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El señor VALDÉS (Presidente).-
Corresponde tratar el proyecto de ley, iniciado en mensaje del Ejecutivo, en segundo trámite constitucional, que concede un aguinaldo de Fiestas Patrias a los pensionados que indica.
--Los antecedentes sobre el proyecto figuran en los Diarios de Sesiones que se indican:
Proyecto de ley:
En segundo trámite, sesión 20°, en 20 de agosto de 1992.
El señor VALDÉS ( Presidente ).-
Solicito al señor Presidente de la Comisión de Hacienda que dé un informe a la Sala sobre el proyecto a que me he referido.
El señor RUIZ (don José).-
¿Me permite, señor Presidente?
El señor VALDÉS ( Presidente ).-
Sí, señor Senador.
El señor RUIZ (don José).-
Sugiero que una vez escuchado el informe que hará el Presidente de la Comisión de Hacienda , aprobemos sin discusión la iniciativa. De lo contrario, demoraremos más de lo previsto.
El señor VALDÉS (Presidente).-
Hay que dar tiempo para compaginar las indicaciones. Es decir, no tenemos extremo apuro.
Tiene la palabra el Honorable señor Zaldívar.
El señor ZALDÍVAR.-
Señor Presidente , con la presencia de todos sus integrantes la Comisión de Hacienda se reunió y tomó conocimiento del proyecto de ley iniciado en mensaje del Presidente de la República y proveniente de la Cámara de Diputados, que otorga un aguinaldo de Fiestas Patrias a los pensionados del Instituto de Normalización Previsional, de las Cajas de Previsión y de las Mutualidades de Empleadores de la ley N° 16.744.
Ahora, el beneficio o aguinaldo que se concede es del orden de los 3.800 pesos por pensionado, el que se incrementaría en 2.500 pesos por cada carga, con un límite de una.
El monto total del gasto tiene un costo anual de 6 mil 274 millones de pesos y favorece a un millón 330 mil pensionados. El beneficio incluye un incremento en relación con 480 mil asignaciones familiares. En términos reales, el monto de este proyecto representa un aumento significativo comparado con lo que fue el aguinaldo del año anterior si consideramos el crecimiento de la inflación.
Según me ha manifestado el señor Ministro de Hacienda -con quien tomamos contacto hoy en la mañana-, esta iniciativa ha tenido un trámite diferente a la del año anterior, ya que se refiere sólo al sector pasivo y no al activo. Se ha procedido así en razón de que la experiencia de los dos años anteriores ha demostrado que, por el hecho de tramitarse en conjunto y no con mayor anticipación, el pago del aguinaldo se efectuaba muchas veces después de las Fiestas Patrias. El procedimiento adoptado, en cambio, permitirá que la emisión de los cheques y de las órdenes de pago se efectúe en el momento oportuno.
En los próximos días se remitirá al Parlamento el proyecto de aguinaldo para el sector activo de la Administración Pública, cuyo monto individual todavía no se ha determinado.
Reitero que el beneficio que ahora se entrega a los pensionados tiene un incremento sustancial en términos reales respecto del entregado el año anterior, y ello es resultado de negociaciones entre la autoridad económica y los representantes de las organizaciones del sector.
Por supuesto, con esto no solucionamos los problemas de los pensionados, que muchas veces no reciben los beneficios que les corresponden, pero sí creemos que es una buena muestra de la decisión de apoyarlos. Esto es todo, señor Presidente . Dejo constancia de que el proyecto fue aprobado por la unanimidad de los integrantes de la Comisión.
El señor ORTIZ .-
Señor Presidente , deseo hacer una consulta al Senador señor Zaldívar.
El señor VALDÉS ( Presidente ).-
Puede usar de la palabra Su Señoría.
El señor ORTIZ.-
Pido que me aclare si se trata de 2 mil 500 pesos por carga familiar con el límite de una.
El señor ZALDÍVAR.-
Son 3 mil 800 pesos por pensionado, más 2 mil 500 pesos por carga familiar, pero con el límite de una carga.
El señor ORTIZ .-
Deseo que nos informe sobre la razón de la Comisión para aceptar la tesis de fijar el límite de una carga.
El señor ZALDÍVAR.-
En primer lugar, ésa era la única manera de actuar, porque al Senado no le corresponde iniciativa para modificar el texto del proyecto en ese aspecto. Y, en segundo término, esta norma es la repetición de una que se ha venido estableciendo permanentemente; es el mismo sistema aplicado todos los años anteriores respecto del aguinaldo del sector pasivo. En otros proyectos similares se ha fijado siempre un límite para las cargas familiares.
Por otra parte, el Senador señor Romero efectivamente solicitó la remisión de un oficio al señor Ministro de Hacienda , haciéndole presente que, aunque reconoce lo positivo de la iniciativa y que en ella se entregan beneficios adicionales, cree necesario que el próximo año, en lo posible, el monto del aguinaldo para los pensionados sea equivalente o igual al que se otorgue al personal en servicio activo. De ello quedó constancia en la Comisión y se envió el oficio correspondiente.
El señor VALDÉS ( Presidente ).-
Tiene la palabra el Senador señor Piñera.
El señor PIÑERA.-
Señor Presidente , en primer lugar, quiero destacar que, sin duda, este aguinaldo -que probablemente será aprobado unánimemente por la Sala- representa una mejoría respecto del entregado el año anterior. Pero también cabe señalar que el monto propuesto para los pensionados es significativamente menor que la cifra que favorecería a los trabajadores del sector público.
El costo de este aguinaldo, que es del orden de los 6 mil 200 millones de pesos, representa unos 18 millones de dólares. De modo que el haberlo mejorado no era un problema de más o menos recursos, porque se trata de una cifra bastante baja en el contexto del Presupuesto de la nación y de otras leyes aprobadas por el Congreso que han importado gastos al erario.
Señor Presidente , quiero destacar que el último informe sobre la pobreza en Chile demuestra que en los 2 años recién pasados, 700 mil personas habrían dejado de vivir en esas condiciones, pero que esa disminución no se referiría a quienes pertenecen al sector pasivo o a los pensionados. Por consiguiente, el progreso económico y social del país en los últimos años no ha logrado hacerlos salir de su pobreza.
Hoy día hay un millón 70 mil pensionados que viven con una pensión inferior a 30 mil pesos. Y, desde el punto de vista de las prioridades -recordando la pérdida del 10,6 por ciento de su reajuste y lo que significa estar en la última etapa de la vida-, una vez más, no comparto el criterio de seguir postergando en proyectos de esta naturaleza a los pensionados. Perfectamente bien se pudo haber igualado el aguinaldo del sector pasivo con el del activo. Repito, señor Presidente , que los montos de financiamiento involucrados son extraordinariamente manejables dentro del Presupuesto de la nación.
Por esa razón, adhiero al planteamiento del Senador señor Romero , que consideró importante expresar mediante oficio nuestra opinión al Ejecutivo , en el sentido de que no podemos continuar por la línea de que sólo las voces organizadas, fuertes y potentes logran resultados positivos, porque si bien el sector pasivo tiene todos los merecimientos morales, sigue siendo postergado por carecer de una organización poderosa.
Gracias, señor Presidente.
El señor ZALDÍVAR .-
¿De cuánto fue el aguinaldo, señor Senador, que se entregó al sector pasivo en 1988 y 1989?
