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El señor LATORRE (Vicepresidente).-
Corresponde conocer el informe de la Comisión Especial para el Desarrollo Social y la participación de Chile en la Cumbre Mundial.
Diputado informante de la Comisión Especial es el Diputado señor Ignacio Balbontín.
Antecedentes:
Informe de la Comisión Especial para el desarrollo social y la participación de Chile en la Cumbre Mundial, sesión 30a en 3 de enero de 1995. Documentos de la Cuenta N° 18.
El señor LATORRE (Vicepresidente).-
Tiene la palabra señor Diputado informante.
El señor BALBONTÍN.-
Señor Presidente, tengo el honor de dar a conocer a la Cámara el informe de la Comisión Especial para el Desarrollo Social y la participación de Chile en la Cumbre Mundial.
Con el fin de que la Honorable Cámara conozca un resumen del trabajo realizado, sin entrar en el detalle de cada uno de los elementos que aparecen en el texto que se encuentra a disposición de los señores Diputados, haré esta exposición, básicamente respondiendo algunas interrogantes. La primera es: ¿De dónde surgió esta Comisión?
Creo que los miembros de la Comisión estamos de acuerdo en que derivó de un compromiso de honor que contrajo nuestro país. En efecto, la decisión de la Asamblea General de las Naciones Unidas de convocar a una Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social responde a una iniciativa del ex Presidente de la República donPatricio Aylwin, quien identificó los problemas sociales como fuente principal de la inestabilidad política, cuya persistencia pone en riesgo la paz y la seguridad en el mundo. Además, señaló que Chile estaba haciendo un esfuerzo por eliminar la pobreza y que se ha propuesto metas concretas de aquí al año 2000.
De allí en adelante hubo una serie de procedimientos, propios de las Naciones Unidas. Desde luego, se aprobó la resolución 46/139, mediante la cual solicitó del Secretario General llevar adelante un proceso de consultas, que derivó en el respaldo de más de 122 países a la iniciativa de llamar a esta Cumbre Social, que se resolvió realizar en marzo de 1995.
En virtud de la resolución A/47/92, la Asamblea General decide convocar a una Conferencia Mundial en la Cumbre sobre el Desarrollo Social, en el nivel de Jefes de Estado y de Gobierno, para principios de 1995, en la ciudad de Copenhague, en Dinamarca.
Los objetivos de la Cumbre que planteó dicha resolución, son, en definitiva, la necesidad de promover niveles de vida más elevados, trabajo para todos y condiciones de progreso y desarrollo económico y social, así como la solución de los problemas internacionales de carácter económico, social y sanitario, y de otros problemas conexos, prestando particular atención a los aspectos del desarrollo social.
Sin embargo, hubo tres objetivos centrales para la Cumbre: primero, fomentar la integración social, especialmente de los más marginados y desfavorecidos; segundo, mitigar y reducir la pobreza; y tercero, aumentar el empleo productivo.
Debo agregar que Chile tuvo el honor de presidir el Comité Preparatorio a través de su Embajador ante las Naciones Unidas, don Juan Somavía. Por lo tanto, nuestro país no sólo ha participado con la petición del ex PresidenteAylwin, sino que con el hecho de que presida la Comisión Preparatoria nuestro Embajador. Además, en marzo de 1993 al iniciarse el Gobierno de don Eduardo Frei Ruiz-Tagle, actual Presidente de la República, comprometió, ante la presencia del primer invitado, Boutros Boutros Ghali, el empeño de Chile de participar activamente en la Cumbre de Copenhague.
Las fechas se fijaron para los días 11 y 12 de marzo de 1995, en la ciudad de Copenhague, y se establecieron tres períodos de sesiones del Comité Preparatorio: 31 de enero al 11 de febrero de 1994; 22 de agosto al 2 de septiembre de 1994, y 16 al 27 de enero de 1995, todas en la ciudad de Nueva York.
De esto surgieron dos grandes objetivos: la necesidad de tener una declaración política que destaque la conveniencia de otorgar una alta prioridad política al desarrollo social, con el fundamento de mayor paz y seguridad en el mundo, y un plan de acción que determine los sectores prioritarios en el desarrollo social, y las medidas concretas que se pondrán en marcha en un plazo dado.
La participación de nuestro país en los trabajos preparatorios de la Cumbre está centralizada en un grupo interministerial adhoc, que se constituyó con dos expresiones: una, en el Ministerio de Planificación y Cooperación, encargado de definir las propuestas técnicas por parte del Gobierno de Chile; y la otra, un consejo asesor especial, radicado en el Ministerio de Relaciones Exteriores, en el cual hemos participado en representación de la Cámara de Diputados.
El Comité Técnico se planteó las siguientes finalidades: gestar un amplio consenso nacional en tomo a los objetivos y proyecciones de la Cumbre; movilizar la sociedad civil en el nivel internacional; impulsar el interés de los medios de comunicación en los niveles nacional e internacional, y dar sustento a los fundamentos analíticos y políticos de la declaración del plan de acción que emeija de la Cumbre.
La competencia que nos dio la Cámara deriva, fundamentalmente, de dos proyectos de acuerdo, ambos presentados el 12 de abril de 1994. El primero, el N° 7, destaca, entre otras cosas, que en la legislatura anterior, la Cámara de Diputados apoyó a la Cumbre Mundial para el Desarrollo Social e instó al Presidente de la República y al Congreso Nacional a apoyar dicha Cumbre. Además, que la Cámara señaló la necesidad de “Solicitar a vuestra Excelencia el Presidente de la República la participación de los Diputados de las distintas bancadas en los preparativos de ponencia que, como Gobierno de Chile, se considere presentar ante las Naciones Unidas”; y que la Cámara de Diputados establezca, a través de su Presidente, un mecanismo para que los Diputados tengan la oportunidad de proponer una ponencia propia a la Cumbre Mundial para el Desarrollo Social, que representen los problemas y soluciones a la pobreza que cada uno conoce de las experiencias de su contacto permanente con las personas más pobres de los sectores que representamos.
A su vez, el proyecto de acuerdo N° 8, adoptado en sesión posterior, señala que la visita de Boutros Boutros Chali nos da el compromiso que ya he señalado; pero que, además, la Cámara de Diputados propone acordar crear una Comisión Especial para el Desarrollo Social y la participación de Chile en la Cumbre, que acometa los siguientes trabajos: el procesamiento del material producido por la Comisión Especial de Pobreza, que sesionó en la legislatura anterior, la generación de nuevas mociones parlamentarias tendientes a favorecer y facilitar metodologías integradoras en la aplicación de políticas sociales contra la pobreza y la miseria; análisis y fiscalización en el terreno de las políticas sociales gubernamentales aplicadas en las localidades de extrema pobreza; estudio de la forma de ayudar y favorecer, aprovechando nuestras variadas experiencias; la cooperación técnica de Chile con otros países de América Latina, en el marco de la reforma social propiciada por la Cumbre, y el establecimiento de la participación de la Cámara de Diputados mediante representantes en la Comisión Especial sobre Pobreza y Preparatoria de la Cumbre, que funcionará para estos efectos y que luego se tradujo en el Comité Asesor que he mencionado.
Esta Comisión, en definitiva, quedó constituida de acuerdo con el artículo 213 del Reglamento Interno de la Cámara de Diputados. Se constituyó el miércoles 15 de junio de 1994; eligió como Presidente a quien habla y fue integrada por las Diputadas señoras
María Angélica Cristi, Fanny Pollarolo y Romy Rebolledo, y por los Diputados señores Andrés Allamand, Sergio Correa, Carlos Dupré, José García, José Makluf, Juan Masferrer, Jaime Naranjo, Vicente Sota y Héctor Zambrano. Luego, el Diputado señor Vicente Sota fue reemplazado por la honorable Diputada señorita María Antonieta Saa.
En el cumplimiento de la misión que le fue encomendada a esta Comisión, celebró dos audiencias públicas, un seminario de trabajo interno, diecinueve sesiones, con un total prácticamente treinta y cinco horas de trabajo (treinta y cuatro horas, cincuenta y cinco minutos de duración, para ser precisos).
La Comisión formó parte, como ya lo he señalado, de la Comisión Especial Asesora para la Cumbre a través de los miembros de la Comisión Especial de la Cámara.
Ha participado en diversas actividades conjuntas con el Gobierno de Chile en los organismos de la sociedad civil, así como en las distintas regiones.
La Comisión discutió y analizó extensamente el material elaborado por la Comisión Especial de Pobreza desde 1990 a 1994, lo que estableció la base de su discusión posterior.
Por lo tanto, se destacaron los problemas metodológicos más importantes que podrían orientar el trabajo.
¿Cuál fue el mecanismo o la metodología que se planteó? Fundamentalmente, en primer lugar, el análisis de la documentación de la legislatura anterior, como ya he dicho.
En segundo lugar, la invitación a más de 18 personalidades encabezadas por el Ministro de Relaciones Exteriores de aquel entonces, don Carlos Figueroa Serrano, por el Ministro de Planificación y Cooperación, señor Luis Maira, por el ex Ministro de Estado y actual Ministro de Educación, don Sergio Molina; por el ex Ministro de Estado y miembro del Consejo Nacional de Superación de la Pobreza, don Alberto Etchegaray; por el embajador ante Naciones Unidas, don Juan Somavía; por el representante del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, don Luis Thais; por el representante del Secretario Ejecutivo de la Cepal, don Rolando Franco; por la Vicepresidenta de la Asociación de Organizaciones no Gubernamentales, señora Mónica Jiménez, y por el Presidente de la Alianza de la Gente para el Desarrollo Social, don Gonzalo de la Maza.
Culmino el listado de personalidades con el que fuese el Presidente de la República convocante a la Asamblea, don Patricio Aylwin Azocar.
En total, fueron invitadas alrededor de 18 personalidades.
Se solicitó también la presencia de doña Patricia Matte, don Gonzalo Vial, don Cristián Larroulet, doña Luisa de Vial, y otras personalidades que, por diversas razones justificadas, no pudieron concurrir a la Comisión ni tampoco enviaron un documento que contuviera sus planteamientos.
Sin perjuicio de lo anterior, quiero señalar y me honra plantearlo así que en la Comisión reinó un espíritu de búsqueda de los mayores consensos en un tema que, sin lugar a dudas, no pertenece en particular a ningún chileno, ya que nos empece a todos.
Quiero celebrar la muy buena disposición que tuvieron todos los miembros de la Comisión para buscar esos puntos de acuerdo, llegar a los puntos de consenso, a aproximarse lo más posible, a pesar de las disímiles opiniones que cualesquiera podía tener por razones de diversa índole, fueran éstas ideológicas, filosóficas o de otra naturaleza.
El trabajo de la Comisión comenzó con una reunión especial en la Academia Andrés Bello, en Santiago. Quiero destacar algunos de los planteamientos que en esa oportunidad, en primer lugar, hiciese el Ministro de Relaciones Exteriores. Señalaba como fundamento: “La humanidad está experimentando una fase de profundos y trascendentales cambios, cuya dinámica comienza a perfilarse en la conformación de un nuevo orden, donde parece superada la lógica de la confrontación este-oeste, que de modo tan determinante marcó la fisonomía de la posguerra. La conciencia de la humanidad está hoy orientada a la búsqueda de modelos que permitan aliviar el subdesarrollo social y la pobreza. No se trata, por cierto, de problemas enteramente nuevos. Muy por el contrario, se trata de problemas antiguos que, eso sí, tienden a agravarse y a acentuarse de modo alarmante.” Luego agrega: “Todos los diagnósticos acerca de las implicancias derivadas de la extensión y profundización del hecho del subdesarrollo social coinciden en caracterizarlo como la más grave amenaza a la paz y a la estabilidad.”
“Un escenario internacional requiere de acuerdos sociales. El predominio de un clima de crecientes tensiones sociales nos llevan a buscar estos acuerdos. El surgimiento de fenómenos xenófobos, el ultranacionalismo, las propuestas autoritarias, la crisis del empleo son hechos indicativos de que el crecimiento sin oportunidades ni equidad conduce a tensiones sociales aun en sociedades desarrolladas”. Y citando a Samuel Huntingon, señaló: “...denominan conflictos de civilizaciones o lo que otros, como Robert Kaplan, llaman la crisis del deterioro de las condiciones económicas, sociales e incluso ecológicas. La realidad actual muestra crecientes disparidades de ingreso y de oportunidades...”.
“El mundo, a pesar de la caída del Muro y del término de la guerra fría, no ha sido capaz de sobrepasar condiciones que surgían, precisamente, de las condiciones de pobreza y de miseria; era indispensable buscar en la raíz las condiciones que atentaban en contra de la paz buscando soluciones a la miseria, que es la manera de resolver estas nuevas condiciones.
“A eso nos obligaba un esfuerzo para un compromiso del sistema internacional:
“Al debilitamiento o a la crisis de los enfoques tradicionales de la cooperación internacional, y
“A que normalmente se procura involucrar a la comunidad internacional en iniciativas de cooperación vinculando la promoción del desarrollo social a la existencia de un ambiente internacional favorable”.
“El compromiso político de la comunidad internacional con la creación de mecanismos y de políticas que estimulen el desarrollo social debe analizarse considerando las consecuencias transnacionales que tiene este fenómeno, el cual genera desplazamientos de población, corrientes migratorias, refugiados, enfermedades, tráfico de drogas, terrorismo y diversas formas de fanatismo, indicativas de una crisis social que toma vulnerable la paz entre las naciones”.
Entonces, de lo que estaba hablando el señor Ministro en aquel entonces era de las condiciones de paz tanto entre los Estados como al interior de las naciones, y señalaba que “la comunidad internacional tiene una oportunidad para expresar su compromiso político con la erradicación de la pobreza en el mundo”, que según el informe del desarrollo social afecta a alrededor de 500 millones de personas que viven bajo las condiciones de extrema pobreza.
“La Cumbre ofrece un espacio para elevar la importancia política de los temas sociales, lo que podría expresarse en una “carta de desarrollo social”...”.
En tercer lugar, señalaba “acordar un plan de acción cuyo contenido permita a los gobiernos diseñar y poner en práctica políticas de desarrollo social conforme a ciertos criterios básicos, uno de los cuales es el enfoque integrado del desarrollo. Es decir, las políticas económicas y sociales forman parte de una concepción interdependiente”.
Señalaba, además, que “en este nivel el papel de Naciones Unidas de apoyo técnico a los países en la elaboración de sus estrategias nacionales adquiere un contenido particular” en cada caso. Y añadía que uno de los aspectos más complejos en el análisis de las proyecciones de la Cumbre es buscar formas innovadoras de maximizar los recursos para satisfacer las necesidades sociales. Por lo tanto, es necesario plantear la reasignación de prioridades presupuestarias, revisar el nivel y la base impositivos, reducir la evasión tributaria, mejorar la distribución de los ingresos y abrir vías para la contribución del sector privado.
“En el nivel internacional, es conveniente considerar el cambio de las prioridades y de los criterios de medición de los programas de las instituciones financieras y de los demás organismos de las Naciones Unidas.
“Por nuestra parte señalaba finalmente, hemos constituido la Comisión Asesora para la Cumbre de Desarrollo Social, a la cual nos integramos los miembros de la Cámara para participar en ella.”
“¿Cuáles son las proyecciones que esto puede tener?
