REP�BLICA DE CHILE DIARIO DE SESIONES DEL SENADO PUBLICACI�N OFICIAL LEGISLATURA 326�, ORDINARIA Sesi�n 10�, en martes 13 de julio de 1993 Ordinaria (De 16:23 a 19:48) PRESIDENCIA DE LOS SE�ORES GABRIEL VALD�S, PRESIDENTE, Y BELTR�N URENDA, VICEPRESIDENTE SECRETARIOS, EL TITULAR, SE�OR RAFAEL EYZAGUIRRE ECHEVERR�A, Y EL PROSECRETARIO, SE�OR JOS� LUIS LAGOS L�PEZ ____________________ � N D I C E Versi�n Taquigr�fica P�g. I. ASISTENCIA...................................................................................... II. APERTURA DE LA SESI�N.......................................................... III. TRAMITACI�N DE ACTAS........................................................... IV. CUENTA............................................................................................ Acuerdos de Comit�s V. ORDEN DEL D�A: Proyecto de ley, en segundo tr�mite, que establece normas sobre arrendamiento de viviendas con promesa de compraventa (se aprueba en general). VI. TIEMPO DE VOTACIONES: Incorporaci�n de nuevos preceptos en Comisiones Mixtas. Consulta a Comisi�n de Constituci�n. VII. INCIDENTES: Peticiones de oficios (se anuncian). F�tbol amateur en Chile. Oficios (observaciones del se�or Navarrete). Crisis de Arica y Parinacota e intercambio comercial con Taiw�n. Oficio (observaciones del se�or Lagos). Irregularidades en tramitaci�n de jubilaciones. Oficios (observaciones del se�or Lagos). Cr�tica situaci�n de miner�a (observaciones del se�or N��ez). Formaci�n de profesionales de la Salud. Oficio (observaciones del se�or Ruiz-Esquide) VERSI�N TAQUIGR�FICA I. ASISTENCIA Asistieron los se�ores: -Alessandri Besa, Arturo -Calder�n Ar�nguiz, Rolando -Cantuarias Larrondo, Eugenio -D�az S�nchez, Nicol�s -D�ez Urz�a, Sergio -Feli� Segovia, Olga -Fern�ndez Fern�ndez, Sergio -Frei Bol�var, Arturo -Frei Ruiz-Tagle, Carmen -Frei Ruiz-Tagle, Eduardo -Gazmuri Mujica, Jaime -Gonz�lez M�rquez, Carlos -Hormaz�bal S�nchez, Ricardo -Huerta Celis, Vicente Enrique -Jarpa Reyes, Sergio Onofre -Lagos Cosgrove, Julio -Larre Asenjo, Enrique -Lavandero Illanes, Jorge -Letelier Bobadilla, Carlos -Martin D�az, Ricardo -Mc-Intyre Mendoza, Ronald -Navarrete Betanzo, Ricardo -N��ez Mu�oz, Ricardo -Ortiz De Filippi, Hugo -Otero Lathrop, Miguel -Pacheco G�mez, M�ximo -P�ez Verdugo, Sergio -Palza Corvacho, Humberto -Papi Beyer, Mario -Prat Alemparte, Francisco -R�os Santander, Mario -Romero Pizarro, Sergio -Ruiz De Giorgio, Jos� -Ruiz-Esquide Jara, Mariano -Siebert Held, Bruno -Sinclair Oyaneder, Santiago -Soto Gonz�lez, Laura -Thayer Arteaga, William -Urenda Zegers, Beltr�n -Vald�s Subercaseaux, Gabriel -Vodanovic Schnake, Hern�n -Zald�var Larra�n, Andr�s Actu� de Secretario el se�or Rafael Eyzaguirre Echeverr�a, y de Prosecretario, el se�or Jos� Luis Lagos L�pez. II. APERTURA DE LA SESI�N --Se abri� la sesi�n a las 16:23, en presencia de 42 se�ores Senadores. El se�or VALD�S (Presidente).- En el nombre de Dios, se abre la sesi�n. III. TRAMITACI�N DE ACTAS El se�or VALD�S (Presidente).- Se da por aprobada el acta de la sesi�n 1a, de la actual Legislatura, en 1� de junio del a�o en curso, que no ha sido observada. El acta de la sesi�n 2a, ordinaria, en 2 de junio, se encuentra en Secretar�a, a disposici�n de los se�ores Senadores, hasta la sesi�n pr�xima, para su aprobaci�n. IV. CUENTA El se�or VALD�S (Presidente).- Se va a dar cuenta de los asuntos que han llegado a Secretar�a. El se�or LAGOS (Prosecretario).- Las siguientes son las comunicaciones recibidas: Mensajes Tres de Su Excelencia el Presidente de la Rep�blica: Con los dos primeros retira y hace presente nuevamente la urgencia, con car�cter de "simple", a los proyectos que se indican: 1.- Proyecto de acuerdo relativo al Tratado de Extradici�n y Asistencia Judicial en Materia Penal, suscrito entre la Rep�blica de Chile y el Reino de Espa�a el 14 de abril de 1992. 2.- Proyecto de ley sobre la plena integraci�n social de las personas con discapacidad. --Quedan retiradas las urgencias, se tienen presentes las nuevas calificaciones y se manda agregar los documentos a sus antecedentes. Con el tercero hace presente la urgencia, con car�cter de "simple", al proyecto de ley sobre Juntas de Vecinos y Organizaciones Comunitarias. --Se tiene presente la calificaci�n y se manda agregar el documento a sus antecedentes. Oficios De Su Excelencia el Presidente de la Rep�blica, con el que comunica que se ausentar� del territorio nacional entre los d�as 14 y 17 de julio del presente a�o, ambos inclusive, con la finalidad de asistir a la tercera Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno en la ciudad de Salvador, Brasil. Asimismo, informa que durante ese per�odo lo subrogar�, con el t�tulo de Vicepresidente de la Rep�blica, el se�or Ministro del Interior, don Enrique Krauss Rusque. --Se toma conocimiento. Dos de la Honorable C�mara de Diputados: Con el primero comunica que ha otorgado su aprobaci�n al proyecto de ley que sustituye las plantas de personal de las Subsecretar�as dependientes del Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones y de la Junta de Aeron�utica Civil. (Calificado de "simple urgencia") --Pasa a la Comisi�n de Transportes y Telecomunicaciones, y a la de Hacienda, en su caso. Con el segundo hace saber las modificaciones introducidas por el Senado al proyecto que modifica el art�culo 163 del C�digo Tributario. --Se toma conocimiento y se manda archivar. Del se�or Ministro de Econom�a, Fomento y Reconstrucci�n, con el que da respuesta a un oficio enviado en nombre del Senador se�or Cantuarias, relativo a la poblaci�n ind�gena existente en nuestro pa�s, desglosada por grupos �tnicos y regiones. Del se�or Ministro de Miner�a, con el que contesta un oficio enviado en nombre del Senador se�or N��ez, sobre dictaci�n de una ley que prorrogue el pago de las patentes mineras del presente a�o. Del se�or Secretario Regional Ministerial de Obras P�blicas de la Novena Regi�n, con el que responde a un oficio enviado en nombre del Senador se�or Navarrete, acerca del estado en que se encuentra el paso del puente sobre el r�o Llaima, Novena Regi�n. --Quedan a disposici�n de los se�ores Senadores. Informes De la Comisi�n de Constituci�n, Legislaci�n, Justicia y Reglamento, reca�do en el proyecto de ley, en primer tr�mite constitucional, que concede amnist�a a infractores de las normas sobre reclutamiento y movilizaci�n de las Fuerzas Armadas. Uno de la Comisi�n Especial de Asuntos Ind�genas y otro de la de Hacienda, reca�dos en el proyecto de ley, en segundo tr�mite constitucional, relativo a la protecci�n, fomento y desarrollo de los pueblos ind�genas. Un segundo informe de la Comisi�n de Trabajo y Previsi�n Social y otro de la de Hacienda, reca�dos en el proyecto de ley, en segundo tr�mite constitucional, que establece beneficios por gracia para personas exoneradas en per�odo que indica. (Calificado de "simple urgencia"). --Quedan para tabla. Solicitud Del se�or Luis Erasmo Arellano Rivera, con la que pide la rehabilitaci�n de su ciudadan�a. --Pasa a la Comisi�n de Derechos Humanos, Nacionalidad y Ciudadan�a. El se�or VALD�S (Presidente).- Terminada la Cuenta. ACUERDOS DE COMIT�S El se�or VALD�S (Presidente).- Los Comit�s han adoptado los siguientes acuerdos: 1.- Pedir nuevo informe a la Comisi�n de Relaciones Exteriores sobre el proyecto de acuerdo que figura en el n�mero 2 del Orden del D�a de hoy, que aprueba una Convenci�n adoptada por la UNESCO. Si le parece a la Sala, as� se proceder�. Acordado. 2.- Fijar plazo para formular indicaciones al proyecto sobre arrendamiento de viviendas con promesa de compraventa (figura en el n�mero 1 de la tabla de la presente sesi�n) hasta el d�a 5 de agosto, a las 12. 3.- Prorrogar el plazo para presentar indicaciones al proyecto que crea la Escuela Judicial hasta el 21 de julio, al mediod�a. 4.- Tratar, en la sesi�n ordinaria de ma�ana, los siguientes proyectos de ley: 1) el relativo a la protecci�n, fomento y desarrollo de los pueblos ind�genas; 2) el que establece beneficios por gracia para personas exoneradas en per�odo que indica; 3) el que fija la nueva planta de personal para la Direcci�n del Trabajo, y 4) el que perfecciona las normas referentes al delito de secuestro y sustracci�n de menores. Todos ellos fueron estudiados por las Comisiones del ramo y cuentan con los informes respectivos. V. ORDEN DEL D�A ARRENDAMIENTO DE VIVIENDAS CON PROMESA DE COMPRAVENTA El se�or VALD�S (Presidente).- Corresponde ocuparse, en primer lugar, en el proyecto de la Honorable C�mara de Diputados que establece normas sobre arrendamiento de viviendas con promesa de compraventa, con informes de las Comisiones de Vivienda y Urbanismo y de Hacienda. Debo hacer presente que los Comit�s acordaron solicitar a los se�ores miembros de dichas Comisiones una informaci�n detallada de la iniciativa, para el mejor conocimiento de los se�ores Senadores en esta instancia. --Los antecedentes sobre el proyecto figuran en Los Diarios de Sesiones que se indican: Proyecto de ley: En segundo tr�mite, sesi�n 27a, en 20 de enero de 1993. Informes de Comisi�n: Vivienda, sesi�n 9a, en 7 de julio de 1993. Hacienda, sesi�n 9a, en 7 de julio de 1993. El se�or EYZAGUIRRE (Secretario).- El proyecto, en segundo tr�mite constitucional, tuvo su origen en un mensaje de Su Excelencia el Presidente de la Rep�blica, y su art�culo 39 contiene normas de car�cter org�nico constitucional, por lo que, de acuerdo con el art�culo 63, inciso segundo, de la Constituci�n Pol�tica de la Rep�blica, debe ser aprobado por las cuatro s�ptimas partes de los Senadores en ejercicio, es decir, 26. En raz�n de lo anterior, y conforme lo precept�a el art�culo 74 de la Carta Fundamental, se consult� a la Corte Suprema, la que a�n no ha hecho llegar su informe. La Comisi�n de Vivienda y Urbanismo aprob� en general la iniciativa por unanimidad (se encontraban presentes al momento de la aprobaci�n la Senadora se�ora Frei y los Senadores se�ores Arturo Frei, R�os y Cooper), y en la discusi�n particular introdujo diversas enmiendas al texto de la C�mara de Diputados. Por su parte, la Comisi�n de Hacienda tambi�n aprob� en general el proyecto, y recomienda a la Sala acogerlo en particular en los mismos t�rminos en que lo hizo la de Vivienda y Urbanismo. El se�or VALD�S (Presidente).- En discusi�n general el proyecto. Ofrezco la palabra. Tiene la palabra el Honorable se�or Arturo Frei. El se�or FREI (don Arturo).- Se�or Presidente, el presente proyecto de ley, iniciado en mensaje de Su Excelencia el Presidente de la Rep�blica y aprobado en primer tr�mite en la C�mara de Diputados, plantea una nueva modalidad para la adquisici�n de viviendas, similar al sistema de leasing financiero, pero con ciertas particularidades necesarias para adaptarlo a nuestra idiosincrasia y al desarrollo de nuestro mercado de viviendas. Jur�dicamente, se trata de un sistema de arriendo de viviendas con promesa de compraventa. Fundamentos principales 1) Necesidad de ampliar el acceso a la vivienda, generando un sistema atractivo, especialmente para las familias m�s modestas de nuestro pa�s, que viven como arrendatarios y tienen nula o escasa capacidad de ahorro previo para comprar viviendas en el sistema actual. Resulta atractivo, adem�s, para los sectores de ingresos medios-bajos sin capacidad para ser sujetos de cr�dito hipotecario, por lo cual tampoco pueden acceder al actual sistema de subsidio habitacional. Y, por �ltimo, es atractivo tambi�n para las familias j�venes de sectores de menores ingresos, ya que no existe en la actualidad un mercado de arriendo adecuado para ellos. 2) Necesidad de perfeccionar y modernizar el mercado de financiamiento habitacional, o, en otros t�rminos, hacerlo m�s eficiente. Desde este punto de vista, el proyecto considera la necesidad de una mayor eficiencia social para solucionar r�pidamente el d�ficit habitacional, que, en cifras proporcionadas por el Ministerio del ramo, oscila entre 400 mil y 800 mil viviendas trat�ndose de la falta absoluta de ellas. Esta cantidad se eleva a un mill�n 200 mil si consideramos las viviendas con deficiencias susceptibles de reparar, Adicionalmente, la iniciativa se basa en la necesidad de una mayor eficiencia econ�mica, lo que persigue lograr, entre otras cosas, aprovechando al m�ximo las capacidades del sector privado, que, hasta ahora, no ha sido incentivado para participar con un rol protag�nico en el mercado de viviendas modestas. Principales elementos del proyecto 1) En relaci�n al ahorro de los beneficiarios, esta iniciativa legal, adem�s de permitir un acceso a la vivienda con un menor aporte inicial y de incorporar nuevos agentes a la actividad del fomento del ahorro para la vivienda, estimula el de los propios beneficiarios, lo que se verifica mediante el pago sistem�tico de un aporte mensual y de otros voluntarios. 2) En cuanto a los agentes que participan en la oferta de financiamiento, se aumenta la competencia con la incorporaci�n de nuevos agentes, tales como cajas de compensaci�n de asignaci�n familiar, y con la ampliaci�n del giro a otros agentes ya existentes, cual es el caso de las sociedades financieras. 3) Tocante al financiamiento del sistema, se abren nuevas opciones de captaci�n de recursos de inversionistas para el sector vivienda. 4) En lo relacionado con la recuperaci�n de recursos, habr� un mejoramiento de los sistemas de cobranza y resoluci�n de conflictos. As�, por ejemplo, se incorpora el descuento por planilla como sistema de pago. 5) Respecto del aporte del Estado, ser� posible aumentar el impacto de los recursos fiscales para subsidios, permitiendo que el pa�s pr�cticamente resuelva su problema habitacional en los pr�ximos 15 a�os. 6) En cuanto a la flexibilizaci�n del mercado de viviendas, una manifestaci�n importante de ella ser� que los contratos de arriendo con promesa de compraventa podr�n cederse, incluyendo el saldo de la cuenta individual. Esta cesi�n es mucho m�s expedita que el traspaso mediante compraventa de una vivienda con cr�dito hipotecario insoluto. 7) El proyecto en debate tambi�n provocar� un impacto favorable sobre el mercado de arriendos en t�rminos de establecer c�nones m�s razonables, especialmente en las regiones del pa�s en donde el d�ficit habitacional muchas veces lleva a fijar rentas extremadamente altas, constituyendo el contrato de arriendo una fuente de lucro que va m�s all� de todos los rangos permisibles en raz�n de la equidad. Contenidos del proyecto 1) La iniciativa tiene por objeto establecer el otorgamiento de un subsidio estatal que se entregar� peri�dicamente, cuya finalidad es ayudar al beneficiario a formar un ahorro suficiente para convertirlo, en un plazo razonable, en propietario de una vivienda, la que, seg�n el sistema, puede arrendar mientras tanto en condiciones de mercado. Por esa vivienda ha suscrito, conjuntamente, un contrato de promesa de compraventa. 2) El sistema tambi�n ser� aplicable para el arrendamiento con promesa de compraventa de viviendas de mayor valor que no gocen de subsidio habitacional. 3) El beneficiario del subsidio se obliga a un aporte mensual fijo en unidades de fomento, el que se determina al momento de ingresar al sistema. 4) El subsidio ser� pagado por el Estado en cuotas peri�dicas, en un plazo de hasta 20 a�os, y su valor actualizado ser� similar al que se otorga de una vez para la compra de una vivienda. 5) El mecanismo propuesto no pretende sustituir el sistema del subsidio habitacional existente, sino complementarlo. De esta forma, el beneficiario podr� elegir libremente entre dos opciones: la vigente y la que se crea mediante este proyecto de ley. 6) El monto total enterado mensualmente con el aporte personal comprometido, m�s el subsidio peri�dico, se depositar� en una cuenta de ahorro individual abierta, para este objeto exclusivo, en un banco, sociedad financiera o caja de compensaci�n de asignaci�n familiar, sin perjuicio de los dep�sitos voluntarios adicionales que el beneficiario estime del caso efectuar. 7) Con cargo a la cuenta se�alada, el banco o la instituci�n respectiva pagar� mensualmente la renta de arrendamiento pactada con el propietario de la vivienda, constituy�ndose el saldo y sus capitalizaciones en un fondo disponible para la compra de la vivienda. 8) Los propietarios celebrar�n contratos de arrendamiento con los beneficiarios del subsidio, quienes incluir�n una promesa de compraventa de la vivienda, la que se materializar� cuando el saldo de la cuenta individual sea igual al precio de compraventa pactado o al enterarse 20 a�os. Si al t�rmino de este plazo, por cualquier causa, no se hubiere completado el fondo necesario, la diferencia deber� enterarse en ese momento. 9) La renta de arrendamiento ser� fija y se expresar� en unidades de fomento. 10) La operaci�n del sistema considerar� regulaciones legales que incluir�n: descuentos por planilla del aporte del beneficiario, en caso de trabajadores dependientes; aplicaci�n de los fondos de la cuenta individual, en caso de mora en el aporte del beneficiario o da�os al inmueble; prohibici�n de girar de la cuenta individual para otra finalidad o de otorgar los fondos de garant�a; inembargabilidad de dichos fondos por otras causas, y procedimiento ejecutivo para poner t�rmino, en casos calificados, a los contratos de arrendamiento con promesa de compraventa. 11) Finalmente, el sistema contempla, adem�s, condiciones de flexibilidad que hagan posible la cesi�n de los derechos del beneficiario y tambi�n la ampliaci�n de las viviendas. Evaluaci�n del proyecto respecto del sistema vigente La iniciativa se ha dise�ado de tal manera que el aporte del Estado por vivienda para el funcionamiento del sistema propuesto deber� ser equivalente, en valores econ�micos, al que entrega actualmente para el subsidio unificado, aunque la forma de financiarlo ser� diferente. En consecuencia, el monto restante, de cargo del propio beneficiario, resulta ser aproximadamente equivalente en ambos casos. A su vez, las caracter�sticas sobre las cuales se estructurar�a el negocio de los inversionistas permiten estimar que el costo de los fondos de los capitales invertidos ser� similar al de colocaci�n de los instrumentos de cr�dito hipotecario utilizados en el sistema actual. No obstante, un sistema de subsidio diferido con pago peri�dico para la compraventa de viviendas presenta importantes ventajas que hacen aconsejable su puesta en marcha de manera complementaria al sistema vigente, tales como: -Permitir que se acelere el ritmo de construcci�n de viviendas de car�cter social, al requerirse un aporte inicial inferior por parte del Fisco, el cual ser� suplido por inversionistas privados; -Disminuir los riesgos para los inversionistas respecto a la soluci�n de venta a cr�dito, aumentando la factibilidad de concurrencia de los capitales privados al financiamiento de viviendas para los sectores de bajos ingresos; -Estimular el ahorro para vivienda de los propios beneficiarios, a trav�s del pago sistem�tico de un aporte mensual y otros aportes voluntarios. Esto es posible, porque las familias pobres gozar�n simult�neamente de los servicios que les proporciona la vivienda, sin lo cual un porcentaje significativo de esos grupos familiares no estar� en condiciones de hacer el ahorro previo o no tendr� la disciplina para realizarlo; -Permitir el acceso a la vivienda con un menor ahorro inicial y postular a los subsidios habitacionales a familias cuyos ingresos provienen de trabajos independientes o de peque�os negocios que son discriminados en el sistema vigente. Esas familias, al tener problemas de acreditaci�n de renta, no son sujetos de cr�dito. Cabe destacar que estos grupos representan una proporci�n significativa de los sectores de menores ingresos; -Otorgar mayor flexibilidad para que las partes acuerden ampliaciones futuras de la vivienda, lo que introducir� en forma realista y eficiente el concepto de vivienda progresiva, la cual aparece como econ�mica y socialmente rentable para las parejas m�s j�venes; Y, finalmente, proporcionar un mecanismo m�s apto para la aplicaci�n del subsidio habitacional, a trav�s de grupos organizados en cooperativas, aprovechando mejor la experiencia y capacidad de gesti�n de este importante sector. Conclusi�n Por ello, se�or Presidente, solicito al Senado que tenga a bien aprobar la presente iniciativa legal, sancionada favorablemente, por unanimidad, en la Comisi�n de Vivienda y Urbanismo, contribuyendo de esta forma a generar una nueva alternativa de acceso a la vivienda en beneficio directo de numerosas familias chilenas. Al mismo tiempo, estaremos dando un paso significativo en la tarea de modernizar nuestra legislaci�n, incorporando instituciones novedosas que han probado en otras �reas todas sus bondades. En definitiva, se trata de avanzar con eficiencia y con profundo sentido de respeto y apoyo a la familia como unidad b�sica de nuestra sociedad, para lo cual abordamos con imaginaci�n e inteligencia el flagelo del d�ficit habitacional, situaci�n que ad portas del siglo XXI sigue afectando a muchos de nuestros compatriotas. He dicho. El se�or LAVANDERO.