El señor PIÑERA.-
Tal vez el Senador señor Zaldívar pretende que por el hecho de que el aguinaldo fue bajo en esos años, debe continuamente ser así. Pienso que, por el contrario, el que haya alcanzado esos niveles constituye una razón adicional para que ahora, cuando la economía chilena ha logrado cosechar los frutos del crecimiento, la inversión y los equilibrios económicos que se produjeron...
El señor ZALDÍVAR .-
¡Me llama la atención la sensibilidad social del Senador señor Piñera en estos años y que la haya olvidado en los años anteriores!
El señor PIÑERA.-
Senador señor Zaldívar , encantado le concedo una interrupción, porque le tengo mucho respeto y cariño, pero siempre que me la pida. ¿Me la solicita?
El señor ZALDÍVAR .-
Sí, Su Señoría.
El señor PIÑERA.-
Le concedo la interrupción, con la venia de la Mesa.
El señor ZALDÍVAR.-
Deseo llamar la atención del Senado, porque es muy fácil pedir más. Pero resulta curioso que lo hagan quienes apoyaron al Gobierno anterior, el que no practicó las normas que se invocan, y habrá tenido razones para ello.
El Senador señor Piñera , que es un economista versado, sabe que, en materia de gasto público, muchas veces no puede realizarse todo lo que se desea a fin de otorgar beneficios a sectores largamente postergados. Es cierto que no hemos podido restituir en su totalidad el 10,6 por ciento de reajuste de las pensiones del sector pasivo. Pero no es responsabilidad de esta Administración que en 1985 se les haya quitado ese beneficio. Y se pretende ahora, luego de acumular esas sumas y estar 5 años sin pagarlas, presentar la situación como si el actual Gobierno fuera renuente a solucionar el problema. Y lo mismo ocurre con el tema de los aguinaldos. Por alguna razón el Régimen pasado tuvo limitaciones económicas al otorgarlos. Sin embargo, cuando hoy día se concede el beneficio, no es posible...
El señor PIÑERA .-
¡Es una interrupción y no un discurso!
El señor ZALDÍVAR.-
...pretender mostrarlo como algo negativo, cuando los propios interesados lo consideran positivo.
Desconozco qué fines se persiguen con ese tipo de intervenciones.
El señor PIÑERA.-
Señor Presidente , en primer lugar, quiero responderle al señor Senador Zaldívar .
Me parece que no resiste la menor lógica y no tiene ningún efecto seguir invocando permanentemente situaciones que no ocurrieron en el pasado, como una causal para que nuevamente no se den, o, lo que es peor, como una causal que debiera inhibir nuestra actual capacidad de opinión.
En segundo término, comparto con el Senador señor Zaldívar -como lo he expresado públicamente en varias ocasiones-, su opinión en el sentido de que el sector pasivo pagó una cuota mucho mayor que la que le correspondía en el sacrificio que hizo el país durante el período de ajuste con posterioridad a la crisis de 1982-1983. Recuerdo perfectamente que en enero de 1985, ése fue el único sector que por ley perdió un reajuste compensatorio de la inflación. No sucedió lo mismo con el sector activo. Por consiguiente, efectivamente se produjo en esa época una difícil situación, porque el costo del ajuste recayó en forma excesiva sobre el sector pasivo.
Tercero, cabe recordar que las circunstancias económicas por las que atravesaba el país en esos años son diametralmente distintas de las que vive hoy día, porque desde 1985 hasta 1992 el producto geográfico bruto se ha incrementado en casi 50 por ciento.
Por lo tanto, cuando se produce una crisis o una emergencia o una situación difícil, hay medidas que deben adoptarse -repito que en el pasado la carga debió haber sido distribuida con mayor equidad-, pero eso no significa que permanentemente se mantenga una situación de crisis, sobre todo hoy, cuando la economía permite dar respuestas más contundentes y efectivas al problema de los pasivos.
Por otra parte, recuerdo al Senador señor Zaldívar que el producto geográfico bruto actualmente es 25 por ciento mayor que el alcanzado en 1988-1989.
Y, finalmente, deseo señalar algo en lo que -estoy seguro- todos concordamos.
No he planteado mi inquietud en esta materia criticando lo ocurrido antes ni tampoco calificando intenciones del actual Gobierno. Ésas fueron prácticas utilizadas habitualmente en otros tiempos, y comparto al respecto el punto de vista del Honorable señor Zaldívar , tocante a que no debe hacerse demagogia con este problema. Lo que digo es muy simple. Actualmente, de los pensionados de Chile -personas de la tercera edad que han cesado de trabajar, pero que no por eso han dejado de vivir-, un millón tiene ingresos inferiores a 30 mil pesos. De manera que cuando hablamos de la pobreza en el país, debo informar que de cada cuatro personas que viven en la pobreza, una es pensionado. Además, cuatro de cada cinco jubilados se hallan en esas mismas condiciones. Un proverbio chino dice: "El grado de civilización de una sociedad se mide por la forma en que trata a sus niños y a sus ancianos". Y cuando un país como Chile, de cada cinco pensionados tiene a cuatro en condiciones de pobreza, me parece que definitivamente debe fijar una prioridad; pero no basta mencionarla mediante palabras, sino que debe traducirse en acciones.
Señor Presidente , en cuanto a que la aplicación de este proyecto cuesta 18 millones de dólares, debo hacer presente que la iniciativa que incrementa el número de Parlamentarios en el Congreso Nacional representa 10 veces el valor mencionado; y la del financiamiento de los partidos políticos tiene un costo superior al citado. Y no deseo seguir haciendo comparaciones. Sólo quiero manifestar que cuando se tienen prioridades, no se puede quedar en la teoría, sino que debe actuarse al respecto.
Estimo, señor Presidente , en esta oportunidad y de acuerdo a una prioridad que todos decimos compartir, que desde el punto de vista económico, hubiera sido perfectamente factible que el monto de este aguinaldo se acercara más al que se entregará al sector activo. En ese sentido, podría enumerar múltiples proyectos aprobados durante el año que han implicado un costo de financiamiento inmensamente mayor. ¿Significa eso que tales iniciativas tienen prioridad sobre la situación de los pensionados chilenos? Aquí hay un error de prioridades. Pienso que el hecho de que el sector pasivo no disponga de una expresión política organizada, fuerte y poderosa, no significa que deba seguir postergado.
Apreciando enormemente la recuperación íntegra del 10,6 por ciento de reajuste por parte de los pensionados chilenos -la que se realiza gradualmente y que culminará en diciembre de este año-, a mi juicio, aquí se da nuevamente una señal equivocada al no considerar en el lugar correspondiente a este grupo de chilenos que, no sólo está en la última etapa de su vida, sino que, además, en él se detectan los mayores indicadores de pobreza.
Quiero decir algo más. La pobreza de la tercera edad es la más cruel de todas, porque, realmente, aparte las privaciones materiales que implica, se presenta en una fase terminal de la vida. Y por eso, señor Presidente , una vez más, en forma responsable, deseo hacer presente al Gobierno que, en materia de aguinaldo a los pensionados, no ha dado la prioridad que este sector merece y necesita. Porque el Tesoro Público perfectamente puede entregar los recursos requeridos, sobre todo cuando está financiando otros proyectos, a mi entender, de menor prioridad social.
Gracias, señor Presidente.
La señora SOTO .-
¿Me permite una interrupción, señor Senador ?
El señor URENDA (Vicepresidente).-
Corresponde el uso de la palabra al Honorable señor Romero.
El señor PIÑERA.-
Le concedo una interrupción a la Senadora señora Soto .
