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El señor ZALDÍVAR (don Adolfo) .-
Señor Presidente , hay fechas que, con el correr del tiempo, cobran su verdadero sentido y alcance. Y una de ellas, sin lugar a dudas, es la del 5 de octubre, que, a mi juicio, adquirirá día tras día mayor relevancia.
No me cabe duda de que ese día -que Su Señoría tuvo oportunidad de recordar al intervenir en un acto organizado por los partidos de la Concertación- reviste una significación mayor de la que hoy podamos atribuirle quienes integramos ese conglomerado. Es una fecha que el pueblo de Chile la irá haciendo suya cada vez más, porque estoy convencido de que constituye el primer gran paso hacia la reconciliación política entre los chilenos. Ciertamente, en esa ocasión se obtuvo el triunfo de los partidos de la Concertación al ganar el "No". Y, a veces, cuando recordamos todo lo que hicimos y lo que trabajamos en esa campaña, nos embarga la emoción.
Sin duda, es una fecha histórica dentro del procesó político chileno. Por eso hoy en el Senado quiero reflexionar sobre su significado y alcances. Y el pueblo, al ejercer su soberanía en ese momento, hizo suya esa fecha. Por eso pienso que ella, con el transcurso del tiempo, adquirirá mayor trascendencia y dimensión histórica.
Pero también debemos analizar cómo fue posible llegar a ella. Y me parece que empequeñece su importancia el hecho de que hoy día los partidos de la Concertación la conmemoren como patrimonio exclusivo, porque, en verdad, ella reviste mayor trascendencia y constituye, sin lugar a dudas -lo dije y lo sostengo-, el primer gran paso en la reconciliación política entre los chilenos.
Y eso fue posible -debemos decirlo con generosidad- porque el Gobierno de la época estableció una institucionalidad, de la cual discrepamos en su oportunidad, pero que la aceptamos como un hecho; y además, porque respetó el resultado, más allá de cualquier cosa, lo que, sin lugar a dudas, es un mérito, porque hizo posible que transitáramos, que hoy estemos en este Hemiciclo y que hombres que ayer estuvimos divididos hoy nos encontremos en un debate, buscando entre todos el camino para seguir avanzando.
Dejo sentado este hecho, porque considero que se actúa con pequeñez cuando no se reconoce la verdad de la historia y de los hechos. Ello fue posible porque el Gobierno de la época -insisto- estableció una institucionalidad que lo permitió. Discrepábamos de ella, y lo seguimos haciendo. Incluso hoy hemos presentado un proyecto de reforma de la Constitución para restablecer plenamente la soberanía popular.
En segundo lugar, ello fue posible porque la Oposición de esos años tuvo coraje y prudencia para aceptar entrar a esa institucionalidad, no obstante que muchas voces nos decían que estábamos equivocados y que debíamos seguir el camino de la confrontación para encontrar una salida. Pero primó la cordura e hicimos una apuesta muy difícil, porque había que luchar contra un adversario que en ese momento tenía la suma del poder. ¡Por Dios que fue difícil!
Por eso, al recordar hoy esa fecha, quiero rendir un homenaje a todos los que la hicieron posible. Deseo rememorarla con el verdadero sentido histórico que tiene, como el primer gran paso hacia la reconciliación, la que se pudo llevar a cabo porque también se dieron otros pasos. Y sin lugar a dudas la transmisión del mando también fue uno de ellos, ya que un gobernante que detentó el poder durante 17 años entregó el poder. Creo que eso también es parte de todo este proceso.
Por eso, hoy tenemos derecho a pedir y a reclamar -si actuamos con grandeza y generosidad- que nos abramos a hacer una Constitución plenamente democrática, para que no haya Capítulos de ella que estén al margen de la soberanía popular, única fuente de legitimidad, y que en definitiva nos permitirá encontrar los consensos necesarios. Porque la verdad es que la soberanía popular, desde hace muchos años, es parte, no sólo de nuestras tradiciones, sino también de lo mejor de las tradiciones políticas de Occidente y del mundo civilizado.
Por eso, señor Presidente , hoy he querido recordar esta fecha -el 5 de octubre y todo lo que viene después- como un gran proceso en el cual el pueblo de Chile ha sido protagonista, más allá de las diferencias que podamos tener. Más allá incluso de las cosas que nos han dividido, por perder el gran norte de trabajar para que el país se reencuentre en la democracia, en la justicia y en la libertad.
He dicho.
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