. . . . " \nLa se\u00F1ora SAA (Vicepresidenta).- \nTiene la palabra el Diputado se\u00F1or Latorre. \nEl se\u00F1or LATORRE.- \nSe\u00F1ora Presidenta , del planteamiento de los diputados de Oposici\u00F3n se desprenden elementos que debemos tener en consideraci\u00F3n.\n \nNo cabe duda de que corresponder\u00EDa discutir si los recursos han sido debidamente administrados; pero en sus propias palabras est\u00E1 presente la afirmaci\u00F3n de que siempre son menos que los que se necesitan para corregir situaciones de desigualdad o inequidad, en las cuales el Estado es el \u00FAnico que puede jugar un rol definitorio, en particular en algunas \u00E1reas.\n \nEs bastante absurdo el ejemplo, sobre educaci\u00F3n, del Diputado se\u00F1or Cardemil. Utiliza cifras de 1990 a fin de contrastarlas con cantidades para 1997; pero al analizar c\u00F3mo han sido bien utilizados los recursos, confiere la calidad de \u00FAnico par\u00E1metro de evaluaci\u00F3n a los resultados del Simce. Esconde -lo ha advertido el Diputado se\u00F1or Elgueta - que hace siete a\u00F1os el sueldo de un profesor era de 18 mil pesos, el mismo que hoy no puede ser inferior a 250 mil pesos. Entonces, es evidente que la cantidad de dinero asociada al tremendo gasto del Estado ni siquiera dice relaci\u00F3n con el aumento del ciento por ciento al que hace menci\u00F3n, pues es sustancialmente mayor. Podr\u00EDa llegar al 700 u 800 por ciento en el mejoramiento del sueldo b\u00E1sico de los profesores.\n \nEn consecuencia, se utiliza un doble est\u00E1ndar. En estos d\u00EDas, en la campa\u00F1a electoral, se hace lo mismo: por una parte, se critica al Gobierno por no ser capaz de proporcionar recursos para satisfacer en forma plena lo que se requiere en vivienda, salud o educaci\u00F3n; pero, simult\u00E1neamente, se pretende inhibir al Estado para que pueda contar con recursos suficientes para enfrentar esos gastos.\n \nEn mi opini\u00F3n, la discusi\u00F3n respecto de una buena administraci\u00F3n tiene validez s\u00F3lo para un porcentaje m\u00EDnimo de los recursos reales con que cuenta el Estado, por cuanto la mayor parte est\u00E1n asignados en forma directa en el presupuesto. S\u00F3lo cifras menores pueden ser materia de una decisi\u00F3n de car\u00E1cter pol\u00EDtico que altere las directrices presupuestarias.\n \nCreo que debemos ser serios en esta discusi\u00F3n. El Estado est\u00E1 llamado a cumplir una tarea de bien com\u00FAn. No basta con el libre juego de las fuerzas del mercado. De hecho, todas las estad\u00EDsticas se\u00F1alan que existe un problema que debemos abordar: la concentraci\u00F3n excesiva de los ingresos, y para solucionarlo no tenemos otro instrumento mejor que el rol del Estado en esta materia.\n \nPor eso, resulta contradictoria la argumentaci\u00F3n que hemos escuchado. \nQuiero dar otro ejemplo: la preocupaci\u00F3n por los edificios en los cuales se ha advertido la presencia de mon\u00F3xido de carbono. Nuestros amigos de la Oposici\u00F3n han sido los primeros en exigir que el Estado fiscalice en forma adecuada, pero la superintendencia encargada de la materia cuenta con escaso personal; adem\u00E1s, precariamente pagado. Lo mismo ocurre en otros sectores en los cuales se necesita un rol regulador.\n \nEn consecuencia, llamo a la Oposici\u00F3n a que no pretenda obtener dividendos mezquinos, en medio de un proceso electoral, de la discusi\u00F3n presupuestaria, y que, con un m\u00EDnimo de seriedad, apunte directamente a los gastos en los cuales cree que debe haber alg\u00FAn cambio, alguna disminuci\u00F3n. Considero errada su argumentaci\u00F3n de orden general tendiente a menoscabar el rol que est\u00E1 llamado a jugar el Estado -cualquiera que sea el gobierno de turno-, porque con ello s\u00F3lo est\u00E1 debilitando su papel irremplazable, particularmente en la concreci\u00F3n de pol\u00EDticas sociales.\n \nSeg\u00FAn los indicadores que podr\u00EDan ser evaluados, existe un mejoramiento sustancial en las pensiones en este per\u00EDodo de siete a\u00F1os, que alcanza al 43,9 por ciento. \nHan subido, en t\u00E9rminos reales, el valor de la subvenci\u00F3n de educaci\u00F3n b\u00E1sica, en 30,7 por ciento; las raciones de la Junta Nacional de Auxilio Escolar y Becas, en 62 por ciento; los recursos destinados a ni\u00F1os en educaci\u00F3n preb\u00E1sica, en 60 por ciento; los programas de pensiones asistenciales, en 34,3 por ciento; el n\u00FAmero de horas pagadas a m\u00E9dicos, por cada mil beneficiarios, en siete a\u00F1os, en 84,1 por ciento.\n \nOtros indicadores demuestran que existe una asignaci\u00F3n de recursos razonable, y debieran especificarse los puntos en los cuales pudiera haber discusi\u00F3n. \nEl debate de orden general, en los t\u00E9rminos planteados particularmente por el Diputado se\u00F1or Cardemil , refleja un doble est\u00E1ndar: por una parte, se pide que el Estado solucione problemas de orden social; pero, en el momento de votar el proyecto de ley de Presupuestos, sistem\u00E1ticamente, se le obstaculiza implementar sus pol\u00EDticas en esta materia.\n \nSin importar el signo que tenga el Gobierno en el futuro, pido un m\u00EDnimo de seriedad para discutir aquellos \u00EDtem donde, a juicio de la Oposici\u00F3n, debiera haber un cambio o una correcci\u00F3n.\n \nHe dicho. \n " . . . . .