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- rdf:value = " AUTORIZACIÓN DE EMPRÉSTITO PARA CONSTRUCCIÓN DE PARQUE CIENTÍFICO-TECNOLÓGICO DE LA UNIVERSIDAD DE CHILE. Primer trámite constitucional.
El señor JEAME BARRUETO ( Presidente ).-
En el Orden del Día, corresponde conocer, en primer trámite constitucional, el proyecto que autoriza a la Universidad de Chile para contratar empréstitos con el objeto de financiar la construcción de un parque científico-tecnológico y faculta al Presidente de la República para otorgar la garantía del Estado.
Diputado informante de la Comisión de Ciencias y Tecnología es el señor Sergio Velasco.
Antecedentes:
-Mensaje, boletín Nº 2454-19, sesión 23ª, en 18 de enero de 2000. Documentos de la Cuenta Nº 2.
-Informes de las Comisiones de Economía y de Hacienda, sesión 39ª, en 11 de abril de 2000. Documentos de la Cuenta Nºs 6 y 7, respectivamente.
El señor ORTIZ.-
Pido la palabra, por un asunto de Reglamento.
El señor JEAME BARRUETO (Presidente).-
Tiene la palabra su Señoría.
El señor ORTIZ.-
Señor Presidente , entiendo que se encuentra presente la ministra de Educación , señora Mariana Aylwin , ex colega parlamentaria. Solicito que ingrese a la Sala el rector de la Universidad de Chile.
El señor JEAME BARRUETO ( Presidente ).-
Los Comités así lo acordaron, señor diputado .
Tiene la palabra el diputado señor Velasco.
El señor VELASCO .-
Señor Presidente , vuestra Comisión de Ciencias y Tecnología pasa a informaros el proyecto, iniciado en mensaje de su Excelencia el Presidente de la República , que autoriza a la Universidad de Chile la contratación de empréstitos para financiar la construcción de un parque científico-tecnológico y faculta al Presidente de la República para otorgar la garantía del Estado.
Se hace presente que el proyecto tiene urgencia calificada de "simple". Asimismo, se encuentra incluido en la actual legislatura extraordinaria de sesiones del Congreso Nacional.
La Comisión tuvo oportunidad de recibir a las siguientes personas, las que entregaron sus observaciones respecto del proyecto en informe: señores Luis Riveros Cornejo , rector de la Universidad de Chile; Raúl Allard Neumann , jefe de la División de Educación Superior del Ministerio de Educación; Patricio Rojas Saavedra , Francisco Javier Domper y Pablo Valenzuela Feldma , vicepresidente ejecutivo, asesor jurídico y gerente de proyecto, respectivamente, de la fundación Valle Lo Aguirre.
Antecedentes generales
La Universidad de Chile se encuentra interesada en la creación de un parque científico-tecnológico en el país. Para este efecto se han ido concretando diversas actividades, a saber:
En julio de 1992 se realizó en Chile un seminario sobre parques tecnológicos, al cual concurrieron expertos extranjeros. Luego, en l993, se realizó el estudio de prefactibilidad para la creación de un parque científico-tecnológico por parte de la Universidad de Chile.
Mediante el decreto supremo Nº 350, de febrero de 1994, del Ministerio de Bienes Nacionales, se transfirieron 1.011 hectáreas de propiedad del fisco a la Universidad de Chile para instalar el citado parque científico-tecnológico. Estos terrenos se encuentran ubicados en el sector laguna Carén , comuna de Pudahuel, Región Metropolitana.
En 1995 se creó la Fundación Valle Lo Aguirre, integrada por el rector de la Universidad de Chile, dos vicerrectores, cuatro decanos, los ministros de Obras Públicas y de Planificación y Cooperación, el vicepresidente de la Corporación de Fomento de la Producción, Corfo; el presidente de la Fundación Chile y el presidente de la Sociedad de Fomento Fabril , Sofofa. El objeto de la fundación es cooperar con la universidad en el desarrollo y posterior gestión del parque antes referido.
Con el propósito de preparar etapas previas a la materialización del proyecto, en 1996 se realizaron en los terrenos donados estudios de preinversión, los que fueron financiados con un aporte de la Comunidad Europea.
Se complementan estos estudios con otros realizados sobre mecánica de suelo, hidrología y riesgos de inundación, con aportes de Mideplan-BID, los que revelan la amplia factibilidad económica del proyecto.
Luego, en 1997, se realizaron otros estudios complementarios: plan maestro, proyecto de urbanización, estudio de impacto ambiental y plan de implementación y gestión. Estos trabajos fueron financiados también por la Comunidad Europea.
Entre los años 1998 y 2000 se pretende terminar la gestión de créditos para financiar la inversión y dar así, en 2001, inicio a la obra.
Síntesis de las ideas matrices del proyecto de ley en informe
La idea central que fundamenta esta iniciativa legal es autorizar a la Universidad de Chile para contratar empréstitos en el país o en el exterior, hasta por la cantidad de 20 millones de dólares o su equivalente en otras monedas extranjeras o en moneda nacional, con el objeto de financiar la construcción de un parque científico-tecnológico en la Región Metropolitana.
La mención anterior se complementa con varias disposiciones, a saber: el servicio de la deuda será de cargo de la misma Universidad; el diseño y la construcción del parque científico-tecnológico deberá ser realizado mediante propuesta pública, y se autoriza al Presidente de la República para otorgar la garantía del Estado a las obligaciones provenientes de los empréstitos que contrate la Universidad.
Discusión en general del proyecto de ley en informe
La creación de un parque científico-tecnológico es una idea que en varias partes del mundo ha tenido muy buena acogida, dado su impacto en la innovación tecnológica y en la creación de industrias que se sustentan en la ciencia. Por vía de ejemplo, se mencionan algunos parques, como el de Cambridge Science Park, en Inglaterra; el Parque Científico de la Universidad de Lovaina La Nueva, en Bélgica; el Parque Silicon-Valley, y el Research Triangle Park, ambos en Estados Unidos de América.
Al acoger la idea de crear un parque, Chile se coloca en una posición de competencia con otros países de América Latina, para ofrecer al sector interesado una nueva opción y facilidades para la instalación de empresas y servicios, tanto nacionales como extranjeras, que requieren apoyo científico y tecnológico, situación escasa en nuestra nación.
En el debate habido en la Comisión se expresó que la Universidad de Chile busca fomentar la integración de empresas y servicios con base tecnológica con las actividades científicas y académicas propias de la universidad. Se estima que una vez puesto en marcha este proyecto, se dispondrá de un espacio adecuado para lograr el agrupamiento de empresas innovadoras, institutos tecnológicos y unidades académicas y de investigación de la Universidad.
Los objetivos que se desean lograr con el proyecto buscan el desarrollo de la innovación y el intercambio tecnológico, con fuerte apoyo en la difusión de nuevos conocimientos y tecnologías.
A lo anterior se agrega otra idea: optimizar la capacidad instalada de la Universidad de Chile.
Por otra parte, se señaló que la Universidad de Chile creó en 1995 la Fundación Valle Lo Aguirre, con el objeto de implementar, a través de ella, el proyecto Parque Científico-Tecnológico.
Este proyecto contempla tres componentes principales:
-Un parque tecnológico, en el cual se instalarán empresas de base tecnológica, institutos de investigación públicos y privados, centros tecnológicos, oficinas profesionales y de servicios.
-Un parque universitario para el funcionamiento de unidades académicas y de investigación de la Universidad de Chile.
-Un parque público de 200 hectáreas, con áreas de esparcimiento, campos deportivos y culturales.
Se informó a la Comisión que este proyecto se implementará por etapas. En la primera, se habilitarán 55 hectáreas, de las cuales 25 se destinarán a fines comerciales, con 6.400 metros cuadrados, y 30 hectáreas a vialidad y áreas verdes.
El crédito de 20 millones de dólares se pagará en un plazo de 25 años, con un período de gracia de ocho años y una tasa de interés aproximada del 4 por ciento.
El costo de la primera etapa se desglosa según un cuadro explicativo sobre la forma en que se pagará, el cual se incluye en el informe.
La Comisión aprobó la idea de legislar por unanimidad y no hay normas rechazadas por ella.
Las disposiciones del proyecto que deben ser conocidas por la Comisión de Hacienda son los artículos 1º, 2º y 4º.
El proyecto consta de cinco artículos.
El artículo 1º autoriza a la Universidad de Chile para contratar un empréstito de 20 millones de dólares, con la finalidad de instalar el Parque Científico-Tecnológico en el sector de laguna Carén, en la Región Metropolitana.
El artículo 2º establece que “el servicio de la deuda derivada de los empréstitos que se autorizan contraer por esta ley deberá hacerse con cargo al patrimonio de la Universidad de Chile”.
El artículo 3º señala que “la Universidad de Chile deberá llamar a propuesta pública para seleccionar las empresas que se encargarán de la construcción del Parque Científico-Tecnológico”.
