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El señor MARTÍNEZ, don Gutenberg ( Presidente ).-
Ofrezco la palabra al Comité de la UDI.
Ofrezco la palabra.
En el tiempo del Comité del Partido por la Democracia, tiene la palabra el Diputado señor Aníbal Pérez.
El señor PÉREZ ( don Aníbal) .-
Señor Presidente , la actitud observada en las tribunas y en el hemiciclo, tanto de la gente que asistió a la sesión como de nosotros, los parlamentarios, refleja medianamente lo que ha significado Augusto Pinochet en la vida de los chilenos desde hace 24 años.
Las actitudes llenas de violencia, de odio, de menosprecio, de mutuos insultos, son consecuencia de la conducta permanente que ha mantenido el general Pinochet: creó una guerra ficticia; dividió el país entre buenos y malos, entre amigos y enemigos, lo que después de 24 años se ve reflejado en la gente que acudió a escuchar este debate en las tribunas. Estas imágenes que han salido hacia el país y el mundo entero, valen más que cien discursos, porque demuestran ante la faz del mundo lo que aún subsiste en Chile: división, rencor, odio, violencia, producto de lo que ha sido la actitud permanente de Pinochet en la vida del país.
Con el pretexto de restablecer la institucionalidad quebrantada, exterminó, encarceló y exilió a miles de compatriotas; disolvió el Congreso Nacional y al Tribunal Constitucional, proscribió los partidos políticos, implantó el estado de sitio, incineró los registros electorales, cesó en sus cargos a los alcaldes y regidores, intervino las universidades, cortó la actividad sindical, censuró a la prensa, clausuró a los medios de comunicación; en fin, eliminó cualquier actividad que pudiera encauzar la disidencia y concentró en sus manos todo el poder.
Hoy, después de 24 años, ¿qué tenemos? Lo reitero: lo que aquí se ha visto ahorra comentarios y palabras. Eso ha significado Pinochet en la vida del país. Estas imágenes de rencor entre los chilenos, claritas para todo el país, laceran a la sociedad en su conjunto.
Por eso, como diputados del PPD, públicamente acusamos al general Pinochet , en primer lugar, de haber instaurado una sangrienta dictadura en el país. En segundo lugar, de haber dividido a los chilenos, de destruir familias, del exilio y asesinato de miles de chilenos que hoy aún son víctimas de lo que ocurrió en esos años.
Quien gobernó pasando por encima de todos los derechos más esenciales de la humanidad, ¿tiene autoridad moral para ocupar un lugar en el Parlamento que él cerró? ¿Tiene autoridad moral quien durante 24 años ha menoscabado y denostado nuestra actividad con la frase recurrida, “los señores políticos” para sentarse entre nosotros? ¿Tiene consecuencia moral para sentarse entre quienes hacemos la actividad política?
Entonces, no sólo se trata de si existe o no fundamento constitucional para que lo haga, sino que hay otros que son más importantes: los fundamentos éticos, valóricos, morales, de principios que, obviamente, no los tiene Augusto Pinochet Ugarte .
Gran parte de los gestos de reconciliación que se han conocido en el país han emanado de nosotros, de quienes fuimos sus víctimas. ¡Miren qué paradoja! Quienes fueron perseguidos durante todos esos años son los que han hecho gestos de reconciliación. Por el contrario, ¿ha existido algún gesto de grandeza moral del general Pinochet para buscar la reconciliación del país?
Le diría que lea el titular que apareció el sábado en “El Rancagüino”, el diario de la ciudad que represento en el Parlamento. El Obispo de Rancagua , Monseñor Prado , Secretario General de la Conferencia Episcopal , expresa: “Pinochet debería retirarse. Debe desistir de ir al Senado. Duele que las Fuerzas Armadas digan que no tienen que pedir perdón”. No lo decimos nosotros, sino una autoridad moral y espiritual. ¿No le dice nada esto a Augusto Pinochet Ugarte ? Son los gestos que el país necesita.
Aparte todo lo que he señalado, estableció un modelo económico que hizo a los pobres más pobres y a los ricos más ricos, en particular a sus partidarios más cercanos, concluyendo con la más profunda corrupción que se tenga memoria en el país, hasta pasar bienes de todos los chilenos, un gran número de empresas del Estado, a manos de particulares con absoluta falta de transparencia, decoro y dignidad para el Estado. Y hoy se nos critica cuando intentamos privatizar alguna empresa del mismo.
