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- rdf:value = " El señor HORVATH.-
Señor Presidente , en primer término, para no repetir argumentos, subrayo el diagnóstico, que en gran medida comparto, de que la sequía no es un flagelo exclusivamente referido a las Regiones Cuarta a Novena --y también a la Décima, tal vez --, sino a todo el país.
Y, desde un punto de vista global, se trata de un fenómeno que vive el planeta, aspecto que no se puede descuidar. Cabe recordar que están ocurriendo el efecto invernadero y el proceso de desertificación y erosión, además del agujero de la capa de ozono.
Chile ha sido parte de encuentros internacionales tendientes a abordar estos temas y ha firmado diversos compromisos, incluida la denominada "Agenda 2l", en virtud de la cual los distintos países deben materializar coordinadamente determinadas acciones. Si no, no será posible revertir en forma individual los daños que nosotros mismos infligimos a la Tierra.
En segundo lugar, las cifras de erosión y desertificación en el territorio nacional son verdaderamente alarmantes. Y, aunque sea una repetición, conviene no olvidarlas: 48 millones 334 mil hectáreas presentan procesos de erosión y desertificación, desde la Primera Región hasta la Duodécima. En Magallanes, por ejemplo, 4 millones 900 mil hectáreas muestran una fuerte erosión, voladuras de suelo, desertificación acentuada y sequía, lo que está afectando a la ganadería y deteriorando el paisaje y la calidad de vida.
Llama la atención el uso del agua en nuestro país: este bien, que es escaso, se devuelve como agua servida al medio natural, principalmente al mar, en pésimas condiciones.
Causa extrañeza que luego de los serios problemas derivados de la construcción del sistema de evacuación de aguas servidas en la Quinta Región, se esté edificando una obra para verter 6 metros cúbicos de agua por segundo al mar, lo cual demanda una inversión de decenas de millones de dólares. En un país de gente que piensa y que desea realmente rescatar sus recursos, lo lógico sería que el vital elemento ya usado fuera tratado en forma primaria o secundaria para utilizarlo nuevamente, al menos en recreación y riego. Sin embargo, las inversiones se han realizado justamente en sentido contrario.
Se ha señalado que falta una política integral de manejo de las cuencas. En tal sentido, no parece aceptable que en el Congreso --donde no se advierte una clara definición de parte del Ejecutivo , quien pone las urgencias y maneja el tema-- la tramitación del proyecto tendiente a modificar el Código de Aguas para asegurar el uso ecológico de los cursos de agua de los ríos; para coordinar la acción de las instituciones públicas y privadas en torno de dicha actividad y, además, para obligar al cuidado de aquéllas, a través del pago de un derecho mínimo por su utilización, se encuentre detenida desde hace prácticamente cinco años, y que tales materias no se hayan concordado con el Ejecutivo , el cual fija las urgencias de las iniciativas.
No deseo pasar por alto un comentario que puede ser "refrescante" en este verano: los Campos de Hielo Patagónico Sur constituyen una de las áreas de mayor reserva de agua del planeta. No se trata de un terreno más o un terreno menos, o de un territorio sin valor. Así como el petróleo ha sido importante como recurso natural en el siglo XX, el agua, por su escasez, va a ser un bien escaso demasiado apetecido en el siglo XXI. Por eso, debe hacerse saber --sobre todo a las personas que no la conocen -- que en esa maravillosa zona tenemos una reserva de 10 millones de metros cúbicos de agua, los cuales se renuevan anualmente, siendo la segunda reserva de agua potable más importante del planeta.
En torno de estas materias, corresponde buscar consensos entre el Ejecutivo y el Parlamento sobre algunas de las medidas estructurales de fondo y otras de carácter administrativo que pueden adoptarse inmediatamente. De esa manera podría haber acuerdo para tramitar rápidamente el proyecto que modifica el decreto ley 701 y asegurar y bonificar la forestación y reforestación. Según los antecedentes que poseemos, tal iniciativa es claramente insuficiente, porque beneficia solamente a los pequeños propietarios forestales y sólo a las áreas con procesos de erosión y de degradación; pero, también, se requiere consolidar una actividad forestal entre la Cuarta y la Sexta Regiones, y entre la Décima Región Sur hasta la Duodécima, tal como se ha realizado entre la Séptima y la Décima Región Norte. Eso no puede ser dejado de lado. En el fondo, como está el proyecto, no se cubriría el espectro que es necesario abarcar. Sólo sería una gota de agua en el mar de las necesidades reales.
Asimismo, es necesario concordar planes para estudiar expedita y eficientemente el proyecto de recuperación del bosque nativo. A través de nuevos parámetros de evaluación, el último catastro ha demostrado que, a pesar de que dicho bosque no ha crecido en el país, tiene gran cantidad de renovales y, por lo tanto, requiere ser intervenido para recuperar las especies nativas deterioradas y degradadas. Además, si ello no se realiza en forma paralela, podríamos estar dando una señal perversa, en cuanto a bonificar la forestación con especies distintas, mediante la sustitución de nuestro bosque nativo.
Respecto al sector rural de nuestro país, en verdad la migración es dramática. Según cifras dadas por la Corporación para la Regionalización de Chile y sobre la base del estudio realizado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, relativo a la megacefalia existente en Chile --distribuido recientemente en el Congreso Nacional--, dicho sector va siendo cada día más postergado y, en consecuencia, debe ser desarrollado efectivamente para evitar todos los problemas que están incidiendo en el deterioro de nuestros recursos y, en definitiva, en la disponibilidad de la cantidad y calidad de agua.
El Decreto Ley Nº701 produjo en 20 años 850 mil nuevas hectáreas forestadas. Debería hacerse una acción igual al menos, o superior, con la nueva versión de ese decreto.
Se planteó en la Sala aumentar el uso de pozos de aguas subterráneas. En realidad, es un mecanismo de emergencia; perol, no olvidemos que un metro de napa que agotemos, significa recuperarlo en cien o mil años. O sea, no se trata simplemente del dicho "pan para hoy y hambre para mañana", sino que puede ser incluso más grave, por lo que esta materia debe ser también abordada de manera muy profunda.
Por ello, se necesita de una acción coordinada entre los Poderes Legislativo y Ejecutivo para implementar una política que asuma los compromisos y no solamente salir de la coyuntura, porque el problema es grave, pues con él seguiremos viviendo y, por lo tanto, debemos acostumbrarnos a futuro.
"
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