El artículo 4º autoriza “al Presidente de la República para otorgar la garantía del Estado a las obligaciones provenientes de los empréstitos que contrate la Universidad de Chile en virtud de la autorización que se le concede por esta ley”. Su inciso segundo expresa que “la autorización que se otorga al Presidente de la República deberá ser ejercida mediante uno o más decretos expedidos a través del Ministerio de Hacienda”.
Por último, el artículo 5º establece que “la Universidad de Chile dará las facilidades del caso -en esto, quiero ser muy claro y preciso con el señor rector- para que el Parque Científico-Tecnológico sea visitado por delegaciones de estudiantes de cualquier nivel de enseñanza, sin costo para éstos, con el objeto de promover e incentivar el interés de la juventud por la ciencia y la tecnología”. Fundamentalmente, me refiero a los estudiantes de la enseñanza municipalizada del área metropolitana y de las regiones conexas.
Los artículos fueron aprobados por unanimidad por los miembros de la Comisión de Ciencias y Tecnología, la que trabajó con celeridad, mucha oportunidad y, además, con mucho conocimiento de la materia y con la gran satisfacción de instalar este parque bajo el patrimonio de nuestra principal universidad.
El proyecto fue aprobado en la sesión de 19 de enero de 2000, con la asistencia de los diputados señores Sergio Velasco de la Cerda , Presidente ; Patricio Cornejo , Sergio Correa, Carlos Abel Jarpa , Ricardo Rincón , en reemplazo del honorable diputado señor Gutenberg Martínez ; Osvaldo Palma y Carlos Vilches.
Señor Presidente , a los diputados de la Comisión de Ciencias y Tecnología nos parece, en esencia, muy importante que los honorables colegas aprueben el proyecto, porque es un avance significativo y oportuno en lo que se refiere a la instalación de un parque científico-tecnológico, a fin de que la tecnología y la ciencia sirvan a nuestro país y a las juventudes venideras.
Es todo cuanto puedo informar respecto del proyecto.
He dicho.
El señor JEAME BARRUETO (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Jaramillo, informante de la Comisión de Hacienda.
El señor JARAMILLO .-
Señor Presidente , la Comisión de Hacienda informa sobre el proyecto de ley que autoriza a la Universidad de Chile para contratar empréstitos destinados a financiar la construcción de un parque científico-tecnológico y faculta al Presidente de la República para otorgar la garantía del Estado.
El objetivo de la iniciativa consiste en autorizar a la Universidad de Chile para contratar empréstitos en el país o en el exterior hasta por la cantidad total de 20 millones de dólares o su equivalente en otras monedas extranjeras o en moneda nacional, con el objeto de financiar la construcción de un parque científico-tecnológico en el sector de laguna Carén, de la comuna de Pudahuel, en la Región Metropolitana.
Durante el estudio del proyecto asistieron a la Comisión los señores Luis Riveros , rector de la Universidad de Chile, hoy presente; Patricio Rojas , presidente de la Fundación Valle Lo Aguirre ; la señora Perla Fontecilla , abogada del Ministerio de Educación, y el señor José Espinoza , asesor del Ministerio de Hacienda.
El informe financiero elaborado por la Dirección de Presupuestos considera que la iniciativa legal no representa un mayor gasto fiscal durante el año en curso y siguientes, ya que los compromisos financieros derivados del o los empréstitos que la Universidad de Chile pueda contratar serán de su entera responsabilidad.
La Comisión de Ciencias y Tecnología dispuso en su informe que esta Comisión tomara conocimiento de los artículos 1º, 2º y 4º aprobados por ella.
En el debate de la Comisión participó el señor Luis Riveros , rector de la Universidad de Chile, quien explicó los alcances de la iniciativa, que se enmarcan -según dijo- dentro de los objetivos de desarrollo estratégico de dicha Universidad. Enfatizó la importancia que tiene para su financiamiento la venta de servicios en las distintas áreas del quehacer universitario y el compromiso que ha asumido con la industria a través del soporte científico-tecnológico de ésta, poniendo a disposición del sector productivo nacional la capacidad de investigación de la Universidad.
Esbozó el proyecto de crear un parque científico-tecnológico en el sector de laguna Carén, en la Región Metropolitana, en la perspectiva de instalar a largo plazo, en dicho lugar, la Universidad con sus distintas sedes, hoy diseminadas por Santiago. Planteó que el financiamiento del proyecto tendría un período de gracia suficiente para hacerlo viable, lo cual, unido a otras consideraciones que se han analizado por la vicerrectoría, le permite afirmar que es un proyecto efectuado de manera seria y responsable.
Por su parte, el señor Patricio Rojas , presidente de la Fundación Valle Lo Aguirre , destacó que la Universidad de Chile busca fomentar la integración de empresas y servicios con base tecnológica con las actividades científicas y académicas propias de la Universidad.
Señaló también que, con el propósito de preparar etapas previas a la materialización del proyecto, en 1996 se realizaron estudios de preinversión en los terrenos donados, los que fueron financiados con un aporte de la Comunidad Europea de 607.970 ecus, aproximadamente 250 mil dólares. Estos estudios fueron complementados por otros realizados con aportes de Mideplan-BID, los que revelarían la factibilidad económica del proyecto. Agregó que en 1997 se efectuaron diversos estudios complementarios, como el plan maestro, el proyecto de urbanización, el estudio de impacto ambiental y el plan de implementación y de gestión. Estos trabajos fueron financiados por la Comunidad Europea. Afirmó que entre los años 1998 y 2000 se pretende terminar la gestión de créditos para financiar la inversión y así comenzar la obra en el 2001.
Por su parte, los miembros de la Comisión plantearon diversas dudas respecto del proyecto que dicen relación con la desigualdad en que se pone la Universidad de Chile con otras universidades que no van a contar con las ventajas que otorga la iniciativa; con la naturaleza jurídica del directorio de la Fundación, que puede tender a un bajo nivel de compromiso con sus objetivos; con el carácter de proyecto inmobiliario que presenta su implementación inicial y con la mínima capacidad de fiscalización por el Estado de su avance y uso de recursos. Sin embargo, se sostuvo también que, debido a que la investigación es un recurso que debe incentivarse fuertemente en Chile, no se estaría en condiciones de desestimar proyectos como el propuesto, el que, por lo demás, no tiene un costo de oportunidad por los 20 millones de dólares, sin perjuicio de que sería conveniente asegurar una adecuada gestión del proyecto mediante licitaciones públicas y la información oportuna de sus avances.
En relación con la discusión particular del articulado, cabe señalar:
En el artículo 1º del proyecto se autoriza a la Universidad de Chile, por el plazo de dieciocho meses a contar desde la fecha de vigencia de la presente ley, para contratar uno o más empréstitos en el país o en el exterior, hasta por la cantidad total de 20 millones de dólares o su equivalente en otras monedas extranjeras o en moneda nacional, con el objeto de financiar la construcción de un parque científico-tecnológico en el sector de laguna Carén, en la Región Metropolitana.
Puesto en votación este artículo, fue aprobado por unanimidad.
En el artículo 2º se señala que “el servicio de la deuda derivada de los empréstitos que se autorizan contraer por esta ley, deberá hacerse con cargo al patrimonio de la Universidad de Chile”.
Puesto en votación este artículo, fue aprobado por unanimidad.
Por el artículo 4º se faculta “al Presidente de la República para otorgar la garantía del Estado a las obligaciones provenientes de los empréstitos que contrate la Universidad de Chile en virtud de la autorización que se le concede por esta ley”.
En el inciso segundo se dispone que “la autorización que se otorga al Presidente de la República deberá ser ejercida mediante uno o más decretos expedidos a través del Ministerio de Hacienda. En tales decretos se establecerán las modalidades para el otorgamiento de la garantía del Estado, entre las que deberá considerarse el debido resguardo del interés fiscal involucrado y la facultad de pactar las estipulaciones y asumir los compromisos que sean usuales en los mercados financieros internacionales, en relación con las obligaciones que se contraigan”.
Respecto de esta disposición, en la Comisión se precisó que, de acuerdo con el artículo 60, número 7), de la Constitución Política, la autorización para la contratación de empréstitos destinados a financiar proyectos específicos es materia de ley, cuya aprobación requiere de quórum calificado, pues es previsible que los vencimientos excedan al período presidencial actual, y dado que la garantía del Estado es de hasta 20 millones de dólares.
Puesto en votación este artículo, fue aprobado por 7 votos a favor, 5 votos en contra y una abstención.
Esto se acordó en las sesiones del 21 de marzo y del 4 de abril de este año, con la asistencia del honorable diputado y presidente de la Comisión , don José Miguel Ortiz , y de sus integrantes, honorables diputados señores Claudio Alvarado , Rodrigo Álvarez , Julio Dittborn , Pablo Galilea , José García , Tomás Jocelyn-Holt, Juan Pablo Letelier , Pablo Lorenzini , Carlos Montes , Andrés Palma , la señora Marina Prochelle y la señorita Antonella Sciaraffia.
