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El señor MOLINA (Presidente).-
En el Orden del Día, corresponde discutir y votar el proyecto, en primer trámite constitucional, que fija las plantas de personal del Congreso Nacional.
El informe de la Comisión de Hacienda ya fue emitido por el Diputado señor Arancibia.
Por acuerdo de los Comités, cada bancada dispone de 15 minutos para intervenir.
El señor ORPIS.-
¿Podría señalar el orden, señor Presidente?
El señor MOLINA (Presidente).-
Podríamos establecer un orden de acuerdo con el requerimiento de cada Comité. Si le parece a la Sala, podría ser el siguiente: Comité del Partido Demócrata Cristiano, Comité del Partido Renovación Nacional, Comité del Partido Socialista...
El señor VIERA-GALLO.-
Señor Presidente, pido la palabra para plantear un asunto reglamentario.
El señor MOLINA (Presidente).-
Tiene la palabra Su Señoría.
El señor VIERA-GALLO.-
Señor Presidente, ¿por qué no ofrece la palabra libremente, y el Secretario va imputando a cada Comité el tiempo que ocupe? De esa manera, el debate sería más libre.
El señor MOLINA (Presidente).-
Esa es la proposición original de la Mesa.
Si le parece a la Sala, se procederá en la forma propuesta por el Diputado señor Viera-Gallo.
Acordado.
Ofrezco la palabra.
El señor ELGUETA.-
Pido la palabra.
El señor MOLINA (Presidente).-
Tiene la palabra Su Señoría.
El señor ELGUETA.-
Señor Presidente, en primer lugar, quiero manifestar mi apoyo a este proyecto porque, en verdad, viene a zanjar una dificultad existente hace bastante tiempo. Al parecer, implica gran responsabilidad para el Congreso Nacional despachar una ley que fije la planta definitiva de su personal.
He leído y examinado el informe respectivo, y no sé si alguien me podrá contestar si en la Comisión se tuvieron en cuenta serios reparos de constitucionalidad de que adolece el proyecto.
El primero se refiere a la creación de una Comisión Bicameral, que actualmente no establece la Ley Orgánica Constitucional -por supuesto, al modificarse existiría-, y que la Constitución Política no autoriza. Desde este punto de vista, no cabe la menor duda de que aparentemente habría allí un serio problema constitucional.
El segundo se relaciona con las facultades que tendría esta Comisión Bicameral para proponer el monto máximo de la escala de remuneraciones. Ello también infringiría las facultades privativas del Presidente de la República en materia de iniciativas de ley, cuya voluntad no podría suplantarse.
Me gustaría que el Diputado informante de la Comisión de Hacienda respondiera estas objeciones de tipo constitucional.
Por último, el proyecto de ley establece una norma sobre delegación de facultades para que el propio Parlamento se aboque al establecimiento del monto máximo de la escala de remuneraciones de su personal. El documento que tengo en mi poder señala que al Presidente de la República no se le pueden delegar funciones relativas a la organización, atribución y régimen de los funcionarios del Congreso Nacional. Mal podría entonces el Parlamento autodelegarse facultades que se le niegan al Primer Mandatario.
Por lo tanto, las tres observaciones que he señalado resumidamente aparecen como infracciones a la Constitución Política, lo cual crea serios riesgos de que de ser aprobado el proyecto, con posterioridad sea objeto de revisión por parte del Tribunal Constitucional
Me gustaría que la Comisión que estudió el proyecto se hiciera cargo de estas observaciones. En caso de que hubiera una respuesta en el sentido de que no se justifican estas objeciones de inconstitucionalidad, no hay duda de que el proyecto solucionará el problema de la planta de los funcionarios del Congreso Nacional.
He dicho.
El señor MOLINA (Presidente).-
Tiene la palabra el Diputado señor Hernán Rojo.
El señor ROJO.-
Señor Presidente, estimo que las observaciones formuladas por el Diputado señor Elgueta no se ajustan a derecho.
Debemos partir del principio de que estamos determinando, exclusivamente en forma interna, las plantas de personal de un Poder del Estado, el cual tiene plena facultad para fijarlas.
De acuerdo con las disposiciones internas de nuestro Reglamento, estas modificaciones de planta se tramitan como una ley; pero, en el hecho no tienen las características propias de ley.
Hace algún tiempo, se planteó el problema de si existían o no las comisiones mixtas en relación con los problemas que pudieren surgir cuando las cámaras tengan divergencias de criterio en los proyectos de reforma constitucional. Después de estudios realizados por las Comisiones de Constitución, Legislación y Justicia del Senado y de la Cámara, se dejó expresamente establecido que ambas corporaciones podían recurrir a comisiones mixtas de tipo voluntario. En consecuencia, la formación de la Comisión Bicameral está perfectamente ajustada a derecho y no requiere de una norma constitucional que así lo consagre, por cuanto el Congreso Nacional tiene facultades propias para crearla.
Estimo que ninguna de las observaciones del señor Diputado tiene fundamento en la Constitución Política del Estado, porque ella se refiere a otra materia en relación con la delegación de facultades para la fijación de plantas de personal.
Cuando se envió el proyecto primitivo a la Comisión de Constitución, se dejó expresamente establecido que corresponde a esta Cámara resolver esa materia, a través de su órgano titular, que es la Comisión de Régimen Interno.
Este proyecto ha sido analizado por ambas ramas del Congreso y estudiado por el Ministerio de Hacienda. Por consiguiente, para solucionar este antiguo problema debemos prestar nuestra aprobación a esta iniciativa de ley. Se trata de normas generales y, en el hecho, serán las Comisiones de Régimen Interno y Bicameral las que determinarán en definitiva, su aplicación.
El señor MOLINA (Presidente).-
Tiene la palabra el Diputado señor Orpis.
El señor ORPIS.-
Señor Presidente, primero quiero referirme al problema constitucional, retomando especialmente lo señalado ayer por el Diputado señor Viera-Gallo. Básicamente, la comparación que se hizo fue con el Banco Central, pero existe una gran diferencia, porque esa institución posee patrimonio propio. En cambio, tratándose de las plantas de personal del Congreso Nacional, hay recursos fiscales involucrados. Por esa gran diferencia, el proyecto debe tramitarse como ley, cuya iniciativa exclusiva corresponde al Presidente de la República. Al margen de ese tema por diversas circunstancias que no es del caso analizar en esta oportunidad, después de más de tres años -ése es su valor- se somete a la consideración de la Cámara un proyecto de plantas de personal del Congreso Nacional, cuyo objeto es regularizar la situación de anormalidad en que se encuentran sus funcionarios, y al mismo tiempo, consagrar un estatuto jurídico definitivo en materia de personal.
Debo reconocer las buenas intenciones y el esfuerzo desplegado por varios Honorables parlamentarios y los distintos aportes de la Asociación de Funcionarios, y simultáneamente valorar que el tema se esté debatiendo de esta manera.
El Congreso Nacional es un poder autónomo y fundamental del Estado. En el ejercicio de la potestad legislativa y fiscalizadora somos rigurosos para debatir, analizar y juzgar las materias que se someten a nuestro conocimiento. Si exigimos igual rigurosidad a otros poderes del Estado, con mayor razón debemos tenerla respecto de aquellas materias que dicen relación con nuestra Corporación.
Durante el presente periodo parlamentario, el Congreso se ha destacado por innumerables hechos positivos; ha estado a la altura de las circunstancias. Sin embargo -hay que reconocerlo-, ha tenido debilidad en el tratamiento que ha dado a ciertas materias de orden interno.
Desde mi punto de vista, el proyecto de ley que se somete a consideración adolece precisamente de ese defecto. Trata de regularizar de manera insatisfactoria una situación de hecho en materia de personal, que se arrastra desde 1990, y aborda, no de la mejor forma, una situación permanente.
La Sala ha debatido una cantidad importante de proyectos de regulación de distintas plantas de personal de diferentes servicios, y estoy seguro de que el presente texto nos llama profundamente la atención a todos por la generalidad y ambigüedad de la mayoría de sus disposiciones.
Si los señores parlamentarios se toman el tiempo de analizar el estudio que, en 1991, realizó la firma Price Waterhouse sobre la Corporación, que al mismo tiempo, propone alternativas de solución, estoy seguro de que me ahorraré una serie de comentarios.
Todos conocemos las limitaciones con que inició su actividad la Cámara de Diputados, tanto en la planta como en otras materias, pero también todos sabemos cómo se llenaron los cargos que hoy ocupan muchas personas. Baste citar una sola situación para constatar lo que estoy señalando. En la planta, que data desde hace mucho tiempo, hay 126 funcionarios de planta y 153 a contrata, de los cuales ninguno fue proveído por concurso público o con algún tipo de exigencia. Precisamente el estudio de Price Waterhouse incide en que las remuneraciones correspondientes a varios estratos, ni siquiera categorías, están muy por sobre los del mercado.
Por estas consideraciones, daremos nuestra aprobación a la idea de legislar, pero debe hacerse una serie de perfecciones al proyecto.
Por eso, al menos en términos personales, he presentado indicaciones en orden a que especialmente se mejoren las disposiciones transitorias, porque pensamos que los cargos a contrata deben ser proveídos por concurso público y no incorporados de manera automática a la planta. Tampoco participamos del modo en que se aborda el problema de remuneraciones, materia que debe estar sujeta a la escala definitiva y permanente que establezca el propio proyecto de ley en el curso de su tramitación legislativa.
He dicho.
El señor MOLINA (Presidente).-
Tiene la palabra el Diputado señor Rocha.
El señor ROCHA.-
Señor Presidente, los Diputados del Partido Radical apoyaremos el proyecto, pero creo necesario hacer algunas observaciones.
En primer lugar, ha sido largamente esperado. Durante mucho tiempo observamos la inquietud del personal de nuestra Corporación. Con dolor, hemos visto que un número superior a diez funcionarios ha fallecido en este período de espera de la famosa planta, que todavía no se concreta. Sabemos de gente que no se ha podido jubilar para retirarse a un merecido descanso, a la espera también de dicha planta. La situación nos ha preocupado siempre.
El proyecto produce sentimientos encontrados. Por una parte, advierto progresos importantes, como el concurso público obligatorio, que me parece fundamental pues da transparencia al ingreso de nuestros funcionarios. También es positivo el principio de que a igual función igual remuneración. No obstante, debo mencionar algunas carencias fundamentales. Es mi deber decirlas en esta oportunidad.
