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El señor JEAME BARRUETO (Presidente).-
En el Orden del Día, corresponde continuar tratando, en primer trámite constitucional, el proyecto de ley sobre acoso sexual.
Hay diez diputados inscritos.
Tiene la palabra el señor Seguel.
El señor SEGUEL.-
Señor Presidente, tengo claro que hay diez diputados inscritos para intervenir en el debate de este importante proyecto, pero quiero saber cuándo se va a votar.
El señor JEAME BARRUETO (Presidente).-
La votación se efectuará hoy, al término de la discusión del proyecto.
El señor SEGUEL.-
¿Ése es el acuerdo de los Comités?
El señor JEAME BARRUETO (Presidente).-
No es un acuerdo explícito; hemos acordado despachar el proyecto esta semana. Por eso lo hemos tratado martes y miércoles, y la idea es terminarlo hoy.
El señor SEGUEL.-
Si hay diez diputados inscritos y se inscriben diez más, es obvio que no se alcanzará a votar.
El señor JEAME BARRUETO (Presidente).-
Señor diputado, en ese caso citaré a reunión de Comités para llegar a acuerdo.
El señor SEGUEL.-
Señor Presidente, me parece que tres días tratando un proyecto es bastante tiempo.
El señor JEAME BARRUETO (Presidente).-
Así es, señor diputado. Han hablado más de treinta diputados y hay diez inscritos para intervenir hoy; pero si se alarga la discusión y vemos que no se puede votar hoy, citaré a reunión de Comités para llegar a acuerdo.
Tiene la palabra el diputado señor Andrés Palma .
El señor PALMA (don Andrés).-
Señor Presidente, ¿por qué no acordamos algo más expedito? Le pido que solicite el acuerdo de la Sala para votar el proyecto al término del Orden del Día.
El señor JEAME BARRUETO (Presidente).-
Señor diputado, aunque me perece que en general podría no darse ese acuerdo, lo voy a solicitar.
¿Habría acuerdo para votar el proyecto al término del Orden del Día?
Acordado.
Solicito el acuerdo de la Sala para que ingrese la subsecretaria del Sernam, señora Ymai Ortiz .
¿Habría acuerdo?
No hay acuerdo.
Tiene la palabra la diputada señora María Angélica Cristi .
La señora CRISTI (doña María Angélica).-
Señor Presidente, ante todo, manifiesto mi agrado por la participación de los colegas parlamentarios en el proyecto, a cuya elaboración he concurrido.
Deseo destacar que cada vez que hemos discutido temas relevantes de la mujer, los diputados han tenido una participación importante. Aunque muchas veces al principio no les han gustado los proyectos, luego se han hecho parte de ellos.
Ante cualquiera otra interpretación que se quiera dar a mis aprensiones, deseo enfatizar que el acoso sexual existe, y es, definitivamente, una conducta indeseable. Existen cifras importantes que reconocen este comportamiento. Así, por ejemplo, la revista Redbook , que se edita en Estados Unidos, señala que el 80 por ciento de nueve mil mujeres entrevistadas había sido objeto de acoso sexual. Un estudio de Merit Systems Protection Board arrojó como resultado 42 por ciento de mujeres acosadas, sobre una cifra de 23 mil trabajadoras. Asimismo, en distintos estudios aparecen pagadas indemnizaciones de hasta cien mil dólares a raíz de juicios por esta situación.
Respecto del acoso mismo, es lamentable tener que legislar sobre esta materia, porque si existiera el debido respeto de los hombres hacia las mujeres, y viceversa, en las relaciones cotidianas del mundo del trabajo, no sería necesario legislar, pero los hechos prueban que sí es menester.
El proyecto protege a la mujer del acoso, entendiendo por éste el hecho de que una mujer es chantajeada laboralmente; también hay otras formas de acoso molestas y desagradables en el mundo laboral. Los españoles han legislado sobre el acoso ambiental, ejercido cuando distintas personas en el mundo del trabajo impiden el desarrollo normal de las labores que realiza una persona.
En el mundo laboral, no es grato para las mujeres ser empujadas hacia un rincón, cuando un compañero u otra persona la molesta o la agrede sexualmente; no es grato que en el entorno haya personas que de manera permanente dificulten la concentración y el trabajo. Pero no estamos legislando acerca de eso, sino cuando los acercamientos, los favores sexuales que se piden a una mujer están relacionados con el riesgo de que ella no siga en el mundo del trabajo.
Deseo destacar que la actitud de la mujer es muy importante. Las mujeres, cuando son seguras de sí mismas; cuando han sido criadas en un mundo asertivo; cuando tienen la personalidad de rechazar desde un principio un acercamiento de este tipo, nunca van a tener problemas. Por eso soy partidaria de que se eduque a las personas desde muy pequeñas; a los niños, a las niñas, a través del sistema educacional, de las distintas carreras profesionales, como en el mundo de las secretarias o de distintas universidades y centros técnicos, para que las mujeres aprendan a ser asertivas.
Cuando una mujer es capaz de enfrentar a un hombre desde el primer momento con un “no” claro y preciso, posiblemente no va a ser víctima de acoso.
Por el contrario, cuando una mujer dice “no” con elástico, va a ser víctima de acoso. El “no” con elástico se manifiesta frente a una insinuación, a una invitación, diciendo: “Bueno, hoy no puedo porque debo llegar a mi casa temprano; hoy no puedo porque me duele la cabeza; hoy no puedo porque debo estudiar”, con lo cual, a lo mejor, deja abierta la posibilidad para otro día. En esas circunstancias, esa mujer ya dio el paso para que quien la acose tenga la posibilidad de volver a molestarla.
Eso es parte de la educación, de la asertividad que debemos enseñar a las mujeres, para que sean fuertes, capaces de defender sus derechos, su dignidad de mujer y de persona.
No sólo se debe educar a las mujeres, porque todos sabemos que el mundo del acoso también afecta a los hombres. En ese sentido, las personas deben tener la capacidad de defenderse, de hacerse respetar en su dignidad y en su personalidad.
En las tribunas, día a día, hay jóvenes y niños que nos acompañan en las sesiones. Es a ellos a quienes tenemos que dirigir nuestro mensaje, en orden a que es muy importante el respeto a la dignidad de las personas, especialmente en lo referente a las relaciones sexuales.
La base de la sexualidad tiene que ver con la maternidad, con la dignidad máxima de la mujer, que es procrear. Sin embargo, se ha perdido el horizonte de lo que es la verdadera sexualidad y hacia dónde debe enfocarse.
Cuando al Congreso se envían proyectos de ley sobre los derechos sexuales y reproductivos, muchas veces nos encontramos con discursos contrapuestos con los planteamientos hechos hoy en esta Sala; se da a entender a veces que frente al tema sexual existe una posición liberal y amplia, pero en definitiva se imponen las restricciones. Es obvio que eso va de acuerdo con las conductas que las personas deben seguir desde el punto de vista de la moral y de las buenas costumbres; pero debemos tener cuidado porque los discursos políticos entregan un mensaje.