Se designó diputado informante a quien habla, Enrique Jaramillo.
He dicho.
El señor LEÓN ( Vicepresidente ).-
En discusión general el proyecto.
Tiene la palabra el honorable diputado señor José Miguel Ortiz.
El señor ORTIZ .-
Señor Presidente , el propicio marco político-económico de los últimos tiempos ha permitido la consolidación de una imagen realmente positiva para Chile a nivel mundial. Sin embargo, existe consenso de que para consolidar el desarrollo actual y futuro, el país requiere de un cambio fundamental en sus estructuras y procesos de producción, así como en los productos finales de consumo y de exportación. El futuro desempeño de nuestro país en los mercados internacionales estará estrechamente asociado a su capacidad de generar, dominar y aplicar conocimientos científicos y tecnológicos con fines de producción de bienes y de servicios. El valor agregado se prevé a partir de la incorporación de tecnologías que modernicen los procesos de producción, convirtiendo las ventajas comparativas en ventajas económicas y técnicamente competitivas, que permitan a nuestro país proyectarse en los exigentes y aceleradamente globalizantes mercados del siglo XXI.
La Universidad de Chile, en la que muchos chilenos empezaron a prepararse para generar un país con grandes raíces educacionales, inició hace ocho años un conjunto de acciones encaminadas a dar respuestas a las demandas del progreso, a las que se debe por su historia y gravitación en el sistema de educación superior del país. Por lo tanto, se encuentra comprometida en un intenso proceso de modernización, para lo cual ha desarrollado, entre otras, una política de apertura al medio nacional e internacional, expresada en la suscripción de diversos convenios, programas conjuntos de formación especializada, de investigación aplicada y de vinculación con el sector productivo del país. En esta sociedad, que se globaliza, se ha optado por un estilo de integración horizontal, procurando desarrollar iniciativas conjuntas con el sector público y también con el sector privado, para responder a las necesidades emergentes, conforme la celeridad de los procesos culturales, políticos, económicos y sociales, que tenemos como gran desafío hacia adelante.
Debido a eso, los países que han enfrentado en forma eficiente y moderna el campo productivo en sus diversos niveles, se han orientado a la creación de espacios que estimulan la sinergia requerida entre los centros de progreso científico, tecnológico, académico y también del mundo empresarial. La oferta de un entorno de calidad, cuidadosamente estudiado, ha proporcionado condiciones adecuadas para que estas relaciones se generen, acogiendo y facilitando el intercambio de experiencias y de conocimientos.
Tales espacios constituyen, en esencia, experiencias de parques científico-tecnológicos en una diversidad de tipos, que dicen relación con las realidades nacionales y regionales. A nivel regional, me siento orgulloso de nuestra Universidad de Concepción, que también creó un parque científico-tecnológico en el camino a Coronel, con óptimo resultado. Tenemos otros ejemplos, como el de la Universidad de Lovaina La Nueva, en Bélgica; de la de Cambridge, en Inglaterra, y de varias universidades de Estados Unidos.
Me parece extraordinario que la Universidad de Chile haya tomado en sus manos el desafío de crear un parque científico-tecnológico en nuestro país. La finalidad de esta iniciativa, tal como lo escuchamos del señor rector y del señor Patricio Rojas en la Comisión de Hacienda, es diseñar y crear un espacio que promueva el desarrollo de la educación, la innovación y el intercambio tecnológico, a través del agrupamiento de empresas innovadoras, institutos de investigación nacionales y extranjeros y también de unidades académicas y de investigación de la Universidad de Chile, favoreciendo su interacción y el desarrollo de nuevas empresas de base tecnológica, esto es, dedicadas principalmente a la investigación y al trabajo en áreas de tecnología de punta.
De aquí a seis u ocho años, quienes aprobamos este proyecto en la Comisión de Hacienda, tal como lo expresó el diputado informante señor Enrique Jaramillo , y también los que lo aprobemos en general y en particular en esta Sala, nos vamos a sentir felices, por el aporte real y efectivo al desarrollo de la Universidad de Chile, como corresponde, por ser la primera universidad del país.
En 1990 se comenzó a generar la idea de este proyecto en la Universidad de Chile. Innumerables estudios, reuniones, entrevistas y visitas a polos y parques científico-tecnológicos de Europa, Estados Unidos y Brasil, permitieron generar una visión actualizada del concepto.
Estos trabajos continuaron hasta inicios de 1994. El Gobierno de Chile, presidido por don Patricio Aylwin Azócar , transfirió a la Universidad de Chile un terreno de 1.011 hectáreas en el sector de laguna Carén, en el valle de Lo Aguirre, a 20 kilómetros del centro de Santiago y próximo al aeropuerto internacional. Esta donación, que se materializó a través del decreto supremo Nº 350, de 1994, impuso a la Universidad de Chile la tarea de crear un parque científico-tecnológico para el desarrollo del país.
Con este propósito, esa Universidad creó una corporación privada sin fines de lucro: “Fundación para la Administración y Desarrollo Tecnológico del Predio de la Universidad de Chile en el Valle de Lo Aguirre”, a la que confió la administración y el desarrollo del proyecto.
También quiero recordar, especialmente, a las personas que a través del país nos están viendo por el canal de la Cámara de Diputados, que, al momento de determinar quiénes integrarían el directorio, se optó por personas que desempeñaran cargos de relevancia en lo público, en lo universitario y también en lo privado, por la responsabilidad que exige el ejercicio del cargo. Es así como ese directorio está compuesto por el rector de la Universidad de Chile, quien lo preside; dos ministros de Estado , el vicepresidente ejecutivo de la Corfo , el presidente de la Sociedad de Fomento Fabril , Sofofa ; el presidente de la Fundación Chile , dos vicerrectores de la Universidad de Chile y cinco decanos de facultades de la Universidad de Chile. Recalco esto porque se han planteado cosas que, a mi juicio, no corresponden a la realidad.
Estamos en presencia de un proyecto mediante el cual se está solicitando un crédito de 20 millones de dólares con el aval del Estado chileno. ¿Por qué se hace esto? Es bueno que los colegas sepan que el tema fue ampliamente discutido en la Comisión de Hacienda. Nos interesa que el proyecto se concrete y que no lo coloquemos en una situación que signifique contratar su financiamiento con la banca nacional, que lo haría inviable e impracticable.
Quiero recordar que los organismos internacionales de crédito, como el BID y el Banco Mundial, no conceden préstamos directos a las universidades y en cualquiera de sus operaciones de crédito a largo plazo exigen el aval del Estado, máxime tratándose de la principal universidad pública nacional de Chile. Por tanto, no conceder el aval del Estado para este crédito equivaldría a dejar sin financiamiento viable a esta importante iniciativa.
Los estudios se han llevado a cabo en forma seria, como corresponde, por destacados profesionales chilenos y extranjeros y el proceso de selección de sus ejecutores se hizo a través de licitaciones internacionales. Allí se plantea que en el predio de la Universidad de Chile se hará un parque público, tecnológico y universitario, para cuyo proyecto se han desarrollado todos los estudios preinversionales, el plan maestro, el estudio de impacto ambiental, el plan de negocios y el proyecto de urbanización, los que se encuentran terminados y han significado prácticamente cero costo para el Estado chileno, porque ha habido cooperación internacional, ya que interesa el desarrollo de la educación superior.
Estoy convencido de que solicitar el apoyo de la Sala para que se autorice a la Universidad de Chile a suscribir un crédito y contar con el aval del Estado para el efecto que hemos explicado, significa solicitar a los colegas legisladores que apuesten sin riesgo por la ciencia, la tecnología, la educación, lo que se traducirá, con certeza, en la herramienta más real para llegar a ser un país que se desarrolle en equidad.
Como profesor, como penquista y como director de otra universidad, estimo que estamos debatiendo -y luego votaremos- un proyecto de país y de futuro que permitirá a la Universidad de Chile potenciar sus facilidades para las nuevas generaciones de profesionales e investigadores, así como impulsar su servicio para el sector productivo en nuestro país.
Por eso, en nombre de la bancada democratacristiana, anuncio que votaremos favorablemente, en general y en particular, este proyecto.
He dicho.
El señor MORA (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Patricio Melero.
El señor MELERO .-
Señor Presidente , agradezco la presencia de la señora ministra y del señor rector, porque en mi intervención pretendo hacer un poco de historia, señalar algunos inconvenientes y plantear algunas propuestas respecto del contenido del proyecto de ley, cual es -como se ha señalado- facultar a la Universidad de Chile para que contrate un empréstito de 20 millones de dólares a fin de dar inicio a la primera etapa del parque científico-tecnológico.