El señor ROMERO.-
Señor Presidente, no podemos continuar con el sistema de las interrupciones. Con el mayor agrado la concedería, con la venia de la Mesa, pero me parece que todos los Parlamentarios tenemos el derecho a recurrir a ella para intervenir en el debate.
Lamento que la discusión se esté desviando a aspectos más bien de carácter confrontacional, en circunstancias de que éste es un problema nacional que debemos estudiar con mucha tranquilidad y ecuanimidad.
El ejemplo que hemos dado permanentemente en la Comisión de Hacienda al tratar este tipo de materias, analizando en forma seria los aspectos derivados de situaciones que afectan al Presupuesto nacional, me hicieron presentar el oficio que originó este debate. En él se recomienda al Gobierno estudiar, para 1993 y los años siguientes, un tratamiento similar, tanto para el sector público activo como para el sector pasivo, porque nos parece que se trata de un problema para cuya solución, efectivamente, debe encontrarse financiamiento.
Creo que debemos mirar hacia el futuro. Personalmente, reconozco que con esta disposición se hace un esfuerzo enorme, ya que se mejora el aguinaldo en 30 por ciento, en términos reales -es decir, por sobre el IPC-, lo que me parece muy razonable, pero eso no significa que renunciemos a pedir para el próximo año y siguientes que se dé un trato igualitario a ambos sectores.
En relación con esta materia, esta semana me he entrevistado con Su Excelencia el Presidente de la República -y he enviado una nota al Ministro de Hacienda con el mismo fin- para solicitarle, con tiempo y oportunidad, la derogación de la norma que establece el reajuste de las pensiones cuando el IPC alcanza el 15 por ciento. Ello, porque se está produciendo una situación extraordinariamente seria: en un sector muy importante de la población existe el deseo casi perverso de que el IPC llegue a esa cifra, a fin de recibir el beneficio. He planteado al señor Presidente de la República la conveniencia de conceder en diciembre un reajuste igual para los sectores público y pasivo, sea cual fuere el índice de precios al consumidor.
Es necesario evitar una discriminación que no me parece atendible, pues el país tiene hoy un control inflacionario y mayores posibilidades económicas para solucionarla.
Señor Presidente, me he querido referir a estos dos temas, porque me parece muy importante elevar el debate, a fin de que no caigamos en la tentación de mirar hacia el pasado al tratar una materia que afecta a personas, especialmente de la tercera edad, que no tienen mucho tiempo para mirar hacia el futuro.
Muchas gracias.
El señor URENDA (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Cantuarias.
El señor CANTUARIAS.-
Señor Presidente, deseo mencionar tres aspectos importantes relacionados con este proyecto.
En primer lugar, ha sido tradicional en el trabajo del Senado en estos dos últimos años -y entiendo que esto vale también para otras épocas-, frente a una iniciativa legal determinada, que en las Comisiones sean escuchadas las opiniones de los interesados. Y llamo la atención sobre esto porque, al igual que muchos señores Senadores, me he informado a través de los medios de comunicación de que al sector pasivo no le satisface el monto fijado para el aguinaldo que estamos aprobando. Como he dicho, lo habitual no ha sido simplemente dar por suficientes los supuestos contactos entre las autoridades de Gobierno y algunas organizaciones y entender que con ellos las voces de los organismos interesados han tenido la oportunidad de expresarse acerca de los proyectos que los afectan.
En segundo término, ya con ocasión del aguinaldo pasado hicimos presentes las aspiraciones del sector pasivo en orden a obtener el mismo trato que el activo. Y, aun, aventuramos la opinión -y, sinceramente, seguimos pensando así- de que los trabajadores de Chile, mucho más numerosos que los integrantes del sector pasivo, podrían estar dispuestos a hacer un sacrificio que permitiera igualar el monto de estos beneficios, que son de carácter extraordinario. En efecto, se trata de aguinaldos que se conceden sin más motivación que una circunstancia excepcional, como las festividades patrias. En consecuencia, no hay razones para que, considerados ciertos fondos con miras a su distribución en aguinaldos tanto para los funcionarios públicos como para el sector pasivo, la cifra no sea equivalente. Y reitero que a mi juicio el sector activo estaría en condiciones de renunciar a alguna proporción con el fin de producir esa igualdad.
Sin embargo, esta idea -que ya expresamos el año pasado- no fue tenida en cuenta en esta oportunidad, no obstante ser ésta una materia en la que el sector pasivo siente una manifiesta discriminación.
Por último, nuevamente -y por tercera vez- estamos imponiendo el monto de un aguinaldo a organismos que deben financiarlo con sus propios recursos, en circunstancias de que su responsabilidad al respecto no está claramente configurada. Me refiero a las Mutualidades de Empleadores de la Ley de Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales, que, como es sabido, no son entes fiscales, pese a lo cual no se les entregan los recursos que importa la concesión de este aguinaldo. El problema está dando origen a diversos juicios que, con toda seguridad, en el futuro demandarán mayores recursos del Fisco. Estimamos que al imponer mediante una ley un beneficio como éste -con el que estamos de acuerdo-, el Fisco debe aportar los fondos necesarios.
En las dos oportunidades anteriores hemos formulado esta observación, pero en ambas se nos ha dicho que las Mutualidades obtienen sus ingresos fruto de una ley, lo que parece ser motivo suficiente para consagrar algo qué, en mi opinión, es irregular.
He dicho.
El señor URENDA ( Vicepresidente ).-
Tiene la palabra el Honorable señor Ruiz.
El señor RUIZ (don José).-
Señor Presidente, sin duda, el debate que se ha producido es muy importante, en la medida en que se buscan maneras de hacer justicia u un sector largamente postergado.
Me alegro de que en esta Sala se esté planteando una serie de iniciativas y de ideas orientadas a un cambio en las políticas que tradicionalmente se han seguido en relación con el sector pasivo y a dar a éste un signo de mayor solidaridad de parte de la comunidad nacional.
También me alegra que la democracia siga trayendo efectos positivos para nuestra sociedad. El hecho de que el país enfrente procesos electorales conduce a que algunas personas terminen descubriendo la pobreza, luego de que durante muchos años parecieron ignorar su existencia. Cuando en 1985 se quitaba el 10,6 por ciento a los pensionados y, simultáneamente, se reducían los impuestos a las utilidades de las empresas, no oímos las mismas voces que ahora se levantan. No sé si esto se deba a que aquellos de quienes provienen se vieron favorecidos por los beneficios derivados de las rebajas de impuestos y, en consecuencia, no les importó mucho lo que ocurría con los pensionados. Al parecer, ahora descubrieron las muchas falencias de este sector.
En todo caso, es bueno que eso suceda, y hago votos para que, cuando debamos discutir proyectos de ley que permitan establecer otras fuentes de financiamiento, tengamos todos la generosidad de aceptar la implantación de nuevas normas en la materia. Y no me refiero sólo a las condiciones para entregar al sector pasivo un aguinaldo superior al que estamos aprobando, cuando proceda, sino, también, a mejorar efectivamente las pensiones que, sin duda, no son propias de un país civilizado. Estoy plenamente de acuerdo con la opinión de que en esto es necesario hacer un esfuerzo importante.
Por otra parte, no creo afortunadas las comparaciones que se han hecho al tratar de explicar lo que ocurriría si se aumenta el número de Senadores en dos o tres. También podría decirse, por ejemplo, que en la construcción de este edificio se gastaron casi 100 millones de dólares, sin que existiese necesidad alguna, puesto que había un Congreso Nacional. Asimismo, entre otras cosas, se edificó una casa en Lo Curro.
