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El señor CANTUARIAS ( Vicepresidente ).-
Proyecto de ley de la Cámara de Diputados, iniciado en mensaje del Ejecutivo, que crea, como categoría de ingreso de extranjeros al país, la de Habitante de Zona Fronteriza, con informe de la Comisión de Gobierno, Descentralización y Regionalización.
-Los antecedentes sobre el proyecto figuran en los Diarios de Sesiones que se indican:
Proyecto de ley:
En segundo trámite, sesión 51ª, en 7 de marzo de 1995.
Informe de Comisión:
Gobierno, sesión 6ª, en 30 de octubre de 1996.
El señor LAGOS ( Prosecretario ).-
El informe deja constancia de que a las sesiones de la Comisión de Gobierno asistieron como invitados el Director del Departamento de Extranjería del Ministerio del Interior y los asesores jurídicos de ese Ministerio; el Director de Fronteras de la Dirección de Fronteras y Límites del Ministerio de Relaciones Exteriores, y un asesor jurídico del Ministerio de Defensa Nacional.
Asimismo, la Comisión hace presente que, para el estudio y resolución de este asunto, consideró los siguientes antecedentes: el mensaje de Su Excelencia el Presidente de la República con el que inició esta iniciativa de ley, la Constitución Política de la República y el decreto ley Nº 1.094, de 1975, que establece normas sobre extranjeros en Chile, llamada Ley de Extranjería, que regula el ingreso, la residencia y la permanencia definitiva, el egreso y la expulsión de los extranjeros del territorio del país.
En resumen, en el informe se expresa que la idea principal del proyecto consiste en crear una nueva categoría migratoria, la de Habitante de Zona Fronteriza, diferente de las otras cuatro que reconoce la Ley de Extranjería: turista, residente, residente oficial e inmigrante.
En razón de los fundamentos que se expresan en el informe, la Comisión aprobó en general la idea de legislar sobre esta materia, con los votos favorables de la Honorable señora Carmen Frei y del señor Núñez y en contra del Senador señor Cantuarias.
También la Comisión, en su informe, hace una relación de cada una de las normas del proyecto en debate y de los acuerdos adoptados durante la discusión particular, y propone al Senado aprobar la iniciativa de la Cámara de Diputados --que consta de tres artículos--, con las enmiendas que señala.
El señor CANTUARIAS ( Vicepresidente ).-
En discusión general el proyecto.
Tiene la palabra el Honorable señor Ruiz De Giorgio.
El señor RUIZ (don José).-
Señor Presidente , estas normas tienen bastante importancia, en especial para las Regiones australes, debido al permanente flujo de habitantes entre las localidades fronterizas de uno y otro país.
El despacho de este proyecto ha sido esperado desde hace mucho tiempo, porque resolverá el problema de quienes, para los efectos de su ingreso a zonas cercanas a la frontera, hoy deben efectuar ciertas tramitaciones que lo entorpecen.
Después de analizar el texto despachado por la Cámara de Diputados, nos ha parecido que la solución propuesta por la Comisión de Gobierno del Senado es bastante acertada en cuanto a dar una respuesta a las dificultades que presentaba su aprobación.
No me referiré al informe en concreto, sino sólo a algunas de las observaciones que se formularon, para clarificar algunos puntos que podrían prestarse a controversia.
Una de ellas se refiere a la tasa cobrada para los efectos de entregar la tarjeta vecinal a los ciudadanos argentinos que van a ingresar al país. Es sabido que en la República Argentina tienen resuelto este problema por la vía administrativa. Sin embargo, Chile, para superarlo, de acuerdo con nuestra Constitución, debía dictar una ley. Por eso, estamos abocados a este debate.
El proyecto en estudio, no obstante, reviste características muy especiales, como la reciprocidad. Por lo tanto, algunas de sus exigencias no pueden establecerse claramente en la ley, sino que debe recurrirse a la delegación de atribuciones --en este caso, en el Ministerio del Interior--, a fin de que, sobre la base de la reciprocidad establecida con nuestros vecinos, se consignen ciertas normas, como las relativas a las distancias que se fijarán desde las fronteras hacia el interior, el valor de la tasa que se acordará, etcétera.
Hubo objeciones en lo referente a la tasa, aduciendo que se trataba realmente de un impuesto. En este sentido, cabe recordar que, hace muy poco, el Tribunal Constitucional emitió una resolución sobre el particular, a raíz de un recurso presentado por una situación relacionada con Aduanas. En ella se precisa con claridad qué se entiende por derecho, diferenciándolo del impuesto. En materia de "derecho", detalla muy bien las características que debe reunir, y principalmente reside en el hecho de que no se trata de gravar alguna actividad como una manera de contribuir al erario, sino que lo que se está haciendo es exigir un pago por el aporte del Estado a una persona determinada. Y, por lo tanto, hay una diferencia muy concreta con la definición de "impuesto" aceptada por el Servicio de Impuestos Internos.
Creo que, resuelto tal problema, que ha constituido uno de los elementos de discusión o de duda, podríamos aprobar en general el proyecto, fijar fecha para presentar indicaciones, y ojalá despacharlo al más breve plazo posible a fin de facilitar el tráfico de los habitantes, especialmente los de las zonas australes, que se realiza en forma permanente, pero con algunas dificultades que serán solucionadas por la tarjeta vecinal.
He dicho.
El señor CANTUARIAS ( Vicepresidente ).-
Está inscrito a continuación el Honorable señor Horvath.
Tiene la palabra Su Señoría.
El señor HORVATH.-
Señor Presidente , creo conveniente tener también -- no sé si en forma previa-- un informe del Presidente de la Comisión , a fin de imponernos del debate habido en ella, pues, en verdad, hay cuestiones de forma y de fondo, las que plantearé brevemente con el fin de considerar si es necesario analizarlas en esta ocasión o si, para ello, se requiere la presencia del señor Ministro del Interior .
En primer lugar, quiero decir que en el Congreso hay un proyecto bastante más amplio que el que estamos estudiando. Me refiero al que prácticamente modifica 241 artículos de la Ley sobre Migraciones. Y éste, con sus tres artículos, pasaría a ser una parte de esa iniciativa que aborda en general el tema.
En segundo término, considero atendible crear una quinta entre las categorías para los que inmigran al país, ya que hoy día tenemos las de turistas, residentes, residentes oficiales e inmigrantes. Y la verdad es que en la zona fronteriza, como señaló mi Honorable colega y vecino de Región , Senador señor Ruiz , dicho tráfico es muy intenso y evidentemente hay que facilitarlo. Sin embargo, la modalidad propuesta puede generar exceso de burocracia, porque, en el fondo, la parte central del proyecto, constituida por dos elementos, se entrega a dos reglamentos a cuyas normas corresponderá la definición de las zonas limítrofes, con la salvedad de que prácticamente en lo tocante a la creación de zonas limítrofes hay ya una legislación y casi el 50 por ciento del territorio se encuentra considerado como tal. Por lo tanto, las distancias de los límites, las áreas, etcétera, todo eso será determinado por el Ministerio del Interior, en una forma, digamos, más burocrática. Del mismo modo, los derechos que deberán pagarse por ese concepto.