Cuando los niños que se encuentran en las tribunas escuchan que el acoso sexual es un delito y que hay que respetar a la mujer no sólo en el trabajo, sino en su entorno, algo les queda en su mente; y también a quienes nos escuchan o leen a través de los medios de comunicación; por eso se está legislando sobre la materia, lo cual significa entregar un mensaje de respeto a las personas en sus lugares de trabajo, lo que es muy importante, al igual que lo fue cuando esta Cámara trató los proyectos sobre violencia intrafamiliar, maltrato a los menores y otros sobre tremendas dificultades humanas o problemas sociales existentes en nuestra sociedad.
Sin embargo, debemos tener mucho cuidado en no entregar mensajes diferentes. Por ejemplo, cuando se habla de educación sexual, está bien; hay que educar a los niños al respecto desde muy pequeños, pero no se pueden dejar de lado los valores ni el sentido máximo de lo que significa una relación sexual que, en principio, es la procreación. Debemos partir de ahí y no diciendo que la educación sexual está encaminada a prevenir el embarazo o el Sida en los jóvenes a través de los anticonceptivos y preservativos, porque es mucho más que eso; lo mismo sucede con el proyecto que hoy estamos discutiendo.
En ese sentido, doy mi total aprobación al proyecto, aun cuando me quedan algunas dudas que es necesario explicitar.
En la definición de acoso sexual falta agregar que ocurre no sólo en el trabajo mismo, sino en el momento de la contratación, en la permanencia y en la promoción. Son tres instancias en que el acoso sexual puede ser un chantaje gravísimo.
Otro punto que estimo necesario analizar es la indemnización adicional de un 50 por ciento; porque no siempre será el empleador quien acose, y él no puede ser responsable de los actos que comete un supervisor o un funcionario de su repartición.
En consecuencia, en el tema de las indemnizaciones hay que ser más explícitos o entregar al juez mayores facultades a fin de probar ampliamente que ese jefe, a sabiendas e informado de una situación, la dejó pasar. Sólo en ese caso podría pensarse en una indemnización adicional.
Entiendo que existe el ánimo de votar hoy el proyecto; pero si hay indicaciones, podremos debatir más en profundidad algunos puntos cuando vuelva a la Sala para su discusión particular.
He dicho.
El señor LEÓN (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Homero Gutiérrez .
El señor GUTIÉRREZ.-
Señor Presidente, participo en el debate para hacer presente una situación respecto de la cual he recibido muchos testimonios, lo que justifica ampliamente el que exista una legislación sobre la materia. Me refiero a las llamadas trabajadoras temporeras, de las cuales existe una enorme cantidad en la región del Maule por ser una zona agrícola.
En estos tres días de análisis del proyecto se ha podido advertir, en más de un discurso, la impresión de que el tema no fuera una realidad, como si el acoso sexual no existiera, aun cuando debemos reconocer que el concepto que define esa situación ha sido acuñado hace poco tiempo.
La diputada señora Cristi comenzó su intervención afirmando que el acoso sexual existe, que es una realidad, lo que a mi juicio constituye una afirmación firme, sólida, concluyente, de la cual participo, por el testimonio que tengo de las trabajadoras temporeras.
Por eso, es absolutamente necesario legislar sobre esta materia, al igual como se ha hecho en otros países; de lo contrario, quedaríamos postergados, atrasados en materia de legislación laboral. Estos dos elementos son perfectamente claros.
En cuanto a las temporeras, el acoso sexual se da en forma muy frecuente en el sector, tanto para el acceso al trabajo como durante su permanencia en él. Ciertamente, los testimonios recibidos de estas mujeres hablan de un acto humillante que atropella su dignidad y sobre el cual, como parlamentarios o como simples actores sociales que desde hace tantos años escuchamos sobre el tema, aún no tenemos una respuesta. Muchas veces, en nuestro ambiente cultural, estas cosas se deslizan por el lado del chiste, de la chacota, minimizando una situación que sufren cientos de estas mujeres.
En consecuencia, pienso que debió haberse realizado previamente un seminario, donde mujeres de distintos sectores hubiesen expuesto su realidad, la forma como ellas viven en su ambiente laboral, y así concluir que la condición de la mujer no es respetada, que algunos discursos son falaces, ya que en el ambiente laboral la mujer es un personaje de segunda categoría y es considerada objeto de abuso.
He sentido la necesidad de dar a conocer este hecho, a la vez que felicitar a la señora ministra y a la diputada señora Adriana Muñoz , promotora de la idea, porque tienen toda la razón, en cuanto a que se sepa que en Chile hay un gran número de mujeres que no tienen voz en esta Cámara, pero que al fin están siendo recompensadas en una situación que viene ocurriendo desde hace mucho tiempo. No sé cuál será el efecto preciso del proyecto, a lo mejor no sirve; pero es una señal excelente, y en el camino habría que buscar la forma de perfeccionarlo, pero el paso hay que darlo. He citado el tema de las mujeres temporeras, porque su situación de muy dolorosa, ya que no tienen contrato de trabajo, razón por la cual se abusa permanentemente de ellas y se burlan todas las leyes laborales. Ello acontece, sobre todo, en contra de la mujer temporera campesina joven, respecto de la cual más se abusa.
Por eso, quiero dejar en claro que apoyaré el proyecto y aprovecho de felicitar a la señora ministra por llevarlo adelante y no cejar en un tema que es de gran importancia.
He dicho.
El señor JEAME BARRUETO (Presidente).-
Tiene la palabra la diputada señora Soto .
La señora SOTO (doña Laura).-
Señor Presidente, en verdad hemos escuchado argumentos en demasía; ha sido un debate bastante exhaustivo, mayoritariamente a favor de la iniciativa. Es una buena señal, precisamente porque durante el último tiempo, quizás en los últimos 30 años, ha existido una incorporación muy masiva de la mujer al mundo laboral, y este problema, que no se veía antes, se aprecia ahora con mayor nitidez.
Aquí se ha expuesto en forma muy clara el tema de las mujeres temporeras; el mismo caso ocurre en el mar; hay un tema también bastante fuerte con las encarnadoras. Nadie puede negar que, efectivamente, el problema existe.
El asunto es que siendo muy noble el propósito, puede verse empañado por diversas circunstancias. Una de ellas hay que decirlo radica en que la conducta no está absolutamente bien descrita y puede prestarse para interpretaciones del juez, las que, al final, constituyen un elemento perverso y distorsionador.
Otra circunstancia es el elemento de la prueba, difícil en estos casos, puesto que en la generalidad de los casos se da dentro de cuatro paredes, como aquí se ha dicho.
Por otro lado, debiéramos mejorar el proyecto; porque existe el acoso sexual que, en su mayoría, afecta a las mujeres, pero también a los varones. Entonces, no es bueno presentarlo como absolutamente sexista, porque inmediatamente se produce un alineamiento de un lado y de otro. Eso no es bueno; incluso la discusión no se ha dado en un buen ambiente, lo que tampoco es propicio para el proyecto, aunque como señal es muy importante.
En general, tampoco me gusta que la solución sea el término del contrato, aunque se obtenga una indemnización. Esto debiera estar con una motivación mayor, como explicó aquí el diputado señor Huenchumilla , que lo hizo muy bien en el sentido técnico.
El fondo del asunto es la dignidad, pero también un sentido del dominio; por eso no hablamos de horizontalidad, sino que nos referimos a un superior y a un inferior.