Me preocupa que después de tan largo período de discusión del proyecto tengamos un esbozo de solución del problema que se pretende resolver. Me explico. Si se considera que su idea matriz es el número 1, que sustituye el inciso segundo del artículo 2° de la Ley Orgánica Constitucional del Congreso Nacional el problema sólo se está postergando, porque las materias relativas a nombramiento, promoción, deberes, derechos, responsabilidad, cesación de funciones y todas las normas estatutarias relativas al personal del Senado y de la Cámara de Diputados, incluidos los requisitos para servir los cargos, se establecerán en un reglamento interno de cada Cámara. En mi opinión, se está retardando la solución del problema y de nuevo nos vamos a enfrascar en una larga discusión al momento de redactar los reglamentos que deberían solucionar definitivamente el problema.
Me preocupa la redacción del reglamento, y de todo corazón deseo que ya esté avanzada para que, en el plazo más breve, resolvamos el largo problema sufrido por todos quienes han compartido responsabilidades parlamentarias durante este período.
De todas maneras, nuestra bancada votara a favor del proyecto.
He dicho.
El señor MOLINA (Presidente).-
Tiene la palabra el Diputado señor Vilches.
El señor VILCHES.-
Señor Presidente, aun cuando ocuparé parte del tiempo de Renovación Nacional, dejo constancia de que sólo expresaré juicios personales, pues hay diferencias de opinión en la bancada.
El proyecto de ley viene a ordenar la situación vivida durante estos cuatro años en la Cámara de Diputados, en el transcurso de los cuales ha sido necesario trabajar con una planta que venía desde el antiguo Congreso Nacional cuyo número de cargos correspondía a su realidad, tanto en el Senado como en esta Corporación. Con posterioridad, para que funcionara el Parlamento en 1990, fue necesario ocupar una cantidad importante de personas a contrata y a honorarios.
Pongo énfasis en este aspecto, porque también participo de la idea de que todos los cargos públicos deben llenarse por concurso; pero ante el hecho de regularizar la situación de funcionarios a contrata durante cuatro años, período en que se ha visto su desempeño, no sería justo que tuviesen que concursar hoy para cambiar la modalidad y ser encasillados en la nueva planta.
Ha sido necesario un trabajo intenso. Tanto es así, que una empresa ajena al Congreso Nacional la Price Waterhouse, hizo un estudio acabado de cada uno de los cargos. Se pudo constatar, con las personas de mayor experiencia, sobre todo en la Cámara de Diputados, la falencia de ese informe para tener realmente una respuesta adecuada de las funciones que se cumplen en el Congreso. Fue necesario encargar ese estudio como referencia. En la definición de la planta definitiva de la Corporación, le cupo destacada participación al señor Secretario de la Cámara, don Carlos Loyola.
En segundo lugar, la remuneración que durante estos cuatro años se pagó por planilla aparte fue necesaria para solventar los gastos adicionales en que tuvieron que incurrir los funcionarios trasladados de Santiago a Valparaíso.
En tercer lugar, todos los cargos vacantes de la nueva planta tendrán que ser llenados por concurso. Nadie podría discutir esto, porque da transparencia al sistema de ingreso y el personal que ocupe los cargos podrá ser el mejor.
Anuncio mi voto favorable a la idea de legislar. Creo que en la discusión particular podremos debatir con mayor amplitud la autonomía que tradicionalmente ha tenido la Cámara de Diputados, porque hay decisiones que se toman en base a su presupuesto globalizado, dentro del cual están consideradas las modificaciones de las remuneraciones. Ahora sólo quiero hacer notar que durante estos cuatro años la situación anómala ha significado que gran parte del personal de la Cámara no tenga sistema previsional de salud adecuado.
Se ha hecho el esfuerzo para regularizar la situación y para que todo el personal de la Corporación pague sus impuestos en la forma establecida en la ley, como cualquier ciudadano o funcionario público, según los términos que están en el proyecto.
Por último, quiero decir que la Comisión Bicameral se ha propuesto precisamente para elaborar los reglamentos necesarios que permitan a cada funcionario conocer con exactitud las reglas del juego y eviten las situaciones en que hemos tenido que decidir ayudas en determinados momentos, para paliar gastos extras por problemas de salud u otra índole. La planta definitiva, con sistemas previsionales adecuados y correctos, dentro del margen de la ley, dará tranquilidad a todo el personal que vive una situación bastante anómala, que tiene la incertidumbre de si continuará trabajando de un año a otro.
El proyecto regulariza la situación y da tranquilidad al personal. Por eso lo votaré favorablemente.
La señora CARABALL (Vicepresidenta).-
Tiene la palabra el Diputado señor Sotomayor.
El señor SOTOMAYOR.-
Señora Presidenta, casi al término de nuestro período legislativo, estamos analizando el proyecto sobre plantas del Congreso Nacional. Ha sido una preocupación de la totalidad de los Diputados y Senadores, y especialmente del personal el que hubiera podido plasmarse en realidad con bastante anticipación. Sin embargo, muchas fueron las dificultades con que las respectivas Comisiones se encontraron para sacarlo adelante. Es así como el hecho de que el Congreso Nacional iniciara sus labores en marzo de 1990 en este edificio en construcción constituyó una situación bastante inconfortable para el desarrollo del trabajo no sólo de los Diputados, sino también de los funcionarios. La torre no estaba habilitada y tomó mucho tiempo para detectar las necesidades reales del personal para un buen financiamiento de la Cámara.
Por otro lado, durante este tiempo ha habido todo un proceso de diferenciación respecto de cuál habrá sido la fórmula de funcionamiento de la Cámara de Diputados con anterioridad a 1973. Hubo muchas divergencias en cuanto a cómo debía tramitarse este proyecto: si debía tener origen dentro del propio Parlamento o si se requería de una iniciativa del Ejecutivo. Entre ambas posiciones se fue pasando el tiempo en términos tales, que han transcurrido casi cuatro año y aún no lo hemos podido sacar adelante. Más aún, algunos de los Diputados que hemos participado activamente en el estudio de la primera etapa nos alejaremos de la Cámara, sin haber materializado nuestro trabajo en este proyecto de la Cámara de Diputados y del Congreso en general.
Pienso que será necesario implementarlo en el trabajo que se hará en las comisiones respectivas, antes de su despacho en particular. Por ejemplo, no ha sido considerado dentro del mismo -y podría tener cabida- la Asociación de Funcionarios del Congreso Nacional y lo que antiguamente se llamó el economato. Este estaba amparada por una ley de la República derogada en el gobierno anterior y aquélla hoy no es más que una asociación gremial de hecho sin respaldo legal.
A este respecto, he presentado varias indicaciones para que sean consideradas por la Comisión. No sé si ha sido una buena decisión el que la Comisión de Hacienda, transformada en técnica haya terminado estudiando en particular el proyecto, puesto que todo su desarrollo estuvo en manos de Diputados que han sido integrantes de la Comisión de Régimen Interno. En consecuencia, se ha generado una separación entre las personas que tuvieron que sacar el proyecto adelante y los que han tenido que presentarlo en la Sala.
En cualquier circunstancia, estoy muy contento de que este proyecto haya llegado a esta etapa, aunque tarde, pero "más vale tarde que nunca".
Confío en que los colegas que continuarán con el estudio del proyecto en su próxima etapa -ya que no será posible su despacho dentro de las próximas dos semanas-, podrán recoger las ideas planteadas y resolverlo en definitiva, lo que debe ser nuestra primera obligación, en los términos necesarios para que el personal de nuestro Congreso desarrolle su trabajo con eficiencia, seguridad y, por sobre todo, excelencia.
De manera que aprobaremos en general el proyecto, y esperamos que el desarrollo de la segunda parte sea eficiente y acelerado, a fin de que, en lo posible, antes del próximo período ordinario de sesiones, que se inicia el 21 de mayo, el Congreso Nacional pueda contar con la ley que fija las plantas de su personal y así los funcionarios puedan desarrollar su trabajo en la forma que todos deseamos.
He dicho.
La señora CARABALL (Vicepresidenta).-
Tiene la palabra el Diputado señor Palestro.
El señor PALESTRO.-
Señora Presidenta, con mucha satisfacción y, por qué no decir, con alegría expresaré algunas palabras respecto de este proyecto que fija la planta del personal de la Cámara.
Todos los que somos antiguos parlamentarios, hemos sido amigos de muchos funcionarios, todos excepcionales, que han pasado por este hemiciclo, varios de los cuales han desaparecido de esta vida. Hubo una época en que, prácticamente, los mejores funcionarios de la Administración Pública estaban justamente trabajando en la Cámara de Diputados o en el Senado. Funcionarios excepcionales, tanto en calidad humana como en capacidad. Era un verdadero orgullo tener gente de esa categoría trabajando con nosotros, al margen de cualquier diferencia de orden político, incluso de orden personal. Había un respeto mutuo, y muchas veces admiración por esos funcionarios. Gente como el señor Sergio Dávila, que en aquel tiempo era el Tesorero de la Cámara; o como el señor Goycolea, que no eran de nuestra línea política. Sin embargo, para los parlamentarios –reitero- era un orgullo que ellos estuvieran laborando junto a los Diputados de aquel tiempo. Ahora, ha sido exactamente igual. Con esa misma capacidad, honestidad y franqueza se han desempeñado los actuales funcionarios del Congreso Nacional, a mucho de los cuales conocimos cuando iniciaban sus trabajos en esta Cámara. Así hemos ido trabando una amistad muy fuerte, muy grande, de amigos con respeto mutuo, con este equipo humano que ha estado a nuestro lado durante tantos años.
Me dolió, por ejemplo, cuando hace pocos días falleció el señor Pedro Gutiérrez, un funcionario modesto de esta Cámara, hombre sencillo, que tenía cerca de 60 años de trabajo en la Corporación y todavía no podía jubilar, y no alcanzó a hacerlo, a pesar de que cumplía con todos los requisitos para hacerlo. Planteé su caso en dos oportunidades, a fin de que se le permitiera irse a descansar con un sueldo correspondiente, en espera, justamente, del despacho de este proyecto que estamos discutiendo esta mañana.