Por eso, creo que esos dos elementos debieran ser aclarados por la Comisión, aparte de que existen dudas constitucionales respecto de la libertad de movimientos para los ciudadanos, dentro del territorio y fuera de él.
He dicho.
El señor CANTUARIAS (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Bitar.
El señor BITAR.-
Señor Presidente , quiero solicitar a la Sala que el proyecto pase a la Comisión de Relaciones Exteriores. Ello porque, obviamente, tiene que ver con materias limítrofes. En particular, me preocupa lo relacionado con el criterio que se adoptará para definir cuántos kilómetros dentro de nuestras fronteras se considerarán para los efectos de utilizar la tarjeta vecinal, y, además, cuántos en el otro país.
Por otra parte, si bien el documento se refiere a los habitantes de las zonas fronterizas de la Undécima y Duodécima Regiones, la propuesta de la tarjeta no excluye al norte de Chile. Y, como es sabido, en las relaciones entre Arica y Tacna existe un tratado suscrito en 1938 en virtud del cual es necesario contar con salvoconducto para trasladarse de una a otra ciudad. De ahí me surge la siguiente duda. ¿Esta nueva disposición, esta nueva tarjeta, o esta nueva categoría, permitiría modificar los convenios existentes entre Arica y Tacna, para derivar a una fórmula más expedita, entendiendo por cierto que habrá reciprocidad?
Por todas esas razones, más allá del solo hecho de formular indicaciones, me parece conveniente que la Comisión de Relaciones Exteriores analice también las posibles implicaciones del proyecto con otros tratados vigentes en la zona norte del país, y estudie un mecanismo que permita una circulación más expedita, porque este movimiento, dependiendo de las zonas, tendrá repercusiones en el comercio, por ejemplo --en compras, ventas, turismo--, y mientras más fácil se lo haga, mejor para las zonas extremas. En el Congreso hay una iniciativa referente a la zona austral, hemos discutido proyectos de incentivos para el norte de Chile, y todos ellos consideran un mismo tema: cómo dar mayor fluidez al paso entre uno y otro lado de la frontera, cómo facilitamos la integración, estimulamos el comercio y turismo mutuos, etcétera.
Por tales razones, y no estando presentes ni funcionarios del Ministerio del Interior ni del de Relaciones Exteriores, sugiero que pidamos un informe a la Comisión de Relaciones Exteriores para analizar las consecuencias que la iniciativa tendría para el norte y, al mismo tiempo, precisar algunos criterios para los efectos del debate respecto de en cuántos kilómetros, a uno y otro lado de la frontera, regirían estas normas, si ellas serían de carácter reglamentario o deberán ser objeto de ley, y hasta dónde se considera que operan estos espacios en los que habrá mayor fluidez.
El señor CANTUARIAS ( Vicepresidente ).-
Tiene la palabra el Honorable señor Núñez.
El señor NÚÑEZ.-
Señor Presidente , no tengo inconveniente alguno en que otra Comisión analice el proyecto, pero debo informar a mis Honorables colegas que oportunamente planteamos el tema en la Comisión, tanto al señor Ministro del Interior como a los personeros de Extranjería, quienes fundamentaron las razones por las cuales estimaban conveniente que el Estado chileno legislara sobre esta materia.
El tema surgió a propósito de la reunión, en 1993, de la Comisión Chileno-Argentina de Complementación Económica y de Integración Física. Argentina no tiene dificultades en otorgar este documento a sus connacionales, porque sus autoridades regionales cuentan con atribuciones administrativas que les permiten hacerlo. Nuestros intendentes y gobernadores, en cambio, carecen de tal facultad, y la Ley de Extranjería contempla sólo cuatro categorías de inmigrantes, y no existe la que ahora se está creando por la vía de otorgar la tarjeta vecinal de habitante de zonas fronterizas.
Ésa es una primera razón. No es posible que Chile tenga la misma actitud recíproca respecto de Argentina por cuanto, para estos efectos, precisamos de una ley. En segundo lugar, porque ésta es una situación que se ha planteado fundamentalmente en la Duodécima Región, como lo señaló el Honorable señor Ruiz -- entiendo que también en la Undécima--, con zonas fronterizas del vecino país. Lo que sucede es que hay un tránsito muy frecuente de chilenos hacia Argentina, y de argentinos hacia Chile. Cualquiera que sea la situación cambiaria existente, muchos chilenos van a comprar a la Argentina, y también muchos argentinos vienen a lo mismo a nuestro país. Y tanto unos como otros (seguramente, en el futuro será igual si esto se aplica respecto de Bolivia y de Perú), normalmente, todos los días o día por medio, deben efectuar los mismos trámites, que a veces resultan engorrosos.
El actual sistema, además, no permite a las autoridades chilenas tener un adecuado control acerca de quienes ingresan a nuestro territorio, como tampoco de los que pasan al país vecino, en la zona de la Undécima y Duodécima Regiones.
En consecuencia, las dos razones indicadas nos parecieron atendibles para legislar sobre esta materia.
Ahora bien, respecto de la inquietud del Senador señor Bitar , que es absolutamente digna de atención, debo hacer presente que en el proyecto queda claramente establecido que el Ministerio del Interior dictará un reglamento para fijar las zonas limítrofes chilenas dentro de las cuales las personas podrán desplazarse usando sus tarjetas.
Cuando la mencionada comisión bilateral vuelva a reunirse, ya se habrá dictado el reglamento que autorizará al Ministerio del Interior para que, sobre la base del principio de la reciprocidad, establezca los límites dentro de los cuales podrán transitar libremente los extranjeros que ingresen a nuestro territorio, y, lógicamente, los argentinos adoptarán medidas similares en este aspecto. No parece adecuado que nosotros, mediante una ley --debe ser a través de la potestad reglamentaria--, fijemos los kilómetros hasta los cuales pueden internarse esas personas en el territorio chileno. Ello, en razón de que carecemos de los antecedentes, y de que no corresponde hacer una precisión tan específica en la ley.
Por lo tanto, debido a que los tres elementos descritos están presentes adecuadamente en el proyecto, dimos nuestra aprobación a legislar en la materia.
En cuanto al artículo 2º, que fija en dólares o en su equivalente en moneda nacional el monto que deberá pagar el extranjero para el otorgamiento de la tarjeta vecinal fronteriza, esto es por completo discutible. Entiendo que el Ministerio del Interior no tiene dificultades al respecto, y que para obtener este tipo de documento normalmente debe pagarse una tasa. Por consiguiente, tal vez por la vía de las indicaciones podremos enriquecer ese artículo.
Quiero insistir en la segunda idea. Aunque no conozco muy bien la Undécima Región --sí la Duodécima--, sé que muchos chilenos viajan permanentemente a Argentina, y que un número considerable de argentinos vienen a nuestro territorio, por distintas razones, incluso de carácter familiar. No debemos olvidar que en esas zonas, particularmente en Puerto Natales --si no me equivoco--, viven muchos compatriotas que tienen parientes al otro lado de la frontera. Al mismo tiempo, hay ciudadanos argentinos con familiares en Puerto Natales y en Punta Arenas. De modo que con esta iniciativa se facilita el tránsito con Argentina, país con el cual estamos en una abierta disposición de integración física. Y una manifestación de ello es el otorgamiento de facilidades a las personas a través de la entrega de la citada tarjeta.
