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El señor DÍEZ ( Presidente ).-
En el primer lugar de la tabla figura el proyecto de la Cámara de Diputados que posterga la aplicación del reavalúo de los bienes raíces agrícolas, con informe de la Comisión de Hacienda y urgencia calificada de "Discusión Inmediata".
-Los antecedentes sobre el proyecto figuran en los Diarios de Sesiones que se indican:
Proyecto de ley:
En segundo trámite, sesión 25ª, en 6 de agosto de 1996.
Informe de Comisión:
Hacienda, sesión 26ª, en 7 de agosto de 1996.
El señor DÍEZ (Presidente).-
En discusión general y particular el proyecto.
Ofrezco la palabra.
El señor ROMERO.-
Señor Presidente , el objeto del proyecto es mantener los avalúos de los bienes raíces agrícolas que regían al 30 de junio de 1996, y fijar la vigencia de los nuevos avalúos a contar del 1º de julio de 1998. En consecuencia, los actuales regirían hasta el 30 de junio de 1998.
El fundamento de esta iniciativa, según el mensaje, dice relación a la difícil situación por la que atraviesa la actividad agrícola en algunas regiones del país, específicamente producto de la sequía y de otras condiciones climáticas presentadas últimamente.
En verdad, el proyecto se funda en una razón real. Porque no cabe la menor duda de que hoy Chile está presenciando un fenómeno, por desgracia, muy similar al ocurrido en 1967-1968, período en el que tal vez se produjo la condición climática más adversa para nuestro país en lo que va corrido del siglo: la falta de lluvias así como la escasez de nieve en la cordillera, lo cual plantea una situación extraordinariamente difícil.
Hace algunos días, solicité oficiar a diversas reparticiones con el objeto de llevar a cabo una evaluación lo más objetiva posible respecto de este problema y de los efectos que se pueden producir con relación a diversas actividades, no sólo agrícolas o agropecuarias, sino también mineras y de otro orden.
El abastecimiento de agua resulta extraordinariamente difícil en algunas regiones. Ayer leí una declaración de un importante dirigente, experimentado y conocedor de la zona, en la que señala que hoy el agua superficial del río Aconcagua es imperceptible, lo que no ocurría desde 1967-1968. Menciono estos años, porque, sin duda -hay estudios y estadísticas que avalan lo que estoy afirmando-, constituyen el período de mayor escasez y sequía -diría, con caracteres catastróficos- que hubo en el presente siglo.
Pero, más allá de ese fenómeno y de la situación descrita, que probablemente nos van a obligar el día de mañana a realizar un análisis bastante más profundo del que se pudiera efectuar con motivo de este proyecto, me parece que cabe hacer una profunda reflexión sobre la retasación de los bienes raíces agrícolas. No cabe la menor duda de que va a llegar el momento en que nos veremos enfrentados a efectuar dicho análisis, por lo cual, con el tiempo y la oportunidad debidas, deseo advertir a la autoridad y a quien corresponda acerca de la necesidad de estudiar sistemas alternativos de retasación de bienes raíces agrícolas. En efecto, el procedimiento que existe en la actualidad respecto de la capacidad de uso de la tierra se basa en criterios que pudieron ser válidos y reales hace 40 ó 50 años; pero lo cierto es que hoy nos encontramos ante una realidad completamente diferente. Entonces, lo que debemos hacer ahora es buscar una fórmula que permita que la retasación de los bienes raíces agrícolas tenga relación directa con la rentabilidad de las actividades que se realizan y ejercen en función de la tierra. Digo esto, porque va a llegar el momento -en 1998, cuando venza la prórroga que nos ocupa- en que nos vamos a ver enfrentados a una situación en la cual, a lo mejor, no reparamos oportunamente.
Por ello, solicito formalmente oficiar al señor Ministro de Hacienda con el objeto de que se sirva analizar la posibilidad de estudiar una alternativa de índices de retasación con el objeto de precaver que el día de mañana volvamos a un sistema que, a mi juicio, ya cumplió una etapa. Señalo lo anterior, porque para la pequeña y mediana propiedad agrícolas reviste mucha importancia la fijación de los avalúos, por cuanto la renta presunta se basa justamente en una presunción de utilidad sobre el valor de la tasación. Y ello tiene un extraordinario efecto, que debiéramos prevenir.