Desgraciadamente, ese grande y respetable trabajador de esta Cámara murió y no alcanzó a jubilar, y ha dejado a su familia prácticamente en la miseria. Hay otros funcionarios en las mismas condiciones. Felizmente, hoy se está discutiendo un proyecto que les permitirá jubilar y dejar, por lo menos, seguridad provisional a su esposa, hijos y familia en general.
En este último tiempo, hemos despachado plantas de personal de distintos servicios públicos, prácticamente de todos ellos. Sin embargo, el personal de la Cámara de Diputados todavía está esperando el despacho de esta iniciativa que les permite a ellos mirar el futuro con tranquilidad y a sus familiares la seguridad y estabilidad -como me dice el Diputado señor Viera-Gallo- que significa tener una ley de previsión.
Sé que hay funcionarios de esta Cámara que tienen la edad necesaria para jubilar y deben estar esperando el despacho de este proyecto.
Soy tal vez el más antiguo de los Diputados en ejercicio y dejo este período legislativo con la satisfacción de entregar mi voto favorable a este proyecto. Desde el punto de vista humano, tal vez para mí es motivo de una enorme satisfacción el despachar este proyecto, porque hemos peleado mucho tiempo porque así sea, por darles la seguridad a estos funcionarios capaces y leales en el trabajo que realizan con nosotros. A ellos les expreso mi agradecimiento, respeto y admiración.
Esta mañana me siento profundamente emocionado al decir estas palabras, que me nacen de lo más hondo del corazón y del sentimiento, porque desde 1952, como parlamentario de esta Cámara, he conocido desde jóvenes a muchos de ellos, cuando comenzaban su labor funcionaría, y he aprendido y he aquilitado la enorme condición humana que ellos han entregado al trabajo en esta Cámara de Diputados, lo que uno no puede dejar de reconocerlo públicamente.
Las funcionarías son excepcionales y a muchas las conocimos desde jovencitas.
La señora CARABALL (Vicepresidenta).-
Señor Diputado, el tiempo por bancadas es limitado. Su señoría está haciendo uso del tiempo del Partido Socialista, y hay otros señores Diputado inscritos para intervenir.
El señor PALESTRO.-
...Especialmente para ellas mi admiración.
No puedo dejar de manifestar la gran satisfacción de haber convivido durante tantos años con el personal de la Cámara. Me alegra dar mi voto favorable a este proyecto que, desde el punto de vista humano, ha sido uno de los más importantes que hemos despachado en este período. Lo hago con cariño, aprecio y respeto por todos los hombres y mujeres que han laborado con nosotros durante esta larga jornada de nuestra vida de parlamentario.
He dicho.
La señora CARABALL (Vicepresidenta).-
Tiene la palabra el Diputado señor Gustavo Ramírez.
El señor RAMIREZ.-
Señora Presidenta, este proyecto de ley que fija plantas de personal del Congreso Nacional no sólo es importante para el funcionamiento del Congreso, sino que, también, viene a hacer justicia a su personal, que no puede estar sujeto a las leyes del mercado, en cuanto a sus remuneraciones, argumento que algunos sostienen con mucha insistencia. Es distinto, toda vez que son los funcionarios del Parlamento. Esto no es una fábrica, ni una industria, ni un negocio. De tal manera que sus rentas deben determinarse de acuerdo con otro parámetro. Nunca me he asustado cuando se plantea que los empleados del Congreso Nacional tienen remuneraciones elevadas. Ello corresponde, simplemente, a su categoría.
Bien lo decía el Diputado señor Mario Palestro, quien ha sido parlamentario durante muchos años, al igual que el que habla, y hemos conocido la trayectoria de los funcionarios que comparten con nosotros. Que tengan remuneraciones distintas está dentro de las posibilidades que este Congreso debe manejar. Este no es personal que cumpla una jornada de trabajo de ocho horas. Por ejemplo, recuerdo que cuando se dictó la ley de reforma agraria los funcionarios trasnocharon con nosotros. Estuvimos seis días sin dormir. Eso no ocurre ni en la industria, ni en el comercio, ni en otros lugares. Es decir, este personal es diferente, y debe estar en un escalafón que considere su larga trayectoria en este Congreso. Por eso, espero que este proyecto sea aprobado.
Quiero referirme a un hecho puntual. En el informe de la Comisión de Hacienda respecto de esta iniciativa, equivocadamente modificamos el texto original del mensaje, el cual, producto de un acuerdo de las Comisiones de Régimen Interno de ambas Cámaras, también se refería al personal reincorporado, actualmente a contrata.
Luego de un análisis más detenido de su parte expositiva, no me parece claro que el inciso segundo del artículo 3° transitorio haga justicia al personal que a la fecha de instalación de esta Cámara llamáramos a reincorporarse, para que con su experiencia pusiera en marcha los servicios esenciales de la Cámara. En efecto, la intención del legislador es facilitar el encasillamiento de este personal que sobradamente ha demostrado su eficiencia en las labores encomendadas. En el momento de su reincorporación, la Comisión de Régimen de la época consideró como primera opción a aquellos que habían sido exonerados del servicio por motivos políticos, como también a quienes, a pesar de haber abandonado el Servicio, esta Corporación estimaba necesaria su colaboración.
Por estas razones, creo conveniente insistir en el texto original del mensaje, producto de largos debates en las Comisiones de Régimen Interno de ambas Cámaras, pues su redacción, aunque no es más perfecta para resolver el problema, presenta menos objeciones que la propuesta por la Comisión de Hacienda. Espero que este problema se corrija en el Senado.
Iba a formular indicación en este sentido; pero no lo haré, con el ánimo de no demorar el despacho de este proyecto. Dejo constancia de ello para que se tomen las medidas necesarias y se corrija oportunamente ese error.
He dicho.
La señora CARABALL (Vicepresidenta).-
Tiene la palabra el Diputado señor Claudio Rodríguez.
Restan tres minutos y medio a Renovación Nacional.
El señor RODRIGUEZ (don Claudio).-
Señora Presidenta, me alegro de que al fin, debatamos este proyecto de ley -después de que hemos estado casi cuatro años en la Cámara- que, sin duda, solucionará un problema serio que afecta a los funcionarios del Congreso Nacional. Habría sido deseable habernos demorado mucho menos, habernos afanado igualmente como lo hacemos cuando tratamos otros asuntos que preocupan e interesan a los parlamentarios.
Soy partidario de la regularización rápida de esta situación que ya no resiste más demora y, por lo mismo, apoyaré en general este proyecto, sin perjuicio de manifestar algunas observaciones, inquietudes y consultas.
Quiero reafirmar lo que se ha dicho en cuanto a que las características del personal del Congreso Nacional son bastante especiales.
Tampoco me asusta que funcionarios tengan remuneraciones sobre la media del mercado nacional. Todo depende de lo que esperemos -como parlamentarios, como institución, como Corporación- de su desempeño y del funcionamiento de los distintos estamentos del Congreso Nacional. Buscamos excelencia, transparencia, equidad, privacidad y muchas características que son fundamentales para que el Congreso Nacional funcione de manera eficiente.
A continuación quiero referirme a los concursos públicos.
Recuerdo que cuando comenzamos a analizar la situación del personal y vimos que la planta era insuficiente para lo que realmente se requería, en esa oportunidad, en la Comisión de Régimen Interno, acordamos la contratación de funcionarios a honorarios los que, una vez que se fijara la planta, serían incorporados como funcionarios del Congreso Nacional, cumpliendo con los requisitos exigidos; entre otros, el concurso público. Es importante e interesante tener presente esa situación.
Lo que no me parece una buena idea -y entiendo que la Comisión no la acogió- es aumentar la planta de la Cámara sólo porque el Senado tiene más funcionarios por cada Senador. Esa no es una buena variable de medición. El número de funcionarios debe ser el necesario. Si se requieren menos, sólo esos deben contratarse. Hay que buscar criterios más objetivos para determinar la cantidad de empleados.
Tampoco estoy de acuerdo con que en el artículo 1° se indique que la Comisión Bicameral "establecerá por una sola vez". No es bueno que la Sala renuncie a su facultad de ser quien resuelva en definitiva. Y en lugar de "establecerá", sería mucho más apropiado "propondrá".
Finalmente, agradeceré que algún integrante de la Comisión de Hacienda explique cuál es la razón objetiva y efectiva por la que no se hace imponible el total de la remuneración, como se propone en esta iniciativa.
Después de estas observaciones, manifiesto que apoyaré en general este proyecto.
He dicho.
La señora CARABALL (Vicepresidenta).-
Tiene la palabra el Diputado señor Bombal.
El señor BOMBAL.-
Señora Presidenta, es importante que se haya resuelto traer a la Sala temas como éste, lo que no ha sido la práctica habitual. Es un avance significativo. Espero que, en el futuro, se establezca en la ley que estas materias sean debatidas en la Sala.
Lo cierto es que después de todos los estudios realizados, se llega a un proyecto de ley marco, que no precisa cuáles son, efectivamente, los cargos con definición de sus funciones, que deben tener las plantas de personal del Congreso Nacional. Se trata, es cierto, de un trabajo que queda para el próximo Parlamento; es decir, tenemos que ser claros en que aquí estamos fijando normas generales.
Se habla mucho de “leyes de amarre" y se las ha impugnado, pero ésta claramente lo es. Se está "amarrando" a los futuros parlamentarios a una definición y estructura administrativa respecto de la cual la propia Cámara de Diputados tiene la certeza de que no es la más adecuada y de que, probablemente, pasen dos años para definir y describir los cargos y funciones.
Además, es importante consignar que no hablamos de una ley de planta, sino de una fijación de cupos, incorporando a todos los que han ingresado -independientemente de las vías por las cuales lo hicieron-, asegurándoles una situación de estabilidad que no responde necesariamente- y esto de ninguna manera implica un juicio peyorativo hacia el personal- a las calificaciones que debe tener la función que deseamos que cumpla cada uno de los funcionarios en el Parlamento.
Desde ese punto de vista, no es un buen proyecto de ley. No cabe la menor duda de que hubiese sido mucho mejor haber acotado interiormente, en la Comisión respectiva de la Cámara, cuáles eran las funciones, y establecer, no por la vía de una indicación de urgencia, el mecanismo adecuado para que cada persona se sintiese titular de su cargo, con la propiedad que ameritan sus cualidades personales y, a partir de ello, sus perspectivas de ascenso. Por ello, sin lugar a dudas, no puedo estar conforme con un proyecto de esta naturaleza.