“Sabemos que es una tarea ambiciosa, que se irá concretando gradualmente. Es válida la afirmación según la cual la Cumbre representa una promisoria perspectiva. Dicha aseveración se funda en el hecho de que su convocatoria haya sido copatrocinada por más de 122 Estados, con el apoyo que le brindaron los miembros permanentes del Consejo de Seguridad, el Grupo de Río de Janeiro, la Organización de Estados Americanos, la Organización de Estados Africanos, las Cumbres Iberoamericanas de Jefes de Estado y de Gobierno, el Movimiento de No Alineados, el Grupo de los Quince, la Comisión Económica para América Latina, (Cepal), y diversos otros organismos.
Concluía destacando que en el párrafo 22 del proyecto de Declaración Política que se estaba elaborando, los Jefes de Estado y de Gobierno piden que los actores sociales, y concretamente quienes tienen un papel político y administrativo en la organización ciudadana, como son los parlamentarios elegidos por regiones y comunidades rurales, respalden este proceso, que aspira al bienestar individual y al funcionamiento eficiente de la sociedad.
A su vez, en esa misma sesión, el Ministro de Planificación y Cooperación, don Luis Maira, dio a conocer algunos objetivos:
Afianzar el carácter consecuente del país convocante.
Ofrecer oportunidad de participación a las múltiples iniciativas de la sociedad civil.
Dotar de contenido sustantivo a las propuestas chilenas y reforzarlas para que puedan integrarse a los documentos preparatorios de la Cumbre.
Dijo que tres son los objetivos en que se debe enmarcar el contenido del Consejo Nacional para la Superación de la Pobreza, pero fundamentalmente en la búsqueda de un gran acuerdo nacional para superar la extrema pobreza antes del año 2000.
Respecto de los objetivos específicos, manifestó que la necesidad era comprometer la totalidad del sector público; contar con la participación del sector privado; elaborar un programa nacional que comprenderá trece proyectos específicos, de acuerdo con las características de cada una de las regiones; la introducción de un elemento participativo, la sociedad civil; la incorporación del elemento productivo, que dice relación con la forma en que un millón de personas salió de la pobreza a través del empleo en actividades de carácter productivo, en especial de la microempresa.
Se refirió a que nuestra sociedad está fundamentalmente en transformación y que para superar la pobreza es preciso adoptar criterios de doble focalización: de focalización territorial, por una parte; y, por otra, el establecimiento de grupos sociales prioritarios, como es el caso de las mujeres jefas de hogar, la infancia, las localidades pobres urbanas o campamentos carentes de infraestructura, programas de asistencia estudiantil focalizados, etcétera.
Concluyó que las políticas debían enfocarse hacia los cinco tipos de pobreza prioritaria: la pobreza rural pecuaria; las comunas agrícolas del secano costero; las comunidades pobres del mundo mapuche y de las minorías étnicas; las comunas con localidades pobres de la zona del carbón, y la pobreza de la Región Metropolitana.
A su vez, quiero ilustrar a la Sala dando a conocer lo que nos expresó el ex Presidente de la República, don Patricio Aylwin, dada su experiencia.
Decía que la propia Asamblea General acordó que la agenda comprendería tres temas: fomentar la integración social de los grupos marginados y desfavorecidos; mitigar y reducir la pobreza, y aumentar el empleo productivo. Sin embargo, desde aquel entonces, el ex Presidente nos manifestaba algunas dudas que son válidas.
Señalaba que el proyecto del programa de acción debe estar integrado con la declaración que firmen los Jefes de Estado.
Sostuvo que tiene alguna experiencia sobre el particular, pues él preside la Comisión Interamericana de América Latina y del Caribe, formada por iniciativa del Banco Interamericano del Desarrollo, la Cepal y el Programa para el Desarrollo de Naciones Unidas.
Nos decía que “esa Comisión ha tenido su primera sesión y que no es lo mismo la realidad de la marginalidad, de la extrema pobreza y el desempleo, por ejemplo, en gran parte de África que en nuestro mundo latinoamericano, como tampoco lo es en otros países de los distintos continentes.
“El hecho de que haya experiencias que han dado un resultado positivo y de que exista un intercambio de ellas en la Cumbre, puede ser muy útil.
“La natural reivindicación sería pedir que se subiera la contribución de los primeros países, es decir, de los más desarrollados, que es de 0,7 por ciento, a un porcentaje más alto; pero plantear eso es hacer fracasar probablemente la conferencia. En cambio, una reorientación del aporte de los países ricos al mundo pobre, encaminada fundamentalmente a lo social o a incrementar la cuota de lo social, es una idea que puede encontrar acogida.
“En el último informe del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, se indica que en el pago de las remuneraciones de los funcionarios provenientes de los propios países cooperadores y en la burocracia internacional, se gasta una cifra extremadamente alta.
“En los países en desarrollo se cuenta con equipos técnicos y profesionales capaces de cumplir en mejor forma esa misión, y por ello es posible obtener proyectos elaborados con criterios más modernos y eficientes para su realización y para la administración de los presupuestos.
“Asimismo, se plantea que cada día tienden a incrementarse los llamados programas de cooperación horizontal que ha iniciado Chile y que se están practicando en Centroamérica. Esto consiste fundamentalmente en que los organismos o países desarrollados aportan los recursos económicos; los países que están en condiciones, como el nuestro, contribuyan con los aportes de carácter técnico; y los que reciben la ayuda, participan en esa actividad en su propio territorio. De modo que se transforma en trilateral.”
Reiteró su criterio de que no se trata de plantear esta Cumbre como una reivindicación de los pobres contra los ricos. Sin embargo, se puede demandar que los compromisos ya contraídos se cumplan y se reorienten. Para ello, existe buena disposición de la mayor parte de los miembros de la Comunidad Económica Europea y de los distintos países que la componen. Por lo tanto, nos señaló que la Cumbre debe apuntar fundamentalmente a la búsqueda de los deberes solidarios, al compromiso de ayuda por parte del mundo desarrollado hacia el mundo subdesarrollado.
El señor Aylwin expresó que no le cabe la menor duda de que “el mundo desarrollado está sintiendo que no puede escapar de los problemas del mundo pobre, que le llegan a través de migraciones, como las de los países africanos, de los habitantes de Europa Oriental, aquellos que llegan a Alemania y a
Francia desde Turquía o del norte de África, etcétera.
“Una vez que se produjo el derrumbe del Muro de Berlín y terminó la guerra fría, se abrigó la esperanza de un rápido desarme y de que los gastos militares descenderían. Efectivamente, esos gastos se han reducido enormemente en el mundo desarrollado. Tanto es así, que en ese informe aparecen las cifras economizadas, y sería considerable lo que se podría hacer con esos recursos.” Por ello, estima que se debería proponer el compromiso de un programa mundial de reducción de los gastos de defensa, medida que le parece razonable en esta lógica de las cosas.
En relación con los países de Europa Oriental, puntualizó que forma parte de un segundo mundo, y los nuestros, de un tercero. Los latinoamericanos creen que pueden encontrar alianzas en los países de Europa. Sin embargo, no podemos dejar de tener conciencia de que unos están sólo a 3 mil Kilómetros de distancia, y que los otros países nos encontramos a 20 mil Kilómetros.
Quiero destacar algunas de las ideas que, probablemente, vamos a encontrar en las conclusiones.
Una de ellas la planteó don Alberto Etchegaray, ex Ministro y Presidente del Consejo para la Superación de la Pobreza.
Dijo que era necesario distinguir entre dos tipos de pobreza: la de los pobres dignos y la de los pobres miserables.
Los pobres decentes quieren ser tratados con dignidad. Los pobres miserables están en la drogadicción, en el alcoholismo, en la delincuencia, y muchos de ellos se han transformado en expertos en obtener del Estado el máximo de beneficios sin aportar nada, sin trabajar, consiguiendo subsidios, etcétera.
En lo que respecta al aporte de la Cámara, manifestó que el Consejo le prestará toda su colaboración, la mantendrá informada de los avances que se vayan logrando en todos los ámbitos y le proporcionará las propuestas que le competan. Tanto esta Comisión en particular, como el Congreso Nacional en general, deberán desempeñar un papel muy importante, en el sentido de promover iniciativas en el ámbito legal para superar la pobreza y lograr la efectividad de las leyes que se aprueben.
Los pobres no se quejan tanto por la falta de acceso a muchas cosas, sino por la forma en que son tratados en la sociedad y, en particular, a veces, por los servidores públicos en los niveles de salud y de educación. En algunos casos, cada dos años tienen que concurrir a la Comisión de Medicina Preventiva e Invalidez, Compín, a pesar de ser no videntes, por lo cual no tendrían que realizar nuevamente ese tipo de gestiones.
Y así dio muchos otros ejemplos, que nos llevan a declarar que en esta Cámara podemos hacer mucho para reducir trámites innecesarios y favorecer, con mayor eficiencia, el rendimiento del Estado hacia los más pobres, porque nada resultará si el país no crece. Se tiene que partir por hacer un esfuerzo nacional contra la desigualdad, porque ella es intolerable y golpea al país agregó, y hay aquí razones éticas, sociales y económicas involucradas.
Estadísticamente, en educación, Chile tiene la peor distribución del ingreso, junto con Brasil. El gasto en educación en Chile es la mitad del que tiene Costa Rica. México nos supera en 150 por ciento.
Así, sucesivamente, cada uno de nuestros invitados fue indicando los puntos álgidos. Por eso, el aprendizaje que fuimos obteniendo fue de enorme importancia.
El señor Gustavo Jiménez, Director de la División Social de Mideplan otro de nuestros invitados, señaló que no se conoce la magnitud del aporte de muchas de las organizaciones que contribuyen al desarrollo social. Se le consultó a la Iglesia Católica, por medio de su Departamento de Acción Social, cuál era su política y sus resultados. Lo sorprendente es que, como no es una iglesia nacional, ¿no sabe cuáles son los resultados globales de su acción social?, ¿por qué no los tiene cuantificados? Así sucede con muchas otras instituciones. De tal modo que en Chile desconocemos, a nivel de la red y de la organización social, de los O.N.G. cuáles son los rendimientos.
Agregó algo que creo extraordinariamente importante de destacar en la Sala: la pobreza no afecta siempre a los mismos, no es un compartimiento estanco y dentro de ella puede haber distintos sectores. Pero hay un flujo de entrada y de salida que puede ser de enorme magnitud, por cuanto es posible que se cree un foco de pobreza y que se transforme rápidamente en extrema pobreza entre los afectados, hasta llegar también a la indigencia. Sin embargo, si se toma en consideración los que han salido de ese estado en determinados tipos de lugares, ellos han sido más de las dos terceras partes de los que anteriormente se encontraban bajo esa situación. Es decir, hay secuencia y fluidez; no son los mismos pobres todo el tiempo.
A su vez, don Juan Cavada nos manifestaba que, tal como hay heterogeneidad y entran unos en la estructura social y salen otros de ella, así también es distinta la pobreza a través del país. Regionalmente, no es lo mismo ser pobre en Arica que en Magallanes. Son muy distintas las condiciones de los pescadores en Chiloé que las de aquellos comuneros en la Cuarta Región. La pobreza tiene un dinamismo que es increíble.
Por último, expresó que se está trabajando en un diseño luego se concretó para constituir organizaciones regionales y superar la pobreza región por región, con la especificidad que eso requería. Añadió que en ese trabajo estaba empeñado fundamentalmente el Ministerio de Planificación y Cooperación.
Otro de nuestros invitados, don Sergio Molina, nos explicó algo que es importante destacar en la Sala para entender la magnitud del drama. Un tercio de la población del mundo vive aún en condiciones de extremada pobreza. Así lo establece el informe del Pnud.
No obstante lo anterior, el ingreso del veinte por ciento de los más ricos es hoy 70 veces superior al del veinte por ciento de los más pobres. En consecuencia, la participación del quintil más rico división en cinco partes subió del setenta y dos por ciento en 1960 al ochenta y dos por ciento en 1990. Es decir, en el mundo los ricos se hacen más ricos y los pobres, más pobres. Por el contrario, el veinte por ciento más pobre disminuyó su participación del 2,3 por ciento, en 1960, al 1,3 por ciento, en 1990.
En el mundo de hoy, una de cada cinco personas llega a dormir a su casa con hambre; una de cada cuatro, no cuenta con agua potable. Y así sucesivamente.
Citó a Alvin Toffler, quien en su libro “El cambio del poder”, distingue entre los “rápidos” y los “lentos”. Los “rápidos” son aquellos que tienen las capacidades tecnológicas, de movilización y de informática; los “lentos”, van al paso de la carreta.
Nuestros países, incluidos los de desarrollo mediano, como Chile, tienen condiciones que les permiten optar entre asimilarse al mundo de aquellos que están bajo las condiciones de los “rápidos” o permanecer bajo las condiciones de la lentitud de las sociedades tradicionales. Por lo tanto, señaló algunos ejemplos que vale la pena destacar.
Japón en 1984 consumía el 60 por ciento de las materias primas que requería en 1973 para obtener la misma producción industrial. Es decir, en 10 años, bajó en el 40 por ciento el consumo de materias primas.
Si confiamos solamente en la calidad de la mano de obra y pensamos que podemos seguir produciendo única y exclusivamente materiales de carácter primario, también estamos equivocados. La mano de obra representa un porcentaje decreciente en el producto final.
Para no quedar retrasados, debemos cumplir una serie de condiciones adicionales, tales como la capacidad tecnológica, la rapidez de la información que será factor fundamental, la calidad del producto ante un mercado cada vez más exigente, la disminución de las existencias, la oportunidad en la entrega y, en general, la aceleración de todos los procesos del mundo que viene.
Estos son algunos elementos y conceptos expuestos por nuestros invitados, los cuales he querido destacar porque forman parte del acervo de las conclusiones que planteamos.
Asimismo, vale la pena citar aquí lo manifestado por Rolando Franco, invitado de la Cepal, quien señaló el ejemplo de Brasil que desde 1964 creció durante 15 años a tasas superiores al 10 por ciento, sin distribución de ese crecimiento, el cual se concentró en un pequeño grupo de la población.
Un economista brasileño decía entonces que Brasil debería llamarse “Belindia”, por constituir una combinación de Bélgica y de la India al mismo tiempo.
Pero el mismo experto expresó que también hay países, como los de Asia, que han sido capaces no sólo de crecer, sino, al mismo tiempo, de distribuir mejor sus recursos. Es importante que Chile plantee en la Cumbre este tema, derivado de su propia experiencia, porque dice relación con materias que deberemos analizar en los años venideros de nuestra historia más cercana.
En esta Cumbre Social, deberíamos destacar, como latinoamericanos, dos aspectos fundamentales: que nos interesa el desarrollo social no sólo porque nos preocupemos de la gente que vive en situaciones de pobreza, sino porque significa inversión en capital humano y, además, porque nuestros países necesitan hacer esta inversión productiva para continuar con su desarrollo.
En este sentido, Chile tiene mucho que mostrar a los países del continente y del mundo, porque ha logrado algunas condiciones que, si bien son necesarias, tal vez no son suficientes para el crecimiento con equidad.
De alguna manera, ha logrado reajustar los equilibrios macroeconómicos, con una tasa de inversión elevada y mantenida durante un período prolongado, y una importante reducción de la pobreza. Al respecto, así lo señaló en 1992 el último informe de la Cepal sobre la pobreza en Chile, en un trabajo realizado a partir de la encuesta “Cassen”.