En todo caso, anuncio mi voto favorable al proyecto, y reitero el planteamiento que hoy formulo.
--Se anuncia el envío del oficio solicitado, en nombre del señor Senador, de conformidad con el Reglamento.
El señor DÍEZ ( Presidente ).-
Tiene la palabra el señor Presidente de la Comisión de Hacienda.
El señor LAVANDERO.-
Señor Presidente , el proyecto en debate fue aprobado por unanimidad en la Comisión de Hacienda. Y, en atención al problema de la sequía y a otros que pudieren afectar a la agricultura, juzgamos beneficioso despacharlo con la mayor rapidez posible.
La iniciativa, como lo señaló el Honorable señor Romero , posterga la aplicación del reavalúo de los bienes raíces agrícolas -el que ya se encuentra determinado- hasta el 1° de julio de 1998, fecha en que regirán los nuevos avalúos.
El proyecto favorecerá en forma directa a unas 163 mil propiedades agrícolas que tienen actualmente un avalúo fiscal superior a 1 millón 513 mil 680 pesos, por lo que están afectas a contribuciones. Dentro de ese número de propiedades están incluidas las de los sesenta y dos mil agricultores acogidos al sistema de renta presunta por tener ventas anuales que no exceden de las ocho mil UTM, es decir, de 18l millones 616 mil pesos, y cuyas propiedades, a abril de 1996, tuvieron un avalúo fiscal superior a diez UTM, equivalentes a 2 millones 625 mil 600 pesos.
Tales son los antecedentes que podría proporcionar al Senado, y que motivaron, además de la aprobación unánime del proyecto, que se tratara con suma celeridad, pues de lo contrario entrarían en vigencia los reavalúos actuales que, como dije, ya están elaborados, y que deberían ser pagados al 30 de septiembre próximo.
Por tal razón, solicito a los señores Senadores aprobarlo sin mayor debate, ya que no contiene ninguna excepcionalidad ni argumentación extra que diera margen a la presentación de indicaciones u observaciones. Insisto en que, si no se posterga la aplicación de los reavalúos, éstos entrarán en vigencia el 30 de septiembre. Y se debe proceder con rapidez porque la medida debe ser comunicada oportunamente a los contribuyentes.
Ojalá la iniciativa se apruebe sin debate, o sólo con fundamentación del voto.
He dicho.
El señor DÍEZ ( Presidente ).-
Tiene la palabra el Honorable señor Piñera.
El señor PIÑERA.-
Señor Presidente , deseo abordar, en forma muy breve, tres temas.
En primer lugar, una indicación que presenté a este proyecto y que fue rechazada por la Comisión de Hacienda. Ella se refería al segundo inciso del artículo único del proyecto, que dice: "Para la fijación de los nuevos avalúos, el Servicio de Impuestos Internos podrá eximir de la obligación de presentar la declaración a que se refiere el artículo 3° de la ley Nº 17.235, a todos los contribuyentes o a una parte de ellos.".
Mi indicación tenía por objeto precisar que tal exención se efectúe de acuerdo con normas de carácter general. La Comisión de Hacienda la rechazó por la única razón de que obligaría a un tercer trámite, pero se dejó constancia de que la intención de todos los miembros de esa Comisión, al aprobar el proyecto, era que esta facultad que se otorga al Director de Impuestos Internos no pueda ser usada en forma discrecional. Y me gustaría que también quedara constancia de ello en este debate.
En segundo lugar, hace 14 años que no se hacen reavalúos agrícolas. Esto es algo que se ha venido postergando una y otra vez, lo que constituye, sin duda, una muy mala práctica. Y creo que el problema de fondo es muy simple. Lo que debiera hacerse es efectuar un nuevo reavalúo de los bienes agrícolas para que reflejen su valor real al día de hoy. La dificultad está en otra parte: en que el avalúo determina las contribuciones, el impuesto de primera categoría y el impuesto global complementario de los agricultores. Y resulta que la ley actual establece que la renta presunta es de 10 por ciento. Es decir, se supone que los agricultores generan una rentabilidad de 10 por ciento sobre el valor de avalúo de sus bienes. Me parece que a estas alturas nadie seriamente podría pensar que la rentabilidad del sector agrícola es de 10 por ciento. Lo que corresponde hacer, en mi opinión, es enfrentar el problema de verdad y no seguir retrasando y retrasando los avalúos, y así contar con avalúos y presunciones de rentabilidades reales.
