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El señor ESPINOSA, don Marcos (Vicepresidente) .-
Tiene la palabra el diputado Iván Fuentes .
El señor FUENTES .-
Señor Presidente, para opinar sobre este proyecto debemos remontarnos a la época en que aparecieron las cuotas de pesca, porque se suponía que con ellas mejoraría lo que nosotros mismos, los seres humanos, habíamos echado a perder.
Antes hubo recursos a rabiar. El jurel, la especie pelágica grande, era el pescado de los pobres, al punto de que en cualquier parte del país uno lo podía comer. Pero resulta que empezó a escasear en nuestros mares, al igual que los bancos naturales de machas, erizos, almejas y cholgas. Ya casi no quedaban en nuestro mar.
Dada esa situación, había que poner orden, y para hacerlo aparecieron las cuotas de pesca. Se suponía que con esa medida, más el apoyo de nuestro sistema de fiscalización -llámese Subsecretaría de Pesca y Servicio Nacional de Pesca, que es el ente fiscalizador-, podríamos cuidar esa porción de peces que dejamos para que se reproduzcan. Pero eso no pasó, porque al año siguiente, cuando se suponía que se aumentaría la cuota al pescador artesanal, resultó que se la bajaron y se la siguieron bajando estrepitosamente. Por ejemplo, a un pescador que, en 2000, tenía una cuota de 2.500 kilos de merluza austral para vivir un año, se le bajó a 2.300 kilos; luego a 2.000, después a 1.800, hasta llegar a 700 kilos para que viva un año.
¡Un año!
Lo mismo podemos decir respecto de las cuotas relacionadas con otros recursos a lo largo de nuestro Chile, ya que todas bajaron, debido a que el recurso pesquero que no está en rojo, está en amarillo, y son escasos los que están en verde.
¿Cumplió o no el pescador artesanal? Sí, porque cuando la Subsecretaría de Pesca determinó cuotas, el pescador artesanal no sacó más que lo asignado. En el caso del pescador al que le sobra cuota en un año por causa del mercado o porque no pudo vender, ese pez coopera con la biomasa al quedar en el agua para que se reproduzca. Pero ocurre que al año siguiente no le devuelven el sobrante de su cuota al pescador. Si este tiene 2.000 kilos para un año y le sobran 300, eso queda en el agua para que se reproduzca y coopere con la biomasa, pero no se lo devuelven al pescador al año siguiente. No obstante, si un pescador artesanal tiene asignada una cuota de 2.000 kilos, pero sacó 2.500, la Subsecretaría de Pesca le cobra o lo sanciona al año siguiente.
Todas estas medidas se han aplicado en forma drástica para cuidar el recurso, pero no han dado resultados.
Por lo tanto, lo positivo del proyecto de ley se relaciona con el pescador ilegal, porque extrae lo que dejamos para reproducción y porque inhibe la posibilidad de que un pescador legal gane lo que corresponde. Un pescador legal que tiene una cuota de 2.000 kilos para vivir en el año, debe cumplir con lo que ordena la ley, ya que si no lo hace, pone en riesgo la tarjeta de pescador y también puede poner en riesgo su bote. Es decir, el pescador artesanal que trabaja legalmente no va a poner en riesgo todos los esfuerzos que realizó para poner su bote al día, sacar su tarjeta de pescador artesanal, hacerse el chequeo médico para obtener su tarjeta de buzo mariscador. Sin embargo, un pescador ilegal sí lo hará, porque, mientras no lo pillen, no va a extraer 2.000, sino 12.000 kilos.
Ahora, ¿cómo lo vamos a pillar si el Estado no ha fortalecido al Servicio Nacional de Pesca? Por ejemplo, yo no veo a Carabineros de Chile sin una patrullera para recorrer los campos, con el objeto de proteger a los campesinos del abigeato. Sin embargo, el Servicio Nacional de Pesca -no quiero ofender a su director, quien nos acompañani siquiera tiene un bote, en circunstancias de que debería tener una lancha totalmente equipada para recorrer nuestros mares, con el fin de cuidar a los pescadores artesanales legales, sus áreas de manejo y sus parcelas familiares, con el objeto de que se beneficien con los proyectos que gestionan.
Hoy tenemos una gran protesta a lo largo de Chile porque no se ha modificado la ley de pesca, lo que se debe hacer en forma urgente para poner las cosas en orden, tal como lo hemos planteado de distintas formas.