Los países europeos superaron absolutamente esta situación hace muchos años, y ya no es necesario usar una tarjeta semejante. Pienso que ella constituye una rémora del pasado. Pero, en fin, todavía estamos en un proceso de integración extraordinariamente lento con otras naciones y con nuestros vecinos. Por lo tanto, esperamos que con esta iniciativa podamos agilizar un poco más el objetivo de integración física con los países hermanos.
He dicho.
El señor CANTUARIAS (Vicepresidente).-
Tiene la palabra la Senadora señora Frei.
La señora FREI (doña Carmen) .-
Señor Presidente , cuando participé en la Comisión, lo hice pensando en el futuro del norte del país, especialmente de la Segunda Región, donde cada día aumenta el tránsito de personas a través del corredor bioceánico, en particular desde Argentina y hacia ella.
Como muy bien señaló el Senador señor Núñez , el empleo de la tarjeta vecinal fronteriza fue acordado por la Comisión Chileno-Argentina de Complementación Económica e Integración Física. Por consiguiente, ahora no podríamos ampliar su uso a Perú y Bolivia, sino que ello requeriría de otro proyecto. Aquí sólo estamos hablando de la integración con Argentina.
Entiendo que ésta constituiría una primera etapa, una especie de prueba a partir de la Undécima y Duodécima Regiones, porque en ellas existe mayor cercanía con el país vecino, y la gente que viaja normalmente, permaneciendo un día o, muchas veces, horas en él, debe hacer todo un papeleo bastante engorroso. Entonces, la idea es que dicha tarjeta vecinal tendría vigencia por no más de cinco días, y la utilizarían las personas que se trasladan ocasionalmente a visitar parientes, etcétera, no estando facultadas para trabajar. Y más adelante podríamos estudiar su aplicación en el norte de Chile, cuando el tráfico por los corredores bioceánicos sea mucho más masivo.
Por otro lado, según lo expresado en la Comisión por representantes del Ejecutivo , al parecer, hay mucha evasión tributaria y tránsito de delincuentes entre la Duodécima Región y el territorio argentino. Y se piensa que esto se evitaría con el empleo de la tarjeta vecinal fronteriza, garantizando así en mejor forma la seguridad nacional.
Como en Argentina los gobernadores tienen la facultad de fijar el límite, a nuestro juicio, en Chile ello correspondería a un reglamento, luego de estudiar la situación geográfica de las Regiones involucradas, donde se fijen los kilómetros hasta donde los extranjeros pueden trasladarse, que no son muchos. Me parece que no son más de 200 kilómetros. Con estas disposiciones reglamentarias se limitaría la permanencia de las personas, pues la citada tarjeta regiría por cinco días, de manera que no podrían trasladarse a Santiago o a otros lugares fuera de la zona autorizada.
Por consiguiente, la tarjeta vecinal fronteriza es una ayuda especial para las familias, pues muchos chilenos trabajan al otro lado de la frontera y sus parientes desean ir a visitarlos.
Respecto de lo planteado por el Senador señor Núñez , nosotros consideramos que no se debe pagar en dólares, sino en moneda nacional. Y como se trata de un tráfico frecuente entre ambos países, no hay razón para establecer un sistema en moneda norteamericana, sino que debe ser en pesos chilenos o argentinos, según el caso.
Luego de analizada la situación con otros señores Senadores, especialmente con el Honorable señor Ruiz en lo que respecta a la realidad de su Región, nos pareció justo crear la tarjeta vecinal fronteriza, porque beneficiaría especialmente a los habitantes de la Undécima y Duodécima Regiones.
Por otro lado, hago notar que las autoridades del Ministerio de Relaciones Exteriores que participaron en la Comisión entregaron cifras bastante importantes, pues a veces no encaramos la realidad pensando que sólo se trata de ideas, sin ver lo que efectivamente sucede.
Dadas las condiciones de vida diaria en esas Regiones, desde las cuales cuesta tanto salir porque se hallan muy lejos del centro del país, es obvio que si sus habitantes tienen cerca un vecino amable, se les entregue la citada tarjeta.
En todo caso, pienso que habría que precisar más el proyecto, y a lo mejor habría que agregar en él la frase "para la Undécima y Duodécima Regiones", porque en el norte este sistema todavía no se podría aplicar.
El señor CANTUARIAS ( Vicepresidente ).-
A continuación, está inscrito el Senador señor Mc-Intyre, quien puede usar de la palabra.
El señor MC-INTYRE.-
Señor Presidente , me impuse de la posición sostenida en la Comisión por el Honorable señor Ríos, en cuanto a que esta materia debería tratarse como una modificación del decreto ley Nº 1.094, de 1975, denominado Ley de Extranjería. Creo que así hemos procedido en otras ocasiones.
Ahora se ha presentado este proyecto, y, además, tal como señaló el Senador señor Horvath , existe otra iniciativa que introduce cambios de enorme extensión en la Ley de Extranjería, la que todavía no llega al Senado y se halla desde hace mucho tiempo en la Cámara de Diputados.
Me parece que en lo tocante a extranjería hay un punto débil que debiéramos solucionar de una vez por todas. Para ello sería necesario modificar completamente la Ley de Extranjería, y no hacerlo por parches.
En cuanto al fondo, considero que la iniciativa en debate es práctica, tal como lo han expresado otros señores Senadores, especialmente los que representan a las Regiones involucradas. Ella se enmarca dentro de la política general del movimiento de los ciudadanos en las zonas fronterizas de los países.
Por lo anterior, estimo correcta la idea de legislar. Sin embargo, me asaltan dudas en el aspecto constitucional. Porque una vez que un extranjero --sea argentino, peruano o boliviano-- ingresa al país, Chile debe garantizarle su libertad, su seguridad, etcétera. Y me parece que esa libertad y seguridad no las puede regular constitucionalmente el Ministerio del Interior, sino nosotros. Fijar el área en que los ciudadanos se pueden desplazar es algo que está dentro de nuestras facultades, pues el artículo 61 de la Carta Política establece que no puede haber delegación de facultades legislativas respecto de materias comprendidas en las garantías constitucionales. Y ésta es una de ellas.
Por otro lado, en ninguna parte de la ley en proyecto se dice que la situación se circunscribirá a Chile y Argentina. Naturalmente, en el informe de la Comisión se indica --cualquier persona podría pensar así, como lo ha hecho el Senador señor Bitar -- que esta norma también podría ser aplicable en la zona norte.
Otro punto se refiere a los montos por pagar como derechos, lo cual, en mi concepto, también es facultad nuestra y no del Ejecutivo.
En la ley Nº 18.525, se consigna una disposición relativa a la estabilidad de los precios internos de ciertos productos agrícolas. Sobre el particular, hubo un juicio en el que se determinó que fijar un monto máximo era correcto.
