. . . . . " \nEl se\u00F1or URENDA.- \nSe\u00F1or Presidente , me veo obligado a resumir en alguna medida las distintas argumentaciones.\n \nEn primer lugar, todos coincidimos en que la estrategia de desarrollo de Chile se basa en el aumento de su comercio exterior y de sus exportaciones, y en que debemos contribuir a que ella se lleve a cabo. Sin embargo, en \u00E9sta como en otras materias, el desarrollo de su comercio exterior no es el \u00FAnico asunto que interesa al pa\u00EDs. Por tanto, ni ese desarrollo ni el prop\u00F3sito de materializarlo deben llevarnos a adoptar cualquier tipo de medidas, so pretexto de perseguir ese fin.\n \nChile ha de considerarse como un conjunto, como un pa\u00EDs que debe crecer arm\u00F3nicamente, de forma tal que, al definir un problema espec\u00EDfico, lo haga tomando en cuenta las circunstancias que conciernen al mismo, pero dentro del contexto de lo que \u00E9l es, como pa\u00EDs distinto de los dem\u00E1s, con caracter\u00EDsticas propias.\n \nEn consecuencia, yo no acepto valores absolutos, basados en determinadas teor\u00EDas econ\u00F3micas, que puedan pasar sobre cualquier cosa. Indudablemente, es bueno tener pol\u00EDticas econ\u00F3micas adecuadas, pero \u00E9stas nunca deben sostenerse a cualquier precio o cualesquiera que sean las circunstancias. \nEn todo caso, es evidente que las disposiciones aprobadas por la Comisi\u00F3n de Hacienda y sometidas ahora a la consideraci\u00F3n de la Sala -el Senador se\u00F1or Andr\u00E9s Zald\u00EDvar las explic\u00F3 muy bien- constituyen un aporte importante a la liberalizaci\u00F3n de nuestro comercio exterior. El problema, en el fondo, es hasta d\u00F3nde podemos llevar estas medidas, o si ellas, en determinadas circunstancias, pueden contrariar otros intereses del pa\u00EDs, tanto o m\u00E1s leg\u00EDtimos que los anteriores.\n \nEst\u00E1 claro que hoy d\u00EDa, con el pago anticipado de derechos, el grueso de las mercader\u00EDas puede ser despachado en forma inmediata y sin mayor problema; est\u00E1 claro tambi\u00E9n que la Comisi\u00F3n de Hacienda ampli\u00F3 el plazo a 90 d\u00EDas respecto de los almacenes particulares, facilitando, obviamente, el comercio de importaci\u00F3n.\n \nEs claro que las limitaciones a los almacenes extraportuarios no rigen sobre las exportaciones, por lo que el aspecto esencial que aqu\u00ED se menciona queda perfectamente salvado. Sin embargo, el problema radica en dos materias; pero previamente har\u00E9 algunas consideraciones. \nSe ha dicho que la soluci\u00F3n m\u00E1s adecuada se cruza con determinados intereses particulares. No voy a referirme al aspecto laboral, pero creo que debemos levantar el cargo hecho respecto de los agentes de aduana. Ellos, a mi entender, son injustos, y no s\u00E9 por qu\u00E9 fueron tra\u00EDdos a la Sala. Los se\u00F1ores Senadores saben que esos funcionarios hoy pueden despachar mercader\u00EDa desde cualquier puerto de la Rep\u00FAblica y que todos los agentes generales de Valpara\u00EDso tienen, tambi\u00E9n, oficina en Santiago.\n \nPor lo tanto, no se trata de un problema personal o directo de ellos. Si han adoptado una determinada actitud sobre el particular, se debe a que, precisamente, por su conocimiento en la materia, han apreciado c\u00F3mo la medida extrema que se propiciaba era perjudicial para el inter\u00E9s nacional. El problema no s\u00F3lo concierne a sus intereses particulares, porque bastar\u00EDa que simplemente el d\u00EDa de ma\u00F1ana se altere la actual situaci\u00F3n de un agente que tenga 50 funcionarios en Valpara\u00EDso y 20 en Santiago, y cuente con 50 en Santiago y 20 o ninguno en Valpara\u00EDso. Eso no ser\u00EDa problema para \u00E9l.\n \nEn consecuencia, el cargo es absolutamente injusto. Resulta muy lamentable que se haya adornado con el concepto de \"intereses particulares\", porque bien sabemos los Senadores d\u00F3nde han estado sus intereses particulares y qui\u00E9nes se han dirigido reiteradamente a nosotros para que plante\u00E1ramos una soluci\u00F3n distinta de la que estamos propiciando. Por ello, pienso que tales juicios son injustos y no ennoblecen el debate. \nAhora bien, \u00BFen qu\u00E9 radica el problema? \u00BFPor qu\u00E9 se ha llegado al concepto de que no debe llevarse la extensi\u00F3n de los almacenes extraportuarios fuera del territorio jurisdiccional de la aduana por la cual la mercader\u00EDa haya sido introducida al pa\u00EDs? \nEn tal sentido, existen dos conceptos claros. El primero ya fue enunciado por el Senador se\u00F1or Ominami y que yo podr\u00EDa complementar: no solamente se debilitan los controles con almacenes extraportuarios situados fuera del territorio jurisdiccional de la aduana por la cual se intern\u00F3 la mercader\u00EDa, lo cual puede prestarse para situaciones perjudiciales al inter\u00E9s nacional, sino que adem\u00E1s nuestra legislaci\u00F3n requerir\u00EDa de modificaciones que no est\u00E1n contempladas ni en la letra ni en el esp\u00EDritu del proyecto.