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El señor NÚÑEZ (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Otero .
El señor OTERO.-
Señor Presidente, es útil señalar las diferencias que existen en el debate. Me parece muy conveniente dejar en claro, frente a la intervención de un señor Senador que me precedió en el uso de la palabra, que los Senadores de Renovación Nacional en ningún momento han discutido la justa aspiración de los trabajadores de este Servicio del Estado. Al contrario, hemos manifestado -fue la primera intervención en la Sala- que votaremos favorablemente. Nos parece lógico y justo.
Sin embargo, la intervención del Honorable señor Piñera apunta a una materia muy distinta, a la cual realmente el Senado debe darle la debida consideración: el futuro, la calidad y las condiciones económicas de la Administración Pública. Los Senadores de Renovación Nacional estamos profundamente preocupados por algo que el propio Presidente de la República ha establecido como una de sus prioridades: la modernización del Estado, y ésta pasa por la modernización de la Administración Pública. Por lo tanto, no es posible referir esta materia a ningún Gobierno anterior. Estamos hablando en octubre de 1994 respecto de un problema real, que existe y que debe enfrentar el actual Gobierno de la República.
Sin duda alguna, la Administración Pública del Estado es un conjunto, un todo orgánico, porque persigue un fin determinado. No es un conjunto de parcelas ni de servicios aislados que se hayan originado caprichosamente. Su creación obedece precisamente al cumplimiento de la finalidad última del Estado. Sin embargo, debemos preguntarnos: ¿hoy día, en esta inmensa maraña del Estado, tiene una organización adecuada? ¿Están los servicios requeridos? ¿Hay algunos obsoletos? ¿Son adecuadas las plantas de esos servicios? ¿Cuáles son los requisitos y los incentivos para que haya interés por ingresar a la Administración Pública la mejor gente del país, como señalaba el Senador señor Piñera ? No hay ningún estudio, ni conocemos nada últimamente en esta materia.
Esa es la inquietud y la preocupación de los Senadores de Renovación Nacional. Se está aplicando la política del "parche", pues se soluciona el problema económico latente, actual, grave, de un determinado servicio de la Administración Pública; servicio por servicio y no en forma orgánica y general como debiera ser. Pero eso, no es mirar el futuro. Eso es lo que echamos de menos: la visión futurista de lo que debe ser el Estado. ¿De qué manera vamos a remunerar a los servidores del Estado? ¿Seguirán en condición subalterna frente al resto del país? ¿O deberán siempre suplicar o hacer movimientos gremiales o paros con el objeto de que se les reconozcan sus justos méritos? ¿O crearemos un sistema que los dignifique realmente en su función y que permita que se interesen por ser funcionarios públicos las personas mejor calificadas y más capacitadas? Son servidores públicos, es decir, sirven a todos los chilenos, y un Estado requiere de una Administración Pública eficiente, lo que sólo se logra con la calidad, aptitud e idoneidad de quienes la componen.
Por eso, no puede darse una interpretación equivocada a las palabras del Senador señor Piñera . Es muy fácil sacar aplausos con frases como "hay que dar", o "hay que satisfacer necesidades". Pero el Honorable señor Piñera ha actuado clara y seriamente al señalar al Gobierno, no en una sino que en diversas oportunidades -y en eso somos solidarios todos los Senadores de Renovación Nacional-, que éste es un problema de fondo, un asunto de Estado que los Senadores, cualquiera que sea nuestra ideología, debemos enfrentar en forma definitiva.
Es conveniente que el Ministro de Hacienda venga a informarnos cuál es la posición del Gobierno en esta materia, y qué es lo que se pretende hacer. ¿O vamos a seguir "desgranando el choclo", grano por grano? Cada vez que hay un problema en alguna repartición, arreglamos este servicio. Pero, ¿qué pasa con la Administración Pública en su conjunto? ¿Cuáles son las reglas y aspiraciones para el futuro?
Considero una mala práctica el mirar siempre al pasado y no hacia el futuro. Aquí tenemos un problema real. No es una crítica, y esto hay que entenderlo. Cuando, en un momento determinado, uno habla de carencias o de vacíos, no es para censurar ni descalificar a nadie. Es, simplemente, para señalar una necesidad social, una realidad que precisa ser encarada con el respaldo de todas las fuerzas políticas del país.
Ese problema de la Administración Pública no es sólo del actual Gobierno y de los Partidos de la Concertación, sino que atañe a todos los chilenos y repercutirá en todos los Gobiernos venideros, pues nadie tiene asegurada la rueda de la fortuna.
Por eso, pedimos que definitivamente se nos haga un planteamiento concreto respecto del futuro de la Administración del Estado, de su planificación y de qué manera se va a remunerar a los servidores públicos, cuáles serán los incentivos, para que así, con el esfuerzo de todos, de este Gobierno y los Senadores de las diferentes bancadas, podamos hablar verdaderamente de un Estado moderno que efectivamente funcione sin burocracia, y donde los problemas de los chilenos sean resueltos en forma oportuna y satisfactoria.
He dicho.
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