En resumen, en mi concepto, el proyecto debe ser aprobado, sin perjuicio de las correcciones que deben introducírsele para definir en qué parte del territorio nacional va a tener efecto, debiendo despejarse el aspecto constitucional relativo a la libertad y seguridad individuales. Además, debe precisarse si la distancia en kilómetros regiría en parte o en toda una región, y si va a ser fijada por el Ministro del Interior o por nosotros.
El señor CANTUARIAS (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Calderón.
El señor CALDERÓN .-
Señor Presidente , la idea propuesta no sólo afecta a las Regiones Undécima y Duodécima, sino también a las zonas del norte del país. Sin embargo, en los primeros años el sistema operaría exclusivamente en las australes.
Como viene el proyecto, no crea problemas para la región que represento, como tampoco para la Undécima. Al revés, facilita el tránsito obligado que deben hacer chilenos y argentinos en esas áreas limítrofes, donde actualmente el trámite es muy engorroso, ya que durante los sábados y domingos se debe llamar a la autoridad respectiva para prorrogar algunos permisos, lo que crea dificultades diversas. Así sucede, por ejemplo, en el casino existente en Puerto Natales, donde los argentinos que vienen deben regresar a su país, pues las autorizaciones otorgadas no permiten pernoctar en esa ciudad. También hay problemas en Tierra del Fuego.
Para la región que represento el proyecto en debate es muy positivo; pero reitero que él no sólo tiene que ver con zonas del sur, sino también con las del norte. Por eso considero atendible que pueda ser analizado por la Comisión de Relaciones Exteriores.
No veo inconveniente en que muchos de los problemas que ahora se pretende solucionar sean abordados por el Ministerio del Interior. No constituye un escollo para nosotros; pero me hace fuerza la idea planteada por el Honorable señor Bitar en el sentido de que pudiera haber dificultades en la zona norte. Y en ese sentido --vuelvo a señalar-- estoy de acuerdo en que lo examine también la Comisión de Relaciones Exteriores.
El señor CANTUARIAS (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el Senador señor Adolfo Zaldívar.
El señor ZALDÍVAR (don Adolfo) .-
Señor Presidente , en verdad la Tarjeta Vecinal Fronteriza viene a llenar una necesidad que para la gente de las regiones sureñas resulta fundamental para su vida diaria. Con esto no quiero decir que no me parezca bien que en el futuro el sistema también se establezca en el norte; pero, desde éste el ir a Argentina constituye realmente un viaje: se debe cruzar la cordillera en varios miles de metros; es una travesía larga. En el sur, ello no sucede, pues es lo normal. Inclusive, en varios pueblos que fueron importantes en la historia --por ejemplo, Balmaceda , en la Undécima Región--, su razón de ser fue constituir una zona de tránsito de caravanas hacia Comodoro Rivadavia . En la Patagonia, en gran medida, se fueron creando villorrios limítrofes, los cuales resultaban fundamentales para tener acceso a bienes y servicios que no era posible obtener en Chile. En consecuencia, el tránsito de personas en forma fácil y tranquila es lo natural y lo que debe haber. Facilitarlo es favorecer la vida común de la gente. La existencia en regiones --por muchos adelantos que hoy día se tengan-- e, inclusive, la convivencia natural en ellas, siempre va girar en torno del eje este-oeste y no norte-sur, aun en la Patagonia argentina.
Más todavía, afirmar y consolidar las posibilidades reales de desarrollo requiere en Chile de una infraestructura que todavía no se ha materializado, y que ojalá algún día la tengamos en plenitud en las Regiones Undécima y Duodécima. La gran posibilidad se encuentra en poder recibir parte importante de un turismo que no debe practicarse sólo en los meses de verano, sino también en otras épocas del año. La belleza del sur de Chile frente a la árida Patagonia argentina, contribuye, llama e incita a un mayor flujo de personas y a que haya un turismo que, en realidad, nunca va a provenir del norte.
Por todo esto, en mi concepto, la Tarjeta Vecinal Fronteriza no es una creación diplomática, ni intelectual, ni algo que se le haya ocurrido a algunas personas, sino que representa lo que la gente desea que se le dé: relacionarse y vivir en sociedad. En localidades muy pequeñas --como Chile Chico y Los Antiguos-- hay 5 mil ó 6 mil personas a ambos lados de la cordillera, las cuales, para hacer algunas cosas interesantes o importantes requieren de ese tráfico fácil, el cual muchas veces realizan contrariando a las autoridades. Hay mil maneras de hacerlo. ¿Por qué, entonces, no facilitarlo?
Por lo anterior, creo que la ley debe satisfacer esa necesidad de la gente, pues su práctica ha sido consuetudinaria, razón por la cual resulta fundamental su vigencia y que se institucionalice. Inclusive, ella también puede ser un precedente para el MERCOSUR, el cual va a permitir una mayor relación con los países vecinos. Me alegro de ello, pues las personas se van a asentar sobre bases sólidas y con los pies seguros. Ese tipo de documento también podrá utilizarse en otras instituciones e instancias, para que, de una vez por todas, en América Latina se construya un país sin fronteras, un continente donde podamos de verdad hacer algo interesante y no seguir divididos, empequeñecidos y viviendo a veces realidades pueblerinas, tan pequeñas, y buscando cosas del siglo XIX o XVIII. Y ello no tendría justificación ni aún en la Colonia, pues durante ésta hubo mayor integración que la producida después, cuando nuestros países buscaron el desarrollo independiente.
En suma, soy partidario del proyecto y mi voto es absolutamente a favor de él.
El señor CANTUARIAS (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el Senador señor Errázuriz.
El señor ERRÁZURIZ .-
Señor Presidente , en primer término, debo señalar que soy firme partidario de la integración de los pueblos latinoamericanos. He dicho y sostengo que sería muy importante que el primer y gran acuerdo que realmente debió haber regido desde un inicio fue el de migración. Los del MERCOSUR son para permitir el intercambio fluido de mercaderías, de dinero, de finanzas, etcétera; sin embargo, se olvida que los dueños de esas mercaderías, flujos y finanzas son precisamente las personas.
Por lo tanto, creo que el proyecto apunta a un propósito correcto. Sin embargo, debo expresar algunas sorpresas sobre el particular. Primero, la iniciativa se presenta absolutamente desvinculada de otro proyecto de ley que guarda relación con las migraciones. Y creo que habría sido preferible tratarla dentro de un conjunto de normas de carácter general y no en forma específica. Está claro que ella pretende, además, dar un tratamiento distinto del que establece la Constitución a quienes se encuentran en nuestro territorio y que, por lo tanto, deben regirse por las normas de nuestras leyes, con lo cual se limitan sus libertades, pues sólo podrán trasladarse hasta ciertos lugares y en las condiciones fijadas por una tarjeta que en el fondo es limitativa.
A mi juicio, ello no debería ser así, pues las personas que ingresan a nuestro territorio deben regirse por las disposiciones generales, o sea, las mismas que se aplican a nosotros, sin que se les exija pasar de determinados kilómetros o de ciertas distancias.