Por otro lado, al leer el informe y la descripción que se hace, uno no sabe si las recomendaciones de un estudio de Price Waterhouse sobre la materia están consideradas o lo van a ser en el futuro.
En todo caso, queda en evidencia un problema mucho más de fondo: si la Cámara de Diputados puede seguir siendo administrada por un cuerpo colegiado, la Comisión de Régimen Interno, en circunstancias de que no es ésa la función para la cual hemos sido elegidos. Aquí debe existir un sistema de administración interno, confiado al señor Secretario de la Cámara o a un secretario adjunto -para no desviar al primero de sus funciones más específicas- autoridad administrativa que deberá responder ante la Cámara, ante la Mesa, con el objeto de que los legisladores no estén abocados a materias de régimen interno, donde -hay que decirlo- se genera todo tipo de situaciones que han motivado y que podrían suscitar suspicacias, las que son contrarrestadas con concesiones de uno y de otro lado.
En consecuencia, con un sistema de administración colegiado, como el que tenemos, se llega a esta conclusión: a leyes marco, a leyes muy amplias, que buscan acomodar situaciones y no la eficiencia del servicio, lo que, a mi juicio, no queda salvaguardado integralmente, como debió ocurrir en este proyecto de ley. Aquí estamos acomodando una situación para asegurar estabilidad funcionaria que no sabemos si corresponde a la eficiencia que necesita esta institución.
Estoy de acuerdo con todos los homenajes que se tributan al personal y me sumo a cada uno de ellos; pero eso no quiere decir que estemos actuando con los criterios de eficiencia y de excelencia que requiere un servicio de esta naturaleza.
Por lo demás -también aquí se ha dicho- hemos sido en extremo rigurosos, como cámara fiscalizadora, para revisar detalladamente cada una de las plantas de personal de otros servicios, que se han presentado a nuestra consideración. Próximamente llegarán leyes referidas a estas materias, sobre otro poder del Estado.
No sé si haremos el análisis de esas plantas con esta misma celeridad. Pero me parece que no estamos sentando un precedente sano al discutir esta materia, en la Sala, con un tiempo límite, absolutamente estrecho para cada bancada y para cada Diputado en particular. Si somos responsables y consecuentes respecto de las plantas de otros servicios que se han analizado acá, debiéramos haber sido mucho más acuciosos, al menos en la discusión de la Sala, para debatir esta materia.
Se nos dice incluso que las indicaciones se votarán de inmediato, de manera que sea innecesario el segundo informe sobre este proyecto. Soy partidario de que el próximo Parlamento termine el estudio y resuelva sobre este proyecto de plantas, puesto que se han renovado muchos parlamentarios y es justo que ellos decidan sobre materias que tendrán incidencia en su gestión parlamentaria.
Por todas estas razones, no estoy de acuerdo con la forma en que se ha tramitado este proyecto y, sobre todo, con la conclusión a la que se arriba: una ley marco que, a mi juicio, no resuelve lo medular, que es un planta que asegure eficiencia, estabilidad y, a la vez, la debida competencia que debe tener cada funcionario que se desempeña en esta Cámara.
No hago cuestión respecto de las remuneraciones, materia que podríamos haber analizado mucho más ampliamente; no es un problema que se deba resolver a través de las leyes del mercado, sino esclareciendo si el Congreso puede estar por sobre otros poderes del Estado con funciones de igual excelencia, calidad y responsabilidad, lo que tampoco queda consagrado en el informe ni establecido como un principio de justicia y de equidad, de lo que tanto se habla en esta Sala respecto de otras materias.
Por todas estas consideraciones, me abstendré.
He dicho.
El señor MOLINA (Presidente).-
Tiene la palabra el Diputado señor Jorge Pizarro. Le restan cuatro minutos y medio a la bancada demócratacristiana.
El señor PIZARRO (don Jorge).-
Señor Presidente, después de mucho tiempo, en que realizamos largas reuniones, discusiones y análisis, se ha presentado a esta Sala un proyecto de ley sobre plantas del personal Congreso Nacional.
Quiero decir con toda claridad que lo que se nos plantea en este proyecto de ley no es lo más acertado ni lo más conveniente. Al menos, yo tengo aprensiones y discrepancias de fondo sobre la forma en que viene este proyecto.
Indudablemente, podríamos haber legislado mucho antes respecto del tema de las plantas del Congreso, siempre y cuando hubiéramos concurrido con mayor voluntad nosotros, los parlamentarios, en cierta manera, el Ejecutivo, y, hablando con toda franqueza, los propios funcionarios, quienes no jugaron un rol que permitiera sacar este proyecto adelante en forma eficiente; por el contrario, las más de las veces ejercieron una presión más allá de lo razonable.
Quiero dejar constancia de esto, porque, durante bastante tiempo participé en la discusión de esta materia. Partimos propugnando en la Comisión de Régimen Interno que los objetivos fundamentales de este proyecto de ley de plantas posibilitarán en forma cierta mejorar la excelencia, la eficiencia y el nivel de trabajo de esta Corporación.
Algunos pensarán, al escucharme hablar de esto, que estoy criticando infundada o injustamente a los funcionarios. Por favor, no quiero que lo entiendan así. Por el contrario, estoy tratando de que cualquier funcionario de esta Cámara sepa, tiente a los propios parlamentarios, a la opinión pública y al país, que son los mejores.
Tal como lo ha planteado el Diputado señor Rodríguez, uno de los requisitos fundamentales, al menos para mí, que fue acuerdo de nuestra Comisión, no está expresado en este proyecto de ley: que quienes ocupan cargos a contrata, deben rendir un concurso público para ingresar a la planta. Este es un requisito fundamental, porque tiende a proteger a los propios funcionarios, pues hemos conocido reclamos permanentes en esa misma Comisión de Régimen Interno, respecto del desempeño de irnos pocos, lo que ha distorsionado la imagen de la mayoría. No cabe duda de que debiéramos hacer un esfuerzo por corregir esta materia.
Es cierto que se establece una Comisión Bicameral para estudiar las remuneraciones y proponerlas por una vez a la Sala. Eso es positivo, pues genera una instancia para resolver, cosa que no tuvimos nosotros, por los antecedentes que he entregado.
Eso será a futuro; pero no corrige las situaciones presentes.
Acá tampoco se establecen los criterios que conversamos y analizamos hasta la saciedad respecto de la forma cómo se debían manejar el personal, la administración, las finanzas, las tomas de decisiones y las responsabilidades de esta Corporación. Debería existir una relación entre lo que conversamos en esa Comisión y lo expresado en este proyecto. Por ejemplo, hasta ahora no sabemos si el manejo financiero va a seguir radicado en la Tesorería o si tendremos un administrador, un gerente o un jefe de adquisiciones.
No quiero hacer un cargo a nadie; pero es una realidad, porque eso está en la discusión permanente. Los Diputados nos encontramos a diario con problemas que van desde lo administrativo hasta los de seguridad, y no tenemos a quién recurrir.
Tampoco hay una situación clara -y coincido con lo que decía el colega señor Bombal- respecto del personal. Incluso, eso atenta claramente contra la trasparencia y la eficiencia.
El proyecto tiene cosas positivas. ¡Cómo no va a ser positivo que, de una vez por todas, despejemos el tema previsional del personal! Me parece muy importante. Coincido en que constituye un avance fijar un esquema previsional, aunque es delicado por la forma en que las remuneraciones fueron fijadas al iniciar sus labores esta Cámara, materia en la que partimos mal, por lo que tendremos que hacer algunos ajustes, dado que no se puede perjudicar los ingresos de los funcionarios.
Es importante despachar este proyecto, pero no en estos términos. Es mi modesta opinión. Muchas veces, se aplazó la discusión de este tema. Pedimos informes a instancias técnicas respecto del personal, de la administración, de la parte financiera, los que resultaron interesantes por supuesto; pero, en la práctica, ninguno está reflejado en esta iniciativa, porque hubo que negociar, discutir, analizar y conjugar los intereses de la Corporación, de los funcionarios y, por qué no decirlo, de los parlamentarios.
Digo esto en términos generales, sin entrar en lo específico, porque resulta difícil opinar o definirse respecto de proposiciones concretas de la planta y de la forma cómo debe ser administrada esta Cámara. Y como debemos actuar con absoluta claridad y transparencia, no correspondería aprobarlo en general, para después, en lo particular, rechazar algunos de sus artículos. Por lo tanto, votaré en contra.
He dicho.
El Señor MOLINA (Presidente).-
Tiene la palabra el Diputado señor Schaulsohn, cuyo Comité PPD, dispone de 15 minutos.
El Señor SCHAULSOHN.-
Señor Presidente, podríamos discutir durante mucho tiempo cómo perfeccionar un proyecto de ley de esta naturaleza; pero no hay que perder de vista el objetivo en mente: esta proposición de ley implica en cierto modo una recuperación de la autonomía de la Cámara. Hay un reconocimiento del Presidente de la República para que la Cámara maneje sus propios asuntos, como siempre fue, en materia administrativa y financiera.
La Constitución de 1980, al establecer una serie de restricciones respecto de las materias propias de iniciativa parlamentantaria y de iniciativa exclusiva del Presidente de la República, en cierto modo creó una situación que disminuyó la capacidad del Congreso Nacional para manejar en forma autónoma sus propios asuntos financieros y administrativos.
Estoy de acuerdo con algunas de las restricciones planteadas por la Constitución de 1980 en materias de orden general; pero creo que también estamos todos de acuerdo en que el Congreso Nacional debe ser autónomo para manejar sus propios asuntos financieros y administrativos. El Presidente de la República, a través de la norma que se establece en el proyecto para fijar las rentas y montos máximos, por una sola vez, reconoce esa autonomía del Parlamento, destinada a poner su casa en orden. Naturalmente, la planta está fijada por ley.
En lo esencial, es un buen proyecto, diseñado por nosotros mismos, por la Comisión de Régimen Interno, como debe ser. El Ejecutivo lo ha patrocinado para solventar todas las dudas de tipo constitucional o legal que se planteen, por las razones que he mencionado: las restricciones establecidas en la Constitución sobre iniciativa legal; pero el proyecto es nuestro.
