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El señor JEAME BARRUETO ( Presidente ).-
En el tiempo de la Unión Demócrata Independiente, tiene la palabra el diputado señor Eduardo Díaz.
El señor DÍAZ .-
Señor Presidente, la Región de La Araucanía, que represento, y en especial su costa pobre, sigue siendo azotada tanto por la naturaleza como por las políticas erráticas e insensibles de la Concertación en torno de la agricultura, que es su principal sustento y forma de vida.
Desde que asumiera como diputado en este Congreso vengo pidiendo soluciones a los graves problemas que enfrentan los agricultores de mi zona, la inmensa mayoría de ellos chilenos mapuches, pero el Gobierno nunca ha querido oír, excepto en épocas de campaña electoral, donde escuchó, prometió y luego olvidó. Paralelamente, vino la sequía durante más de tres temporadas agrícolas, la que azotó con violencia nuestra zona; pero tampoco hubo una respuesta del Gobierno, ni siquiera por compasión, al terrible sufrimiento de miles de chilenos que precisamente se encuentran entre los más pobres de los pobres de Chile.
En febrero de este año llovió durante casi toda una semana, lo que bastó para que se perdieran casi en su totalidad las cosechas de trigo de La Araucanía, que son el principal producto de nuestra gente de campo y, no olvidemos, de nuestro pueblo mapuche.
Las lluvias de febrero mojaron el trigo en plena cosecha. El trigo se “henació” y con ello se hizo imposible consumirlo como alimento, generándose hambre en la región desde entonces. Esta es una situación de extrema gravedad. Por ello, desde el mismo día en que se dio por perdida la cosecha, comencé a pedir al Gobierno que se decretara la zona de emergencia agrícola; han pasado ya cuatro meses y aún no hay respuesta.
Ahora, al comenzar este mes, se desató uno de los más violentos temporales de viento y lluvia que han afectado a nuestra Araucanía en los últimos años. Se desbordaron los principales ríos: el Toltén, el Imperial y otros, anegando en algunos casos a ciudades casi completas, como es el caso de Carahue y de muchos otros poblados, tales como Nehuentue, Pocoyán, Collico, Chauquén, Puerto Ramos, Curaleco, Cayulfu, Portal de Queule, Frutillar, Trovolhue y otros. La situación es tremendamente angustiosa.
El barro y el agua están presentes en cada rincón de La Araucanía. Esto pude comprobarlo el viernes y sábado recién pasado en medio del viento, la lluvia y el barro en distintas localidades de mi distrito.
La respuesta del Gobierno frente a esta catástrofe parece una burla o una venganza política, ya que el Poder Ejecutivo ha decidido decretar zona de catástrofe sólo a dos comunas, cuyos alcaldes son, por casualidad, de la Concertación. ¿Qué pasa con las otras comunas? Una de las dos comunas consideradas como zonas de catástrofe tiene 130 damnificados. Otras comunas, respecto de las cuales no se ha decretado zona de catástrofe, tienen más damnificados: Toltén, 1.300; Carahue, 560; Imperial, 200; Puerto Saavedra, 198; Temuco, 255; Cunco , 560; Teodoro Schmidt , etcétera.
En Toltén y en Carahue los daños y los afectados son casi 10 veces más que los de aquellas comunas beneficiadas con la declaración de zona de catástrofe. ¿Acaso esas comunas no tienen derecho a ayuda estatal por ser sus alcaldes de colores políticos distintos? La respuesta podría estar en que las autoridades del gobierno central y del gobierno regional no se han impuesto de la realidad. Mientras el diputado que habla trataba de avanzar entre el barro y vadear los crecidos ríos en pleno temporal en Pocoyán y otros lugares de distintas comunas de la costa de la región, el señor Presidente se encontraba en Berlín discutiendo temas que no son prioritarios para la gente.