Una película, protagonizada por Demi Moore y Michael Douglas , que casi todos nosotros hemos visto, fue espectacular en ese sentido, porque expone claramente el tema del dominio. Creo que eso es el fondo: el dominio y el tema de la dignidad.
La iniciativa constituye una buena señal, que vamos a respaldar; pero sería bueno que fuera mejorada técnicamente.
Gracias.
El señor MORA (Vicepresidente).-
Gracias, señora diputada.
La felicito, pues interpreta mi opinión.
Tiene la palabra el diputado señor Van Rysselberghe .
El señor VAN RYSSELBERGHE.-
Señor Presidente, aunque es un hecho real que el acoso sexual existe, estoy en desacuerdo con la forma en que se pretende solucionarlo, porque podemos producir un problema mayor que aquél a cuya solución estamos aspirando.
La caducidad del contrato de la persona afectada por la sola denuncia constituirá un activo factor de desempleo. A mí me parece grave que los trabajadores puedan ver amagada su posibilidad de seguir laborando por una falsa denuncia. Ese es el problema que le veo a este proyecto.
Anuncio mi voto en contra, porque la solución que se está dando es peor que la situación que se pretende salvar. El problema hay que enfrentarlo en forma muy seria, tal vez con medidas mucho más drásticas, pero cuando esté debidamente comprobado que ha habido conductas como las que aquí se pretende tipificar. Si son falsas, la persona acusada tiene un doble problema: primero, va a ser despedida sin indemnización y, segundo, tendrá problemas con su familia, porque, a lo mejor, se queda sin indemnización y también sin hogar, porque la acusación rompe una unidad familiar que puede ser ejemplar. A mí me parece grave que eso pueda ocurrir.
Por eso, anuncio mi voto en contra, aunque estoy disponible para que conductas de esta naturaleza, tanto en la empresa pública como en la privada, puedan ser definitivamente erradicadas de nuestro sistema y de nuestra convivencia.
He dicho.
El señor MORA (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Alejandro Navarro .
El señor NAVARRO.-
Señor Presidente, la tramitación larga y un tanto penosa del proyecto se debe a la subsistencia de desconfianzas, temores, que no logran vencer la gran necesidad de la sociedad chilena de que la tipificación de esta conducta ilegal, atentatoria contra la dignidad de trabajadoras y trabajadores, encuentre una acepción legal que constituya claramente una advertencia y juegue un rol preventivo.
Yo no diría que aquellos que se oponen son acosadores. Tienen observaciones legales; experiencias; y, sin duda, la decisión y la voluntad y el derecho de oponerse al proyecto. Pero al negarse a la voluntad de legislar y establecer un criterio legal que permita la defensa de trabajadores y trabajadoras frente a un hecho de esta naturaleza, nos situamos al margen de las recomendaciones internacionales y de avanzada que, en el mundo entero, se han hecho en torno de la tipificación y sanción del acoso sexual.
La Organización Internacional del Trabajo, OIT, ha adoptado en junio de 1985, hace más de 15 años, una definición muy clara, que señala que los hostigamientos de índole sexual en el lugar de trabajo perjudican las condiciones del mismo, la perspectiva de ascenso de las trabajadoras y trabajadores, lo que determina la necesidad y esta es la recomendación para quienes suscriben y participan en la OIT de que las políticas que promuevan la igualdad deben traer consigo medidas concretas para luchar contra tales hostigamientos y a impedirlos.
Lo que estamos haciendo es intentar actualizar el Código del Trabajo y los estatutos de los funcionarios públicos y municipales a fin de tipificar el acoso sexual. Mayoritariamente decimos que el problema existe; pero en una actitud de no enfrentarlo, algunos lo están negando. Es decir, se pretende ignorar un problema a costa del sufrimiento, de la angustia, del estrés de miles de trabajadoras especialmente, que se ven imposibilitadas de recurrir legalmente a una defensa que les permita poner término a esta situación.
Hay quienes han planteado que estaríamos sobrelegislando, porque como el Código del Trabajo, en su artículo 171, establece la conducta inmoral grave o la falta de probidad, el problema puede ser enfrentado. Claramente definimos el acoso sexual como conducta inmoral grave, y no hay motivo de ambigüedad. Se define lo que es acoso sexual, se determina esa conducta inmoral grave, porque algunos consideran que ciertas conductas en que incurren algunos ejecutivos o fejes de empresas, de todos los tamaños, o de la propia administración pública, en definitiva no son merecedoras de calificarlas de acoso sexual, que son parte de la rutina diaria que deben soportar mujeres que trabajan entre hombres y hombres que trabajan entre mujeres (porque aquí no estamos tipificando una conducta sexual de un solo género, sino de ambos).
Por ello, para evitar que esta normativa pueda prestarse para abusos, se establecen sanciones si se denuncian hechos que busquen lesionar la dignidad por otros motivos. Además, esto va a generar un largo debate en las propias empresas cuando se elabore el reglamento que establecerá las condiciones para formular la denuncia. El sumario del tribunal será siempre secreto y estará sólo a disposición de las partes, es decir, del denunciante y del denunciado; pero el proyecto también establece medidas inmediatas para evitar que el hecho se siga produciendo.
¿Y qué podemos decirles a aquellos que temen que esto se transforme en un elemento perjudicial para las relaciones laborales? Lo que aquí han expresado las diputadas señoras María Angélica Cristi , Laura Soto y Adriana Muñoz todas apoyando el proyecto de manera transversal: prevenir, advertir, establecer que este tipo de conductas no puede ser parte del ambiente de trabajo; que, en definitiva, la igualdad frente a la ley, al género y a la autoridad al interior de la empresa y de la administración pública no puede estar determinada por una conducta exigible a la trabajadora o al trabajador por un superior jerárquico o un compañero de trabajo.
Las observaciones y el temor manifestados por algunos diputados en la Sala y en la Comisión son, sin duda, producto de la innovación en este ámbito y de lo que se permea de alguna negativa experiencia internacional, por la posibilidad de que esto se manifieste dentro de la cultura laboral del país. Soy de los que confían en que la introducción de esta modificación permitirá que el tema sea asumido con realismo y responsabilidad, pero también con mucha transparencia, porque, como se ha dicho majadera y latamente, esta situación existe y hay que enfrentarla.
El proyecto fue aprobado por unanimidad en la Comisión, y confío en que aquí ocurra lo mismo, porque más vale atreverse a legislar para corregir el problema que intentar ocultarlo y pensar que se soluciona con la legislación actual que rige a los trabajadores del sector privado y a los funcionarios públicos, en circunstancias que está demostrado que no es así.
Esta normativa es necesaria, esperada y pone al país y a nuestro Código del Trabajo a la altura de las legislaciones modernas en que el clima y la conducta laborales, las relaciones entre trabajadores y entre éstos y empleadores se regulan con transparencia y mecanismos que impidan el acoso.
En ese sentido aquí se ha dicho latamente, aquellos que sufren este abuso son precisamente quienes tienen menos posibilidades de defenderse. Quienes lo viven en el ámbito profesional, en cualquier nivel y jerarquía, o las temporeras y las trabajadoras de empleos municipales como muchos casos que hemos conocido, por testimonios de los capataces o jefes de esas tareas, tendrán un instrumento que les permitirá hacer la denuncia en forma responsable. Es claro que no se puede jugar con la dignidad de las personas, pero tampoco se puede jugar con la dignidad de las trabajadoras de todos los estratos sociales cuando son objeto de acciones que quedan hasta en la impunidad.