¡Y para qué hablar de los gastos en otras materias que no son de primera necesidad para el país y que podremos discutir cuando llegue el proyecto de la Ley de Presupuestos! Invito a mis Honorables colegas a que en esa oportunidad estemos dispuestos a reducir partidas en algunas áreas en las que, evidentemente, el país no tiene urgencias, y a solicitar al Ejecutivo que esos fondos se destinen a enfrentar el problema de la pobreza, especialmente la que afecta a quienes están en la tercera edad.
Por lo tanto, si queremos ser consecuentes con nuestras palabras, manifestémoslo con motivo de las demandas por mejorar los problemas de pobreza y de la generosidad que requiere la medida de aplicar impuestos sobre quienes pueden pagarlos, en lugar de, con una actitud ambivalente, utilizar esta ocasión solamente para tratar de sacar ventajas políticas. Porque, por más que se desee disfrazar las cosas, eso es lo que se ha estado haciendo aquí. Estamos próximos a un período electoral y los pensionados suman más de un millón. A lo mejor, más de alguien ha concluido que puede conseguir un millón de votos. Deseo decir a esos colegas que están muy equivocados, porque los pensionados están en la tercera edad, pero no son tontos.
He dicho.
El señor URENDA ( Vicepresidente ).-
Tiene la palabra el Honorable señor Lavandero.
El señor LAVANDERO.-
Señor Presidente , hemos oído algunos juicios que, sobre todo cuando provienen de economistas, deben ser más equilibrados y menos superficiales. No debe olvidarse que hasta hace dos años alrededor de 600 mil personas recibían tan sólo 6 mil pesos como pensión, y que, gracias a las modificaciones que se introdujeron en este período, no hay una sola de ellas que en este momento reciba menos de 27 mil pesos mensuales.
En segundo lugar, señor Presidente , deseo señalar que los mismos Senadores que formulan críticas están exigiendo públicamente reducir el gasto fiscal. Se lo solicitan al Gobierno -a la vez que lo censuran- a través de las radios y de la televisión. Es más: han sostenido reiteradamente que no apoyarán la mantención de la reforma tributaria, merced a la cual, precisamente, se ha podido aumentar el gasto social, para resolver, entre otros, los problemas de los jubilados, de la educación, de la salud y de la vivienda.
A mi juicio, tal como lo señaló el Senador señor Ruiz , los pensionados y los trabajadores podrán estar viviendo una situación de necesidad, pero no puede pretenderse que sean tontos y que comulgarán con ruedas de carreta.
Como en alguna medida el país se ha enriquecido, gracias a los esfuerzos, al ahorro, al sacrificio y al trabajo,...
El señor NAVARRETE.-
Y a la democracia.
El señor LAVANDERO.-
Así las cosas, entre los Senadores de Derecha es el Honorable señor Piñera quien ha capitaneado el intento de impedir que haya una mejor redistribución nacional, esto es, que parte de la mayor riqueza obtenida se pueda hacer llegar a los sectores de menores ingresos.
La opinión pública debe ser advertida, sin embargo, de que Chile ha crecido en esta transición, pero no por ello ha dejado de ser pobre. Después de 17 años, hemos recibido un país con un porcentaje importante de su población en condiciones de pobreza o de extrema pobreza. En estas condiciones, no pueden pretender los señores Senadores a que me refiero -y permítaseme hacer un símil- que 5 millones de personas con un traje raído vistan al día siguiente de etiqueta. A mi parecer, eso significa ser inconsecuente, por una parte, con los estudios que se tienen como economista, y, por otra, con las ideas que se han expresado sobre la materia.
Creo que si algún señor Senador pretende que se entreguen más recursos que aquellos que el Gobierno buenamente es capaz de dar, dediquémonos a estudiar un proyecto en el que se especifiquen los fondos necesarios, provenientes -en una economía sana, como a la que aspiramos- del ahorro, ya sea privado o fiscal, y con tributación, que es parte, también, de este ahorro.
Por consiguiente, no se puede encender la vela por las dos puntas y decir al Gobierno, por un lado, "ahorre" y, por otro, sin entregarle los recursos, "gaste".
En lo que se refiere al articulado del proyecto, cabe señalar que, en definitiva, el costo fiscal no es de 6 mil 274 millones de pesos, sino de 7 mil 600 millones de pesos, desglosados de la siguiente manera: pensionados, 1 millón 330 mil aguinaldos, con un valor unitario de 3 mil 800 pesos, lo que hace un total de 5 mil 54 millones de pesos; cargas familiares, 488 mil aguinaldos, con un valor de 2 mil 500 pesos por cada una, lo que representa un total de 1 mil 220 millones de pesos.
Pero, además, el inciso penúltimo del artículo 1° dispone que "Al mismo aguinaldo, con el incremento cuando corresponda, que otorga el inciso primero de este artículo, tendrán derecho quienes tengan la calidad de beneficiarios de las pensiones asistenciales del decreto ley N° 869, de 1975, en la fecha señalada en dicho inciso.". Como estas pensiones serán de cargo fiscal, significan un mayor costo de 1 mil 326 millones de pesos, el que, sumado a los 6 mil 274 millones mencionados, da un total de 7 mil 600 millones de pesos, cifra que corresponderá, en definitiva, al gasto público que demanda el proyecto.
Finalmente, cuando se dice que se percibirá un solo aguinaldo, se hace referencia a que cada pensionado tendrá derecho exclusivamente a uno de estos beneficios aun cuando goce de más de una pensión. Por supuesto, ello no está remitido a las cargas familiares.
Nosotros votaremos favorablemente la iniciativa, que se trata en forma anticipada -como se ha expresado- por razones técnicas, ya que el propósito es que los pagos correspondientes se efectúen para el 18 de septiembre próximo. En los primeros días del mismo mes, el Gobierno enviará al Parlamento el proyecto que otorgará un aguinaldo al sector público activo.
He dicho.
El señor URENDA ( Vicepresidente ).-
Hago presente a la Sala que existía el ánimo de llevar a cabo el debate en la forma más rápida posible. Y ojalá...
El señor DÍEZ .-
¡Expreso mi protesta, señor Presidente , porque en la Corporación, otra vez, se priva a los señores Senadores de opinar con la libertad y claridad suficientes! ¡Este procedimiento es absolutamente inadmisible, de modo que protesto...
El señor URENDA ( Vicepresidente ).-
Excúseme, Su Señoría.
El señor DÍEZ.-
... por la idea general y por la acción de la Mesa...
El señor URENDA ( Vicepresidente ).-
Excúseme, Su Señoría. Cuando quiera hacer uso de la palabra,...
El señor DÍEZ.-
... de tratar de coartar la libertad de los señores Senadores!
El señor URENDA ( Vicepresidente ).-
¡Pida la palabra, señor Senador ! ¡Amonesto a Su Señoría!
Debe, por lo menos, escucharse a la Mesa. Estoy solicitando a los señores Senadores que, dentro de lo posible y haciendo valer sus derechos, se acorte el debate. Es lo único que he señalado. He formulado una petición general, la que, por lo demás, algunos Honorables colegas me solicitaron plantear.
No estoy coartando la libertad de los señores Senadores. Hablarán Sus Señorías que estén inscritos y siempre que se atengan al Reglamento. Hago nada más que esta invocación. Y, en consecuencia, agradecería que nos esforzáramos por lograr la finalidad mencionada.
Tiene la palabra el Honorable señor Palza.
