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El señor GONZÁLEZ .-
Señor Presidente , a petición de los mineros del norte del país, voy a hacer algunas reflexiones sobre la situación en que se encuentran, fundamentalmente, la pequeña y la mediana minerías.
En relación con la política minera, mi partido, cuando fue Gobierno, dejó establecidos ciertos principios que, a nuestro juicio, jamás debieron ser abandonados y que hoy es nuestro deber recuperar: uno, los ingresos del cobre no deben ser empleados en cubrir gastos corrientes de la nación; dos, las regiones productoras del metal rojo, desérticas casi todas, tienen derecho a percibir, para su propio desarrollo, una parte de la inmensa riqueza que entregan al erario; tres, el país debe controlar el comercio del cobre chileno en el mundo; cuatro, el Estado debe crear los organismos necesarios para respaldar a la minería privada chilena, y cinco, deben exportarse sólo productos con el máximo de valor agregado y, excepcionalmente, productos semielaborados.
Hoy nos corresponde efectuar el balance de lo ocurrido con los recursos y normas que mi partido entregó al país y llamar la atención de los señores Senadores sobre las rectificaciones que me parecen indispensables.
En primer lugar, debo señalar que el impulso que recibió Chile a partir de la ley N° 11.828, de Nuevo Trato al Cobre, permitió construir lo siguiente: la Carretera Panamericana desde Arica a Puerto Montt; la Fundición de Paipote, demostrando que la minería surge y prospera donde se ponen a disposición de los mineros planteles subsidiarios que transformen los minerales en productos aptos para vender en los mercados internacionales; embalses y tranques, que dieron paso a formidables obras para la obtención de energía eléctrica y de regadío que ensancharon la producción agrícola; puertos y aeropuertos; obras sanitarias y otras de infraestructura de enorme importancia. Permitió, además, hacer justicia a las regiones productoras de cobre de la Gran Minería, al establecerse un fondo regional de desarrollo que hizo posible, entre otras cosas, crear la Empresa Nacional de Fundiciones.
En efecto, las Regiones de Tarapacá, Antofagasta y Atacama se desprendieron de un 25 por ciento de sus fondos regionales para fundar dicha Empresa, la que, al fusionarse con la Caja de Crédito Minero, di origen a ENAMI. Las provincias mineras, al entregar sus fondos, y el legislador, al dictar la ley N° 11.828, hicieron posible que se repitieran ejemplos como el de Paipote en todo el norte de Chile. Sin embargo, señor Presidente , a partir de esa etapa, muy floreciente para la pequeña y la mediana minerías, hay una sensación de mucha frustración en este ámbito de la economía nacional.
Recordando a Tomic, extraordinario hombre público, gran colaborador de los Gobiernos radicales en materia de política minera, hacemos presente que la ley N° 11.828, de Nuevo Trato al Cobre, unida a los grandes lineamientos del Presidente Gabriel González Videla , fue la viga maestra del desarrollo de Chile. Por eso, en esta oportunidad vamos a proponer a las autoridades pertinentes que se asigne el nombre de estos dos ilustres hombres públicos a sendos tramos de la Carretera Panamericana.
En su mensaje al país de agosto último, Su Excelencia el Presidente de la República señaló que entre 1955 y 1978 el país realizó grandes avances en materia de construcción de caminos, obras de regadío y diversas obras públicas, y que a partir de la última fecha se produce una caída que debe preocuparnos seriamente. Pues bien, ello coincide con el abandono de la gran norma dejada por los Gobiernos radicales, consistente en que es aconsejable que los fondos del cobre ¿los cuales son extraordinarios, pues no son renovables y están sujetos a alzas y bajas¿ no sean invertidos en gastos corrientes, tales como pago de sueldos y otros egresos fijos del Presupuesto de la Nación , sino en obras extraordinarias de adelanto y progreso.
Ley reservada del cobre
Me voy a referir, muy brevemente, a los efectos de la ley reservada del cobre.
Quiero explicar esta tarde que los fondos del cobre para inversiones de capital en todo Chile quedaron suspendidos en las sombras de la noche, sin darse cuenta de ello a los chilenos. Los recursos que había en arcas fiscales y las sabias disposiciones legales de que provenían desaparecieron misteriosamente en virtud de una norma adoptada por el Gobierno Militar, que dejó sin efecto lo obrado legítimamente por el pueblo de Chile y entregó a las Fuerzas Armadas el 10 por ciento del producto de las ventas totales del cobre. No el 10 por ciento de las utilidades, sino el 10 por ciento del producto de las ventas totales, lo que en algunos casos puede significar más del ciento por ciento de las utilidades.
El Partido Radical de Chile no está contra las Fuerzas Armadas; todo lo contrario, estima que sus necesidades deben ser atendidas, pero ello no puede hacerse en el misterio, sino a la luz pública y sin que ello dañe los intereses del país entero.
Hoy digo categóricamente, en este Hemiciclo, que no puede recargarse a CODELCO con gravámenes tan onerosos como el que se le ha impuesto, pues una cosa es disponer de excedentes para realizar obras de progreso, tal como nosotros lo habíamos patrocinado, y otra muy distinta es recargar desmesuradamente los costos de la mayor empresa de Chile. Esto, señor Presidente , debe ser rectificado a la mayor brevedad, liberando a CODELCO del yugo que le impusieron y que le impide desarrollarse, y restituyendo a las provincias, a Chile entero, lo que les corresponde; esto es, tener participación en las obras de progreso financiadas con los excedentes del cobre. Si esto no se corrige, la reconciliación será incompleta.
