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" ALCANCES SOBRE DECLARACI\u00D3N DE LA CORTE SUPREMA. \nEl se\u00F1or ROCHA (Vicepresidente).- \nEn Incidentes, el primer turno corresponde al Comit\u00E9 del Partido Socialista. \nTiene la palabra el Diputado se\u00F1or Jos\u00E9 Antonio Viera-Gallo.\n \n \nEl se\u00F1or VIERA-GALLO.- \nSe\u00F1or Presidente , la Excelent\u00EDsima Corte Suprema ha hecho p\u00FAblico un acuerdo relativo a lo que ella llama una campa\u00F1a nacional de desprestigio del Poder Judicial.\n \nComo se trata de un \u00F3rgano colegiado, compuesto por personas que han tenido una larga experiencia en la vida, a mi juicio, su declaraci\u00F3n es esencialmente equ\u00EDvoca, porque trata de reflejar puntos de vista que, con seguridad, en su seno ser\u00E1n muy distintos. \nEn primer lugar, hay un diagn\u00F3stico que creo que todos los chilenos compartimos, que dice: \u201CNunca esta Corte ha desconocido que algunas cr\u00EDticas formuladas a la administraci\u00F3n de justicia son razonables e, incluso, las comparte\u201D. \u00BFY cu\u00E1les son esas cr\u00EDticas? Nada menos que: \u201CLa Corte sabe que los procedimientos son complejos, que los juicios se alargan en exceso y que obligan a los justiciables a tr\u00E1mites y esperas y que, en general, la justicia resulta, en muchos casos, no alcanzable a la mayor\u00EDa de la poblaci\u00F3n\u201D. O sea, no es algo de detalle. Agrega: \u201CEsa falta de acceso, por una inadecuada asistencia letrada afecta principalmente a las clases m\u00E1s necesitadas\u201D. \nEs decir, la Corte Suprema da un dato macrosc\u00F3pico: que en el pa\u00EDs, la inmensa mayor\u00EDa de la gente no tiene acceso a la justicia. Esa cr\u00EDtica a ella le parece razonable, y considero justo que as\u00ED sea. En tal caso, el proceso de reforma al Poder Judicial tiene su plena justificaci\u00F3n en el diagn\u00F3stico que la propia Corte hace de la situaci\u00F3n de la justicia.\n \nEn segundo lugar, dice que ella \u201Csiempre ha demostrado su disposici\u00F3n a cooperar en las modernizaciones y mejoras que se estimen necesarias al r\u00E9gimen de justicia\u201D. \nSobre este punto, por amor a la verdad, debemos decir que algunos ministros de la Corte Suprema han colaborado. Son testigos de ello todos los abogados de las principales facultades de derecho del pa\u00EDs, que los han visto preocupados de, por ejemplo, mejorar el procedimiento penal. Pero no hemos visto igual preocupaci\u00F3n de la Corte como tal. Tampoco hemos percibido en el seno de esta Corporaci\u00F3n, cuando han concurrido los ministros de la Excelent\u00EDsima Corte Suprema, un aporte sustantivo, por cuanto no pueden reflejar m\u00E1s que sus opiniones personales -como ellos muchas veces lo han dicho-, porque la Corte sobre esto no tiene opini\u00F3n.\n \nNo hace diez d\u00EDas, los ministros se\u00F1ores Ba\u00F1ados y D\u00E1vila concurrieron a la Comisi\u00F3n del Senado a exponer sobre la reforma a la Corte Suprema, en tr\u00E1mite, y ellos mismos se\u00F1alaron que ese alto tribunal no tiene opini\u00F3n sobre el tema. Entonces, no es que la Corte est\u00E9 sol\u00EDcita para actuar a la vanguardia de una reforma cuya necesidad ella misma detecta: algunos ministros s\u00ED -y hay que reconocerlo-, pero no el tribunal como tal.