El proyecto, que puede ser mejorado con las indicaciones, a mi juicio, garantiza que habrá respeto para todas las partes; pero temo y sobre eso quiero hacer un llamado a mis colegas parlamentarios que tras el objetivo de presentar indicaciones se busque nuevamente dilatar la aprobación de la iniciativa y tengamos que esperar otro año o meses.
Tal como lo dijo la diputada señora Muñoz , la Comisión ha trabajado sobre el tema durante casi una década, desde principios de 1990. Hay una larga discusión ya realizada; se han escuchado a decenas de representantes de organizaciones y a empleadores sobre experiencias concretas de acoso sexual; se han dilucidado paso a paso los problemas que esta normativa podría acarrear por su desconocimiento o su uso abusivo.
Todo eso se ha resuelto mediante la articulación de un proyecto que cubre esas eventualidades. La legislación puede no ser perfecta. Si algún diputado cree que lo que tenemos que aprobar es un proyecto de ley que, además de sancionar el acoso, impida cualquier abuso en esta materia, estamos frente a la petición de lo imposible.
Cuando la ley sea publicada en el Diario Oficial, las empresas tendrán un reglamento y, en definitiva, todos quienes cometen o han cometido estos actos impunemente van a quedar notificados de que pueden ser sancionados. En otras palabras, quien haya cometido o esté incurriendo impunemente en ese abuso será advertido temprana y responsablemente por la propia dirección de la empresa sobre lo que le puede ocurrir si repite y mantiene ese tipo de conductas, y quien nunca las ha realizado tendrá la oportunidad de informarse.
Siempre se dice que la ley se presume conocida por todos. Lamentablemente, cientos de miles y tal vez millones de trabajadores cinco millones y medio desconocen el Código del Trabajo, porque no hay cultura laboral, debido a que los sindicatos han disminuido del 11,9 por ciento a poco más del 7 por ciento en los períodos de los gobiernos de la Concertación, porque la sindicalización es débil y no hay cultura sindical. Los trabajadores no tienen cómo agruparse y conocer la normativa del código laboral.
Este debate ha servido para poner el tema en los medios de comunicación, pero creemos que debe ser puesto en el centro de la actividad laboral, donde esto ocurre, para permitir la recuperación del clima de respeto e impedir que el acoso se transforme en un elemento de discriminación que altere las relaciones laborales, que produzca sonrojo o pudor su denuncia, pero, sobre todo, que quede en la impunidad. Lo que estamos haciendo con el proyecto es establecer un procedimiento legal para que el afectado, al hacer la denuncia, actúe sin pudor, sino con responsabilidad y entereza.
Por ello, la bancada socialista aprobará en general el proyecto. Creemos que es posible acoger algunas indicaciones, pero no aceptaremos que mediante el mecanismo de su presentación opción legítima de los señores diputados se intente dilatar la tramitación. A mí y a ellos nos eligieron para representar las bases y el electorado. Mi electorado trabajador, las trabajadoras del sector pesquero y las temporeras, me han planteado muchas veces su inquietud por este tema. Seré consecuente con su deseo de que este problema sea resuelto y no quiero que la solución se dilate.
Pido a la Sala, a la diputada informante y al diputado señor Seguel , presidente de la Comisión de Trabajo, que establezcamos un procedimiento para tratar las indicaciones, que permita que el proyecto sea despachado y remitido a la brevedad al Senado y que, a más tardar el 31 de enero, tengamos una ley que sancione el acoso sexual en Chile.
He dicho.
El señor MORA (Vicepresidente).-
Tiene la palabra la honorable diputada señora Fanny Pollarolo .
La señora POLLAROLO (doña Fanny).-
Señor Presidente, también soy de los que piensan que este proyecto de ley es de gran trascendencia, tanto en lo social como en lo cultural.
En lo social, porque, como aquí se ha explicitado ampliamente, tiene implicancias concretas para la vida de muchas personas, para tantas mujeres que necesitan y buscan un trabajo y que, sometidas a la dolorosa situación del acoso, sufren sicológica y humanamente.
En lo cultural, como aquí también se ha dicho, significa mucho respecto del tipo de sociedad que queremos construir, qué calidad de relaciones queremos que se den entre hombre y mujeres en la vida social, en las actividades que se desarrollan en común y en el mundo del trabajo, que, con la inserción de la mujer, las tareas cada vez son más compartidas. Es un tema bien de fondo. Estamos destacando, analizando y viendo cómo ponemos coto a un problema que existe mucho más de lo que se cree y piensa; es un problema muy serio, grave y doloroso, que tiene implicancias para todos: para la persona que lo padece, pero también para quien lo ejecuta. Aquí hay una denigración de quien es ofendido, pero también de quien ofende; en consecuencia, hay un impacto muy grande para ambos y también para el grupo humano donde se da el acoso.
Por lo tanto, no es casualidad que ésta sea la tercera sesión de la Sala que dedicamos al tema, a pesar de que hay otros que mantienen a muchos de nuestros colegas fuera de la Sala. No es casualidad y considero que está bien, porque necesitamos hacer este debate, y hacerlo a fondo, así como exponer todas las dudas y las preocupaciones, dado que se produce algo similar a cuando se planteó la violencia intrafamiliar, temas que en la actualidad se denominan “emergentes”, porque eran situaciones que se ocultaban, pero que ocurrían, a pesar de que no se conocían. Son temas complejos, porque tienen que ver con la visión que tenemos del hombre, de la mujer y de sus roles.
Estoy entre las personas que no tenemos ningún problema por haber discutido el tema durante tres sesiones y que, a lo mejor, tenga que volver a la Comisión. Al contrario, considero que esto es muy bueno, ya que nos estamos escuchando, estamos recogiendo las dudas, las preocupaciones y los problemas que hay entre nosotros. Cada vez que tocamos temas relacionados con cambios culturales, nos movilizamos como personas, con nuestras experiencias, dudas, prejuicios y dificultades, lo que me parece muy relevante.
Quiero referirme a algunas de las discrepancias o reparos que me tocó escuchar ayer y de los que se expresaron en la primera sesión, los que me han sido informados por no haber podido asistir.
Es bien importante que haya ido quedando claro cuestión que a estas alturas probablemente compartimos todos que una de las acepciones de acoso sexual, la tradicional, es la que se identifica con el chantaje, la más grave, la más grosera o la más gruesa, por así llamarla.
El señor SEGUEL.-
Eso es para los dos lados.
La señora POLLAROLO (doña Fanny).-
Claro, por supuesto. En la medida en que la mujer se ha ido incorporando al mundo del trabajo y asumiendo cargos de dirección y de poder, comienza también a manejar el poder de esta manera denigrante y denigratoria. Deben ser pocos casos, pero seguramente existen. Este ha sido un tema muy discutido.
Señor Presidente, por su intermedio, con mucho gusto le concedo una interrupción al honorable diputado señor Rodolfo Seguel .
El señor ORTIZ (Presidente accidental).-
Por la vía de la interrupción, tiene la palabra su Señoría.