Eso es lo que debiera hacerse, y solicito oficiar al señor Ministro de Hacienda , pidiéndole analizar esta verdadera solución al problema. La rentabilidad del sector agrícola es, indudablemente, muy inferior a 10 por ciento. Por eso, juntamente con el Honorable señor Romero , deseamos enviar este oficio.
En tercer lugar, el Senado también aprobó el reavalúo de los bienes raíces no agrícolas, lo cual generó un cambio en el nivel de las contribuciones, y de acuerdo con la ley aprobada por esta Corporación, su aumento no podía exceder de 10 por ciento respecto del monto recaudado con anterioridad. Según el análisis que hemos hecho de las comunas de la Región Metropolitana, el aumento de los avalúos excede de 10 por ciento en gran cantidad de ellas.
Como la información respectiva nos ha sido imposible obtenerla, solicito oficiar al Ministro de Hacienda para que nos informe, comuna por comuna, en cuánto aumentaron los avalúos producto de la aplicación de la ley que estableció nuevos avalúos.
He dicho.
--Se anuncia el envío de los oficios solicitados, en nombre del señor Senador, en conformidad con el Reglamento.
El señor DÍEZ ( Presidente ).-
El Honorable señor Piñera ha pedido que quede constancia, en la interpretación de la ley, de que la facultad otorgada al Servicio de Impuestos Internos sólo se puede establecer con carácter general, coincidiendo con lo que dispone en este sentido el informe de la Comisión de Hacienda.
Si le parece a la Sala, se dejaría constancia de esa interpretación.
--Así se acuerda.
El señor DÍEZ (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Larre.
El señor LARRE.-
Señor Presidente , en líneas muy generales, los Senadores que me antecedieron en el uso de la palabra han planteado lo que yo deseaba manifestar al fundamentar mi voto. Pero quiero agregar otro elemento de juicio. El mensaje señala que la prórroga se basa en la difícil situación que enfrenta la agricultura chilena por factores climáticos. Y la verdad es que hay dos razones principales. Sin lugar a dudas, el "terremoto blanco" que afectó el año pasado a las regiones australes; después, la sequía de este verano, y ahora, la que padecen varias regiones del país, desde la Cuarta a la Séptima Región.
Pero hay un elemento que seguramente es el que ha provocado la más grave crisis en el sistema económico de la agricultura chilena: la situación de precios que enfrenta en este instante, especialmente, la ganadería, en las Regiones del sur. Sin duda, éste es uno de los factores que justifican la medida que estamos adoptando.
Concuerdo plenamente en la necesidad de tomar las providencias del caso para evitar que un nuevo avalúo fiscal provoque impactos catastróficos frente a la presunción de renta, por cuanto podría suceder que el remedio que estamos proporcionando en este momento, mate al enfermo en el futuro.
Al parecer, resulta indispensable en ese aspecto, hacer presente a las autoridades de Gobierno el planteamiento formulado por los señores Senadores que me antecedieron en el uso de la palabra.
Por lo tanto, me sumo a la petición a la Sala de aprobar el proyecto; pero, al mismo tiempo, recalco la necesidad de evitar las graves consecuencias de seguir postergando una decisión sin adecuar las medidas para que la agricultura se sostenga en Chile.
El señor DÍEZ (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Thayer.
El señor THAYER.-
Señor Presidente , estoy enteramente de acuerdo con el proyecto, y pienso que los antecedentes dados -que sobreabundan- tienen su justificación. Sin embargo, me surge la preocupación por la forma como viene presentado el proyecto, respecto de lo cual más de alguna vez se ha discutido.