Chile ha dado pasos importantes que también han sido, poco a poco, imitados por otros países del mundo. Sin embargo, nuestra redistribución todavía deja mucho que desear.
El objetivo fundamental no es hacer a los ricos menos ricos, sino a los pobres menos pobres.
La primera recomendación seria, entonces, aumentar la eficacia en el gasto de los recursos aportados por toda la sociedad de la nación por medio de los impuestos que ella paga. En el fondo, las políticas sociales, como se están llevando a cabo hoy y se han efectuado en el pasado, terminan favoreciendo a los estratos medios y altos y no precisamente a los más necesitados.
Así, sucesivamente, nuestros distintos invitados nos plantearon sus posiciones, y algunos, como Luis Thais, nos recomendaron los siete temas propuestos para la Cumbre Social: una “carta social” mundial; el pacto de desarrollo humano 20 20; otorgar mandato a las Naciones Unidas para preparar un plan integral, a fin de garantizar la seguridad humana y mundial y la protección de las personas; convenir una meta para reducir en tres por ciento anual los gastos militares mundiales en el decenio 19952005; aprobar un pacto de desarrollo humano para los próximos diez años; recomendar al Consejo Económico y Social que examine la factibilidad de diversas formas de tributación mundial en especial los impuestos a la contaminación mundial y a los movimientos de capital especulativo, a fin de recaudar recursos suficientes para establecer un nuevo fondo de seguridad humana; exhortar a la comunidad internacional para fortalecer el papel de las Naciones Unidas en la esfera socioeconómica, de modo que se le confieran mayores facultades para adoptar decisiones, mediante el establecimiento de un Consejo de Seguridad Económica encargado de la Seguridad Humana Mundial.
Así, tomando estas recomendaciones y estas ideas, los Diputados señores Jaime Naranjo, José Makluf, señor José García Ruminot hicimos aportes en un seminario interno efectuado durante los días 7, 8 y 14 de septiembre y 5 de octubre del año recién pasado. Se plantearon algunas ideas centrales, como la necesidad de distinguir entre la pobreza estructural, que se entiende por aquélla que padecen quienes, por sus incapacidades físicas o psíquicas o de su medio sociocultural inmediato, no pueden progresar por sí mismos, ni tampoco incorporarse al mercado laboral. En este caso, es responsabilidad del Estado mantener una red social básica, para colaborar con esos sectores.
La pobreza de ingresos, en cambio, afecta a quienes, pudiendo mejorar su condición a través de un empleo digno, no logran hacerlo por diversas causas, que fundamentalmente tienen que ver con el acceso a los distintos tipos de mercado o por lo exiguo de sus ingresos. En este caso, la política social debe apuntar a satisfacer ciertas necesidades de las personas, dando prioridad a la libertad de opción del beneficiario e incentivando su esfuerzo para acceder a prestaciones de salud, educación y vivienda de mejor calidad, o mejorar la legislación laboral.
El Diputado señor Sergio Correa planteó la necesidad de un “crecimiento económico sostenido”, como un mecanismo para resolver el problema de la pobreza.
Destacó que en 1987, el 38,2 por ciento de los hogares del país vivía en situación de pobreza. Cinco años más tarde, en 1992, ese porcentaje se había reducido al 27,7 por ciento. Se trata de una apreciable mejoría alcanzada en corto lapso de tiempo.
La Diputada señora María Angélica Cristi desarrolló el tema “Mejoramiento de los servicios sociales y de las políticas orientadas a mejorar la calidad de vida”. Explicó que las políticas sociales han sido objeto de profundas transformaciones y enmiendas, con el objeto de orientarlas explícitamente a la finalidad de erradicar la extrema pobreza. Especial énfasis se ha puesto en las reformas de las políticas de inversión en capital humano, de manera de posibilitar que los más pobres adquirieran, por medios propios, las capacidades y las aptitudes que les permitan incorporarse a los beneficios del progreso y del crecimiento económico, a través de empleos estables y cada vez mejor remunerados.
El ejemplo chileno es una muestra de que la aplicación de un modelo coherente de políticas económicas y sociales diseñadas explícitamente para favorecer a los más pobres y erradicar, en el mediano plazo, el problema de la pobreza, obtiene mejores resultados que aquellos modelos que pregonan la distribución de la pobreza, obstaculizando el proceso de generación de mayor riqueza.
Asimismo, señaló cuatro cuestiones fundamentales: el crecimiento económico del país, la incorporación de la empresa privada, la focalización del gasto y la red social como beneficiadora de los más necesitados; por lo tanto, el desarrollo de una organización social que permita la captación de recursos tanto del Estado como del sector privado para estos objetivos.
El Diputado señor Naranjo expresó que el concepto de focalización de las políticas sociales tienen dos dimensiones, que es preciso reconocer y entender.
Una se refiere a los grupos de población y la otra apunta a la dimensión territorial.
Luego de efectuar un análisis de las políticas sociales aplicadas hasta 1970, concluyó que la creciente participación del Estado, principalmente en el ámbito de la satisfacción de las necesidades básicas de la población, originó en el área social un conjunto de políticas que se tradujeron en el surgimiento de una institucionalidad que permitió estructurar programas de salud, educación, vivienda y previsión social.
Enseguida, describió los distintos criterios de focalización.
En primer término, se refirió al de la “doble focalización”, que permite identificar los territorios y reconocer los grupos sociales prioritarios a los cuales debe apuntarse. En segundo lugar, al llamado “mapa territorial de la pobreza”; en tercer lugar, al “criterio de la focalización descentralizada”; en cuarto lugar, la “autoclasificación” de las personas, de tal modo que se puede llegar a una mayor participación de aquellos que son afectados.
Así, también, quien les habla insistió en tres criterios. El primero se refiere a la “integración en el desarrollo”, que fundamentalmente consiste en otorgar prioridades a las acciones que generan oportunidades para que las personas se incorporen en forma activa en el proceso de desarrollo.
El segundo, es el de la “integralidad de las políticas o a la necesidad de coordinación entre las entidades en relación con el grupo objetivo” para ahorrar recursos al Estado, porque muchas veces se malgastan, duplicando acciones en distintas actividades efectuadas por el Estado, o dentro de la propia sociedad civil, y
En tercer lugar, el criterio de la “participación”.
Integralidad, descentralización y participación son elementos claves en la lucha contra la pobreza.
Los Diputados señores Makluf y José García y la Diputada señora Romy Rebolledo coincidieron en sus exposiciones en la necesidad de vincular la lucha contra la pobreza a una mejor educación, capacitación laboral y mejoramiento de la productividad, para lograr que el sistema educativo y de capacitación responda con flexibilidad y rapidez a los constantes cambios que experimenta la sociedad actual; garantizar el acceso de todos al conjunto de conocimientos y destrezas; impulsar la creatividad, la difusión y la innovación en el área científico-tecnológica; estimular un mayor compromiso financiero del Estado y del sector privado con la educación, la capacitación y la investigación científico-tecnológica.
El Diputado señor José García se refirió a la generación de empleos productivos.
Afirmó que el desempleo involuntario se combate, principalmente, a través de políticas que flexibilicen el mercado laboral. En ese sentido, son deseables todas aquellas políticas tendientes a mejorar la información y la competitividad del mercado, que eliminen distorsiones tales como salarios mínimos elevados, reajuste salarial automático, etcétera.
Señaló que estas políticas deben orientarse a lograr aumentos en la tasa de crecimiento del producto, alterando su composición sectorial, mejorando la calidad de la mano de obra a través de la selección de nuevas tecnologías.
Subsidiar la contratación de mano de obra es la forma más eficiente de aumentar el nivel del empleo, que incentivarla mediante la calificación.
Establecer programas de capacitación que no sólo permitan que los trabajadores accedan a mayores salarios, sino que, además, contribuyan a mejorar la movilidad entre los distintos sectores productivos.
Promover una mayor estabilidad laboral; seleccionar tecnologías; incentivar la capacidad empresarial, etcétera.
Sobre la base de los trabajos realizados anteriormente por la propia Comisión y los aportes de nuestros invitados, fue que se realizó la participación de los H. Diputados señores Héctor Zambrano Opazo y Juan Masferrer en la segunda reunión del Comité Preparatorio de la Cumbre Social, celebrada en la Naciones Unidas en el mes de agosto de 1994.
Según lo que hasta allí habíamos avanzado, sin embargo, debo dejar constancia ante la sala de algunas de las propuestas hechas por los H. Diputados en la propia Comisión Preparatoria.
El señor Zambrano al referirse a los contenidos que debía tener la declaración manifestó: en torno a tres ejes que tiene la Cumbre, debiera estructurarse la declaración política, y propuso los elementos que consideraba indispensables.
En primer lugar, las razones para convocar a la Cumbre.
En segundo lugar, el sentido estratégico de la convocatoria de la Cumbre, pues establece la necesidad de crear una conciencia global sobre el alto costo político de la inacción respecto de la pobreza.
Señaló, que la Cumbre surge, sobre todo, como la expresión de una necesidad política que se hace cargo del hecho de que los temas constituyen su agenda la pobreza, empleo, integración socialse sitúan en el centro de la preocupación y de los dilemas políticos que cruzan nuestras sociedades, con independencia del grado de desarrollo relativo de cada uno.
Luego agregó, que la humanidad ha experimentado grandes avances en los últimos decenios y muchos logros pueden ser exhibidos. Sin embargo, la suma de historias exitosas no es suficiente para resolver el conjunto de los problemas que enfrentamos. Ello no significa, sin embargo, que ésta Cumbre sea la Cumbre de la Cumbre de la desesperanza. Por el contrario, el hecho mismo de que ella sea convocada es una demostración de que existe el convencimiento de que la seguridad humana y la paz social son objetivos que deben estar en el centro de la preocupación de los gobiernos y de la comunidad internacional.
Demuestra la creciente globalización del mundo que hace que las tensiones y los problemas se desplacen sin respetar fronteras y en ese sentido, afirmó, que hoy la seguridad es interdependiente y que muchos problemas no tienen una solución puramente nacional sino que también se requiere de un esfuerzo de carácter internacional.
En ese sentido, la Cumbre, se convoca como una expresión de la voluntad política de emprender acciones concertadas que pongan freno a la creciente polarización de las condiciones de vida de la población en los niveles nacional e internacional.
Luego, señaló, queremos un mundo más humano, una sociedad realmente para todos que reconozca que todos los seres humanos nacemos iguales, pero que cada persona es diferente.
Posteriormente indicó, cuáles deberían de ser las necesidades claves.
La necesidad de dar prioridad a la inversión en las personas, de manera de promover una efectiva igualdad de oportunidades.
La necesidad de que el desarrollo sea orientado por un enfoque integrado en el que se integren los aspectos políticos, económicos, sociales, culturales y ecológicos.
La necesidad de promover una real igualdad de género como condición insustituible para el desarrollo, la justicia y la equidad social.
La equidad y la justicia deben ser vistas como factores que favorecen el crecimiento de la estabilidad, y no deben ser subordinados al logro previo de dichos objetivos.
La acción del Estado, la participación de la comunidad y las oportunidades creadas por el mercado, son todos mecanismos igualmente necesarios para alcanzar un mayor desarrollo social.
El desarrollo social requiere la efectiva participación de todos los actores en la sociedad.
Estas fueron algunas de las palabras pronunciadas en la Comisión Preparatoria por el diputadoHéctor Zambrano.
Y a su vez, hacer un aporte a lo que podría ser el programa posterior incorporado junto a esa declaración política, el señor Masferrer manifestó.
Los acuerdos de la Cumbre deben incorporar un renovado esfuerzo de cooperación hacia el desarrollo social, como se ha señalado reiteradamente, los esfuerzos nacionales, necesariamente, deben ser acompañados por una mayor solidaridad internacional. La Cumbre representa una oportunidad única para fortalecer el compromiso con ese principio y tomar medidas prácticas en esa dirección.
Reiteró, cada país donante debiera establecer un calendario preciso para alcanzar el compromiso de destinar el 0,7 por ciento de su producto a la cooperación para el desarrollo.
Enfatizó, debe acordarse la moratoria de la deuda externa bilateral de los países africanos y de menor desarrollo relativo.
La situación de la deuda externa multilateral debe ser examinada, a fin de revertir el actual flujo de recursos desde los países endeudados hacia las instituciones financieras internacionales.
Deben estructurarse mecanismos de reconversión de la deuda externa hacia recursos para el desarrollo social.
La evaluación del efecto social de los programas de ajuste estructural desde el diseño de dichos programas debiera reflejarse en una mayor disponibilidad de los recursos para el desarrollo social en cada país.
El Banco Mundial y los bancos regionales deben sumarse a los acuerdos de la Cumbre, y comprometerse a incrementar los recursos destinados al desarrollo social, asegurando plazas y condiciones adecuadas.
El criterio de la propuesta 2020 representa una de las expresiones posibles de la voluntad política de realzar la importancia otorgada al desarrollo social y, como tal merece ser examinada en detalle.
Más adelante, enfatizó, debieran establecerse comités de seguimiento, de constitución amplia, en los que se incorpore activamente a los actores de la sociedad civil para poder seguir las políticas sociales.
Las estrategias nacionales de desarrollo social deben comprender los compromisos adquiridos en la Cumbre y ser revisados a la luz de las recomendaciones expresadas en este programa de acción.
Finalmente, señaló:
El examen periódico del estado de cumplimientos de los acuerdos por la Asamblea General.
Informe periódico del Secretario General sobre el tema.
Establecimiento de un comité interagencial de alto nivel, con participación de la OIT, de las instituciones financieras y de la Organización Mundial del Comercio, cuyas funciones serían, entre otras:
a)Estudiar y proponer las acciones que el sistema debe tomar para llevar a cabo una efectiva aplicación de los acuerdos.
b)Asegurar la coordinación de los distintos actores del sistema en el cumplimiento de los acuerdos de la Cumbre.
c)Cooperar con el Secretario General en las labores de seguimiento que debe llevar a cabo la Secretaría.
Por lo tanto, nuestros Diputados en ese entonces ya, manifestaron dos ideas cruciales:
La importancia que tiene el desarrollo de la Cumbre como un hito importante en la paz mundial.
La importancia que tiene que la Cumbre sea vista no solamente como un momento determinado, sino que tenga un seguimiento a través del tiempo de tal modo de poder efectivamente comprobar nacional e internacionalmente el que las políticas sociales se estén aplicando.
Ahora bien, queremos señalar que, junto con el seminario interno, y las intervenciones de nuestros Diputados a la Reunión Preparatoria, hicimos el esfuerzo de celebrar dos audiencias públicas, los días miércoles 2 y 9 de noviembre del año recién pasado. De ellas también aprovechamos las lecciones más importantes.
Observamos que las distintas regiones captaban la situación de pobreza desde sus particulares características y detectamos que era importante el problema de la heterogeneidad de la pobreza, el mejorar la calidad de los instrumentos para hacer buenos diagnósticos, el establecer mecanismos de monitoreo y de evaluación que permitiesen hacer un seguimiento y determinar algunas experiencias que ya habían tenido buenos resultados en algunas de las regiones como Alto del Carmen. Así nos lo señalaron, en las distintas exposiciones, tanto los señores intendentes de la Tercera y de la Región Metropolitana, que asistieron a esas audiencias públicas, como también los directores de los serplac de todas las regiones del país, los concejales, dirigentes sociales, etcétera.