El comienzo del proyecto se remonta al 28 de febrero de 1994, cuando el entonces Presidente de la República , don Patricio Aylwin , en las postrimerías de su mandato -diez días antes de terminarlo-, procede a entregar ese terreno, mediante un decreto del Ministerio de Bienes Nacionales, en forma total y absolutamente gratuita, para que se lleve adelante el proyecto de parque científico-tecnológico. Eso sí, pone como condición que 200 hectáreas -de las 1.011- deberán quedar reservadas a un parque metropolitano. Lo señala el considerando Nº 5: “El proyecto consulta la creación de un parque público de 200 hectáreas que la universidad ejecutará para poner a disposición de los habitantes de la Región Metropolitana”.
En su momento, varios diputados y, en particular, alcaldes de la Región Metropolitana, señalaron que dicho traspaso se hacía en forma inconsulta. El alcalde de Pudahuel , por ejemplo, lo calificó como una usurpación a los habitantes de su comuna. Muchos expresaron su sorpresa y manifestaron cómo el Estado podía entregar a la Universidad de Chile el patrimonio natural, la reserva principal, el pulmón futuro de los habitantes de la Región Metropolitana, echando por tierra el trabajo de años del municipio de Pudahuel para realizar allí, con inversiones públicas y privadas, un proyecto de parque recreativo alternativo -ganó la Bienal de Arquitectura y, asimismo, fue premiado por Sernatur- para los cinco millones de habitantes de Santiago. Pero, en fin, ya se había avanzado; el decreto estaba firmado y los habitantes de la región perdíamos 800 hectáreas de parque, de lo que podía ser una alternativa de recreación y esparcimiento para una ciudad que hoy se asfixia en la contaminación. Nuestras protestas de nada sirvieron. Han pasado seis años y hoy nos enfrentamos a una universidad que le pide al Fisco que actúe de alguna forma como garante para un préstamo a fin de llevar a cabo ese proyecto científico-tecnológico.
Siento que, cuando las cosas se hacen sin escuchar la opinión de los involucrados, del alcalde, de los parlamentarios, de la gente, de las 38 familias que viven en ese parque y que todos los días están siendo conminadas por el señor Rojas a irse del lugar, con amenazas de abogados, sin solución habitacional, entonces uno tiene que sacar la voz y decir que estamos procediendo mal. Obviamente, puede parecer una contradicción que un diputado por Pudahuel no esté contento porque se va a hacer un magnífico parque científico-tecnológico en su comuna. No estoy en contra de eso. Se trata de que hagamos las cosas bien; no torciéndole la nariz a una comunidad que ha venido expresando su malestar por el proyecto.
¿Qué cosas están en juego?
En primer lugar, el artículo 5.2.2, “Parques Metropolitanos,” de la ordenanza del plano regulador metropolitano -ni más ni menos que el instrumento de planificación de que dispone la ciudad de Santiago-, establece, con toda claridad, que “Las instalaciones y/o edificaciones que puedan desarrollarse en estos parques no podrán sobrepasar, en su conjunto, el 1 por ciento de la superficie total del predio, incluidas las áreas de estacionamiento”. En consecuencia, esto está reservado a parque metropolitano, y la universidad tendrá que torcerle nuevamente la nariz al instrumento de planificación urbano y, por la vía de un seccional, hacer una excepción para que allí se pueda ejecutar lo proyectado. Sin embargo, a la municipalidad de Pudahuel, por meses y años, se le ha negado la expansión de su territorio, porque se dice que está excluido del uso urbano. ¿En qué quedamos? Por un lado, sí; por otro, no; por otra parte, un parque que no es parque y, por otra, nos instalan un McDonald’s y una farmacia en un sector en que el plano regulador dice que no está autorizado para expansión urbana.
Como si esto fuera poco, en el plan de prevención y descontaminación atmosférica de Santiago, tema vigente que genera gran polémica, también se establece que la línea de acción del desarrollo de parques y áreas verdes no contempla la eliminación de ese parque, sino que lo mantiene con el objetivo de descontaminar.
En segundo lugar, está pendiente en la Contraloría General de la República -no ha sido respondida aún- una presentación que un grupo de profesionales hizo sobre la forma como se ha procedido respecto de este proyecto de emplazamiento del referido parque.
En resumen, y digámoslo con claridad, a los habitantes de la Región Metropolitana nos quitaron nuestra principal alternativa de área verde de uso público. Reitero que la cedimos gratuitamente. Se reservan 200 hectáreas para hacer un parque y la Universidad de Chile en ninguna parte del proyecto se pronuncia sobre su financiamiento. Esas hectáreas languidecen sin que se efectúe ninguna inversión y, hasta este minuto, no sé con qué recursos se va a ejecutar.
En tercer lugar, no hay ninguna solución para las 38 familias que viven allí, salvo -repito- la amenaza prepotente de los abogados que las notifican que deben irse sin darles ninguna alternativa.
En cuarto lugar, vulnera el plano regulador y el plan de descontaminación atmosférica de la Región Metropolitana.
Tengo en mis manos un oficio del Ministerio de Vivienda y Urbanismo, del 27 de junio de 1994, firmado por el ministro Edmundo Hermosilla , que señala lo siguiente: “Es una zona de alto riesgo de inundación; incompatible con cualquier forma de proyecto de construcción; no se permite una construcción superior al 1 por ciento”, y agrega que no pretenden modificar eso. Sin embargo, ahora se presenta esta iniciativa.
Asimismo, no está claro el acceso a la ruta 68 y posterga un proyecto de la municipalidad de desarrollar un sitio especial para la cultura mapuche, con el propósito de rescatar las tradiciones de nuestras etnias. Como bien sabemos, la mayor concentración de ese pueblo está en la Región Metropolitana.
Entonces, cuesta hoy dar la aprobación a este proyecto si no es conocido y tratado previamente en la Comisión de Vivienda de la Cámara de Diputados. Me parece que sería una tremenda irresponsabilidad que lo aprobáramos sin despejar las incógnitas del plano regulador, del plan de descontaminación, del acceso a la Ruta 68 y de qué se hará con las 38 familias que viven allí. No se trata sólo de entregarles un subsidio habitacional para que se vayan a vivir a una comuna lejana, ya que han nacido y vivido toda la vida en la zona. En consecuencia, merecen ser parte del proyecto y seguir residiendo en el parque científico-tecnológico, sea con un subsidio o una solución habitacional que no vulnere su estilo de vida y la forma en que han trabajado.
Por último, me gustaría tener algunas respuestas para que, en un segundo trámite, en la Comisión de Vivienda se pueda invitar a las partes. Esto no debe hacerse contra la comunidad, sino con su participación. No puede ser que un alcalde hable de “usurpación”, que una comunidad no sea escuchada, que lo indicado por el Ministerio de Vivienda sea vulnerado y que la situación de la Región Metropolitana no sea reestudiada.
En definitiva, hagamos bien las cosas: no contra la gente, sino con ella; escuchemos las opiniones; aún hay tiempo de abordar estas cosas en un segundo trámite. Quiero ser muy claro en que no estamos en contra de la instalación del parque científico-tecnológico de la Universidad de Chile en Pudahuel, sino respecto de la forma como se ha planteado, a los hechos que hoy la afectan y a las situaciones que perjudican el desarrollo de la comuna y de la región en estas materias. Un segundo trámite en la Comisión de Vivienda, podrá proponer soluciones a los problemas sociales, urbanísticos y de contaminación que se están planteando, y si hay buena disposición de la Fundación Lo Aguirre y del señor Rojas -no del señor rector, mucho menos del anterior, pues han tenido oídos sordos frente al tema y han querido imponer criterios sin escuchar a la gente-, entonces iremos por buen camino.
He dicho.
El señor MORA ( Vicepresidente ).-
Hago presente a la Sala que hay once señores diputados inscritos y que el Orden del Día termina a las 13.10 horas. Si cada uno habla veinte minutos, tendríamos tres horas y media de debate.
Por ello, propongo que las personas inscritas intervengan sólo por cinco minutos para avanzar sobre la materia.
Tiene la palabra el diputado señor Hales para plantear un asunto reglamentario.
El señor HALES .-
Señor Presidente , sugiero no restringir el debate, pues estamos ante una discusión que involucra no sólo este proyecto, sino también la forma de enfrentar políticas urbanas. Por ello, propongo continuar el debate la próxima sesión.
El señor MORA ( Vicepresidente ).-
Por Reglamento, corresponde. Si su Señoría no está de acuerdo con mi planteamiento, continuaremos el debate tal como está reglamentado y cada diputado puede hacer uso de su tiempo.
El señor HALES.-
Muchas gracias, señor Presidente.
El señor MORA ( Vicepresidente ).-
Tiene la palabra el diputado señor Tomás Jocelyn-Holt.
El señor JOCELYN-HOLT .-
Señor Presidente , no quiero hacer de mi vida política un perpetuo contrapunto con la Universidad de Chile. Pero cada cierto tiempo, cuando se presentan situaciones que la afectan, siento que de cierta manera no vemos algunos de los temas que subyacen en cada uno de estos proyectos y que requieren que alguien diga algunas cosas, más allá de que puedan caer bien o mal.