\n \nRespecto de la campa\u00F1a, la declaraci\u00F3n de la Corte no es clara, porque no se comprende si las acusaciones constitucionales planteadas en esta Sala forman o no parte de ella. La Corte dice que \u00E9stas se fundan en \u201Cerrores evidentes e interpretaciones antojadizas\u201D. Pero esos errores evidentes e interpretaciones antojadizas, \u00BFsuponen una campa\u00F1a? Eso no queda claro. Por otra parte, me parecer\u00EDa grave que un Poder del Estado criticara el ejercicio -a lo mejor, por un error- de facultades privativas de los parlamentarios.\n \nParto de la base de que quienes presentaron las acusaciones constitucionales no lo hicieron por llevar a cabo una campa\u00F1a de desprestigio, sino porque estiman conveniente sancionar ciertas pr\u00E1cticas irregulares -como en el caso del Ministro Cereceda en su momento-, o aclarar algunos puntos de la propia administraci\u00F3n de justicia. \nSin embargo, la Corte estima que habr\u00EDa una campa\u00F1a, que no identifica, \u201Ccuyo origen no se logra precisar\u201D; pero, al mismo tiempo, se\u00F1ala que \u201Cno existen motivos graves y valederos para que aquello se produzca.\u201D O sea, la Corte pretende establecer una frontera entre lo que llama una cr\u00EDtica leg\u00EDtima y lo que considera una campa\u00F1a injustificada. En una democracia, es muy dif\u00EDcil establecer esa frontera, porque cuando se ejerce el leg\u00EDtimo derecho de opini\u00F3n y de cr\u00EDtica, cada cual puede tener su opini\u00F3n, y la Corte tiene derecho a la suya y a expresarla, como lo ha hecho; pero no tiene derecho a descalificar a quienes han emitido juicios distintos, a veces severos y muy cr\u00EDticos respecto del comportamiento de los altos tribunales de justicia, en especial en procesos por narcotr\u00E1fico. \nCuando un ex Presidente de la Rep\u00FAblica de la autoridad moral de don Patricio Aylwin , durante su mandato, formalmente, env\u00EDa una carta a la Corte Suprema, dici\u00E9ndole que no tuvo el coraje moral para defender los derechos humanos en el per\u00EDodo militar, no se puede sostener que esa cr\u00EDtica -que creo comparte el 90 por ciento de los chilenos- forma parte de una campa\u00F1a en contra del Poder Judicial. Era una justa manifestaci\u00F3n de un mandatario que, con angustia, ve\u00EDa que no se pod\u00EDa hacer justicia sobre temas del pasado. Y cuando hoy, parlamentarios de Oposici\u00F3n y de Gobierno formulan cr\u00EDticas, en el sentido de que algunos magistrados no han actuado con eficiencia en el combate al narcotr\u00E1fico, lo han hecho porque, justamente, est\u00E1n preocupados de una situaci\u00F3n que afecta a la inmensa mayor\u00EDa del pa\u00EDs.\n \nNo queremos ver una Corte Suprema a la defensiva o que, invocando razones abstractas de estabilidad institucional y de legitimidad de los poderes p\u00FAblicos, no se preocupe por ponerse a la cabeza en la represi\u00F3n del delito m\u00E1s grave que hoy amenaza a nuestra sociedad. \nEn ese sentido, la declaraci\u00F3n de la Corte tiene de dulce y de agraz. Quienquiera ver en ella la justificaci\u00F3n para la modernizaci\u00F3n del Poder Judicial , la encontrar\u00E1. Quienquiera ver desautorizaciones pol\u00EDticas a quienes hemos impulsado acusaciones constitucionales, tambi\u00E9n las hallar\u00E1. Hubi\u00E9ramos preferido -pero sabemos que es muy dif\u00EDcil en un \u00F3rgano colegiado- una posici\u00F3n m\u00E1s clara, m\u00E1s evidente, y una actitud m\u00E1s comprometida con el valor que preside ese Poder del Estado, es decir, la justicia.\n \nHe dicho. \n " . . . . . . . .