El señor SEGUEL.-
Señor Presidente, por su intermedio, agradezco a la honorable diputada señora Fanny Pollarolo la interrupción que me ha concedido.
Cuando comenzamos a tratar el problema de esta manera, da gusto conversar y discutir. He venido solicitando que así se realice el debate, en lo que hemos concordado con la honorable diputada señora Adriana Muñoz . Este tipo de diálogo y de conversación nos ha permitido entendernos muy bien durante la tramitación del proyecto.
Quiero insistir en la siguiente inquietud, que no se me ha respondido aún. Me refiero a cuando el inferior acosa al superior. No quiero que se haga una caricatura de esta situación, pero creo que existe.
El honorable diputado señor Alejandro Navarro hizo una interpelación a los derechos de los trabajadores. Soy dirigente sindical y mal podría no querer responderle, pero creo que existe acoso para obtener privilegios, y ante eso, la iniciativa no estipula resguardo alguno para el jefe superior inmediato, que no es el dueño de la empresa, sino un trabajador, igual que la trabajadora que acosa.
Lo anterior no significa que esté en contra de legislar sobre el acoso sexual. Todo lo contrario lo he dicho en reiteradas oportunidades, pero estoy preocupado por el acoso sexual de un trabajador de rango inferior hacia un funcionario de superior jerarquía.
He dicho.
El señor ORTIZ (Presidente accidental).-
Puede continuar con el uso de la palabra la honorable diputada señora Fanny Pollarolo .
La señora POLLAROLO (doña Fanny).-
Sin duda, esa posibilidad también se da. Por ello, no me gusta mucho el concepto de “acoso horizontal”, porque no incluye ese caso, por ejemplo. Me parece que es mejor hablar de acoso ofensivo u hostil, porque creo que nunca hay igualdad y equiparidad, pero en fin.
Respecto del planteamiento del colega Seguel , tengo la impresión de que queda perfectamente incluido en el proyecto, por dos razones: en la definición del acoso está claro que no se ha limitado al acosochantaje. Así aparece claramente en el Nº 2 que se introduce al artículo 160 del Código del Trabajo, ya que define al acoso sexual como un comportamiento no deseado por la persona afectada, que incide negativamente en ella y que le provoca perjuicio, el que no necesariamente tiene que ser sólo respecto del ascenso o ubicación laboral del ofendido, sino que es fundamentalmente el daño psicológico, el hostigamiento, la ofensa, la denigración, el clima que allí se crea. Ese es el perjuicio.
El honorable diputado señor Francisco Huenchumilla denominaba al proyecto omnicomprensivo, con lo que concuerdo, ya que, a su juicio, mete en un mismo saco al acosador jefe que al acosador compañero de trabajo. Me parece bien. Así lo hace y me parece correcto. La acosada por un compañero de trabajo puede perfectamente recurrir al jefe, y debe hacerlo que es lo que plantea la iniciativa para que la jefatura tome la medida de separar a las partes mientras se investiga el hecho y después, si procede, aplique la sanción, que es la pérdida del trabajo del ofensor. En consecuencia, me parece que está incorporado ese elemento.
En ese sentido, estoy más de acuerdo con lo que planteó ayer el colega Orpis , quien señaló que no estimaba que el acoso debe ser considerado sólo como un chantaje, sino que debe estar fundamentalmente concebido desde el punto de vista de lo que es como conducta. Así está abordado en el proyecto, lo que me parece muy bien: una acción, una conducta, un comportamiento de orden sexual de una persona hacia otra que no lo desea, con todos los efectos psicológicos y de daño de todo tipo, como los laborales, los que se pueden producir incluso si no hay chantaje implícito. Si uno lee detenidamente el proyecto, llegará a la conclusión de que esta acepción de acoso que me parece correcta y muy valiosa queda claramente expresada.
En cuanto al planteamiento del colega Huenchumilla , quien, como dije, considera el proyecto omnicomprensivo, con lo que concuerdo, o sea, que aborda todas las formas en que pueda darse el acoso, en verdad, no logro entender bien qué quiere decir al puntualizar que el proyecto tendrá un “efecto perverso” en las relaciones laborales.
¿Qué riesgo existe al sancionar lo que es perverso? Lo que sí es perverso o dañino es este comportamiento abusivo, de presión, de hostigamiento que se produce en un ámbito y en un campo que tiene que estar definido por la libertad, por la autonomía, por el respeto, por el autorrespeto y por el respeto al otro.
Concuerdo con algunas intervenciones en que se planteaba que los seres humanos adultos podemos y debemos manejar los matices de una relación, en la cual puede haber algunos elementos afectivos, de seducción, de galantería, de juego, incluso con rasgos eróticos, de coquetería, en fin, que pueden ser perfectamente sanos y sin ningún elemento perturbador, siempre y cuando se vivan con reciprocidad.
Entonces, ¿por qué los seres humanos no vamos a tener la capacidad de darnos cuenta de que si algo me produce agrado, también se lo produce al otro, o de que al otro o a la otra no le produce agrado? Esa capacidad la tenemos; lo otro es ser muy infantiles o tener una incapacidad muy grande para movernos en ese plano. En definitiva, el acosador no está pretendiendo manejarse en el terreno de lo sano en la sexualidad, que, como digo, está marcado por la reciprocidad, por la libertad y por la autonomía de ambos y, por lo tanto, por el respeto.
Como digo, no veo por qué existe ese temor; en cambio, sí debemos colocar coto al hecho dañino y abusivo de pretender imponerse.
Me parece que ayer la diputada señora Adriana Muñoz aclaró otras críticas del diputado señor Huenchumilla .
En verdad, no se trata de un proyecto que tenga como objetivo el término del contrato de trabajo. Aquí están incorporados, clara y fundamentalmente, elementos preventivos, lo que me parece muy importante. Por eso alguien decía que éste debe ser educativo, principalmente.
Antes de eso, me referiré a otra de las críticas. Ayer, el colega señor Bertolino manifestaba mucha preocupación por los empleadores o empresarios. Está bien que sea así, pero no veo por qué tantas aprensiones. Realmente, las encontré muy exageradas, porque sólo estamos pidiendo al empleador aquello que debe intentar siempre y que le conviene hacer: asegurar un clima laboral sano.
Entonces, ¿dónde está el perjuicio para que el diputado señor Bertolino decida votar en contra? Creo que no ha reflexionado lo suficiente ni se ha dado bien cuenta de que no se están haciendo estas cosas porque sí, sino que estamos buscando terminar con una situación que causa un gran daño a muchas personas, fundamentalmente mujeres, y que nos afecta a todos en la medida en que no cambiamos formas tremendamente perturbadoras de vivir la relación hombremujer en el plano de la actividad societal.
Hay otras aprensiones y fundamentos en las críticas, sobre las cuales comparto las razones dadas para desvalorizarlos; por ejemplo, el famoso argumento de desincentivar la contratación de mujeres, que uno siempre escucha, cuando se trata de leyes sociales que favorecen a los trabajadores.
