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- rdf:value = " El señor NUÑEZ.-
Señor Presidente , en el último tiempo hemos observado, con gran preocupación, que destacados actores de la vida política nacional, especialmente vinculados a partidos de Derecha, han proseguido su ofensiva destinada a demostrar que CODELCO es más útil para Chile en manos privadas. Para fundamentar tal posición, no dudan en utilizar cifras e informaciones que distan mucho de la realidad y tienden a distorsionar gravemente la verdad.
Permítaseme entregar algunas cifras que ilustran lo antedicho.
CODELCO-Chile presentó en el año 1993 costos directos de producción de 57,7 centavos de dólar por libra de cobre, en circunstancias de que los costos directos del promedio de los grandes productores en el mundo fueron de 61,9 centavos de dólar por libra.
Los aportes netos de CODELCO al Estado en los últimos diez años, desde 1984 hasta 1993, son del orden de los 9 mil 134 millones de dólares, cifra que, expresada en dólares de 1993 y capitalizada a una tasa de 10 por ciento durante la misma década, significa un aporte neto al Fisco de más de 15 mil millones de dólares; no de 300 millones, como lo señaló recientemente el Presidente de un Partido de Oposición , quien demostró, así, estar profundamente desinformado.
Estos aportes son equivalentes a dos veces la recaudación tributaria neta total del país durante 1993, y se constituyen, en consecuencia, en una fuente de indudable importancia para el adecuado funcionamiento del Estado, con un fuerte impacto en el financiamiento de los programas sociales destinados a la superación de la pobreza. Estos datos provienen de los cuadernillos que edita normalmente CODELCO-Chile.
Asimismo, la rentabilidad bruta promedio de la empresa, en relación a sus ventas en los cinco años anteriores a 1992 (etapa "pre Dávila"), fue de 42,2 por ciento, y, en relación a su patrimonio, de 56,4 por ciento (en 1992 la rentabilidad disminuyó a 39 por ciento, en relación a las ventas).
Por otro lado, la rentabilidad esperada en relación a su patrimonio, a mediano plazo, según lo estimado por las autoridades de CODELCO, será de casi 61 por ciento antes de impuestos.
Las utilidades esperadas para la empresa en 1995, por venta de cobre fino, ascenderán a un mil 500 millones de dólares, también según los cálculos estimados, mientras que el conjunto de las empresas privadas del rubro tributarán, en ese mismo año, 150 millones de dólares, es decir, sólo 10 por ciento de la cifra anterior. Los datos hablan por sí solos.
Como puede observarse a la luz de estas cifras, las que constan en diversos informes técnicos especializados y públicos, CODELCO-Chile constituye un gran negocio para el país.
Por otro lado, con insistencia se señala que la mantención de CODELCO en manos del Estado implicaría marginar a los inversionistas privados, nacionales y extranjeros, de los negocios del cobre. La afirmación es una falacia. Primero, porque es cada vez más evidente que la participación de éstos en el negocio minero ha aumentado de manera tal, que en los próximos años serán el sector prevaleciente en la actividad cuprífera. Segundo, porque, a través de una iniciativa del Gobierno del Presidente Aylwin, materializada en la ley N° 19.137, de 12 de mayo de 1992, se abrió la posibilidad de que CODELCO-Chile estableciera sociedades con capitales privados en todos los yacimientos que no sean considerados de reposición. Es decir, por primera vez en nuestra historia económica, los empresarios privados, nacionales y extranjeros, podrán acceder, mediante "joint ventures" o en otras formas, a los millones de hectáreas que constituyen más de 33 por ciento de las manifestaciones mineras del país, en manos de CODELCO. Es justamente en este sector, abierto a la creatividad y a la innovación, a la capacidad emprendedora y a la eficiencia, donde los empresarios privados deben poner su interés; y no en los yacimientos desarrollados por la empresa estatal durante todos estos años, producto del esfuerzo desplegado durante décadas por trabajadores, técnicos e ingenieros chilenos.
Señor Presidente , quienes sostienen, como yo, que CODELCO-Chile debe permanecer en manos del Estado -posición que he mantenido de manera invariable- no lo hacen imbuidos de un espíritu conservador y nostálgico. Esa es una caricatura inaceptable. La realidad de estos años demuestra que me encuentro entre aquellos que han intentado abordar, con honestidad política e intelectual, temas políticos y sociales con una impronta renovadora, asumiendo propuestas que han mostrado nuestra visión de futuro, así como la disposición a enfrentar los desafíos de Chile sin cortapisas ni anteojeras, sean éstas culturales, políticas, ideológicas o económicas.