No todos hemos participado en su elaboración; pero la característica esencial de la Comisión de Régimen Interno es que en ella están representados todos los sectores políticos del Congreso.
A raíz de lo que señaló el Honorable señor Bombal, cuya apreciación general uno puede compartir, cabe puntualizar que la función de la Comisión de Régimen Interno es, precisamente, administrar la Cámara; y la del Senado, administrar el Senado, desde el punto de vista administrativo y financiero, porque tiene que ver con nuestra autonomía.
Ahora, si uno tiene observaciones a las actuaciones de la Comisión de Régimen Interno, evidentemente que las puede hacer valer directa y personalmente, o a través de nuestros propios representantes. No hay ningún partido político, ninguna bancada, que no esté debidamente representado en esa Comisión, donde se resuelven materias importantes, como las asignaciones para viajes al extranjero, las remuneraciones y asignaciones de los propios parlamentarios. Por lo tanto, el procedimiento es correcto y adecuado.
En una materia de esta naturaleza, igual que en una empresa es muy difícil discutir y resolver adecuadamente los problemas que se plantean en una asamblea de 120 personas. Estamos obligados a delegar y a hacer fe, sin perjuicio de plantear nuestras observaciones, como lo han hecho aquí, en forma muy pertinente y adecuada, varios señores Diputados, haciendo fe en lo obrado por la Comisión de Régimen Interno.
Desde ese punto de vista, el proyecto está bien. No es perfecto, pero nosotros lo vamos a respaldar en la forma como está.
Además, se ha hecho mucho caudal del concurso público. Creo que el principio de que los cargos deben llenarse por concurso público es indiscutible; pero hemos dictado muchas leyes en las cuales no hemos aplicado religiosa y rigurosamente dicho principio. Y traigo a colación sólo la más reciente, la más controvertida y presionada desde las tribunas: las plantas municipales, en las que se incorpora una cantidad importantísima de personal a contrata.
¿Cuál es la situación en el Congreso? Sabemos que han entrado funcionarios, no diría por una vía irregular, sino por la única que existía, la que, a lo mejor, no permitió seleccionar en la puerta de ingreso a los de mayor idoneidad, y quizás a otras personas que en un concurso habrían ganado y no están acá; pero es una realidad que heredamos, porque nos tocó recomenzar la labor del Parlamento.
Hay muchos funcionarios del Congreso que participaron, desde su disolución en 1973, en tareas propias de la Junta de Gobierno, y he escuchado muchas voces críticas de parlamentarios de por qué aquí hay funcionarios que se desempeñaron allí. Creo que debemos juzgar a los actuales funcionarios no en función de lo que hicieron antes ni tampoco de cómo llegaron aquí, sino en función de su desempeño, y la Cámara cuenta con mecanismos para sancionar y eliminar a los funcionarios que no cumplen con su deber, y si no los tiene, deberíamos presentar una indicación en este proyecto para que exista ese mecanismo.
El Señor PIZARRO (don Jorge).-
¡No los tiene!
El Señor VIERA-GALLO ¡Sí los tiene!
El Señor SHAULSOHN.-
El Diputado señor Pizarro me dice que no los tiene. Hago fe absoluta en lo que él me dice, y creo que deberíamos redactar una indicación para que la Comisión de Régimen Interno los tenga. Pero el Diputado señor Viera-Gallo me señala que sí los tiene. Mejor.
Aclaremos el punto, pero hay acuerdo en que debe tenerlos. Entonces, es lamentable que no todos estén por el concurso público; pero es una realidad y no podemos entrar a revisar. Los que se han desempeñado mal, tendrán que irse; los que se han desempeñado bien, habrán de continuar. Ese es un tema que debe analizarse caso a caso.
Señor Presidente, con su venia le concedo una interrupción al Diputado señor Pizarro.
El Señor MOLINA (Presidente).-
Tiene la palabra Su Señoría, a cargo del tiempo del Comité del Partido por la Democracia.
El Señor PIZARRO (don Jorge).-
Señor Presidente, en relación con la intervención del Diputado señor Schaulsohn y para algunos que hemos hecho hincapié en la necesidad del concurso, quiero decirle al colega que ésta fue una de las materias que discutimos largamente en la Comisión de Régimen Interno. El concepto que Su Señoría ha dado sobre el rol de la Comisión de Régimen Interno lo comparto plenamente, porque es así. En mi opinión, ese acuerdo que se tomó en repetidas oportunidades no está incluido en el proyecto de ley. Esa es la razón por la cual, modestamente, me parece que no estoy en condiciones de aprobarlo, porque es un requisito fundamental que se viene dando desde hace cuatro años; no ahora.
He dicho.
El señor MOLINA (Presidente).-
Puede continuar el Diputado señor Schaulsohn.
El señor SCHAULSOHN.-
Señor Presidente, es muy respetable el punto de vista del Diputado señor Jorge Pizarro ¡Qué duda cabe! Pero tenemos que optar: o nos ponemos a revisar y volvemos a fojas cero o continuamos velando por que en el futuro no ingrese ningún funcionario sino por concurso -como se establece en el proyecto- y somos muy estrictos en la evaluación del personal. Creó que ése es el compromiso posible en esta materia: una evaluación –repito- del personal con normas muy estrictas, con la posibilidad de sancionar o eliminar. Es más viable que entrar a revisar lo obrado durante cuatro años, cualquiera que sean las razones por las cuales no se hizo en tiempo y forma.
Señor Presidente, por estas consideraciones, los Diputados del Partido por la Democracia vamos a apoyar el proyecto, y también tenemos la mejor disposición para aprobar las indicaciones que tiendan a perfeccionarlo.
He dicho.
El señor MOLINA (Presidente).-
Tiene la palabra el Diputado señor Muñoz Barra, quien dispone de seis minutos.
El señor MUÑOZ BARRA.-
Señor Presidente, solamente para señalar que, con mucho agrado, voy a concurrir a la aprobación de este proyecto.
Como lo decía el Diputado señor Schaulsohn, con la aprobación de la planta de funcionarios municipales por el Congreso Nacional, se permitió, justicieramente, que más de 2 mil funcionarios pudieran ingresar a ella después de mucho tiempo de estar a contrata. Les recuerdo a las bancadas opositoras que lo mismo ocurrió con la aprobación del Estatuto Docente, con motivo del cual también se dio estabilidad a funcionarios cuyos cargos no fueron convocados a concurso público; solamente se les exigió cinco años de antigüedad o que hubieren realizado cualquier tipo de cursos relacionados con educación. En esa oportunidad esas bancadas concurrieron con su votación aprobatoria.
Aquí hay un hecho que no merece ninguna discusión. Por este proyecto, aparte de fijar las normas para contratar a los funcionarios, estamos legislando para darles estabilidad en el cargo a aquéllos que han estado a contrata durante cuatro años. ¿En razón de qué lógica se puede pedir a funcionarios que nos han servicio durante ese período que entren a un concurso público? Además, el 60 por ciento del personal de la Cámara está en esas condiciones, de los cuales hay más de 20 funcionarios antiguos que, incluso, fueron exonerados y perdieron injustamente sus derechos durante bastantes años.
Ahora, frente a las aprensiones de mayor capacidad del personal, en el proyecto se establece que en el futuro se llamará a concursos públicos.
Quiero decirles, respetuosamente, a algunos señores Diputados que señalan que esto no se trató al principio, que estoy de acuerdo en que debió haberse hecho así, y que al respecto podríamos citar la fiase "quien calla, otorga", porque se pudo haber buscado algún procedimiento que hubiere tenido la transparencia que ahora se plantea.
La Comisión de Régimen Interno, como corresponde, se encargará de la contratación del futuro personal. No puede hacerlo un funcionario de la Cámara, por muy elevado que sea su rango.
No hay que olvidar que si no legislamos en esta oportunidad sobre este personal a contrata que nos ha servido por cuatro años, nunca se va a terminar la discusión del proyecto, ya que, en pocos días más, 48 nuevos parlamentarios ingresarán a la Cámara en busca de una nueva experiencia y, entonces, esa discusión se prolongará por cuatro años más.
Termino señalando que aquí ha habido casos dramáticos de funcionarios que han fallecido y cuyos familiares han quedado prácticamente en la indigencia, puesto que al estar a contrata, se les imponía por una cantidad mínima. Y al respecto rindo un homenaje a Ramón Páez (Q.E.P.D.) y a otros dos funcionarios recientemente fallecidos.
Señor Presidente, con mucho agrado votaré favorablemente este proyecto.
Con su venia, le concedo una interrupción al Diputado señor Salas.
El señor MOLINA (Presidente).-
Diputado señor Salas, puede hacer uso de la palabra por dos minutos y medio.
El señor SALAS.-
Señor Presidente, en primer lugar, apruebo esta planta del personal que ha sido largamente esperada y hace justicia a todos los empleados de esta Cámara.
En segundo lugar, no comparto lo planteado en cuanto a que hay funcionarios buenos y malos. Creo que la Cámara tiene un personal eficientísimo que ha trabajado estrechamente con nosotros y sufrido los mismos problemas nuestros. Y si aquí funcionan mal algunos departamentos, ello se debe exclusivamente a quienes dirigen la Corporación. Porque no es correcto que en el proyecto, tan largamente esperado y respecto del cual hemos estado siempre discutiendo por las ramas, aparezca que la Comisión de Régimen Interno tenga que ver con el personal y con cada asunto interno de la Cámara. Después de fijada su planta, la Corporación debe ser tratada en su régimen interno como una empresa. Aquí tiene que haber una planta administrativa. No puede ser que cada vez que ocurre algo respecto del personal o de su trabajo, una u otra Comisión de la Cámara deba preocuparse de ello. Se advierte que la Comisión de Hacienda se ha dedicado exclusivamente a repartir los dineros, a crear los escalafones -muy loable, por supuesto-; pero espero que en el Reglamento de la Cámara se establezca claramente la función que cumplirá cada cual y que haya un personal dedicado exclusivamente al funcionamiento administrativo de la misma. No veo por qué algunos señores Diputados deban tratar problemas administrativos de la Corporación.