Con la acumulación de los antecedentes de la legislatura anterior, los de nuestra propia elaboración y los aportados por nuestros invitados en las audiencias públicas, logramos llegar a las conclusiones que voy a plantear a esta Sala.
A.- Fundamentos generales.
En 1991, por iniciativa del ex Presidente de la República, don Patricio Aylwin Azocar, el Gobierno de Chile solicitó de la Organización de las Naciones Unidas la convocatoria a una Cumbre Mundial para el Desarrollo Social, con el objeto de promover la erradicación de la pobreza en el mundo, basándose fundamentalmente en la necesidad de mejorar la calidad de vida, promover el empleo productivo y la integración social, con lo que se podría favorecer mejores condiciones de paz entre los pueblos y al interior de los Estados.
La Comisión comparte el reconocimiento que ha hecho la Comunidad Internacional en su convocatoria a la Cumbre Social, en el sentido de que la pobreza constituye un problema global que afecta al mundo subdesarrollado y también al primer mundo, al generar fenómenos que ponen en riesgo la estabilidad de las democracias y provocan variadas condiciones globales de inseguridad por la existencia de inquietantes contrastes sociales. Por ello, valora el paradigma de desarrollo que está en la base de esta convocatoria a la Cumbre y que concibe el crecimiento económico en estrecha unidad con el desarrollo social.
La Comisión concuerda con los propósitos que han inspirado al Gobierno a llamar a la realización de esta Cumbre y coincide en que ella ofrece una gran oportunidad para elevar la importancia política de los temas sociales, para progresar en un compromiso de la comunidad internacional en torno a valores compartidos y para perfeccionar, a través del intercambio de experiencias, las estrategias y los planes nacionales de desarrollo social.
El país proponente ostenta una rica experiencia en la materia. En efecto, Chile vive hoy en día un significativo avance en materia de aplicación exitosa de políticas sociales, lo que ha permitido a muchos incorporarse a los beneficios de un crecimiento económico sostenido. Estas metas han sido el fruto tanto de la experiencia de décadas de aplicación de las políticas sociales como de las transformaciones más recientes evidenciadas por la economía chilena en un contexto de libertad económica. Estas son el fomento de la participación de la empresa privada en la administración y en la prestación de servicios y, en general, en las distintas actividades del quehacer nacional y en la existencia de un Estado subsidiario que lleva a cabo una política social sustentada en la inversión en capital humano, en políticas asistenciales y en el suministro de servicios básicos, como salud, educación y subsidios habitacionales a los sectores más desposeídos.
B.- Conclusiones.
a) En lo nacional:
1° Las propuestas que Chile aporte tanto a la Declaración como al Programa de Acción de la Cumbre Social deben tener una connotación de país y no sólo del Gobierno o de instituciones determinadas. Existe en la actualidad un amplio consenso nacional en torno a la prioridad y a la urgencia del problema de superación de la pobreza. Al mismo tiempo, hay una labor histórica desarrollada en buena parte del presente siglo, que en sí misma constituye un buen muestrario de las variedades de diseños que conforman un muy valioso acervo que debemos aprovechar y compartir, y
2° Los logros alcanzados en materia social durante los últimos años han sido posibles gracias a la mantención de un esquema económico estable, lo que ha permitido el desarrollo de una economía sana y el control de ciertos factores que afectan principalmente a los pobres, como es la inflación. En el proceso de crecimiento económico de Chile debe destacarse el papel desempeñado por el sector privado, que se ha modernizado, ha mejorado su productividad y ha generado empleos, contribuyendo significativamente a la erradicación de la pobreza. Del mismo modo, se debe resaltar el papel del Estado subsidiario, que ha llevado a efecto políticas sociales basadas en la inversión de recursos humanos y que han sido focalizadas hasta los grupos objetivos de pobreza y de extrema pobreza.
Aun cuando se ha logrado disminuir notablemente las cifras de pobreza y de extrema pobreza, aún queda mucho por hacer, por cuanto más de un millón de personas siguen viviendo en condiciones de miseria y más de tres millones de personas continúan en la pobreza.
b) En lo internacional.
1.Para disminuir la miseria en el mundo antes del año 2000, no basta con políticas gubernamentales. Es indispensable la participación activa de los propios afectados en las estrategias de solución, en sus comunidades y en sus países.
2.Coincidimos en la necesidad de refrendar un nuevo paradigma de desarrollo: el desarrollo humano sostenible, en que el crecimiento económico esté centrado en el ser humano y sea sustentable de una generación a la siguiente.
3.Compartimos la idea del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo en orden a fortalecer el papel de las Naciones
Unidas en la esfera socioeconómica mundial y conferir a este organismo internacional mayores facultades en la adopción de decisiones mediante el establecimiento de un Consejo de Seguridad Económica, que reconozca que la solución de los problemas sociales y de sus potenciales conflictos debe transformarse en una prioridad política de la comunidad internacional y formar parte de un concepto más global de la seguridad mundial, que incluya a la dimensión humana.
4.Es necesario superar las graves distorsiones que existen actualmente en el orden mundial. Los recursos de la cooperación internacional deberían destinarse más al desarrollo social de los países pobres, para que no sucediera lo que ocurre en la actualidad, en que el 40 por ciento de los países más ricos recibe el doble de la ayuda per cápita que recibe el 40 por ciento de los países más pobres. Por otra parte, esta ayuda debiera dirigirse a financiar programas de desarrollo social y no como sucede en la actualidad, en que sólo el 7 por ciento de ella se orienta a ese fin.
La ayuda internacional debería dirigirse de manera de elevar las capacidades nacionales y, por lo tanto, enfatizar la asistencia técnica y facilitar las llamadas cooperaciones horizontal y triangular, y
5.Concluida la “guerra fría” y en un clima mundial que da prioridad a las soluciones políticas, la Cumbre Social constituye una oportunidad histórica que no es posible desaprovechar. En este sentido, es importante continuar avanzando en el estudio de la reducción de los gastos de armamentos, en el establecimiento de foros de desarme, en la regulación del comercio de armas y en el real aprovechamiento del “dividendo de paz” para el desarrollo social.
C) Propuestas.
a) En lo nacional.
1.Es necesario redefinir, dentro de la mayor brevedad posible, las políticas sociales, partiendo desde un enfoque más personalizado del problema de la pobreza. Los problemas pendientes hoy en día son localizados y no masivos y pueden ser identificados con sistemas de información y de seguimiento. En este sentido, para el éxito de las políticas sociales más personalizadas, será condición que ellas se enmarquen en una concepción descentralizada, que reconozca que la pobreza es una sola, pero heterogénea en sus distintas manifestaciones, que busque adecuar los programas a cada realidad local y obtenga la mejor utilización de los recursos a través del buen uso del instrumento denominado “de doble focalización”.
En este contexto, las políticas sociales deben contemplar:
a)Mecanismos de focalización, de modo que los recursos públicos sean asignados en forma prioritaria a los grupos de mayor pobreza, y
b) Desconcentración de los recursos destinados a programas sociales.
2.El crecimiento económico es un sustrato básico para la superación de la pobreza, pero aun siendo indispensable, no es suficiente. Es así como si el ritmo de crecimiento anual alcanza a un siete por ciento, se podría proyectar para el año 2000, un producto por habitante de 4.200 dólares. Es preciso, asimismo, garantizar que el crecimiento económico origine una mayor justicia y solidaridad social, mejorando la redistribución, especialmente en ciertas regiones críticas los ingresos familiares y las políticas de remuneraciones. Del mismo modo, debe compartirse el aumento de la productividad con los trabajadores, evitando el crecimiento sobre la base de mano de obra barata. En este sentido, la presencia de sindicatos serios y organizados, con adecuadas relaciones empresa-trabajadores, será una condición fundamental para hacer posible el crecimiento con equidad social.
3.Debe otorgarse prioridad a la educación, tanto en lo relativo a cobertura como a calidad, y poner énfasis en los programas de capacitación de los trabajadores y de la juventud que han salido del sistema sin la preparación adecuada para insertarse laboralmente, garantizando de esta manera que exista concordancia entre los programas de capacitación, las demandas del mercado y los planes de desarrollo regionales y nacionales.
Asimismo, deberá otorgarse prioridad a los planes de educación y desarrollo psicosocial para niños y adolescentes que viven en condiciones de pobreza y riesgo psicosocial.
En materia de salud, es urgente mejorar la atención pública, ya que si bien los indicadores demuestran que el país exhibe una política de salud a la vanguardia de Latinoamérica y de otros países, existe una gran demanda, tanto en el nivel primario como en el secundario y en el terciario, especialmente en la atención de la salud mental. Para lograr lo anterior, se requiere racionalizar los recursos y la organización estructural del sistema.
Del mismo modo, se requiere desarrollar de manera amplia y eficiente la integración al trabajo productivo a través de los programas de fomento a la pequeña y mediana empresa, y me permito agregar, a la microempresa.
4.Es necesario considerar que la sociedad civil organizada debe desempeñar un papel relevante en el cumplimiento de los objetivos de la Cumbre Social que, como lo han señalado sus impulsores, "deben ser la Cumbre de la gente". Para ello recomendamos poner las necesidades de las personas en el centro de las políticas sociales y hacer de ellas los principales actores en el proceso de alcanzar un desarrollo con rostro humano, articuladas en las organizaciones no gubernamentales, en las organizaciones sociales y en las instituciones representativas como el Parlamento, los consejos regionales y los municipios.
5.La solidaridad social y el compromiso participativo de todos pueden originar nuevas formas de integración social, las que, a su vez, pueden permitir paliar o superar otros fenómenos íntimamente ligados con la pobreza y la miseria como son: la delincuencia, la prostitución, el embarazo adolescente, el alcoholismo, la drogadicción y otros problemas colaterales a ella y que son elementos que se reproducen en el tiempo.
Es fundamental, también, para permitir una adecuada integración social, la generación de programas específicos dirigidos hacia grupos vulnerables e incapaces por sí solos de superar sus carencias, como lo son los de la tercera edad, las mujeres jefas de hogar, las minorías étnicas y los discapacitados, para ser fiel a un concepto de amplia solidaridad social.
Asimismo, la integración de la mujer en igualdad de condiciones, no sólo es un asunto de derechos humanos y de democracia, sino también una exigencia para el desarrollo, por lo que es indispensable avanzar con rapidez en la superación de la iniquidad de género que todavía subsiste.
6.La Cámara de Diputados, como parte del Poder Legislativo y como organismo fiscalizador, se compromete a realizar durante el presente período legislativo, lo que sea pertinente para colaborar en la superación de la extrema pobreza. Al respecto, se propondrá al Poder Ejecutivo y al Congreso Nacional la conveniencia de impulsar iniciativas legislativas que surjan en el desarrollo del Plan Nacional y de los Planes Regionales de Superación de la Extrema Pobreza que se han puesto en marcha en nuestro país.
La Comisión ha acordado proponer la continuidad de su trabajo, con el fin de abocarse al estudio de los temas nacionales pendientes, de lograr nuevos diseños de evaluación que permitan observar la magnitud de los gastos sociales, la correcta asignación de los recursos, garantizando la prioridad social de la inversión a los grupos más necesitados, su eficiencia, su eficacia y su efecto en los objetivos nacionales y locales preestablecidos. Debiera trabajar también en el seguimiento de las recomendaciones emanadas de la Cumbre Social y fiscalizar los programas de superación de la pobreza y de la extrema pobreza que lleven a cabo diferentes organismos públicos.
En lo internacional:
1.Recomendamos fortalecer el intercambio de experiencias sobre la aplicación y la evaluación de políticas sociales con los parlamentarios de América Latina, especialmente en el seno del Parlatino y en su comisión de Deuda Social, con el Grupo Interparlamentario de Población y Desarrollo, auspiciado por la Naciones Unidas y de otras zonas donde predominan la pobreza o la extrema pobreza, como el continente africano.
2.Coincidimos con el Pnud respecto del progreso que significa concluir la Cumbre con la aprobación de una “Carta Social Mundial”, en que la comunidad internacional refrende un nuevo paradigma de desarrollo sostenible y centrado en el ser humano; haga suya la propuesta 20/20, que implica el compromiso de todos los países de reservar el 20 por ciento de sus presupuestos para atender las necesidades humanas prioritarias, como la educación y la salud, entre otras; convenga una meta para la reducción del 3 por ciento anual en los gastos militares mundiales; establezca un claro compromiso en los países más desarrollados de aportar el 0,7 por ciento del producto nacional bruto para la asistencia al desarrollo y manifieste su voluntad de fortalecer el papel de las Naciones Unidas en la esfera del desarrollo social y de la seguridad humana.
3.Consideramos preciso estructurar programas y mecanismos de comunicaci��n masiva, destinados a crear conciencia en el nivel mundial y a dar a conocer experiencias exitosas en la consecución de los objetivos para superar la pobreza en los distintos países.
4.Estimamos necesario avanzar hacia una relación más positiva y eficiente entre los países del Norte y del Sur, buscando establecer una nueva era de cooperación para el desarrollo, que coloque en el centro la seguridad y el bienestar del ser humano y mejore la relación entre los países más desarrollados y los que buscan un mayor nivel de vida para sus pueblos.
Al respecto, resulta imperativo levantar las severas restricciones y barreras arancelarias con las que los países desarrollados frenan las exportaciones de las naciones en desarrollo, las que dejan de percibir montos que a veces llegan a duplicar lo que reciben por concepto de ayuda.
Lo mismo acontece con los controles respecto del medio ambiente, cuyo daño, por lo demás, es en gran medida consecuencia del modelo de sobreproducción de los países más desarrollados y cuya preservación tiene un costo que la comunidad internacional debería compartir.
5.Creemos que es menester dar prioridad a las propuestas y a las posibilidades de solución para los países más subdesarrollados, fundamentalmente de África y del área de Centroamérica y del Caribe, con el objetivo de focalizar adecuadamente los recursos internacionales hacia los planes de superación de la pobreza en el nivel mundial.
6.Proponemos un seguimiento sistemático de los programas de desarrollo social en el plano internacional, para que ellos sean evaluados dentro del plazo de diez años. Por lo tanto, al final de dicho período, debería convocarse a un nuevo encuentro mundial, con el fin de apreciar el grado de avance que han tenido estas políticas y el impacto que han producido en la erradicación de la pobreza a nivel mundial.
7.Remitir este informe a Su Excelencia el Presidente de la República y a los señores Ministros de Relaciones Exteriores y de Planificación y Cooperación.
Señor Presidente, lamento la longitud del informe, pero ella fue necesaria para dar a conocer el exhaustivo trabajo que realizó la Comisión de la Cumbre, y por eso mismo, dado el poco tiempo que tendrían los señores Diputados que desean intervenir, creemos conveniente que se inserten sus discursos en la versión y que se voten las conclusiones el jueves en la mañana.
He dicho.
El señor LATORRE (Vicepresidente).-
El informe del Diputado señor Balbontín se extendió durante una hora y trece minutos. Inevitablemente, este hecho afecta el desarrollo de la sesión, en cuanto a conocer en detalle las exposiciones que distintos señores Diputados, de acuerdo con la distribución de tiempo establecida por los Comités, iban a plantear.
Se encuentran inscritos para intervenir prácticamente la totalidad de los miembros de la Comisión, pero se ha hecho presente por la mayoría la posibilidad de que los discursos sean insertados en la versión oficial. Si hubiera acuerdo, la Mesa no tendría inconveniente. Está dentro de las posibilidades reglamentarias.