El PPD acusa a Pinochet de establecer un modelo de sociedad injusto en extremo, que generó más de cinco millones de pobres; de amparar, permitir y proteger a un pequeño grupo de sus fieles seguidores que se enriquecieron en forma ilícita con los dineros de todos los chilenos.
Como corolario, recordemos la imposibilidad consagrada en un artículo transitorio de la ley orgánica constitucional del Congreso, de hacer efectivos los mecanismos de la acusación constitucional por actos ocurridos con anterioridad al 11 de marzo de 1990, con lo cual los máximos responsables del régimen militar cubrieron con un manto de impunidad su actuar funcionario.
Los diputados del PPD emplazamos al general Pinochet a que apoye sin condiciones la derogación de dicha norma, si es que no tiene nada que ocultar o temer.
El arribo de la democracia obtenida después de derrotar en las urnas al General Pinochet, no marcó el término de su intervención en la política contingente, pese a que la Constitución que él mismo impuso al país establece en su artículo 90: “Las Fuerzas Armadas y Carabineros, como cuerpos armados, son esencialmente obedientes y no deliberantes”. Así, el accionar del general Pinochet en su cargo de comandante en jefe, ha sido un obstáculo permanente para el normal desarrollo del proceso político del país. Él ha impuesto un clima de violencia verbal y de confrontación que se ha traducido -ustedes lo saben y Chile lo sufrió- en los famosos “Ejercicios de enlace” y el llamado “Boinazo”, destinados a amedrentar al país cada vez que se ha sentido afectado en alguno de sus intereses.
El Estado chileno ha pagado los costos por su conducta. No en vano Amnistía Internacional ha prevenido a la Unión Europea acerca del militarismo chileno, o la Organización de los Estados Americanos ha concluido que el decreto ley de amnistía es incompatible con la Convención de Derechos Humanos. No es grato tampoco que hoy la justicia española quiera juzgar a Pinochet por la muerte de ciudadanos españoles ocurrida durante la dictadura. ¡Y cómo ha empañado la imagen del país, cuando señaló -y agraviaba naciones amigas de Chile- que las fuerzas armadas alemanas estaban llenas de sindicalistas, homosexuales y drogadictos! Eso también significa empañar la imagen pública, la imagen de nuestro país en el exterior.
Por eso, los diputados del PPD hoy acusamos al general Pinochet de ser causa permanente de desprestigio para la imagen internacional del país.
Desde esta perspectiva, a nadie puede escapar que la presencia del general Pinochet en el Congreso constituirá un factor aun mayor de división entre los chilenos, puesto que todas las odiosidades que creó su régimen surgirán otra vez con más fuerza y vehemencia, trayendo consigo graves problemas de credibilidad a los esfuerzos de democratización en que está empeñada la gran mayoría de los chilenos.
Su incorporación al Congreso representa una burla a la inteligencia de todos los chilenos y constituirá una constante fuente de legitimación del mismo y costará, ¡vaya que costará!, que la amplia mayoría democrática del país así lo acepte.
Pero lo que resulta más penoso aún es lo que hemos visto aquí en esta oportunidad, con excepción de destacados diputados de la Derecha, aun después de 24 años del golpe de Estado: la existencia de una Derecha que ha sido incapaz de sacudirse del tutelaje de Pinochet, lo que aquí ha quedado demostrado, ya que su actuar político solamente ha considerado defenderlo y mantener los enclaves autoritarios que permiten desconocer permanentemente la voluntad soberana del pueblo de Chile.
Quiero hacer una observación al Diputado Longton : todos los mecanismos que hemos empleado están dentro de la Constitución; nada de lo que hemos hecho y vamos a hacer estará fuera de ella, y nadie puede sentirse menoscabado cuando uno ocupa la Constitución para expresar sus ideas. Nada ha estado fuera de la Constitución y nada lo estará.
Señor Presidente , el PPD, consciente de los principios y fiel a los objetivos para los cuales fue fundado, reitera su compromiso de desplegar todos los mecanismos existentes para construir una sociedad democrática y solidaria, por lo cual expresamos nuestro público rechazo a la incorporación del general Pinochet al Congreso Nacional.
El PPD, representando a los marginados y en memoria de las víctimas de su régimen, lo declaran culpable.
He dicho.
-Aplausos.
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