTABLECIMIENTOS MUNICIPALIZADOS EN IQUIQUE (PRIMERA REGI�N). Del se�or MORENO: A la se�ora Ministra de Educaci�n, acerca de CONSTRUCCI�N DE ESCUELA DE PLAZA PENCAHUE EN COMUNA DE SAN VICENTE DE TAGUA-TAGUA, y al se�or Ministro de Obras P�blicas, relativo a CAMINO DE PUEBLO DE INDIOS en esa misma comuna (SEXTA REGI�N). Del se�or STANGE: Al se�or Ministro de Obras P�blicas, al se�or Intendente de la D�cima Regi�n y al se�or Director Nacional de Vialidad, atinente a REPOSICI�N DE PASARELA PEATONAL EN VILLA VANGUARDIA, en Palena, y a la se�ora Ministra de Educaci�n, respecto de AMPLIACI�N DE ESCUELA F-1112 DE FUTALEUF� (D�CIMA REGI�N). Del se�or ZALD�VAR (don Adolfo): Al se�or Ministro de Obras P�blicas, acerca de INFORMACI�N SOBRE CUENCAS HIDROGR�FICAS EN QUINTA REGI�N, y al se�or Contralor General de la Rep�blica, referente a la misma materia. __________________ El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- En Incidentes, el primer turno corresponde al Comit� Renovaci�n Nacional. El se�or HORVATH.- Se�or Presidente, dicho Comit� me ha cedido parte de su tiempo. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Horvath. EJECUCI�N DE OBRAS P�BLICAS POR EMPRESAS REGIONALES. OFICIOS El se�or HORVATH.- Se�or Presidente, deseo referirme a una situaci�n que se est� viviendo en diversas Regiones de Chile con relaci�n a contratos de Obras P�blicas, Vivienda y eventualmente de otros servicios, pero fundamentalmente de los primeros. En este caso, se ha producido un creciente clamor de parte de contratistas regionales, subcontratistas o personas que prestan determinados servicios, los cuales no son cancelados oportunamente o los pagos son eludidos por las empresas competentes. Como consecuencia, los afectados ven en alg�n momento amenazado su patrimonio e incluso una posible quiebra. Asimismo, quienes viven en las Regiones, prestan sus servicios en ellas, hacen de subcontratistas o arriendan maquinarias para sus faenas, no s�lo son perjudicados sino que se ven imposibilitados de defender sus derechos y muchas veces deben recurrir a servicios de abogados, los cuales finalmente, despu�s de un largo tiempo, se quedan con gran parte de los dineros que aqu�llos han podido recuperar. Para lograr mayor transparencia y prever hechos como los descritos, creo conveniente que tanto el Ministerio de Obras P�blicas como el de Vivienda, adem�s de perfeccionar los reglamentos respectivos, adopten las providencias del caso en las bases de sus llamados a propuestas, a fin de regular en los respectivos contratos que todo lo concerniente a las personas que presten servicios, arrienden maquinarias, contraten personal o efect�en cualquier tipo de actividad quede regulado a trav�s del mismo contrato. De este modo, y por v�a administrativa, se pueden hacer los descuentos del caso, en los estados de pagos, y salvaguardar las reglas del juego. Esto, por un lado, permite tambi�n resguardar en mejor forma los recursos en las propias Regiones. Quiero tambi�n hacer presente la posibilidad, cuando ello sea t�cnicamente factible, de que los contratos relacionados con los Ministerios ya mencionados, recaigan en empresas que verdaderamente est�n asentadas en la Regi�n, porque a menudo se agrupan las propuestas, incluso geogr�ficamente dentro de una Regi�n, y por este hecho sube su monto -por lo tanto, su categor�a-, y las empresas regionales ven impedida su participaci�n. Como consecuencia los fondos p�blicos no se traducen en un verdadero desarrollo regional, pues, obviamente, cuando las empresas o subcontratistas viven en las Regiones, tienen su personal en el lugar, reinvierten los recursos en el comercio local y generan una suerte de reactivaci�n econ�mica que, por cierto, es muy saludable. En lo concerniente a este punto, me permito solicitar que se oficie a los se�ores Ministros de Obras P�blicas, de Transportes, de Vivienda y de Bienes Nacionales, a fin de que nos hagan llegar una relaci�n de los casos en los cuales se han presentado demandas o problemas por parte del prestador de servicio o subcontratistas en obras que se est�n desarrollando en las Regiones y tambi�n de casos en los cuales las propuestas podr�an haberse subdividido razonablemente, posibilitando su ejecuci�n por contratistas regionales. Y, en este mismo sentido, considero tambi�n conveniente que el tema sea abordado por la C�mara de la Construcci�n con las C�maras regionales, por lo cual solicito transcribir este oficio al Presidente de la C�mara de la Construcci�n. --Se anuncia el env�o de los oficios solicitados, en nombre del se�or Senador, en conformidad con el Reglamento. PROYECTO SOBRE TERAPIA GEN�TICA, GENOMA HUMANO Y CLONACI�N El se�or HORVATH.