El señor PALZA.-
Señor Presidente , creo que el ánimo de todos los señores Senadores es el de ceñirse a lo que acordamos al comienzo. Y lo único que lamento es que no cumplamos con lo determinado por los Comités en el sentido de que el proyecto sería despachado sin debate, con el informe del Presidente de la Comisión de Hacienda .
Es más: al empezar a tratarse la iniciativa, el Honorable señor Ruiz insistió en ese punto. No hemos sido nosotros quienes dimos vida a esta discusión, que, a mi juicio, podemos tener la oportunidad de realizar en otro contexto.
En base a lo anterior, me abstendré de contestar ciertas observaciones, en el ánimo de hacer productiva esta sesión; de lo contrario, temo que no alcanzaremos a despachar el proyecto que establece normas sobre el Gobierno y Administración Regional, ni menos el relativo a la propiedad intelectual, por el cual están esperando las personas que han sido invitadas.
He dicho.
El señor GONZÁLEZ.-
Una moción de orden, señor Presidente .
El señor URENDA (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el Senador señor González.
El señor GONZÁLEZ.-
Señor Presidente , me acaba de informar el Honorable señor Navarrete que hay un acuerdo de Comités de tratar el proyecto sin discusión, lo que obliga a los Parlamentarios de las distintas bancadas. Y ello se extiende, también, al Senador señor Piñera , quien debiera haber estado enterado al respecto.
El señor GAZMURI .-
¡A los Parlamentarios de Renovación Nacional no los obliga, señor Senador ...!
El señor GONZÁLEZ.-
Me parece necesario que el señor Presidente, en consecuencia,...
El señor GAZMURI.-
¡Parece que están exceptuados del Reglamento!
El señor GONZÁLEZ.-
... proponga someter a votación de inmediato esta iniciativa, conforme a lo acordado por los Comités, ya que esto obliga a todos los Parlamentarios -repito- en un Senado disciplinado.
El señor URENDA (Vicepresidente).-
Pero la Mesa no puede privar del derecho que tiene cada señor Senador a hacer uso de la palabra.
Creo que debemos proceder racionalmente...
El señor GONZÁLEZ.-
El Reglamento dispone que en este caso...
El señor OTERO .-
¿Me permite, señor Presidente?
El señor GONZÁLEZ.-
Entonces, ¿para qué se celebran reuniones de Comités?
El señor OTERO .-
¿Me permite, señor Presidente?
El señor URENDA ( Vicepresidente ).-
¿Es una moción de orden, Su Señoría?
El señor NAVARRETE.-
Pido la palabra.
El señor OTERO.-
Señor Presidente, como se hizo referencia a los acuerdos de Comités, quiero ser muy preciso, para que no haya equivocaciones en la Sala.
Se decidió agregar a la tabla este proyecto por tener "Suma Urgencia". Fueron otras las iniciativas cuya incorporación acordamos con el compromiso de que se hablara el mínimo o de que no hubiera discusión; pero entre ellas no se incluía, específicamente, la que nos ocupa.
Sin embargo, la verdad es que tenemos una tabla que debemos tratar hoy, y, realmente, se ha llevado el debate a extremos que no son beneficiosos para el Senado ni para lo que pretendemos hacer en esta sesión. Pero ello no significa que se puede dejar a los señores Senadores sin hacer uso de la palabra, y menos cuando uno de ellos es aludido directamente.
He dicho.
El señor URENDA (Vicepresidente).-
Tiene la palabra la Honorable señora Soto.
La señora SOTO .-
Señor Presidente , creo que el Gobierno está haciendo un esfuerzo muy grande -ya lo han expresado aquí otros señores Senadores-, pero sabemos, naturalmente, que es insuficiente.
Se ha señalado en esta Sala que hay jubilados que reciben una pensión de 30 mil pesos. Piensen Su Señorías lo que sucede con las montepiadas, que perciben la mitad por regla general. Y, todavía, para colmo de males, entre ellas hay de primera, de segunda y de tercera clase, según obtengan el 100 por ciento, el 75 por ciento o el 50 por ciento, respectivamente. Y esto no es responsabilidad del Gobierno.
Sin embargo, como aprecio que hay muy buena voluntad, un diagnóstico común, una actitud generosa para procurar resolver esos problemas, pido que el tema lo discutamos después, quizás en una sesión especial. Porque, a lo mejor, con todo lo que significa la deuda subordinada, podemos efectuar un acopio y hacer justicia a los pensionados y, en particular, a las montepiadas.
He dicho.
El señor URENDA (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el Senador señor Díez.
El señor DÍEZ .-
Señor Presidente , me ha pedido una interrupción el Honorable señor Piñera , a quien, con la venia de la Mesa, se la concedo con el mayor gusto.
El señor PAPI .-
¡Señor Presidente , que la Oposición exprese en la votación si aprueba o rechaza el proyecto, pero no sigamos toda la mañana en este debate!
Sugiero que adoptemos la actitud del Gobierno: no hace discursos, está cumpliendo, da un aguinaldo sustancialmente superior y quiere que sea pagado antes de las Fiestas Patrias. Sin embargo, hay maneras de evadir, eludir y obstruir. Derechamente, votemos la iniciativa, y ahí dirá...
El señor DÍEZ .-
¡Su Señoría no me ha pedido ninguna interrupción,...
El señor PAPI .-
...la Oposición si la aprueba o rechaza.
El señor DÍEZ.-
...pero ha hecho uso de ella, de modo que se la concedo con efecto retroactivo, para honrar su buena educación...!
El señor URENDA ( Vicepresidente ). Circunscribámonos al tema, señores Senadores, para lo cual invoco a la buena voluntad de todos ustedes.
El señor DÍEZ.-
Señor Presidente, estoy con el uso de la palabra.
Antes de dar una interrupción al Honorable señor Piñera , quiero precisar algunos aspectos.
Este Gobierno aplica la muy mala práctica de enviarnos proyectos a última hora con urgencia calificada de "discusión inmediata". Afirma que quiere devolver al Congreso las facultades de que fue privado, a su juicio, por la Constitución de 1980, pero, en el hecho, hace absolutamente lo contrario: las iniciativas llegan a último momento, y si nosotros comenzamos a emitir nuestra opinión, estamos retardando el pago de una asignación, de un aumento y, por tanto, en contra de los trabajadores...
Ésa es una política que hay que denunciar, porque no es una política leal con el funcionamiento del Congreso, que debe tener el tiempo suficiente para estudiar los proyectos, para dar a conocer su opinión -de acuerdo o en desacuerdo con el Ejecutivo-, para ver su repercusión y para analizar la marcha general del país en relación con la materia de que se trata. Ésa es nuestra obligación y nuestro deber como Parlamentarios.
Por eso, quería protestar. El proyecto que otorga un aguinaldo de Fiestas Patrias a los funcionarios públicos todavía no se ha enviado; llegará el último día, cuando termine la legislatura, y deberemos aprobarlo sin debate, sin estudio. No obstante, el Gobierno tiene los antecedentes sobre el particular desde comienzos de año: se sabe que habrá 18 de septiembre y existe la tradición de otorgar un aguinaldo en esa fecha, desde siempre. De manera que debe preocuparse de presentar los proyectos en la época adecuada, a fin de que contemos con el tiempo que necesitamos.
Además, se ha hecho una práctica...
El señor HORMAZÁBAL .-
Reconozco al Senador señor Díez el derecho a protestar. ¡Lo felicito por ejercerlo...!