- Pido la palabra, se�or Presidente. El se�or VALD�S (Presidente).- La hab�a pedido antes el Honorable se�or R�os. El se�or LAVANDERO.- Se�or Presidente, yo tambi�n hab�a solicitado intervenir con anterioridad. El se�or VALD�S (Presidente).- Los Comit�s acordaron que las exposiciones versaran sobre el proyecto en general, esto es, sobre la naturaleza de la iniciativa, y que despu�s, respecto de los costos, se informara en particular. El se�or LAVANDERO.- Se�or Presidente, mi intenci�n era referirme al proyecto en general, porque no lo tratamos en particular. La Comisi�n de Hacienda aprob� la idea de legislar en el entendido de que, para su despacho m�s r�pido, luego volver�a para su discusi�n en particular a nuestra Comisi�n y, por supuesto, en su caso, a la respectiva Comisi�n t�cnica. Por otro lado, no tengo ning�n inconveniente en que el Honorable se�or R�os -que tambi�n es Presidente de una Comisi�n- exponga el informe de la de Vivienda y Urbanismo. El se�or VALD�S (Presidente).- Se�or Senador, solamente doy cuenta de un acuerdo de Comit�s. Tiene la palabra el Senador se�or R�os. El se�or R�OS.- Se�or Presidente, quiero iniciar mi intervenci�n excusando al se�or Ministro de Vivienda y Urbanismo, pues, debido a problemas que enfrenta su Cartera, no ha podido estar presente en la discusi�n general del proyecto. Como se�al� el Senador se�or Arturo Frei, la iniciativa en debate es de enorme trascendencia para el desarrollo social y econ�mico de Chile, por los aspectos relevantes ya indicados por �l, entre ellos, los tocantes al manejo financiero, referentes a la incorporaci�n de los �xitos desarrollados por el sector privado en el �mbito social, con mucha amplitud y fuerza. Junto a los problemas de educaci�n y de salud, sin lugar a dudas, el de vivienda tambi�n ocupa un papel muy preponderante. Hay algunos aspectos importantes que deben ser establecidos previamente, a fin de entender por qu� motivo se inicia este proyecto de ley. Por ejemplo, �cu�les son los antecedentes b�sicos que se tuvieron presentes? Ellos fueron los financieros, los sociales, la realidad que existe en nuestro pa�s en materia de vivienda. �Y cu�les son las proyecciones? Algunas de ellas han sido entregadas por el Honorable se�or Arturo Frei. De partida, en estudios realizados por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo la familia chilena actualmente deber�a esperar 11 a�os, como promedio, para acceder a la vivienda propia. Dicha probabilidad se da en todos los grupos sociales, porque, si bien es cierto que en los sectores m�s modestos existen mayores dificultades econ�micas para obtener una vivienda que en los sectores de ingresos elevados, tambi�n lo es que los programas del o de los gobiernos han estado dirigidos b�sicamente a aqu�llos. As� es que, por tal motivo, el promedio de 11 a�os es igual para todos los sectores. La familia de un sector de m�s altos ingresos, para obtener una vivienda de mayor cantidad de metros cuadrados y de mejor calidad, tambi�n debe arrendar durante a�os con el objeto de acceder finalmente a la vivienda deseada. Se�or Presidente, todo esto significa que, en definitiva, el valor de la vivienda en Chile no es solamente el precio de la casa, pues hay que agregar necesariamente los 11 a�os de arriendo que fue necesario enfrentar para acceder finalmente a la vivienda propia. Por tal motivo, una familia que arrienda durante ese lapso, para posteriormente adquirir la suya, porque su objetivo fundamental es �se, debe a�adir al valor de la vivienda adquirida un porcentaje importante del valor pagado por los alquileres. �stos var�an seg�n la ubicaci�n de la propiedad. Dar� un ejemplo real. En la actualidad el arriendo medio de una vivienda de las m�s baratas -pensemos en la de car�cter social, que tiene una superficie de 36 metros cuadrados y un precio de 200 unidades de fomento- es de 18 mil pesos, esto es, de 1,8 unidades de fomento, aproximadamente. Si una persona quiere adquirirla, debe reunir cierto ahorro previo, postular al subsidio habitacional y, de obtenerlo, seguir cancelando las cuotas estipuladas, hasta completar el valor total de la propiedad. Ahora bien, dentro del sistema que el Gobierno ha propuesto, ese mismo arriendo asciende a 7 mil 330 pesos mensuales -incluida la amortizaci�n-, esto es, a 0,73 unidad de fomento. �Por qu� motivo? Porque se recibe un subsidio del orden de las 140 unidades de fomento, de modo que el beneficiario s�lo debe cancelar 60 unidades de fomento. Y se ha estimado, de acuerdo con todos los estudios hechos, que ello importa un costo de alrededor de 8 por ciento anual, que se desglosa en 6 por ciento correspondiente al inter�s de los cr�ditos de largo plazo y en 2 por ciento para administraci�n, lo que explicar� m�s adelante. En consecuencia, quien accede al sistema de arriendo con promesa de compraventa debe pagar, en un principio, 8 por ciento de lo que ha costado la vivienda de que se trata -descontado ya el subsidio-, m�s la amortizaci�n de 60 unidades de fomento. �Qu� significa esto, en t�rminos concretos? Un arriendo de 4 mil pesos y una amortizaci�n de 3 mil 330 pesos mensuales durante 15 a�os. Por tanto, mientras m�s modesta sea la propiedad, m�s f�cil y atractivo ser� el acceso a ella. Veamos ahora el caso de una vivienda avaluada en mil unidades de fomento -es decir, en aproximadamente 10 millones de pesos-, que es muy t�pica de la clase media chilena. Conforme a los datos entregados por corredores de propiedades y por el Ministerio, el arriendo respectivo asciende a una cifra cercana a las 10 unidades de fomento; o sea, a 100 mil pesos. Reunidos todos los antecedentes, concluimos que la cantidad se�alada por la autoridad es la precisa. De manera que el arrendatario est� aqu� pagando, en el a�o, 12 por ciento del valor de la casa. En el sistema propuesto, el interesado podr� solicitar el arriendo de esa vivienda y percibir un subsidio -para mejor entender el ejemplo, lo hemos fijado en 100 unidades de fomento-, lo que se traducir� en la cancelaci�n, no de las 10 unidades de fomento mencionadas, sino de 11,66 unidades de fomento, pero en el inicio del proceso. Esta cifra, con las amortizaciones -y es algo que puede establecerse en el contrato-, posteriormente ir� bajando. No ocurre lo mismo con viviendas cuyo valor supere las 3 mil unidades de fomento. Si se analiza el mercado actual, se advierte que los arriendos en este nivel se adecuan a los intereses financieros del momento, pues los arrendatarios pagan, en el peor de los casos, 10 por ciento anual del capital invertido en la construcci�n, y, las m�s de las veces, s�lo 8 por ciento. Por consiguiente, si bien es cierto que el proyecto facilita el proceso de adquisici�n de viviendas en general, no cabe duda de que sus mayores beneficiarios son los sectores medio, medio bajo y bajo, porque la diferencia que se produce con relaci�n al mercado actual es, naturalmente, muy atractiva. Por otro lado, tal como se�al� el Senador se�or Arturo Frei, se discute mucho cu�ntas son las viviendas que el pa�s requiere. Hay antecedentes que abonan una cifra de 400 mil, y otros, una de 800 mil. De acuerdo con diversas estimaciones, los allegados suman entre 400 mil y 800 mil. De manera que �stas son las dos cifras m�gicas que han de determinar el movimiento de todo el sistema hacia el futuro. Se ha sostenido que los allegados viven al margen de toda forma de pago en materia de vivienda, lo cual no es efectivo. El m�s modesto de ellos est� cancelando de alg�n modo, y aunque sea indirectamente, una parte del costo de habitar en una casa determinada. Desde luego, la generalidad de las personas paga un arriendo, que, a veces, es considerable. En lo personal, he conocido a muchos presidentes de comit�s de allegados que, no obstante la representaci�n que invisten, son arrendatarios: tienen un contrato de arrendamiento, cancelan sus mensualidades, etc�tera. Se trata, pues, de allegados entre comillas, porque no lo son respecto de una familia, a diferencia del concepto que se aplica en lo relativo a esta condici�n. Lo anterior significa que al enfrentar el tema de la vivienda de la manera propuesta en el proyecto no nos estamos inmiscuyendo en problemas sociales inexistentes. Porque, a nuestro juicio, todas las personas que habitan una vivienda efect�an, directa o indirectamente, un aporte al due�o: le preparan la comida o le pagan la luz, el agua, en fin. Siempre hay una f�rmula que permite convivir -me refiero a los allegados puros, que no son arrendatarios- en un hogar determinado. Vale la pena se�alar que, de acuerdo con el �ltimo censo, de 1992, el n�mero de habitantes por vivienda en Chile es de 4,14, promedio que, desde el punto de vista del desarrollo econ�mico, es bueno, y, quiz�, �ptimo. Pero a�n no se ha precisado la cifra de las casas de veraneo -a lo mejor, ello podr�a hacerse en lo futuro, aunque demandar�a un trabajo muy profundo y largo-, en circunstancias de que es posible que una familia tenga dos propiedades: aquella en que vive habitualmente y aquella en que pasa sus vacaciones. Normalmente, la mayor parte de estas �ltimas se sit�a en las zonas de balnearios, y, muy especialmente, en la Quinta Regi�n. Pero, �qu� ocurre en las Regiones que no tienen balneario, como la Octava, por ejemplo? Ella representa 14 por ciento de la poblaci�n del pa�s y cuenta con una vivienda por cada 4,16 habitantes -es decir, su promedio es muy cercano al nacional-, e incluso, esa cifra baja a 3,8 y 3,6 en el caso de algunas ciudades de zonas agr�colas. En consecuencia, la relaci�n casa-n�mero de habitantes es relativamente adecuada. Si realmente existieran 800 mil allegados, querr�a decir, estimando en cinco el n�mero de integrantes de cada n�cleo familiar, que estar�amos hablando de un total de 4 millones de personas, situaci�n que no se da. De modo que la realidad social a la que nos estamos acercando hace atractivo, evidentemente, el tipo de soluci�n que ofrece la iniciativa en comento. Creo conveniente insistir en algo que ya he explicado. Los sectores socioecon�micos bajos est�n pagando, en la pr�ctica, un inter�s de 25 por ciento -o m�s- del valor de las casas, lo cual provoca distorsiones que dificultan todo el proceso de entrega de viviendas. Otro elemento importante de tener presente es la caracter�stica de la vida laboral del chileno. Se ha constatado -y esto lo vivimos todos en nuestras respectivas Regiones- que existe una alta migraci�n, siendo frecuente que una persona obtenga su vivienda en determinada ciudad y transcurridos 3 � 4 a�os deba trasladarse a otra, en la que se vea obligado a enfrentar, tambi�n, un arriendo. Pues bien, la ley en proyecto resuelve ese problema, por cuanto permite a quien ha alcanzado cierto porcentaje en el sistema de arrendamiento con promesa de venta, o leasing -palabra que no me gusta utilizar, porque no refleja exactamente el esquema que se propone-, trasladarlo a la segunda casa, que puede ser la definitiva. El texto en estudio se refiere, adem�s, a la vivienda usada y resuelve lo relacionado con su venta. Y ello es muy importante, si se considera la vigencia de la ley -nos hemos enterado, en conversaciones con el se�or Ministro, de que nadie la ha utilizado- que subsidia la reparaci�n de inmuebles ubicados en los sectores c�ntricos de las ciudades. Por lo tanto, se abre una posibilidad muy atrayente. En seguida, la iniciativa aborda los problemas derivados de los juicios por deudas hipotecarias. Todos sabemos que, en muchos casos, no obstante originarse en Regiones las situaciones de esa �ndole, han sido tratadas finalmente en Santiago, lo cual ha acarreado al pobre deudor -�se es el adjetivo exacto- dram�ticas dificultades, por hallarse a distancia, para resolverlas y obtener justicia. Ante esa realidad, se establecen �rbitros arbitradores que estar�n radicados en las distintas provincias. Se trata de abogados id�neos que se inscribir�n en registros especiales que abrir� el Ministerio, a lo largo del pa�s. Ahondando un poco en las explicaciones del se�or Senador que me precedi� en el uso de la palabra, tratar� de graficar las caracter�sticas del proyecto en debate. Su T�tulo I se refiere a las cuentas individuales de ahorro, que constituyen el inicio del proceso. Entre los administradores de ellas la Comisi�n decidi� incluir a las cajas de compensaci�n -organismos tal vez no tan conocidos por los chilenos, aunque s� por los trabajadores, sector en el que cuentan con alrededor de 2 millones de afiliados-, que presentan una riqu�sima estructura en todo el pa�s y han dado muestras de un excelente manejo en los planes sociales que han llevado adelante. Estas entidades otorgan cr�ditos de bajo monto -que, en conjunto, alcanzaron cifras cercanas a los 160 millones de d�lares el a�o reci�n pasado-, y sus sistemas de administraci�n son muy eficientes, prestando servicios, incluso, a algunas AFP. A juicio de la Comisi�n de Vivienda, exhiben numerosas cualidades que justifican su incorporaci�n dentro del proceso que nos ocupa. Cabe insistir en que las cajas de compensaci�n disponen de oficinas en lugares donde no existen organismos financieros. Esto es muy importante, porque, usualmente, las personas modestas que se proponen ahorrar destinan a ese fin una cantidad no superior a los 5 mil o los 10 mil pesos mensuales, y, si viven, por ejemplo, a 150 kil�metros de la oficina financiera m�s pr�xima -tal es el caso de m�s de 100 comunas-, deben gastar 2 mil pesos en ir a hacer el dep�sito. Es decir, casi 50 por ciento de lo que van a ahorrar lo emplean en transporte. Por tal motivo, las Cajas de Compensaci�n -y as� lo hemos conversado en la Comisi�n de Vivienda- deben, en alguna forma, asumir el compromiso de mantener una estructura administrativa en todas las comunas de Chile, a fin de resolver ese problema que enfrenta el peque�o ahorro, que es relevante y mayoritario en nuestro pa�s. El proyecto plantea la constituci�n de sociedades inmobiliarias cuyo objetivo fundamental es establecer -por as� decirlo- el negocio. Explicar�, a trav�s de un ejemplo concreto, c�mo se inicia todo el proceso. Si una de esas entidades observa que en un lugar determinado hay cien personas con posibilidades de acceder al sistema, las que pueden pagar mil unidades de fomento -por mencionar un caso t�pico-, emite bonos por cien mil unidades de fomento y los vende en el mercado financiero. Con esos recursos construye cien viviendas, que administra durante todo el per�odo de arrendamiento, y por esto percibir� un ingreso que debe ser del orden de 2 por ciento. La cuenta de ahorro le cancelar� mensualmente el valor de la renta y las partidas de amortizaci�n estipulados en el contrato. Ahora, al respecto se consagra un sistema que se ha aplicado en diversos �mbitos: si el titular de la cuenta fuere un trabajador dependiente, los aportes podr�n ser descontados por planilla por el empleador -del mismo modo que lo dispone el art�culo 19 del decreto ley N� 3.500 para las administradoras de fondos de pensiones-, en la forma que libremente ambos convengan. Ello permite, en definitiva, un cumplimiento an�logo al que hoy se observa, en general, en los compromisos de car�cter previsional. Por consiguiente, a la cuenta individual se incorporar�n dos tipos de recursos, en el caso de las viviendas cuyo valor sea de 2 mil unidades de fomento hacia abajo: primero, los aportes establecidos voluntariamente, y segundo, el subsidio otorgado por el Estado, que se entregar� cada tres o cuatro meses. Esto �ltimo es un problema m�s bien de reglamento. Y la suma total llevar� a cancelar la vivienda en un per�odo hasta de 20 a�os, lo que resolver� una situaci�n tan latente en todos aquellos que aspiran a ser propietarios. Este sistema, que ha sido popularizado como leasing habitacional, viene a determinar una nueva modalidad para la adquisici�n de viviendas. Su esquema es relativamente an�logo al leasing financiero, con ciertas particularidades en su dise�o, que tiene en cuenta la idiosincrasia, las caracter�sticas propias de los chilenos, y el desarrollo del mercado local. Desde el punto de vista jur�dico, materializar� el arriendo de viviendas con promesa de compraventa. Un aspecto esencial es ampliar la accesibilidad a la vivienda. Si observamos la alternativa de desarrollar el sistema para enfrentar -tal como recordaba el Senador se�or Arturo Frei- la soluci�n del problema en los pr�ximos 15 a�os, y si conocemos, tambi�n, cu�l va a ser el grado de compromiso financiero del pa�s en ese mismo per�odo, concluimos que deberemos tener presentes algunos puntos fundamentales. En efecto, es preciso aspirar a un crecimiento econ�mico anual del pa�s de 5 por ciento, a un aumento del gasto p�blico de 4 por ciento anual -no m�s- y a llegar a conceder 40 mil subsidios anuales. Ello permitir�a la construcci�n, en ese lapso, de al menos 600 mil viviendas, lo que constituye un promedio entre las 400 mil y 800 mil a que nos hemos referido. Si se dan dichas circunstancias, deber�amos considerar obligadamente -conforme a las caracter�sticas econ�micas que he se�alado- el compromiso, durante el per�odo aludido, de una cifra del orden de 0,3 por ciento del producto geogr�fico bruto y de alrededor de 18,9 por ciento del presupuesto del Ministerio de Vivienda. Son dos porcentajes muy significativos, por cuanto el proyecto, efectivamente, implica una destinaci�n de recursos del Estado para los a�os venideros. Y si pretendemos resolver el problema de la vivienda en 15 a�os y entregar 40 mil subsidios anuales, es obvio que al cabo de dicho lapso el Estado, de no mediar una cancelaci�n previa, se habr�a obligado a pagar 600 mil subsidios. Se trata de una suma bastante grande, pero susceptible de ser mantenida en el tiempo, si administramos bien el pa�s, lo que esperamos que ocurra. Entre los sectores de ingresos medios bajos existen muchas familias cuyo desempe�o laboral independiente les dificulta enormemente ser sujetos de cr�dito hipotecario, situaci�n que resuelve tambi�n el proyecto. Este sistema, adem�s, ser� especialmente atractivo y �til para las familias de clase media que viven en calidad de arrendatarias y que tienen problemas para formar, simult�neamente, un ahorro previo a fin de comprar una vivienda de acuerdo con las condiciones actuales. �Qu� ocurre hoy con el ahorro previo? Este generalmente se inicia en momentos dif�ciles que nunca faltan en la familia: la etapa inicial del matrimonio, la del crecimiento y educaci�n de los hijos, la del ingreso de �stos a la universidad, etc�tera. Hay muchos gastos que deben efectuarse por estos conceptos, en circunstancias de que el ahorro previo alcanza a 25 por ciento, como m�nimo, del valor de la vivienda a la cual se aspira. La persona que debe cancelar colegios, universidades, arriendo, en fin, enfrentar un per�odo de mayor desembolso, pr�cticamente carece de la posibilidad de reunir, en forma simult�nea, el ahorro previo. Y los bancos y las instituciones financieras, para resolver este problema, crean l�neas especiales de cr�dito, lo que permite al interesado obtener un pr�stamo por la parte que le falta -es decir, si ha juntado s�lo 10 por ciento, le facilitan 15 por ciento-, aunque queda endeudado durante mucho tiempo, tanto con la entidad acreedora como con la empresa que le vende la propiedad. Lo anterior va postergando la alternativa de lograr tranquilidad respecto de las obligaciones financieras que se contraen. En suma, creo que realmente estamos frente a uno de los proyectos m�s importantes para nuestra legislaci�n, por cuanto introduce un nuevo camino en la soluci�n de los problemas de la vivienda en el pa�s y, a su vez, incorpora los recursos privados, como igualmente sus excelencias administrativas, en el campo social. La iniciativa, a nuestro juicio, armoniza tambi�n perfectamente el inter�s privado por participar, y hemos comprometido nuestro apoyo para que el reglamento pueda salvar situaciones que son, de pronto, muy delicadas. Me refiero a que en los �ltimos a�os hemos observado que en el sistema financiero, con relaci�n a cr�ditos hipotecarios que se entregaron hace mucho tiempo -hay algunos de m�s de 24 � 25 a�os-, ha colapsado un ordenamiento natural y adecuado para que las personas cancelen, lo que para mucha gente se ha traducido en la p�rdida de sus viviendas. Esto, indudablemente, debe revisarse. Y es preciso considerar en el reglamento dos elementos fundamentales: primero, que exista tranquilidad en la inversi�n privada, que puede ser nacional o internacional, y segundo, que haya ciertas seguridades para quienes participan en el sistema, en el sentido de que una vez enfrentados a un problema econ�mico ajeno a ellos -que es factible que sea del propio pa�s- operen mecanismos apropiados para resolverlo, de manera que no pierdan la totalidad de sus ahorros. Por este motivo, hemos comprometido -y lo se�alo, tambi�n, en nombre del se�or Ministro de Vivienda y Urbanismo- algunas indicaciones, que seguramente van a ser vistas por la Comisi�n de Hacienda, las que persiguen el prop�sito de dar tranquilidad tanto a inversionistas como a quienes contractualmente asuman el compromiso de pagar arriendo y amortizar la vivienda a la que acceder�n. Por �ltimo, en la Comisi�n esperamos una pronta puesta en marcha de la ley en proyecto, pues, de partida, para este segundo semestre de 1993 el Gobierno ha dispuesto 5 mil subsidios, los que se incrementar�n en los pr�ximos a�os. Y si el pa�s se encuentra -como usted, se�or Presidente, lo record� hoy en su discurso ante el Primer Mandatario de Portugal- en una situaci�n de baja cesant�a, de crecimiento econ�mico estable, de buen desarrollo de las inversiones, y existen recursos disponibles, tanto internos como externos, para invertir a largo plazo, pensamos que el sector podr�a recibir en 1994 una inyecci�n cercana a mil millones de d�lares, lo que significar�a el cumplimiento del objetivo de construir, paralelamente a los programas tradicionales, 40 mil viviendas m�s, cada a�o. He dicho. El se�or VALD�S (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Lavandero. El se�or LAVANDERO.