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El señor MARTÍNEZ, don Gutenberg ( Presidente ).-
Tiene la palabra el Diputado señor Alberto Cardemil.
El señor CARDEMIL.-
Señor Presidente , quiero destacar y subrayar la importancia que para nosotros tienen, dentro de esta partida, las asignaciones que significan inversión en cultura nacional. Específicamente me refiero a la asignación 188, respecto de la Corporación Cultural Municipal de Santiago, tema discutido y debatido en la prensa y en los medios de comunicación, respecto del cual, en la Comisión de Presupuesto, se llegó a una muy buena solución. También destaco, en esta misma línea, las asignaciones 86, para la División de Extensión Cultural; la 94, del Fondo Nacional del Fomento del Libro y la Lectura; la 95, del Fondo de Desarrollo Artístico y Cultural, y la 96, del Fondo Concursable para Escuelas Artísticas.
Me parece que resulta casi obvio señalar que en un mundo que tiende a la globalización y a la integración de los países, con una secuela positiva y negativa, de impactos culturales, comunicacionales, tecnológicos, sociológicos y de toda especie, aquellos como el nuestro necesitan reforzar su identidad nacional, su cultura, su percepción de que son una comunidad de pasado, presente y futuro. En definitiva, reforzar los valores, principios y hábitos comunes es una cuestión que está robusteciendo la integración y, por lo tanto, obstaculizando la desintegración de los países.
El año pasado nos correspondió -a un grupo de ocho diputados, preocupados por esta cuestión- convocar al primer encuentro nacional de la cultura que, precisamente, se realizó en esta Sala de la Cámara de Diputados. Asistieron más de quinientos representantes de las diferentes entidades privadas y públicas, de creación, gestión y difusión cultural. En este encuentro lleno de riquezas y de espíritu de chilenidad, se plantearon alternativas concretas -surgidas del mismo Congreso- que se elevaron a los ministerios correspondientes y al Presidente de la República , y esperamos que pronto fructifiquen en la creación de un sistema nacional de la cultura que integre esfuerzos públicos y privados y, en definitiva, nos vaya orientando en esta senda de robustecimiento de la cultura nacional, de la identidad histórica cultural de Chile -en palabras que pronunciara su Santidad Juan Pablo II , durante su memorable visita al país-, rescatándolo como un elemento esencial de aporte y enriquecimiento verdadero a la integración y no un alienamiento en la integración, que es lo que sucede con los pueblos sin cultura, especialmente cuando son más pequeños.
Esperamos -y creo que hacia allá deben ir todos nuestros esfuerzos- que el Estado no solamente gaste en cultura, porque los recursos fiscales siempre van a ser pocos, sino que busquemos un sistema por el cual la empresa y los agentes privados se involucren decididamente en el financiamiento de la gestión y de la creación cultural a través de los incentivos adecuados, como sucede en todos los países desarrollados del mundo, de manera que puedan invertir deduciendo de sus impuestos esa inversión que, en definitiva, enriquece a todo el país, al porvenir y a los chilenos de las generaciones que vendrán.
Por último, destaco la buena solución que se dio al problema de la Corporación Cultural Municipal de Santiago. Esta solución surgida y aprobada por unanimidad en la Comisión de Presupuestos significa no sólo aprobar los fondos que ella estaba pidiendo, sino elevar sus recursos en cien millones de pesos, pero no libremente -y aquí está lo interesante-, por cuanto indica lo bien que se puede trabajar sobre la base conceptual que tuve a bien plantear durante esta discusión. Se aumentan los recursos en cien millones de pesos, pero se le impone a la Corporación Cultural de Santiago, la obligación de establecer un fondo de doscientos millones de pesos para la creación de un cuerpo itinerante para el desarrollo de actividades culturales en comunas distintas a la de Santiago.
Esta actividad cultural tampoco es libre, ya que deberá efectuarse en el marco de un convenio entre el Ministerio de Educación y la Corporación Cultural Municipal de Santiago, donde se establecerá un programa de actividades incluyéndose en forma expresa las más relevantes de dicho programa a realizarse en regiones diferentes a la Metropolitana, recogiendo así una inquietud muy bien expresada por el Diputado señor Exequiel Silva.
Además, la Corporación tampoco es libre en cuanto al desarrollo de este programa cultural. Se establece que deberá entregar al Ministerio de Educación una evaluación de la calidad del proyecto. Es decir, debe dar cuenta del impacto sobre la gente y de su administración y no sólo de la gestión efectuada por una consultora especializada, seleccionada de común acuerdo con el Ministerio de Educación como requisito para la entrega del 40 por ciento final de los recursos de este ítem.
En dicho convenio se establecerá la forma en que se entregarán los recursos, teniendo presente, en todo caso, el cumplimiento de lo establecido en los acápites anteriores.
Celebro esta inversión -no es un gasto- en cultura. Es una inversión en nuestro proyecto-país común, por sobre nuestras diferencias.
Celebro que la carencia de recursos de la Corporación Municipal de Santiago se haya solucionado a través de un proyecto bien pensado. Esperamos que asimismo sea bien ejecutado.
Ésta es la línea que pedimos para la aprobación de los diferentes ítem y glosas del presupuesto nacional.
He dicho.
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