Para no ser mal entendido, deseo expresar que no tengo problema alguno en que la Universidad de Chile desarrolle un parque científico-tecnológico; ni en que el Estado facilite, a través de medidas administrativas, la posibilidad de concretarlo en determinados terrenos; ni siquiera en que el Estado otorgue garantías respecto de un posible endeudamiento. Sin embargo, tengo tres problemas con el proyecto.
Al respecto, corrijo al diputado señor Ortiz y le comunico que algunos diputados de su bancada votaremos en contra de la iniciativa si no se reformulan, por lo menos, algunas partes importantes. Asimismo, para que no exista duda, estuve en la primera sesión de la Comisión de Hacienda, vi su informe respecto del punto, algunos diputados figuramos ahí, pero no en la votación final.
Ahora, a mi modo de ver, los tres problemas del proyecto son los siguientes:
a) Se otorga la garantía del Estado sin un compromiso recíproco de la Universidad de Chile para devolver las platas, en el evento de que se haga efectiva dicha garantía.
Estamos hablando de un endeudamiento cercano a los 20 millones de dólares, suma que, en el caso de incumplimiento de la entidad universitaria, tendría que pagar el Estado. Lo lógico sería que en el proyecto quedara claramente establecido que la Universidad de Chile otorgará garantía hipotecaria sobre los terrenos en favor del Fisco. Es obvio. En caso contrario, nunca se pagará; jamás. Lo lógico sería otorgar garantía hipotecaria de los terrenos de una persona jurídica distinta en favor del Fisco, para hacerla efectiva en el caso de que el Estado tenga que asumir la deuda.
Sé que esa materia fue discutida al momento de elaborar el proyecto y me extraña que no aparezca en el proyecto enviado al Congreso. No estoy formulando una sugerencia al aire sobre algo que no se ha dicho. Estoy planteando temas que fueron debatidos, por lo menos lo saben quienes conocen el proyecto en sus detalles más finos, y lo lógico es recogerlos.
En la eventualidad de que se haga efectiva la garantía, a muchas personas les asiste el temor de que nunca se pagará la plata, que no es poca. Se habla de un crédito inicial, con cargo a un fondo español, de cinco millones de dólares y un endeudamiento máximo de veinte millones de dólares. Saquen las conclusiones de lo que representa eso. No se trata de poca plata.
b) El segundo problema está relacionado con la gestión. Desde el punto de vista de la gestión, puede ser muy atractivo entregar un proyecto de esta especie a una fundación privada para que lo gestione, pero es nefasto desde el punto de vista del control. La ejecución de este proyecto inmobiliario -eso es lo que es- por una fundación privada, significa que el endeudamiento y la gestión quedan fuera del alcance de cualquier persona con un interés público para su monitoreo.
Por otra parte, la aprobación de esta iniciativa inaugurará una etapa en la que todo el mundo se sentirá con derecho a pedir que el Congreso otorgue la garantía del Estado a distintos proyectos administrados por fundaciones privadas. ¿Por qué no? Ése es el punto. No es una buena práctica. Ahora, si alguien alega que la Universidad de Chile forma parte de la estructura del Estado, es porque de alguna manera su gestión es sometida a un conjunto de requisitos. Y este proyecto sale de su estructura de gestión. Si se pide la garantía del Estado para el financiamiento de un proyecto o para que de cierto modo nos hagamos responsables de él, deben entregarnos un poco más de claridad acerca de cómo se va a gestionar. Se pueden dar todas las explicaciones y descripciones acerca del proyecto, pero no la confianza -en cuanto a su estructura de gestión- de que se cumplirán las intenciones iniciales, sobre todo con instituciones que en otras oportunidades han tenido problemas financieros crónicos. Entonces, es lógico recoger esa inquietud.
c) El tercer problema se refiere al precedente que sentamos acá y el modo de discutir.
El actual sistema universitario no es el de hace treinta años. El Estado subvenciona diversas instituciones con la obligación de cumplir, por lo menos, con los desafíos que nos hemos propuesto en materia de educación superior. Por desgracia, en los últimos años, no hemos elaborado una política de educación superior a partir de la realidad y del marco legal que nos rige. Entonces, cualquier universidad regional podría pedir lo mismo. ¿Por qué si se otorga esta franquicia a la Universidad de Chile no se puede dar a otra cualquiera? Todas tendrían derecho a obtenerla, pero se les respondería que no son la Universidad de Chile.
Al respecto, deseo decir que hoy ese argumento no funciona, no sirve, no es sólido. Podría haberlo sido hace 30 ó 40 años, en otro esquema universitario, pero en la actualidad no lo es.
Sin duda, hace falta definir un marco lógico dentro del cual realizar este tipo de cosas, coherente con el sistema que rige a nivel nacional, más allá de los paradigmas, de nuestras inquietudes, sentimientos, simpatías personales por una casa de estudio u otra que, en realidad, le quita seriedad a esta discusión y no es la forma en que la Cámara debe proceder.
Eso me lleva al último punto. Lamentablemente, así como algunos piensan que cada vez que se presenta un proyecto sobre la Universidad de Chile tengo una voz crítica, siento que algunos colegas, en los mismos casos, se ponen casi en el papel de defensores de un sindicato. La verdad de las cosas es que a mí me pasa al revés.
Así, una materia que atañe a la Universidad de Chile se convierte en una especie de dogma de fe, en el cual uno debe lidiar con decisiones de autoridad de bancada, con lealtad de gobierno-oposición, en circunstancias que lo único que pido es un poco de sutileza, que procede.
Cada vez que se discuten estas materias, pareciera que a algunas personas estuvieran atacándoles la parte más íntima de su alma mater. Sin embargo, desearía que la Cámara tuviera un poco de rigor para discutir algo que va más allá de los sentimientos personales.
Si hay inquietudes respecto del medio ambiente y de los problemas urbanos, lo lógico es no llegar e introducir este tipo de proyectos -lo digo con toda lealtad- entre gallos y medianoche, para aprobarlo sobre tabla.
El proyecto amerita una discusión más fina, en la cual se coloquen todos los argumentos sobre la mesa.
El señor MORA (Vicepresidente).-
Diputado señor Jocelyn-Holt, el diputado señor Velasco le solicita una interrupción. ¿Se la otorga?
El señor JOCELYN-HOLT.-
Sí, se la concedo.
El señor MORA (Vicepresidente).-
Puede hacer uso de la palabra el diputado señor Velasco.
El señor VELASCO .-
Gracias, honorable colega.
Señor Presidente , la opinión de que el proyecto se ha discutido entre gallos y medianoche ofende a la Comisión de Ciencias y Tecnología, que me ha tocado presidir, la cual, con mucha acuciosidad, responsabilidad y seriedad se abocó a su despacho con el perfeccionamiento del caso, a través de indicaciones que permitieron hacerlo alcanzable, específicamente, para los estudiantes de la enseñanza básica y media, que son nuestra preocupación en el marco del desarrollo de la educación.
Por eso, pido disculpas por hacer uso del derecho de réplica. La Comisión técnica no actuó entre gallos y medianoche.
He dicho.
El señor MORA (Vicepresidente).-
Ruego a los señores diputados utilizar las interrupciones para hacer alcances, dejando las intervenciones para sus respectivos tiempos, de manera de no interrumpir a quien hace uso de la palabra.
Puede continuar el diputado señor Jocelyn-Holt.
El señor JOCELYN-HOLT .-
Señor Presidente , no quiero ofender a mis colegas ni a la Corporación, sino pedir que se acepte una crítica un poco más fina.
No he dicho que no ha habido sesiones regulares ni tablas, ni tampoco que no se haya sabido cuándo se iba a discutir el proyecto. Sólo he dicho que su grado de controversia escapa al ámbito de la Sala, y es un error de procedimiento si la Corporación no es capaz de acoger y ponderar en su justa dimensión las inquietudes de la ciudadanía.
Desde ese punto de vista, todavía hay tareas pendientes en lo que se refiere a la discusión del proyecto. Recién están empezando a aflorar algunas inquietudes. Por eso, debería dejarse pendiente su aprobación, por lo menos hasta que todas ellas hayan sido adecuadamente despejadas.
Esto no debería ofender a nadie. Al contrario, debe ayudar a la proyección de nuestro trabajo, que es, con seguridad, lo que todos queremos, incluido el diputado señor Velasco.
Con toda lealtad, creo que no es baladí pedir, si el Estado debe otorgar garantía, que haya garantía hipotecaria sobre los bienes respectivos; no es baladí plantear una cuestión de confianza sobre la futura gestión, sobre todo si se nos quiere convencer respecto de las bondades de un proyecto inédito en el país; no es baladí pedir que se especifique el marco universitario en el cual se hará a la hora que otras universidades pidan exactamente lo mismo, y no es baladí ponderar las inquietudes urbanas que se derivan.
