-
http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/666283/seccion/akn666283-po1-ds8-ds26
- bcnres:tieneTipoParticipacion = bcnres:Intervencion
- bcnres:tieneEmisor = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/2721
- rdf:type = bcnres:Participacion
- rdf:type = bcnres:SeccionRecurso
- bcnres:tieneCalidad = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/cargo/2
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/2721
- rdf:value = "
El señor BOMBAL.-
Señor Presidente , agradezco al señor Ministro la voluntad de recoger la inquietud que planteé respecto de qué está sucediendo con los niños. Porque si se analiza el informe elaborado en su minuto sobre la situación de las cárceles en Chile, se concluye que actualmente en las de menores hay esclavitud, pornografía, prostitución, droga, tráfico de estupefacientes, tráfico de niños. Los jóvenes incendian las cárceles. Y por algo buscan fugarse. La semana antepasada se registró un grave incidente en uno de esos establecimientos.
En suma, bajo los auspicios de organizaciones estatales o privadas subsidiadas o auxiliadas por el Estado, en las cárceles de nuestro país están ocurriendo gigantescas aberraciones. Y todos lo sabemos.
No obstante, para ser justo, debo señalar que conocemos también los esfuerzos que se realizan con el fin de segregar a la población penal y evitar que los menores tengan contacto con los adultos. Pero mientras se determina si actuaron con discernimiento, a los efectos de someterlos a juicio o eximirlos de responsabilidad, algunos jóvenes son violados, inducidos a la prostitución y sometidos a las peores perversiones. Y esto sucede -reitero- en recintos que reciben subsidio fiscal o que se encuentran auspiciados directamente por el Estado o protegidos por él.
Por consiguiente, me parece que, con cargo a este debate, es útil hacer ver al señor Ministro y, por su digno intermedio, a la autoridad presidencial que la Cámara Alta, así como coincide con la idea de la globalización, también comparte una preocupación muy fuerte por lo que acontece en los penales de menores, que en su momento fue analizada en un estudio que se hizo sobre la situación de las cárceles.
¡Qué importante sería que el Senado conociera exactamente lo que acontece hoy en el interior de cada uno de esos recintos de reclusión! Porque la verdad es que sólo cuando se producen estallidos y los jóvenes protagonizan fugas dramáticas e incendian los penales vuelve a tratarse el tema y comienzan los reportajes, en circunstancias de que todos estamos conscientes -y dígame alguien lo contrario- de la tragedia que a diario enfrentan silenciosamente muchos niños en Chile. Y (esto es más delicado todavía), a la par, sigue esperando un proyecto acerca del discernimiento y sobre cómo acelerar este proceso. Porque es precisamente en la etapa en que se determina su discernimiento cuando el menor, quien incluso puede resultar inimputable, sufre el mayor rigor: esos seis u ocho meses previos implican el peor castigo, pues equivalen al encarcelamiento bajo las más crueles torturas. Hay jóvenes de 14 años hacia arriba que se hallan en esa situación, expuestos a violaciones y otros vejámenes.
Está bien, señor Presidente , que miremos lo que sucede en el mundo y nos conmovamos con los hechos dramáticos que aquí se han relatado. Pero también miremos, con cargo al proyecto de acuerdo que nos ocupa, la terrible realidad que se vive hoy en nuestros penales, incluso (repito) en instituciones que se encuentran protegidas, auspiciadas amparadas o subsidiadas por el Estado de Chile.
Lo expuesto no implica querer adjudicarle una responsabilidad al Gobierno. ¡No! Se trata de poner de manifiesto una realidad patética y de concluir que nunca será tarde para fijarse en las condiciones en que viven esos menores.
He dicho.
"
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/666283
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/666283/seccion/akn666283-po1-ds8