- Se�or Presidente, las completas exposiciones tanto del Senador se�or Arturo Frei como del Honorable se�or R�os, Presidente de la Comisi�n de Vivienda y Urbanismo, me ahorran el tener que entregar antecedentes muy espec�ficos sobre la materia. Sin embargo, quiero se�alar algunos de aquellos que la Comisi�n de Hacienda tuvo en cuenta para aprobar por unanimidad este proyecto, relativo al denominado "leasing habitacional", aun cuando en realidad se trata del arrendamiento de viviendas con promesa de compraventa. La iniciativa tiene como prop�sito b�sico el generar un canal adicional para aumentar la inversi�n en vivienda social, especialmente con recursos privados. Como segundo elemento, permite ampliar el acceso a la vivienda, al incorporar en el sector habitacional el contrato que nos ocupa. En tercer lugar, est� dirigida a un sector de la poblaci�n que se identifica como arrendatario, el cual enfrenta dificultad para ahorrar y, a la vez, para conseguir un cr�dito hipotecario, por las razones que hizo presentes el Honorable se�or R�os, en el entendido de que a una persona con familia le es dif�cil reunir el 25 por ciento que le exige el banco como ahorro previo para prestarle el 75 por ciento del valor de la vivienda. Por �ltimo, este proyecto es un poderoso instrumento para el desarrollo urbano, con el cual se puede dirigir la construcci�n de la vivienda, espec�ficamente a los sectores c�ntricos de las grandes ciudades, como es el caso, por supuesto, de Santiago. Adem�s, se plantea la ventaja conexa de que con el sistema en estudio cabr�a rebajar y regular los altos arriendos -de hasta 200 mil pesos mensuales- que deben pagarse en algunas de las principales ciudades del pa�s, como Concepci�n, Temuco y Antofagasta, en las cuales, del mismo modo que en la Capital, se sufre escasez de viviendas. Otra ventaja importante radica en la posibilidad de que el aporte y los dep�sitos voluntarios de los trabajadores dependientes sean descontados por planilla -ciertamente, en forma voluntaria y convenida- por el empleador, de acuerdo con las normas se�aladas en el art�culo 19 del decreto ley N� 3.500, de 1980. Los descuentos en ning�n caso podr�n exceder el 30 por ciento de la remuneraci�n total. Mediante la iniciativa en debate, en alrededor de 15 a�os se podr�a dejar atr�s definitivamente el problema del d�ficit habitacional en Chile. Los 40 mil subsidios permitir�an ampliar en 40 mil las 100 mil a 105 mil viviendas que se construyen cada a�o. De este modo, en 15 a�os cerca de 600 mil personas tendr�an acceso a una nueva habitaci�n. Ahora, para procurar que esta iniciativa sea equilibrada y, por ende, permitir el acceso a la vivienda a quienes opten por el nuevo sistema, se ha estimado un crecimiento de la econom�a de alrededor de 5 por ciento anual, lo que es compatible con las proyecciones que los distintos analistas econ�micos han hecho a ese respecto. Ello obligar�a al Estado a comprometer en subsidios fiscales, 0,26 por ciento del producto geogr�fico bruto, lo cual significar�a no involucrar m�s de uno por ciento de todo el gasto fiscal anual. En opini�n de la Comisi�n de Hacienda, la iniciativa en debate es altamente conveniente, pues incrementar� el desarrollo habitacional del pa�s. Por ello, un�nimemente resolvi� aprobarla en general, en el entendido de que durante la discusi�n particular adicionar�, para mayor comprensi�n de quienes deseen optar a una vivienda mediante el nuevo sistema, elementos que en su oportunidad no se tuvieron en vista. Para tener claridad en cuanto a la operatoria del leasing habitacional, ser�a preciso examinar tres ejemplos, remitidos a personas que ganan 150 mil, 200 mil y 300 mil pesos mensuales, determinar la incidencia que habr�a en el sueldo y el costo de la vivienda en una compra a 15 � 20 a�os. Sin embargo, �ste no es un elemento de importancia dentro del proyecto. Su inter�s m�s bien radica en que cada persona pueda visualizar el costo y elegir entre el cr�dito hipotecario y el leasing habitacional o arrendamiento con promesa de compraventa. La iniciativa en discusi�n ha despertado grandes expectativas, especialmente en los sectores medios, respecto de los cuales no ha existido una definici�n clara en materia de acceso a la vivienda propia. Con este nuevo instrumento, un vasto sector de la clase media -particularmente de profesionales- aumentar� sus posibilidades a ese respecto. Es cuanto puedo informar, se�or Presidente, en nombre de la Comisi�n de Hacienda. El se�or GAZMURI.- Pido la palabra. El se�or VALD�S (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Zald�var. El se�or CANTUARIAS.- �Me inscribi�, se�or Presidente? El se�or VALD�S.- (Presidente).- S�, se�or Senador. El se�or ZALD�VAR.- Se�or Presidente, no deseo repetir muchas de las afirmaciones hechas por los se�ores Senadores que me precedieron en el uso de la palabra. Pero no puedo guardar silencio frente a un proyecto de esta naturaleza. Como muy bien dec�a el Honorable se�or R�os, �sta es quiz� una de las iniciativas de mayor trascendencia que aprobaremos en la actual legislatura. Ella es equivalente al proyecto sobre establecimiento de empresas individuales de responsabilidad limitada, que analizamos la semana reci�n pasada. Nuevamente el Senado entra a abocarse a una iniciativa de ley que puede marcar un hito hist�rico en lo referente a las pol�ticas de vivienda en nuestro pa�s. Bien podr�amos asemejar la legislaci�n en proyecto con la llamada "Ley Pereira"; o con la normativa del DFL N� 2; o, principalmente, con el sistema de financiamiento habitacional llamado "de ahorro y pr�stamo", que en menos de 10 a�os -en la d�cada 1950-1960- posibilit� que accedieran a la casa propia m�s de 120 mil familias chilenas de sectores medios impedidos de hacerlo, sea porque no les era factible optar a la vivienda social que entregaba la CORVI, sea porque carec�an de recursos propios que les permitieran obtener los cr�ditos hipotecarios concedidos por los bancos y servir las deudas pertinentes. El proyecto en debate ha tenido una larga maduraci�n. Seg�n entiendo, las primeras discusiones se desarrollaron en la C�mara Chilena de la Construcci�n, donde participaron profesionales muy destacados, no desde la perspectiva de una normativa que pudiera cubrir a determinado grupo pol�tico o ideol�gico, sino en el sentido concreto de buscar soluci�n a un problema que en Chile no est� resuelto: c�mo una familia de ingresos medios puede acceder a una vivienda propia. Y con esto no quiero decir que la gente de bajos ingresos ha solucionado totalmente su problema habitacional. Pero, s�, tiene un canal de acceso, a trav�s de la vivienda social y del subsidio, salvo el subsidio habitacional unificado, que tambi�n ha tendido a buscar caminos de acceso a la vivienda para el sector medio. En la actualidad, si una persona de aquel estrato desea adquirir una habitaci�n, o recurre a las viviendas sociales que construye el Ministerio de Vivienda y Urbanismo a�o a a�o, o bien opta a una a trav�s del cr�dito hipotecario. En este �ltimo caso, �qu� debe hacer? Tiene que contar al menos con 25 por ciento del valor de la vivienda que eligi�; si no dispone de esa cantidad -como muy bien lo se�al� el Honorable se�or R�os-, debe contratar un cr�dito adicional que tendr� que pagar a mediano o corto plazo, lo que har� casi imposible que decida comprar. Mediante el mecanismo en estudio, esa persona podr� adquirir una vivienda sin tener ahorro previo. Pues bien, se objet� el sistema y se dijo: "Esto ir� en contra del ahorro, porque el interesado sencillamente celebrar� el contrato de arrendamiento con promesa de compraventa y no realizar� el esfuerzo de reunir el 25 por ciento". En mi concepto, esa argumentaci�n carece de fundamento. Porque si alguien no tiene el 25 por ciento, �qu� hace? Arrienda. En consecuencia, al pagar renta de arrendamiento compromete su ingreso personal sin la posibilidad de ser propietario, y debe esperar muchos a�os para procurar reunir ese 25 por ciento. Por el contrario, con la nueva modalidad, la persona toma la decisi�n y firma el contrato de arrendamiento con promesa de compraventa. Seguramente, tendr� que pagar un sobreprecio por encima de la renta a que se comprometa. Pero habr� un beneficio inmensamente importante: lo que desembolse por ese concepto se capitalizar� para los efectos de solventar el precio definitivo de la vivienda que adquirir� cuando llegue el plazo estipulado en el contrato. Pues bien, todos los c�lculos hechos -se presentaron a las Comisiones de Vivienda y Urbanismo y de Hacienda- demuestran que una persona cubre con la renta de arrendamiento m�s o menos uno por ciento del valor comercial de la vivienda cada mes. Entonces, muchas veces pierde hasta 60 por ciento del valor de la propiedad que desea adquirir al efectuar pagos que nunca ir�n en beneficio propio. En consecuencia, el mecanismo planteado no s�lo fomentar� el ahorro, sino que lo va a multiplicar. Porque si hoy existen 10 mil personas con capacidad de ahorro previo, quiz�, con una buena proyecci�n, en un futuro pr�ximo 100 mil a 200 mil familias, haciendo un ahorro por sobre la renta de arrendamiento, podr�n ser propietarias en los plazos convenidos. El se�or GONZ�LEZ.- �Me permite una consulta, se�or Senador? El se�or ZALD�VAR.- No tengo inconveniente Honorable colega, con la venia de la Mesa. El se�or VALD�S (Presidente).- Puede hacer uso de la interrupci�n, Su Se�or�a. El se�or GONZ�LEZ.- El leasing automotriz contempla en la factura que se da mensualmente a quien hace uso de �l un 18 por ciento correspondiente a impuesto al valor agregado. �Est� considerado el IVA en el leasing habitacional? El se�or ZALD�VAR.- No, porque, como bien lo se�al� el Honorable se�or R�os, �ste no es un leasing propiamente tal. Jur�dicamente, se trata de un contrato de arrendamiento con promesa de compraventa. De modo que no est� sujeto al 18 por ciento de IVA correspondiente a la compraventa de autom�viles. El se�or CANTUARIAS.- Las propiedades no pagan impuesto al valor agregado. El se�or ZALD�VAR.- Ahora, como se ha dicho aqu�, el proyecto abre un nuevo camino para ser propietario. Sin duda, va a incrementar y a motivar m�s el ahorro familiar, pues contempla un beneficio muy importante, sobre todo para los funcionarios p�blicos, para quienes trabajan en oficios o empleos que requieren movilidad dentro del pa�s. A la persona que celebre un contrato de arrendamiento con promesa de compraventa, adem�s de darle el subsidio mensualmente -lo que es muy trascendente-, el Estado la motivar� a ahorrar "pari passu": "Usted paga en abril, y en ese mismo mes yo le doy un subsidio. Pero si no ahorra en abril, no tendr� derecho a �l". O sea, no habr� pago del subsidio una sola vez, contrariamente a lo que algunos pretendieron, para ahorrar el costo financiero de la vivienda, lo cual en principio era cierto, pero tambi�n disminu�a la cantidad de personas cubiertas por el llamado "leasing habitacional". Pero hablaba yo de los funcionarios p�blicos, de la gente que debe trasladarse de un lugar a otro. A ese respecto, la iniciativa es interesante. �Por qu�? Porque muchas veces el funcionario p�blico llega a una ciudad y no compra vivienda, pues sabe que se encuentra transitoriamente en el lugar al que se lo destin� (tres, cuatro o cinco a�os). Entonces, opta por el arriendo, y nunca se convierte en propietario. �Qu� dispone el proyecto? Que esa persona podr� celebrar un contrato de arrendamiento con promesa de compraventa; recibir� el beneficio del subsidio m�s el ahorro en su cuenta individual, y al cabo de cinco a�os le ser� factible transferir sus derechos libremente y cuantas veces sea necesario, para que, tal vez, llegue alguien en esas mismas condiciones y los adquiera, posibilit�ndole acceder al sistema en la nueva ciudad de destino. Creo que es un tratamiento muy beneficioso para esa clase de funcionarios, que encontramos fundamentalmente en la Administraci�n del Estado, ya sea en el sector civil o en el uniformado. Empero, soy partidario -y voy a presentar la respectiva indicaci�n- de que, en vez de cinco a�os de aportes, el plazo se reduzca a dos, porque estimo que dos a�os de permanencia en un sistema de ahorro configuran un derecho jur�dico bastante fundamentado que puede transferirse en caso de traslado. Deseo se�alar, tambi�n, que el proyecto determina que quienes realicen el negocio de arrendamiento de viviendas con promesa de compraventa sean sociedades inmobiliarias constituidas especialmente para ese efecto y con el objeto preestablecido por la ley. Me parece que la creaci�n de ese tipo de entes es absolutamente necesaria, ya que dar� mayor certeza jur�dica, tanto m�s cuanto que deber� tratarse de sociedades an�nimas abiertas o cerradas; que ser�n objeto de fiscalizaci�n por la Superintendencia de Valores y Seguros; que requerir�n cierto capital; que tendr�n como finalidad precisa dedicarse a esta clase de negocios; que podr�n emitir bonos o valores con garant�a de los contratos de arrendamiento con promesa de compraventa, etc�tera. O sea, ser�n sociedades que intervendr�n en los mercados de capitales nacional y externo. Yo estoy absolutamente convencido de la cifra mencionada por el Senador se�or R�os en el sentido de que, si el sistema se maneja �gilmente, con mucha transparencia y con bastante apoyo, podr� generar recursos superiores a los mil millones de d�lares. No me cabe duda alguna de que con un mecanismo como el planteado, que posibilite a toda esa masa de ahorro, constituida por quienes hoy d�a son arrendatarios (mucha pareja joven que en la actualidad no tiene acceso a la vivienda), ir al mercado de capitales, a lo que se llama "securitizaci�n del mercado", donde se podr� colocar bonos y captar dinero de gente que desee efectuar inversiones, se potenciar� el mercado habitacional para el sector medio, e incluso crecer� la posibilidad del sector medio-bajo para acceder a la vivienda propia. En la tramitaci�n del proyecto, considero menester -y as� lo plante� a los se�ores Ministros de Hacienda y de Vivienda- contemplar una norma en cuya virtud las viviendas construidas seg�n el nuevo sistema contribuyan a lo que hemos denominado "pol�tica de remodelaci�n y redensificaci�n urbanas", que no s�lo es requerido por las urbes, como Santiago, Valpara�so y Concepci�n, sino tambi�n por la inmensa mayor�a de las ciudades del pa�s, que deben pensar seriamente, con visi�n de mediano y largo alcance, en la necesidad de remodelar y redensificar los actuales per�metros. Entonces, la disposici�n planteada al Ejecutivo, para los efectos del patrocinio, consistir�a en duplicar el subsidio trat�ndose de proyectos inmobiliarios dirigidos a zonas decretadas de remodelaci�n y redensificaci�n urbanas, en cualquier ciudad de Chile. Y el se�or Ministro de Vivienda recibi� esa proposici�n, expres�ndome su total apoyo, porque, por lo dem�s, hoy d�a, con el subsidio unificado, se otorga el beneficio en las �reas de remodelaci�n y redensificaci�n urbanas. Creo que con ello tambi�n enriquecer�amos la iniciativa que analizamos. Quiero hacer una �ltima observaci�n. Dentro de los documentos que tuve a la vista para el estudio del proyecto, encontr� una cr�tica que me parece conveniente recoger ahora, porque algunas personas la hicieron suya para objetar la modalidad propuesta. Se dijo que con el proyecto endeudar�amos al Estado por un largo plazo. O sea, si un subsidio de 200 unidades de fomento, por ejemplo, se otorgaba mes a mes -no como en la actualidad, en que se da de una sola vez-, se pagar�a en 20 a�os, a raz�n de una unidad de fomento mensual. As�, el Estado, obviamente, adquirir�a una obligaci�n por veinte a�os. Empero, eso no implica comprometer la pol�tica fiscal en forma irresponsable, pues el pa�s siempre est� asumiendo obligaciones a mediano y largo plazos, sobre la base de presupuestos aprobados, mediante la contrataci�n de cr�ditos externos. Cuando Chile pacta un cr�dito con el Banco Mundial o con el BID, lo hace a 15 � 20 a�os, y se contemplan en el Presupuesto de la naci�n las cantidades necesarias para servir la deuda. Me parece que, por lo contrario, con el mecanismo de pago mensual del subsidio, adem�s de incentivarse el ahorro, se permite programar la soluci�n del problema habitacional en Chile con mucha anticipaci�n. Podr�an presupuestarse en el primer a�o, aun cuando se dieran veinte mil a treinta mil subsidios, trescientas mil a cuatrocientas mil viviendas de aqu� a quince a�os, moviliz�ndose todo el mercado de capitales en torno del programa pertinente. Al respecto, puedo se�alar al Senado una experiencia que me toc� estudiar en Espa�a en la d�cada de los 60. Se cre� en ese pa�s un sistema similar a �ste, sobre la base, no del arrendamiento con promesa de compraventa, sino de sociedades inmobiliarias a las que se permit�a colocar los bonos de los cr�ditos en el mercado, lo que posibilit�, a su vez, entrar con ello a la colocaci�n dentro de los fondos previsionales. Y en diez a�os Espa�a dio soluci�n a los problemas de vivienda de los sectores medio y medio-bajo en forma casi integral. No quiero con esto crear grandes expectativas. Pero, s�, debo manifestar que el proyecto en debate abre la senda para disponer de mayores posibilidades a fin de solucionar el problema habitacional que afecta a un sector importante de Chile. Por esas razones inici� mi intervenci�n coincidiendo con el Senador se�or R�os, pues considero que �sta es una de las iniciativas m�s importantes que estudiamos y que podremos aprobar en la actual legislatura. He dicho. El se�or VALD�S (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Ortiz. El se�or ORTIZ.