Lamentablemente, es y ha sido así a través de la historia. Alguien decía que en 1924, cuando se aprobó el Código del Trabajo, se dieron los mismos argumentos; cuando se discutió la ley de accidentes del trabajo, los mismos argumentos, y hace muy poco tiempo, con ocasión de la prohibición del examen de embarazo para contratar mujeres, los mismos argumentos. La realidad posterior va mostrando que la sociedad busca avanzar en materia de mayor justicia social. ¿Por qué, entonces, terminar con situaciones abusivas y denigrantes va a perjudicar el ingreso de las mujeres al mundo del trabajo?
Termino diciendo que concuerdo plenamente con que se trata de un problema educativo, de cambio cultural, pero que necesitamos realizarlo a través de normar, prohibir, sancionar y proteger. Indiscutiblemente, las leyes buscan hacer cambios al interior de la sociedad para no tener que hacer efectivas las sanciones y, en este caso, que provoquen un cambio que, en el fondo, es de mentalidad, de cómo erradicar actitudes machistas que conciben la seducción como algo que impone el varón, porque sí, y que la mujer tiene que aceptarlo, un poco, porque sí, y que tendría que gustarle, porque ¡cómo va a ser que no le guste! Es una cuestión extraña que está metida en los viejos clichés, como el derecho a pernada que alguien recordaba aquí muy viejo ya, por suerte, y que la mujer tenía que aceptar. En la actualidad hay una actitud de aceptación bastante más fina, llamémoslo así. Entonces, la total erradicación de esto es una gran tarea, lo mismo que toda forma de imposición y abuso en este ámbito tan personal, tan íntimo, tan propio del cuerpo y de la sexualidad.
En consecuencia, quiero decir que el proyecto de ley también es muy educativo contra todas las formas de autoritarismo, toda vez que nosotros tenemos actitudes y tendencias autoritarias fuertes en nuestra sociedad, que se expresan de muchas maneras en diversos planos, y también en éste.
Además, es muy educativo para nuestra mala manera de vivir y de reconocer cómo debe ser vivida la sexualidad. En este ámbito, somos realmente ciegos y torpes. Tenemos que educarnos en este plano, aprender a respetar la libertad y la autonomía, aprender a cuidar la relación con el otro, aprender a reconocer estos elementos y aprender a respetar, sobre todo porque la dignidad es un elemento muy fundamental en este campo.
Por lo tanto, la discusión del proyecto ameritaba tres sesiones, volver a la Comisión de Trabajo y Seguridad Social y después efectuarse otras sesiones. Además, la discusión va a ser interesante e importante en el Senado.
Entonces, estamos abriendo y extendiendo el campo de los derechos y de señales culturales que den apoyo y protección a la lucha de las mujeres por mayor dignidad y al esfuerzo por una sociedad que supere los autoritarismos, los abusos de poder de hombres y mujeres, y avanzar hacia relaciones humanas más sanas que nos ayuden a tener una sociedad más respetuosa de la dignidad de los otros y de la propia.
He dicho.
El señor ORTIZ (Presidente accidental).-
Tiene la palabra el diputado señor Mora .
El señor MORA.-
Señor Presidente, quiero partir por felicitar a la diputada señora Adriana Muñoz , quien, durante los tres años en que la he visto actuar como parlamentaria, ha sido permanentemente una defensora de los derechos de las mujeres.
El tema es de mucha seriedad y responsabilidad y por lo mismo me preocupa, porque, a través de los tres días de debate, y viendo que hay interés por legislar sobre la materia, se han ido abriendo muchas interrogantes sobre lo que estamos haciendo. Por eso llamo a actuar con responsabilidad respecto de las decisiones que vamos a tomar.
En primer lugar, ojalá pudiéramos pedir antecedentes, a través de su embajada, a instituciones de Estados Unidos, sobre la experiencia de la ley de acoso sexual en ese país, porque quienes hemos tenido la oportunidad de visitarlo hemos conocido situaciones de acoso sexual de variada índole. ¿Qué pasa en las empresas, por ejemplo? En Estados Unidos son tan altas las sanciones que los ejecutivos tienen que trabajar con las puertas abiertas en sus oficinas para evitar ser acusados de acoso sexual a sus secretarias.
En los ascensores ustedes van a encontrar letreros que les señalan y advierten que, en determinadas circunstancias, deben tomar precauciones (porque la ley de acoso sexual no rige sólo en las oficinas).
Entonces, ¿cuál es mi preocupación? Que copiamos mucho las cosas que pasan afuera, especialmente en los Estados Unidos.
Me parece que el tema es relevante, porque como lo señaló la diputada señora María Angélica Cristi también apunta a un problema cultural, educacional. Por supuesto, concuerdo en que existen muchos abusos de carácter sexual.
Después de participar en los debates de la Comisión de Trabajo, me surgió una gran interrogante: ¿qué pasa en pequeñas o medianas empresas, con diez, quince o veinte trabajadores, donde un jefe intermedio es acosador o denunciado injustamente como tal? Si el empleador o patrón no toma medidas es responsable solidariamente. Si el empresario no lo despide, es culpable; y si el acosador es inocente, pagará culpas que no corresponden. ¿Saben a dónde puede llevar todo esto? Lo he planteado desde el primer día y no se me ha respondido: a una cesantía de mujeres en las pequeñas y medianas empresas, porque entre tener que contratar mujeres y meterse en líos y problemas, mejor no contratarlas.
El señor NAVARRO.-
¡También pueden ser hombres!
El señor MORA.-
De acuerdo, pero el problema subsiste.
Creo que la pregunta también apunta como lo dijeron el diputado señor Elgueta y la diputada señora Cristi , entre otras a la definición correcta de qué se entiende por acoso sexual, el que puede llevarse a efecto no sólo en una oficina, sino también previo a una contratación, o sea, que alguien haga uso y abuso de su poder para contratar a una persona. Eso no está definido.
¿Qué pasa con un alcalde, por ejemplo, que debe entregar paquetes de alimentos en una población, y valiéndose del estado de necesidad de la gente, se aprovecha de las mujeres de escasos recursos? ¿Hay o no hay acoso ahí y qué sanciones se aplican? ¿O no existen sanciones para estos casos?
El señor ELGUETA.-
¿Me permite una interrupción, señor diputado?
El señor MORA.-
Señor Presidente, por su intermedio le concedo una breve interrupción al diputado señor Elgueta , porque creo que es mucho más ilustrado que yo sobre esta materia.
El señor ORTIZ (Presidente accidental).-
Tiene la palabra el diputado señor Sergio Elgueta .
El señor ELGUETA.-
Señor Presidente, el diputado señor Waldo Mora está tocando un tema muy importante, pero ajeno a la relación laboral. Si la Comisión Mixta que estudió en su oportunidad el delito de acoso sexual hubiese tomado en cuenta lo que alegamos con la diputada señora Saa , este tipo de conductas ya estaría tipificada.
A propósito de este tema, quiero recordar que, entre los delitos de prevaricación que pueden cometer los jueces, figura el siguiente: cuando ejerciendo las funciones de su empleo o valiéndose del poder que éste les da, seduzcan o soliciten a una persona procesada o que litigue ante ellos. O sea, los jueces que incurren en ese tipo de conductas están sancionados con una pena bastante elevada.
