-
http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/668427/seccion/akn668427-po1-ds68-ds78
- bcnres:tieneTipoParticipacion = bcnres:Intervencion
- bcnres:tieneEmisor = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/1079
- rdf:type = bcnres:Participacion
- rdf:type = bcnres:SeccionRecurso
- bcnres:tieneCalidad = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/cargo/1
- rdf:value = "
El señor MASFERRER.-
Señor Presidente , Honorable Cámara, el informe de la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados que se abocó al estudio de las especialidades médicas aborda materias de indiscutible interés para la regulación y desarrollo de esta profesión, para el sector salud en general y para que, en definitiva, los usuarios puedan obtener una mejor atención, ya sea en el sector público o privado. Sin embargo, me parece necesario, como cuestión previa al análisis de las conclusiones consignadas en el informe, hacer referencia al hecho de que el problema que se advierte, como consecuencia de la carencia de médicos especialistas en algunas áreas, no podrá abordarse cabalmente si no se enfrenta una modernización profunda del sistema público de salud que consagre criterios de eficiencia en la gestión, basados en una verdadera descentralización, en la competencia entre los distintos prestadores y en la libertad del usuario para elegir el lugar donde prefiere atenderse. Los principios económicos de la libertad y la competencia deben informar también la solución a la falta de médicos especialistas.
Desde esta perspectiva y, no obstante compartir el sentido general del presente informe, no puedo dejar de manifestar algunas observaciones a ciertos aspectos que deben interpretarse con especial prudencia. Así, la necesidad de precisar el número necesario de médicos por habitantes, la cuantificación de su déficit, distribución y las necesidades futuras, es una labor estadística que tiene un valor importante como referencia orientadora de las políticas públicas en salud y, especialmente, en lo relativo a los niveles mínimos aceptables; sin embargo, no puede pretender caerse en el extremo de entregar al Estado la definición categórica de cada uno de estos tópicos. La experiencia enseña que los adelantos científicos, tecnológicos, sociales, económicos incluso culturales, hacen muy difícil -si no imposible- predecir con anticipación cuál es el número de profesionales de una u otra área que necesitará un país en el futuro mediato o lejano. Predicciones de esta naturaleza obedecen más bien a concepciones estatistas, que creen posible la planificación del funcionamiento de las sociedades controlando centralizadamente las principales variables de la vida individual y comunitaria. Desde este punto de vista la redacción del punto cuarto de las conclusiones que consagra la entrega al Estado el “deber de ejercer un papel regulador” me parece inconveniente, equívoco y, además, discriminatorio respecto de todas las otras profesiones existentes en el país, en ninguna de las cuales existe una disposición de este tipo. La argumentación de la importancia social de los servicios médicos no me parece una justificación razonable, precisamente porque mientras más importante es un servicio para las personas más lo valora la sociedad y más estímulos existen para incorporarse a esa actividad.
Por otra parte, la responsabilidad que deben asumir los distintos sectores en la formación de especialistas, atendido a que actualmente el sector público carga con el 80% del costo total, se verá favorecido si se adoptan las medidas necesarias para reducir las barreras de entrada a la formación de médicos y especialistas. En este campo el sector privado tiene un amplio espacio para desarrollarse y de hecho ya existe una experiencia pionera con la creación de la escuela de medicina de la Universidad de Los Andes. Lo importante es tener claro que no es eficiente que a la actividad privada se le impongan obligaciones de este tipo; la experiencia demuestra que lo fructífero es generarle incentivos en un marco de libertad para emprender de acuerdo al interés de cada cual.
Sin perjuicio de lo anterior, el informe avanza sobre dos aspectos de la mayor importancia para paliar posibles déficits de especialistas médicos. Primero, permitir a profesionales técnicos en el área de la salud, como Tecnólogos Médicos, Enfermeras, Kinesiólogos, etc., el acceso a entregar ciertas prestaciones que no requieren necesariamente del médico especialista. No podemos olvidar que cuando nos referimos a la excelente calidad de nuestros profesionales médicos, esa valoración alcanza a todos estos otros profesionales formados al mejor nivel de conocimiento y destreza. Medidas prudentes y bien controladas en este campo podrían ayudar a resolver en una medida no menor la carencia, especialmente, a nivel de sectores más alejados de los grandes centros urbanos.
En segundo término, la importación de especialistas formados en el extranjero es una manera razonable de paliar las carencias. No puede actuarse en esta materia con prejuicios ni con proteccionismos injustificados. En este mismo sentido creo conveniente explorar políticas que incentiven la creación de un mayor número de becas de especialización en el extranjero, donde pudieran ir nuestros médicos generales a capacitarse en áreas de su interés. La infraestructura física, la capacidad docente y el desarrollo científico necesarios para la formación de médicos es de un costo tan elevado que puede resultar atractiva la opción de una mayor preparación en otros países en forma subsidiaria a lo que internamente podemos lograr.
Otro aporte que estimamos pudo haber sido considerado es la obligación que cada médico debiera tener de informar dónde obtuvo su especialidad de manera de dar transparencia y oportunidad al paciente de evaluar la capacitación profesional del especialista.
Igualmente debieran analizarse mecanismos que permitieran un mayor aporte del profesional en el financiamiento de los estudios de especialización. Si bien es cierto que la existencia de médicos tiene un impacto social favorable, ello ocurre igual con muchas otras profesiones, y no se ve una razón justificada para que el profesional no aporte en grado importante con el costo de su especialización.
Creo, señor Presidente , que el trabajo realizado, en todo caso, resulta un aporte de nuestra Corporación a un debate necesario y a la posible implementación de medidas que ayuden al desarrollo de nuestro sistema de salud, tanto en su expresión pública como
privada, ya que ambos requieren en forma insustituible de profesionales con la idoneidad y en el número necesario para responder a las necesidades siempre crecientes y urgentes en esta materia.
"
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/668427/seccion/akn668427-po1-ds68
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/668427