La redacción no debiera ser ésta, porque la prórroga de un plazo ya extinguido es una especie de imposible lógico. Tal vez el artículo debiera decir, por ejemplo, "Fíjase un nuevo plazo que se extenderá hasta el 30 de junio de 1998, con sujeción a tales y cuales normas sobre la vigencia de los avalúos.". Y, en punto aparte: "Fíjase a contar del 1º de julio la vigencia de los nuevos avalúos que se determinen.".
Eso tiene lógica. Lo otro, a mi entender, es un error de expresión; pero, en el fondo, el proyecto merece ser aprobado unánimemente.
El señor DÍEZ ( Presidente ).-
Tiene la palabra el Senador señor Andrés Zaldívar.
El señor ZALDÍVAR (don Andrés).-
Señor Presidente , solamente deseo hacer algunas precisiones.
En primer lugar, estoy totalmente de acuerdo con la constancia pedida por el Honorable señor Piñera. Así se vio también en la Comisión de Hacienda, pues no puede ser otra la interpretación sino que el Servicio de Impuestos Internos actúe sobre la base de normas generales y no de manera discriminatoria. Pero, si se considera necesario dejar la constancia, me parece bien.
En segundo término, estimo oportuno hacer constar que el Ejecutivo procede en esta forma, porque reconoce que en el sector agrícola existe una situación difícil, no generalizada, pues sólo afecta a algunos sectores. En todo caso, en las actuales condiciones, es mejor evitar un reavalúo cuya aplicación se viene postergando por mucho tiempo.
Concuerdo en que esto de postergar por tantos años los reavalúos nos lleva a que, cuando queramos aplicarlos, se cree una situación bastante conflictiva, porque deben aumentarse en forma sustancial. Si transcurren 15 años, por supuesto que se produce una variación en los avalúos de los predios agrícolas y también de los bienes raíces urbanos.
No coincido con el Senador señor Piñera en el sentido de que, en virtud de las facultades dadas para el reavalúo de los bienes raíces urbanos -porque Su Señoría toma en cuenta la Región Metropolitana, y seguramente, sólo parte de ésta-, el Ejecutivo no haya cumplido con lo dispuesto en la ley correspondiente, de que el rendimiento no podía ser superior a 10 por ciento, o que tenía que ser por un diferencial de hasta 10 por ciento. En conformidad a los antecedentes que tenemos, el Gobierno se ha encuadrado perfecta y exactamente dentro de esos límites e, incluso, en algunos casos, el reavalúo fue menor en su promedio que el 10 por ciento aplicado a nivel nacional.
En mi opinión, ése es un cargo grave al Gobierno y al Servicio de Impuestos Internos, de no haber cumplido con una disposición legal.
Por otra parte, efectivamente si se aplicara el reavalúo de los predios agrícolas, se modificaría el valor de ellos, por razones obvias. Porque ha habido modificaciones sustanciales en los valores de las tierras. Nadie puede discutir que, en términos reales, los valores de los terrenos agrícolas hoy día son muy superiores a lo que costaban hace diez años. Basta observar lo que sucede con las tierras que circundan la Región Metropolitana, que están siendo destinadas a vivienda -lo cual es muy legítimo- y a parcelas de agrado, pese a estar calificadas como rurales. En ese sentido, actualmente se valoran en cantidades impresionantes: el precio de una hectárea en la zona de Colina, por ejemplo, es del orden de los 30 millones de pesos; lo mismo ocurre en otros sectores capitalinos. Y aunque puede que no sea igual en todos, efectivamente hay una plusvalía importante.
Por supuesto, cualquier reajuste general de los avalúos de bienes raíces incide en el sector agrícola y en los propietarios que tienen bienes raíces sujetos a presunción de renta.
La presunción de 10 por ciento ha sido siempre bastante moderada, porque también debe tenerse en cuenta que el avalúo fiscal de los bienes raíces no siempre refleja el valor comercial, pues aquél es muy inferior a éste. Por supuesto, al hacerse las retasaciones, tendrán que efectuarse simulaciones para ver de qué manera ello afecta al sector agrícola en su conjunto, sobre todo con la nueva realidad del mismo, especialmente en el tradicional. Porque tampoco podemos "meter en el mismo saco" a toda la agricultura. Hay sectores de ella que no serán afectados y que, por el contrario, van a ser beneficiados con las medidas que puedan tomarse en el próximo tiempo.