Por otra parte, el artículo 258 del Código Penal señala lo siguiente: “El empleado público” el alcalde es un funcionario público “que solicitare a mujer” ahora se ha reemplazado por persona “que tenga pretensiones pendientes de su resolución, será castigado con la pena de inhabilitación especial temporal para el cargo u oficio” público “en su grado medio”.
En consecuencia, en el caso que invocaba el diputado señor Waldo Mora , es decir, si esa mujer pobladora, modesta, que tiene pendiente de parte de un alcalde una petición, y éste le solicita favores sexuales, será sancionado por el citado artículo 258.
Pero el diputado señor Mora va mucho más allá. Se refiere no sólo a cuando exista una solicitud o pretensión de parte de esa mujer, sino también por el simple hecho de que el alcalde, o cualquiera otra autoridad, prevaliéndose de ese carácter, tratare de obtener una prestación sexual a propósito de la entrega de bienes para paliar una situación socioeconómica.
Esa es la situación que planteamos en la Comisión que trató de los delitos sexuales. Por desgracia, dejó aparte este tema.
De ahí, entonces, que comprenda la preocupación del diputado señor Mora ; pero, repito, algunas de esas conductas de funcionarios, como los alcaldes, ya están sancionadas en el Código Penal.
Creo que sería conveniente tipificar esta clase de conductas para que no constituyan un simple cohecho, sino un delito típico, especial, en que se trata de obtener una prestación sexual a cambio de la dádiva o entrega de algún bien que se solicita en virtud de una situación socioeconómica.
Muchas gracias.
El señor ORTIZ (Presidente accidental).-
Puede continuar el diputado señor Waldo Mora .
El señor MORA.-
Señor Presidente, agradezco la brillante intervención del diputado Elgueta , que aclara aún más y fortalece mi planteamiento.
Estoy dispuesto a legislar sobre la materia y a votar a favor el proyecto, porque es trascendental; pero pido que se envíe de nuevo a Comisión, porque podemos hacer algunos aportes a través de indicaciones que ayuden a proteger a la mujer. Soy padre de tres mujeres, de las cuales me siento orgulloso, más aún en una sociedad machista como la nuestra. Debemos tender a proteger a la mujer en ese sentido, pero también es fundamental la educación en el hogar, en la sociedad, para que la propia mujer tenga las herramientas para defenderse mejor. Creo que ésta es una manera de entregar esas herramientas, por lo cual, reitero, estoy dispuesto a votar favorablemente el proyecto una vez que pase a la Comisión para una discusión más profunda.
He dicho.
El señor ORTIZ (Presidente accidental).-
Señor diputado, ya se pidió que el proyecto vuelva a Comisión. Por lo tanto, como se acordó, al término del Orden del Día, a las 12.50 horas, lo votaremos en general.
Tiene la palabra el diputado señor Exequiel Silva .
El señor SILVA.-
Señor Presidente, este proyecto lleva ya algún tiempo en discusión y me alegra la disposición de mis colegas de votar favorablemente la idea de legislar. Por cierto, su articulado puede ser modificado, a fin de recoger las aprensiones que se han manifestado en el debate; pero el hecho de que el Congreso haga suyo el tema, dedique un par de días a su tratamiento y, en definitiva, termine legislando, es una señal de educación hacia la sociedad a que recién nos hacía mención el diputado señor Mora . El hecho de que hoy el acoso sea considerado negativo, como un delito, ya es un avance notable sobre conductas que hasta antes de esta discusión podían aparecer como absolutamente normales.
En definitiva, ¿qué ataca el proyecto? Las estructuras de poder que hay dentro de nuestra sociedad, las cuales muchas veces tienen un sesgo tremendamente autoritario, como decía la diputada señora Fanny Pollarolo . El acoso sexual en las relaciones laborales es un abuso de poder sistemático. Se ha definido como la imposición no deseada de conductas de naturaleza sexual mediante coacción o amenaza por parte de un superior jerárquico en la relación de trabajo.
Con posterioridad, ha sido incorporado el acoso que se produce cuando no existe esta relación jerárquica y, a pesar de este fenómeno y de esta definición, las cifras que entregan algunos países, como Estados Unidos, dan cuenta de que el problema es bastante mayor de lo que pensamos.
Hay una serie de requerimientos frecuentes, sistemáticos, que han sido descritos durante la discusión de la iniciativa. La aceptación o no de ellos, según la ley, muchas veces depende de la posibilidad de lograr un empleo, sobre todo en las condiciones de crisis que vive un país como el nuestro. Una vez en posición de éste, la persona queda expuesta a circunstancias como la negativa de promociones, despidos, etcétera, lo cual produce una situación de intimidación y de violencia que afecta la salud psíquica y física de manera brutal. Muchas veces, hemos dictado leyes que protegen a los trabajadores de otros riesgos físicos o de seguridad en otros ámbitos. Hubo una gran polémica por lo que sufren las temporeras con los productos químicos. Pero en las relaciones laborales, el hostigamiento sexual también es un riesgo importante; un riesgo ocupacional más que las trabajadoras deben enfrentar en su desempeño.
Por eso, la Organización Internacional del Trabajo ha recogido el tema y ha llamado a los países a legislar sobre el mismo. Por esta razón, y con justicia, se ha definido como una traba a la incorporación de la mujer a los distintos ámbitos de la vida social. Es obvio que afecta la productividad, igual que los otros riesgos laborales que mencioné con anterioridad.
Creo que es muy importante avanzar en estos temas. Las sociedades no sólo crecen y se desarrollan cuando hay crecimiento económico: también lo hacen cuando van modificando ciertas conductas que implican un cambio cultural. Cuando hablamos de un plan de igualdad de oportunidades para la mujer y de su incorporación plena al campo laboral, estamos obligados a tocar estos aspectos y llevarlos al plano legislativo.
Por lo tanto, más allá de las legítimas aprensiones que les asistan en el plano operativo de la ley, llamo a los colegas a aprobar la idea de legislar sobre esta iniciativa y discutirla más a fondo en Comisión para su perfeccionamiento.
Recién, el diputado señor Mora hacía mención a la legislación de Estados Unidos al respecto. Aquí no pretendemos ponerla en debate, pues no es la instancia para ello; sólo queremos discutir este proyecto.
Llamo a formular las modificaciones que se estimen necesarias y a dar una señal muy potente y clara a la sociedad chilena en el sentido de erradicar, a partir de hoy, el hostigamiento sexual, que produce serios problemas no sólo de productividad, sino de riesgo laboral físico y psíquico para muchas mujeres, y a cambiar las estructuras de poder y autoritarismo que se dan al interior de nuestra sociedad.
He dicho.
El señor ORTIZ (Presidente accidental).-
Tiene la palabra la diputada señora María Antoniera Saa , en su segundo discurso.
La señora SAA (doña María Antonieta) .-
Señor Presidente, valoro en toda su dimensión la discusión sobre este tema, que es muy difícil, ya que está cruzado por la cultura, las costumbres, etcétera. Sin embargo, la Cámara ha sido capaz de develarlo, de entender la posición de los distintos colegas, pero sin negar la existencia del fenómeno, en el cual no hay culpables, pues son posturas culturales que se han ido plasmando a lo largo del tiempo y que hicieron crisis en el siglo XX. Hoy se avanza hacia una nueva cultura, de gran respeto entre los sexos en su calidad de seres humanos. Me parece muy importante que la Cámara se haga cargo de ella y legisle en esos términos.
