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El señor TUMA (Presidente accidental).-
En el tiempo de tres y medio minutos que le restan al Comité de Renovación Nacional y en el del Partido por la Democracia, tiene la palabra el diputado señor Patricio Hales .
El señor HALES.-
Señor Presidente, como a todos los chilenos, me educaron como un hombre de paz y, a la vez, mis abuelos y mis padres me formaron en la valoración del ser humano en toda su dimensión social, racial, religiosa, personal en Chile y en cualquier lugar del planeta. Así, fui capaz de aprender, no sólo a querer a mi patria, a mi Chile, sino de formarme desde pequeño contra el racismo y contra el antisemitismo, luchar contra él y aprender que el nazismo persiguió a los judíos, acción que los chilenos, los hombres de paz, no podíamos tolerar.
Es curioso que, en paralelo al desarrollo de nuestra lucha contra el antisemitismo, justamente en la misma edad en que descubríamos los horrores que se habían cometido en Europa en la guerra mundial contra los pueblos judíos, en el mismo período comenzábamos a conocer de cerca los sufrimientos del pueblo palestino cuando se resolvió la creación del Estado de Israel a costa del territorio de Palestina, y supimos de la crueldad, de persecución y muerte, además de un esfuerzo sistemático del Estado de Israel y bandas terroristas por lograr las tierras de los palestinos y la desaparición de su Estado.
Esta historia de persecución la hemos vivido y conocido de cerca y la vemos reflejada hoy en la noticia que señala que, pasados ya casi 50 años de la creación del Estado de Israel y de los sufrimientos del pueblo palestino, en estos días siguen muriendo ciudadanos palestinos emparentados con chilenos que llegaron a nuestro país en el transcurso de este siglo.
Si hemos comprometido una vida contra el antisemitismo y contra el nazismo, también lo hicimos por el respeto a la existencia del pueblo palestino y su gente.
Chile reconoce la existencia de estos chilenos que se han instalado en nuestro país. Ellos son originarios de esas tierras; conocemos los nombres de esas familias, cuyos parientes están muriendo en el Medio Oriente. Son palestinos con sus vidas y familias, que aman a Chile
Quiero que mis palabras de paz sean oficiadas por la Cámara de Diputados hasta el mismo Estado de Israel, a través del Ministerio de Relaciones Exteriores, especialmente a nuestra embajadora Sally Bendersky , quien representa los intereses del pueblo chileno, y que sepa que desde este Congreso le estamos diciendo que representamos la voz de nuestro pueblo, del pueblo chileno. Queremos decirle a nuestra embajadora que cuide con atención la preservación de la paz y de los derechos de esas familias de palestinos que tienen hijos, nietos, sobrinos y primos chilenos y que están viviendo en los terrenos y territorios que están siendo ocupados y agredidos por el Estado de Israel, sufriendo allá y acá, pues parte de esas familias son chilenos y están angustiados.
Dígale por oficio a nuestra embajadora que ahí no le estoy pidiendo solamente que defienda los derechos humanos de los palestinos, como le corresponde hacerlo a cualquier embajador de nuestro gobierno en cualquier lugar, sino que, en nombre de mi Patria, en nombre de los chilenos, siento el derecho de exigirle defender a las familias de chilenos que están produciendo en nuestro país desde hace 100 años; que ella actúe a favor de quienes están siendo afectados en Beit Jalla, Beit Zahur , Ramallah , Belén y en los territorios de Jerusalén. Al proteger a los niños de la piedra, a los niños de la lucha con sus manos frente a las balas del ejército israelí, va a estar defendiendo a estos industriales que han enorgullecido a Chile y no sólo sus orígenes; va a estar defendiendo los nombres de Sumar, de Ananías, de Hirmas y de Said, los que hicieron florecer la industria de Chile. Dígale, por oficio, a nuestra embajadora del gobierno de Chile que debe proteger familias en las que se cruzan no sólo palestinos, sino otros descendientes de árabes, predominantemente palestinos, en esta tierra chilena; también sirios y libaneses, y que cuando ella vaya a defender a los parientes de estos nombres, defenderá a los que contribuyeron con orgullo a la salud en Chile, decanos de medicina, como Neghme, y en la salud Cafatti , Lolas , Uauy , Larach , Sunnah ; que sepa que defenderá los nombres de quienes han contribuido a la economía, como Selume, Abumohor , Saiegh , Cauas , Massad , y quienes han contribuido en la cirugía, como Zahri; los nombres de quienes contribuyen hoy en Patronato, como Jadue, Zerené , Bichara , Abugeres , Chauan , Manzur , Hasbún , Chomaly y tantos otros que sirven y producen en Chile como chilenos, que vinieron a Chile para quedarse y quienes esperan que el gobierno chileno esté dispuesto a luchar por proteger a sus familias que sufren en Palestina porque quieren vivir en su tierra y recuperar su existencia como Nación. Quiero saber que la embajadora de Chile calmó sus angustias.
