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El señor MORA (Vicepresidente).-
En Incidentes, en el primer turno, correspondiente al Comité del Partido Socialista, tiene la palabra el diputado señor Juan Bustos .
El señor BUSTOS.-
Señor Presidente, se encuentran en las tribunas miembros de la comunidad de Granizo, acompañados por el alcalde de Olmué, don Tomás Aranda , a quienes saludo.
(Aplausos).
He pedido la palabra para hablar en defensa de la comunidad de Granizo “Mariana de Osorio”, de Olmué, en razón de las sistemáticas expresiones ofensivas vertidas en su contra a través de los medios de comunicación escritos, por sectores interesados, con el objeto de que exista el debido respeto a los derechos ancestrales de los comuneros.
En efecto, Granizo es una de las tantas comunidades agrícolas y ganaderas de Olmué y tiene la peculiaridad de ser la más grande de ellas, por cuanto alberga a cerca de cuatro mil personas.
La referida comunidad es la legítima poseedora de una extensión de 3.873 hectáreas de terreno, según lo acredita el Servicio de Impuestos Internos en el rol de avalúo de la comunidad de Olmué Nº 25215, y se encuentra al día en el pago de sus contribuciones, con lo cual se acredita, ante el Estado de Chile, la posesión material e ininterrumpida de esa superficie desde 1927.
Además, desde el siglo XVII -época en que doña Mariana de Osorio entregó los terrenos a los campesinos- hasta hoy, sus descendientes han vivido en dicho territorio y gracias a sus cuidados se han mantenido incólumes, a lo largo del tiempo, la flora y fauna del lugar.
Ahora bien, no obstante los constantes esfuerzos y tramitaciones ante la autoridad competente y con estricto apego a la juridicidad, hasta la fecha la comunidad no han podido regularizar la inscripción de dominio de sus tierras. Así, en 1965, no obstante haberse ordenado la inscripción por resolución de los tribunales de justicia en autos de posesión efectiva, dicho trámite no se verificó por extrañas circunstancias.
A mayor abundamiento, en 1974, el entonces ministro de Tierras y Colonización dispuso la mensura de las tierras que corresponden a la referida comunidad, estableciéndose una superficie de 3.705 hectáreas, con el objeto de realizar la frustrada inscripción, la cual tampoco se llevó a efecto.
El actual conflicto entre la comunidad y el Fisco tiene su origen en 1985, con la dictación del decreto supremo Nº 228, del mismo año, firmado por Augusto Pinochet . Dicho cuerpo legal extendió arbitrariamente el parque nacional La Campana , sin tener fundamento alguno, a terrenos supuestamente fiscales, lo que constituyó y constituye una auténtica usurpación de terrenos de la comunidad. En este contexto, luego de la dictación del citado acto administrativo, nulo de pleno derecho, una patrulla militar violentamente expulsó a los miembros de la comunidad. Desde el referido acto de desalojo, parte de estos terrenos se encuentran bajo la administración de la Conaf, que mantiene guardias en las entradas del recinto y cobra dinero por el ingreso.
La objeción de algunos en cuanto a que los animales de los campesinos perjudican el parque, es falsa plenamente. Primero, porque los animales han pastado en el lugar desde tiempos inmemoriales; segundo, porque al comer la hierba se evitan los incendios y se contribuye a la mantención del parque, y tercero, porque los comuneros han sido quienes han mantenido constantemente el patrimonio ambiental desde tiempos ancestrales.
Todo lo anterior demuestra, de manera categórica, que la pretensión legítima del reconocimiento de sus derechos en ningún caso significa la destrucción de la naturaleza. Por el contrario, representa el resguardo y la conservación de dichos terrenos para todo el pueblo de Chile y la humanidad, ya que la comunidad así lo viene haciendo por más de dos siglos. Por otra parte, está el reconocimiento de los derechos legítimos ancestrales de los comuneros.
Sobre la base de estos antecedentes y fundamentos, y por honor a la verdad, rechazamos enérgicamente las campañas de dichos sectores y solicitamos dejar de lado sus prejuicios y reconocer que los derechos de la humanidad nunca pueden implicar la expoliación de los derechos de las personas.
He dicho.
Aplausos.
"
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