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- rdf:value = " HOMENAJE EN MEMORIA DE SENADOR JAIME GUZMÁN ERRÁZURIZ
El señor FERNÁNDEZ .-
Señor Presidente , en diversas oportunidades he tenido ocasión de rendir homenaje en esta Sala en memoria de nuestro colega y gran amigo Jaime Guzmán . Es justo hacerlo una vez más en este aniversario de su muerte. Lo es, desde luego, porque el Senado y el país perdieron con él a una personalidad de excepción, reconocida como tal incluso por sus adversarios.
Tan evidente era su superioridad intelectual y moral, así como la fuerza de su ejemplo y su palabra, que los grupos totalitarios que han ocasionado tanto dolor y destrucción al país supieron que nada podían contra sus razones y su valentía. Jaime Guzmán los había dejado en descubierto demasiadas veces, en toda su brutal realidad. Él se había hecho comprender y apoyar por la ciudadanía, cuya voluntad lo había traído hasta este Senado. Él estaba abriendo para Chile nuevos cauces para hacer más libre y desarrollado el país, cauces que en la mentalidad de los totalitarios no tenían posibilidad de actuar. Éstos ¿los que atentaron contra él¿carecían de argumentos intelectuales y morales que oponerle. Por eso, conforme a su naturaleza y su lógica, decidieron asesinarlo. Y lo hicieron, sabiendo que eliminaban al mejor defensor de las libertades ciudadanas y, por eso mismo, al más peligroso enemigo de sus ansias de control de las vidas, de las conciencias y de la sociedad. Con ello dieron la más clara e inequívoca prueba de que Jaime Guzmán tenía razón cuando los denunciaba.
Su ausencia de la vida pública chilena no ha podido ser suplida. Una figura como la suya raramente aparece más de una vez en una misma generación. Pero los años van probando que las instituciones que él contribuyó a crear funcionan y que sus ideas y valores siguen abriéndose paso. Nuevos sectores del pueblo chileno, hombres y mujeres que por su juventud quizá no lo conocieron, lo recuerdan, y respaldan las ideas que él defendió siempre con mucho brillo.
Lamentablemente, subsiste también otro elemento, cual es todo lo relativo a la investigación de dicho crimen. En ese proceso se han escrito muchas páginas que nada añaden y sí mucho restan al prestigio de la institucionalidad chilena. Es muy amargo para este Senado, en particular, comprobar que uno de sus miembros fue asesinado hace seis años por razones políticas y que, sin embargo, los autores intelectuales y materiales gozan de completa impunidad y hacen mofa de ello.
En todo caso, Jaime Guzmán no será olvidado, ni por su muerte ni por su vida. Su muerte fue ejemplo de aquello que cualquiera sociedad debería no sólo repudiar con palabras, sino castigar según la ley, como no lo ha sido. Y su vida fue paradigma de la más elevada entrega al bien público. Por eso, sus ideas y su palabra siguen hablando, más allá de la muerte.
He dicho.
"
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