Estimo que es bueno que el Gobierno y el Servicio de Impuestos Internos, de aquí a esa fecha, puedan valorizar todos estos elementos, de manera de no provocar una situación de injusticia o la aplicación de gravámenes excesivos, que no estén acordes con la rentabilidad real del sector agrario.
Tengo plena confianza en que así ocurrirá por parte del Gobierno. Pero tiene que haber una modificación de los avalúos, pues es algo necesario. A mi juicio, es oportuno hacerlo ahora, porque estamos en un período de transición, en el cual se puede apreciar realmente lo que pasa en el sector agrícola.
Creo que el Ejecutivo ha procedido bien al recoger la intranquilidad existente en el sector agrícola. Confío plenamente que los nuevos avalúos signifiquen una situación de justicia para ese sector y que, por ningún motivo, se cometan arbitrariedades.
Por lo anterior, considero que el proyecto debe ser aprobado.
El señor DÍEZ (Presidente).-
Tiene la palabra el Senador señor Urenda.
El señor URENDA.-
Señor Presidente, hay consenso en el Senado respecto de la necesidad de adoptar medidas que alivien al sector agrícola frente a las diversas circunstancias que lo afligen.
Pienso que el camino seguido en esta oportunidad es equivocado y que, en el fondo, si bien significará un alivio importante para el sector agrícola en su conjunto, implica mantener como reales los avalúos existentes hace ya 16 años, lo que en la práctica implica una injusticia, dado el cambio del valor relativo de los bienes raíces.
Algunos de los señores Senadores que me precedieron en el uso de la palabra explicaron que los bienes raíces agrícolas -al igual que los urbanos- han tenido un alza considerable en su valor, pero que en otros casos no ha sucedido así.
Por lo tanto, mantener la situación actual significaría postergar una injusticia, porque los agricultores cuyas tierras han perdido valor siguen pagando sus impuestos conforme a tasaciones correspondientes a cuando ellas tenían un valor relativo mayor. Y, a la inversa, quienes se han visto beneficiados por el aumento de la riqueza global del país o por otras circunstancias específicas en zonas determinadas y que tienen bienes raíces que valen muchísimo más que antes -en términos relativos han subido bastante, en circunstancias de que otros, más bien, han descendido-, van a ser favorecidos por esta medida.
Estimo que el verdadero camino que debió haber seguido el Ejecutivo era producir un alivio global a la agricultura, lo cual era muy sencillo. Se trataba, simplemente, de calcular el impuesto por pagar con los nuevos aval��os, compararlo con lo de antes y la diferencia -no tengo la cifra a mano, pero puede ser 10, 20. 50 ó 70 por ciento-, rebajarla globalmente, por una vez o las veces que sea necesario, de los valores que resultan de las tasaciones actuales.
Se vuelve a repetir lo que más de una vez ha ocurrido: que, en el ánimo de salvar un problema puntual, se adopta un camino equivocado. Los reavalúos no son producto de un capricho de la autoridad, sino de la necesidad de adaptarlos a la cambiante realidad.
En consecuencia, si se estimaba que el pago de los avalúos conforme a las nuevas tasas significaba un recargo -por ejemplo, 50 por ciento-, la verdadera solución consistía en establecer una rebaja global de un tercio de los mismos para que, en definitiva, el conjunto de los agricultores de Chile pagara lo mismo que antes, pero en forma más equitativa. Porque quienes poseen bienes que se han valorizado fuertemente no tendrían por qué ser favorecidos por una circunstancia que afecta a la agricultura en su conjunto.
Por ello, lamento el camino seguido que, tal vez, resulte más cómodo, aun cuando el otro consistía exclusivamente en una operación aritmética, esto es, que las nuevas liquidaciones de impuestos se rebajaran en determinado porcentaje. Se habría alcanzado el mismo resultado, los agricultores no pagarían más tributos y recibirían el beneficio que el Gobierno desea otorgar, pero en forma más equitativa, conforme a la realidad existente en el agro y no a lo que sucedía hace 16 años, como se señaló.