En definitiva, estimo que la iniciativa comete un grave error en ese aspecto. Incluso más, me atrevería a decir que se está vulnerando la Constitución, puesto que en nuestro territorio todos --no sólo los chilenos, sino también los extranjeros-- se encuentran sujetos a las normas legales y a la Carta Fundamental. De manera que no creo que esas limitaciones puedan ser aceptables.
Lo más importante, en mi opinión, es que exista un tratado entre ambos países, porque esta normativa es unilateral; vale decir, se trata de una ley chilena que estaría otorgando supuestos beneficios y estableciendo limitaciones a los extranjeros en las zonas fronterizas. Comprendo que eso es necesario; pero no veo por qué no podría ser a la inversa: que las normas en Argentina, en Bolivia o en Perú estén sujetas a diversas tramitaciones que no tienen por qué guardar relación con las contempladas en la presente iniciativa, y con tratamientos que pueden resultar absolutamente discriminatorios, en circunstancias de que nosotros, por otro lado, tendremos un procedimiento legal que no estará coordinado a través de un tratado o un acuerdo con los países vecinos.
Por lo tanto, me parece que se ha perdido un principio elemental en el tratamiento de las situaciones con las naciones limítrofes, cual es que las normas de migración deben ser recíprocas, lo que no sucede aquí, porque sólo se delegan facultades en un eventual reglamento y se dice que se intentará coordinarlo con disposiciones similares o con las que pudieran existir en los países vecinos.
Pienso que el asunto debe ser al revés. Lo señalo porque me ha correspondido en desgracia --no voy a decir que en suerte-- conocer situaciones realmente humillantes: chilenos en la frontera han tenido que pedir por favor a un patrón argentino que les renueve el contrato para no ser expulsados de la nación hermana. Y he visto casos de compatriotas que van a trabajar al otro lado de la cordillera en determinadas temporadas, especialmente en la zona sur, donde el trato que reciben es el de "chilenitos que vienen a trabajar". A mi juicio, la situación debería ser al revés: que los argentinos ingresen a nuestro país con la misma libertad con que lo hagan los chilenos a su territorio; pero con reciprocidad, y no a través de una ley como ésta, donde unilateralmente estamos estableciendo una tarjeta que los argentinos no contemplan.
Considero que esta materia debió ser objeto de un acuerdo que fuese conocido por la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, como cualquier convenio entre dos países que tienden a beneficiar las migraciones de uno y otro, con igual sentido, con iguales disposiciones.
El señor ZALDÍVAR (don Adolfo) .-
¿Me permite una interrupción, señor Senador, con la venía de la Mesa?
El señor ERRÁZURIZ .-
¡Por supuesto!
El señor CANTUARIAS ( Vicepresidente ).-
Tiene la palabra el Honorable señor Adolfo Zaldívar .
El señor ZALDÍVAR (don Adolfo) .-
Después de escuchar con mucha atención la argumentación del Senador señor Errázuriz , quiero manifestar que de lo que se trata es precisamente de la reciprocidad, sin que establezcamos un sistema en forma unilateral. Muy por el contrario, pues la idea es que también lo haga Argentina. El problema es que allá no se requiere ley, pues basta un simple trámite administrativo. Tal asunto se encuentra dentro de la reciprocidad, que es lo que se ha planteado.
Gracias, señor Senador.
El señor ERRÁZURIZ .-
¡Estupendo! Si en Argentina no se necesita ley, entonces, demos a esta materia ese mismo trato, para que en Chile tampoco se requiera ley. No veo razón para que nos amarremos a una normativa legal, en circunstancias de que a los argentinos les basta un trámite administrativo, el cual puede ser cambiado por el gobernador provincial de la zona limítrofe correspondiente, por el intendente, por Gendarmería o por quien fuere, quedando nosotros, de un día a otro, en una situación de desequilibrio peligrosa e inadecuada.
Como chileno, pienso que deberíamos tomar un resguardo; es fundamental. Porque, tal vez, más importante que todo lo que guarda relación con las mercaderías, el MERCOSUR, las importaciones, los aranceles, el tipo de cambio y todo lo demás, es el resguardo de los chilenos, de las personas. Y en este caso específico, de los trabajadores y de los turistas que van de un país al otro. La idea es que haya un paso fluido entre dos naciones hermanas que buscan su integración.
Por lo tanto, las normas que se establezcan en Argentina deben ser las mismas de Chile. Por eso, esto debe ser objeto de un acuerdo o un tratado entre ambos países y no de una simple ley, la cual será obligatoria en nuestro territorio y no en el transandino.
En consecuencia, anuncio, desde ya, mis serias aprensiones sobre el particular, porque el asunto, a mi juicio, debería ser estudiado con más preocupación y detalle.
El señor CANTUARIAS ( Vicepresidente ).-
Tiene la palabra el Honorable señor Alessandri.
El señor ALESSANDRI.-
Señor Presidente , soy partidario de cualquier disposición que facilite el tránsito de personas a través de las fronteras, al igual que de la supresión del mayor número de "papelitos", certificados, etcétera. Sin embargo, entiendo que actualmente los chilenos pueden ir a Argentina y los argentinos venir a nuestro país con la simple cédula de identidad, sin tener que pagar nada ni conseguir ninguna tarjeta, pudiendo permanecer en Chile no recuerdo si 30 ó 90 días. De modo que no alcanzo a comprender las ventajas del sistema que se pretende establecer y que cuesta 15 dólares. Preferiría además que el derecho se fijara en pesos chilenos, que es la moneda de curso legal en nuestro país, y no en dólares, aunque haya que reajustar cada cierto tiempo.
El señor RUIZ (don José ).-
Lo de los 15 dólares se eliminó, señor Senador.
El señor ALESSANDRI.-
No lo sabía. Agradezco la aclaración de Su Señoría.
No habría inconveniente en aprobar el sistema propuesto; pero --como dije-- hoy día se pasa de un país a otro con la sola presentación de la cédula de identidad, sin mayor problema. De manera que esto vendría a ser como un complemento; sin embargo, las personas que recurran a tal mecanismo deberán conseguir la tarjeta en alguna parte. No sé si lo han de hacer en la frontera o en el consulado. En cambio, con el carné de identidad no se necesita acudir a ninguna parte.
Además, si se trata de facilitar el flujo de extranjeros a Chile --lo cual conviene, por motivos de turismo--, la permanencia de cinco días en el territorio nacional me parece absurdo. Deberían ser treinta días, por lo menos. Porque, a modo de ejemplo, la gente de Mendoza, que es zona fronteriza, podrá venir a Chile con su tarjeta --si le conviene-- y permanecer más tiempo en nuestro país.
Ésas son las aprensiones que tengo al respecto.
El señor ZALDÍVAR (don Adolfo) .-
¿Me permite una interrupción, señor Senador, con la venia de la Mesa?
El señor ALESSANDRI.-
Con mucho gusto.
El señor CANTUARIAS ( Vicepresidente ).-
Tiene la palabra el Honorable señor Adolfo Zaldívar .