Por lo tanto, este proyecto se puede corregir por la vía de la reglamentación interna o de la fijación de los cargos en los escalafones. Y, por lo que he leído sobre el particular -quiero que esto quede claramente establecido-, los funcionarios que hoy están trabajando a contrata tienen que quedar automáticamente calificados o dentro del escalafón respectivo. No podríamos votar este proyecto de planta si mañana vamos a llamar a un concurso público para llenar todos los cargos que hoy sirve este personal, conformado, incluso, por funcionarios antiguos; y de más está decir todas las peripecias que todos han pasado junto a su familia.
Señor Presidente, creo que el próximo Parlamento deberá revisar y determinar nuestro trabajo, que es legislar para el país, y en el caso de los funcionarios de la Cámara, tendrá que existir una plana mayor con los cargos correspondientes de jefatura, que hagan funcionar esta Corporación como corresponde, porque no es tarea de los señores Diputados modificar o aprobar alguna cosa, cada vez que sea necesario, incluso, en materia de adquisiciones para su funcionamiento.
Señor Presidente, aprobaré el proyecto en el entendido de que los funcionarios que están a contrata quedarán automáticamente en la planta; o caso contrario, no. Entiendo que, en el futuro, los cargos se proveerán por concurso público, lo cual es muy saludable. Ojalá que esta planta sirva también para toda la Administración Pública, porque los actuales sueldos de sus funcionarios son realmente misérrimos. Por eso, el Estado, muchas veces, tiene funcionarios que no corresponden al servicio que prestan en los distintos organismos o ministerios del país. Por lo tanto, espero que esto sirva como ejemplo, porque hoy los mejores trabajadores se los está llevando la empresa privada.
El señor MOLINA (Presidente).-
Señor Diputado, se cumplió el tiempo.
El señor ROCHA.-
Señor Presidente, el Partido Radical le cede parte de su tiempo.
El señor MOLINA (Presidente).-
El tiempo disponible del Partido Radical es de 12 minutos.
El señor ROCHA.-
Exactamente.
El señor MOLINA (Presidente).-
¿El Comité le cede algunos minutos al Diputado señor Salas?
El señor ROCHA.-
Lo que él estime necesario, señor Presidente.
El señor MOLINA (Presidente).-
En esas circunstancias, puede continuar Diputado señor Salas
El señor SALAS.-
Señor Presidente, amerita que se haga una revisión acerca de lo que se ha hecho en la Cámara frente a este proyecto de planta. No es posible que después de haber estado casi los cuatro años en ejercicio estudiando un proyecto de planta del personal que trabaja en la Corporación, éste resulte incompleto y no responda a lo que realmente se requiere.
Aquí se cortan las cosas, pero no sé cómo, porque tampoco es correcto que, por un lado, hayamos tratado de legislar para que no existan contratistas en el país, porque esquilman a los trabajadores; y que, por otro, en la Cámara, donde hemos legislado tratando de corregir de alguna manera tales vicios, haya contratistas con funcionarios de primera, segunda y tercera categorías.
Creo que todas las personas que trabajan en esta Corporación deben ser funcionarios de ella, por muchas razones; entre ellas, la seguridad. Muchos de ellos entran a nuestras oficinas, donde hay documentación privada y, sin embargo, no están regidos por ningún reglamento interno. No puede ser que mientras en la Cámara hay personal que percibe un sueldo mínimo, un contratista se lleve la mayor parte de lo que aquí se paga.
Espero, ya que no tenemos tiempo para hacer más al respecto, que el próximo Parlamento corrija estas injusticias y anomalías.
Soy enfático en señalar que, en mi opinión, la primera obligación de los Diputados que integran la Comisión de Régimen Interno es legislar y no estar todas las semanas aprobando y corrigiendo situaciones que no son de su exclusiva responsabilidad, sino de las autoridades superiores de ]a Cámara.
Espero que en el próximo reglamento queden corregidas estas anomalías, a fin de que los Diputados trabajemos para lo que fuimos elegidos: legislar para el país.
He dicho.
El señor MOLINA (Presidente).-
Han pedido usar de la palabra los Diputados señores Viera-Gallo y Montes. El tiempo del Partido Socialista es de siete minutos.
Tiene la palabra el Diputado señor Viera-Gallo.
El señor VIERA-GALLO.-
Señor Presidente, en primer lugar, considero muy importante lo establecido en el artículo 1°, en el sentido de que un reglamento de cada Corporación determinará el sistema que regirá al personal. Es allí donde habrá que determinarse la forma de cesación de funciones, justamente, para evaluar al personal cuando corresponda. De ese modo se podrán resolver los problemas aquí planteados.
En segundo lugar, en el inciso tercero de ese artículo se establece una Comisión Bicameral que administrará los servicios comunes del Congreso. Esta es una enorme innovación. Ayer el Presidente del Senado nos decía que durante cuatro años no ha conseguido que el Secretario del Senado se comunique con el de la Cámara, porque existe una tradición en el Congreso de absoluta separación entre las dos Corporaciones. Si estamos en un mismo edificio y tenemos que compartir gastos comunes, resulta irracional que no haya colaboración entre el Senado y la Cámara. Esa colaboración aquí se establece por ley.
Además, a la Comisión Bicameral se le asigna un principio muy importante: que a igualdad de funciones en el Senado y en la Cámara corresponda igualdad de reuniones, y que no exista posibilidad alguna de que en una Cámara se apruebe aumentos de ingresos del personal, para evitar que la otra los exija a su vez, convirtiéndose en una escalada sin límites.
Creo que esta norma del inciso tercero del artículo 1° es tremendamente innovadora y apunta a la modernización.
Quisiera que el Diputado señor Bombal leyera bien lo que dispone el inciso cuarto. "A los Secretarios de la Cámara de Diputados y del Senado les corresponderá la administración del personal y de los distintos servicios de la respectiva Corporación,...". Es decir, esa norma refleja exactamente lo que él ha señalado. Aquí el proyecto establece otra innovación: los Secretarios, es decir, los jefes de servicio, son los que administrarán, y corresponderá a la Comisión de Régimen Interno de ambas Corporaciones ejercer podría decirse la supervigilancia de tal administración.
Respecto de las plantas, a partir del estudio realizado por la Price Waterhouse, las de la Cámara, del Senado y de la Biblioteca ya están estructuradas. Si no se incorporaron al proyecto -me refiero a que en lugar de las plantas estructuradas se consideraron plantas esquemáticas- fue porque el Presidente de la República quiso entregar esa función a la autonomía del Congreso Nacional, lo cual no significa que las plantas no estén elaboradas, estudiadas y homologadas.
En la página 30 hay otro principio muy importante: todas las remuneraciones del personal son imponibles. Esto resuelve un antiguo problema, por cuanto, en la actualidad, los funcionarios sólo imponen por una parte relativamente pequeña de sus ingresos, lo que acarrea todas las injusticias a que se refirió el Diputado señor Palestro.
Por último, en los artículos transitorios se establece el mecanismo que nos llevará de la situación actual a la definida en los artículos permanentes. Para ello se faculta a la Comisión Bicameral, integrada por 7 Diputados y 7 Senadores de las distintas bancadas -es decir, por nosotros mismos, no por otros entes- para determinar una escala de remuneraciones definitivas, la cual deberá ser discutida en las Salas de la Cámara y del Senado. En otras palabras, tendrá que someterse a las mismas formalidades de una ley, y si nos pareciera mal lo acordado por la Comisión Bicameral, podremos rectificarlo en su momento. Esto determinará, además, una nueva situación: nunca más en la Cámara y en el Senado se podrán aumentar los ingresos del personal, porque para hacerlo se requerirá de ley. O sea, una vez establecidos por ley, sancionada por la Cámara y el Senado, la escala de remuneraciones y todos los beneficios del personal, sólo en virtud de otra ley se podrán conceder nuevos beneficios, con lo cual dicho personal tendrá el mismo status de estabilidad y de normalidad que el del Poder Judicial o el del Estado en general.
En el artículo 2° transitorio se consagran las normas relativas al encasillamiento del personal, materia sobre la cual no me extenderé. Sólo quiero agregar que habría sido mejor -como lo señaló el Diputado señor Pizarro- que, en su momento, los funcionarios a contrata hubieran ingresado a la Cámara por concurso público. Si no se hizo fue porque se nos dijo entonces que carecíamos de facultades legales para llamar a concurso público. Tanto es así que se dejó sin efecto -como lo recordará, el señor Secretario- un llamado a concurso público, ya incluido en un diario, porque se nos dijo que no existía tal facultad, entre otros motivos, porque las plantas ya estaban completas. Entonces, se buscó un procedimiento que consistió en que la Comisión de Régimen Interno nombrara una Subcomisión, integrada por Diputados de todas las bancadas, para que propusiera algunas personas, después de estudiar todos los currículos, etcétera. Probablemente ÉC cometieron injusticias; pero si así ocurrió, fue responsabilidad de todas las bancadas representadas en la Comisión de Régimen Interno, las que, a su vez, representan a los diversos partidos. Tales injusticias no fueron corregidas, tal vez, porque ningún partido quiso aplicar un correctivo en ese momento.
Para mí resulta extraño que después de cuatro años de haber puesto a prueba a ese personal, hoy se le quiera someter a concurso público, porque puede ocurrir que se presenten al concurso personas más capacitadas y desplacen a funcionarios que, aunque competentes, no sean mejores, pero que han trabajado en la , Cámara durante cuatro años. Entonces se crearía una enorme inestabilidad del personal de la Cámara y del Senado, porque si se aprobara esa indicación presentada hoy, querría decir que más de la mitad del personal -el 60 por ciento- quedaría pendiendo de la espada de Damocles ante la expectativa de quedar fuera del Servicio.
Además, si en ese personal hubiera gente no idónea para el cargo, corresponderá al Jefe del Servicio -al señor Secretario- una vez efectuado el encasillamiento, presentar todos los antecedentes para que se ponga fin al contrato de aquéllos, situación que está considerada en el artículo 1° del Reglamento.
Por último, personalmente aspiro a que la escala de remuneraciones que fije la Comisión Bicameral sea corregida en las profundas distorsiones de que adolece, teniendo presente tanto las del mercado en la empresa privada como las de otros servicios de la Administración del Estado, como lo señala el estudio de la empresa Price Waterhouse, el cual pueden consultar los señores parlamentarios que lo deseen.