El señor DÍEZ .-
Muchas gracias, Su Señoría. ¡Y voy a expresarlo...
El señor HORMAZÁBAL .-
¡Tenga la certeza de que ahora no va a ser encarcelado, como sucedía cuando protestábamos nosotros...!
El señor URENDA ( Vicepresidente ).-
Ruego a Su Señoría respetar al Senador que está haciendo uso de la palabra.
El señor DÍEZ .-
¡Decía que lo voy a expresar protestando por la intervención del señor Senador y por su mala educación al no pedir la interrupción respectiva...!
El señor HORMAZÁBAL .-
¡Ahí, no comparto la opinión de Su Señoría...!
El señor DÍEZ .-
Señor Presidente , en general, creo que estamos adoptando, forzados por las circunstancias, una mala práctica: acordar que se despache en una misma oportunidad una serie de proyectos, sin tiempo para debatirlos. El Gobierno tiene que darse cuenta de que debe regular las urgencias, sin perjuicio de que nosotros dispongamos más sesiones, si es necesario. Pero no se puede pretender que el trabajo se realice con los Parlamentarios en una situación incómoda, en circunstancias de que están haciendo uso no sólo de su derecho legítimo, sino cumpliendo con la obligación -para lo cual estamos aquí- de aportar sus luces, sus opiniones y la de la gente que representan.
Señor Presidente , he concedido una interrupción al Honorable señor Piñera , con la venia de la Mesa.
El señor URENDA ( Vicepresidente ).-
Tiene la palabra el señor Senador, quien, además, estaba inscrito para intervenir a continuación.
El señor PIÑERA.-
Señor Presidente , pasaré por alto los adjetivos descalificatorios que un señor Senador expresó en esta Sala, porque creo que no contribuyen en nada al debate que nos ocupa, pero sí quiero recoger, en forma muy breve, algunos argumentos y cifras que mencionó.
En primer lugar, deseo señalar que es efectivo que ha habido una mejoría en las pensiones, producto de un acuerdo solemne que se llamó "Programa Social", logrado entre el Gobierno y Renovación Nacional, el que contempló, como un ítem prioritario, devolverles en forma parcializada el 10,6 por ciento que se perdió en 1985. En efecto, las pensiones de un monto inferior a 70 mil pesos lo obtuvieron el 31 de junio de 1991; aquellas hasta 120 mil pesos, el 31 de junio recién pasado, y el 31 de diciembre próximo lo recibirán las restantes. Hasta este momento, cerca de 1 millón 200 mil pensionados han recuperado dicho porcentaje, y queda un pequeño número con el que ocurrirá lo mismo a fines de 1992. Ello es el resultado de un acuerdo que se denominó "Programa Social y Reforma Tributaria", con motivo del cual nuestra actitud originó en esta Sala palabras muy favorables de parte del Ministro de Hacienda .
En segundo término, aquí se afirmó que el sector pasivo estaría de acuerdo con este aguinaldo. Quiero desmentir tal aseveración, porque importantes organizaciones de pensionados han hecho presente, tanto en forma pública como privada, su total disconformidad con el monto y con el hecho de que el proyecto se traduzca en una separación con el sector activo. Esto significará una discriminación, ya que puedo decir, responsablemente, que la iniciativa que enviará el Gobierno para el aguinaldo de este último sector contemplará cantidades muy superiores a las que hoy estamos considerando.
En tercer lugar -y yendo al fondo del asunto-, se habla de reducir el gasto público. Efectivamente, en múltiples ocasiones hemos planteado la necesidad de introducir una racionalización y mayor austeridad en ese aspecto. No es ésta la oportunidad de discutir a fondo el tema, pero sí de recordar a los Honorables Senadores que aquél asciende en el país a 8 mil millones de dólares y que la partida de que se trata ahora es del orden de los 20 millones de la misma moneda.
En cuarto término, respecto de la reducción de impuestos, que, a mi juicio, se intenta ligar en forma muy engañosa con una disminución del gasto social, quiero señalar a un señor Senador que intervino antes que, como producto del acuerdo tributario alcanzado en el Senado, los ingresos fiscales de 1994 excederán los del año anterior en una cifra cercana a los 800 millones de dólares. Por tanto, no se trata de reducir los programas sociales, sino, muy por el contrario, de utilizar en forma eficiente esa suma adicional para fortalecerlos y ampliarlos.
Asimismo, deseo hacer presente a ese señor Senador que no es correcto relacionar permanentemente el gasto social con el aumento de la tributación, por existir otras fuentes de recursos que también permiten financiar aquél, entre ellas -y se ha discutido largamente- el proceso de privatizaciones, en el cual Chile fue líder en el continente y en el resto del mundo durante mucho tiempo, liderazgo que perdió en forma absoluta por haberse estancado ese proceso, que hoy toma fuerzas en todas partes, menos en el país. Por lo tanto, tenemos ahí una importante fuente de recursos, ascendente a varios miles de millones de dólares. Y también hay otra, ya mencionada: la racionalización del gasto público.
Pero deseo ir al fondo del asunto.
Sobre la mesa hay cifras categóricas y contundentes: hoy día existe un millón de pensionados con jubilaciones inferiores a 30 mil pesos; casi cuatro de cada cinco trabajadores del sector pasivo viven en condiciones de pobreza, de acuerdo con los estudios oficiales disponibles sobre la materia.
En consecuencia, nada ganamos con denunciar y con hacer estudios si posteriormente no fijamos las prioridades reales al tenor de esa evidencia.
El señor GONZÁLEZ .-
¿De dónde obtuvo esa estadística, señor Senador ?
El señor PIÑERA.-
Muy simple. La línea de pobreza, tal como está definida en los distintos estudios, significa un ingreso de 128 mil pesos mensuales para una familia de cinco personas. Así, cuando un pensionado percibe una jubilación inferior a 30 mil pesos, indudablemente que está por debajo de dicha línea. Y al haber un millón de pensionados en tal situación, podemos concluir en forma clara y categórica que casi cuatro de cada cinco chilenos del sector pasivo forman parte de ese grupo de varios millones que se hallan en condición de pobreza, porque no logran satisfacer las necesidades básicas compatibles con la dignidad del ser humano.
El señor GONZÁLEZ .-
¡No es así, señor Senador !
El señor PIÑERA.-
A este respecto, más que hacer la denuncia, deseo tomar parte en la solución del problema. Y lo que planteo es muy simple.
El señor PAPI .-
¡Aprobemos el proyecto! ¡Necesitamos soluciones, no discursos!
El señor PIÑERA.-
Yo, señor Senador, expongo de acuerdo con mi criterio. Respeto mucho la opinión de Su Señoría, que habla por sí mismo; pero yo lo hago por mí.
Lo que iba a manifestar es que hoy tenemos una muy buena oportunidad para transformar en medidas concretas lo que ha sido una preocupación y una prioridad social que nadie discute. Y la forma de hacerlo es mejorar el monto del aguinaldo que se desea otorgar este año al sector pasivo, que alcanza a 3 mil 800 pesos, lo que representa para el Fisco un gasto de 20 millones de dólares.
Por otro lado, es necesario señalar que, debido a una mejor recaudación tributaria que la estimada en el Presupuesto para 1992 -ello fue advertido en esta misma Sala, por lo demás-, en la partida correspondiente a operaciones complementarias quedará un saldo disponible al término del ejercicio. Por ende, sin comprometer el equilibrio fiscal, haciendo coherentes las prioridades, las palabras, los discursos y los hechos, perfectamente bien se podría mejorar el monto del beneficio aludido.