- Se�or Presidente, conversaba con el Honorable se�or R�os y con varios otros se�ores Senadores que participaron en su estudio sobre la importancia que tiene la iniciativa que ahora debatimos. Intercambiamos opiniones en orden, primero, a que la idea matriz del proyecto es facilitar a la gente, sobre la base de lo que hoy d�a cancela por concepto de arrendamiento, el acceso a la casa propia; y segundo, a incentivar la construcci�n no s�lo en las grandes ciudades. Hemos visto que el problema de las personas que se encuentran en tal situaci�n en urbes como Santiago, Concepci�n, etc�tera, se estar�a solucionando. Empero, creo importante tener conciencia de que en el sector rural, en las Regiones extremas, sobre todo -es el caso de la que represento- , tambi�n existen estos problemas, por supuesto sin la gravedad que revisten en las Regiones centrales del pa�s. Y no queremos que pasen inadvertidos. Adem�s, se ha hablado reiteradamente de descentralizar, de facilitar la existencia en las Regiones extremas del pa�s y, al mismo tiempo, de incentivar a la gente a vivir en ellas. Y por eso es fundamental considerarlas. En la actualidad, las propiedades del sector rural corresponden en un porcentaje importante a tierras fiscales. Y en nuestro ordenamiento jur�dico existe lo que se llama "subsidio habitacional para el sector rural". Pero este mecanismo, por tratarse de tierras fiscales, all� se hace ilusorio. Sin embargo, la soluci�n es f�cil. Es cosa de realizar gestiones a nivel del Ministerio de Bienes Nacionales para posibilitar, sobre la base del leasing, que los dineros que van a subsidios rurales en alguna medida puedan endosarse como un pie adicional y permitan empezar a construir en esas zonas. En consecuencia, solicito a los se�ores Senadores que han participado activamente en el debate considerar la situaci�n especial que he mencionado. He dicho. El se�or VALD�S (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Cantuarias. El se�or CANTUARIAS.- Se�or Presidente, la iniciativa que ahora analizamos representa un serio esfuerzo por tratar de revertir el d�ficit habitacional que afecta a nuestro pa�s y que, a pesar de la pol�tica impulsada durante muchos a�os en este �mbito, no ha sido posible superar, debido a las naturales insuficiencias de recursos disponibles para �ste y otros fines sociales. Es por ello que el proyecto ha despertado m�ltiples expectativas en la comunidad nacional, ya que se le tiende a identificar como "la soluci�n" para todas las familias que actualmente destinan parte significativa de sus ingresos al pago de la renta derivada del arrendamiento y que, por tal motivo, no tienen capacidad de ahorro y, en consecuencia, no pueden optar al sistema financiero hoy vigente para alcanzar el sue�o de la vivienda propia. Por lo mismo, considero que el estudio de esta iniciativa debe realizarse con extrema precauci�n. No nos vaya a ocurrir que, una vez puesto en pr�ctica el sistema consagrado en ella, antes que satisfacer los anhelos habitacionales de la gente, terminemos provocando frustraciones y conflictos hasta ahora desconocidos en este �mbito, que es especialmente sensible para la familia, seg�n hemos podido apreciar de los innumerables problemas hoy ya existentes en algunas empresas constructoras, bancos y deudores habitacionales. La idea del leasing en el �rea de la vivienda es enormemente atractiva: un grupo familiar, que ocupa una vivienda en calidad de arrendatario y que carece de ahorros suficientes, podr�, sin embargo, ser due�o de ella en la medida que el contrato de arrendamiento haya estado vigente por determinado n�mero de a�os, ejerciendo una opci�n de compra al t�rmino de �ste. Con todo, la idea contenida en el proyecto en an�lisis se aparta en diversos aspectos del leasing tradicional y, por ello, conviene proyectarlo al terreno pr�ctico. 1�. Ahorro met�dico. La iniciativa en comento exige un ahorro met�dico, el que se materializar� mediante aportes mensuales en una cuenta de ahorro especial que el arrendatario abrir� al efecto en alguna de las instituciones financieras se�aladas en su art�culo 1�. Sobre este punto cabe formular algunas interrogantes: a) �C�mo se determina el monto del aporte mensual? El proyecto en estudio es impreciso al respecto. Pareciera que, en el caso de un arrendatario que no es beneficiario del subsidio habitacional, dicho monto queda entregado a lo que las partes acuerden libremente, cosa que en una relaci�n particular-sociedad inmobiliaria equivale a decir que las condiciones del contrato las fija esta �ltima. En tal hip�tesis, el proyecto �nicamente dice, primero, que el interesado se obliga a efectuar "aportes peri�dicos por el equivalente al porcentaje correspondiente al precio de compraventa de la vivienda"; y segundo, que el precio de compraventa y el aporte se expresar�n en unidades de fomento. O sea, no se aclara cu�l ser� el monto del aporte, porque no se dice qu� porcentaje del precio de la compraventa se utilizar� como par�metro. Adem�s, se pone como referencia el precio de la compraventa y no el valor comercial de la vivienda. En el caso de un arrendatario que es titular del subsidio habitacional, la iniciativa se�ala que el aporte "no podr� exceder del veinticinco por ciento de la renta l�quida mensual que acredite tener al momento de celebrar el contrato de arrendamiento con promesa de compraventa, incluida la renta de cualquiera persona que se constituyere en fiador y codeudor solidario de aqu�l.". b) �Cu�l es la finalidad del ahorro met�dico? Sabemos que �l se materializa mediante los aportes sistem�ticos que el arrendatario realizar� en la cuenta de ahorro especial que al efecto abrir� en alguna de las instituciones se�aladas en el art�culo 1�. Pues bien, �cu�l es el prop�sito de este ahorro met�dico? El proyecto en an�lisis nos dice que los recursos depositados met�dicamente en la respectiva cuenta de ahorro constituyen un "fondo para la vivienda", y est�n destinados a dos finalidades, a saber: 1�) al pago del las rentas de arrendamiento; y 2�) a la acumulaci�n de fondos para financiar la compra de la correspondiente vivienda. Con todo, no se aclara qu� porcentaje de dicho aporte va a uno y a otro fin. Nos interesa detenernos en este aspecto. �Los pagos mensuales que la instituci�n financiera haga a la sociedad inmobiliaria ser�n s�lo por concepto de "renta de arrendamiento" o tambi�n llevar�n impl�cito un prepago parcial del precio de la compraventa futura? En el sistema tradicional de leasing, los pagos mensuales involucran la renta y una parte del precio. De esta manera, vencido el plazo del arrendamiento, el arrendatario tiene ya amortizada una fracci�n significativa del precio, producto de los abonos parciales, pudiendo, en consecuencia, optar a la compra del objeto pagando s�lo el saldo y no el total de su valor. La parte que el arrendatario debe pagar al ejercer su opci�n de compra queda previamente establecida en el respectivo contrato de arrendamiento con opci�n de compraventa. El texto despachado por la Honorable C�mara de Diputados insinuaba, en un caso particular, la existencia de un prepago o abono parcial. Su art�culo 10 hac�a referencia a "Los fondos existentes en la cuenta o enterados en la sociedad inmobiliaria como abonos parciales destinados al pago del precio de compraventa"; y el art�culo 23, inciso final, dispon�a que "El reglamento establecer� las condiciones y la periodicidad con que la sociedad inmobiliaria deber� informar a los arrendatarios promitentes compradores que hubieren celebrado contratos en la forma se�alada en el inciso anterior, con objeto de que conozcan, durante toda la vigencia del contrato, el monto de la renta de arrendamiento, los abonos parciales destinados al pago del precio de compraventa y el monto acumulado y pagado del precio.". Con todo, salvo el caso visto (que correspond�a a un contrato de arrendamiento con promesa de compraventa celebrado directamente entre el particular y una sociedad inmobiliaria; es decir, no interven�a la instituci�n financiera, ni hab�a, por lo tanto, contrato de ahorro met�dico), tanto el texto del mensaje como el del primer informe en este segundo tr�mite constitucional parecen desechar la idea de los prepagos parciales del precio. Incluso las normas establecidas por la Honorable C�mara de Diputados, que reconoc�an tales prepagos en el caso excepcional ya se�alado, han sido suprimidas en el informe que nos ocupa. Por lo tanto, el pago mensual que la instituci�n financiera realiza a la sociedad inmobiliaria lo es s�lo a t�tulo de "renta" y no involucrar�a, en ninguna hip�tesis, prepagos, abonos o amortizaciones parciales del "precio". En cambio, el saldo acumulado en la cuenta de ahorro especial, y sus respectivas capitalizaciones, est�n destinados al pago del precio de la vivienda, una vez que al arrendatario le corresponda ejercer dicha opci�n. El problema, sin embargo, es que en ninguna parte del proyecto se dice qu� porci�n del aporte mensual va a renta y cu�l a acumulaci�n para pago futuro del precio. c) �Cu�nto debe acumular el arrendatario para optar a la compraventa del inmueble? Este punto est� explicitado en la iniciativa de ley: el precio acordado por las partes. A este respecto, los antecedentes entregados por el Ejecutivo resultan muy interesantes, porque el ejemplo propuesto en la p�gina 10 del informe t�cnico anexado al texto del mensaje nos aclara a cu�nto ascender� normalmente el precio. Dicho documento discierne sobre la base de que el precio corresponder� al valor de la vivienda. Esto significa que el arrendatario, junto con tener que pagar regularmente sus rentas de arrendamiento y ahorrar met�dicamente en su cuenta especial, debe reunir, en el plazo que se estipule al efecto, un monto equivalente al valor �ntegro de la vivienda, el que estar� expresado en unidades de fomento. Es decir, tal como ha quedado establecido, el pago regular de sus rentas mensuales no le servir� para amortizar parcialmente el precio. Adicionalmente, cabe tener presente que en la determinaci�n del precio a pagar una vez expirado el arrendamiento no se considera la depreciaci�n normal del valor de la vivienda derivada de su uso y de su antig�edad, pues el proyecto no salva expresamente esa situaci�n. Y el propio ejemplo contenido en el informe t�cnico tampoco considera tal elemento. Incluso m�s: si por circunstancias ajenas al arrendatario la rentabilidad de sus ahorros met�dicos fuere inferior a la proyectada al momento de celebrarse el contrato de arrendamiento con promesa de compraventa y, por consiguiente, si vencido el plazo del arriendo no hubiere acumulado el monto del precio, el arrendatario apenas dispondr� de un per�odo de gracia, ascendente a doce meses, dentro del cual debe completar necesariamente dicho monto, bajo sanci�n de resolverse el contrato de promesa de compraventa. Hay por lo menos tres casos en los que podr�a producirse tal situaci�n. El primero, si los fondos acumulados no tuvieran la rentabilidad proyectada al momento de suscribirse el contrato respectivo (el ejemplo dado por el Ejecutivo supone una capitalizaci�n anual de 7 por ciento, pero en ninguna parte de la iniciativa se establece esa tasa m�nima de capitalizaci�n). El segundo caso se relaciona con las comisiones que la instituci�n financiera cobrar� al titular de la cuenta, cuyo monto fija unilateralmente ella, las que, sin duda, podr�an afectar el saldo final acumulado (en el ejemplo citado anteriormente, este elemento ni siquiera fue considerado). El �ltimo es que, al no establecerse en el proyecto un piso m�nimo destinado a capitalizaci�n para pagar el precio, es muy dif�cil asegurar que al t�rmino del arrendamiento no se producir�n diferencias sustanciales o significativas entre el precio estipulado y el saldo acumulado. Lo anterior equivale a decir que si, transcurridos diez, quince o veinte a�os de vigencia del arrendamiento, seg�n sea el plazo estipulado, el arrendatario no alcanz� a reunir el monto del precio, el cual -insistimos- se expresa en unidades de fomento, pierde todo, a pesar de haber cumplido regularmente con el pago de sus rentas y con el dep�sito de sus aportes met�dicos. A mayor abundamiento, como en este caso la iniciativa en estudio dispone que habr�a incumplimiento del arrendatario, �ste se ver�a expuesto, incluso, a perder todos sus ahorros met�dicos, por cuanto la sociedad inmobiliaria podr�a ejercer las acciones civiles contempladas en la ley para los casos de incumplimiento; esto es, podr�a demandar indemnizaci�n de perjuicios y embargar los fondos acumulados. Lo expresado precedentemente se deduce en forma clara del ejemplo propuesto en la p�gina 10 del referido informe t�cnico. Luego, �d�nde est� la ventaja para el arrendatario? Si �ste se halla obligado a pagar una renta mensual de arrendamiento, expresada en UF, y conjuntamente con ello debe reunir en el plazo estipulado el valor del inmueble, tambi�n formulado en UF -que es el mismo de la vivienda nueva-, �qu� diferencia habr�a respecto de la situaci�n actual de los arrendatarios? �Por qu� ellos optar�an por ingresar al sistema, si, tal como se expuso, m�s que ventajas incluso pondr�an en serios riesgos sus ahorros de toda una vida? 2� Relaci�n arrendatario-sociedad inmobiliaria. El tratamiento dispensado en el proyecto en estudio al arrendatario titular de los fondos acumulados en su respectiva cuenta de ahorro especial, es otra de las materias que nos aportan interesantes elementos de juicio y nos permiten ponderar en su debida dimensi�n la iniciativa en estudio. Desde luego, cabe advertir que al arrendatario no se le reconoce atribuci�n alguna respecto de los fondos acumulados en su cuenta de ahorro, los cuales son administrados exclusivamente por la instituci�n financiera, la que se entiende directamente con la sociedad inmobiliaria, a la cual efect�a los pagos mensuales de la renta estipulada. Ni siquiera se contemplan situaciones de excepci�n, como incumplimientos contractuales de la sociedad inmobiliaria, en los que el arrendatario pueda dar �rdenes de no pago a la instituci�n financiera. Adicionalmente, �sta tiene derecho a cobrar una comisi�n al titular de la cuenta, cuyo monto original es fijado unilateralmente por ella, al igual que sus posteriores modificaciones, las que ni siquiera est� obligada a comunicar previamente al ahorrante. Inclusive, dicha instituci�n puede celebrar convenios con otras entidades no contempladas en el proyecto para conferirles la administraci�n de los respectivos dineros, convenios de los que tampoco tiene obligaci�n de dar noticia al titular de la cuenta de ahorro. Por �ltimo, la iniciativa no establece ning�n piso de rentabilidad para ese titular, como ocurre por ejemplo en las AFP, �nico evento en el que nos parecer�an apropiadas las amplias atribuciones de administraci�n que se confieren a las instituciones financieras y las limitaciones que se establecen, en relaci�n a estos recursos, respecto del titular de los mismos. Si se obliga al arrendatario, a capitalizar parte de sus ingresos, lo m�nimo que debiera consignarse en el proyecto es un piso de rentabilidad. Por otro lado, el arrendatario -quien, a su vez, es trabajador dependiente-queda sometido, por el solo ministerio de la ley, al descuento por planilla del aporte que se hubiere comprometido a efectuar en la respectiva instituci�n financiera, deducci�n que su empleador har� de la correspondiente remuneraci�n. El trabajador no puede hacer sus aportes mensuales directamente en la cuenta de ahorro; no tiene derecho a pactar con su patr�n este sistema, sino que debe soportarlo por imposici�n legal. Y esto nos parece exagerado, si consideramos la forma como el proyecto en an�lisis resuelve los casos en que el empleador hace el descuento, pero no deposita dichos dineros en la cuenta de ahorro del trabajador, evento en el cual, si aqu�l niega en definitiva el pago, es �ste quien sufre las consecuencias. �Ni siquiera se tipifica el delito de apropiaci�n indebida en tales casos! Simplemente, el trabajador soporta los riesgos que la propia ley le impone. Si analizamos ahora las causales de terminaci�n anticipada del contrato de arrendamiento y de promesa de compraventa establecidas en el art�culo 35, veremos que en ninguna de ellas se consideran los casos de incumplimiento de las obligaciones del arrendador, como, por ejemplo, la de no turbar el goce pac�fico de la vivienda dada en arrendamiento. Todas ellas dicen relaci�n al arrendatario, e incluso si �ste se ve privado de la vivienda en virtud de una acci�n judicial deducida por un tercero en contra del arrendador o de su destrucci�n material imputable a vicios redhibitorios. As�, los art�culos 34 y 36 no contemplan la posibilidad de que el arrendatario demande la resoluci�n del contrato con indemnizaci�n de los perjuicios respectivos. En contraste con lo anterior, el proyecto es extraordinariamente cuidadoso al establecer los resguardos y garant�as de que dispondr� la sociedad inmobiliaria. Cabe recordar -al llegar a este punto- que en un contrato de leasing normalmente la parte arrendadora goza de una posici�n m�s favorable que la arrendataria, porque �sta simplemente es titular de un derecho personal, el que, adem�s, est� limitado en esta iniciativa, porque ni siquiera puede dar la vivienda en subarriendo, ni cambiar su destino, como ocurre en el Derecho com�n; en cambio, aqu�lla, adem�s de ser titular de un derecho personal derivado del contrato de arrendamiento y de la promesa de compraventa, posee un derecho real emanado de la propiedad del inmueble. Pues bien, la legislaci�n en estudio consagra diversos resguardos adicionales en favor de la sociedad inmobiliaria, tales como el fondo de garant�a, los seguros, el fondo para la vivienda acumulado en la cuenta de ahorro, las acciones judiciales de que puede hacer uso en caso de no pago de "los aportes" y en las restantes hip�tesis contempladas en el proyecto, etc�tera. Incluso, cabe hacer notar que la sociedad inmobiliaria puede demandar la resoluci�n del contrato si el arrendatario se atrasa en el pago de los aportes que debe hacer regularmente a la instituci�n financiera para ser depositados en su cuenta de ahorro. Es decir, ni siquiera estamos hablando del no pago de las rentas de arrendamiento a la sociedad, sino que el proyecto va m�s lejos: aun cuando �stas se hayan pagado regularmente, la sociedad puede poner t�rmino al contrato si el arrendatario se atrasa en los dep�sitos que met�dicamente debe hacer en la cuenta respectiva. En definitiva, se�or Presidente, �stas y otras observaciones que omitir� en esta exposici�n, me llevan a dudar de la eficacia y de las proyecciones reales que tendr�a la iniciativa en el evento de prosperar. Tal como viene explicado en el informe t�cnico del Ejecutivo, nada hace pensar en un fracaso del sistema. Sin embargo, hay una distancia abismante entre las consideraciones de dicho informe y las normas propuestas en el texto del mensaje. Y porque estamos hablando del sue�o de la casa propia; porque estamos estructurando un sistema al que las familias se amarrar�n durante un largu�simo per�odo; porque estamos imponiendo al Estado de Chile un endeudamiento que va m�s all� de un solo per�odo de Gobierno; porque, en fin, estamos regulando el destino de los ahorros que las familias chilenas pudieran llegar a reunir tras una vida entera de sacrificios, creo necesario y prudente manifestar mis aprensiones en torno al proyecto. No estoy en contra del sue�o de la vivienda propia. Antes bien, precisamente porque no quiero ver frustrado ese sue�o, he estimado mi deber formular estas observaciones. Por �ltimo, se�or Presidente, debo mencionar tres antecedentes adicionales. En primer lugar, entiendo que algunos se�ores Senadores se har�n cargo de los aspectos constitucionales a que someramente hizo referencia el Honorable se�or Zald�var, relativos a la posibilidad de comprometer presupuestos futuros por parte del Ejecutivo, asunto que se debatir� m�s adelante y que, por lo tanto, me abstengo de comentar en esta exposici�n. Seguidamente, la experiencia sobre sistemas similares aplicados en otros pa�ses demuestra que no han funcionado. Por lo menos -de acuerdo con los datos de que disponemos-, en Francia, no ha sido operativo en adquisici�n de viviendas para familias, pero s� ha arrojado resultados satisfactorios en los contratos de arrendamiento con promesa de compraventa de oficinas y de inmuebles destinados al comercio. Por �ltimo, dejo expresa constancia de mi extra�eza por el hecho de que, al discutirse una iniciativa de las proyecciones aqu� se�aladas para la soluci�n de los problemas habitacionales, no contemos con la presencia del se�or Ministro del ramo en esta Sala. He dicho. El se�or VALD�S (Presidente).