Si de mis palabras anteriores se entendió una posible descalificación, aclaro que esa no fue mi intención. Sólo quería dar cuenta de la profundidad de esta cultura de supremacía de un sexo sobre el otro, que es la raíz del acoso sexual.
Quiero hacer notar el profundo sufrimiento psicológico de las personas que sufren acoso sexual, en especial las mujeres, porque, por un lado, está la necesidad y el derecho a trabajar, y por el otro, la conducta que les impide trabajar en paz, que muchas veces pone en riesgo su trabajo. Conocemos muchos casos que pueden ilustrar la situación. El otro día, se me acercó un diputado y me dijo que consideraba el asunto como un fenómeno de cierta exquisitez; pero que un amigo suyo le contó que su esposa estaba sufriendo acoso sexual en su trabajo, donde le hacían imposible la vida, y que aun cuando necesitaban el trabajo para sobrevivir como familia, no podían seguir en esa situación. Recién ahí el colega se convenció de la existencia del problema, lo que normalmente pasa cuando le ocurre a alguien cercano, del mismo nivel social, por decirlo así. Por ello, creo que la discusión ha sido muy interesante, en cuanto al reconocimiento de la existencia del fenómeno.
Por otra parte, es muy importante la preocupación por perfeccionar el proyecto, con el fin de evitar abusos. La ministra Delpiano sabiamente decía que, en general, cualquier ley puede ser torcida, pero que se aspira a que sea lo menos torcida posible. Aquí se trata de establecer niveles prejudiciales al interior de las empresas, de que haya cultura al respecto y de no llegar a lo judicial. Sin embargo, en el caso de ser así, que sea de la mejor manera. No creo que esto se preste para nuevos abusos, pues la víctima de acoso sexual se siente culpable, ya que muchas veces se piensa que ella ha provocado la situación.
Entiendo el deseo de legislar lo mejor posible, pero me gustaría que el proyecto se votara en general y en particular y se perfeccionara en el Senado. Si nos demoramos, ingresarán otros proyectos muy importantes a la Comisión de Trabajo y éste se irá postergando. Me preocupa que la Comisión de Trabajo comience a tratar las reformas laborales y esta iniciativa quede postergada. Por otro lado, en el Senado va a costar que la traten a lo mejor tendremos que hacer lobby, porque no ha hecho el ejercicio de la Cámara de Diputados para apurar su estudio.
Sin el ánimo de menoscabar los derechos de mis colegas, pido aprobar el proyecto ahora en general y en particular y presentar nuestras indicaciones en el Senado. Me asiste la aprensión de que se pierda nuestro impulso y su estudio se entrabe, por falta de tiempo o por proyectos más importantes, y debamos esperar muchos años más para tener una legislación como la propuesta.
He dicho.
El señor ORTIZ (Presidente accidental).-
La solicitud formulada por su Señoría se votará cuando exista quórum en la Sala.
El proyecto se votará a las 12.50 horas.
Con posterioridad, la Sala se pronunció sobre este proyecto en los siguientes términos:
El señor MORA (Vicepresidente).-
A continuación, corresponde votar en general el proyecto de ley sobre acoso sexual.
Efectuada la votación en forma económica, por el sistema electrónico, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 41 votos; por la negativa, 2 votos. Hubo 6 abstenciones.
El señor MORA (Vicepresidente).-
Aprobado en general el proyecto, y vuelve a Comisión para segundo informe.
Votaron por la afirmativa los siguientes señores diputados:
Acuña , Alessandri , Ascencio , Caraball ( doña Eliana) , Ceroni , Delmastro , Dittborn , Elgueta , Gutiérrez , Jaramillo , Leay , Letelier (don Juan Pablo) , Mesías , Monge , Montes , Mora , Mulet , Muñoz ( doña Adriana) , Navarro , Núñez , Ojeda , Orpis , Ortiz , Palma (don Osvaldo) , Palma (don Andrés) , Paya, Pérez (don Víctor) , Pollarolo (doña Fanny) , Prokurica , Reyes, Saa (doña María Antonieta) , Sánchez , Sciaraffia ( doña Antonella) , Seguel , Silva , Soria , Soto (doña Laura) , Tuma , Velasco , Vilches y Villouta.
Votaron por la negativa los siguientes señores diputados:
Bertolino y Galilea (don Pablo) .
Se abstuvieron los diputados señores:
García (don René Manuel) , García (don José) , Jarpa , Martínez ( don Rosauro) , Vargas y Venegas .
El señor MORA (Vicepresidente).-
Tiene la palabra la ministra señora Adriana Delpiano .
La señora DELPIANO, doña Adriana (Ministra del Servicio Nacional de la Mujer).-
Señor Presidente, quiero agradecer a la Sala la discusión habida en torno de este proyecto.
Sé que para muchos parlamentarios las diversas argumentaciones dadas aquí habrán sido latas, pero considero que han permitido agregar a la iniciativa elementos que, sin duda, lo mejorarán. Con esto comparto lo que dijo el diputado Exequiel Silva , en cuanto a que un órgano del Estado tan importante como el Congreso está dando una potente señal respecto de una problemática que afecta como lo dije al inicio de la sesión del martes la incorporación y permanencia de las mujeres en el mundo laboral. Sabemos que el acoso sexual puede afectar a hombres y mujeres; sin embargo, las estadísticas nos muestran que las mayores afectadas son las mujeres.
Quiero agradecer la seriedad con que se ha llevado a cabo este debate y garantizar que el Ejecutivo tiene la mejor disposición para que su discusión en la Comisión se lleve a cabo dentro del plazo más breve posible, dado que los argumentos entregados aquí no deberían por decirlo de alguna manera enfriarse, en atención a que es necesario analizar los detalles de las modificaciones que deberían introducirse, antes de que el proyecto vaya al Senado. Considero muy importante aprobar el proyecto durante el presente año, a fin de que el próximo tengamos una legislación sobre la materia, que insisto es una señal muy potente de un cambio cultural fuerte en el país, al mismo nivel de otras normas legales que han regulado aspectos prácticos muy concretos, pero que sin duda tienen un arraigo en elementos culturales muy significativos.
El proyecto es de la índole de la ley de violencia intrafamiliar y de otras que ha aprobado el Congreso Nacional en esta materia.
Me resta agradecer a los parlamentarios y dar la seguridad de la disposición del Ejecutivo para mejorar el proyecto con las observaciones planteadas, a fin de que, lo antes posible, sea despachada una buena iniciativa.
Gracias.
Aplausos.
El señor MORA (Vicepresidente).-
El proyecto vuelve a Comisión para segundo informe.
El proyecto fue objeto de las siguientes indicaciones:
Al artículo 1º
Número 5
Del señor Elgueta para sustituir el número 2, nuevo, que se intercala en el artículo 160 del Código del Trabajo, por el siguiente:
“2. Conductas de acoso sexual, entendiéndose por tales un comportamiento unilateral de carácter sexual, no deseado por la persona requerida y que le produzca o amenace con perjudicarle en sus oportunidades de empleo o en su situación laboral.”.
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- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/661167
- bcnres:tieneProyectoDeLey = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/proyecto-de-ley/1419-07