Tiene la palabra el Diputado señor Sergio Correa.
El señor CORREA.-
Señor Presidente, dada la importancia del tema, la concurrencia en poco tiempo más a una nueva Cumbre Social, donde se van a tratar materias que tenemos escritas, la Mesa debiera prorrogar la sesión o en otra, nuevamente en Incidentes, dar la posibilidad de que los parlamentarios hagamos uso de la palabra y expongamos nuestros puntos de vista; y ojalá podamos contar con una mayor presencia de señores Diputados, a fin de intercambiar opiniones al respecto.
El señor LATORRE (Vicepresidente).-
La Mesa no tiene atribuciones para resolver sobre su solicitud en este momento.
Del informe, que está a disposición de los señores Diputados cada uno de nosotros pudo haberlo leído antes, durante la sesión, o puede hacerlo posteriormente, correspondería hacer una discusión a partir de su presentación por parte del señor Diputado informante. Lamento que la extensión de su intervención sobre el tema no garantice desarrollar la discusión en plenitud en este momento.
En todo caso, pido que, aplicando la disposición reglamentaria vigente, todos aquellos señores Diputados que estimen prudente insertar sus intervenciones, lo hagan.
Estaban inscritos las Diputadas señoras María Angélica Cristi, Fanny Pollarolo y Romy Rebolledo y los Diputados señores José García, Carlos Vilches, José Makluf, Carlos Dupré, Juan Masferrer, Héctor Zambrano, Miguel Hernández, Salvador Urrutia, Octavio Jara, Joaquín Palma, Sergio Correa, Edmundo Villouta, Luis Valentín Ferrada, Carlos Kuschel, Mario Acuña, Hosaín Sabag, Mario Hamuy, Exequiel Silva. Prácticamente todos desean intervenir en esta discusión.
Pido a los señores parlamentarios que he nombrado y que deseen insertar sus discursos, que lo hagan saber a la Mesa. A quienes deseen intervenir de inmediato, les voy a conceder la palabra.
En todo caso, la votación del informe no tendrá lugar en la sesión de hoy, sino que, previo acuerdo de los Comités, la Mesa incluirá el informe, en lo posible, en la tabla de la sesión del día jueves, para su votación definitiva.
Solicito que las personas que deseen insertar sus discursos lo hagan saber a la Mesa individualmente al término de la sesión.
Ofrezco la palabra a algún señor Diputado que desee intervenir, de acuerdo con el tiempo concedido a cada Comité.
El señor CORREA.-
Pido la palabra.
El señor LATORRE (Vicepresidente).-
Tiene la palabra Su Señoría.
El señor CORREA.-
Señor Presidente, insisto en el planteamiento anterior, en el sentido de que si habrá discusión durante la próxima sesión, ¿por qué no permitir entonces debatir, aunque sea brevemente, el informe? Pienso que no se requerirá más de media hora o cuarenta y cinco minutos.
El señor LATORRE (Vicepresidente).-
Diputado señor Correa, no tengo ningún inconveniente personal respecto de esa alternativa, pero no la puedo adoptar porque está fuera de mis atribuciones reglamentarias. En este momento, de acuerdo con el Reglamento, la Sala sólo puede resolver insertar los discursos. Desde luego, podría realizarse la discusión hasta su término, de acuerdo con los tiempos otorgados a cada Comité, pero lo que no puede hacer la Mesa, reglamentariamente, es tomar acuerdos que requieran el quorum mínimo de votación.
En consecuencia, si nadie hace uso de la palabra, se entenderá que existe acuerdo en someter a votación el presente informe en una próxima sesión; idealmente el próximo jueves, como asimismo, que los señores Diputados insertarán sus discursos.
Ofrezco la palabra.
Ofrezco la palabra.
Antes de levantar la sesión solicito a los señores Diputados que indiquen sus nombres para insertar sus discursos dentro de las próximas 24 horas.
En conformidad con un acuerdo anterior, se insertan las siguientes intervenciones:
El señor CORREA.-
Señor Presidente, por la importancia del tema, en mi intervención quisiera abordar la pobreza dentro de la perspectiva que en la Comisión me correspondió tratar que es su relación con el crecimiento económico y la experiencia que Chile puede aportar al respecto. Es evidente que el crecimiento económico es fundamental en la reducción de la pobreza y hoy todos los países están convencidos de ello (aun cuando sólo una parte lo estén aplicando) y las políticas las están dirigiendo tras ese objetivo.
En 1991, por iniciativa del Gobierno de Chile, la Organización de Naciones Unidas ha convocado a una Cumbre de Desarrollo
Social, con el objeto de promover la erradicación de la pobreza en el mundo favoreciendo mejores condiciones de paz entre los pueblos y al interior de los Estados.
La experiencia chilena por tres décadas, especialmente en la de los ochenta, que para muchos países fue la década pérdida, permite abordar este tema con altura de miras e impida que una Cumbre, como sucede muchas veces se pierda entre declaraciones altisonantes permitiendo ubicar en las reuniones de trabajo el efecto “crecimiento” con la debida importancia que a mi juicio tiene.
EVOLUCIÓN DE LA EXTREMA POBREZA
La erradicación de la pobreza es un proceso lento y complejo que requiere de una singular fortaleza de principios y decisiones. Las políticas que apuntan a su erradicación deben ser permanentes en el tiempo y deben considerar las necesidades que afectan a los grupos objetivos.
En nuestro país, se diseñaron en las décadas anteriores diversos mecanismos para caracterizar la pobreza. Entre otros destacan: El Mapa de la Extrema Pobreza en 1974 y sus actualizaciones en 1982, 1985 y 1987 que, si bien presentan imperfecciones, es el único indicador que abarca un período largo de tiempo y permite conocer la evolución de la pobreza con una metodología; la Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional (CASEN), que permite medir la eficiencia redistributiva del Gasto Social y su focalización en los más pobres; sistema de información básica de salud y nutrición, sistema de medición de la calidad de la educación (SIMCE), Ficha CAS, etc.
Del análisis de la información relevante proporcionada por estos indicadores podemos concluir que el perfil de pobreza que existe hoy en Chile es distinto de aquel que existía hace un par de décadas. En efecto, las dimensiones de la pobreza en 1970 eran mucho más agudas, más crudas, (ver cuadro N° 1). En esa época teníamos pobres sin educación, alto analfabetismo, no había escuelas en todas partes como hoy día y los niños no podían acceder a éstas. Teníamos alta mortalidad infantil, muchos casos de muerte por diarrea y bronconeumonía en menores de un año, alta desnutrición. En parte esto está ocasionando por la falta de acceso de los extremadamente pobres a servicios básicos como agua potable, luz, alcantarillado y a la permanencia de familias en operaciones sitios y las callampas. También influía en ellos, la inexistencia de programas de atención primaria focalizada y a los cuales los pobres tuvieran realmente acceso. El reparto de leche y los programas de control de la desnutrición en esa época no llegaban a los extremadamente pobres. Los alimentos se repartían en lugares de trabajo de empleados y obreros y no había vínculo con controles periódicos de salud del niño como se hace hoy en día. Los extremadamente pobres en esa época, y probablemente como todavía sucede hoy en día, eran por lo general, trabajadores por cuenta propia, sin empleos permanentes y sin acceso a sistemas previsionales.
SITUACIÓN ACTUAL
En 1986 la economía chilena completó el proceso de estabilización y ajuste en respuesta a numerosos problemas; principalmente, a la crisis de la deuda. A partir de ahí la economía ha mostrado un notable desempeño caracterizado por un rápido crecimiento del PGB y aumento sostenido de las exportaciones, bajo un marco de estabilidad macroeconómica, recuperación de la inversión, salarios y empleo (ver cuadro N° 2).
Paralelamente, se ha observado una importante reducción de la pobreza. En 1987 un 38,2% de los hogares del país vivía en situación de pobreza; cinco años más tarde (1992) el citado porcentaje se había reducido al 27,7%. Se trata de una apreciable mejoría en tan corto lapso de tiempo. A modo de referencia, la tasa anual que esto significa de 2,1%es comparable a los casos de mayor éxito internacional consignados en El Reporte del Desarrollo Económico de 1990 del Banco Mundial, (ver cuadro N° 3).
Por otra parte, de acuerdo con un Estudio efectuado por la Facultad de Economía de la Universidad de Chile, con base en la encuesta nacional de empleo de 1993, si observamos la distribución del ingreso en quintiles per cápita, desde 1980 en adelante, se puede apreciar un aumento sostenido en el nivel 1, los más pobres a partir de 1986 1992, significando un 30% de mejoría (ver cuadro 4).
ROL DEL CRECIMIENTO ECONÓMICO
Según un estudio TAS C/51 del Instituto Latinoamericano de Doctrina y Estudios Sociales, ILADES, esta apreciable caída de 10,5 puntos en la pobreza en nuestro país en tan sólo 5 años se debió en un 80% al crecimiento del ingreso medio y sólo el 20% restante se atribuye a una distribución más favorable de los subsidios del Estado, (ver cuadro N° 5).
La investigación define que son pobres aquellos hogares cuyo nivel de ingreso per cápita está por debajo de la línea de pobreza, es decir, no pueden costear la adquisición de una canasta de bienes y servicios de $ 29.000 (a mayo de 1994) para las zonas urbanas. Así, una familia de cuatro personas que reside en una ciudad, es clasificada como pobre si su ingreso familiar mensual es menor a $ 119.200. Cabe señalar que el concepto de ingreso utilizado considera el total de entradas monetarias del hogar, al tiempo que no incluye los subsidios que entrega el Estado a través de los programas de alimentación, salud y educación.
La disminución de los hogares pobres en 10 puntos en los cinco años estudiados, es considerada como “notable” en tan corto tiempo,; también lo es en términos de intensidad de la pobreza puesto que la “brecha de pobreza”, cuán pobres son los pobres, bajó de 15,2% a 9,7%.
Desde una perspectiva más intuitiva expresada como la fracción del ingreso nacional requerida para “eliminar” la pobreza, si se entregara a cada hogar el ingreso faltante para satisfacer el conjunto de necesidades básicas, se concluye que el costo de “eliminar” la pobreza alcanzaba al 2,46% del ingreso nacional en 1987 y tan sólo al 0,94% en 1992. (ver cuadros N° 6 y 7).
Estas cifras son el resultado del efecto crecimiento que consistió en un aumento del ingreso, asociado al crecimiento global de la economía que permitió reducir la pobreza, aun cuando la distribución relativa de ingresos haya sido modesta. En efecto, por razones de distribución también se redujo la pobreza entre 1990 1994 en 1,1% por concepto de la recaudación fiscal (14,5% a 17,5%), destinándose un tercio a los más pobres y 2 tercios al ahorro público.
POBREZA DE INGRESOS Y POBREZA ESTRUCTURAL.
La pobreza hoy en Chile presenta dimensiones diferentes, lo que es muy importante tener en cuenta, porque dependiendo del tipo de pobreza que afecta a las personas y la magnitud de ella deben diseñarse las estrategias para abordarla.
Por una parte, están aquellas personas que no alcanzan a cubrir sus necesidades básicas mínimas, principalmente, porque no obtienen un ingreso que les permita satisfacerlas. La posibilidad de superar esta situación de pobreza relativa o de “pobreza de ingresos”, está directamente relacionada con que el país logre un crecimiento económico sostenido. Ello proporcionará mayores y mejores oportunidades de empleo y generará un aumento de sus ingresos reales.
En segundo lugar, están aquellas personas que además de no poder cubrir sus necesidades básicas mínimas por falta de ingresos poseen incapacidad personal para lograrlo, por secuelas que provienen desde su infancia, como la desnutrición infantil y la carencia de educación. Las necesidades de estas personas que, constituyen el grupo de “pobres estructurales” o personas de “extrema pobreza” son distintas de aquellas afectadas sólo por la pobreza relativa o de ingresos, ya que no pueden o no saben cómo insertarse en el mercado de trabajo y con ello se les hace difícil la incorporación al proceso de desarrollo del país. Las personas con pobreza estructural, constituyen la población prioritaria de la acción social del Estado.
Es aquí donde el Estado debe emplearse a fondo permitiendo una verdadera igualdad de oportunidades para todos los habitantes de la Nación dirigidas a mejorar las capacidades y habilidades humanas, las que son determinantes en la erradicación de la extrema pobreza.
CONCLUSIONES.
En el período 1987 1992 la pobreza se redujo apreciablemente en Chile, ya sea medida a través del porcentaje de pobres, o como en su intensidad. En particular la caída de 10,5 puntos porcentuales en los hogares pobres representa una notable marca para un período de sólo 5 años. Los resultados del ejercicio de descomposición muestra que el crecimiento económico tuvo un rol fundamental en la reducción de la pobreza.
Aproximadamente un 80% de la caída de ella obedece a un efecto crecimiento puro. Por otra parte, una mejor distribución de ingresos en el rango relevante contribuyó a reducir la pobreza en el 20% restante.
Esta notable eficacia mostrada por el crecimiento económico para reducir la pobreza nos debe concluir enfáticamente que debe implementarse una política dirigida a fortalecer y reforzar las medidas que contribuyan a lograrlo.
El crecimiento económico es la principal herramienta para erradicar la pobreza, cuando la que hoy prevalece es la “relativa”, o de “ingresos” y no la “estructural” (desnutrición, analfabetismo, mortalidad infantil, que al iniciar los 70 era la principal causa de muerte en Chile.
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DIPUTADA MARÍA ANGÉLICA CRISTI PARA INFORME DE LA “COMISIÓN ESPECIAL PARA EL DESARROLLO SOCIAL Y LA PARTICIPACIÓN DE CHILE EN LA CUMBRE MUNDIAL”.
La señora CRISTI.-
Señor Presidente, decir paz es expresar mucho más que la simple ausencia de guerras; es pedir una situación de auténtico respeto a la dignidad y los derechos de cada ser humano que le permita realizarse en plenitud. La pobreza es un verdadero obstáculo para lograr una auténtica paz. “Si quieres la paz, sal al encuentro del pobre”, dice S.S. Juan Pablo II en la Celebración Mundial de la Paz.
Un país donde existe un amplio margen de sus individuos en condición de miseria y pobreza extrema o indigencia, no puede decirse que sea un país en desarrollo, ni tampoco que sea un país donde se garantiza la libertad de cada uno y por ende la sana convivencia democrática; por el contrario, produce conflictos internos que pueden llegar a producir como resultado más pobreza aún.
Vivimos en un mundo en el cual 1.300 millones de personas viven en la pobreza; igual cifra carece de agua potable, 800 millones no tienen comida suficiente, más de 30 mil niños mueren al día por enfermedades y desnutrición; 300 millones no van a la escuela, 35 millones no tienen empleo en países desarrollados; 100 millones de niños vagan por las calles.
Una estimación para 1990 sitúa en 196 millones la población de América Latina bajo la línea de pobreza, lo que representa un 45,9% del total. De este modo, la incidencia de pobreza, que en 1986 representaba un 43,3%, habría aumentado alrededor de 2,5%. En algunos países la tendencia se ha revertido. Tal es el caso de Chile, que representa un 40,1%.
POR QUÉ UNA CUMBRE SOCIAL
En 1991 las Naciones Unidas acogieron un llamado del gobierno chileno para la realización de una Cumbre de Desarrollo Social a nivel mundial. Los objetivos esenciales se basan en la necesidad de erradicar la pobreza en el mundo, basándose especialmente en:
Mejorar la calidad de vida y mitigar la pobreza.