Lo que sostenemos, por lo tanto, acerca de CODELCO, es absurdo calificarlo sobre la base de posiciones maniqueístas, entre retardatarios y revolucionarios, o entre modernos y no modernos. Esto, señor Presidente , porque estamos frente a un tema de gran importancia histórica para nuestro país. Digamos, al respecto, lo siguiente.
Primero, CODELCO es producto de nuestra historia y de los grandes consensos nacionales de una época, que supieron mirar el interés nacional por sobre los intereses particulares. La chilenización y la posterior nacionalización de la gran minería del cobre fueron la respuesta que dio la nación toda ante la necesidad de tener para sí una riqueza de tanta envergadura.
Segundo, este consenso básico estuvo fundado en la conciencia cierta, no desmentida por la realidad, de que es imposible pensar en el desarrollo de Chile -especialmente, en cuanto a los avances en la lucha por la justicia social- y en un país democrático y moderno sin la presencia de CODELCO en manos de todos los chilenos.
Tercero, los avances de la industria minera nacional se deben principalmente a la acumulación de experiencia, investigación e innovación que ha realizado CODELCO . El "know how" de la Corporación del Cobre es histórico, es decir, es el producto de un Estado que supo asumir desde muy temprano el desafío o la obligación de capacitar a miles y miles de chilenos como técnicos, ingenieros y trabajadores en la actividad minera. Es, también, el resultado de haber tenido la visión de crear institutos de estudios superiores como la Escuela de Minas de Copiapó en 1854 -hace 140 años- y la Universidad Técnica del Estado, donde se prepararon y se preparan los cuadros técnicos necesarios para enfrentar el reto de participar conscientemente en una actividad tan vital para el destino de Chile.
En cuarto lugar, sólo a través de estas acciones y de miles de horas ocupadas en investigación tecnológica y en innovación de procesos productivos nuestro país puede exhibir hoy día una empresa que es capaz de exportar minería. Y no sólo cobre, sino también tecnología innovadora y eficiente, como lo fue en su momento el Convertidor El Teniente, orgullo de la tecnología nacional.
Por último, cuando se habla de privatizar CODELCO, es necesario tener en cuenta que Chile va a poseer en los próximos años, a pesar de la enorme cantidad de recursos cupríferos que estamos sacando de las entrañas de las minas en la actualidad, el 35 por ciento de las reservas mundiales de cobre conocidas, y que este mineral sigue siendo vital en el desarrollo industrial del mundo. En efecto, los procesos de industrialización que están en marcha en los países europeos orientales y en África requerirán de nuestro cobre, lo cual confiere a este metal un valor estratégico de vital importancia para Chile.
Por lo tanto -digámoslo francamente-, el desarrollo de esta empresa, su presencia en el mercado mundial y su indiscutido liderazgo son factores que no se dan en otros sectores de nuestra actividad económica.
CODELCO-Chile no es cualquiera empresa estatal, y no es cualquiera empresa. En consecuencia, no es homologable con otras empresas que posee el Estado. En ella ha confluido una gran variedad de elementos -humanos, técnicos, económicos y culturales- que la han transformado en un caso inédito en la historia económica de Chile.
Por otro lado, y desde una perspectiva más estratégica, sectores de Derecha han argumentado que el plan inversional diseñado por la actual administración de la empresa implicaría que el Estado dejará de percibir los ingresos que ella le genera y cuyo destino debería ser el de enfrentar los graves problemas de salud, educación, vivienda y otros. Esto es otra falacia. Se omite decir que casi la totalidad de los recursos necesarios para financiar este plan de inversiones plurianual serán generados internamente por la propia empresa, a través de depreciaciones y provisiones, y, en una mínima parte, mediante endeudamiento.
Seamos claros. El desarrollo de CODELCO y su capacidad para emprender por sí su plan inversional, sin la participación de capitales privados, sean éstos provenientes de los fondos de las administradoras de fondos de pensiones o de otras fuentes, no significan, bajo ningún respecto, una visión estatista o conservadora del crecimiento de la empresa. Muy por el contrario. De lo que se trata es de ser capaces de mirar su futuro con sentido nacional, más allá del corto plazo y de lo inmediato. Hay que mirar estratégicamente el horizonte de desarrollo de esta actividad tan vital para Chile. Aún está fresco, creo, en el recuerdo de todos, en la memoria colectiva de la nación, lo ocurrido con el salitre, en donde, por la incapacidad de situarse más allá de la coyuntura, se perdió la oportunidad histórica de desarrollar tal riqueza en toda su plenitud.