- A ese respecto, puedo dar una explicaci�n a Su Se�or�a. El se�or Ministro de Vivienda y Urbanismo me llam� para expresar que, efectivamente, le tom� de sorpresa la inclusi�n de este proyecto en el primer lugar de la tabla de hoy. No pudo asistir, pero anunci� que concurrir�a a las sesiones de Comisi�n y de la Sala cuando �sta lo discuta en particular, ya que la materia le interesa enormemente. Tambi�n el Senador se�or R�os transmiti� estas excusas del se�or Ministro al iniciarse la sesi�n. Corresponde usar de la palabra al Honorable se�or Thayer. El se�or THAYER.- Se�or Presidente, me referir� al tema muy brevemente en esta oportunidad, ya que el proyecto amerita una discusi�n muy a fondo, la que deber� llevarse a efecto m�s adelante. Comparto las apreciaciones relativas a la trascendencia de la iniciativa. Creo que tiene una enorme significaci�n social. Me preocupa el uso un tanto abusivo del t�rmino leasing. Esto, como ya lo han se�alado varios se�ores Senadores, es una impropiedad; pero no es una cuesti�n puramente jur�dica. Aqu� hay envuelta una situaci�n que no debe inducir a error. Muchos Senadores hemos celebrado, por ejemplo, contratos de leasing para comprar un autom�vil, empleando en ello los recursos que para gastos de transporte nos proporciona el Senado. Pero ocurre que, mediante el pago de las cuotas fijadas -pueden ser 36-, vamos pagando el veh�culo y, al terminar este per�odo, durante el cual lo hemos usado (arrend�ndolo mediante el pago de la cuota), tenemos la opci�n de quedarnos con �l. Habitualmente se tiende a hacerlo. Por lo que he podido ver del proyecto, que es complejo, valioso, pero sumamente extenso, coincido con lo que ha apuntado muy oportunamente el Honorable colega que me ha precedido en el uso de la palabra: este tipo de contrato no es de leasing; es un arrendamiento con promesa de compraventa. Las cuotas que se pagan no son parte del precio. Y es normal que no lo sean, porque de lo que se trata en realidad es de un contrato de promesa de compraventa. En este contrato, regido por el C�digo Civil, se puede -y aun se debe- otorgar cierta suma como garant�a de la celebraci�n de �l. Pero ocurre que aqu� -entend�moslo claramente- se propone que durante quince a�os, o en un lapso de ese orden, se pagar� una cuota met�dica de ahorro que comprende claramente un grueso porcentaje (la parte principal de ella) y que se destina a arrendamiento y el saldo va a un fondo de ahorro, que no es, todav�a, pago a cuenta. Me preocupa este hecho por las siguientes razones. Dentro de los t�rminos del proyecto cuya idea, repito, es excelente, lo que debemos cuidar como Senadores y legisladores es que el articulado sea capaz de concretarlo. Pero elementos como el que mencion� suscitan tal inquietud que s�lo al mencionarlos merecer�n la atenci�n de Sus Se�or�as, porque en el pa�s ya existe experiencia al respecto. Si el que contrata este arrendamiento con promesa de compraventa es un dependiente, se dice que el descuento no podr� exceder del 25 por ciento de su renta mensual o sueldo. Pero sucede que, aun cuando las remuneraciones se reajustan una vez al a�o, el contrato de arrendamiento en este tipo de transacciones regidas por la ley en proyecto se fija en unidades de fomento. En consecuencia, vamos a tener un arrendamiento expresado en UF y un tope de 25 por ciento de una renta que no se reajusta sino una vez al a�o, supuesto el caso habitual en Chile. No est� claro qu� suceder�a si llegara a acontecer que en quince a�os el �ndice de inflaci�n evolucionara en proporciones distintas de las limitadas que se registran ahora. Todav�a hoy se sufren las consecuencias de variaciones mayores; lo saben todos los deudores hipotecarios en cr�ditos para la vivienda que est�n sirviendo una obligaci�n mensual fijada en unidades de fomento, y que la afrontan con un sueldo reajustable de acuerdo con otro indicador. Un sistema legal que grad�a la obligaci�n del arrendatario que es -trabajador- en UF y que no sobrepase el tope de 25 por ciento de un sueldo reajustado s�lo una vez al a�o, causa una desarmon�a que habr� que ver c�mo se arregla. Y el incumplimiento de los pagos puede ocasionar la p�rdida de ahorros sumamente valiosos. Adem�s de estas observaciones, muchas otras podr�an formularse. Por ejemplo que, seg�n c�lculos que vi, hay un cierto exceso de optimismo. Es muy bueno el optimismo; pero, en realidad, si en el pa�s se han registrado diez a�os seguidos de crecimiento del producto, contar, como base econ�mica del proyecto, con el hecho de que durante al menos quince a�os m�s tendremos igual crecimiento continuo, con un promedio aproximado de 5 por ciento anual (con lo que se completar�a m�s de un cuarto de siglo en la misma tendencia positiva), es imaginar una meta aceptable, deseable con toda el alma, pero que podr�a resultar excesivamente optimista. Escuchaba hace dos o tres d�as a un economista referirse a su conversaci�n con un ministro del Tesoro del Reino Unido, el que comentaba lo curioso que es el hecho de que los chilenos no se imaginen que las cosas pueden cambiar, pues creen que el sistema, ciertamente muy favorable en que se encuentran, se mantendr� indefinidamente. La vida econ�mica tiene ciclos muy grandes, los que, en esta materia, pueden ocasionar un desajuste de bastante importancia. Por tales razones, supuestos el crecimiento continuo e inflaci�n controlada durante un lapso de quince a�os, el proyecto apunta hacia lo que se halla m�s o menos programado; pero no es muy seguro que eso se cumpla. Y las consecuencias de que suban las obligaciones del promitente comprador o arrendatario y de que al mismo tiempo sus remuneraciones no se reajusten en la misma proporci�n, suscita ciertas prevenciones que nos van a obligar, como Senadores, a adecuar este proyecto (que es, repito, muy favorable, muy interesante, digno de la mayor atenci�n) de modo que responda a las expectativas que se han cifrado en �l. He dicho. El se�or VALD�S (Presidente).- Tiene la palabra la Honorable se�ora Soto. La se�ora SOTO.- Se�or Presidente, consideramos que la iniciativa tiene un hondo contenido humanista. Desde luego, apunta a fortalecer la familia; propender a ella es deber principal�simo del Estado, consagrado en el art�culo 1� de la Constituci�n Pol�tica. Adem�s, da cuenta de un derecho natural que es anterior al Estado, como es el de tener una casa propia. Eso lo ve uno incluso en la naturaleza. O sea, no es un sue�o de s�lo el ser humano. Durante todo este tiempo de gran crecimiento econ�mico hemos descuidado dos aspectos fundamentales: primero, la familia -hemos negado a la gente m�s joven la posibilidad de fundar una familia, porque no tiene acceso a una vivienda- y, segundo, la clase media. Nos hemos preocupado, en realidad, de los extremos. Me parece bien atender siempre a las personas m�s desvalidas; pero, en el hecho, durante esta �ltima d�cada la clase media se ha ido empobreciendo y carece de todo incentivo. Este proyecto viene precisamente a suplir tal carencia, porque restablece la esperanza de la casa propia para aquella clase media, para el estrato intelectual que comienza, para los profesionales j�venes que quieren fundar una familia. Es cierto, y me hago cargo de las -si pudi�ramos llamar as�- prevenciones formuladas respecto a que durante tan largo tiempo el sistema econ�mico puede experimentar variaciones. Desde luego, la unidad de fomento ha sido una cruel pesadilla para todos los chilenos; la sufrimos muchos de nosotros, y, para colmo, en lo que resta del a�o, a causa del gran salto que registrar�, el efecto que tendr�n que soportar los deudores hipotecarios ser� bastante brutal. Entonces, podr�amos aprobar la idea de legislar, que es muy buena, y durante la discusi�n particular ver la posibilidad de prevenir los inconvenientes posibles. Cabe recordar que cuando se establecieron las unidades de fomento ten�an un fin especial�simo y estaban acotadas al 25 por ciento de lo que la persona ganara. Debemos pensar en una soluci�n a largo plazo, que considere tambi�n las eventualidades que pueden ocurrir a nivel mundial. Es cierto que el pa�s presenta muy buenas perspectivas, pero como cada vez somos m�s interdependientes del resto del mundo, debemos pensar en los cambios que experimenta la econom�a. Si somos capaces de eso, creo que podremos entregar una soluci�n que todo el pa�s aguarda con gran esperanza. En consecuencia, como hemos tenido una discusi�n tan positiva, ojal� pudi�ramos -con la salvedad de que primero intervengan los se�ores Senadores inscritos- dar por aprobada la idea de legislar. El se�or VALD�S (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Gazmuri. El se�or GAZMURI.- Se�or Presidente, nosotros votaremos favorablemente el proyecto en general. Esta iniciativa -se ha dicho ac� reiteradamente- intenta crear mecanismos nuevos a fin de resolver el que es, sin duda, uno de los problemas sociales m�s graves de nuestra sociedad: el d�ficit de vivienda, el cual es particularmente serio en los sectores populares y medios del pa�s, no obstante el inmenso esfuerzo realizado por el Gobierno del Presidente Aylwin en esta materia, utilizando los instrumentos y programas actuales, m�s el desarrollo que ha tenido lugar en tal sentido en el sector privado, que no recibe subsidio del Estado. A pesar de esos esfuerzos y de que hemos llegado a niveles de construcci�n de viviendas que Chile no hab�a alcanzado en muchos a�os, si tomamos en cuenta los resultados de 1992, per�odo durante el cual se construyeron aproximadamente 100 mil, entre casas definitivas y soluciones habitacionales, concluiremos que, a este paso, demorar�amos m�s de dos d�cadas en resolver el d�ficit. Porque el ritmo actual de construcci�n permite cubrir las necesidades de habitaci�n de las nuevas familias -se calcula que entre 70 mil a 80 mil grupos familiares ingresan anualmente a la demanda de casa propia-, y reducir �nicamente en 10 mil o 15 mil unidades al a�o el d�ficit, que, como se ha expresado, oscila entre 500 mil y 800 mil viviendas. Por lo tanto, s�lo basta proyectar la cifra de crecimiento en este campo -insisto en que es una de las m�s altas de los �ltimos a�os- y la de d�ficit para determinar que, de mantenerse este nivel de construcci�n, tardaremos 20 � 30 a�os en lograr que la casa propia sea, efectivamente, una aspiraci�n a la que tengan acceso real miles de familias de chilenos, especialmente de sectores populares y medios. El tema central a que nos convoca la discusi�n de este proyecto es el de movilizar la mayor cantidad de recursos posible con el prop�sito de aumentar sustantivamente, en plazos m�s o menos breves, el �ndice de construcci�n de viviendas obtenido durante el actual Gobierno, que -reitero- es muy alto respecto de d�cadas anteriores. Este problema afecta a todo el pa�s. En la Regi�n del Maule -que represento en el Senado- se estima que la carencia es de 30 mil a 45 mil unidades. All� se ha m�s que doblado el n�mero de casas construidas al a�o, con relaci�n a lo efectuado en este rubro en el R�gimen anterior. Pero, sin duda, al ritmo de 4 mil o 5 mil viviendas y soluciones habitacionales del �ltimo tiempo, tampoco a nivel regional podremos suplir ese d�ficit, si no realizamos esfuerzos mayores. No creo que el proyecto vaya a resolver la situaci�n; pero, s�, genera posibilidades y mecanismos nuevos y, especialmente, agiliza el sector de la construcci�n, maximizando algunas fuentes de dinamizaci�n. Por una parte, a trav�s de las sociedades inmobiliarias y de la inversi�n que signifique esta modalidad de acceso a la vivienda, pueden movilizarse recursos de los inversores institucionales, vale decir, de las Administradoras de Fondos de Pensiones. Se acoge as� una demanda que, incluso, planteamos en el programa de la Concertaci�n -y hemos avanzado en este aspecto-, en el sentido de orientar las eventuales inversiones de los Fondos de Pensiones, manteniendo la seguridad de las mismas, hacia �reas donde haya necesidades sociales, econ�micas o de desarrollo importantes en el pa�s, y no emple�ndolas en instrumentos financieros secundarios o terciarios. La iniciativa posibilita que una parte de ese Fondo, que constituye el ahorro m�s cuantioso de que dispone el pa�s, se dirija a un �mbito socialmente tan preponderante como el de la vivienda. Por otro lado, permite movilizar el ahorro de las personas de sectores medios, de sectores medios bajos y -dir�a- de las familias j�venes. Porque seguramente la nueva modalidad ser� utilizada, de manera particular, por las familias reci�n formadas que pretenden acceder a la vivienda, pero que a causa de su juventud no cumplen las condiciones del ahorro previo que hoy se exigen para adquirirla, el cual, con subsidio o sin �l, asciende a alrededor del 25 por ciento del valor de una casa. Por consiguiente, de este modo se canalizan la inversi�n y el ahorro y se genera un marco institucional nuevo. Por ello, acogemos con entusiasmo el proyecto. Indiscutiblemente, en el debate desarrollado aqu� se han abordado temas que ser� necesario profundizar en la discusi�n particular de la iniciativa. Me referir� solamente a cuatro de esos aspectos. En primer lugar, si bien el articulado resguarda de manera suficiente los derechos y garant�as de las sociedades inmobiliarias -lo que es razonable, para asegurar que efectivamente haya un flujo de inversi�n en este sector-, creo indispensable revisar la forma en que se protegen los derechos de los arrendatarios. Este es un punto de enorme relevancia, porque la experiencia indica que, normalmente, la relaci�n entre este tipo de sociedades y los usuarios del sistema es muy desigual. Por ese motivo, me parece que la preservaci�n de los derechos de estos �ltimos es una cuesti�n fundamental. Por ejemplo, esta ma�ana, durante el estudio del proyecto relativo a las ISAPRES, apreciamos que en los contratos, cuyas cl�usulas se supone que deben resguardar por igual los intereses de ambas partes, las condiciones atinentes a esas entidades especializadas en atenci�n de salud son completamente distintas de las que afectan a los usuarios. Y como en materia de vivienda muchas veces la situaci�n es an�loga, considero que en las indicaciones que eventualmente presentemos a la iniciativa este asunto deber� merecer especial atenci�n: c�mo resguardar los derechos de los usuarios del sistema, quienes ser�n, finalmente, los que m�s contribuir�n a su funcionamiento y financiamiento. En segundo t�rmino, pienso que tanto en este aspecto como en el de las viviendas populares y medias es imperioso desarrollar mecanismos de verificaci�n de calidad. Los Parlamentarios recibimos innumerables denuncias, d�a tras d�a, sobre incumplimiento por parte de las sociedades constructoras de casas, ya sea para adquirentes a trav�s del SERVIU o de otros planes financiados con intervenci�n del Estado. En mi Regi�n (S�ptima), es com�n que, a los 4, 5 � 6 meses de la entrega de poblaciones o conjuntos habitacionales, comiencen a aparecer fallas estructurales. Eso es imperdonable, sobre todo cuando se trabaja para resolver necesidades sociales y, adem�s, con recursos p�blicos. En general, el negocio inmobiliario destinado a solucionar la carencia de vivienda de los sectores medios y populares es bastante poco cuidadoso en lo referente a la calidad del producto que entrega. Por esta raz�n, es imprescindible establecer los mecanismos mediante los cuales los arrendatarios y futuros due�os de las casas puedan verificar, realmente, que la calidad de las mismas corresponde a los montos fijados por concepto de renta de arrendamiento y de capitalizaci�n. En tercer lugar, me merece muchas dudas la obligaci�n incorporada en el proyecto en orden a contratar un seguro de desempleo para precaver eventuales incumplimientos de los usuarios en el pago de las cuotas, tanto de capital como de arriendo. En el pa�s no existe experiencia en materia de seguro de desempleo. Y, dado que no tenemos cultura en esta clase de seguros, quiz�s ese requisito implique introducir en la legislaci�n, a t�tulo muy espec�fico, una exigencia que todav�a no estamos en condiciones de implementar, ya que, incluso, en la sociedad chilena la inmensa mayor�a de los trabajadores tiene problemas concernientes a su empleo eventual. Adem�s, �sta es la modalidad de trabajo corriente de millones de compatriotas. En cuarto y �ltimo t�rmino, comparto la preocupaci�n evidenciada aqu� respecto de un tema que no tiene que ver directamente con la vivienda, pero que est� muy vinculado a ella. Se trata del modo en que se desarrolla la urbanizaci�n en nuestro pa�s y del hecho de que los programas de construcci�n de casas se orientan hacia un tipo de urbanizaci�n que, en mi concepto, no es sostenible. Y esto ocurre no s�lo en Santiago, sino tambi�n en ciudades medianas y peque�as, donde a veces la situaci�n es dram�tica. Conozco en detalle los casos de Curic� y Talca. All�, la realizaci�n de programas de viviendas se ve crecientemente obstaculizada por la ausencia de suelo urbano aprovechable. La tendencia hist�rica y cultural en Chile ha sido evitar la construcci�n en altura. La idea de que la casa propia, en el sentido f�sico, debe tener jard�n, patio y antepatio, por peque�os que sean, va generando un tipo de urbanizaci�n incompatible con el desarrollo arm�nico de las ciudades, o con la utilizaci�n racional de los mejores suelos agr�colas del territorio -hoy, muchos de ellos est�n siendo invadidos por poblaciones urbanas-, y tampoco permite el mejoramiento de la calidad de vida de sus habitantes. Estoy consciente de que �ste no es un problema simple. Sin embargo, a mi modo de ver, es preciso estimular la densificaci�n urbana. Esta es una cuesti�n central y debiera ser declarada pol�tica del Estado. De lo contrario, construiremos ciudades caras, extensas, con mala infraestructura de servicios, sin espacios de recreaci�n. En s�ntesis, produciremos un desarrollo urbano totalmente inconciliable con una concepci�n moderna de la vida en la ciudad. Ese mismo problema se presenta, de manera creciente, en cuanto a la localizaci�n de la vivienda rural. Se construye donde se pueden comprar tierras destinadas a soluci�n habitacional para los beneficiarios del subsidio rural. Pero las casas carecen de luz el�ctrica y no cuentan con servicios de utilidad p�blica, ni con escuelas. Hay una absoluta anarqu�a en la localizaci�n de la vivienda campesina, producto de pol�ticas p�blicas, como la del subsidio rural. Ser�a conveniente aprovechar la discusi�n de este proyecto para iniciar una pol�tica de concesi�n de determinados privilegios, por parte del Estado -al que corresponde hacer estas cosas-, a aquellos ciudadanos que se acojan a los sistemas de subsidio habitacional y que est�n resueltos a optar por la construcci�n en altura, en programas de mayor densificaci�n urbana. Ese y otros instrumentos de orientaci�n de las pol�ticas p�blicas pueden coadyuvar al prop�sito de tener ciudades exentas de los problemas que actualmente presentan, de manera dram�tica, Santiago y las principales metr�polis del pa�s, y que empiezan a manifestarse, igualmente, en todas las ciudades intermedias a lo largo de Chile. He dicho. El se�or VALD�S (Presidente).- Ha terminado el tiempo del Orden del D�a. Corresponde votar. Se proceder� a tocar los timbres para llamar a los se�ores Senadores a fin de que participen en la votaci�n, porque esta iniciativa contiene normas de rango org�nico constitucional y, por lo tanto, su aprobaci�n requiere un qu�rum de 26 votos. En votaci�n. --(Durante la votaci�n). El se�or D�EZ.