Por eso, señor Presidente , quiero solicitar por su intermedio al Primer Mandatario , a través del Ministro de Hacienda , que reconsidere la cifra del aguinaldo, que se busque una mayor igualdad entre el que se pretende conceder y el que se propondrá para el sector activo, y que, de una vez por todas, se dé un paso que hoy día es factible desde los puntos de vista económico, técnico y financiero. Siendo así, no hay ninguna razón en el mundo que impida corregir ahora una mala priorización del gasto social, porque -repito-, desde el ángulo del mérito, de la moral y de los sacrificios pasados, no hay otro sector en Chile que merezca mayor solidaridad de parte del país que el pasivo.
Por lo tanto, reconozco que en esta materia ha habido mejorías, las cuales estaban contempladas explícitamente en el programa social; pero ello no obsta a dar un paso más en la dirección correcta para ayudar a un sector que, sin duda, está extraordinariamente desmejorado desde los puntos de vista económico y social -lo ha estado por muchos años- y respecto del cual el Presupuesto de la nación permite una mejoría del aguinaldo que pretende otorgársele.
Reitero: hay un error de priorización importante de parte del Gobierno al fijar el monto del beneficio, el cual, en mi opinión, puede y debe corregirse en este ejercicio. Y, por eso, creo que aprobar el proyecto sin discusión es algo que simplemente no corresponde a las prerrogativas del Congreso.
He dicho.
El señor GAZMURI.-
Pido la palabra.
El señor URENDA ( Vicepresidente ).-
Previamente la había solicitado el Honorable señor Thayer.
Puede hacer uso de ella, Su Señoría.
El señor THAYER.-
Señor Presidente , pedí la palabra para sugerir poner término al debate. Porque si seguimos discutiendo este asunto, que es muy importante, no se van a cumplir los planes elaborados para despachar los demás asuntos.
El señor URENDA (Vicepresidente).-
El debate sólo puede concluir por acuerdo unánime de la Sala.
Hago presente que están inscritos a continuación los Senadores señores Navarrete, Gazmuri y Núñez.
El señor NAVARRETE .-
¿Me corresponde intervenir, señor Presidente?
El señor URENDA ( Vicepresidente ).-
Así es.
Tiene la palabra Su Señoría.
El señor NAVARRETE .-
Consulto a los Honorables señores Gazmuri y Núñez si están de acuerdo en dar unanimidad para cerrar el debate y votar el proyecto. De ser así, yo no intervendría.
El señor GAZMURI .-
Lamento no poder hacerlo, señor Senador. Se han dicho algunas cosas que, a mi juicio, requieren respuesta.
El señor NAVARRETE .-
En tal caso, señor Presidente , deseo señalar que deploro el debate realizado en torno de esta materia y que se haya modificado un acuerdo de Comités. La idea era empezar a discutir el proyecto sobre Gobierno y Administración Regional y tratar con posterioridad la iniciativa que ahora analizamos.
Es efectivo que no hubo acuerdo de los Comités para aprobarla sin debate. Se expresó, sí, que sería conveniente sintetizar al máximo la discusión y que, en lo posible, interviniera un Senador por bancada.
Desgraciadamente, se alteró el orden de los proyectos y lo que ha habido en esta materia no corresponde a la síntesis que esperábamos.
Nosotros votaremos a favor de la iniciativa -creo que no hay Comité alguno presente en el Senado que la vaya a rechazar-, que persigue beneficiar a un sector muy postergado del país, particularmente entre 1973 y el 11 de marzo de 1990, y cuya situación se ha venido aliviando paulatinamente con arreglo a las mejorías económicas del país y a los consensos políticos alcanzados.
La reforma tributaria ha hecho posible un mejoramiento sustantivo. Y resulta incomprensible que cuando se producen esos acuerdos políticos se pretenda, sobre la base de los mismos, buscar argumentos críticos respecto de una de las partes que intervinieron en ellos: el Gobierno y, por cierto, las bancadas parlamentarias de la Concertación. La voluntad para mejorar la situación de ese sector corresponde en primer lugar al Ejecutivo . Y así lo ha venido haciendo sistemáticamente desde 1990.
En mi concepto, sostener que los aguinaldos del sector activo son mayores que los del pasivo no deja de ser un recurso retórico y demagógico, porque tradicionalmente siempre ha sido así. De modo que indicarlo con relación al proyecto en estudio no tiene otro propósito que exacerbar un argumento con el fin de obtener un provecho político o electoral, lo que no corresponde a un trabajo legislativo serio, como tampoco a un programa fundado del Gobierno, especialmente de las autoridades económicas.
El acuerdo político invocado debiera prevalecer respecto de una serie de otras necesidades de carácter social que todavía están pendientes en el país. Por eso, me sorprende que se insista más en los términos del acuerdo o en el cumplimiento de las metas o plazos señalados cuando se aprobó, que en el fondo de lo que se persigue, cual es, precisamente, seguir atendiendo los programas sociales.
Creo que hablar de que habrá ingresos mayores que los 600 millones de dólares previstos y que es probable que en definitiva se recauden 800 millones es erróneo como criterio de trabajo legislativo. Y, sobre todo si lo hacen quienes pretenden traspasar sus funciones legislativas a las ejecutivas, resulta preocupante, porque esos mayores ingresos están destinados, no sólo a solventar las necesidades del sector pasivo -los aguinaldos o las pensiones-, sino también, y en forma prioritaria, las de salud, educación y vivienda.
Todo ello da más sensatez, seriedad y ponderación a un debate que debe contener esos elementos para ser creíble.
Lo que el Gobierno está haciendo con la iniciativa en estudio es recoger, como he dicho, la realidad que vive un sector muy postergado del país. Y la mejor forma de contribuir a ello habría sido respetar los acuerdos contraídos en el sentido de formular planteamientos muy resumidos y que, en definitiva, reflejaran la voluntad y el propósito de aliviar su situación.
Reitero que aprobaremos sin mayor dilación y sin más trámite lo propuesto por el Ejecutivo. Y esperamos que se continúen aplicando políticas destinadas a favorecer a ese grupo tan postergado.
He dicho.
El señor GAZMURI .-
Señor Presidente , seré lo más breve posible.
No hubiéramos querido el tipo de debate que se ha desatado en torno del proyecto en análisis. Entendimos que el ánimo de los Comités era realizar una discusión rápida sobre un asunto respecto del cual había acuerdo. Se pidió, incluso, autorización para que la Comisión de Hacienda trabajara paralelamente con la Sala, y la iniciativa fue aprobada allí por unanimidad.
Esto tiene que ver -y lo dejo planteado- con un problema de procedimiento que reviste interés para el funcionamiento del Senado: el cuestionamiento de que son objeto los acuerdos que suscriben los Comités. Porque nada sacamos con acordar cuestiones que después los Senadores de las distintas bancadas no respetan, tanto en la letra como en su espíritu. Eso resulta complicado desde el punto de vista del respeto mutuo qué nos debemos.
Planteo formalmente que no es primera vez que sucede. Y, en ese sentido, solicito a la bancada de Renovación Nacional que tenga claro el grado de compromiso a que pueden llegar sus Comités en las reuniones pertinentes.
Con relación al proyecto, anuncio mi voto favorable. En él se contempla para los pensionados un aguinaldo superior en 30 por ciento al del año pasado, lo que constituye un esfuerzo, pese a ser evidentemente insuficiente.