Resulta evidente que esa decisión no emanará de la voluntad de cada señor Diputado, sino de quienes elija la Sala para formar parte de la Comisión Bicameral. En la eventualidad de que ello ocurra y para no perjudicar el personal que ahora está ejerciendo funciones, se establece un régimen transitorio, según el cual se van extinguiendo en el tiempo las diferencias de remuneraciones.
He dicho.
El señor MOLINA (Presidente).-
Su Señoría ha ocupado todo el tiempo que corresponde al Partido Socialista.
Queda un minuto al Comité de la UDI.
Tiene la palabra el Diputado señor Melero.
El señor MELERO.-
Señor Presidente, sólo deseo hacerme cargo de las palabras del Diputado señor Schaulsohn respecto del principio de la autonomía del Congreso Nacional para tomar sus propias resoluciones.
Comparto su criterio de que ése es un hecho positivo, pero no puedo dejar de llamar la atención de que esa autonomía implica también un manejo muy responsable de ella. De lo contrario, fácilmente podríamos caer en el descrédito o en situaciones privilegiadas respecto del resto de la Administración del Estado, como ha ocurrido en numerosos países del mundo, especialmente en Brasil, y en estos últimos días, en Santiago del Estero, en Argentina.
Como no quiero que nuestro Parlamento ni nuestro país lleguen a una situación de ese tipo, creo que la autonomía del Congreso Nacional implica también responsabilidades y sentido común en su manejo y sensibilidad respecto de los demás sectores nacionales. A nosotros, los parlamentarios que por esencia somos transitorios en este Poder del Estado, nos corresponda administrarla en buena forma en lo futuro.
Creo que es importante, entonces, que en este manejo de la autonomía tengamos gran austeridad en el control de los gastos de la Corporación en materia de remuneraciones de sus acciones y en la forma cómo se muestra frente al resto de la Administración Pública. Quiero hacer un llamado en esta oportunidad para que esta autonomía sea manejada responsablemente, desde el punto de vista del trabajo que ejecutamos tanto los Diputados como los funcionarios que laboran en la Corporación, y que ese trabajo implique eficiencia. También invito a ser rigurosos en la evaluación de nuestro desempeño personal.
El señor MOLINA (Presidente).-
Terminó el tiempo, señor Diputado.
El señor MELERO.-
Y, finalmente, no exigir a los funcionarios lo que nosotros como Diputados, no estamos dispuestos a demostrar. No podemos pedir responsabilidad, austeridad y eficiencia si no somos los primeros en dar ese ejemplo en la forma como nos manejamos.
He dicho.
El señor MOLINA (Presidente).-
Corresponde hacer uso de la palabra al Comité del Partido Radical, para lo cual dispone de 9 minutos.
El señor ROCHA.-
Señor Presidente, deseo repartir ese tiempo entre el Diputado señor Andrés Palma y el Diputado señor Montes, que me lo han solicitado.
El señor MOLINA (Presidente).-
Cada señor Diputado dispondrá de 4 minutos y medio para intervenir.
Tiene la palabra el Diputado señor Andrés Palma.
El señor PALMA (don Andrés).-
Señor Presidente, en primer lugar deseo recalcar que del estudio que hicimos en la Comisión de Hacienda, llegué a la conclusión de que el proyecto resulta absolutamente necesario para ordenar la administración del Congreso Nacional. Enfatizo lo de Congreso Nacional, porque, como decía hace un momento el colega Viera-Gallo, aquí hay tres reparticiones involucradas: la Cámara, el Senado y la Biblioteca, entidad autónoma a la que también se aplicarán estas normas.
Comparto algunas inquietudes manifestadas por los Diputados señores Bombal y Jorge Pizarro. Sin embargo, espero motivarlos para que voten favorablemente, por cuanto el proyecto no es equivalente, en su forma, a ninguno de los otros sobre plantas que hemos tratada. A mi juicio, esto se debe justamente a dos cuestiones que se presentan en éste, pero no en otros.
En primer lugar, el Congreso Nacional goza de autonomía para administrarse, pero ésta no debe ser razón para que en la presentación legal no figuren todos los detalles de lo que debernos aprobar, la que es compartida por entes que, a su vez, son autónomos: la Cámara y el Senado.
Entonces, la forma que hemos convenido para subsanar el problema y que ha sido introducida en la Comisión de Hacienda de la Cámara, porque no venía en las disposiciones originales del proyecto, consiste en que una vez que ambas Corporaciones concuerden en que las remuneraciones y escalafones de cada una de ellas sean equivalentes -lo que hoy no ocurre porque las remuneraciones de una y otra no son equivalentes ni tampoco con las de la Biblioteca del Congreso Nacional-, los acuerdos de la Comisión Bicameral establecida en el proyecto deberán ser tratados por la Cámara y el Senado igual que cualquier proyecto de ley.
La disposición establece que la norma legal no será válida mientras no haya ese acuerdo de la Comisión Bicameral y no sean tramitados, igual que un proyecto de ley, las plantas, los montos de las remuneraciones, los escalafones, en fin. Sólo en ese momento serán aplicadas las normas que más interesan, que son las de encasillamiento y de solución de los problemas prácticos de actual administración.
Con esta disposición, en la práctica no se producirán diferencias, porque es obligatorio que una vez que se fijen por la Comisión Bicameral las escalas de remuneraciones, los escalafones, y se sepan las funciones de cada uno de los cargos, la proposición debe pasar por cada una de las Salas de ambas Corporaciones y ser aprobada igual que un proyecto de ley común y corriente. En ese momento, esta normativa legal tendrá un valor equivalente al de cualquiera otra planta; pero sin ese trámite no es operativa.
En relación con lo que decía el Diputado señor Salas, quiero señalar que también hemos dispuesto que, desde el punto de vista de la administración operativa de las Corporaciones, los jefes administrativos son los jefes superiores de los servicios en este caso, los Secretarios de la Cámara y del Senado. Ello, para diferenciar el rol de administración general, de definición de políticas y de potestad reglamentaria que tienen las Comisiones de Régimen Interno de ambas Cámaras y de lo que es la administración cotidiana de cada una de ellas. Esta norma también es sana, en el tenor de lo que hemos conversado permanentemente, de resolver lo relativo a la administración de las corporaciones.
Por último, hay un punto en el cual se producen discrepancias y que debemos resolver mediante votación. Para estos efectos, algunos Diputados hemos presentado una indicación con el objeto de sustituir el artículo 3° transitorio y definir si habrá un encasillamiento general de todas las personas a contrata -alternativa que presenta el proyecto- o un concurso para todos los que no están en la planta ni han entrado por concurso.
En mi opinión, eso no significa lesionar los derechos de nadie, porque no me cabe la menor duda de que prácticamente todos los funcionarios que hoy se desempeñan en la Cámara ganarán el concurso, y con ello se saneará la situación. Creo que todo el personal es muy eficiente y sólo quienes no lo sean podrán perderlo. Inclusive en el reglamento del concurso se puede calificar positivamente el haber desempeñado alguna función en la Cámara, lo que daría un puntaje adicional. En todo caso, ése es un problema de administración, y lo que debemos definir es si la solución será de encasillamiento general o de concurso. Hay distintas opciones y en el momento de votar vamos a saber cuál prevalece.
He dicho.
El señor MOLINA (Presidente).-
Tiene la palabra el Diputado señor Montes.
El señor MONTES.-
Señor Presidente, al escuchar algunas intervenciones pareciera que la discusión fuera entre los que están a favor y los que están en contra de los funcionarios. Se habla de espada de Damocles y, en términos bastantes fuertes, que se atentaría en contra de los derechos de los trabajadores.
Pienso que el debate refleja los distintos énfasis y las distintas formas de mirar el tema del desarrollo institucional más permanente de la Cámara y del Parlamento.
Todos respetamos los derechos de los trabajadores. Discutir una planta significa decidir para el futuro, sobre todo cuando no existe una planta, lo que marcará por mucho tiempo al Parlamento.
Lamento que este debate no se haya realizado en un marco más amplio. A la luz de cuatro años de experiencia podríamos haber tenido un informe sobre el funcionamiento de la Cámara: su fortaleza y debilidades, los problemas y ventajas de la estructura actual, los problemas de administración del personal durante estos cuatro años, en fin. Hay asuntos sobre los cuales es necesario dar cuenta. Por ejemplo, todos coincidimos en que Relaciones Públicas no funciona bien, en que el día viernes la Cámara no funciona, sólo por nombrar dos problemas. Hay muchos otros aspectos que nos gustaría que funcionaran bien y muchos problemas que quisiéramos analizar.
Lamentablemente, ha costado mucho a las partes llegar a los acuerdos que tenemos. Y para no exagerar, ¿cuáles son esos acuerdos? Hay discursos que parecen indicar que se está resolviendo todo por esta vía, en circunstancias de que lo único que se está señalando es un camino. Se dice que la Comisión de Régimen Interno debe proponer, en definitiva, un reglamento sobre las bases de la carrera personal del Congreso, y una Comisión Bicameral, por una vez, debe hacerse cargo de los servicios comunes y, por una vez, proponer lo que se refiere a escalafones, cargos, escala de remuneraciones y beneficios del personal. Con este proyecto no estamos resolviendo esos aspectos, sino proponiendo el camino para hacerlo.
Asimismo, se señala que automáticamente el personal a contrata y a honorarios pasa a la planta, que es una decisión bien precisa. Al respecto, algunos parlamentarios hemos dicho que debe haber un concurso público.
Estamos dispuestos a que en el reglamento se establezca un puntaje especial para los funcionarios a contrata y a honorarios para reconocer sus méritos y experiencia, pero debe haber algún sistema de evaluación, porque a diferencia de lo que dice el Diputado señor Viera-Gallo, tal como está redactado el artículo 3° no contempla el momento de evaluación ni el informe. Esa es la norma permanente.
Hemos dicho que esta es una manera de asegurar que la institución saldrá fortalecida, como consecuencia de establecer una planta y solidificar las condiciones de trabajo de los funcionarios.
