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El señor NAVARRETE .-
Señor Presidente , quiero agradecer el tiempo que me ha cedido el Comité Demócrata Cristiano para intervenir primeramente en la hora de Incidentes, sin perjuicio de que Sus Señorías puedan usar el correspondiente al mío, que se encuentra al final del orden establecido para hoy.
Señor Presidente , Honorables colegas, en esta oportunidad quiero referirme a un tema poco común, que normalmente no concita grandes debates en esta Corporación, pero que no por ello deja de tener especial significación e interés para una enorme cantidad de compatriotas.
El deporte y la recreación en general son bienes sociales que satisfacen diferentes necesidades espirituales, emocionales, intelectuales y corporales de las personas, en las distintas etapas de la vida.
La práctica del deporte, en muchos casos, conduce a la formación de ideales, valores y conocimientos; sirve de guía para la conducta; logra estados de convivencia o desarrollo personal, e incorpora elementos de salud física y mental.
El deporte actual es el fruto del resurgimiento de la educación física; es un medio de formación integral del individuo. Si entendemos por juego deportivo toda diversión o ejercicio recreativo, sujeto a ciertas reglas y en el que se gana o se pierde, también podemos aplicar tal denominación a cualquier actividad que no produzca bienes materiales, que se realice como distracción o pasatiempo, o que es requerida por sí misma y no por el resultado que conlleve.
En el umbral de nuestro siglo, el deporte empezó a apreciarse como un fenómeno de progreso y como un instrumento de solidaridad. En nuestra Era Moderna, se convirtió en el catalizador de las ideas de tolerancia, civismo, generosidad, educación y compañerismo.
Por estas razones, he querido utilizar parte del tiempo de trabajo del Senado de la República para hacer algunos comentarios acerca de una de las actividades deportivas más importantes, quizás, por su capacidad de convocatoria y que, por su carácter, sea probablemente la de mayor nobleza. Me refiero específicamente al fútbol amateur. Pienso que éste concita la mayor capacidad de convocatoria. Con razón, se lo ha identificado como pasión de multitudes; y a través de él se concreta una forma para que la juventud ocupe sanamente sus momentos de ocio y, de esa manera, pueda promover una práctica mejor aprovechada de la moral colectiva, a nivel de la sociedad en general. Tal actividad es, sin lugar a dudas, un importante punto de encuentro.
De ahí que, con estas preocupaciones, resulte necesario contar con mecanismos y organismos competentes para encauzar y apoyar esta fuerza social, que fomente y promueva este tipo de ejercicio y esta recreación, como bienes importantes para el desarrollo integral de la persona y de la sociedad, a través del impulso para la constitución y desenvolvimiento de organizaciones deportivas y recreacionales que permitan su práctica permanente y sistemática por parte de la población.
Señor Presidente , inspirada en estos nobles propósitos se creó en 1895 la Asociación Nacional de Fútbol Amateur, con la finalidad de fomentar, reglamentar y dirigir la práctica del fútbol aficionado en todo el territorio nacional. Dicha institución ha tenido en sus manos hacer realidad en todo el pa��s esa gran misión, a través de sus programas y actividades, logrando el desarrollo de un deporte masivo que motiva fuertemente a las autoridades del sector, a adultos y a niños. Sin duda lo alcanzado es el producto del esfuerzo mancomunado de sus miembros, quienes se han preocupado de los aspectos técnicos, administrativos y financieros. Sobre este último punto haré algunos comentarios durante mi exposición.
La práctica del fútbol amateur ha consolidado su acción mediante la agrupación de clubes, asociaciones locales y regionales afiliadas a la Asociación Nacional de Fútbol Amateur. Esta tiene diversos niveles de acción: regional, local, de tercera división, de cuarta división, de fútbol femenino, de capacitación y de medicina.
Las asociaciones regionales representan el conjunto de sus congéneres locales. Sus funciones principales son la fiscalización, el control y el informar al Directorio Nacional en lo tocante a aspectos deportivos y administrativos. En cuanto al financiamiento de sus actividades, éstas dependen de los recursos económicos que obtienen en sus respectivas Regiones, sea por la vía de los afiliados, de los aportes extraordinarios que otorgan las municipalidades y la Dirección General de Deportes y Recreación, o bien, de los que directamente les transfiere la Asociación Nacional. Este financiamiento, pese al interés que hemos puesto en esta actividad, según las consultas formuladas, a nuestro juicio, resulta absolutamente insuficiente, lo cual no ayuda al buen desenvolvimiento de la práctica de este deporte a través del país.