Desde este punto de vista, me parece razonable dejar el proyecto, por lo menos, en compás de espera para discutir bien estos puntos, porque esto, de alguna manera, le dará más fortaleza.
El sistema universitario requiere de más transparencia, y no me refiero a ninguna universidad en particular. Hago una petición como ciudadano, ni siquiera como diputado , para que se dé lógica al sistema universitario.
Todavía no hay política de educación superior y el país llora por tenerla, sobre todo por las pretensiones en materia de desarrollo económico y social. Hace falta un marco adecuado para saber sobre la base de qué criterio se implementará el proyecto.
En estos términos, si me viera forzado a votar hoy, lo haría en contra.
Si me queda tiempo, concedo una interrupción al diputado señor Elgueta.
El señor MORA (Vicepresidente).-
Puede hacer uso de la palabra el diputado señor Elgueta.
El señor ELGUETA.-
Señor Presidente , el dicho “entre gallos y medianoche”, en realidad, revela que es de día, porque los gallos cantan al alba y la medianoche es de noche. En consecuencia, la discusión del proyecto habría sido totalmente de día.
En segundo lugar, al revés de lo que piensa el diputado señor Tomás Jocelyn-Holt , cuando se otorga una garantía, según el derecho común -cualquiera que haya pasado por un curso de derecho civil lo sabe-, el verdadero deudor está obligado a reembolsar lo que el garante pagó, precisamente, en cumplimiento de la garantía.
Eso está en normas elementales del derecho civil y, desde este punto de vista, la argumentación del honorable colega carece de consistencia.
He dicho.
El señor MORA ( Vicepresidente ).-
Puede continuar el diputado señor Jocelyn-Holt.
El señor JOCELYN-HOLT .-
Señor Presidente , no creo que una disquisición de orden jurídico vaya a salvar las dudas que existen sobre el proyecto.
La ciudad de Valparaíso pudo estar varios años más sin colectores para resolver su problema sanitario, a pesar de lo que decían los contratos respectivos.
Le puedo asegurar a mi querido amigo Sergio Elgueta que el fisco, en algún momento, puede pedir a la Universidad de Chile, durante muchos años, que le devuelva la plata, y no lo logrará por más contrato, título o ley que haya.
La verdad de las cosas es que con ninguna precisión de orden jurídico, por muy apropiada que sea, se lograrán disipar las dudas que existen. Por eso, ¿por qué no se abordan como corresponde, en lugar de pretender dar una respuesta simple? Lo contrario, siembra más dudas, genera resquemores y no ayuda a la aprobación del proyecto.
He dicho.
El señor MORA (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Carlos Vilches.
El señor VILCHES .-
Señor Presidente , el proyecto es de gran importancia, porque autoriza a la Universidad de Chile para la contratación de empréstitos por veinte millones de dólares a fin de financiar la construcción de un parque científico-tecnológico y faculta al Presidente de la República para otorgar la garantía del Estado.
En efecto, en la Comisión de Ciencias y Tecnología se consultó a personas directamente involucradas con el proyecto, y a los institutos que nos asesoraron jurídica y técnicamente.
Reconocemos que el proyecto contiene elementos que son discutibles, pero no podemos prestarnos para que opiniones, por muy legítimas que sean, nos hagan retrotraer al pasado e impidan el desarrollo de algunas comunas.
Puede haber problemas con el plano regulador de Pudahuel, de la misma forma como sucede en muchas otras comunas, pero la iniciativa se refiere a cambio de uso de suelo.
En mi opinión, se justifica la creación del Centro Científico y Tecnológico, porque con él se dará inicio a una etapa distinta en estas materias. Cualquier universidad, incluso regionales y, sobre todo, dependientes del Estado, tienen legítimo derecho de iniciar este tipo de proyectos. El Instituto Benjamín Teplizky de la Universidad de Atacama, Copiapó , es un ejemplo de lo que estoy señalando.
El proyecto de creación de un parque científico-tecnológico, a semejanza de los que existen en otras partes del mundo, es de gran magnitud y prestigia al país. Por lo tanto, desearía que los diputados que en este momento tienen tantas dudas lo sintieran como un problema de país.
No podemos desconocer lo que significa la Universidad de Chile en nuestra historia, pero, de la misma manera, otras universidades también podrán presentar proyectos propios. Espero -lo recalco para que quede establecido en el acta- que también se faculte al Presidente de la República para que les otorgue la garantía del Estado. De esta manera, universidades de regiones podrán obtener créditos para construir centros similares. Ante este hecho, caemos en una realidad. No podemos cortar las manos y las piernas a quienes tienen la iniciativa de impulsar este tipo de proyectos. Entonces, reconociendo el legítimo derecho de nuestras universidades regionales para hacerlo, quiero que avancemos en la aprobación del proyecto.
Es efectivo -es otra de las dudas señaladas durante el debate- que la Universidad de Chile no es una empresa, y es aquí donde quiero consultar, por intermedio de la Mesa, a la señora ministra de Educación , doña Mariana Aylwin , si se hizo un estudio para determinar la procedencia de que la Universidad de Chile asuma un compromiso de esta magnitud, ajustándose a lo establecido en la Constitución. Si es así, me quedo tranquilo, pero necesito aclarar esa duda.
En tercer lugar, durante toda su historia, la Universidad de Chile ha sido la creadora y promotora de centros de investigación y desarrollo científico en el país. Instituciones tan conocidas como el Cesmec, Centro de Estudios de Medición y Certificación de Calidad, que se inició en el estudio de ensayos de materiales, están hoy privatizadas y entregan un servicio de primer nivel al país.
El Centro de Energía Nuclear nació en el seno de la Universidad de Chile. Hoy está desarrollando una excelente labor, desconocida tal vez para la gran mayoría de los chilenos, y tiene una gran actividad. El Instituto Tecnológico de Chile, creado en el gobierno de don Eduardo Frei Montalva, también tuvo el aval del Estado para optar a los créditos que otorgaba la Corporación de Fomento de la Producción para estos efectos. Entonces, no es una novedad el rol que ha cumplido la Universidad de Chile dentro del país.
Para mí es muy difícil oponerme a un proyecto de esta naturaleza, a pesar de conocer las dudas que existen a su respecto y de los inconvenientes que presenta, como los señalados por el diputado Melero, todos absolutamente solucionables.
Tuve oportunidad de conocer un instituto en Monterrey, México , donde realmente se hace vida universitaria y existe un desarrollo tecnológico que vende por sí mismo. Constituye un gran apoyo al desarrollo de ese país.
Chile necesita contar en las próximas décadas con un apoyo científico, tecnológico y de innovación. Si privamos de la posibilidad de desarrollar estas iniciativas, no estaremos avanzando; si garantizamos que esto es válido también para otras universidades, estaremos en el camino correcto.
El aval que se está pidiendo al Estado chileno es perfectamente posible de otorgar en las condiciones señaladas en el informe financiero, y el lugar elegido reúne las condiciones y características que permitirán al centro desarrollarse con mayor eficiencia.
Hay un elemento más. Algunos han señalado que este proyecto podría transformarse en inmobiliario. Lejos está esa posibilidad, dado que allí no se construirán edificios con habitaciones. Esto será exclusivamente para cumplir objetivos de desarrollo científico y tecnológico, y todos los servicios que complementen el centro podrán instalarse en este parque destinado al estudio de la ciencia y la tecnología.
Por las razones señaladas, voy a apoyar el proyecto, pero quiero dejar en sus manos la respuesta a las dudas que he planteado.
He dicho.
El señor MORA (Vicepresidente).-
Señora ministra, ¿quisiera responder de inmediato la consulta del diputado Vilches o prefiere dejarlo para el final?
La señora AYLWIN, doña Mariana ( Ministra de Educación ).-
Prefiero hacerlo al final, señor Presidente , porque hay varias consultas.
El señor MORA (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Nelson Ávila.
El señor ÁVILA .-
Señor Presidente , no tuve la oportunidad de integrar la Comisión de Ciencias y Tecnología; por lo tanto, perdí la ocasión de interiorizarme de los aspectos más sustantivos del proyecto con la minuciosidad con que se hace en la comisión especializada. Sin embargo, a lo largo del debate han ido aflorando una serie de aspectos que resulta interesante estudiar con mayor profundidad.
Naturalmente, la circunstancia de que haya sido aprobado por la unanimidad de los miembros en la Comisión respectiva deja un poco en cuestionamiento el hecho de que se hayan abordado allí todos los aspectos que conciernen a la aprobación de un proyecto de esta naturaleza.
Aquí hay que distinguir dos órdenes de materias: el proyecto en sí y dónde se localiza.
Respecto de lo primero, me parece que no deberíamos sino felicitarnos por el hecho de que en nuestro país se lleve a cabo una experiencia de esta naturaleza. Más aún, debe ser una garantía el que esté encabezado por la Universidad de Chile, por ser del Estado y de todos los chilenos. Esa circunstancia le otorga al proyecto el respaldo académico que necesita el campo de la investigación tecnológica y crea una atmósfera atractiva para otros sectores del país, a fin de sumarse a una iniciativa de esta índole y contribuir con ello a lo que hoy en el mundo es la palanca fundamental del progreso.