Respecto de lo indicado por otros señores Senadores en cuanto a la aplicación de las normas de reavalúos de las propiedades urbanas, indudablemente que, por la misma circunstancia a que me referí, sus efectos son muy distintos en las diversas comunas del país. Y la intención del legislador de que no suban más de 10 por ciento, se traducirá en que, en determinadas zonas de gran plusvalía, el aumento será mayor, mientras que en otras, habrá disminución del precio. Pero si se pretende que en ninguna comuna del territorio los impuestos excedan de 10 por ciento, como en muchas de ellas habrá rebajas, nos encontraríamos con una situación absolutamente distinta del propósito del legislador.
Es obvio que no queda sino aprobar el proyecto, pues carecemos de facultades para alterar el sistema. Sin embargo, insisto en que so pretexto de facilitar un trámite y otorgar un beneficio, no se puede, en el fondo, perpetuar una injusticia; seguir castigando en exceso a muchos agricultores cuyas tierras han resultado desmejoradas, y beneficiar innecesariamente a quienes poseen suelos más valiosos.
El señor DÍEZ ( Presidente ).-
Tiene la palabra el Senador señor Díaz.
El señor DÍAZ.-
Señor Presidente, si hay algo cambiante en los negocios es la agricultura, por lo cual, sin duda, cuesta mucho ser justo en la aplicación de tributos a tal actividad.
Quien plantaba cinco hectáreas de kiwis hace ocho o diez años se convertía en millonario en poco tiempo, cuando el kilo de ese producto costaba tres o cuatro dólares. En la actualidad, hay gente que está arrancando las plantaciones. Algo similar vale para las manzanas y la fruta en general.
Respecto de lo señalado por el Honorable señor Larre en relación con el precio de la carne, es cierto que está bajo, pero hay momentos en que sucede lo contrario; otro tanto ocurre con el trigo.
Por otra parte, la tierra puede cambiar de condición en un par de años. A modo de ejemplo, en los alrededores de Convento Viejo, al construirse el tranque y permitir el riego, la tierra subió de 1 a 100 en su valor. Porque el cambio de la condición de secano a riego altera totalmente el valor del suelo.
Es difícil legislar en forma absolutamente justa en un tiempo breve; pero, indiscutiblemente, el proyecto del Ejecutivo trata de salvar la situación de emergencia que se vive en el agro con una medida que es adecuada, como se ha explicado.
Hubo problemas que han afectado a la agricultura, como el "terremoto blanco" y la sequía actual. Pero esta última ha sido superior en la Cuarta Región, la cual, por muchos años, se encuentra con un prolongado déficit de agua. Sin embargo la situación de ella es diferente a la de la Séptima y la Octava Regiones, que no han enfrentado la misma emergencia.
Indudablemente, con este tipo de iniciativas algunos resultan más favorecidos que otros; pero el oportuno intento del Gobierno de resolver la situación parece totalmente atendible.
Reitero que, si bien no es perfecto, el proyecto al menos trata de salvar una situación. y por ello lo votaré favorablemente.
El señor DÍEZ (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Cooper.
El señor COOPER.-
Señor Presidente, deseo reiterar lo señalado en relación con el porqué del reavalúo, el cual resulta evidente, por cuanto el valor relativo de la tierra en el tiempo es variable, pues depende de circunstancias climáticas y de otra índole que el agricultor y el Gobierno muchas veces ni siquiera pueden manejar.
A modo de ejemplo, un camino que se construye lógicamente debiera contribuir a dar mayor valor al suelo, pues permite comunicarse y acceder a los centros comerciales. Pero ocurre que, en la actualidad, las inversiones no sólo las hace el Estado, sino también los particulares, por medio de concesiones, lo cual significa un costo que el agricultor y el productor deben absorber.
Como puede apreciarse, si bien hay un mejoramiento en cuanto a las potencialidades de la tierra para producir, por otro lado, la política sobre el particular se orienta a cobrar peaje por determinados trayectos, lo cual será lo que finalmente se imponga. Y ese factor, que anteriormente resultaba indiscutible en cuanto a que mejoraba las posibilidades del suelo, hoy tiene una concepción distinta.