El señor ZALDÍVAR (don Adolfo) .-
Quiero precisar al Senador señor Alessandri la razón de ser del proyecto.
Como lo manifestó su Señoría, efectivamente, hoy día se puede viajar a Argentina con el simple carné de identidad, pero deben realizarse algunos trámites. Con esta tarjeta el interesado podrá cruzar la frontera, exhibiéndola en Gendarmería, e ingresar a ese país. De este modo, la persona no tendrá problemas un sábado, un domingo o un lunes, ni quedará sujeta al cumplimiento de un trámite previo.
El señor ALESSANDRI.-
Aclaro que no estoy en contra de lo que se pretende establecer. Solamente manifiesto que lo propuesto parece casi superfluo. Ahora, si no lo es, en buena hora; y estaré dispuesto a apoyar el proyecto con los mejoramientos necesarios.
El señor CANTUARIAS ( Vicepresidente ).-
¿Habría acuerdo para aprobar la iniciativa, fijando un plazo para formular indicaciones?
El señor VALDÉS .-
Señor Presidente , hay una proposición para que el proyecto pase a la Comisión de Relaciones Exteriores.
El señor CANTUARIAS (Vicepresidente).-
Así es. Por lo tanto, antes de aprobarlo, debemos pronunciarnos respecto de ella.
Si le parece a la Sala, la iniciativa se enviará a la Comisión de Relaciones Exteriores.
La señora FREI (doña Carmen).-
Con mi voto en contra, señor Presidente.
El señor CANTUARIAS ( Vicepresidente ).-
Si Su Señoría está en contra, se tomará la votación, para que la Sala se pronuncie sobre la materia.
La señora FREI (doña Carmen) .-
Señor Presidente , la Comisión de Gobierno, Descentralización y Regionalización estudió el proyecto. En ella escuchamos a funcionarios del Departamento de Extranjería del Ministerio del Interior y a personeros de Relaciones Exteriores. Creo que lo sugerido dilataría la tramitación de la iniciativa y, además, resultaría ineficiente. Ahora correspondería solamente dar plazo para presentar indicaciones.
No estoy de acuerdo --reitero-- en enviar la iniciativa a la Comisión de Relaciones Exteriores.
El señor RUIZ (don José ).-
¿Me permite formular una propuesta alternativa, señor Presidente?
El señor CANTUARIAS ( Vicepresidente ).-
Puede hacerlo, señor Senador.
El señor RUIZ (don José ).-
¿Por qué no damos plazo para presentar indicaciones y acordamos que el segundo informe sea analizado por las Comisiones de Relaciones Exteriores y de Gobierno, unidas?
El señor CANTUARIAS ( Vicepresidente ).-
Tiene la palabra el Honorable señor Valdés.
El señor VALDÉS .-
Señor Presidente , me parece curiosa la observación de la Senadora señora Frei . Porque, si estamos hablando de nuestras relaciones con el exterior, es del caso reivindicar las funciones de la Comisión que precisamente tiene a su cargo esa materia.
Este asunto tiene que ver, no sólo con el Departamento de Extranjería del Ministerio del Interior --cuya reglamentación, a mi juicio y por mi experiencia, es bastante arbitraria y poco clara--, sino también con un proceso de apertura --aquí ha sido explicado elocuentemente--, en cuanto a que, con el avance de las comunicaciones y la creación de nuevos caminos, existen cada vez mayores pasos fronterizos para chilenos, argentinos, bolivianos, peruanos, etcétera.
Estamos frente a un problema que afecta a los vínculos internacionales de Chile. No veo, entonces, cómo se puede excluir a la Comisión de Relaciones Exteriores.
Con sumo respeto, debo connotar que la Comisión de Gobierno tiene que ver con asuntos de gobierno interior. Lo que ocurre al otro lado de nuestras fronteras compete a la de Relaciones Exteriores.
Sin duda, el trámite propuesto tomará algún tiempo. Pero el tiempo es buen consejero, señores Senadores. Y no demoraremos mucho.
La señora FREI (doña Carmen).-
Pido la palabra.
El señor CANTUARIAS (Vicepresidente).-
La tiene, Su Señoría.
La señora FREI (doña Carmen) .-
Señor Presidente , la iniciativa nació de una reunión bilateral celebrada entre las Cancillerías de Chile y Argentina en Buenos Aires los días 30 y 31 de agosto de 1993. Allí participaron funcionarios del Ministerio de Relaciones Exteriores.
No veo para qué volver a hacer un largo estudio sobre una tarjeta vecinal fronteriza que es fruto de un acuerdo ya adoptado entre Chile y Argentina. De ser así, tendríamos que entrar a revisar nuevamente en la Comisión de Relaciones Exteriores el tratado que sirvió de base, los antecedentes del mismo, etcétera. Ese trámite impedirá justamente lo que queremos.
Algunos señores Senadores dan como ejemplo lo que ocurre en otras naciones. ¡Obvio! Si estuviéramos en Europa, no tendríamos esta discusión, porque allá la gente pasa de un país a otro sin carné ni ningún otro documento.
Nosotros aspiramos a una integración cada vez mayor con los países vecinos. El proyecto lo facilita. Y, como señalé, esta materia ya fue estudiada en la reunión bilateral mencionada. Por lo tanto, no proceden más trámites.
¡Imagínense, señores Senadores, que todos los asuntos relacionados con otros países tuvieran que pasar por la Comisión de Relaciones Exteriores! ¡Con lo que demora el tráfico actual a través de las carreteras de integración que estamos abriendo en la Segunda Región!
El trámite propuesto resultará inoficioso, porque --repito una y otra vez-- las Cancillerías ya se abocaron a este asunto en Buenos Aires los días 30 y 31 de agosto de 1993.
El señor VALDÉS .-
Las palabras de la señora Senadora me confirman que el proyecto debe pasar a la Comisión de Relaciones Exteriores.
El señor CANTUARIAS (Vicepresidente).-
Señores Senadores, la Mesa recibe diversas solicitudes y las está registrando.
Están bastante claras la proposición para que la iniciativa pase a una nueva Comisión y la oposición a que ello ocurra.
Sugiero a la Sala pronunciarnos al respecto, para avanzar más rápidamente.
El señor RUIZ (don José ).-
Yo propuse una fórmula distinta, señor Presidente : que fijemos plazo para presentar indicaciones y que el segundo informe del proyecto sea elaborado por las Comisiones de Gobierno y de Relaciones Exteriores, unidas. Eso permitiría que esta última Comisión participara también y evitaría efectuar un nuevo trámite.
El señor ERRÁZURIZ .-
¿Me permite, señor Presidente .
El señor HORVATH.-
Pido la palabra.
El señor URENDA.-
Pido la palabra.
El señor NÚÑEZ.-
¿Me permite, señor Presidente?
El señor CANTUARIAS (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el Senador señor Errázuriz.
Posteriormente podrán intervenir los Senadores señores Horvath, Urenda y Núñez.
El señor ERRÁZURIZ .-
Señor Presidente , si no existe acuerdo unánime, obviamente, deberemos a votar. Y, para esos efectos, resulta bueno este rápido y pequeño debate.