Ya el peso patrimonial de los bienes materiales desvanece rápidamente y cede paso al valor inmenso que tiene el conocimiento, el talento. Los países que pierdan la carrera de la investigación tecnológica y de la creación de conocimiento, quedarán definitivamente sepultados por esta ola gigantesca que crea el mundo global.
Si un país pequeño, como el nuestro, desea salvarse del naufragio que anuncia el avance incontenible de las transnacionales, de los países desarrollados que invaden los mercados con sus productos, dejando sin opción a las industrias de las diferentes naciones, y no lo enfrenta con este tipo de iniciativas, no podemos sino esperar días muy negros para el futuro de nuestra patria. Y éstas no son expresiones grandilocuentes; es sencillamente atenerse a una realidad que hoy todos constatamos como amenazante, si no irrumpimos con una capacidad que los chilenos tenemos, pero que muchas veces no tiene dónde expresarse.
La creación de un parque científico-tecnológico, liderado por la Universidad de Chile, es lo mejor que le podía pasar al país en términos de emprender el desarrollo por la vía que entrega posibilidades de crecer en el mundo de hoy.
Escuché que había aprensiones acerca del hecho de que el Estado otorgase su aval a un proyecto de esta naturaleza. Quiero recordar a los estimados colegas que la Universidad de Chile es el Estado, pero en una expresión jurídica distinta. Entonces, no podemos pensar que el Estado está arriesgando en una entidad con la cual no tiene nada que ver, cuando no hace otra cosa que actuar como las circunstancias hoy lo exigen: apostando y arriesgando en manos de una entidad que le pertenece y que en Chile -no hay que olvidar- constituye la casa matriz del talento, del desarrollo, de la ciencia y del pensamiento.
En cuanto a dónde se localiza este proyecto, pienso que, hoy por hoy, será imposible no suscitar controversia en esta materia. Cualquier punto del territorio que se toque, con un desarrollo de cualquier índole, desatará las inquietudes, a veces legítimas, de quienes se sienten perjudicados o amenazados en lo que se considera un bien sagrado, como es la naturaleza.
Pero yo me pregunto: ¿acaso es estimulante para los vecinos de aquel sector continuar oliendo las aguas nauseabundas del canal que cruza, sin que exista, a lo menos en el corto plazo, ni una posibilidad de alterar esa situación, con un desarrollo de cualquier tipo que atenúe o elimine ese factor de contaminación permanente, que hace sentir su presencia a muchas cuadras alrededor? Incluso, al cruzar por allí, hay que ponerse un pañuelo en las fosas nasales para no sentirse demasiado agredido por lo que constituye un foco francamente detestable de contaminación. La gente que vive en aquellos sectores y pertenece a esas comunas, no puede sentir amagada su calidad de vida si se construye un parque de estas características, porque, además, está el compromiso de convertir una zona, que actualmente no tiene ningún atractivo, en un parque de verdad, bien cuidado, y que, en definitiva, merezca el nombre de tal.
En conclusión, si bien es legítima la postura de quienes piden analizar con mayor detenimiento los aspectos que les merecen dudas, quiero llamar la atención en cuanto a que ojalá esto no se transforme en una dilación innecesaria que impida -en un plazo razonable- apoyar un proyecto de indudable mérito y que, además, contribuye de un modo eficaz al desarrollo científico y tecnológico del país.
He dicho.
El señor MORA (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Dittborn.
El señor DITTBORN .-
Señor Presidente , no tengo ningún inconveniente en que la Universidad de Chile lleve adelante un proyecto como el que aquí se nos ha dado a conocer. Sin embargo, tengo una objeción muy de fondo en cuanto a que lo haga con el aval del Estado, porque compromete financieramente al erario.
Respecto de este punto, tengo dos comentarios.
En primer lugar, éste es un proyecto altamente riesgoso. Construir incubadoras para que los científicos efectúen investigaciones de alta tecnología, evidentemente es un proyecto tremendamente riesgoso. Puede ser exitoso -como lo demuestran los estudios dados a conocer por la Universidad de Chile- y tener flujos económicos positivos, pero también puede resultar -por qué no reconocerlo- un fracaso. A mí me parece que el resto de los chilenos, que son modestos, la mayoría de los cuales nunca asistió a la universidad y paga sus impuestos, no tiene por qué comprometerse financieramente en un proyecto de alto riesgo como éste.
Además, considero que esta iniciativa debería generar un debate más de fondo: la Universidad de Chile como universidad pública. Se nos ha dicho aquí -creo que con razón- que, como entidad del Estado, tiene una serie de limitaciones para acceder a los mercados financieros normales a fin de conseguir créditos con garantía hipotecaria que, en este caso, podría ser el fundo donde se construirá el parque. Entonces, levantemos -estoy dispuesto a ello- dichas limitaciones y permitámosle a la Universidad de Chile que recurra con agilidad, con rapidez y con su propio patrimonio, a los mercados de capitales nacionales o internacionales, a fin de acometer proyectos de alto riesgo. Pero considero injusto que los chilenos más modestos tengan que convertirse en avales de este proyecto de alto riesgo; tampoco lo considero justo para el resto de las universidades del país que, en un mercado abierto y muy competitivo, deben competir con la Universidad de Chile, tanto en alumnado y docencia como en investigación, a través de los fondos concursables.
En nuestro país no debería haber universidades públicas; lo que sí debería existir en el ámbito universitario son intereses públicos. Es muy legítimo que existan, pero ellos deben ser llevados adelante por cualquier universidad que compita con otras, y será el Estado el que finalmente decidirá cuál es la más idónea para tal efecto. Pero, a mi juicio, no deberían existir universidades definidas a priori como públicas y, en ese carácter, obtener todo tipo de beneficios y también -por qué no decirlo- “mochilas”, a fin de participar abiertamente en el mercado universitario.
A mi juicio, ése es el debate de fondo que está pendiente: si en Chile deben existir o no universidades públicas o si en el ámbito académico debe haber intereses públicos, que son legítimos, pero que -repito- no deberían ser acometidos a priori por una universidad pública, sino que ser motivo de competencia entre distintas universidades, en lo cual el Estado puede comprometer recursos para perseguir esos fines.
En segundo lugar -con esto termino, porque quiero hacer una intervención muy breve-, me resulta tremendamente preocupante la figura jurídica de una fundación privada sin fines de lucro -la Fundación Valle Lo Aguirre- que se crea para administrar este proyecto. Digo esto porque los directores de las fundaciones sin fines de lucro no tienen responsabilidad alguna por las decisiones que tomen en calidad de tales; ninguna responsabilidad. Es más: en este caso se nombra como directores de dicha fundación a dos ministros de Estado. La verdad sea dicha -ya tengo muchas canas-, lo más probable es que aparezcan muy poco por el directorio. Se nombra como director al presidente de la Sofofa. La verdad es que tampoco asistirá al directorio. De manera que, finalmente, tendremos un directorio decorativo -porque asistirán personas de segundo, tercero y cuarto nivel en reemplazo de los titulares-, que no será responsable de las decisiones que adopte, lo que considero muy negativo. ¿Por qué no se crea una sociedad anónima cerrada? La ley de tales sociedades responsabiliza a los directores, hasta con su patrimonio, por las decisiones que eventualmente tomen.
Entonces, hagamos las cosas con seriedad, con directores de verdad y no decorativos, con directores que respondan por sus decisiones, porque, evidentemente, ellas pueden afectar al erario.
Éstas son dos objeciones que deseaba formular, no obstante tener otras que el diputado señor Jocelyn-Holt ya mencionó y que no quiero repetir.
He dicho.
El señor MORA ( Vicepresidente ).-
Tiene la palabra la honorable diputada señora Isabel Allende.
La señora ALLENDE (doña Isabel).-
Señor Presidente , como se ha expresado, quienes no formamos parte de la Comisión de Ciencias y Tecnología, lamentablemente, no hemos tenido la oportunidad de interiorizarnos en detalle de este proyecto.
Sin embargo -considero importante decirlo-, no obstante reconocer que existen los problemas planteados por el colega Dittborn, creo que ello escapa a lo que interesa en este minuto: aprobar o rechazar este proyecto que autoriza la construcción de un parque científico-tecnológico.
Respecto de la discusión que proponía el diputado Dittborn -a lo mejor, valdría la pena llevarla a cabo-, creo que debe ser otra: el Estado y la educación superior en nuestro país, qué sucede con las universidades públicas y con las privadas.