Promover el empleo improductivo.
Promover la integración social.
Una Cumbre Social tiene el mérito de unir a las autoridades del mundo de las distintas naciones y de los Jefes de Estado para proponer el desarrollo social como un tema prioritario en el programa internacional.
Las principales preocupaciones tienen que ver con las desigualdades sociales, las intolerancias, el racismo, y cómo lograr que regiones divididas por diferencias étnicas y nacionales se reconcilien.
Por otra parte, si los empleos se han vuelto escasos en la mayoría de las regiones del mundo, lo que aumenta la pobreza y socava la estabilidad social, ¿cómo pueden las naciones crear nuevos empleos y que no sean solamente abundantes, sino también productivos y satisfactorios?
Quienes participaron en la Cumbre para la Tierra en 1992, en Río de Janeiro, estuvieron de acuerdo en que los seres humanos constituyen el centro de las preocupaciones relacionadas con el desarrollo sostenible y que para la preservación del planeta para las futuras generaciones, se requiere, entre otros, la erradicación de la pobreza, políticas demográficas apropiadas, eliminar el consumo insostenible, un sistema económico favorable y abierto a la participación de todos los ciudadanos, especialmente la mujer, los jóvenes, las poblaciones indígenas y las comunidades locales.
El objetivo final de la Cumbre Social es contribuir a que la gente común de todo el mundo se sienta menos insegura, menos amenazada, más digna.
La dignidad del ser humano es un ideal por el cual vale la pena luchar, un valor fundamenta] que debe orientar nuestras vidas,
una necesidad moral de las sociedades contemporáneas.
La Cumbre Social ocupa un lugar central junto a otras, tales como “La Cumbre Mundial en Favor de la Infancia”, “La Cuarta Conferencia Mundial Sobre la Mujer”, que se celebrará en China este año, y “La Conferencia Sobre Asentamientos Humanos”, que se celebrará en 1996.
De persistir la pobreza será difícil mantener el progreso material en el siglo XXI. Ello, combinado a los avances espectaculares de la Ciencia y la Tecnología en materia de Biología y Genética, y los problemas del Medio Ambiente.
Esta atmósfera de incertidumbre general, que se agrava por la crisis social y moral, en muchas sociedades, cobra enormes proporciones. Hasta en los países más prósperos hay desánimo, por cuanto es difícil encontrar un empleo decoroso, porque los valores sociales se vuelven de repente obsoletos, porque la solidaridad es sustituida por el egoísmo personal o político. En casi todas las regiones del mundo se registra un aumento de la inseguridad provocados por los efectos del delito, el uso indebido de estupefacientes y el tráfico de drogas.
Con el fin de la guerra fría, se requiere un nuevo concepto organizador que reemplace el antiguo esquema de lucha anticomunista: “Deberíamos hacer que el mejoramiento de la condición de vida de la gente y del planeta fuera el nuevo factor organizador de la vida internacional”.
La Asamblea General de las Naciones Unidas ha catalogado como grave problema de la sociedad moderna, las cuestiones básicas que tratará la Cumbre:
La solución a la pobreza, el desempleo y la integración social, tiene importancia decisiva para el desarrollo humano sostenible. Por ello es que el concepto del desarrollo es fundamental para el logro de los objetivos planteados.
El aumento de la cooperación internacional para el desarrollo económico y social debe contribuir de manera significativa al fortalecimiento de la paz y de la seguridad internacional; junto a ello el desarrollo económico, lo que debe considerarse en este momento parte de la tarea de construir un mundo más pacífico para todos.
CÓMO SUPERAR LA POBREZA EL EJEMPLO CHILENO.
¿Cuál es entonces el mejor camino para superar la pobreza en el corto plazo dado que los pobres no pueden ni deben esperar?
En definitiva es el crecimiento el que provee las oportunidades para que los más pobres mejoren en forma significativa sus formas de vida y superen sus privaciones. Eso es lo que ha aprendido Chile en los últimos 10 años y la rica experiencia que podemos ofrecer al mundo. Por esta razón, las oportunidades que ha generado el proceso de crecimiento sostenido desde hace más de 10 años se ha traducido en un avance más rápido en la tarea de superar la pobreza en nuestro país.
Ha sido el conjunto de políticas sociales orientadas desde principio de los años 80, a promover la inversión en el capital humano de los más pobres, con políticas económicas que privilegian el crecimiento y la creación de empleos, las que han permitido a nuestro país avanzar a pasos firmes en el camino de la superación de la pobreza crítica.
El auspicio y la convocatoria por parte de Chile a la realización de una Cumbre de Desarrollo Social a nivel mundial promoviendo la erradicación de la pobreza, es una ocasión propicia para referirse a las posibles instancias de su superación.
El actual Gobierno ha manifestado como una de las tareas prioritarias de su gobierno enfrentar los temas que atañen y afecten a los sectores más pobres de nuestro país. Al respecto hay voluntad política y consenso sobre la urgencia de abocarse al tema. La gran discrepancia estará en el cómo lograrlo. Al respecto, el Ejecutivo no ha planteado aún un programa específico, sino que múltiples alternativas desligadas unas de otras, algunas de las cuales se duplican en múltiples comisiones.
Parece satisfactorio sin embargo que por fin el Gobierno ha logrado entender que la enorme cantidad de recursos que se destinan al gasto social, deben ser bien invertidos, y por lo tanto focalizados hacia los más necesitados. Así lo manifestó el Ministro de MIDEPLAN en la prensa recientemente.
Este concepto deja de lado la poca creativa respuesta frente a la pobreza que frecuentemente aducía más impuestos y más burocracia para poder resolverla.
CÓMO ENFRENTAR EL PROBLEMA
No es el camino de las alzas de impuesto y de poner obstáculos a la generación de riqueza, el que ha dado más frutos en el alivio de la pobreza. No es la distribución de la pobreza la que permite a los pobres satisfacer sus necesidades básicas. Chile no debe volver atrás.
En los últimos cuatro años, parecemos haber olvidado el camino. El país ha hecho un gran esfuerzo para incrementar el gasto en los sectores sociales; por ello, Renovación Nacional apoyó una reforma tributaria que significó más de 600 millones de dólares al año, justamente para ir en apoyo de los sectores más necesitados. La experiencia y las cifras nos demuestran que muchos de esos recursos no llegaron a quienes más lo necesitaban: 340 millones de dólares se gasta el aparataje público en burocracia, personal, gastos de oficinas, por sobre las necesidades; por otra parte las empresas estatales no entregan una rentabilidad razonable, principalmente CODELCO, que entre 1990 y 1993 dejó de aportar al Fisco más de 1.200 millones de dólares, ello sin contar los 270 millones de dólares de pérdida que significarán las operaciones de ventas a futuro. Sólo en una empresa estamos hablando de 1.470 millones de dólares de pérdida en tres años.
Con esos recursos se podrían construir 300 mil viviendas para los allegados o triplicar la subvención escolar, atender gratuitamente a través de los Jardines Infantiles, a todos los niños de Chile, o multiplicar 14 veces el programa de alimentación escolar que se distribuye en los colegios del país.
Este grave ejemplo denota la evidente desfocalización que ha sufrido el gasto social y que es urgente revertir para el mejor aprovechamiento de los recursos.
La equidad, que muchos aducen como la única forma de superar la pobreza, no se logra sólo con la mera voluntad de un gobierno; la equidad es consustancial a un proceso de desarrollo sostenido en el tiempo, el que brinda oportunidades a los más pobres para que se integren creativamente a ese proceso de crecimiento. Nada sacamos con destinar más recursos a los sectores sociales si se niega a los más pobres la posibilidad de beneficiarse de ellos, muy especialmente a través de un empleo digno y bien remunerado.
“La verdad es que la pobreza disminuye finalmente si y sólo si aumentan los ingresos de las familias más pobres y este proceso tiene lugar por dos vías; el aumento de las oportunidades de trabajo y de los ingresos de los más pobres en un contexto de crecimiento económico de generación de riqueza”.
Si el país crece a un ritmo del 7% anual, en el año 2000 se podría proyectar un producto bruto por habitante de 4.200 dólares, es decir, el doble que el año 1990.
Por esta razón, la Cumbre de Desarrollo Social ha hecho especial énfasis en la generación del empleo, como un de las formas de superar la pobreza. Concordando con ello es fundamental para ese propósito que la inversión en capital humano se concentre entonces en mejorar la educación, la capacitación y la salud de la población. El desarrollo económico junto a las nuevas exigencias del mercado y de la producción, requiere de personas cada vez más capacitadas, y obviamente sanas para cumplir con este objetivo.
Sin duda la inversión en educación es la mejor inversión de un país, tanto desde el punto de vista económico como el de las oportunidades. La experiencia histórica confirma una estrecha relación entre el nivel educacional y el grado de éxito económico de una nación. Por otra parte, es una herramienta que tienen las personas para una mayor perfección individual y ascenso social y económico. Cuando se habla de Educación debemos incluir la Enseñanza Básica, la Media, también la Educación Superior, Ciencia y Tecnología.
Para dar el salto educacional que el país requiere, es indispensable aumentar los recursos a través de la subvención estatal y estímulos tributarios que faciliten la colaboración de los padres y de las empresas. Igualmente, fundamental es fortalecer la descentralización y la libertad de enseñanza.
La conquista de una buena salud para los chilenos es un imperativo que debe abordarse a la brevedad, pues si bien los indicadores demuestran que el país exhibe una salud a la vanguardia de Latinoamérica y otros países, la atención pública de este servicio deja mucho que desear. El sector se encuentra en crisis y no obedece únicamente a la escasez de recursos, sino a un problema de organización estructural. Al abordarse el tema de la inversión en salud, no pueden dejarse de lado los flagelos de la drogadicción y el alcoholismo que atenían contra la integridad física, psicológica y espiritual de una cantidad creciente de chilenos. La atención de la salud mental se hace cada vez más urgente.
Al privilegiar la inversión en las personas, hay que tener presente que es fundamental estimular a los jóvenes, que constituyen el mayor potencial del país en el futuro cercano.
El mejor impulso que se les puede dar a los jóvenes es abrirles oportunidades laborales y educativas y hacerlos tomar conciencia de que ellos son los protagonistas de sus vidas y la del país. Las políticas tendientes a aumentar la libertad, la creatividad, la responsabilidad de la justicia y a disminuir el patemalismo, son propicias para estimular al mundo joven.
El perfil de la pobreza en Chile ha cambiado, la calidad de vida ha mejorado significativamente. Así lo demuestra el CENSO de 1992, la Encuesta CASEN, el P.N.U.D. y numerosos documentos de medición social. Según Informe del Instituto Libertad y Desarrollo, el número de propietarios de vivienda ha aumentado desde un 54% en 1970 a un 70% en 1992; hoy la mayor parte de la población dispone de servicios de infraestructura básica, alcantarillado, agua potable y alumbrado, lo que incide definitivamente en el mejoramiento de la calidad de vida y en aspectos relacionados con la salud, la mortalidad infantil y las expectativas de vida.
En Chile, las políticas sociales han estado sujetas a profundas transformaciones y reformas con el objeto de orientarlas a la erradicación de la extrema pobreza. Especial énfasis tuvieron entonces:
Las reformas a las políticas en capital humano, de manera de posibilitar que los más pobres adquirieran las capacidades y aptitudes que les permitieran incorporarse a los beneficios del progreso y del crecimiento económico, por medios propios, a través de empleos estables y cada vez mejor remunerados.
La focalización del gasto, junto con el crecimiento económico se hizo especial hincapié en la focalización del gasto. Sin embargo, los recursos aportados por la Reforma Tributaria no beneficiaron a los más necesitados; sólo un 26% del gasto, llegó al 20% de los más pobres y un 21% al 20% más rico de la población.
La red social como beneficiario de los más necesitados. Los subsidios directos deben ser dirigidos a los más pobres sin que ello produzca dependencia, pero son indispensables en la superación de la pobreza, entre ellos, el Subsidio Familiar que se entrega a las madres pobres por sus cargas familiares. Las Pensiones Asistenciales que se entregan a los ancianos pobres que no tienen previsión, la Alimentación Escolar, el Subsidio de Cesantía, la Capacitación Laboral, la Vivienda Básica, la Atención Preescolar y de Salud Primaria.
Por ahora es necesario priorizar la inversión social en las siguientes necesidades pendientes.
1)Aumentar la cobertura de salas cunas y jardines infantiles (hay una demanda de 400.000 mil niños de escasos recursos).
2)Crear fuentes que otorguen becas a jóvenes para su capacitación técnico profesional.
3)Disminuir gradualmente los beneficios y/o subsidios a quienes van superando su condición de pobreza.
4)Modernizar los sistemas de salud y de educación.
5)Elaborar planes de Capacitación Profesional que garanticen trabajo y educación para enfrentar la vida.
6)Aumentar el monto de las pensiones mínimas y de las que están bajo el salario mínimo.
7)Aumentar los recursos destinados a los municipios, para solventar los gastos de los servicios traspasados al gobierno comunal.
8)Considerar el concepto de integración social en la elaboración de los programas de viviendas.
9)Modificar y modernizar leyes que, hoy por hoy, aumentan la burocracia y el centralismo, entrabando el progreso económico y social de quienes más necesitan.
10)Apoyar a los trabajadores y, microempresarios en el logro de sus motivaciones.
11)Fomentar la atención en Salud Mental para el tratamiento de patologías tales como la drogadicción, el alcoholismo, esquizofrenia, las neurosis y otros.
12)Perfeccionar el acceso a la justicia a nivel comunal, crear Tribunales Familiares y Juzgados Vecinales.
13)Fomentar la seguridad ciudadana, aumentar los recursos humanos y materiales de la policía.
14)Atender a la tercera edad con planes y programas que le favorezcan, muy especialmente en el mejoramiento de las pensiones mínimas y asistenciales.
15)Crear "bolsas de trabajo" a nivel comunal que permitan la integración de mujeres y jóvenes al mercado laboral.
16)Capacitar a nivel comunal, en aquellas áreas que incluye la demanda laboral del sector.
NUEVOS CONCEPTOS EN EL DESARROLLO URBANO.
La integración social es fundamental en el proceso de erradicar la pobreza, por la necesaria incorporación de los más necesitados a las etapas de desarrollo del país. Aspecto importante de este concepto es la formación de barrios y el impulso del sentido de pertenencia a un sector. La creación de nuevos asentamientos urbanos requiere fomentar la integración familiar, evitando los dolorosos procesos de erradicación de sus viviendas a quienes han consolidado una vida en un sector. “Las políticas de vivienda social deben evaluar los costos y beneficios de trasladar personas en forma discriminatoria de un lugar a otro”.
Paralelamente, es necesaria una mayor coordinación entre los sectores sociales en la planificación de nuevas poblaciones, que considere la entrega a los nuevos residentes de los servicios básicos para mejorar la calidad de vida: salud, educación, seguridad, trabajo, deporte, recreación y áreas verdes.
Es preciso fomentar el carácter heterogéneo de una ciudad, base del concepto de integración social, en donde se produzca un equilibrio social capaz de satisfacer las necesidades del sector. Así, una comuna debe crear el espacio que permita la convivencia de distintos grupos socioeconómicos, en donde unos aportan recursos como fuente de trabajo y en donde otros prestan sus servicios.