Por eso, deseo, señor Presidente, decirle, por su intermedio, a la señora embajadora, que si actúa de esa manera, defenderá los nombres de familias, de gente que está emparentada con nuestro Chile y que está muriendo en Palestina o está en riesgo viviendo sus vidas.
Quiero que se le transmita a nuestra embajadora que en el salón del Congreso Pleno hemos escuchado la conversación del Presidente Lagos con el Presidente Arafat , expresando su compromiso y deseo de paz; de la paz justa, de la paz en Jerusalén, ese territorio que es palestino. Dice el Presidente Lagos: “la paz de acuerdo a las resoluciones de Naciones Unidas, es decir, reconociendo la existencia del Estado de Israel y, sin duda, del Estado Palestino”. Quiero que se le diga a nuestra embajadora que tiene la obligación de luchar por la preservación y el cuidado de la vida de esas familias, porque están estrechamente ligadas a esta patria, a este Chile; los que hoy mueren son las familias de estos descendientes palestinos que están produciendo y sirviendo en nuestro país y en todas partes, en toda América Latina, en los bordes del Pacífico y del Atlántico. ¡Ahí está su presencia! Dicen los brasileños que no hay pueblo que no tenga un árabe ni un equipo de fútbol. Así, también, sucede, señora embajadora, en todo el territorio chileno.
Es de ellos de quienes escribe el Premio Nobel García Márquez . “No son vengativos”, dice él. Ni siquiera cuando les asesinan cruelmente al inocente Santiago Nazar en la “Crónica de una muerte anunciada”, tampoco se espera venganza de ellos. Y dice textualmente: “Los árabes constituían una comunidad de inmigrantes pacíficos que se establecieron a principios de siglo desde los pueblos del Caribe hasta el Sur. Aun los más remotos y pobres vinieron y se quedaron, vendiendo trapos de colores y baratijas de feria. Constituían una comunidad de gente de paz.
“Eran unidos, laboriosos y católicos dice García Márquez. Se casaban entre ellos, importaban su trigo, criaban corderos en los patios, cultivaban el orégano y la berenjena, y su única pasión tormentosa no era la guerra, sino los juegos de barajas”. ¡Esos son los que mueren en Palestina!
“Los mayores siguieron hablando el árabe rural que trajeron de su tierra y lo conservaron en la familia sólo hasta la segunda generación como lo hemos visto en Chile, pero los de la tercera les oían a sus padres en árabe y les contestaban en castellano. No es concebible que en cien años especialmente en Chile de presencia árabe y palestina dice García Márquez en su novela ellos pudieran alterar su espíritu pastoral para vengar a nadie, ni siquiera una muerte”.
Ésa es la gente a la cual nuestra embajadora debe defender a través de nuestra política exterior. Debe ser representante de la voluntad de todos nosotros, de este país que quiere la paz, que ha luchado con decisión, siempre comprometido, pública y privadamente, y se ha expresado en las calles y en nuestras universidades contra cualquier atropello hecho en pos del antisemitismo o en persecución a los judíos; no quiero terrorismo de ninguna especie, no quiero atentados contra nadie y los condeno con fuerza; pero no quisiéramos vivir la contradicción brutal de que quienes fueron víctimas del holocausto horroroso del nazismo, sean durante los últimos 50 años quienes, lamentablemente, han llevado en el Medio Oriente el estandarte de ser victimarios de un pueblo desarmado, que se enfrenta con los jóvenes de las piedras a las balas que están amenazando a estos ciudadanos.
Por tanto, no hablo sólo desde la expresión de la política internacional, sino desde la visión de defender a ciudadanos que viven en Chile, que se hicieron chilenos, que llevan tres generaciones de entrega, que aman a este pueblo, el cual, a su vez los quiere y ve cómo sus familias están sufriendo y muriendo por la injusticia en el Medio Oriente. Nuestro país tiene un rol que jugar y nuestra embajadora debe ser defensora de los familiares de estos chilenos y familia de chilenos.
He dicho.
El señor TUMA (Presidente accidental).-
Se enviará el oficio solicitado por su Señoría, con copia de su intervención y la adhesión de los diputados señores Navarro y Tuma.
En el tiempo del Partido Socialista, tiene la palabra el diputado señor Alejandro Navarro.
El señor NAVARRO.-
Señor Presidente, nos sumamos con todas nuestras fuerzas a los deseos de paz en el Medio Oriente, especialmente para el pueblo palestino, que ojalá recupere su territorio. Esa también ha sido la postura del Partido Socialista. No son sólo palabras, sino la firme voluntad de que el Gobierno de Chile tenga una actitud activa en el medio Oriente y en la causa palestina.
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