- Se�or Presidente, voy a votar favorablemente este proyecto de ley, porque creo conveniente modernizar nuestras instituciones, de manera de propender a facilitar la participaci�n e iniciativa de las personas y de las organizaciones que �stas forman en la soluci�n de las grandes carencias nacionales. Comparto muchos de los conceptos vertidos en esta Sala por el Honorable se�or Gazmuri sobre el desarrollo de las medianas y peque�as ciudades. Por eso, vale la pena aprobar la idea de legislar. Pero pienso que la iniciativa nos obliga a una revisi�n muy cuidadosa, por los siguientes aspectos: primero, la poca experiencia que tenemos en materia de leasing, al menos en vivienda; segundo, el atraso que hay con relaci�n a algunas instituciones que consagra el C�digo Civil; tercero, la r�pida desvalorizaci�n de las viviendas ubicadas en ciertas zonas, a causa del clima (porque puede acontecer que, finalmente, el precio de venta resulte muy superior al valor comercial de la propiedad), y cuarto, la ausencia de seguros de desgravamen, que son absolutamente indispensables para la tranquilidad de la vida familiar. Adem�s, deben estudiarse detenidamente las normas que fijen las comisiones e intereses que se pueden cobrar por los servicios que se presten y, tambi�n, establecerse l�mites a los intereses penales. En s�ntesis, de alguna manera debemos revisar toda la instituci�n vinculada con la materia, a fin de que la esperanza que una persona ha puesto al ahorrar dinero mensualmente -m�s all� de lo que est� pagando por un arriendo- no se vea expuesta a los riesgos que vemos que se producen tan a menudo con una legislaci�n de este tipo, de contratos sucesivos, como ha sucedido, por ejemplo, en la compraventa de autom�viles a cr�dito y por cuotas. Estoy de acuerdo en que exista un sistema donde se permita el leasing para la adquisici�n de viviendas. Pero creo que, con motivo de la elaboraci�n del segundo informe en la Comisi�n t�cnica respectiva y a trav�s de las distintas indicaciones que puedan formular los se�ores Senadores, ha de tomarse en cuenta que, adem�s del progreso que esto representa, de las esperanzas que existen y de la eficacia que pueda tener el sistema, deben adoptarse medidas conservadoras en cuanto a garant�as, prestaciones claras y l�mite de intereses, y, probablemente, contemplar un seguro para las personas que durante algunos a�os han participado en aqu�l y que, por causas ajenas a su voluntad, se ven en la imposibilidad de seguir pagando sus cuotas. Todas estas circunstancias deben ser previstas en la ley, respetando lo m�s posible la libertad de las partes, sin olvidar que es obligaci�n del legislador proteger a quien no s�lo tiene una situaci�n econ�mica desmejorada, sino, tambi�n, menos capacidad de asesor�a jur�dica y de analizar sus proyecciones futuras. Se�or Presidente, deseando que este sistema tenga el mejor de los �xitos, y en la idea de que podamos perfeccionarlo tanto con el proyecto en debate como en el transcurso de las experiencias de los pr�ximos a�os, doy mi aprobaci�n a la iniciativa. Desde luego, formular� una indicaci�n -que no es usual en la legislaci�n nacional, pero s� lo es en alguna extranjera- para que la misma ley obligue a su revisi�n dentro de un per�odo de tres a�os, a fin de ver si realmente est� operando bien, o si es necesario hacer algunos ajustes. De esta manera nosotros estar�amos cumpliendo cabalmente con nuestra funci�n legislativa. Voto que s�. La se�ora FELI�.- Se�or Presidente, creo que este proyecto es muy importante. Pero tengo muchas aprensiones sobre �l, por las distintas intervenciones que he escuchado hoy en este Honorable Senado. Mucho hemos hablado de los sectores medios, de los sectores j�venes. Y la verdad es que me produce temor la circunstancia de que pueda perderse el principio de focalizaci�n de los recursos que el Estado debe asignar a las �reas que realmente son merecedoras de un aporte de �ste que les permita dar soluci�n a su problema de vivienda. En esa perspectiva, creo que la iniciativa debe ser corregida o, tal vez, precisada. Al parecer, algunos se�ores Senadores que se refirieron a ella emplearon una terminolog�a muy general, en circunstancias de que, a lo mejor, el subsidio estatal no se otorgar� a todas las personas que se acojan al sistema. Por eso, estimo indispensable la focalizaci�n, toda vez que la ayuda del Estado debe ser s�lo para gente que no disponga de recursos y cuya situaci�n amerite un aporte extraordinario. En segundo t�rmino, se�or Presidente, tengo muchas dudas en lo que dice relaci�n al compromiso del presupuesto futuro. Nuestra Constituci�n Pol�tica, a trav�s de diversas normas -una de ellas se refiere a la contrataci�n de cr�ditos estatales-, procura que anualmente se lleve a cabo un estudio de las necesidades del a�o presupuestario siguiente, para que sobre esa base se asignen los recursos correspondientes. Desde ese punto de vista, me preocupa que, mediante los subsidios que el Estado se est� comprometiendo a entregar a tan largo plazo, se dejen limitadas las facultades del legislador futuro en la distribuci�n de los mismos, la que necesariamente debe ser casu�stica. El legislador tiene que ponderar, cada a�o presupuestario, en qu� se invertir�n los fondos. Y si ellos ya est�n comprometidos por leyes dictadas con mucha anterioridad, tal posibilidad se ver� muy disminuida, o bien, desaparecer�. Por las razones expuestas, me abstengo. La se�ora FREI.- Se�or Presidente, me toc� participar en la Comisi�n de Vivienda y Urbanismo que estudi� el proyecto en debate, la que a mi juicio realiz� un trabajo de gran importancia, no s�lo desde el punto de vista jur�dico y econ�mico, sino especialmente desde la perspectiva social. Creo que la iniciativa es muy innovadora y visionaria. Y, por lo mismo, durante su discusi�n particular deberemos analizarla con mayor acuciosidad, tal vez tomando en cuenta muchas indicaciones y aprensiones formuladas aqu� por determinados se�ores Senadores, algunas de las cuales ya fueron examinadas en la referida Comisi�n, pero perfectamente pueden ser reestudiadas. Es nuestro deseo que esta iniciativa se apruebe, toda vez que crea una buena posibilidad para que muchas familias de chilenos que mes a mes pagan un arriendo -el que, en cierta manera, es dinero perdido para ellos-, destinen esos recursos a la adquisici�n de su propia casa, especialmente los sectores de gente joven, la que carece de medios econ�micos para dar un pie y optar a ello. Adem�s, este sistema permitir� que, con el transcurso del tiempo, las personas vayan ampliando sus viviendas o comprando otras m�s adecuadas, seg�n como se vaya presentando la familia. Se�or Presidente, este proyecto es -dir�a- casi revolucionario. Lo hemos estudiado con mucha atenci�n. As� que lo votar� favorablemente, y pedir�a al resto de los se�ores Senadores que tambi�n lo apruebe, sin perjuicio de las indicaciones que m�s adelante puedan formularse, porque su fondo nos parece absolutamente beneficioso para gran cantidad de chilenos. Voto afirmativamente. El se�or MC-INTYRE.- Se�or Presidente, particip� en algunas reuniones de las Comisiones que analizaron la iniciativa. Y, en realidad, pude comprobar que es bastante imaginativa, distinta a otros proyectos y de gran importancia en el aspecto social. Sin embargo, durante su estudio se hicieron diversas prevenciones con respecto a varios puntos. Tambi�n pude apreciar que en algunas oportunidades surgieron soluciones de inmediato, como fue el caso, por ejemplo, de las cajas de compensaci�n. Creo que tales aprensiones y problemas tambi�n se presentar�n en el futuro, tanto a quienes inviertan en el sistema, a los empleados y obreros que se acojan a �l, como al Estado, que otorgar� los subsidios. Por lo tanto, en vez de distribuir anualmente una inmensa cantidad de subsidios -aproximadamente, 30 mil � 40 mil-, me parece que en los primeros a�os de aplicaci�n del sistema ser�a conveniente destinar una cifra muy inferior a la se�alada, alrededor de 5 mil. Y esto deber�amos consagrarlo en el mismo proyecto. Por tratarse de una materia tan importante, creo que tenemos que ir manej�ndola de acuerdo a la experiencia que se vaya adquiriendo. Voto que s�. El se�or R�OS.- En atenci�n al tiempo, como Presidente de la Comisi�n de Vivienda, no voy a responder en particular todas las aprensiones e inquietudes que, con mucha justicia, se han planteado, algunas de ellas muy importantes para la historia de la ley. Sin embargo, quiero se�alar, en t�rminos amplios -y aqu� recojo una de las expresiones muchas veces mencionada por el Honorable se�or Alessandri-, que los preceptos constitucionales determinan que las leyes aprobadas por el Congreso deben establecer, b�sicamente, orientaciones generales y los l�mites de una acci�n determinada, correspondiendo al Ejecutivo la responsabilidad de reglamentarlas. Es muy importante mencionar lo anterior, pues gran parte de las inquietudes manifestadas por los se�ores Senadores est�n resueltas, en t�rminos globales, en el proyecto en an�lisis. No obstante, la resoluci�n que el Senado debe adoptar es si va a dictar una legislaci�n reglamentaria, o disposiciones generales que se reglamenten posteriormente por el Ejecutivo en todo aquello que le corresponda, vale decir, en lo relativo a las personas que, mediante un contrato de arrendamiento con promesa de compraventa, contribuyan al fondo destinado al subsidio habitacional del Estado y al cual pueden acceder. Porque todas la otras personas que participan en contratos de arrendamiento quedan sujetas a lo que las partes, libremente, decidan realizar. Por lo tanto, en el an�lisis m�s a fondo que realicen los se�ores Senadores de esta normativa legal, teniendo presente el aspecto se�alado, sin lugar a dudas van a encontrar respuesta a gran parte o a todas las inquietudes mencionadas. Voto que s�. El se�or ROMERO.- Se�or Presidente, voy a fundar en forma muy breve mi voto afirmativo. A mi juicio, el proyecto viene a solucionar el problema muy serio al cual se enfrentan los j�venes en particular y los que se encuentran como allegados, pues ambos grupos carecen de posibilidad para optar a un subsidio habitacional. En efecto, a trav�s del sistema de arrendamiento de viviendas con promesa de compraventa propuesto, en adelante podr�n hacerlo. Quiero hacer presente que la idea de que se trata fue planteada hace mucho tiempo. Conozco a su autor material. Y considero importante hacer honor a quien -quiz�s por su modestia- no figura en ninguna parte de los antecedentes de la iniciativa. Me anotan en este momento que s� est� mencionado -de lo cual me alegro mucho-; pero, de todas maneras, quiero citar espec�ficamente su nombre en la Sala. Junto con el se�or Ministro de Obras P�blicas, tuve la oportunidad de trabajar con el ingeniero civil don Sergio Almarza en diversos proyectos. De manera que s� de su capacidad. Incluso, me toc� participar con �l en la C�mara Chilena de la Construcci�n, donde dicho profesional plante� sus primeras ideas. Me parece muy positivo que el Ministerio de Vivienda acogiera una iniciativa surgida del estudio y an�lisis que realiz� una persona conocedora del tema de fondo. Hoy, seg�n entiendo, es asesor de dicha Secretar�a de Estado, atendidas las caracter�sticas de su trabajo. Lo resalto, se�or Presidente, porque pienso que es importante realzar este tipo de hechos. Voto afirmativamente. El se�or ZALD�VAR.- Se�or Presidente, s�lo quiero aclarar dos conceptos, los cuales, a mi juicio, conviene tener presentes. En primer lugar, la afirmaci�n hecha en cuanto a que un endeudamiento de largo plazo del Estado podr�a contradecirse con la Constituci�n, a mi entender, carece de fundamento. Si as� fuera, cualquier ley que imponga un gasto permanente y de tracto sucesivo en el tiempo comprometer�a el Presupuesto de la Naci�n. Por ejemplo, si se aprueba una ley de pensiones, debe considerarse que el beneficio correspondiente deber� pagarse durante tantos a�os como viva el pensionado. Sin embargo, dicha ley se sanciona sin mediar problemas de tipo constitucional. Lo mismo ocurre con la fijaci�n de plantas para la Administraci�n P�blica; y tambi�n -por qu� no decirlo- con las autorizaciones que cada a�o damos al Fisco en la Ley de Presupuestos, para que contraiga deudas con la banca internacional, con el Banco Mundial o con el BID, a 15 � 20 a�os plazo. Por tal motivo, me parece adecuado precisar esa argumentaci�n, porque, aun cuando algunas personas prefieren vivir con un c�lculo diario de sus gastos, los pa�ses deben agregar a �se los de mediano y largo plazos. En cuanto al seguro de desgravamen -igualmente mencionado aqu�-, cabe destacar que en cualquier contrato puede establecerse un sistema que lo comprenda, pero en forma voluntaria entre las partes. Por lo tanto, es perfectamente posible introducir ese elemento tanto voluntaria como obligatoriamente. Sin embargo, en materia de viviendas, lo que m�s encarece los empr�stitos para su adquisici�n es el referido seguro, aun cuando resulte beneficioso para los herederos cuando fallece el titular del cr�dito. En otras partes del mundo, en cambio, para no encarecer el sistema, rige el concepto de propiedad familiar, con sucesi�n del cr�dito de vivienda del titular, el cual se transfiere por herencia a su propia familia. Con ello se evita el seguro de desgravamen. En todo caso, al titular del cr�dito se da la alternativa de optar entre dicho sistema y el seguro de desgravamen, asumiendo en este �ltimo caso un mayor costo. Por otra parte, quiero destacar que el proyecto en estudio contiene un elemento muy positivo. Porque, como se autoriza un descuento de hasta el 25 por ciento del sueldo de la persona, destinado a incrementar la respectiva cuenta individual de ahorro para la vivienda cuando se celebre un contrato de arrendamiento con promesa de compraventa, adem�s de ese descuento por planilla -que agilizar� mucho el sistema de ahorro-, se establece un seguro de desempleo, con el fin de asegurar tambi�n que el mecanismo funcione con regularidad, aun en la eventualidad de que el titular quede cesante. Por todas estas consideraciones, se�or Presidente, y estimando que se trata de una legislaci�n de mucha trascendencia, que seguramente se perfeccionar� durante la discusi�n particular, voto que s�. El se�or VALD�S (Presidente).- Terminada la votaci�n. El se�or EYZAGUIRRE (Secretario).- Resultado de la votaci�n: 37 votos por la afirmativa y una abstenci�n. Votaron por la afirmativa los se�ores Alessandri, Calder�n, Cantuarias, D�az, D�ez, Fern�ndez, Frei (don Arturo), Frei (do�a Carmen), Gazmuri, Gonz�lez, Hormaz�bal, Huerta, Jarpa, Lagos, Larre, Lavandero, Letelier, Martin, Mc-Intyre, Navarrete, N��ez, Otero, Pacheco, P�ez, Palza, Papi, R�os, Romero, Ruiz (don Jos�), Ruiz-Esquide, Siebert, Sinclair, Soto, Urenda, Vald�s, Vodanovic y Zald�var. Se abstuvo de votar la se�ora Feli�. El se�or VALD�S (Presidente).- Por lo tanto, queda aprobado en general el proyecto, habi�ndose superado el qu�rum constitucional requerido. Como se hizo presente al inicio de la sesi�n, el plazo para presentar indicaciones vence el 5 de agosto, a las 12. VI. TIEMPO DE VOTACIONES INCORPORACI�N DE NUEVOS PRECEPTOS EN COMISIONES MIXTAS. CONSULTA A COMISI�N DE CONSTITUCI�N El se�or VALD�S (Presidente).- En el Tiempo de Votaciones, corresponde tratar lo propuesto en la sesi�n reci�n pasada por el Honorable se�or Otero, en cuanto al procedimiento que debe seguirse en una Comisi�n Mixta cuando el Ejecutivo presenta indicaciones para agregar preceptos nuevos, no contenidos en el correspondiente proyecto aprobado por la C�mara de Diputados o por el Senado, ni han dado motivo a conflictos entre ambas ramas legislativas. Se trata de un asunto sobre el cual no existe legislaci�n y que merece ser analizado. Los Comit�s estuvieron de acuerdo en enviarlo a la Comisi�n de Constituci�n, Legislaci�n, Justicia y Reglamento para que �sta informe sobre la materia. Hago presente a Sus Se�or�as que los planteamientos sobre el punto est�n contenidos en la Versi�n Taquigr�fica de la sesi�n anterior. En consecuencia, si le parece a la Sala, la materia se enviar� en consulta a la referida Comisi�n. Acordado. VII. INCIDENTES PETICIONES DE OFICIOS El se�or EYZAGUIRRE (Secretario).- Han llegado a la Mesa diversas peticiones de oficios. El se�or VALD�S (Presidente).- Se les dar� curso en la forma reglamentaria. ------------------- --Los oficios cuyo env�o se anuncia son los siguientes: Del se�or Frei (don Arturo): TERRENOS PARA SERVICIO DE SALUD CONCEPCION-ARAUCO (OCTAVA REGI�N) "Al se�or Ministro de Bienes Nacionales, solicit�ndole que los terrenos destinados al Servicio de Salud Concepci�n-Arauco, mediante resoluci�n N� 221, de fecha 31 de diciembre de 1990, del Secretario Regional Ministerial de Bienes Nacionales de la Octava Regi�n, no sean destinados a otra entidad, pues con ello se comprometer�a seriamente la viabilidad del hospital de alta tecnolog�a que se pretende edificar en dichos terrenos y cuyo estudio de prefactibilidad, financiado con fondos del Banco Interamericano de Desarrollo, ya ha arrojado sus primeros resultados.". DIVERSAS OBRAS P�BLICAS EN COMUNA DE SANTA JUANA (OCTAVA REGI�N) "Al se�or Subsecretario del Interior, pidi�ndole aprobar y financiar los siguientes proyectos presentados por el Gobernador Provincial de Concepci�n, para la comuna de Santa Juana: "1.- Reparaci�n y reposici�n de infraestructura y otros locales escolares, ($ 14.205.000). "2.- Red de agua potable en calles Lautaro, Colo-Colo y Colip�, ($ 7.441.000). "3.- Equipamiento de V.H.F. para Escuelas Rurales y Servicios P�blicos II Etapa, ($ 4.980.000).". FINANCIAMIENTO PARA PROYECTOS DE ELECTRIFICACI�N RURAL EN HUALQUI (OCTAVA REGI�N) "Al se�or Subsecretario de Desarrollo Regional y Administrativo, solicit�ndole aprobar y financiar con F.N.D.R. los siguientes proyectos presentados por la Ilustre Municipalidad de Hualqui a la SERPLAC de la Octava Regi�n: "1.- Proyectos de Electrificaci�n Rural en: -Sector Redolino. -Sector La Palma. -Sector Santo Domingo. -Sector San Miguel de Quilacoya. -Sector La Puntilla. -Sector Chillancito. -Sector R�nguel. -Sector Gomero. -Sector Vega de Diuca.". FINANCIAMIENTO PARA PROYECTOS DE CONSTRUCCI�N DE REFUGIOS PEATONALES EN SANTA JUANA (OCTAVA REGI�N) "Al se�or Subsecretario de Desarrollo Regional y Administrativo, solicit�ndole aprobar y financiar el proyecto "Construcci�n Refugios Peatonales Sector Urbano y Rural", presentado por la Ilustre Municipalidad de Santa Juana y reiterado por el Gobernador Provincial de Concepci�n, que tiene un costo de $ 6.910.000.". ------------------- Del se�or Lavandero: APLICACI�N DE LEYES N�s. 16.282 Y 19.095 EN DIVERSAS COMUNAS DE LA NOVENA REGI�N AFECTADAS POR LLUVIAS "Al se�or Presidente de la Rep�blica, pidi�ndole la aplicaci�n de las normas contenidas en las leyes 16.282 y 19.095, que legislan sobre casos de sismos o cat�strofes, a las siguientes Comunas de la IX Regi�n: Carahue, Tolt�n, Loncoche, Teodoro Schmidt, Puerto Saavedra y Curarrehue, y declararlas "zonas afectadas", en atenci�n a los graves da�os y deterioros que han producido las intensas lluvias. Aunque a�n no existe una evaluaci�n definitiva, especialmente en el sector agr�cola pecuario, en infraestructura vial y en viviendas, una somera inspecci�n ocular permite hacer un diagn�stico bastante grave de la situaci�n producida.". ------------------- Del se�or Navarrete: ATRASO EN PAGO DE BENEFICIOS DE ESTATUTO DOCENTE "A los se�ores Ministros del Interior y de Educaci�n, en los siguientes t�rminos: "Me dirijo a Uds. con el objeto de manifestarles mi preocupaci�n por el retardo con que se est�n pagando a los profesores los beneficios salariales que les corresponden por aplicaci�n del Estatuto Docente, entre otros -seg�n me he informado en sucesivas reuniones con dirigentes del Magisterio de mi circunscripci�n Senatorial- la Asignaci�n de Experiencia, las Asignaciones de Responsabilidad Directiva y T�cnico Pedag�gica. "En las mismas reuniones que he se�alado, he tenido la oportunidad de imponerme de la dura tarea que debe afrontar el maestro al asumir el rol de educar a nuestros ni�os y j�venes, en condiciones extremas de carencia de recursos y con niveles de remuneraci�n tan exiguos que le impiden sustentar su vida dignamente. "He podido comprobar tambi�n que estos mismos maestros, a pesar de las dif�ciles condiciones en que desarrollan su noble labor, no cesan en su empe�o de formar intelectual y moralmente a las futuras generaciones de chilenos de la mejor forma posible. "Es preciso que las autoridades que tienen a su cargo la gesti�n presupuestaria del Estado y aquellas que se encargan de su labor educativa comprendan que los recursos que se destinan a la educaci�n de nuestro pueblo, m�s que un gasto, representan una importante inversi�n y, en consecuencia, asuman prontamente la tarea de reformar el sistema de financiamiento educativo a fin de evitar que, en lo sucesivo, sean los profesores quienes deban soportar las falencias del mismo.". CRISIS