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El señor SABAG.-
Señor Presidente, en mi concepto, estamos dando una muy buena señal al país al aprobar, después de tres años de tramitación, una iniciativa de ley en la cual tantas ilusiones y esperanzas han cifrado nuestros deportistas.
Nos habría gustado explayarnos mayormente sobre el particular y haber tenido la oportunidad de contestar muchas de las intervenciones de los señores Senadores; sin embargo creo que es el momento de hablar menos y de avanzar más y de ser concretos en la aprobación de los diversos proyectos.
No cabe duda de que existen muchas esperanzas en la normativa en estudio, como en muchas de las materias que aprobamos. Pero, evidentemente, no sólo con la ley se solucionan todos los problemas del país o del deporte. Tenemos muchas necesidades. Hemos avanzado en todos los aspectos. ¡Cómo quisiéramos tener 24 mil kilómetros pavimentados! Pero contamos solamente con 13 mil. ¡Cuánta falta nos hacen los otros 7 u 8 mil kilómetros básicos de pavimento para lograr el desarrollo del país! ¡Cómo quisiéramos construir más casas, más sedes sociales! Pero en todas las instancias faltan los recursos.
La iniciativa en estudio, sin duda alguna, va a contribuir a incrementar fuertemente el deporte en nuestra nación.
Debo hacer presente que, dentro de sus escasos recursos, la DIGEDER ha desplegado una buena labor y tiene presencia en todos los sectores. He visto -contrariamente a lo dicho por el Honorable señor Larraín- cómo se entregan directamente implementos deportivos a los clubes. Y todo sale bajo la firma de los respectivos dirigentes. Ha habido -por lo menos, en lo que a me ha tocado ver- una transparencia absoluta en ese aspecto.
Los incentivos tributarios -que en algún momento se menosprecian aquí- también son importantes. Porque si una empresa quiere donar dinero a un club deportivo hoy no lo puede hacer. No puede cargarlo a gastos generales, pues no es deducible. En cambio, de acuerdo con este proyecto, por lo menos se permite que cargue a gastos generales hasta un 2 por ciento de la renta líquida imponible y con un tope de 14 UTM. De modo que se trata de una cantidad importante. Y eso constituye un avance. Todos quisiéramos más. Pero esto, que no estaba contemplado, sin duda que hoy día es un incentivo.
También me gustaría que la Dirección General de Deportes y Recreación no dependiera del Ministerio de Defensa Nacional. En 1990 pasó a formar parte de la Cartera de Educación. Conforme a la normativa en estudio, quedará adscrita al Ministerio del Interior, lo cual me parece pertinente, porque es el encargado de todo cuanto se realiza al interior del país y fundamentalmente del deporte.
Desde otra perspectiva, desearía una mayor agilidad en la ayuda a los deportistas. Aquí se habla de los planes reguladores para las canchas de los clubes deportivos. Pero, ¿qué ha pasado en este último tiempo? Han desaparecido invariablemente los campos deportivos. ¿Quién los defiende? ¿Dónde están los recursos? Ahora mismo, en Chillan la cancha del Deportivo Ferroviario de esa ciudad que tiene más de 70 años, va a desaparecer, porque la Empresa de Ferrocarriles pretende licitarla. Y los deportistas del sector protestan por todos lados. ¿Quién defiende esta cancha, donde más de 20 clubes de los barrios de Chillán han practicado deporte? Desaparecerá. ¿Y cuántos otros campos deportivos ya corrieron la misma suerte?
Por eso, todos abrigamos la esperanza de que con el proyecto de ley en debate estas cosas puedan mejorar.
Asimismo, quiero ver alguna flexibilidad en la entrega directa de los recursos a los clubes deportivos, porque allí existe una mejor gestión. Cuando la municipalidad o el gobierno regional construye una sede social, ésta cuesta 16, 18, 20 o más millones de pesos. Sin embargo, cuando su realización se entrega a un club deportivo, él gestiona directamente la construcción y coloca la mano de obra. ¡Con 3 ó 4 millones de pesos se han construido sedes sociales de 160 metros cuadrados!
Por eso me duele mucho cuando se malgastan los recursos públicos. Debido a las inflexibilidades que muchas veces mostramos por dudar de medio mundo, impedimos que aquéllos tengan los frutos que tanta gente espera.
Podría señalar lo mismo que sostuvo el Senador señor Prat : otro de los objetivos del proyecto consiste, justamente, en mejorar la calidad de vida. Quiero destacar que la mejor inversión que se puede hacer siempre es en el deporte. Cada peso que se invierte en él tiene un rendimiento de más de 7 pesos, lo que no se logra en ninguna otra actividad, inclusive la educación.
El deporte contribuye a una vida sana y orienta a la juventud y a todo el mundo, pues su práctica evita caer en la delincuencia o en tantos otros actos que significan por último la pérdida de vida de las personas.
Tenemos todavía la instancia de la discusión particular, donde podremos dar a conocer nuestros puntos de vista en cada uno de los artículos.
Voto favorablemente el proyecto.
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