Cada asociación regional -en total 13- realiza anualmente competencias en las categorías seniors, adultos y juveniles, efectuando, a su vez, las eliminatorias de los campeonatos nacionales.
La asociación local es la unidad que agrupa a los clubes en un número no inferior a ocho, con cuatro series adultas e igual número de infantiles y juveniles.
El club es la institución base, encargada de realizar la actividad -tanto de jugadores como de simpatizantes- dentro del marco reglamentario de la Asociación Nacional de Fútbol Amateur. Cada club funciona independientemente, relacionándose con su asociación para los efectos competitivos.
El requisito que las asociaciones locales y los clubes deben cumplir para afiliarse a la Asociación Nacional, es contar con la personería jurídica del Ministerio de Justicia o del Interior.
A nivel de tercera división -formada en 1980-, se encuentran los propósitos de dirigir, organizar y controlar el torneo anual que sirve de base para el ascenso de un club amateur a la segunda división del fútbol profesional.
Quiero destacar que en 1992, se calculó objetivamente que el torneo de tercera división fue presenciado por más de 500 mil personas.
A nivel de cuarta división -creada en 1956- está la base de los clubes que se incorporan a la tercera. La cuarta división resulta de capital importancia, toda vez que, de acuerdo a su desenvolvimiento en 1992, contó con una afluencia de público superior a los 200 mil espectadores.
Pero la Asociación Nacional de Fútbol Amateur no sólo ha impulsado las áreas a las cuales me he referido, pues también ha fomentado la práctica deportiva por parte de las mujeres. De hecho, el año recién pasado organizó el Primer Torneo Nacional de Fútbol Femenino , con participación de clubes representativos de los sectores amateur y profesional.
En cuanto a capacitación, a través de distintas instancias, la Asociación Nacional entrega los elementos destinados a una adecuada preparación de sus cuadros técnicos para que cumplan eficientemente los objetivos propuestos. A este nivel se movilizan dirigentes, entrenadores y árbitros, los cuales, en total suman, aproximadamente, 70 mil personas.
La Asociación Nacional de Fútbol Amateur ha logrado también impulsar iniciativas muy interesantes en el campo de la medicina. En tal sentido cuenta con asesoría médica en una clínica donde participan un traumatólogo, un kinesiólogo, un radiólogo, un param��dico y un auxiliar. Esta asesoría comprende exámenes preventivos, atención de lesionados e investigación médica. No obstante la importancia de las actividades desplegadas al respecto y sin el ánimo de desconocer el beneficio de esta ayuda médica, deseo advertir la ausencia ostensible de algún tipo de seguro que permita aminorar las contingencias por accidentes deportivos, que son muy frecuentes, sobre todo a nivel del fútbol amateur, donde, a veces, la técnica es reemplazada por la pasión, la energía, la fuerza o el interés de disputar el balón, con las consecuencias que ello pueda provocar desde el punto de vista físico.
Otro aspecto que requiere especial mención es la enorme capacidad de convocatoria de la Asociación Nacional de Fútbol Amateur.
Deseo entregar algunos antecedentes muy específicos, para demostrar con mayor fundamento lo que acabo de señalar: se realizan 331 competencias oficiales de asociaciones locales; 42 campeonatos nacionales de adultos, desde 1912; 18 campeonatos juveniles, iniciados en 1952; 4 campeonatos de clubes campeones nacionales, a partir de 1988; 5 campeonatos de seniors, a contar de 1990; y un campeonato nacional femenino, organizado el año pasado. Todos ellos representan un promedio aproximado de 4 mil espectadores por reunión.
Ese poder de convocatoria lo podríamos graficar de la siguiente manera: participan 4.188 clubes, que significan 1.989 encuentros; 13.923 partidos de fútbol semanales; 417.690 personas, entre futbolistas, árbitros y directores técnicos, por semana; 696.150 convocatorias, con 50 personas por partido; un potencial de asistencia semanal de 1.113.840 espectadores y participantes; un mercado potencial activo mensual de 4.445.360 personas, y un mercado potencial activo por temporada, que comprende 10 meses, de 46.781.280 individuos.