\n \nEs decir, nos encontrar\u00EDamos ante una situaci\u00F3n extremadamente curiosa: un proyecto que persigue determinados fines, los cuales, de alg\u00FAn modo, se ver\u00EDan perturbados por algunas de sus propias disposiciones. \nAdem\u00E1s, hay un segundo aspecto: se ha se\u00F1alado que los ciudadanos de Santiago son iguales a los de cualquier otra parte del pa\u00EDs. Al respecto, no me cabe la menor duda. El punto radica en que debemos mirar el problema desde un punto de vista nacional. Aqu\u00E9llos actualmente son demasiados en relaci\u00F3n con los del resto del territorio. Y lo son a pesar de ellos mismos, porque no es el criterio, parecer o deseo de quienes habitan en Santiago seguir all\u00ED. La necesidad los sujeta, porque desgraciadamente en Chile -es conveniente que lo tengamos presente- se ha producido una concentraci\u00F3n \u00FAnica. No existe otro pa\u00EDs en el mundo con alg\u00FAn territorio de importancia donde la capital tenga un porcentaje mayor de poblaci\u00F3n respecto a la global del mismo, con la agravante de que, en el caso nuestro, la capital es inclusive una ciudad mediterr\u00E1nea, lo que resulta a la vez curioso en uno de los pa\u00EDses m\u00E1s mar\u00EDtimos del mundo. Y lo anterior trae aparejados problemas muy graves, que afectan fuertemente el desarrollo arm\u00F3nico de la naci\u00F3n. Por lo tanto, no podemos prescindir de ese elemento al considerar un aspecto determinado.\n \nSe afirma que el mercado dictar\u00E1 las reglas. Pero tanto \u00E9ste como las normas sobre el particular permiten que las gerencias de los bancos puedan estar en cualquier lugar de Chile. Curiosamente, en mi juventud, la mayor parte de esas instancias ejecutivas se encontraban fuera de Santiago; hoy, absolutamente todas est\u00E1n en la Capital. \nObviamente, la normativa permite que los impuestos se paguen en cualquier lugar de la Rep\u00FAblica, aunque el prop\u00F3sito fundamental es que lo sean donde se originan las rentas. Sin embargo, nos encontramos con que la riqueza que producen las regiones es administrada en Santiago y muchas veces los impuestos no son pagados en aqu\u00E9llas, sino en la Capital. \nComo legisladores, no podemos prescindir de ese problema. No se trata de un simple capricho, ni de una posici\u00F3n adoptada sobre la base del cari\u00F1o por la ciudad a la cual uno ha estado ligado. No es eso, porque los se\u00F1ores Senadores saben que mi inter\u00E9s particular tampoco ir\u00EDa por el camino de lo que defiendo hoy, que es lo que exige el inter\u00E9s nacional. \nEn consecuencia, si hemos propiciado un conjunto de normas para facilitar el comercio exterior, \u00BFes necesario extremarlas al punto de destruir el sistema creado y modificar una serie de disposiciones relativas al control de mercader\u00EDas, o del C\u00F3digo de Comercio? En un pa\u00EDs con las caracter\u00EDsticas geogr\u00E1ficas de Chile, alguien podr\u00EDa creer que Santiago est\u00E1 ubicado a 2 mil kil\u00F3metros del mar. Pero se encuentra suficientemente lejos como para que all\u00ED probablemente se ignoren los problemas de lo que podr\u00EDa llamarse \"el inter\u00E9s mar\u00EDtimo de Chile\", pero bastante cerca como para que un almac\u00E9n extraportuario -ubicado, por ejemplo, en cualquier zona aleda\u00F1a a Valpara\u00EDso- preste a los importadores de la Capital los mismos servicios que uno instalado en la Regi\u00F3n Metropolitana. Lo se\u00F1al\u00E9 antes: Santiago no es una ciudad como cualquier otra del pa\u00EDs, con distancias peque\u00F1as entre un punto y otro; es un verdadero monstruo, con industrias ubicadas a 60 \u00F3 70 kil\u00F3metros unas de otras. Por lo tanto, esto de las facilidades especiales o de la importancia que pueda tener el que los almacenes extraportuarios est\u00E9n instalados dentro de la Regi\u00F3n Metropolitana, es un argumento que no tiene mayor fuerza.\n \nPor lo dem\u00E1s, insisto en que si existiera siquiera una duda acerca de la conveniencia o inconveniencia del comercio exterior, \u00E9sta debe ser resuelta en favor del inter\u00E9s nacional superior. Chile no puede dejar que la Capital siga creciendo en la forma desmesurada en que hoy lo hace. No puede permitir que toda la riqueza nacional se concentre en una sola ciudad y que el producto del trabajo de todos los chilenos sea aprovechado por los capitalinos. No obstante, ellos pagan un alto precio por vivir en un clima y ambiente absolutamente inadecuados. \nLa nueva normativa tiende a favorecer el comercio exterior chileno. Desde luego, es absolutamente amplia para las exportaciones -aquello que m\u00E1s nos interesa- y amplifica enormemente lo concerniente a las importaciones. Las nuevas disposiciones s\u00F3lo tienen limitaciones subordinadas al inter\u00E9s nacional, lo cual dice relaci\u00F3n al control de las mercader\u00EDas que se importan y al resto de la normativa legal que requiere modificarse si se pretendiere lo que aqu\u00ED se ha sostenido. \nEl se\u00F1or D\u00CDEZ ( Presidente ).- \nSe\u00F1or Senador , debo advertirle que su tiempo ha concluido.\n \nEl se\u00F1or URENDA.- \nPor \u00FAltimo, existe un claro inter\u00E9s de nuestro pa\u00EDs por no seguir el despoblamiento de las regiones y fortalecer a Santiago, sino de procurar un crecimiento arm\u00F3nico que favorezca a todos los chilenos, en especial a los propios habitantes de la Capital.\n \nHe dicho. \n " . . . .