FINANCIERA DE DEPARTAMENTO DE EDUCACI�N MUNICIPAL EN LAUTARO (NOVENA REGI�N) "Al se�or Ministro de Educaci�n, con el objeto de solicitarle que tenga a bien considerar favorablemente la solicitud que por oficio N� 851, de 8 de junio de este a�o, le dirigiera el Alcalde de la I. Municipalidad de Lautaro, don Renato Hauri G�mez. "La referida comunicaci�n hace presente la aguda crisis financiera que afecta al Departamento de Educaci�n Municipal de dicha comuna y la urgente necesidad de que intervenga la autoridad ministerial para remediar la situaci�n, que se torna insostenible.". ------------------- Del se�or Romero: CREACI�N DE COMUNA DE CONC�N (QUINTA REGI�N) "Al se�or Ministro del Interior, para que informe sobre el proyecto de creaci�n de la comuna de Conc�n, solicit�ndole respetar los actuales l�mites de las comunas de Quintero y de Limache.". PAVIMENTACI�N DE CUESTA EL MANZANO Y TRASLADO DE ADUANA DE LOS ANDES (QUINTA REGI�N) "Al se�or Ministro de Obras P�blicas, solicit�ndole informar sobre proyecto de estudios de pavimentaci�n de la cuesta El Manzano, en comuna de Putaendo, y sobre estado de avance del proyecto de traslado de la aduana de Los Andes al sector de Coquimbito, en especial lo referido a los tr�mites de adquisici�n de los terrenos, as� como tambi�n a su financiamiento.". LICITACI�N DE SISTEMA DE AGUA POTABLE PARA DIVERSAS COMUNAS DE LA QUINTA REGI�N . "Al se�or Gerente de ESVAL, pidi�ndole que informe respecto de la licitaci�n del sistema de agua potable para el litoral norte, comunas de Quintero, Puchuncav�, Zapallar, Papudo y La Ligua.". ------------------- Del se�or Siebert: SUCURSAL DE BANCO DEL ESTADO EN COMUNA DE LOS MUERMOS (D�CIMA REGI�N) "Al se�or Presidente del Banco del Estado de Chile, en la forma que se indica: "Con todo respeto me dirijo a Ud. para hacerle presente la inquietud que me planteara el se�or Alcalde de Los Muermos en relaci�n con la conveniencia y necesidad de establecer en dicha localidad una sucursal de la entidad bancada que preside. "Efectivamente, manifiesta el se�or Alcalde su sorpresa al informarse de que en el sector alto de Puerto Montt, con motivo de un proyecto de barrio c�vico, se instalar�a una agencia del Banco del Estado, en circunstancias de que la capital de la Provincia y de la Regi�n, ya cuenta con una Subgerencia de ese banco. "Por otro lado, en Los Muermos s�lo existe una Caja Auxiliar, la que, por su calidad de tal, no ofrece plenamente los beneficios de una instituci�n financiera. Expone el se�or Alcalde en su solicitud que la oficina auxiliar tiene un gran volumen de atenci�n al p�blico debido al movimiento de fondos que se produce por el considerable comercio de leche, papas y ganado. En el caso de que esa oficina fuese de mayor categor�a, los clientes potenciales de los sectores rurales de las comunas de Maull�n, Fresia, Puerto Varas y Los Muermos, cambiar�an con toda seguridad definitivamente sus cuentas corrientes a esta agencia. "Por lo anterior, se solicita que se estudie la posibilidad de subir la categor�a de representaci�n del Banco del Estado en la localidad de Los Muermos, estableciendo una Agencia.". ------------------- El se�or VALD�S (Presidente).- En Incidentes, el primer turno corresponde al Comit� Dem�crata Cristiano. Sin embargo, el Honorable se�or Navarrete ha informado a la Mesa que ese Comit� le ha cedido parte de su tiempo. El se�or RUIZ-ESQUIDE.- En primer t�rmino, intervendr� el Senador se�or Navarrete; y despu�s lo har� yo en el tiempo restante. El se�or VALD�S (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Navarrete. F�TBOL AMATEUR EN CHILE. OFICIOS El se�or NAVARRETE.- Se�or Presidente, quiero agradecer el tiempo que me ha cedido el Comit� Dem�crata Cristiano para intervenir primeramente en la hora de Incidentes, sin perjuicio de que Sus Se�or�as puedan usar el correspondiente al m�o, que se encuentra al final del orden establecido para hoy. Se�or Presidente, Honorables colegas, en esta oportunidad quiero referirme a un tema poco com�n, que normalmente no concita grandes debates en esta Corporaci�n, pero que no por ello deja de tener especial significaci�n e inter�s para una enorme cantidad de compatriotas. El deporte y la recreaci�n en general son bienes sociales que satisfacen diferentes necesidades espirituales, emocionales, intelectuales y corporales de las personas, en las distintas etapas de la vida. La pr�ctica del deporte, en muchos casos, conduce a la formaci�n de ideales, valores y conocimientos; sirve de gu�a para la conducta; logra estados de convivencia o desarrollo personal, e incorpora elementos de salud f�sica y mental. El deporte actual es el fruto del resurgimiento de la educaci�n f�sica; es un medio de formaci�n integral del individuo. Si entendemos por juego deportivo toda diversi�n o ejercicio recreativo, sujeto a ciertas reglas y en el que se gana o se pierde, tambi�n podemos aplicar tal denominaci�n a cualquier actividad que no produzca bienes materiales, que se realice como distracci�n o pasatiempo, o que es requerida por s� misma y no por el resultado que conlleve. En el umbral de nuestro siglo, el deporte empez� a apreciarse como un fen�meno de progreso y como un instrumento de solidaridad. En nuestra Era Moderna, se convirti� en el catalizador de las ideas de tolerancia, civismo, generosidad, educaci�n y compa�erismo. Por estas razones, he querido utilizar parte del tiempo de trabajo del Senado de la Rep�blica para hacer algunos comentarios acerca de una de las actividades deportivas m�s importantes, quiz�s, por su capacidad de convocatoria y que, por su car�cter, sea probablemente la de mayor nobleza. Me refiero espec�ficamente al f�tbol amateur. Pienso que �ste concita la mayor capacidad de convocatoria. Con raz�n, se lo ha identificado como pasi�n de multitudes; y a trav�s de �l se concreta una forma para que la juventud ocupe sanamente sus momentos de ocio y, de esa manera, pueda promover una pr�ctica mejor aprovechada de la moral colectiva, a nivel de la sociedad en general. Tal actividad es, sin lugar a dudas, un importante punto de encuentro. De ah� que, con estas preocupaciones, resulte necesario contar con mecanismos y organismos competentes para encauzar y apoyar esta fuerza social, que fomente y promueva este tipo de ejercicio y esta recreaci�n, como bienes importantes para el desarrollo integral de la persona y de la sociedad, a trav�s del impulso para la constituci�n y desenvolvimiento de organizaciones deportivas y recreacionales que permitan su pr�ctica permanente y sistem�tica por parte de la poblaci�n. Se�or Presidente, inspirada en estos nobles prop�sitos se cre� en 1895 la Asociaci�n Nacional de F�tbol Amateur, con la finalidad de fomentar, reglamentar y dirigir la pr�ctica del f�tbol aficionado en todo el territorio nacional. Dicha instituci�n ha tenido en sus manos hacer realidad en todo el pa�s esa gran misi�n, a trav�s de sus programas y actividades, logrando el desarrollo de un deporte masivo que motiva fuertemente a las autoridades del sector, a adultos y a ni�os. Sin duda lo alcanzado es el producto del esfuerzo mancomunado de sus miembros, quienes se han preocupado de los aspectos t�cnicos, administrativos y financieros. Sobre este �ltimo punto har� algunos comentarios durante mi exposici�n. La pr�ctica del f�tbol amateur ha consolidado su acci�n mediante la agrupaci�n de clubes, asociaciones locales y regionales afiliadas a la Asociaci�n Nacional de F�tbol Amateur. Esta tiene diversos niveles de acci�n: regional, local, de tercera divisi�n, de cuarta divisi�n, de f�tbol femenino, de capacitaci�n y de medicina. Las asociaciones regionales representan el conjunto de sus cong�neres locales. Sus funciones principales son la fiscalizaci�n, el control y el informar al Directorio Nacional en lo tocante a aspectos deportivos y administrativos. En cuanto al financiamiento de sus actividades, �stas dependen de los recursos econ�micos que obtienen en sus respectivas Regiones, sea por la v�a de los afiliados, de los aportes extraordinarios que otorgan las municipalidades y la Direcci�n General de Deportes y Recreaci�n, o bien, de los que directamente les transfiere la Asociaci�n Nacional. Este financiamiento, pese al inter�s que hemos puesto en esta actividad, seg�n las consultas formuladas, a nuestro juicio, resulta absolutamente insuficiente, lo cual no ayuda al buen desenvolvimiento de la pr�ctica de este deporte a trav�s del pa�s. Cada asociaci�n regional -en total 13- realiza anualmente competencias en las categor�as seniors, adultos y juveniles, efectuando, a su vez, las eliminatorias de los campeonatos nacionales. La asociaci�n local es la unidad que agrupa a los clubes en un n�mero no inferior a ocho, con cuatro series adultas e igual n�mero de infantiles y juveniles. El club es la instituci�n base, encargada de realizar la actividad -tanto de jugadores como de simpatizantes- dentro del marco reglamentario de la Asociaci�n Nacional de F�tbol Amateur. Cada club funciona independientemente, relacion�ndose con su asociaci�n para los efectos competitivos. El requisito que las asociaciones locales y los clubes deben cumplir para afiliarse a la Asociaci�n Nacional, es contar con la personer�a jur�dica del Ministerio de Justicia o del Interior. A nivel de tercera divisi�n -formada en 1980-, se encuentran los prop�sitos de dirigir, organizar y controlar el torneo anual que sirve de base para el ascenso de un club amateur a la segunda divisi�n del f�tbol profesional. Quiero destacar que en 1992, se calcul� objetivamente que el torneo de tercera divisi�n fue presenciado por m�s de 500 mil personas. A nivel de cuarta divisi�n -creada en 1956- est� la base de los clubes que se incorporan a la tercera. La cuarta divisi�n resulta de capital importancia, toda vez que, de acuerdo a su desenvolvimiento en 1992, cont� con una afluencia de p�blico superior a los 200 mil espectadores. Pero la Asociaci�n Nacional de F�tbol Amateur no s�lo ha impulsado las �reas a las cuales me he referido, pues tambi�n ha fomentado la pr�ctica deportiva por parte de las mujeres. De hecho, el a�o reci�n pasado organiz� el Primer Torneo Nacional de F�tbol Femenino, con participaci�n de clubes representativos de los sectores amateur y profesional. En cuanto a capacitaci�n, a trav�s de distintas instancias, la Asociaci�n Nacional entrega los elementos destinados a una adecuada preparaci�n de sus cuadros t�cnicos para que cumplan eficientemente los objetivos propuestos. A este nivel se movilizan dirigentes, entrenadores y �rbitros, los cuales, en total suman, aproximadamente, 70 mil personas. La Asociaci�n Nacional de F�tbol Amateur ha logrado tambi�n impulsar iniciativas muy interesantes en el campo de la medicina. En tal sentido cuenta con asesor�a m�dica en una cl�nica donde participan un traumat�logo, un kinesi�logo, un radi�logo, un param�dico y un auxiliar. Esta asesor�a comprende ex�menes preventivos, atenci�n de lesionados e investigaci�n m�dica. No obstante la importancia de las actividades desplegadas al respecto y sin el �nimo de desconocer el beneficio de esta ayuda m�dica, deseo advertir la ausencia ostensible de alg�n tipo de seguro que permita aminorar las contingencias por accidentes deportivos, que son muy frecuentes, sobre todo a nivel del f�tbol amateur, donde, a veces, la t�cnica es reemplazada por la pasi�n, la energ�a, la fuerza o el inter�s de disputar el bal�n, con las consecuencias que ello pueda provocar desde el punto de vista f�sico. Otro aspecto que requiere especial menci�n es la enorme capacidad de convocatoria de la Asociaci�n Nacional de F�tbol Amateur. Deseo entregar algunos antecedentes muy espec�ficos, para demostrar con mayor fundamento lo que acabo de se�alar: se realizan 331 competencias oficiales de asociaciones locales; 42 campeonatos nacionales de adultos, desde 1912; 18 campeonatos juveniles, iniciados en 1952; 4 campeonatos de clubes campeones nacionales, a partir de 1988; 5 campeonatos de seniors, a contar de 1990; y un campeonato nacional femenino, organizado el a�o pasado. Todos ellos representan un promedio aproximado de 4 mil espectadores por reuni�n. Ese poder de convocatoria lo podr�amos graficar de la siguiente manera: participan 4.188 clubes, que significan 1.989 encuentros; 13.923 partidos de f�tbol semanales; 417.690 personas, entre futbolistas, �rbitros y directores t�cnicos, por semana; 696.150 convocatorias, con 50 personas por partido; un potencial de asistencia semanal de 1.113.840 espectadores y participantes; un mercado potencial activo mensual de 4.445.360 personas, y un mercado potencial activo por temporada, que comprende 10 meses, de 46.781.280 individuos. Como se puede apreciar, este important�simo n�mero de personas vinculadas al deporte del balompi� representa una de las concurrencias m�s significativas y destacadas que alguna actividad nacional pueda realizar. De todo lo expresado se aprecia una estructura m�s o menos clara, la cual ha alcanzado buenos logros en los aspectos t�cnico y administrativo. Se�or Presidente, creo no pecar de exagerado si a estas alturas de mi intervenci�n declaro mi desconocimiento de muchas de las cifras que he proporcionado de las actividades desarrolladas por intermedio de la Asociaci�n Nacional de F�tbol Amateur; de la realidad espec�fica, concreta y particular que el f�tbol aficionado tiene a trav�s de los campeonatos de barrios, con partidos disputados en cualquier condici�n climatol�gica, ya sea en verano o en invierno, y en los lugares m�s apartados del territorio nacional. �C�mo a trav�s de esta convocatoria, se llevan a la pr�ctica los verdaderos valores de la solidaridad, del entendimiento, del compa�erismo y de la amistad! �C�mo a trav�s de una pr�ctica deportiva se est�n concretando los verdaderos valores de la nacionalidad y se est�n impulsando iniciativas que ayudan a poner de relieve no s�lo la formaci�n f�sica, sino tambi�n intelectual y espiritual! Con todo, la estructura de la Asociaci�n Nacional de F�tbol Amateur hace que surjan algunas inquietudes, espec�ficamente referidas a su financiamiento. �Cuenta la ANFA con mecanismos de financiamiento permanente, al margen de los ya mencionados, o sea, los que provienen de sus afiliados, de las municipalidades o de la Direcci�n General de Deportes y Recreaci�n? Si dispusi�ramos de antecedentes actuales, las cantidades asignadas ser�an incre�blemente ajenas a la relaci�n que hemos destacado desde el punto de vista de su organizaci�n, de su estructura, de su participaci�n y de las distintas iniciativas que tal asociaci�n est� impulsando en el pa�s. Esta inquietud la formulo con la intenci�n de manifestar clara, concreta y categ�ricamente que hay un ostensible vac�o en la materia. En efecto, un claro mecanismo de financiamiento -que le permita un directo, adecuado y legal desarrollo de sus actividades, tanto en el mediano como en el largo plazo- es fundamental para resguardar la independencia y autonom�a de esta important�sima organizaci�n. Me he permitido llamar la atenci�n de Vuestras Se�or�as, con la siguiente finalidad: al enfrentarnos a instituciones de extrema relevancia social -que juegan un rol fundamental en la modelaci�n de nuestra sociedad, especialmente de la juventud, siendo una instancia que se debe aprovechar para encauzarla hacia el comportamiento sano y deportivo y para alejarla del posible camino del vicio o la drogadicci�n al cual pudiere verse arrastrada por falta de expectativas-, se deben dar los pasos firmes y seguros que permitan resolver los vac�os que hoy denunciamos. No me queda sino expresar con mis palabras un apoyo resuelto a las actividades desplegadas por la Asociaci�n, y hacer un llamado para establecer los caminos adecuados que fortalezcan a�n m�s sus actividades. Es necesario realizar esfuerzos para resolver sus problemas de financiamiento; y, tambi�n, considerar la inclusi�n de un seguro deportivo por accidente, en los t�rminos ya mencionados. Deseo agradecer el inter�s y la preocupaci�n demostrada por los dirigentes de la Asociaci�n en distintas regiones del pa�s; y la presencia en las tribunas de esta Corporaci�n de miembros de ella, de modestos representantes de clubes y asociaciones locales y de algunos deportistas, entre los cuales quiero destacar a las jugadoras del Seleccionado Nacional Femenino, que tambi�n se han interesado por superar las deficiencias que actualmente se observan. Todos ellos son modestos compatriotas, que han encontrado en la actividad deportiva, ya sea a trav�s de la pr�ctica directa o de la asunci�n de responsabilidades como dirigentes, una manera de hacer patria y de abogar por la integraci�n, el consenso y la amistad. Se�or Presidente, solicito que se oficie a Su Excelencia el Presidente de la Rep�blica y a los se�ores Ministros de Hacienda y Director General de Deportes y Recreaci�n, pidi�ndoles que tengan a bien considerar, en lo que corresponda, las observaciones que he formulado, y, en consecuencia, adoptar medidas para apoyar m�s resueltamente esta importante actividad. He dicho. --Se anuncia el env�o de los oficios solicitados, en nombre del se�or Senador, en conformidad al Reglamento. El se�or URENDA (Vicepresidente).- Resta a�n tiempo al Comit� Dem�crata Cristiano. El se�or RUIZ-ESQUIDE.- Intervendr� en el turno del Comit� Radical Socialdem�crata, se�or Presidente. El se�or URENDA (Vicepresidente).- En tal caso, corresponde hacer uso de la palabra al Comit� Renovaci�n Nacional. Tiene la palabra el Honorable se�or Lagos. CRISIS DE ARICA Y PARINACOTA E INTERCAMBIO COMERCIAL CON TAIW�N. OFICIO El se�or LAGOS.