- Se�or Presidente, en segundo t�rmino deseo referirme brevemente al proyecto que se acaba de aprobar en general referente a la posibilidad de terapia g�nica, el genoma humano y la clonaci�n, ya que no tuvimos oportunidad de fundamentar nuestro voto favorable al resolver el Senado pronunciarse como cuerpo al respecto. En lo referente a ese tema, estamos enfrentando algo que siempre ha constituido un largo sue�o de la humanidad, que es el de la buena salud permanente, el de la eterna juventud, o de la piedra filosofal. Lo cierto es que en estas materias tan complejas y que abren un mundo de alternativas de nuevos conocimientos, tambi�n se da el riesgo del aprendiz de brujo que, en este caso, es de alto grado. En el genoma reside la estructura de los seres vivos. Es, sin duda, una arquitectura maravillosa. El hecho de que en cada c�lula ya existan estos 46 cromosomas, a los cuales el hombre aporta 23 e igual n�mero la mujer, el padre y la madre, y de que en cada cromosoma haya miles de genes con informaci�n gen�tica contenida en el �cido desoxirribonucleico (ADN), como una f�rmula o una mol�cula helicoidal, verdaderamente abre un espacio de vida de microcosmo que no deja de maravillar. Y que este genoma humano est� a su vez constituido, seg�n algunas fuentes, por cien mil genes -otras los refieren a 50 mil o 70 mil-, nos enfrenta a un hecho que, francamente, abisma y sorprende Y el proyecto internacional del genoma humano, del que ya se han decodificado y clasificado m�s de tres mil cien millones de subunidades de ADN, permite aventurar interpretaciones sobre esta lectura del mapa gen�tico humano que, por cierto, nos coloca ante una situaci�n �nica que, sin lugar a dudas, constituye un hito desde el punto de la investigaci�n y el conocimiento cient�fico. Sin embargo, es claro que la parte espiritual y an�mica no va a depender del c�digo gen�tico. En este sentido, hemos abierto los ojos y ampliado un microcosmo para novedades, investigaciones y el conocimiento, pero a�n estamos lejos de encontrar la clave completa, en todas sus dimensiones, de la vida. Y, como todo conocimiento, tiene posibilidades de ser utilizado positiva o negativamente. En el primer caso, est� la correcci�n y prevenci�n de enfermedades gen�ticas, Pero tambi�n puede ser mal empleado, como en el caso de la clonaci�n, que ya algunos pa�ses se han adelantado a prohibir. La regulaci�n internacional en cuanto a experimentaci�n en seres humanos -est� muy bien explicado en el informe de la Comisi�n de Salud- la podemos apreciar en el C�digo de N�remberg de 1947, la Declaraci�n de Helsinki, de 1964, y la Declaraci�n Universal sobre Genoma Humano y Derechos Humanos, aprobada por la Conferencia General de la UNESCO, en 1997, bastante claves e ilustrativos. Por cierto, tal iniciativa abre un gran desaf�o para normar las actividades de investigaci�n cient�fica y gen�tica en seres humanos, que incluye la terapia g�nica y todo lo relacionado con las aplicaciones y conocimiento del genoma humano. Y nos vuelve a enfrentar con un tema ya cl�sico, que requiere ser tratado a un alto nivel pol�tico: me refiero precisamente a la ciencia y tecnolog�a, sus posibilidades y el necesario desarrollo y prevenci�n en cuanto a ciertos valores, como la �tica. Por tales razones, no quer�a dejar pasar la oportunidad de fundar brevemente mi voto favorable a este importante proyecto y, al mismo tiempo, de felicitar al Senado por la calidad del debate que se ha llevado a cabo y, en particular, a la Comisi�n por el nivel del informe que han sometido a nuestra consideraci�n. --Ofrecida la palabra, por el se�or Presidente, sucesivamente, en los tiempos de los Comit�s Institucionales 1, Socialista, Institucionales 2, Mixto, Dem�crata Cristiano y UDI e Independientes, ning�n se�or Senador hace uso de ella. El se�or ZALD�VAR, don Andr�s (Presidente).- Se levanta la sesi�n. --Se levant� a las 18:45. Manuel Oca�a Vergara, Jefe de la Redacci�n