Un buen ejemplo de lo anterior es la comuna de Peñalolén, que desde sus inicios fue planificada con un criterio de integración social y que hoy se traduce en mayores ingresos para el municipio y en más fuentes de trabajo para los residentes del mismo sector, y donde coexisten diferentes grupos sociales apoyándose unos á otros.
2.LA SEGURIDAD: UN NUEVO INDICADOR EN LA CALIDAD DE VIDA.
La seguridad se mide ante el grado de incertidumbre que afecta a las personas frente a un futuro incierto, especialmente en los sectores pobres; en la frecuencia de los delitos de diversos tipos que afectan a las personas en su integridad física y en la violación de domicilio por hurtos.
Todo ello amerita procedimientos más eficientes para prevenir e impedir el aumento de la violencia en el país y la promoción de valores y políticas que hagan hincapié en la seguridad personal y en la prevención de los fenómenos de exclusión o de marginalidad.
La pobreza espiritual, reflejada en la pérdida de valores que conllevan la delincuencia, la corrupción, el alcoholismo y la drogadicción, incide gravemente en la superación y mejoramiento de la calidad de vida; por ello es necesario apoyar a las instancias privadas y fomentar en las públicas las orientaciones necesarias para reforzar en la sociedad los valores morales y éticos, tales como la familia, la religión y la comunidad organizada.
UN COMPROMISO NACIONAL:
La superación de la pobreza es tarea de todos los chilenos, por ello se requiere de consensos básicos que permitan continuar avanzando en este camino, aunando esfuerzos y por sobre todo, perseverando por sobre los ideologismos en aquellas acciones que han demostrado ser más eficaces en la disminución de la extensión e intensidad de la pobreza y en el aumento del crecimiento del ahorro y la inversión necesaria para la generación de riqueza. La tarea llama al Estado, a la empresa privada y a todas las Organizaciones Sociales y Económicas, Territoriales, a las Iglesias y a las personas individuales, a esta gran tarea. La lucha contra la pobreza es una tarea de toda la sociedad.
La tarea de esta Cámara, como Cámara política es fomentar y promulgar en forma prioritaria los proyectos que vayan en directo beneficio de los más necesitados. Por cuatro años se han privilegiado temas de índole político; ha llegado la hora de tomar conciencia de las necesidades sociales urgentes y junto al Ejecutivo emprender la tarea. Por otra parte, es importante la participación nuestra en la Cumbre de Desarrollo Social para que la Cámara presente una ponencia que represente nuestra postura y que en ella se recoja la valiosa experiencia que Chile pueda entregar al mundo como la de un pequeño país que con imaginación, creatividad e iniciativa, más que con recursos, ha logrado un primer paso en la superación de la pobreza. Sabemos cómo empezar, y también cómo debemos seguir; eso de por sí debe ser nuestro aporte a quienes aún no comienzan el largo camino en la superación de la extrema pobreza.
3.APRECIACIÓN CON RESPECTO AL DESARROLLO Y CONCLUSIONES DE LA COMISIÓN.
Durante el desarrollo de la Comisión, existieron interesantes aportes de diversos sectores del quehacer nacional que se abocaron al tema de la superación de la pobreza. Si bien es cierto que la Comisión recogió innumerables antecedentes respecto de la situación del país y los objetivos de la Cumbre, éstos no se reflejan en las conclusiones finales de la Comisión, razón por lo cual se sugiere un informe posterior para ser entregado al Gobierno con las principales propuestas planteadas a nivel mundial.
La Comisión se desarrolló en un clima de armonía y de respeto frente a posturas diferentes.
Sin embargo, respecto de dichas conclusiones, debo manifestar mi aprensión en el sentido de que denotan un claro temor por reconocer que el desarrollo social y económico del país, que ha logrado niveles que superan a muchos países del mundo, es fruto de las políticas implementadas especialmente en la última década y que fueron la clave del éxito del Gobierno Militar.
Este hecho, que cuesta reconocer a nivel nacional en muchos sectores, es mencionado como un ejemplo frecuentemente en el mundo, e incluso en la reciente Cumbre de Miami por el propio PresidenteClinton, y es además el factor que le permitió al Gobierno chileno ser escuchado por las Naciones Unidas cuando en el año 1991 propuso la Cumbre Social.
Por otra parte, las conclusiones proponen mantener la Comisión, como una forma de evaluar la magnitud de los gastos sociales y la correcta asignación de los recursos, garantizando la prioridad social de la inversión en los grupos más necesitados. La propuesta parece ser atendible y necesaria, pero peligra el rechazo a las conclusiones si la Cámara no las aprueba.
En general, con excepción de lo mencionado en el punto anterior, Renovación Nacional apoyará las conclusiones planteadas por la Comisión en el interés superior de que nuestro país sea un digno ejemplo al mundo de cómo resolver paulatinamente los problemas de la pobreza y muy en especial haciendo votos para que la Cumbre sea un incentivo donde las esperanzas predominen sobre las angustias y donde los más pobres puedan percibir un futuro más promisorio. Lo que se espera de la Cumbre es poner en el primer plano, a nivel mundial, el problema de la pobreza y que sus conclusiones sean factibles de aplicar con éxito.
Nuestro país tiene mucho que decir al respeto, pues fue el único que logró avances importantes en materia de desarrollo económico y social durante los años 80, lo que para la mayoría de los países se denominó la generación perdida.
He dicho.
DISCURSO DEL DIPUTADO JOSÉ GARCÍA RUMINOT SOBRE EL INFORME DE LA COMISIÓN ESPECIAL PARA EL DESARROLLO SOCIAL Y LA PARTICIPACIÓN DE CHILE EN LA CUMBRE MUNDIAL.
El señor GARCÍA (don José).-
Señor Presidente, Renovación Nacional comparte, en general, las conclusiones y proposiciones de la Comisión Especial para el Desarrollo Social y la participación de Chile en la Cumbre Mundial sobre desarrollo social.
1.En primer término, porque se reconoce que los logros que Chile exhibe hoy en materia de desarrollo económico y social, son producto de la aplicación, ya por varios años, de políticas destinadas a estimular la participación del sector privado en la producción y distribución de los bienes y servicios, asignando al Estado un rol subsidiario, que lleva a cabo diversos programas sociales destinados a garantizar la igualdad de oportunidades para todos los habitantes del país, y éste es, precisamente, el camino más adecuado para elevar las condiciones de vida, con especial acento en los más necesitados.
2.En segundo término, porque compartimos la inquietud expresada en el informe, en cuanto al destino final de los recursos de la cooperación internacional. Estimamos que la Cumbre debe constituir un esfuerzo serio por lograr que dichos recursos se focalicen en las familias que sufren la pobreza y la extrema pobreza, disminuyendo sus costos de administración, para aumentar sustancialmente los beneficios efectivos que llegan a la gente.
3.De igual manera, compartimos la necesidad de concentrar esfuerzos para focalizar mejor los programas sociales que se realizan en nuestro país, y con mayor razón aún, compartimos la necesidad de una mayor desconcentración de los recursos destinados a los programas de superación de la pobreza, entregando mayores facultades a las municipalidades y gobiernos regionales, con el propósito de lograr mayor efectividad en la lucha contra la pobreza extrema.
4.Nos parece igualmente importante otra de las conclusiones del informe en el sentido de destacar la necesidad de levantar las restricciones y barreras arancelarias con la que los países desarrollados frenan las exportaciones de las naciones en desarrollo. Esto es particularmente importante para Chile en estos días, cuando la agricultura vive una severa crisis, reconocida ya por todos los sectores políticos. Parte significativa de esta crisis tiene su fundamento en la falta de transparencia en los mercados internacionales de los productos agrícolas. La competencia desleal con productos que llegan al país fuertemente subsidiados por las Tesorerías de diversos países desarrollados, impiden el mejoramiento de los niveles de bienestar de miles de familias campesinas, y lo que es peor, cada día van sumiendo más en la desesperación a quienes habitan los sectores rurales. Por lo tanto, existe la necesidad de que Chile ponga especial acento en este punto, durante el desarrollo de la Cumbre en el próximo mes de marzo.
5.En resumen, compartimos plenamente que el primer desafío del país y de la Comunidad Internacional para los próximos meses y años, es la superación de la pobreza, y que a ese fin deben destinarse los esfuerzos y los recursos de los Gobiernos, de los privados y de los Organismos Internacionales.
En consecuencia votaremos favorablemente el informe que se nos propone.
Gracias, señor Presidente.
He dicho.
El señor MAKLUF.-
Señor Presidente, tras culminar sus trabajos, la Comisión Especial para el Desarrollo Social y la participación de Chile en la Cumbre Mundial ha elaborado consensualmente un conjunto de conclusiones y proposiciones, que será la contribución de esta rama del poder legislativo a la propuesta y la estrategia común que llevará la delegación chilena a Copenhague el próximo mes de marzo.
Como premisa fundamental, hemos compartido el diagnóstico realizado en la convocatoria a la Cumbre Social, que constata el carácter universal del fenómeno de la pobreza y sus graves consecuencias para la estabilidad de los sistemas democráticos y para la seguridad mundial, y que para hacer realidad la idea de que ésta debe ser “La Cumbre de la Gente”, es conveniente poner las necesidades de las personas en el centro de las políticas sociales y hacerlas protagonistas en el proceso de lograr un desarrollo a escala humana.
Del mismo modo, coincidimos en que los graves contrastes sociales que se manifiestan en el mundo contemporáneo deben ser enfrentados sobre la base de un proceso que concilie un necesario crecimiento económico con un indispensable desarrollo social.
Chile, decidido impulsor de esta Cumbre Social durante los Gobiernos de los Presidentes Aylwin y Frei, posee una vasta experiencia en materia de aplicación de políticas sociales, lo que ha posibilitado que un número considerable de sus habitantes haya abandonado, en los últimos años, la condición de pobreza o extrema pobreza.
En efecto, en esta materia, existe una labor histórica desarrollada durante gran parte de este siglo con la presencia de un Estado activamente subsidiario, que ha desarrollado una política social fundamentada en la necesidad de superar las extremas desigualdades y, últimamente, con un proceso de crecimiento económico en que la participación de la iniciativa privada en la administración y prestación de servicios ha jugado un rol fundamental.
En cuanto a las conclusiones nacionales, es particularmente relevante destacar que los aportes de Chile tanto a la declaración como al programa de acción de la Cumbre deben tener una connotación de país, y no tan sólo de Gobierno o de instituciones determinadas, por muy representativas que puedan ser.
En cuanto a las conclusiones internacionales, cabe hacer resaltar, primero, que el proceso de superación de la pobreza requiere no sólo de políticas gubernamentales, sino también de la participación activa de los propios afectados en sus comunidades y países y, segundo, que es fundamental promover un desarrollo humano sostenible, en que el crecimiento económico mundial tenga como centro al hombre y sea sustentable en el tiempo.
Para ello, a nuestro juicio, debe fortalecerse el papel de las Naciones Unidas en la dimensión socioeconómica mundial, a través del establecimiento de un consejo de seguridad económica; la cooperación internacional debe ser más equitativa en la asignación de sus recursos y por último, es imperativo establecer mecanismos efectivos de disminución del comercio mundial de armas.
Para destinar más fondos al desarrollo social es imprescindible un gran compromiso internacional en los aspectos ya señalados y en todos los que se genere un consenso mundial.
Ahora bien, entrando en el ámbito de las propuestas nacionales, deseamos destacar que la Comisión estimó que las políticas sociales requieren de la aplicación de mecanismos efectivos de focalización y de una desconcentración de los recursos destinados a estos fines, con especial énfasis en las políticas descentralizadas que privilegien la acción de las regiones.
Asimismo, consideramos que para garantizar que el crecimiento económico sea un elemento fundamental para la eliminación de la miseria, no sólo bastaría que su ritmo de incremento anual llegue al 7% y proyectar para el año 2000, un producto por habitante de 4.200 dólares. Es necesario que este crecimiento económico origine una mayor justicia y solidaridad social para llegar más rápidamente a la meta de superar la extrema pobreza el año 2000.
Un punto de vital relevancia es la prioridad que debe otorgarse, en los programas de superación de la pobreza, a la educación, tanto en términos de mayor cobertura como de calidad, y a los programas de capacitación para trabajadores y jóvenes, garantizando que exista una concordancia entre éstos y las demandas del mercado y los planes de desarrollo regionales y nacionales.
De la misma manera, es fundamental desarrollar de manera eficiente la integración al trabajo productivo, mediante los programas de fomento a la pequeña y mediana empresa, puesto que en la experiencia de los últimos años ha quedado demostrado de manera indubitable que el principal mecanismo de superación de la pobreza ha sido el de un empleo estable. Y habida consideración de que la pequeña y mediana empresa son los principales generadores de mano de obra en nuestro país.
Entendemos, también, que para posibilitar la integración de los sectores más vulnerables de la sociedad, se requiere generar programas específicos dirigidos a grupos que son incapaces de superar por sí solos sus carencias, tales como lo son los de la tercera edad, de las mujeres jefas de hogar, de las minorías étnicas y de los discapacitados, fundamentalmente.
En cuanto a la contribución que la Cámara de Diputados puede aportar al proceso de superación de la pobreza, hemos decidido proponer al Poder Ejecutivo y a los parlamentarios la conveniencia de impulsar iniciativas legislativas que surjan de la aplicación del plan nacional y de los planes regionales de superación de la extrema pobreza que se han puesto en marcha en el país, y de las propias conclusiones y propuestas de esta Comisión.
Del mismo modo, esta instancia legislativa ha considerado conveniente proponer la continuación de sus trabajos, a objeto de estudiar los temas nacionales pendientes; obtener nuevos diseños de evaluación que permitan observar la magnitud del gasto social y la asignación correcta de los recursos, y garantizar una focalización adecuada en su eficiencia, su eficacia y su efecto en los niveles regionales y locales.
Asimismo, se plantea que esta Comisión continúe en su trabajo para el seguimiento de las recomendaciones que surjan de la Cumbre Social y para la fiscalización de los programas de erradicación de la pobreza y la miseria que desarrollan los diferentes órganos públicos.
En cuanto a las proposiciones internacionales, coincidimos en la necesidad de que como fruto de la Cumbre, se apruebe una “Carta Social Mundial” que involucre a toda la comunidad internacional, en los próximos años, en la tarea de lograr un desarrollo sustentable capaz de superar las graves desigualdades sociales existentes en la actualidad.
Nos parece especialmente relevante la propuesta contenida en el informe de esta Comisión en cuanto a que resulta imperativo levantar las severas restricciones y barreras arancelarias con las que los países más desarrollados frenan exportaciones de las naciones en desarrollo, las que dejan de percibir a veces montos que duplican lo que reciben por concepto de ayuda.
Asimismo, hemos recomendado incrementar el intercambio de experiencias sobre políticas sociales con parlamentarios de América Latina, especialmente en el seno de la Comisión de deuda social del Parlatino, con el grupo interparlamentario de población y desarrollo auspiciado por Naciones Unidas, y en general, con legisladores de otras áreas donde predominan condiciones de extrema pobreza.
A nuestro juicio, la importancia de esta Cumbre radica en que coloca preferentemente en la agenda mundial el tema de la superación de la pobreza y compromete a países, gobiernos y pueblos a un esfuerzo mancomunado en esa dirección. El efecto que esto puede producir debería ser similar a la toma de conciencia universal que sobre el tema del medio ambiente provocó la realización de la Cumbre de la Tierra a partir de 1993, y de que ello suceda, a los parlamentarios nos corresponderá un papel importante.