Comparto plenamente lo planteado por el Senador señor Valdés . Éste es un tema --tal como señalé en mi intervención anterior-- referido a las relaciones entre Chile y los países vecinos. Por lo tanto, se trata de un asunto de relaciones exteriores.
Las Cancillerías, que dependen del Ejecutivo, trataron la materia. Pero no porque personeros de ellas se hayan manifestado partidarios de crear determinadas tarjetas, paralelas a la cédula de identidad, que hoy se usan para los efectos de entrar en uno u otro país, puede obviarse un trámite reglamentario del Senado: el de que una comisión especializada conozca la materia y dé su opinión.
Pienso que el trámite sugerido no sólo es conveniente, sino también indispensable, dado que estas cuestiones debieran obedecer a acuerdos bilaterales basados en el trato recíproco e igualitario, lo que no ocurre con el proyecto en debate, que pasa a ser unilateral y no empece a la República Argentina, que no tiene por qué aceptarlo --como lo explicó un señor Senador--, en la medida en que mantiene normas de carácter meramente administrativo y que, por lo tanto, puede modificar el día que quiera sin necesidad de ley, ni mucho menos de un acuerdo.
En consecuencia, estimo indispensable que quede clara mi opinión en cuanto a que la Comisión de Relaciones Exteriores analice profundamente la materia; a que se estudie la conveniencia de que la iniciativa sea tratada dentro de un acuerdo general de migración, y a que debe mediar un acuerdo o tratado bilateral.
También, señor Presidente , quiero señalar una aprensión.
Ocurre un fenómeno que ya ha sido advertido por algunos señores Senadores, en el sentido de que las tarjetas ya otorgadas y que tengan determinada validez o vigencia pueden ser utilizadas durante ese período para cometer algún delito que impida el ingreso a Chile. Existiendo la tarjeta, ella no va a caducar. Por lo tanto, no sé cómo se van a complementar las normas de extranjería vigentes, incluso las de INTERPOL, frente a estas situaciones.
Por lo expuesto, creo que el proyecto amerita un estudio mucho más detenido, que comienza por el Ministerio de Relaciones Exteriores y por la Comisión respectiva del Senado.
Pido formalmente, entonces, que la iniciativa pase a ese órgano técnico de la Corporación. Y espero que el acuerdo respectivo sea unánime.
He dicho.
El señor CANTUARIAS (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el Senador señor Horvath.
El señor HORVATH.-
Señor Presidente , ojalá todos los acuerdos suscritos por las Cancillerías pasaran por el Congreso Nacional, pues evitaríamos problemas graves, como algunos que se han presentado. Por ello, me parece que la Comisión de Relaciones Exteriores es competente en esta materia.
Por otro lado, no veo el apuro de despachar la iniciativa. Porque, en el fondo, estamos aprobando una suerte de cheque en blanco, en el cual dos aspectos del corazón de la ley van a quedar sujetos a la dictación de un reglamento por parte del Ejecutivo; y bien sabemos, por la experiencia que tiene el Congreso, que estos reglamentos no son tan expeditos.
Estimo que desde todo punto de vista es conveniente que el proyecto vaya a la Comisión de Relaciones Exteriores y tengamos una mejor iniciativa.
El señor CANTUARIAS (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el Senador señor Urenda.
El señor URENDA.-
Señor Presidente , quiero recordar que el proyecto fue aprobado en general en la Comisión sólo por mayoría de votos.
Después del debate que hemos escuchado, no aparecen claras las razones que justifican la iniciativa, que, al margen de ello, crea diversos elementos de incertidumbre.
Por eso, antes de pronunciarnos sobre la idea de legislar, me parece absolutamente útil conocer la opinión de la Comisión de Relaciones Exteriores, pues estamos consagrando derechos que van a quedar sujetos a un reglamento donde deberá tenerse en especial consideración la reciprocidad internacional.
Pienso que de alguna manera estamos comprometiendo la posición de Chile, sin los debidos resguardos. Y por otra parte, como digo, no se ven hasta ahora las reales ventajas del sistema en análisis, en especial si se empieza con Argentina, donde todos podemos ingresar con la cédula de identidad, simplemente.
Por eso, apoyo la idea de que el proyecto pase a la Comisión de Relaciones Exteriores, porque hasta el momento no advierto las razones que justifiquen el que sea aprobado en general.
He dicho.
El señor CANTUARIAS ( Vicepresidente ).-
Se encuentra inscrito a continuación el Senador señor Núñez.
Tiene la palabra, Su Señoría.
El señor NÚÑEZ.-
Señor Presidente , francamente lamento, en primer lugar, que no se haya leído con atención el informe. Tal vez éste adolece de algunas carencias, lo que no ha permitido conocer de manera más exacta la naturaleza y alcance de la iniciativa.
En segundo término, no me parece conveniente que en el Senado iniciemos una discusión sobre la competencia de nuestras Comisiones, porque en ningún caso sería bueno, entre colegas, comenzar a minimizar el papel que cumple cada una de aquellas en las cuales participamos. Quiero hacer presente, por lo tanto, que el señor Senador que me precedió en el uso de la palabra debe despreocuparse, porque hemos atendido en forma muy precisa los intereses del país. Y no es solamente la Comisión de Relaciones Exteriores la que naturalmente se halla en condiciones de velar por ellos. Hemos procedido con mucha acuciosidad e interés, porque, obviamente, se trata de una materia extraordinariamente importante.
En seguida, no me niego --ya lo dije antes-- a que la iniciativa pase a dicha Comisión. Pero, si se lee con atención el informe, se apreciará que éste no es tema de un tratado bilateral, de carácter internacional; no es un asunto referente a nuestras relaciones con Argentina. Concretamente, se apunta a modificar nuestra propia legislación y se consagra una nueva categoría en el ámbito que nos ocupa. En efecto, el decreto ley Nº 1.094, de 1975, dispone que los extranjeros se encuentran en Chile como turistas, residentes, residentes oficiales o inmigrantes. No existe la calidad de personas en tránsito por algunos días.
Esto no significa --para aclarar el punto a un señor Senador que al parecer no ha entendido bien de qué se trata-- que si alguien es titular de una tarjeta para ingresar al territorio nacional no puede hacerlo como turista. En esta última condición puede ingresar siempre cualquier argentino, a quien le será posible permanecer todos los días que la ley determine. Lo que pasa es que el habitante de zonas fronterizas que normalmente no viene como turista podrá ingresar en el futuro con mayor facilidad para, por ejemplo, visitar a familiares en Puerto Natales; o ir a Coihaique o a Balmaceda; o comprar un kilo de azúcar, si le parece conveniente; o con el propósito de volver en el día al territorio trasandino. Y ello, sin enfrentar los engorrosos trámites actuales.
Ése es el único alcance de la ley en proyecto. No se eliminan las otras categorías vigentes para los extranjeros que entran al país; sencillamente, se establece una nueva, que no es incompatible con las anteriores. Se dan facilidades a los argentinos.