CODELCO-Chile tiene la posibilidad cierta de transformarse en la gran empresa de cobre del mundo. Por la magnitud de sus reservas; su experiencia acumulada durante muchos años; la calidad y conciencia de sus trabajadores; su creciente proceso de transnacionalización; su competitividad y desarrollo de usos alternativos del cobre, está llamada a transformarse en el agente regulador del precio del metal rojo en el mercado mundial. Al cumplir este rol, no sólo estamos asegurando estabilidad en los valores futuros del cobre, sino también, principalmente, garantizando a todos los chilenos, y en especial a los más pobres, que el Estado podrá contar con los recursos necesarios para seguir enfrentando el reto de hacer de Chile un país donde reine la justicia social.
En este contexto, es importante relevar la declaración entregada por las autoridades ministeriales y por el propio Vicepresidente Ejecutivo de CODELCO en el sentido de que los actuales yacimientos y los de reposición serán explotados y desarrollados como empresas ciento por ciento de propiedad estatal, lo cual se constituye, en nuestra opinión, en una gran noticia, que los socialistas compartimos. Este compromiso, respecto del plan de inversiones multianual de CODELCO, que ha sido comunicado por las autoridades mencionadas, significará que año a año se evaluarán su funcionamiento, su gestión y sus avances en el proceso de análisis del presupuesto de la Corporación.
Esta política, a nuestro juicio, abre una nueva fase en el desarrollo de CODELCO, que es necesario enfrentar mancomunadamente entre autoridades, ejecutivos, trabajadores y empresarios vinculados directamente a la Corporación, a través del Poder Legislativo, del Ejecutivo; en fin, la comunidad en su conjunto debe comprometerse en este proceso y desplegarse sobre la base de materializar el principal desafío de CODELCO-Chile: su modernización.
Nadie discute la importancia que ello tiene. Por el contrario, hemos hecho nuestra la idea de que es fundamental, para el futuro de la empresa, modernizarla, a fin de que pueda enfrentar con éxito los enormes desafíos que se le presentan en el mercado mundial de metales.
Señor Presidente , esto significa que, en el futuro próximo, CODELCO tendrá que aumentar -y a ello se han comprometido las actuales autoridades- la productividad y disminuir, en consecuencia, los costos de explotación; perfeccionar la calidad de las faenas mineras; introducir mejoras sustantivas en todo lo que es la competitividad de nuestro principal recurso; implementar una gestión eficiente, descentralizada y flexible; desarrollar un esfuerzo permanente de investigación e innovación tecnológica, para poder enfrentar, entre otras cosas, los retos que implica el hecho de que está "ad portas" la posibilidad de que las grandes economías mundiales lleven a cabo alternativas que sustituyan el cobre; reafirmar y continuar con el desarrollo del plan de descontaminación de las fundiciones de la Corporación, a fin de contar con procesos productivos ambientalmente sustentables; materializar en la realidad, y no solamente en el papel, la alianza estratégica entre trabajadores y ejecutivos de la empresa -así lo han manifestado los dos sectores-, como un mecanismo para comprometer a los primeros en el cumplimiento de las metas referidas a la calidad de la gestión, la productividad, la competitividad, etcétera. Este hecho, inédito en la historia de las empresas públicas de nuestro país, todavía tiene que dar pasos mucho más significativos para asegurar la tranquilidad de los trabajadores y hacer posible que los ejecutivos cumplan las metas que se están señalando.
Por último, cabe expresar que la política diseñada por el Gobierno del Presidente Frei se traduce en que debemos aprobar dentro del más breve plazo posible, cuando llegue al Senado, el proyecto que modifica la Ley Orgánica de CODELCO y transforma a ésta en un holding estatal, de manera tal que se permita una efectiva descentralización de la empresa y se fortalezca el control de la misma por parte de su directorio -en nuestra opinión, debe estar constituido básicamente por profesionales-, con el objeto de asegurar una flexibilización legal de tal naturaleza que le posibilite transformarse en una verdadera empresa transnacional exportadora de minería, que es lo que el país orgullosamente desea desplegar en el próximo futuro a través de ésta y otras empresas que puedan ser competitivas en el área.
He dicho.
"