En la actualidad, el Servicio Nacional de Pesca no puede hacer un buen trabajo porque no está equipado ni tiene autoridad para eso. En los casos de agresión a los fiscalizadores del Servicio Nacional de Pesca no han participado los pescadores legales. Ellos necesitan ser protegidos por esos servidores públicos, ya que un pescador que tiene un área de manejo no va a sembrar para que otro saque sus productos o un pescador artesanal que pone su lancha al día no va a permitir que otros extraigan deliberadamente los recursos a que tiene derecho.
Como dije, el pez que se dejó para reproducción no alcanzó a hacerlo; pero también son culpables los integrantes de la cadena comercial. ¿Por qué no se fiscaliza también al restaurante o a los que distribuyen los recursos del mar? Es una buena ley la que sanciona al que incurre en el delito de receptación de un televisor o de un celular; pero en este caso se sanciona el zarpe, es decir, en este proceso solo se sanciona a los pescadores.
La iniciativa también permitirá sancionar a los otros eslabones de la cadena, lo que es importante. Se deberá pagar mejor al pescador legal, porque si un pescado que vale 1.500 pesos, se vende ilegalmente en 300 pesos, terminará copando la capacidad de mercado, ya que el pescador que se sacrificó para extraerlo y que tiene su bote al día, termina sin poder vender sus productos, porque los puestos de venta están llenos de pescado ilegal. Esta iniciativa viene a fortalecer al Servicio Nacional de Pesca en ese sentido.
¿Sabe usted, señor Presidente, que este servicio tiene que ponerse de acuerdo con la Armada de Chile para hacer una fiscalización? Por ejemplo, cuando a un pescador artesanal le están sacando ilegalmente sus algas desde su área de manejo, llama al servicio, el que a su vez consulta a la Armada si tiene una patrullera disponible para hacer la fiscalización. ¡Eso no puede ser!
Con el señor subsecretario vimos que no estaban definidas muchas cosas, como el banco natural y el caladero, lo que permitió que algunas empresas establecieran instalaciones de salmonicultura sobre bancos naturales. Por esa razón, pedimos durante la discusión de la ley anterior que se definieran, para así poder aplicar las sanciones que correspondan cuando se viole la ley.
En el proyecto en discusión se define la pesca ilegal como delito, porque, de lo contrario, no se podía sancionar; era un tirón de orejas, pero no una sanción.
Entonces, para que los pescadores artesanales puedan hacer bien su trabajo, debemos fortalecer el Servicio Nacional de Pesca para que ayude a los pescadores legales, no para que los hostigue.
Por intermedio del señor Presidente, pido al señor subsecretario que, tal como expresaron los diputados Jorge Ulloa, Iván Flores y Juan Morano , integrantes de la Comisión de Pesca, Acuicultura e Intereses Marítimos, informe a la Presidenta de la República que hemos aprobado con urgencia muchos proyectos de este tipo, como el que dio lugar a la “ley de caletas”, el que bonifica el cultivo y plantación de algas y el que estamos discutiendo.
En consecuencia, tenemos que despachar rápidamente este tipo de iniciativas porque generan beneficio directo en favor de los pescadores artesanales, como la relacionada con el Indap Pesquero, ya que más de la mitad de la producción de Chile se produce en el mar, pero no tenemos Indap Pesquero.
¿Cuántas cosas hemos hecho en la agricultura gracias al Indap, y cuántas cosas no hemos podido hacer en la pesca por no tener un organismo similar?
En consecuencia, el Ejecutivo debe poner urgencia a esos proyectos de ley que benefician plenamente a la pesca artesanal.
Debemos entrar al análisis de un proyecto de ley sobre el “bentos”, es decir, el conjunto de organismos que viven en el fondo marino, donde podemos explotar nuestras machas, nuestros erizos, nuestras almejas, nuestras cholgas; pero no tenemos una ley en materia bentónica.
¿Cómo resolvemos el problema de la marea roja que afectó a Chiloé, que estamos viviendo desde 1994 en la Región de Aysén? Con una ley en materia bentónica que estudie esos fenómenos.
Este proyecto de ley es tan importante como los otros, por lo que esperamos que el Ejecutivo les asigne la urgencia que requieren. También esperamos que pronto comencemos a conversar sobre la ley Nº 20.657, para poner en orden las cosas y dar calidad de gobernanza a nuestro Chile pesquero.
Finalmente, anuncio que votaré a favor la iniciativa porque es el comienzo de una solución. Creo que el Servicio Nacional de Pesca debe crecer en muchos otros ámbitos; sin embargo, no podemos dejar de dar este paso.
He dicho.
-Aplausos.
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