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- rdf:value = " El señor ÁLVAREZ (Prosecretario accidental).-
Proyecto de acuerdo Nº 453, de la señora Cristi, doña María Angélica; de los señores Rincón,Delmastro y García, don René Manuel; de la señora Soto, doña Laura; del señor Alessandri, de la señora Pérez, doña Lily; del señor Espina, de la señorita Sciaraffia , doña Antonella, y del señor Arratia:
“Considerando:
Que se ha conocido, en días recientes, la última encuesta realizada en todo el país por el Consejo Nacional de Control de Estupefacientes (Conace) para medir el consumo de drogas en los escolares entre octavo básico y cuarto medio.
Que el informe señala que aproximadamente el 23%, alrededor de 170 mil escolares, entre octavo y cuarto medio, han consumido drogas. Más de 150 mil niños han consumido marihuana, 32 mil cocaína y 33 mil pasta base.
Que el mismo estudio establece que el 7,8 por ciento de los escolares declara haber consumido marihuana en los últimos doce meses anteriores a la encuesta. Esta cifra representa a 56.315 estudiantes que se iniciaron en el consumo de esta sustancia en 1999.
Que, respecto de las encuestas realizadas en años anteriores, dos son las constantes que se repiten, el aumento progresivo del número de menores que han consumido drogas, que entre 1995 y 1999 subió de 16% a 23%, y la disminución de la edad de inicio de consumo de sustancias ilícitas, de los catorce a los doce años.
Que, de acuerdo a la última encuesta en hogares, que data de 1998, entre 1994 y 1998 el consumo de drogas ilícitas se elevó del 4,26% al 5,31% de la población, porcentaje que equivale a unas 780 mil personas.
Que el dramático impacto del consumo de drogas afecta a nuestro país:
a)En la salud física y síquica de los consumidores y sus familias.
b)En la seguridad ciudadana, puesto que el consumo de sustancias ilícitas es hoy el factor detonante de la delincuencia, incluyendo los asaltos a mano armada, robos, homicidios, violaciones y abusos sexuales, la violencia en las calles, en los estadios e incluso al interior del hogar.
c)En la productividad nacional, puesto que, de acuerdo con la información proporcionada en un encuentro organizado por la Asociación Chilena de Seguridad (Achs) y el Ministerio del Interior, nuestro país ha perdido cerca de nueve mil millones de dólares por problemas vinculados al alcohol y las drogas, pasta base y cocaína. La adicción a estas sustancias ilegales golpea con más fuerza a los trabajadores y profesionales jóvenes, ya que el 70% de los consumidores tiene entre dieciocho y treinta y cuatro años.
d)En la convivencia social.
e)En las relaciones entre los organismos institucionales y la ciudadanía.
f)En la probidad.
Que en los últimos diez años el Consejo Nacional para el Control de Estupefacientes ha implementado siete campañas nacionales de prevención del consumo de drogas, invirtiéndose en ellas cuantiosos recursos públicos.
Que a pesar de que la ley concede al Consejo Nacional para el Control de Estupefacientes la responsabilidad de liderar el combate contra la droga, en coordinación con los Ministerios de Educación, Salud y la Subsecretaría del Interior, es evidente la descoordinación entre esos organismos y la implementación de acciones aisladas, centralizadas y carentes de criterios de evaluación que permitan medir su impacto.
Que sumados los presupuestos de Conace, del Ministerio de Salud y de Educación, se han invertido más de 25 mil millones de pesos desde 1990 para la prevención y la rehabilitación del consumo de drogas y alcohol.
Que el presupuesto de Conace asciende a seis mil cuatrocientos millones de pesos, en circunstancias que el Ministerio de Salud cuenta sólo con ciento cincuenta y tres millones para centros de prevención del alcoholismo y la salud mental; y el Ministerio de Educación con doscientos nueve millones para programas de prevención del alcoholismo y la drogadicción.
Que se ha privilegiado el impacto comunicacional en la generación de campañas de prevención, en desmedro de los efectos disuasivos especialmente con respecto a la población más joven.
Que la experiencia indica que, básicamente, el combate contra la droga debe estar centrado en la acción simultánea sobre el tráfico y también sobre el consumo. En los Estados Unidos, durante muchos años se dio una fuerte lucha para impedir que la droga llegara a sus costas, en circunstancias que proliferaban el hábito y la voluntad por consumir.
Que como nación latinoamericana debemos aprender de la experiencia de los países desarrollados en esta materia, diseñar programas eficaces e invertir en la infraestructura social necesaria para asegurar la salud física y síquica de los chilenos.
La Cámara de Diputados acuerda:
Solicitar a V.E. que en todas las tareas de prevención y rehabilitación se involucre a la educación, a la salud, a las municipalidades, a la familia, a la comunidad, a las iglesias, al mundo privado, y que se utilicen programas que han probado su efectividad para intervenir en la generación de conductas saludables en la población, complementando esa intervención con campañas comunicacionales”.
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