Como se puede apreciar, este importantísimo número de personas vinculadas al deporte del balompié representa una de las concurrencias más significativas y destacadas que alguna actividad nacional pueda realizar.
De todo lo expresado se aprecia una estructura más o menos clara, la cual ha alcanzado buenos logros en los aspectos técnico y administrativo.
Señor Presidente , creo no pecar de exagerado si a estas alturas de mi intervención declaro mi desconocimiento de muchas de las cifras que he proporcionado de las actividades desarrolladas por intermedio de la Asociación Nacional de Fútbol Amateur; de la realidad específica, concreta y particular que el fútbol aficionado tiene a través de los campeonatos de barrios, con partidos disputados en cualquier condición climatológica, ya sea en verano o en invierno, y en los lugares más apartados del territorio nacional.
¡Cómo a través de esta convocatoria, se llevan a la práctica los verdaderos valores de la solidaridad, del entendimiento, del compañerismo y de la amistad!
¡Cómo a través de una práctica deportiva se están concretando los verdaderos valores de la nacionalidad y se están impulsando iniciativas que ayudan a poner de relieve no sólo la formación física, sino también intelectual y espiritual!
Con todo, la estructura de la Asociación Nacional de Fútbol Amateur hace que surjan algunas inquietudes, específicamente referidas a su financiamiento. ¿Cuenta la ANFA con mecanismos de financiamiento permanente, al margen de los ya mencionados, o sea, los que provienen de sus afiliados, de las municipalidades o de la Dirección General de Deportes y Recreación? Si dispusiéramos de antecedentes actuales, las cantidades asignadas serían increíblemente ajenas a la relación que hemos destacado desde el punto de vista de su organización, de su estructura, de su participación y de las distintas iniciativas que tal asociación está impulsando en el país. Esta inquietud la formulo con la intención de manifestar clara, concreta y categóricamente que hay un ostensible vacío en la materia. En efecto, un claro mecanismo de financiamiento -que le permita un directo, adecuado y legal desarrollo de sus actividades, tanto en el mediano como en el largo plazo- es fundamental para resguardar la independencia y autonomía de esta importantísima organización.
Me he permitido llamar la atención de Vuestras Señorías, con la siguiente finalidad: al enfrentarnos a instituciones de extrema relevancia social -que juegan un rol fundamental en la modelación de nuestra sociedad, especialmente de la juventud, siendo una instancia que se debe aprovechar para encauzarla hacia el comportamiento sano y deportivo y para alejarla del posible camino del vicio o la drogadicción al cual pudiere verse arrastrada por falta de expectativas-, se deben dar los pasos firmes y seguros que permitan resolver los vacíos que hoy denunciamos.
No me queda sino expresar con mis palabras un apoyo resuelto a las actividades desplegadas por la Asociación, y hacer un llamado para establecer los caminos adecuados que fortalezcan aún más sus actividades.
Es necesario realizar esfuerzos para resolver sus problemas de financiamiento; y, también, considerar la inclusión de un seguro deportivo por accidente, en los términos ya mencionados.
Deseo agradecer el interés y la preocupación demostrada por los dirigentes de la Asociación en distintas regiones del país; y la presencia en las tribunas de esta Corporación de miembros de ella, de modestos representantes de clubes y asociaciones locales y de algunos deportistas, entre los cuales quiero destacar a las jugadoras del Seleccionado Nacional Femenino, que también se han interesado por superar las deficiencias que actualmente se observan. Todos ellos son modestos compatriotas, que han encontrado en la actividad deportiva, ya sea a través de la práctica directa o de la asunción de responsabilidades como dirigentes, una manera de hacer patria y de abogar por la integración, el consenso y la amistad.
Señor Presidente , solicito que se oficie a Su Excelencia el Presidente de la República y a los señores Ministros de Hacienda y Director General de Deportes y Recreación, pidiéndoles que tengan a bien considerar, en lo que corresponda, las observaciones que he formulado, y, en consecuencia, adoptar medidas para apoyar más resueltamente esta importante actividad.
He dicho.
--Se anuncia el envío de los oficios solicitados, en nombre del señor Senador, en conformidad al Reglamento.
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