Los Diputados democratacristianos nos congratulamos que hoy día todo el país asuma este problema como una tarea nacional prioritaria, porque no nos olvidamos que en el pasado el tema de la pobreza muchas veces fue considerado un hecho irreversible de una determinada realidad económica y social y que no mereció demasiada atención a la hora de diseñar las políticas del Estado.
Señor Presidente, en 1956 un economista de la época, don Jorge Ahumada, escribió “En vez de la miseria”, un libro que contenía la afirmación de que “los chilenos pueden, si quieren, eliminar la pobreza extrema en un plazo de 10 años”.
Dicha afirmación hoy día nos vuelve a interpelar a todos.
He dicho.
El señor MASFERRER.-
Señor Presidente, nuestro país tomó la iniciativa en el año 1991 para la realización de una Cumbre Mundial de Desarrollo Social a fin de que los países se aboquen al estudio y elaboración de políticas para combatir la extrema pobreza y los fenómenos de marginalidad y postración social que se asocian a ella en el mundo contemporáneo. Chile ha asumido con gran interés la realización de esta reunión. En ella nuestro principal aporte debe ser la transmisión de nuestra experiencia de los últimos 20 años. En ese contexto hay tres órdenes de ideas que la experiencia mundial, la nuestra en particular y la ciencia económica nos han enseñado que son las guías fundamentales para erradicar la extrema pobreza, estas son;
1.La riqueza de los países no está en sus recursos naturales, en la extensión de su territorio o en factores climático ambientales, sino que en las personas. Un modelo de desarrollo será más o menos exitoso en la medida que favorezca la expresión de la iniciativa y la capacidad creadora de los seres humanos. Los países de oriente han dado una lección al mundo en este sentido. En los últimos 40 años países como Corea, Japón, Taiwán, etc., que carecen de los más elementales recursos materiales se han levantado como potencias económicas mundiales con ingresos per cápita que bordean y, en algunos casos, superan largamente los quince mil dólares al año. Partiendo de una situación de casi total destrucción después de la Segunda Guerra Mundial han alcanzado niveles de desarrollo admirables en beneficio de todos sus habitantes.
2.La implementación de políticas económicas de libre mercado ha sido el único camino que ha llevado al desarrollo económico de los pueblos. Esa es la experiencia de Norteamérica, Europa Occidental y Asia. El crecimiento de la riqueza se consigue a través de la propiedad privada de los medios de producción, de mercados libres que asignan eficientemente los recursos, con políticas arancelarias que estimulen el comercio internacional y con Estados que asuman políticas monetarias serias, con reducción del gasto público y por ende de la burocracia que inevitablemente genera déficits que se cubren hipotecando y postergando el avance de los pueblos.
3.El mundo contemporáneo debe asumir que el desarrollo es una obligación moral de los países y de sus gobernantes. La ciencia y la experiencia nos ha demostrado sobradamente que superar la pobreza es un acto de voluntad y de coraje. Voluntad para impulsar las medidas necesarias y coraje para enfrentar los costos políticos y las incomprensiones que en muchos casos acarrean estas decisiones.
Recientemente el presidente de mi partido, don Jovino Novoa, ha sostenido que debe orientarse la actividad pública por el concepto de la “ética del desarrollo”, esto es, que alcanzar el desarrollo económico es una obligación moral, deber que nos imponen las actuales generaciones que viven en la marginalidad y las futuras a las que condenamos si cedemos a las presiones de los grupos organizados de intereses que presionan para obtener privilegios que retrasan a los más postergados, que no tienen voz, precisamente porque son los más pobres.
En la década de los 80 Chile dio un ejemplo en lo relativo a la focalización del gasto social, a través de la identificación de quienes son verdaderamente los pobres, cuáles son sus necesidades reales y cómo llegar directamente a cada uno de ellos con la mayor ayuda posible, principalmente para entregarles las herramientas que les permitan salir por sí mismos de la situación en que se encuentran.
Creemos que el afianzamiento de la idea clara de que el desarrollo es una obligación ética que no admite excusas es el mejor aporte que podemos entregar. La equidad sólo se puede alcanzar si se obtiene primero el crecimiento. El desarrollo es siempre sustentable por sí mismo y buscar en erróneos criterios de justicia social argumentos para frenar el crecimiento económico es cometer la inmoralidad de condenar a los más pobres a permanecer en la misma situación por una o más generaciones.
El señor SABAG.-
Señor Presidente, la Cumbre Mundial para el Desarrollo Social que se llevará a efecto en Copenhague, Dinamarca, en marzo del presente año, me parece un hito que merece la máxima atención de acuerdo con la realidad internacional de nuestro tiempo.
Además, considero todo un acierto pero a la vez una gran responsabilidad que esta iniciativa haya surgido de parte de nuestro país cuando el PresidenteAylwin intervino en 1990 en la ONU, y que la comunidad internacional ha recogido y ha hecho suya en razón de la urgente necesidad de definir nuevos criterios político-económicos de crecimiento para la humanidad reorientados bajo una concepción de desarrollo social, es decir, un desarrollo humano sostenible en que el crecimiento económico este centrado en la persona y sea sostenible de una generación a otra.
Esta nueva concepción encuentra asidero hoy en día, ya que es evidente que con el término de la llamada Guerra Fría, el mundo bipolar basado en antagonismos ideológicos está dando paso a nuevas realidades y a la configuración de un nuevo orden mundial; de allí la gran importancia que cobra entonces la realización de esta Cumbre Mundial para el Desarrollo Social.
En este nuevo escenario internacional que viene perfilándose desde fines de la década pasada podemos observar signos preocupantes que demuestran la necesidad de nuevas alternativas para garantizar la paz y la seguridad mundial.
Hoy en día están aflorando con mucha fuerza en diferentes regiones del planeta diferentes tipos de problemas sociales que generan inestabilidad política y que con el tiempo pueden atentar en contra de la conservación de los sistemas democráticos que actualmente son los mayoritarios a nivel mundial. Estos síntomas negativos que están cobrando cada vez mayor fuerza se observan en diferentes ámbitos, tales como desigualdades de ingreso y de oportunidades, incremento de la pobreza (aproximadamente un tercio del planeta), descrédito creciente de los grupos dirigentes en política, corrupción, mayor desempleo e intolerancia étnica y religiosa, entre otros.
Ante esta realidad y desde la perspectiva de tres temas vitales, es decir, integración social, reducción de los niveles de pobreza y aumentar el empleo productivo, la Cumbre indudablemente, y en ello concuerdo plenamente con el informe realizado por la Comisión Especial de esta Corporación, deberá propender a favorecer la cooperación internacional para el desarrollo social intercambiando experiencias entre países de modo que los gobiernos cuenten con un enfoque integrado de desarrollo, pero ciertamente sus políticas sociales deberán aplicarse de acuerdo con la realidad de cada cual, es decir, deberán ser selectivas y distintas.
Lo anterior es lo que se ha definido como un Plan de Acción que efectivamente sea capaz de proponer y comprometer a la comunidad internacional a estudiar una mejor distribución del ingreso mundial para que así la lucha contra la pobreza cobre una nueva dimensión, ya no meramente asistencial, sino como inversión económica, ya que será garantía de un nuevo orden para la paz mundial, los equilibrios macroeconómicos, estabilidad y modernización.
Señor Presidente, todas estas buenas intenciones para las cuales la Cumbre deberá buscar la forma de darle la mayor efectividad y compromiso por parte de la comunidad internacional, no pueden aparecer como una casualidad en cuanto a que haya sido nuestro país y no otro quien levantase la voz y planteara estos desafíos del mundo contemporáneo.
Lo cierto es que por la particular forma de crecimiento económico que ha experimentado nuestro país en las últimas 2 décadas y si bien hoy en día aparecemos como un país estable, confiable para la inversión extranjera con niveles macroeconómicos muy por el resto de Latinoamérica, el costo de ello ha sido un subdesarrollo social y que estos dos gobiernos democráticos han entendido que es un mandato político ejercer el crecimiento con equidad.
La llamada economía de la solidaridad postulada por la Concertación tiene que ver directamente con lo planteado por Chile en las Naciones Unidas. Nuestro país está hoy en día en una decidida lucha contra la pobreza. Prueba de ello es el reciente Programa Nacional para la Superación de la Pobreza, el cual en forma integral debería generar mayor estabilidad social, indispensable para un desarrollo humano sustentable; ello es lo que esperan los niños, los jóvenes, las mujeres jefas de hogar, los pensionados y ancianos en general de nuestro país. Por lo demás, también estamos empeñados en una lucha por mejorar la eficiencia en el gasto social, ya que en Latinoamérica somos el país con la tasa más alta de gasto de su ingreso per cápita, pero hasta la fecha aún no se ha logrado un enfoque óptimo. Sólo a modo de ejemplo y de acuerdo con cifras oficiales, en mi región del BioBío ha aumentado la pobreza urbana, y el dinamismo de su economía se ha resentido bajando levemente su aporte al PGB del país en relación con las demás regiones.
Finalmente, deseo expresar mi optimismo en que al comprometerse Chile con una iniciativa de tanta trascendencia internacional, deberemos realizar nuestro mayor esfuerzo para entregar el mejor aporte con base en nuestra experiencia de desarrollo y en la lucha contra la pobreza. En ello, me parece indispensable que exista un compromiso como país, no sólo del Gobierno o instituciones determinadas, sino que también se comprometa la sociedad civil, las ONG, las Iglesias, los sindicatos y las organizaciones de base.
Esta Cumbre es una esperanza para renovar las convicciones en que el avance de la tecnología, del pragmatismo frío e individualista no terminen por centrar a la persona humana en el crecimiento económico, sino que la economía se centre en la persona y que se entienda que el desarrollo económico debe ser también social.
He dicho.
INTERVENCIÓN
H. DiputadoDr. Salvador Urrutia Cárdenas Sesión 31a. Ordinaria 03.01.95
El señor URRUTIA (don Salvador).-
Señor Presidente, Honorable Cámara:
Antes que nada debo felicitar la completísima y motivadora exposición del Diputado informante, don Ignacio Balbontín, que me ha permitido conocer toda la complejidad del Tema de la Pobreza en Chile y en el mundo y todos los desafíos que presenta el Desarrollo Social.
La participación de Chile en la Cumbre Mundial, es un claro testimonio de la preocupación de los Gobiernos Democráticos que lo rigen y del sentir de toda la Comunidad Nacional que ve en el Desarrollo Social el camino real de modificar las profundas inequidades y diferencias que agobian vastos sectores de la sociedad humana tanto en nuestro entorno como en el resto del mundo:
Todos los países, cual más, cual menos, sufren el drama de la pobreza en sus distintas intensidades y es necesario, como lo ha dicho el señor Diputado informante, emprender acciones concertadas que frenen la polarización de la distribución del ingreso y el deterioro de las condiciones de vida de los sectores actualmente desfavorecidos.
Toda acción comienza por ser idea y voluntad de cambio, la que avanza en las mentes y espíritus de los hombres y los impulsa hacia las acciones concretas: El tomar conciencia de las causas y efectos de la pobreza es el primer paso para avanzar en su solución y en esta tarea de toma de conciencia y de activar acciones eficaces, es una importantísima medida el realizar esta Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social que permitirá unir voluntades y conocimientos y hacer conciencia colectiva sobre el problema de la Pobreza.
Prestigia a Chile el haber iniciado este evento y que el PresidenteAylwin haya lanzado la idea en la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Las propuestas que la Comisión Especial ha presentado en este informe iluminan las políticas sociales que deben sostener un avance sólido en la superación de la Pobreza y sus dañinos efectos en el cuerpo social, representando un importante aporte al temario y análisis que se llevará a cabo en la Cumbre Mundial.
He dicho.
INTERVENCIÓN DIPUTADO CARLOS VILCHES GUZMÁN.-
Día martes 03 de Enero de 1995.-
E1 señor VILCHES.-
Señor Presidente, el tema que nos interesa esta tarde, tiene relación con la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social. Entre los objetivos propuestos para esta gran reunión está mitigar y reducir la pobreza, fomentar la integración social y aumentar el empleo productivo.
Es un hecho que existen experiencias exitosas de países que han transitado desde el subdesarrollo al progreso y les han dado a sus pueblos niveles de vida aceptables y cada vez mejores. Los países del Asia y los Europeos de la postguerra son un ejemplo de ello.
En la fórmula que todos ellos han adoptado, siempre se encuentra la incorporación intensa y masiva de tecnología a sus procesos productivos y en torno a ella se ha fundamentado su desarrollo económico.
Este último tema, es al cual me voy a referir, considerando que una de las formas reales de combatir la pobreza, es con la generación del empleo. En todo análisis y estudio relacionado con la generación del empleo, siempre está presente la tecnología, mejor dicho el desarrollo tecnológico, y considero que los países en su lucha contra la pobreza, nunca avanzarán suficientemente, si no cuentan con los avances tecnológicos del mundo moderno.
En efecto, es sabido que los países más pobres carecen de tecnología, con lo que la apertura a nuevas áreas de trabajo son lentas y, década tras década, no logran satisfacer todas las demandas de empleo que sus pueblos van requiriendo. Por estas razones simples, pero de mucha importancia, es que estimo que una propuesta a esta cumbre social por parte de Chile, debe contener la solicitud para que las Organizaciones Internacionales realicen todos los esfuerzos para fomentar e introducir avances tecnológicos en los países más atrasados, de manera que se logre generación y desarrollo de nuevas áreas de trabajo y por ende la generación de más empleos.
Chile es un ejemplo de la aplicación de nuevas tecnologías, lo que le permitió desarrollar nuevas áreas de trabajo, que han generado miles de empleos vuelvo a insistir que es la manera más práctica de combatir la pobreza y como ejemplos puedo citar, en esta oportunidad, el desarrollo agrícola que ha tenido la Tercera Región, donde en el valle de Copiapó, se aplicó el riego por goteo, lo que permitió desarrollar 6.000 hectáreas de uvas de exportación.
De la misma forma, el desarrollo de cultivos marinos, en las costas del pacífico, ha generado la exportación de algas y otros productos del mar, que insisto son generadores de miles de empleos directos e indirectos. En la minería, ha permitido el tratamiento de minerales de baja ley de oro, que ha significado para Chile liderar el mercado mundial del oro.
Por lo anterior considero que resulta positivo que, en los énfasis de la Cumbre Mundial, se tenga la incorporación de la tecnología en los países subdesarrollados o en vías de desarrollo, como uno de los aspectos prioritarios.
Muchas veces la ayuda hacia los países subdesarrollados se concentra en créditos asistenciales orientados más a paliar temporalmente los problemas que a generar capacidad para sobreponerse a ellos. Esa ayuda que, además de degradante porque es una verdadera limosna internacional, no contribuye en nada al progreso de los países y peor aún, sólo aumenta su deuda con el mundo desarrollado. No hace a los pueblos más libres, sino que aún más dependientes.
Chile no necesita favores, sino que herramientas adecuadas para desplegar toda la potencialidad productiva que nos permitirá cruzar el umbral del desarrollo. Creo que dinero no es lo que necesitamos sino, insisto, tecnología, ya que ella, sumada al trabajo y responsabilidad de los chilenos, nos permitirán horizontes más amplios para nuestra gente.
He dicho.
El señor LATORRE (Vicepresidente).-
Por haberse cumplido con el objeto de la sesión, se levanta.
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