- Se�or Presidente, durante la semana reci�n pasada, el Diputado se�or Valcarce y el Senador que habla fuimos recibidos en audiencia por Su Excelencia el Presidente de la Rep�blica, a quien expusimos detalladamente las dimensiones y caracter�sticas de la grav�sima crisis que est� afectando a las provincias de Arica y Parinacota, y le insistimos en la necesidad de que el Gobierno la asumiera como una situaci�n de excepci�n y de que adoptara diversas medidas de urgencia tendientes a lograr, si no la normalizaci�n definitiva de las actividades econ�micas en la zona, al menos la creaci�n de las condiciones m�nimas para que puedan iniciar su recuperaci�n. Me complace se�alar en esta ocasi�n que el se�or Presidente de la Rep�blica escuch� nuestros planteamientos con especial inter�s, y nos dio esperanzadoras se�ales de la buena disposici�n del Gobierno que preside para dar soluci�n a la crisis referida. En el curso de la audiencia, se hizo ver al Primer Mandatario la enorme importancia que reviste para Arica un programa de fomento y desarrollo del intercambio comercial con los pa�ses del Pac�fico Sur, y, de modo especial, con la Rep�blica de China en Taiw�n, que se ha transformado en uno de los socios comerciales m�s importantes de Chile. En efecto, el intercambio comercial entre ambos pa�ses alcanz� la cifra r�cord de 780 millones de d�lares, y dej� un super�vit de 360 millones en favor de nuestro pa�s. Seg�n informaciones que me han sido entregadas por la Oficina Econ�mica y Cultural de Taipei en Santiago, las exportaciones chilenas a Taiw�n durante el a�o pasado llegaron a los 572,1 millones de d�lares, mientras que las importaciones desde dicho pa�s alcanzaron a los 212,7 millones de d�lares. Nuestras exportaciones registraron un aumento de 12,2 por ciento en relaci�n al a�o 1991. La Rep�blica de China en Taiw�n es el s�ptimo pa�s entre los de mayores vol�menes de comercio exterior en el mundo. La cifra estimada en la actualidad es de 167 mil millones de d�lares. Durante 1992, ocup� el decimocuarto lugar entre los mayores importadores del mundo y el decimosegundo entre los exportadores. Taiw�n, en fin, se sit�a en el primer lugar en relaci�n a la reserva de divisas extranjeras (84 mil millones de d�lares). Tan expresivas cifras no hacen sino confirmar las extraordinarias perspectivas que ofrece el incremento de nuestro intercambio comercial con la Rep�blica China en Taiw�n, sobre todo si se considera que esa naci�n ha sido, desde hace a�os, el segundo socio de nuestro pa�s en Asia, despu�s de Jap�n, y que, a su vez, Chile es el segundo socio de Taiw�n en Am�rica Latina, despu�s de Brasil. Por otra parte, creo oportuno se�alar que en la Zona Franca de Iquique se han registrado 60 empresas de Taiw�n. En Arica hay 5 industrias y en Santiago est�n operando en la actualidad 55 empresas taiwanesas, dedicadas a diversos rubros. Cabe destacar que tan intenso y creciente intercambio comercial se ha logrado a pesar de que ambos pa�ses, por razones ajenas a su voluntad, no han podido formalizar sus relaciones diplom�ticas. En efecto, por disposiciones de una tercera potencia, basadas en razones de orden pol�tico-ideol�gico que, durante los tiempos que vivimos, ya no tienen justificaci�n alguna, nos hemos visto impedidos de formalizar relaciones diplom�ticas y consulares con la Rep�blica de China en Taiw�n, lo cual, por cierto, representa una intolerable limitaci�n de nuestra soberan�a y un grav�simo da�o para nuestro desarrollo econ�mico. En tales circunstancias, ambos pa�ses han debido conformarse con la limitada gesti�n que corresponde exigir a una modesta Oficina Comercial de Chile en Taipei, encabezada en la actualidad por el se�or Pablo Balmaceda, de Pro-Chile, y a su contraparte en Santiago, la Oficina Econ�mica y Cultural de Taipei, dirigida por el Embajador se�or Steven Wang. En la visita que tuve el agrado de realizar a esta admirable naci�n asi�tica, durante la cual tuve la oportunidad de establecer contacto con personeros de Gobierno y con representantes de las m�s importantes empresas, pude percatarme del gran afecto que existe por nuestro pa�s y del vivo inter�s del sector privado en llevar a cabo importantes inversiones en Chile. Espec�ficamente, se convers� sobre la posibilidad de activar el parque industrial de Chacalluta, lo que significar�a un aporte de extraordinario impacto para las econom�as de Arica e Iquique. No obstante, para que todas estas expectativas y estimulantes proyectos puedan ser concretados en el mediano plazo, se requiere de una pol�tica de Gobierno que, con un criterio amplio y realista, comience por evaluar adecuadamente la enorme importancia que tiene para el pa�s normalizar e incrementar, por lo menos, nuestras relaciones econ�micas y consulares con la Rep�blica de China en Taiw�n. El inter�s nacional en esta materia requiere, a lo menos, la adopci�n de las siguientes medidas b�sicas. a) Elevar a rango de Consulado General la actual Oficina Comercial de Chile en Taipei, transform�ndola en un adecuado instrumento de representaci�n de los intereses chilenos en ese pa�s, que, a la vez, cuente con atribuciones para emitir visas, en forma directa, a los nacionales de Taiw�n interesados en viajar a nuestro pa�s por razones de orden comercial, cultural, de estudio, turismo, etc�tera. En subsidio de lo anterior, el Gobierno podr�a disponer la acreditaci�n de un funcionario consular chileno como adjunto a la actual Oficina Comercial de Chile en Taipei, con las atribuciones antes indicadas. b) Conocido por el Senado de la Rep�blica un proyecto de visitas de empresarios e inversionistas chilenos a la Rep�blica de China en Taiw�n, solicitar al Gobierno que imparta las instrucciones del caso para que, a estas delegaciones, se agreguen altos funcionarios de Gobierno, preferentemente Ministros de Estado o Subsecretarios m�s directamente vinculados con estas materias. c) La revisi�n, complementaci�n y mejora de los acuerdos en actual vigencia, relacionados con la necesidad de otorgar garant�as -o seguros- a la inversi�n taiwanesa en Chile. Sobre este punto, se sugiere que el Gobierno considere como elementos referenciales los acuerdos suscritos entre la Rep�blica de China en Taiw�n y otros diferentes pa�ses, entre los que se cuentan Filipinas y Singapur. Por todo lo expuesto, se�or Presidente, solicito que el Senado de la Rep�blica, movido por los superiores intereses de la Naci�n, haga suyas estas inquietudes y oficie a Su Excelencia el Presidente de la Rep�blica, haci�ndoselas presente con especial recomendaci�n de que tenga a bien disponer, en el m�s breve plazo, la adopci�n de las medidas aconsejadas. Hago estas proposiciones, no s�lo por estimarlas favorables para la Regi�n que represento y, en especial, para la ciudad de Arica, que est� en crisis, sino por ver en ellas, adem�s, un instrumento de real utilidad para el desarrollo de todo el pa�s. Muchas gracias. IRREGULARIDADES EN TRAMITACI�N DE JUBILACIONES. OFICIO El se�or LAGOS.- Se�or Presidente, he le�do con profunda satisfacci�n la denuncia formulada por el diario "La Segunda" del d�a de ayer, 12 de julio, que ha denominado "El sucio mercado de las jubilaciones". Se trata de un problema que abarca, en general, todo el sistema de tramitaci�n previsional, como en repetidas veces lo he denunciado. Recientemente, con motivo de estudiarse en la Comisi�n de Trabajo la iniciativa de ley sobre exonerados pol�ticos, hice ver al se�or Subsecretario de Previsi�n Social, don Luis Orlandini, mi gran preocupaci�n por los honorarios, cobros y comisiones que conlleva, muchas veces, la tramitaci�n normal de las jubilaciones, en detrimento de los trabajadores, y, en especial, de los obreros. Estos suelen otorgar poderes en blanco para autorizar las diligencias destinadas a percibir sus indemnizaciones por a�os de servicio y pensiones, y cancelar, por estos meros tr�mites, hasta el 40 por ciento de honorarios, adem�s de otros pagos a abogados y procuradores. En la Regi�n que represento en este Hemiciclo, se da el caso de jubilados que nunca supieron del valor del cheque con que se les cancel� el trabajo de toda una vida. Por eso, he visto con alegr�a la denuncia de hoy en la que, sin entrar a analizar los pro o contra del sistema en s�, se da cuenta de otra situaci�n jur�dica que muestra los mismos problemas de aprovechamiento de los imponentes por parte de corredores, evidenci�ndose un alto cobro de comisiones por el traspaso de los fondos previsionales al sistema de renta vitalicia, as� como en todo el proceso de b�squeda de los potenciales jubilados, a fin de obtener su traslado de un sistema de jubilaci�n a otro. Esta es una nueva muestra de la necesidad de que el Ejecutivo estudie un proyecto de ley que garantice la pureza de todo el proceso. Adem�s, es preciso generar una cultura de jubilaci�n. Se�or Presidente, durante todo el desempe�o de mi labor parlamentaria he puesto especial �nfasis en contribuir a allanar las dificultades de los trabajadores en sus tr�mites de jubilaci�n. Por las razones dadas, creo urgente solicitar del Gobierno la elaboraci�n de un proyecto de ley que regule estas materias. Pido que se lo oficie al respecto. He dicho. --Se anuncia el env�o del oficio solicitado, en nombre del se�or Senador, en conformidad al Reglamento. El se�or URENDA (Vicepresidente).- No estando presente ninguno de los integrantes de los Comit�s Independiente y Mixto, corresponde el tiempo al Comit� Partidos por la Democracia y Socialista. Tiene la palabra el Honorable se�or N��ez. CR�TICA SITUACI�N DE MINER�A El se�or N��EZ.- Se�or Presidente, hace pocos minutos termin� una sesi�n especial de la C�mara de Diputados, en la que tuvimos la oportunidad de conocer m�s en detalle las dificultades que afectan a la peque�a miner�a en nuestro pa�s. De la larga, meditada y documentada exposici�n del se�or Ministro del ramo, don Alejandro Hales, se desprende que la actual situaci�n es, tal vez, una de las m�s delicadas por la que hemos pasado. He querido intervenir en esta oportunidad porque me asiste la plena convicci�n de que el problema no s�lo preocupa a los mineros y a los Parlamentarios de las zonas afectadas. Chile sigue siendo un pa�s minero, nos guste o no nos guste. El 45 por ciento de nuestras exportaciones proviene de la miner�a. Cl�sicamente se nos ha definido en el mundo de esa manera, y nos enorgullecemos de ello. Sin embargo, estoy absolutamente cierto de que entre nosotros a�n no existe suficiente convicci�n y conciencia al respecto. Es m�s: tengo la impresi�n de que la mayor parte de los chilenos -incluidas altas autoridades de nuestro Gobierno y sectores t�cnicamente vinculados con la miner�a- no tiene una cabal comprensi�n del significado de esta actividad para nuestro pa�s. Tal vez las dificultades actuales nos est�n haciendo reflexionar de manera m�s profunda. Esta crisis, particularmente derivada de la baja del precio del cobre en el mercado internacional, nos hace reflexionar, tal vez, en forma m�s profunda; nos lleva a analizar las situaciones m�s detenidamente e ir a la ra�z misma de los problemas que afectan a nuestra miner�a. Quiero se�alar que cuando otros sectores de la actividad productiva del pa�s se encuentran en condiciones aflictivas, normalmente todos corremos -incluso el propio Parlamento- a socorrerlos con la adopci�n de alguna medida, como sucedi�, por ejemplo, en el caso del carb�n o en el de algunos productos agr�colas. No obstante, en lo que ata�e a la miner�a, cuesta mucho tomar medidas que vayan al fondo de los problemas que la afligen. De ah� esa primera preocupaci�n. Pero el tema m�s sustantivo no radica �nicamente en no tener hoy una pol�tica que nos permita enfrentar estructuralmente el problema, sino tambi�n en no asumir el hecho de que no es s�lo la peque�a miner�a de nuestro pa�s la que atraviesa por una situaci�n bastante conflictiva: en la misma condici�n se hallan la mediana y la gran miner�as. Deseo manifestar, s�lo a v�a de ejemplo, que en los �ltimos d�as se ha producido una gran discusi�n a trav�s de los medios de comunicaci�n acerca del tema de CODELCO. Hay quienes plantean clara y definitivamente que dicha empresa, que es fundamental para el destino econ�mico de Chile, debe ser privatizada, mientras otros se�alan que no debe hacerse nada. Creo que esas dos posiciones son francamente lamentables y no dicen relaci�n a la necesaria b�squeda de pol�ticas que efectivamente nos permitan enfrentar la delicada situaci�n por la que atraviesa la principal empresa del pa�s. No se trata b�sicamente de privatizarla ni de dejarla en statu quo, sino de modernizarla y hacerla lo m�s competitiva posible para enfrentar los enormes desaf�os que tiene nuestro cobre en el mercado internacional, particularmente en cuanto a elevar su productividad, mejorar sus costos y permitir que la empresa haga retornables mayores cantidades de d�lares al erario, a fin de que �stos sean aplicados en las pol�ticas sociales que todos decimos que deben ser implementadas. Al mismo tiempo, la mediana miner�a se debate -al menos, 18 de sus empresas- en un enorme desaf�o de modernizaci�n de sus estructuras tecnol�gicas, cuesti�n que no es f�cil enfrentar, debido a los altos niveles de inversi�n que se requieren para que ella sea efectivamente m�s competitiva en el mercado internacional y pueda acometer los desaf�os que ello implica. Sin embargo, el problema lo est�n enfrentando, b�sicamente, los peque�os mineros y, en particular, los mineros artesanales. Tengo en mi poder un informe -emanado de los gerentes regionales de la propia ENAMI, que aplican su experiencia sobre la materia- seg�n el cual, de mantenerse la actual situaci�n que afecta a ese sector, se puede llegar, en el segundo semestre del presente a�o, a una cifra cercana a 30 por ciento de empresas mineras que van a dejar de producir minerales para las plantas, en especial, de ENAMI. Y en el pr�ximo a�o, ese porcentaje podr�a alcanzar a 50 por ciento, provocando una crisis que ser�a, tal vez, la m�s grande que haya vivido dicho sector en la historia de Chile. Digo "en la historia de Chile", porque me refiero a una actividad que naci� en los tiempos de la Colonia, cuando llegaron los espa�oles y, quiz�s, mucho antes. De tal manera que estamos ante una situaci�n muy delicada que afecta directa o indirectamente a m�s de 2 millones de chilenos, quienes la ven hoy como una de las m�s graves que les haya tocado enfrentar. A�n m�s: se trata de 2 millones de chilenos que, en su gran mayor�a, pertenecen a familias de clase media, pero fundamentalmente a sectores populares. He querido intervenir en la hora de Incidentes para se�alar que �ste es un tema que debiera preocuparnos y que, ojal�, a trav�s de la Comisi�n de Miner�a, pudi�ramos realizar una sesi�n especial, a fin de enfrentar esta situaci�n, analizarla muy a fondo y aportar las soluciones que la miner�a de nuestro pa�s requiere. Estamos ante desaf�os fundamentales, como son: elevar la productividad; lograr que la actividad no contamine; alcanzar la modernizaci�n; mejorar los niveles de capacitaci�n de nuestros trabajadores; establecer relaciones laborales dignas, particularmente en la gran miner�a del cobre; incorporar a una previsi�n social a los miles de chilenos que se desempe�an en este sector y no cuentan con ella, etc�tera. Se trata de una situaci�n bastante delicada que he deseado dejar establecida esta tarde, por cuanto me parece que ella va a ser parte de una discusi�n -insisto- en que no s�lo deben estar involucrados los sectores de la actividad gubernamental vinculados a la miner�a y los Parlamentarios mineros, sino que el conjunto del pa�s. He dicho. El se�or URENDA (Vicepresidente).- Corresponde el turno al Comit� Dem�crata Cristiano, ya que �ste hab�a permutado su tiempo con el Comit� Radical-Socialdem�crata. Tiene la palabra el Honorable se�or Ruiz-Esquide. FORMACI�N DE PROFESIONALES DE LA SALUD. OFICIO El se�or RUIZ-ESQUIDE.- Se�or Presidente, el Senado ha sido testigo en el �ltimo tiempo del amplio debate producido sobre el modelo de atenci�n de salud, los recursos que el Estado debe destinar para hacerlo operante y las exigencias m�s urgentes a que debemos atender hoy. Este debate, en verdad, no es reciente ni s�lo desde que se instala el Congreso como Poder Legislativo. Es un largo proceso de discusi�n que arranca desde que los chilenos toman conciencia del valor de la salud como parte de su derecho a la vida. En las dos �ltimas d�cadas, se hace aun m�s p�blico y recio por las modificaciones que se introducen al sistema existente en Chile, basado en el concepto de la medicina social. Estas modificaciones transforman al sector y al modelo en un sistema con franca preponderancia de los conceptos de econom�a de mercado y de subsidiariedad restrictiva del Estado, lo que provoca la elevaci�n del debate. Hoy se alzan voces como las del Senador se�or D�az, y de quien habla, del Colegio M�dico y del Ministro del ramo, quienes piden asumir el tema como un problema de pa�s, con la exigencia de un amplio debate y con las proyecciones de largo plazo, recogiendo los �xitos y fracasos actuales. En este debate, sin embargo, hay un aspecto que fue de larga discusi�n en el pasado y que hoy no est� en el tapete de los problemas relevantes sobre la salud chilena. Es la importancia de la formaci�n m�dica y su estricta relaci�n con el desarrollo, eficiencia y equidad del sector y la atenci�n m�dica como parte gravitante de la salud. Ello significa recoger las interrogantes que actualmente no estamos analizando y a las cuales debemos dar respuesta. Por ejemplo: �cu�l es la situaci�n real de las Escuelas de Medicina? �Pueden �stas avanzar acordes al nivel t�cnico existente con sus actuales estructuras y recursos? �Es adecuada la ense�anza que hoy se imparte en el curr�culum de pregrado, para el modelo de salud que Chile debe darse? �Cu�l es, en verdad, el m�dico ideal que Chile necesita y que deben formar las Escuelas de Medicina? �Qu� requieren esas Facultades para responder a tales exigencias? �Cu�l es el papel del Estado y del sector privado en ese esfuerzo adicional que hoy se requiere? �Qu� prioridad le concedemos como pa�s al tema, hasta ahora tan poco conocido y debatido? �Cu�nto y c�mo est� dispuesto el sector privado a compartir esta formaci�n profesional de la que se nutre despu�s que ellos egresan? Las Facultades de Medicina, agrupadas en la ASOMAFECH o Asociaci�n de Facultades de Medicina de Chile, ense�an a 7 mil 500 alumnos y a 1 mil 500 egresados en cursos de postgrado a trav�s de todo el pa�s. Ellas -las 6 que hoy existen- constituyen la mayor carga financiera de cada universidad. Dependen acad�mica y jur�dicamente de las universidades y del Ministerio de Educaci�n; pero son tributarias de los recursos y de las estructuras del Ministerio de Salud. Son capaces de formar con una excelencia tal que permite a los m�dicos y a los profesionales de la salud asomarse a la proeza reciente de la intervenci�n de los siameses. Sin embargo, tienen una d�bil participaci�n en las pol�ticas de salud, y �stas, a su vez, no las consideran como parte de sus costos. La Comisi�n Nacional Docente Asistencial -CONDAS- es un avance, pero nos parece insuficiente. Frente a esto, hemos tenido con el Presidente del Senado y el Honorable se�or D�az, Presidente de la Comisi�n de Salud de la Corporaci�n, dos reuniones con los Decanos de las Facultades de Medicina de las Universidades de Chile, Cat�lica, de Concepci�n, de Valpara�so, Austral y de La .Frontera, para conocer sus puntos de vista. En el d�a de ayer se nos entreg� una propuesta que, en s�ntesis, significa analizar los siguientes puntos b�sicos de su quehacer: Primero, la presencia e influencia de las Facultades en Chile, su conocimiento, su diversificaci�n, su crecimiento y los modelos de ense�anza con sus respectivas peculiaridades regionales; Segundo, la relaci�n entre la educaci�n m�dica y el sector salud en el marco de lo ya descrito; Tercero, el rendimiento acad�mico de las Facultades, que demuestran un alto �ndice en las universidades chilenas. Y, curiosamente, no s�lo en las de Santiago, sino aun en algunas de Regiones y con menor tiempo de ejercicio docente, y Cuarto, la crisis econ�mica de las Facultades de Medicina y las consecuencias que ella acarrea: disminuci�n de docentes, reducci�n de sus rentas, baja reposici�n de acad�micos, envejecimiento de �stos, obsolescencia del equipamiento y carencia de una bibliograf�a adecuada para la ense�anza. En base a esos antecedentes, la ASOFAMECH ha propuesto la creaci�n de un Fondo Nacional para el desarrollo de profesionales de la salud. La propuesta sostiene, con raz�n, que el desarrollo del pa�s est� �ntimamente ligado a la salud de la poblaci�n y a su capacidad educacional, apta para hacer aprehender el avance tecnol�gico. Y la formaci�n m�dica y de la salud est�, precisamente, en la convergencia de ambos par�metros, tanto educacionales como de salud. Este Fondo, con recursos estatales, privados y de la cooperaci�n internacional, estar�a destinado a fines espec�ficos y coincidentes con los requerimientos de recursos humanos que el pa�s necesita. Operar�a sobre un esquema de proyectos concursables, con plena participaci�n de las Facultades, del Ministerio de Salud y de ODEPLAN, en un modelo de plena y permanente reavaluaci�n. Se piensa formularlo para 5 a�os -en funci�n de un costo inicial-, con un desembolso de aproximadamente 10 millones de d�lares anuales, es decir, del orden de 4 mil millones de pesos. Creo justificado que nos refiramos al tema en el Senado, por la importancia que tiene para el desarrollo chileno. Y no estimo una exageraci�n asumir las proyecciones de la formaci�n profesional de la salud, considerando, asimismo, la acogida que tuvo la propuesta en el Ministro del ramo, don Julio Montt, basada en su visi�n de la salud chilena y en la seriedad del trabajo realizado por la Asociaci�n de Facultades de Medicina. Finalmente, hago presente que no tengo otra pretensi�n que valorar la labor del Senado, porque expresa la preocupaci�n de algunos de sus miembros por los problemas de fondo y de largo plazo que debemos abordar como manera real de acercar la pol�tica a la gente y hacer de esta Corporaci�n una gran tribuna de nuestras visiones de Chile, sean compartidas o no por todos los se�ores Senadores. Solicito, se�or Presidente, que se transmitan estas observaciones al Ejecutivo, junto con la documentaci�n pertinente que har� llegar a la Secretar�a y con mi especial petici�n para que esta propuesta sea acogida. He dicho. El se�or D�AZ.- Que se env�en tambi�n en nombre del Comit� Dem�crata Cristiano, que en estos momentos represento, se�or Presidente. El se�or URENDA (Vicepresidente).- As� se har�, agregando, adem�s, el nombre del Comit� Uni�n Dem�crata Independiente. --Se anuncia el env�o del oficio solicitado, en nombre del se�or Senador, con la adhesi�n de los Comit�s Dem�crata Cristiano y Uni�n Dem�crata Independiente, en conformidad al Reglamento. El se�or URENDA (Vicepresidente).- Se levanta la sesi�n. --Se levant� a las 19:48. Manuel Oca�a Vergara, Jefe de la Redacci�n.