Con todo, considero que vale la pena que nos detengamos a reflexionar un poco más sobre un proyecto de esta naturaleza y significación. Me parece saludable que una universidad pública como la Universidad de Chile -que ha cumplido un rol muy importante en nuestra comunidad- sea la primera en realizar un proyecto innovador de estas características. Concuerdo en que, por desgracia, en lo que se refiere a inversión en investigación científico-tecnológica, nuestro país experimenta un gran subdesarrollo, porque no ha sabido priorizar -en otras oportunidades nos hemos referido al aspecto cultural- la inversión en el campo científico-tecnológico. Si existe una necesidad, ella es que nuestro país tenga un vuelco en este aspecto, porque nos estamos quedando atrás. Es cierto que frente a los enormes desafíos y avances científicos, tecnológicos y comunicacionales a nivel mundial, Chile se ha ido quedando atrás, lo que nos resta oportunidades.
Por eso, considero que debemos detenernos un poco más en el análisis de este proyecto específico, porque puede ser que vaya en la línea correcta de nuestras necesidades.
Ahora bien, en mi calidad de diputada por la Región Metropolitana, no puedo dejar de hacerme cargo de las dudas que surgen desde el punto de vista medioambiental. El plano regulador metropolitano considera la existencia de áreas verdes de uso exclusivo; entonces, debemos preocuparnos cuando dichas áreas se ven amenazadas. Frente a la aprensión de las eventuales consecuencias de transgredir las normas medioambientales y agravar el problema -no estoy asegurando que vaya a ocurrir, sino que lo estudiemos con más detalle-, me gustaría saber, por lo menos, cómo nos vamos a relacionar con el plano regulador y cuántas áreas verdes de uso exclusivo dejarán de serlo, para dar paso a instalaciones que, incluso, son más bien de carácter comercial que de investigación tecnológica.
En ese sentido, la Cámara debe continuar con la discusión del proyecto y conocer el informe, pendiente, de la Contraloría General de la República. Incluso, esta proposición de ley no debería ser analizada sólo por la Comisión de Ciencias y Tecnología, dado que la Comisión de Medio Ambiente también tiene algo que decir al respecto. Dicho sea de paso, una vez que hayamos hecho ese estudio en profundidad y que el proyecto pase a la Comisión de Medio Ambiente, quizás, entonces, estemos en condiciones de aprobarlo en la medida en que se nos disipen las dudas que legítimamente nos surgen.
Por último, no sólo está el tema medioambiental. Aquí se ha mencionado que se crearía un precedente. No me importa si es positivo, siempre que tengamos resguardos claros no sólo en temas financieros, sino también en la gestión. No sé si el mejor resguardo es simplemente entregar una gestión privada a una universidad pública que tiene determinados compromisos y responsabilidades justamente con el conjunto del país.
Por estas razones, debemos revisar el proyecto antes de apoyarlo, porque es nuestro deseo que una universidad, como la Universidad de Chile, se desarrolle y sea, ojalá, la vanguardia de la investigación científico-tecnológica que tanta falta le hace al país.
He dicho.
El señor MORA (Vicepresidente).-
Tiene la palabra la ministra de Educación, señora Mariana Aylwin.
La señora AYLWIN, doña Mariana ( Ministra de Educación ).-
Señor Presidente , muchas gracias por la oportunidad de participar en la discusión del proyecto.
Esta iniciativa, que fue presentada por el entonces Presidente Eduardo Frei y su ministro de Educación José Pablo Arellano, cuenta con todo nuestro apoyo.
Hemos venido a esta sesión a manifestar ese respaldo. Cuenta con nuestro apoyo porque creemos, como lo ha señalado el diputado señor Vilches, que este proyecto beneficia al país; que, además de innovador, combina la actividad productiva con la académica; que integra el esfuerzo privado y el público; que promueve la actividad de investigación aplicada a la producción, y que es una oportunidad para promover la transferencia tecnológica.
Como se ha dicho, este es un modelo que existe en muchas universidades del mundo y que ha tenido un impacto significativo. Se han mencionado universidades que llevan adelante proyectos similares, tanto en Estados Unidos como en Europa.
En definitiva, esta iniciativa es un aporte para fortalecer la investigación en el área tecnológico-científica. Es un tema -digámoslo claramente- que si no lo abordamos con decisión en nuestro país, nos dejaría en desventaja para afrontar los desafíos que nos plantea el mundo actual.
El Gobierno del Presidente Lagos quiere dar especial énfasis al desarrollo científico y tecnológico, sobre todo en esta área de ciencia y tecnología aplicada. Por lo tanto, se trata de un proyecto que pretende poner a Chile a la altura de los requerimientos que tenemos hoy.
Voy a hacerme cargo de algunas inquietudes que han manifestado los señores parlamentarios y señoras parlamentarias.
En primer lugar, respecto del impacto medioambiental que la aplicación del proyecto tendría según la visión de algunas organizaciones, cuyas declaraciones han aparecido hoy en la prensa, podemos asegurar que el proyecto del parque científico-tecnológico cuenta con estudios de impacto ambiental que serán presentados a la autoridad competente de la Corema cuando se solicite autorización para iniciar la urbanización.
Respecto de las áreas verdes, el proyecto incluye, como se ha dicho, la obligación de ejecutar un parque público de 200 hectáreas. En respuesta a una inquietud del diputado señor Melero, cabe agregar que el proyecto cumple con todas las normas vigentes del plano regulador de la Región Metropolitana, en lo referente a las normas de constructibilidad y ocupación del terreno de los parques metropolitanos. En cuanto al predio, carece de todo valor agrícola; está constituido por un suelo que hoy se llama “café” no apto para la explotación vegetal y es un terreno baldío.
El diputado señor Melero también hacía referencia a temas de procedimientos y a los efectos que produciría en la comuna de Pudahuel. Al respecto, debo garantizarle que existen estudios de impacto ambiental, que el plan cumple con las normas vigentes del plano regulador, según las cuales las construcciones no pueden exceder del uno por ciento; es decir, equivalentes a diez hectáreas.
En el caso de la municipalidad de Pudahuel, la Fundación ha tenido, según nuestras informaciones, una relación permanente con ella, con la que ha analizado el plano regulador de Pudahuel. No conocemos ninguna declaración del alcalde de dicha comuna en que rechace el proyecto.
Actualmente son 24 las familias que viven en el sector de la laguna de Carén; no se ha expulsado a ninguna de ellas. Ya se han resuelto los problemas habitacionales de doce familias y se encuentran en vías de solución los de las otras doce, que están postulando a casas a través del Ministerio de Vivienda.
Contesto también la observación formulada por el diputado señor Tomás Jocelyn-Holt: la necesidad de establecer una garantía hipotecaria por la que se otorga. Cuando se otorga una garantía, quien la recibe está obligado a pagarla, si no cumple la deuda del préstamo solicitado. En este caso, es evidente que paga con recursos de la Universidad de Chile, que son también públicos.
Nos hacemos cargo de que podría estar pendiente una discusión. En la necesidad de definir marcos más amplios respecto de la política de educación superior -como lo han señalado los diputados señores Jocelyn-Holt y Dittborn-, no creemos que para aprobar este proyecto requiramos de ese debate. No obstante, estamos dispuestos a hacerlo.
El diputado señor Vilches pide la garantía de que el proyecto se ajuste a las normas legales vigentes. Sólo le decimos que si no fuera así, esta iniciativa legal ya habría sido declarada inconstitucional.
Este proyecto no es inmobiliario; busca integrar actividad productiva con académica. Se trata de arriendo de terrenos para empresas que se instalen en el parque. Pero el propósito no es el arriendo; es establecer un trabajo común entre empresa y universidades para desarrollar actividades de investigación científica y tecnológica aplicada.
Todo el mundo nos habla de la necesidad de integrar esfuerzos diversos; de abrirse a nuevas alianzas, entre los sectores público y privado. Esto es de especial relevancia en el ámbito de la educación y de la ciencia. No cabe duda de que se acabó el tiempo de los claustros académicos cerrados, y ése es un proceso irreversible.
A nuestro juicio, el Estado debe comprometerse con el desarrollo de la ciencia, de la tecnología y de las universidades. En ese sentido, cuando se cuestiona entregar una garantía estatal o se nos pregunta si habría disposición a entregar otras garantías estatales para empréstitos, contesto claramente que si ellas significan un beneficio para el país, para el desarrollo de las ciencias, de las universidades y de la tecnología, estamos abiertos, ciertamente, a estudiar esos proyectos caso a caso, y ver la posibilidad, si allí concurren los requisitos para que sean viables, de que el Estado pueda otorgarlas.
Probablemente me queden muchos temas por abordar, pero, básicamente, con esta última afirmación quiero señalar que, en el fondo, habría un trato igualitario para otras universidades en este marco de lo factible en universidades estatales.
Muchas gracias.
El señor ORTIZ ( Presidente accidental ).-
Dado que ha concluido el tiempo del Orden del Día, los 16 diputados inscritos para intervenir sobre el proyecto de ley deberán hacerlo cuando se continúe analizando el tema. La discusión del proyecto continúa en una próxima sesión.
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