Ahora, si se dicta una ley al respecto, la nación vecina, sobre la base de los acuerdos pertinentes, tendrá que disponer una medida análoga en su territorio. Porque el informe expresa claramente que se considera el principio de la reciprocidad. Y, para que lo expuesto pueda materializarse, el Gobierno debe hallarse en situación, cuando nuevamente se reúnan las Comisiones especializadas, en particular en lo relativo a la integración física, de decir a los argentinos: "En relación con su país, se halla vigente esta ley. A ustedes les corresponde ahora otorgar la tarjeta respectiva a los chilenos que vayan a su territorio y nosotros la concederemos a los argentinos que vengan a Chile.". Punto. No implica ninguna otra cosa.
Éste no es tema de un tratado. No se hace referencia a nuestras relaciones con Argentina en todos los aspectos extraordinariamente importantes que involucran. Se trata de una tarjeta para facilitar, como el Senador señor Adolfo Zaldívar observó muy bien, la vida cotidiana de los chilenos que van a Argentina y de los argentinos que vienen a Chile. Punto.
Ése es el alcance. No cabe concluir que se encuentra en peligro la integridad territorial, que se halla envuelta la soberanía, que se generarán discusiones sumamente engorrosas con los argentinos a propósito de los tratados bilaterales que mantenemos con su país. Ése no es el contenido ni la naturaleza del proyecto, que espero sea leído mucho más atentamente.
Pero, como no es cuestión --insisto-- de competir entre nosotros respecto de qué Comisiones efectivamente deben ocuparse en esta iniciativa, no me parece mal que también la estudie la de Relaciones Exteriores.
He dicho.
El señor CANTUARIAS (Vicepresidente).-
No hay más señores Senadores inscritos. En consecuencia, corresponde pronunciarse sobre las diferentes proposiciones, en el orden en que han sido formuladas.
En primer lugar se encuentra aquella tendiente a que el proyecto pase, para informe, a la Comisión de Relaciones Exteriores.
Si es rechazada, se votará la que presentó el Senador señor Ruiz, en el sentido de que se apruebe la iniciativa, se fije un plazo para indicaciones y se elabore el segundo informe por las Comisiones de Relaciones Exteriores y de Gobierno, unidas.
La señora FREI (doña Carmen) .-
¿Por qué no se acoge por unanimidad este último criterio, señor Presidente , que implica que la materia igualmente sea conocida por la Comisión de Relaciones Exteriores? Votemos en general.
El señor CANTUARIAS ( Vicepresidente ).-
Para ello se necesita que los señores Senadores que postularon el envío del proyecto a ese organismo técnico retiren sus proposiciones.
La señora FREI (doña Carmen) .-
Por mi parte, retiro la mía, siempre que sea aprobada unánimemente la...
El señor CANTUARIAS ( Vicepresidente ).-
La suya no perseguía ese propósito, señora Senadora.
La señora FREI (doña Carmen).-
En efecto.
El señor CANTUARIAS ( Vicepresidente ).-
Los Honorables señores Bitar , Valdés y Urenda fueron partidarios...
La señora FREI (doña Carmen) .-
Creo que los tres aceptarán la fórmula que mencioné.
El señor CANTUARIAS ( Vicepresidente ).-
¿Están dispuestos los Senadores señores Bitar , Valdés y Urenda a retirar su sugerencia de que la iniciativa vaya a la Comisión de Relaciones Exteriores?
En votación...
El señor RUIZ (don José ).-
Retiro la mía, entonces, a fin de que no se vote. ¡Para qué vamos a perder tiempo! ¡Que el proyecto pase a esa Comisión, no más!
El señor CANTUARIAS ( Vicepresidente ).-
Su Señoría podrá pronunciarse en consecuencia. Sin embargo, hay señores Senadores opuestos a ese planteamiento. De manera que se requiere tomar la votación.
El señor RUIZ (don José ).-
Pero que quede constancia...
La señora FREI (doña Carmen) .-
Mi posición es en contra, señor Presidente .
El señor RUIZ (don José).-
...de que retiro mi propuesta, lo que estimo importante.
El señor CANTUARIAS (Vicepresidente).-
Se votará solamente, entonces, lo relativo a que el proyecto pase a la Comisión de Relaciones Exteriores.
El señor ERRÁZURIZ .-
Señor Presidente , pido la palabra para una moción de orden.
Solicito formalmente a la Honorable señora Frei que retire su oposición, para que exista unanimidad. No creo conveniente que el Senado esté dando el espectáculo de enfrascarse en determinar si una materia vinculada con Relaciones Exteriores pasa a la Comisión respectiva o no. Formulo esa petición a la señora Senadora, porque no es lógico que se suscite una discusión semejante.
El señor DÍAZ.-
¡Demoraremos menos si votamos, señor Presidente ...!
El señor BITAR.-
¡Que se dé por aprobado el proyecto!
El señor CANTUARIAS (Vicepresidente).-
El Reglamento obliga a la Mesa a considerar la opinión de los señores Senadores.
¿La Honorable señora Frei está dispuesta a retirar su oposición a que la iniciativa vaya a la Comisión de Relaciones Exteriores?
La señora FREI (doña Carmen).-
Sí, señor Presidente , por expresa petición del Senador señor Ruiz, a quien le interesa extremadamente el proyecto. Pero solicito que también pase a la Comisión de Hacienda, por hallarse involucrados recursos.
El señor ERRÁZURIZ.-
¡Como Presidente de la Comisión de Agricultura, pido, entonces, que igualmente sea enviado a esta última, puesto que el tema guarda relación con aspectos fitosanitarios...!
A mi juicio, se trata de...
El señor RUIZ (don José).-
¡Que termine la chacota, señor Presidente ! ¡Lo que nos ocupa se refiere al paso de personas, no de animales!
El señor ERRÁZURIZ.-
...efectuar un análisis serio. Basta con que la iniciativa sea enviada a la Comisión de Relaciones Exteriores. Y punto.
El señor CANTUARIAS ( Vicepresidente ).-
Si le parece a la Sala, el proyecto irá a la Comisión de Relaciones Exteriores, la que emitirá el informe pertinente, y a continuación la Sala se pronunciará en general.
Acordado.
El señor VALDÉS.-
¿Me permite, señor Presidente?
El señor CANTUARIAS (Vicepresidente).-
Tiene la palabra, Su Señoría.
El señor VALDÉS .-
Quiero expresar al Honorable señor Núñez que ha estado muy lejos de mi ánimo menospreciar la función de la Comisión de Gobierno, que Su Señoría preside tan dignamente, o declarar que ella no vela por los intereses de Chile. Estoy seguro de que, por el contrario, lo hace con la mayor pasión, patriotismo, honestidad y coraje. Sin embargo, quiero hacer presente que, por el tema de que se trata, la Comisión de Relaciones Exteriores podría tocar algunos de sus puntos, con lo cual seguramente no va a afectar de ninguna manera el sesudo estudio realizado por la Comisión que preside Su Señoría.
Por eso, he querido dar estas explicaciones, señor Senador.
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- bcnres:tieneProyectoDeLey = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/proyecto-de-ley/1113-06