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El señor HORMAZÁBAL .-
Señor Presidente , en nombre del Comité Demócrata Cristiano, quiero decir brevemente en esta sesión que para nuestro partido la vida humana constituye uno de los elementos más preciosos. Y, por lo tanto, cualquier actitud o acción que contribuya a ponerla en riesgo tiene nuestro categórico rechazo.
Eso es conocido en el país. Incluso en momentos en que la vida humana parecía algo depreciado, pusimos esto en el tapete una vez más en defensa de los derechos de todos. Y nos sentimos conmovidos ante atentados que afectan a civiles y uniformados, campesinos, pobladores o empresarios. Porque la vida humana no está ligada, ni a la clase social, ni a las ideas que uno comparte o no.
En esa perspectiva, consecuente con una posición de principios, nos encontramos radicalmente solidarizando con nuestros Honorables colegas que han sido objeto de este tipo de amenazas tan brutales. Nunca vamos a sostener que la violencia y el fin de la vida humana puedan ser un método lícito de acción política. No es ésa la forma de actuar. Pero tampoco deseamos confundir la legítima opinión crítica que tenemos sobre esa institución con la existencia de este tipo de hechos. Nosotros somos contrarios a la institución de los Senadores designados, no por un problema personal. Al contrario, hemos desarrollado -y lo señalamos muchas veces- vínculos personales, de afecto y de trabajo en el Senado de la República con nuestros Honorables colegas institucionales, con los cuales muchos de nosotros nos honramos de tener estos lazos.
Ahora, lo que nunca hemos confundido son las opiniones políticas con esa actitud de respeto. No formamos parte de ninguna campaña para alimentar mentes afiebradas que quieran poner fin a la vida de las personas que piensan distinto. Desde ese punto de vista, respaldamos las acciones del Gobierno destinadas a reprimir los actos terroristas como lo hacen las democracias, esto es, respetando los derechos de las personas y utilizando adecuadamente la fuerza, que es, precisamente, legitimada en democracia, porque se dan los dos elementos que la teoría política exige: la "auctoritas" y la "potestas".
En ese sentido, también, respaldaremos cualquier acción que el Senado de la República y la Mesa directiva de la Corporación quieran emprender para expresar a los Honorables colegas afectados nuestro cariño y solidaridad. Y aprovechamos esta ocasión para ratificar que no existe en nuestras posiciones respecto a la integración del Senado ningún ánimo revanchista ni criterio personal de otra naturaleza.
Entonces -reitero-, vaya nuestro afecto y solidaridad a los señores Senadores institucionales, a quienes, al margen de nuestras divergencias, reconocemos como chilenos valiosos, cuyas vidas deben ser respetadas, así como las de todos nosotros.
He dicho.
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