Del mismo modo, pensemos en el desafío que significa para el país enfrentar el MERCOSUR. Se están estudiando y proponiendo medidas de protección en forma gradual para la agricultura, lo cual también es importante considerar en un futuro reavalúo del sector agrícola. Es verdad que la tierra es potencialmente rentable, pero debe tenerse muy en claro que una cosa es la rentabilidad del suelo, y otra la de las inversiones aplicadas a él, las cuales, por lo general, son considerables.
Por ello, reafirmo lo señalado por algunos señores Senadores en cuanto a que si bien es necesario postergar los reavalúos, parece importantísimo que en el futuro se valoricen los terrenos como corresponde. Las situaciones de cada región son enteramente distintas.
El señor LAVANDERO.-
¿Me concede una interrupción, Honorable colega?
El señor COOPER.-
Con el mayor gusto, con la venia de la Mesa.
El señor DÍEZ ( Presidente ).-
Puede hacer uso de ella, Su Señoría.
El señor LAVANDERO.-
Comparto plenamente lo señalado por el Senador señor Cooper. Uno de los graves problemas que enfrentan los agricultores es que cuando acuden a un banco a solicitar un préstamo ofrecen en garantía una propiedad con un avalúo pequeñísimo, por lo que no les facilitan los recursos que necesitan. Ésa sería una razón para que las propiedades agrícolas tengan un avalúo real. Otra se refiere a la tasa que se les aplica. Los avalúos reales benefician a los agricultores y no los perjudican.
Respecto de lo manifestado por el Honorable señor Urenda, en verdad, las contribuciones se pueden descontar del Impuesto a la Renta; pero, para hacerlo, es necesario llevar contabilidad, aunque sea simplificada. Hay una cantidad enorme de personas exentas, a quienes no les empece el problema de los impuestos, pero sí el que puedan acceder a créditos, sea en el Banco del Estado o en la banca privada.
Por eso, encuentro toda la razón al Senador señor Cooper en lo que ha señalado.
El señor DÍEZ (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Cooper.
El señor COOPER.-
Señor Presidente , estimo fundamental que, sobre la base de este concepto, separando la rentabilidad de la tierra, que es potencial, de la rentabilidad que realmente produce un predio, se haga efectivo un reavalúo -insisto- por Regiones, conforme a la diversidad presente en ellas, aun cuando dentro de éstas también las condiciones son distintas.
A mi juicio, esta postergación resulta indispensable y votaré a favor. Sin embargo, adhiero a lo planteado en la Sala, en el sentido de que el problema debe ser analizado más a fondo, especialmente ante lo que significa el desafío del MERCOSUR, el cual nos obligará a revisar todo lo referido a la rentabilidad agrícola y a la producción.
El señor ZALDÍVAR (don Adolfo).-
¿Me permite, señor Presidente ? Seré muy breve.
El señor DÍEZ ( Presidente ).-
Tiene la palabra el Honorable señor Adolfo Zaldívar.
El señor ZALDÍVAR (don Adolfo).-
Señor Presidente, manifiesto mi más decidido apoyo al proyecto del Gobierno, pero la forma de justificarlo, que me parece lógica y cierta, no nos debe confundir en cuanto a la situación agrícola en el futuro, en el sentido de que es necesario abordar una política agraria que no haga indispensable estar permanentemente adoptando este tipo de medidas, las que, aun siendo justas, no permiten desarrollar aquélla, para realmente impulsar este sector.
Es cierto, nos encontramos en una situación de transición en donde, como lo han afirmado varios señores Senadores, en el área económica se están produciendo cambios importantes, pero también es imperioso tener plena conciencia de lo que significa y ha significado la agricultura en nuestro país. En tal virtud, a mi juicio, es preciso que el país aborde, hacia el sector agrícola, y fundamentalmente hacia los pequeños y medianos agricultores, una política que les permita desarrollarse, afianzarse y constituir el elemento que requiere nuestro pleno desarrollo económico, y evitar así que haya sectores, como ocurre hoy, expuestos a quedarse marginados o ajenos a un beneficio general que todos auguran para los próximos años.
El señor DÍEZ (Presidente).-
Si le parece a la Sala, se aprobará en general y particular el proyecto.
Aprobado.
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