Comparto con el Diputado señor Palma, la idea de que los buenos funcionarios, los que se han destacado por sus méritos, serán seleccionados en los concursos, en especial los que llevan tres o cuatro años en el servicio. Ignoro si hay algunos que han ingresado hace dos o tres meses, que no es lo mismo. Aquí se habla del 31 de diciembre de 1993; desconozco el calendario de ingreso de los actuales funcionarios.
Creo que el sistema del concurso público debería fortalecer la institución, sobre todo si lo hacemos con funciones claras para cada uno de los funcionarios. Me parece que los que están a contrata y a honorarios en muchos casos serían seleccionados.
En cuanto al argumento de que dos mil trescientos funcionarios municipales ingresaron automáticamente a las plantas, debo recordar que durante tres años estuvimos discutiendo en contra. Pero eso se debió, Diputado señor Muñoz Barra, a una ley que heredamos y que establecía el paso automático a partir de febrero de 1990. Esa fue una decisión incompleta y al final tuvimos que asumirla.
En lo que se refiere a los funcionarios de la Junji, era para las personas que estaban 20 años a contrata. No venían recién llegando.
Creo que no por esas decisiones se establece un mecanismo directo para el Parlamento. Es bueno para el Congreso que haya concurso público, porque los funcionarios que lo ganen tendrán su puesto por mérito y condiciones, no porque hayan conseguido que otras personas los hagan ingresar. Eso es parte de la ventaja del sistema de concurso público. Si es necesario establecer un puntaje especial para los que han trabajado todo este tiempo, y han tenido un buen desempeño, hagámoslo; pero que ganen su concurso.
He dicho.
El señor MOLINA (Presidente).-
Ha terminado el tiempo de discusión.
En votación general el proyecto.
El señor PIZARRO (don Jorge).-
Pido la palabra, por un asunto reglamentario.
El señor MOLINA (Presidente).-
Estamos en votación, señor Diputado.
El señor PIZARRO (don Jorge).-
Señor Presidente, sólo para expresar que iba a votar en contra, pero quiero dejar constancia de que, siguiendo el sabio consejo del Diputado señor Sota y la claridad del Diputado señor Andrés Palma, me abstendré.
El señor MOLINA (Presidente).-
En votación.
Efectuada la votación en forma económica, por el sistema electrónico, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 51 votos; por la negativa, 0 votos. Hubo 5 abstenciones.
El señor MOLINA (Presidente).-
Aprobado en general el proyecto.
Corresponde discutir y votar las indicaciones.
Hay una indicación general y cinco a los artículos transitorios.
EL señor SEGUEL.-
Señor Presidente, si hay cinco indicaciones y una que dice relación con las contratas, ¿por qué no vuelve a Comisión?
El señor MOLINA (Presidente).-
Señor Diputado, en la reunión de Comités de ayer se estableció que el proyecto se votaría en general y en particular.
El señor Secretario va a dar lectura a la primera indicación.
El señor LOYOLA (Secretario).-
La primera indicación es del Honorable Diputado señor Sotomayor y tiene por finalidad reemplazar en todo el proyecto las palabras "Comisión Bicameral" por "Comisión Mixta".
El señor MOLINA (Presidente).-
En votación.
Efectuada la votación en forma económica, por el sistema electrónico, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 0 votos; por la negativa, 51 votos. Hubo 2 abstenciones.
El señor MOLINA (Presidente).-
Rechazada.
El señor Secretario va a dar lectura a la primera indicación al artículo 1° transitorio.
El señor LOYOLA (Secretario).-
La indicación es del Honorable señor Rodríguez, don Claudio y tiene por finalidad reemplazar, en el artículo 1° transitorio, la palabra "establecerá" por "propondrá".
El señor MOLINA (Presidente).-
Tiene la palabra el Diputado señor Aguiló.
El señor AGUILO.-
Señor Presidente, entiendo que la indicación del Honorable colega es básicamente de concordancia. Si efectivamente el criterio es que se apruebe a través del mismo procedimiento de una ley, necesariamente la Comisión bicameral debe proponer y no establecer, toda vez que esa proposición estará sujeta a la ratificación de ambas Cámaras. En concordancia con lo dispuesto en el artículo permanente y coherente con esa disposición, tendría que ser así, y en ese sentido habría que votarla favorablemente.
El señor MOLINA (Presidente).-
Eso puede ilustrar a los señores Diputados.
En votación.
Efectuada la votación en forma económica, por el sistema electrónico, dio él siguiente resultado: por la afirmativa, 38 votos; por la negativa, 17 votos. Hubo 1 abstención.
El señor MOLINA (Presidente).-
Aprobada la indicación, agregando el voto por la negativa del Diputado señor Carrasco.
El señor Secretario va a dar lectura a la primera indicación al artículo 3° transitorio.
El señor LOYOLA (Secretario).-
Indicación de los Diputados señores Orpis, Montes, Palma, don Andrés, y Pizarro, don Jorge, para sustituir en el artículo 3° los incisos primero y segundo por los siguientes:
"Los cargos de la planta que establece esta ley que queden vacantes una vez efectuado el encasillamiento del personal de planta a que se refiere el artículo 29 transitorio, serán provistos mediante concurso público.
Para oponerse en dicho concurso, será necesario que el postulante se inscriba dentro del plazo de 180 días contados desde la publicación de esta ley, en alguno de los registros que abrirá el Secretario del Senado y el Secretario de la Cámara de Diputados o el Director de la Biblioteca del Congreso Nacional, en su caso. En lo demás, el concurso se llevará a efecto en conformidad con las normas permanentes.
"Los funcionarios que al 31 de diciembre de 1993 se encontraren nombrados a contrata o a honorarios en el Senado, en la Cámara de Diputados o en la Biblioteca del Congreso Nacional no necesitarán inscribirse en los respectivos registros a que se refiere el inciso precedente y se considerarán por el solo ministerio de la ley, opuestos al concurso para la planta del organismo en el cual estaban nombrados.
"Los funcionarios que al 31 de diciembre de 1993 se encontraren nombrados a contrata o a honorarios en el Senado, Cámara de Diputados o en la Biblioteca del Congreso Nacional como resultado de un concurso público, se sujetarán a las normas del artículo 2° transitorio.
También se aplicará el artículo 2° transitorio a los funcionarios que al 31 de diciembre de 1993 se estuvieren desempeñando a contrata o a honorarios, que alguna vez hayan pertenecido a las plantas y que fueron exonerados por motivos políticos y debieron hacer abandono obligado de funciones.
El señor MOLINA (Presidente).-
En votación.
Efectuada la votación en forma económica, por el sistema electrónico, dio el siguiente resultado; por la afirmativa, 24 votos; por la negativa, 28 votos. Hubo 7 abstenciones.
El señor MOLINA (Presidente).-
Rechazada.
El señor Secretario dará lectura a la segunda indicación al artículo 3° transitorio.
El señor LOYOLA (Secretario).-
Indicación de los Diputados señores Ramírez, don Gustavo, y Arancibia, para reemplazar, en el inciso segundo del artículo 3° transitorio, la frase "y fueron exonerados por motivos políticos y debieron hacer abandono de funciones, no se les exigirá el cumplimiento de los requisitos que establezca el correspondiente Reglamento", por la siguiente: "y debieron hacer abandono obligado de funciones, se les aplicará lo dispuesto en el artículo 2° transito.
E1 señor MOLINA (Presidente).-
Tiene la palabra el Diputado señor Rodríguez.
El señor RODRIGUEZ (don Claudio).-
Señor Presidente, solicito que alguno de los autores de la indicación explique su alcance.
El señor MOLINA (Presidente).-
Tiene la palabra el Diputado señor Arancibia.
El señor ARANCIBIA.-
Señor Presidente, como recordará la Sala, el Diputado señor Ramírez ya dio una explicación que aludía a esta indicación.
Resumidamente, reiteraré que se trata de la situación que afecta a diversos funcionarios que se reincorporaron a la Cámara en 1990, cuando fue necesario reactivar y ampliar sus funciones.
Se consideraron dos casos distintos. Por una parte, el de aquellos que fueron exonerados políticamente, obligados a abandonar sus funciones; y por otra, el de algunos que, habiéndose retirado voluntariamente de la Cámara, incluso, suscrito el finiquito, fueron llamados, en esta nueva etapa de la Corporación, a reincorporarse a sus funciones, por sus conocimientos, experiencia y trayectoria.
En la redacción original de esta disposición, se contemplaban los dos casos. En la actual, sólo se consideran algunos casos de exonerados políticos, de lo que hay comprobación, y otros casos de exonerados en que se recurrió a una fórmula mediante la cual se obligaba al funcionario a renunciar. Pero lo grave es que la nueva redacción no considera el caso de los funcionarios que se retiraron voluntariamente y que fueron llamados a actuar nuevamente en la Cámara y asumir sus nuevas responsabilidades en función de su versación, trayectoria y conocimientos.
Es la aclaración que puedo hacer sobre la indicación.
El señor MOLINA (Presidente).-
En votación.
Efectuada la votación en forma económica, por el sistema electrónico, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 43 votos; por la negativa, 9 votos. Hubo 2 abstenciones.
El señor MOLINA (Presidente).-
Aprobada la segunda indicación al artículo 3° transitorio.
Con el voto del Diputado señor Carrasco, son 43 por la afirmativa.
Se dará lectura a la última indicación al artículo 3° transitorio.
El señor LOYOLA (Secretario).-
Indicación del Diputado señor Sotomayor para consultar el siguiente inciso, a continuación del segundo del artículo 3° transitorio.
"La calidad de exonerado político deberá acreditarse en conformidad a lo dispuesto en los artículos 8° y 9° de la ley N° 19.234"
El señor PALMA (don Andrés).-
Señor Presidente, la definición de exonerado político fue suprimida, por lo que, no tiene sentido dicho inciso.
El Diputado señor Sotomayor debería retirar la indicación, porque ya no existe la definición de exonerado político en el proyecto.
El señor MOLINA (Presidente).-
Aun con la observación del Diputado señor Andrés Palma, en votación la indicación.
Efectuada la votación en forma económica, por el sistema electrónico, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 4 votos; por la negativa, 42 votos. Hubo 4 abstenciones.
El señor MOLINA (Presidente).-
Rechazada.
Se cambia el voto del señor Aguiló.
Aprobado el proyecto en general y en particular, con los acuerdos adoptados.
Despachado el proyecto.
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