Convenimos -lo dijimos el año pasado- en que sería útil, como señal, que los aguinaldos del sector pasivo equivalieran a los del personal en actividad. Es un tema que puede seguir discutiéndose. Pero estamos enfrentados a este proyecto. Y hubiera deseado que estuviera presente en la Sala el señor Ministro de Hacienda para discutirlo con él.
En todo caso, recojo el argumento de que hemos hecho un esfuerzo importante con relación al sector pasivo durante estos dos años. Y, no por ser odioso sino por precisar la responsabilidad en la trayectoria política de cada cual, es necesario insistir en que el mejoramiento se produce en estos dos últimos años y no en otros en que también hubo crecimiento económico. No es mi intención entrar en ese debate, sino sólo señalar el hecho, por un sentido elemental de responsabilidad política.
Por último, lamento que en el clima preelectoral que el país vive estemos siendo notificados, al parecer, de que en adelante se desarrollará un cierto populismo de Derecha, del cual hoy día hemos tenido una expresión brillante en las palabras...
El señor DÍEZ .-
¡A Su Señoría le gusta el de Izquierda...!
El señor GAZMURI .-
No me agradan los populismos de Derecha ni de Izquierda, señor Senador.
El señor URENDA ( Vicepresidente ).-
Ruego a Sus Señorías evitar los diálogos.
El señor GAZMURI .-
Hemos hecho un esfuerzo muy sustantivo para desarrollar una política en favor de los sectores populares, pero que no sea populista. Y sostengo que el planteamiento hecho aquí es populista porque el populismo -hemos tenido aquí una expresión magistral de él en la intervención del Senador señor Piñera- se caracteriza precisamente por quererlo todo al mismo tiempo y no responsabilizarse de las afirmaciones que se hacen.
Esto tiene mucho que ver con las aseveraciones formuladas en la Sala respecto de la vinculación entre reforma tributaria, ingresos fiscales y políticas sociales.
A mi parecer, es completamente contradictorio exponer los miles de problemas angustiosos que tienen los pobres del país (entre ellos, los pensionados; y nosotros, más que nadie, pretendemos estar cerca de ellos y de sus aspiraciones) y al mismo tiempo decir que el Fisco no necesita seguir recaudando cuotas importantes precisamente para aplicar programas sociales y resolver de manera radical el problema de la pobreza en el país, lo que nos va a tomar por lo menos una década.
Considero absolutamente populista afirmar que no se requiere mantener el esfuerzo tributario actual porque de todos modos, por la vía del crecimiento, el país obtendría -se dice, por ejemplo- 800 millones de dólares más.
Es evidente que vamos a contar con 800 millones de dólares más por la vía del crecimiento; pero el asunto es que, además de esos 800 millones, creo que necesitaremos durante muchos años el esfuerzo de los 600 millones -o un poco más- que nos entregó la reforma tributaria de 1990.
No hay ninguna razón económica -¡ninguna!- para disminuir la actual carga tributaria, que en Chile es muy modesta. Tenemos la menor carga tributaria entre países similares al nuestro. Aún más, con ella hemos crecido como lo estamos haciendo (a más de 6 por ciento en 1991 y a más de 7 por ciento este año; y todo el mundo piensa que ese nivel se puede mantener) y hemos conseguido las inversiones más altas de las últimas décadas. Por lo tanto, sostener que esa carga tributaria atenta contra el desarrollo es, desde el punto de vista intelectual, una falacia, y desde el punto de vista político, un acto de demagogia. Porque necesitamos los 800 millones y los 600 millones, pues hay pensionados con problemas, temporeros sin previsión e inmensas inversiones que hacer para mantener el aire respirable en nuestras grandes ciudades. Y una parte sustantiva de ese esfuerzo lo debe efectuar el Estado.
En consecuencia, reclamo por la falta de seriedad que supone afirmar que se desean esfuerzos sociales sostenidos y sustantivos, y al mismo tiempo, que el Estado no debe seguir recaudando lo que hoy está obteniendo ni aprovechar, por supuesto, los mayores recursos que arroje el tipo de crecimiento que deseamos.
Desde nuestro punto de vista, era indispensable hacer estas precisiones, pues de lo contrario vamos a dar pie a un debate liviano y demagógico, que no ayuda precisamente a crear los consensos que necesitamos para enfrentar el drama de la pobreza que aún afecta a millones de chilenos.
El señor JARPA.-
Pido la palabra, señor Presidente.
El señor URENDA ( Vicepresidente ).-
La había pedido con anterioridad el Honorable señor Núñez, quien puede hacer uso de ella.
El señor NÚÑEZ.-
Seré muy breve, señor Presidente , pues creo que el debate de esta mañana nos debiera hacer reflexionar acerca de un asunto bastante más de fondo que el que estamos discutiendo en este momento, cual es el de las potestades y funcionamiento del Senado.
Los temas que se han tocado son muy relevantes. Y me parece que entre nosotros nos debemos cierto respeto para que los enfrentemos a fondo, al margen, incluso, de algunas atribuciones constitucionales que se nos entregan.
El Honorable señor Díez planteó la cuestión del manejo de las urgencias por parte del Ejecutivo, que se relaciona en general con las potestades del Parlamento, y en particular, con las del Senado. Es un tema muy de fondo. Y estas bancadas plantearon hace mucho tiempo la necesidad de revisar el Reglamento de la Corporación en esa materia, pues se trata de un punto trascendental para el funcionamiento institucional del país.
Asimismo, se han expuesto los temas del gasto público y de las prioridades sociales, que también son de fondo. Pero, como dije, debemos tenernos cierto respeto y no hacernos discursos entre nosotros. Discutamos el asunto, porque es indudable que existen carencias sociales graves en el país; pero hagámoslo no intentando conquistar votos desde esta tribuna, sino con el propósito de analizar exhaustivamente cómo se generan esas carencias sociales y de qué manera podemos enfrentarlas, pasando por el tema de las privatizaciones -planteado por el Senador señor Piñera-, por el de la reforma tributaria, etcétera.
Todas esas cuestiones son importantes y no deben soslayarse. Y la Mesa tiene atribuciones para convocarnos en algún momento a discutirlas, haciendo un alto en nuestras actividades legislativas. Ahí podremos enfrentarlas con seriedad, independientemente de que nos lleguen o no los proyectos correspondientes, de si éstos vienen bien o mal redactados, o de si se nos obliga a tratarlos con apresuramiento, lo que para nosotros mismos puede ser inaceptable.
Es cuanto quería decir.
El señor URENDA ( Vicepresidente ).-
Tiene la palabra el Honorable señor Jarpa.
El señor JARPA.-
Señor Presidente , cuando propuse analizar este proyecto antes del de regionalización, partí de la base de que fue aprobado esta mañana en la Comisión respectiva por unanimidad. No imaginé que se iba a producir todo este debate, porque no venía al caso.
En consecuencia, señor Presidente , le ruego que ponga en votación la iniciativa de una vez por todas, porque no vamos a poder despachar los asuntos de la tabla si seguimos discutiendo cuestiones que nada tienen que ver con la materia específica a que aquélla se refiere.
El señor URENDA ( Vicepresidente ).-
Hago presente que no hay más Senadores inscritos.
El señor DÍAZ.-
Yo había pedido la palabra, señor Presidente , pero no haré uso de ella.
El señor URENDA ( Vicepresidente ).-
Gracias, señor Senador.
Por lo tanto, queda cerrado el debate y, si le pareciera a la Sala, el proyecto se aprobaría en general y particular por unanimidad.
Aprobado.
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