Por otra parte, la ayuda enviada es absolutamente insuficiente, incluso para lo más mínimo, como es el alimento del día, la ropa seca, cama y, especialmente, el carbón, que ya se hace escaso. Pero recordemos que los miles de damnificados que hay en la zona costera de La Araucanía son campesinos, que además de requerir los enseres mínimos para su supervivencia, han perdido bajo el agua lo más importante: su sustento.
Sus cultivos están bajo el agua y los animales que poseen no tienen dónde pastar. Ello hace fundamental el envío de forraje y alimento para los animales. Para eso se requieren recursos, lo que en mapuche se dice “cullín”, no sólo para las comunas de alcaldes concertacionistas, sino también, como lo he estado pidiendo desde febrero, para toda la región, puesto que el hambre y el frío no tienen color político. Si no reaccionamos de inmediato, se perderá lo poco y nada que nuestra gente posee.
Por ello, no solamente se requiere de solidaridad y ayuda fraterna, sino mucho más que eso. Es imperioso que el gobierno sea eficiente de una vez por todas en el cumplimiento de su deber para con los habitantes de La Araucanía. No se puede quedar satisfecho con unas cuantas fonolas, algunas mudas de ropa usada y unas canastas de víveres. Eso sólo logra paliar un problema del momento. En esta oportunidad los habitantes de Toltén, Freire , Pitrufquén, Imperial, Teodoro Schmidt , Carahue , Saavedra y las restantes comunas de La Araucanía necesitan de una acción sistemática del Estado, pues de lo contrario los estamos condenando a la más absoluta miseria. No basta con una campaña de solidaridad. Las fuerzas de los hombres de campo de La Araucanía están llegando al límite después de una década sin una política agraria, vacío que los ha llevado a la miseria. Las erráticas políticas, en definitiva, los están haciendo, año a año, quedar más pobres.
Después de soportar casi tres años de sequía sin recibir ayuda real del Estado, ahora tenemos casas y campos sumergidos bajo el agua de ríos desbordados, y animales sin ningún tipo de forraje.
Según el Gobierno, los agricultores del sur deben desaparecer de la vida nacional. Así lo dijo la ministra de Planificación Nacional , quien hace algunas semanas les planteó públicamente que eran inviables como tales y que la única salida era la reconversión.
¿Reconversión en qué? ¿En gásfiter, peluquero, sastre, mecánico, en otra actividad agrícola? ¿Trabajando para quién y dónde? ¿Y quién producirá los alimentos que Chile necesita? Hay que dar respuestas cuando se hacen planteamientos de esa naturaleza.
Por esto, hoy, solicito que se oficie al Gobierno, nuevamente, puesto que ya lo he hecho varias veces desde febrero al ministro del Interior , para que se declare en su totalidad a la Novena Región de La Araucanía como zona de emergencia agrícola, pues es la única forma de ayudar seria y eficientemente a que tantos miles de personas puedan ver esperanzas en su propia tierra. De lo contrario, estaremos perdiendo, más que la actividad agrícola, la cultura agraria, que es base y raíz de nuestra nacionalidad y, junto con ello, obligando a estos miles de campesinos mapuches, que hoy tratan de vivir de la tierra, a emigrar a las grandes ciudades, donde pasarán a engrosar los cordones de pobreza y miseria que las rodean.
Por todo esto, el próximo 21 de junio, encabezaré la gran marcha de agricultores y campesinos que partirán desde el sur chileno hasta el corazón de la burocracia para protestar por la nula política agraria que ha existido durante todo este tiempo y la actitud antagónica hacia los hombres del campo que ha planteado el Gobierno de la Concertación. Marcharemos pacíficamente, en contrapunto con algunos diputados de la Concertación, que, a su propio gobierno, le ejercen violencia y espantan las inversiones en una zona donde la cesantía es alta. Y estaremos permanentemente, y como lo hemos estado haciendo en paz, luchando por salvar nuestra agricultura.
He dicho.
El señor JEAME BARRUETO ( Presidente ).-
Se enviará el oficio solicitado por su Señoría.
"
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