Junto con hacer un llamado a todas las fuerzas políticas del país para tratar tan importante materia, solicito a la Mesa despachar los siguientes oficios:
a) Al señor Ministro de Hacienda , para que informe, ítem por ítem y año por año, la cuantía de los recursos, expresados en dólares, que habría correspondido invertir en caminos, obras de regadío, obras públicas y otras de adelanto y desarrollo de acuerdo con las disposiciones de la ley N° 11.828.
b) Al señor Ministro de Minería , para que se sirva informar sobre el monto de los excedentes de CODELCO traspasados al Fisco, año por año, desde la fecha de la nacionalización hasta el 31 de diciembre de 1991.
Fondos regionales
Con la inestimable colaboración de otras colectividades políticas y, en especial, de don Radomiro Tomic , el Partido Radical y el Gobierno del Presidente González Videla obtuvieron del Parlamento, con la ley N° 10.255, un reconocimiento expreso del derecho de las provincias productoras de cobre y de la de Tarapacá a percibir, para su propio desarrollo, un porcentaje de los ingresos fiscales provenientes de la Gran Minería del Cobre. Este derecho fue confirmado en la Ley de Nuevo Trato al Cobre y en las de chilenización y nacionalización. Y hoy debo declarar ante la faz del país que éste es un derecho adquirido, un derecho irrenunciable que la nación toda debe respetar, porque lo contrario no sería otra cosa que humillar y herir a regiones esforzadas que merecen consideración. Con esos recursos el país hizo regionalización efectiva y no formal. Estos fondos deben reponerse sin más demora. Ello es un imperativo de la reconciliación y del respeto que nos debemos los chilenos unos a otros.
Producción y ventas
El control sobre la producción y las ventas por parte de las autoridades del Estado es algo esencial. Hoy vemos cómo, debido a la errónea política de no ampliar la capacidad de fundición y refinación de ENAMI y de la Gran Minería, productores como La Escondida y otras empresas exportan concentrados hasta abarrotar las fundiciones y refinerías extranjeras. Esto ha tenido la lamentable consecuencia de que en el exterior han subido las tarifas de maquila por fundición y refinación y, lo que es más grave, ENAMI, siguiendo la tendencia externa, también ha subido las suyas. Es decir, señores Senadores, con nuestro propio mineral, exportado en la forma de concentrados, estamos encareciendo el procesamiento realizado en Chile, lo que constituye un verdadero absurdo económico, sin perjuicio de que el mayor valor agregado queda en el exterior y de que estamos volviendo, técnicamente, a ser exportadores de materias primas.
El país no puede abrir las puertas indiscriminadamente a la exportación de minerales sometidos a los primeros procesos industriales. Por el contrario, cuando se trata de la explotación de grandes yacimientos, debe exigirse a la empresa que goza de ellos instalar fundiciones y refinerías, y a ENAMI, en el resto de los casos, comprar los concentrados para fundirlos y refinarlos. Al elaborar ENAMI la producción de la pequeña y la mediana minerías, se preserva a estos productores, tan esforzados, de las presiones y especulaciones internacionales.
Pequeña y mediana minerías
Nosotros siempre hemos propiciado el sostenimiento e impulso del pequeño y del mediano minero chileno.
El país tenía una larga deuda con Atacama. Ella comienza a saldarse con la construcción de la Fundición de Paipote. Hay quienes alegan que deben establecerse reservas de minerales antes que pensar en construir una fundición. Nosotros les replicamos que nadie va a ir a buscar minerales sin saber dónde llevarlos para que sean convertidos en metales vendibles en los mercados. Y se ordenó la construcción de la Fundición de Paipote, con los resultados que todos conocen. Paipote produce el renacimiento de Atacama desde Taltal hasta Coquimbo. La Caja de Crédito Minero, creada durante el Gobierno de don Arturo Alessandri, otorga crédito y asistencia técnica. Las Plantas de CACREMI y la Fundición de Paipote procesan, fusionan y refinan minerales, concentrados y precipitados. Las plantas de beneficio y Paipote no persiguen fines de lucro, pero tampoco otorgan subsidios; son establecimientos regionales para impulsar la minería de la Región; pertenecen a ella para crear minería nacional y cumplir funciones imposibles de alcanzar por el minero chileno por sí solo, debido a las enormes inversiones que necesitan las instalaciones mineras. Aquí se da la necesidad imprescindible de la intervención del Estado para abrir camino a los hombres hacia su independencia y progreso. No hay otra manera de hacerlo, porque lo otro es, simplemente, entregar el monopolio de toda la explotación minera a los grandes capitales y obligar a los mineros chilenos a trabajar como asistentes y obreros en la explotación de las riquezas nacionales.
Son tan evidentes los excelentes resultados de las políticas puestas en marcha por los Gobiernos radicales, que al dictarse la ley N° 11.828, las Regiones de Tarapacá, Antofagasta y Atacama apoyan la creación de la Empresa Nacional de Fundiciones con el objeto de extender por todo el desierto minero de Chile la experiencia de Paipote, y se establecen nuevas plantas y fundiciones en Tarapacá y Antofagasta.
Se organiza esta gran empresa, tomando como cimiento la Fundición de Paipote, con el aporte del 25 por ciento de los ingresos regionales provenientes de los impuestos del cobre. Es decir, el norte de Chile creó, a través de la ley N° 11.828, su propio instrumento de desarrollo con activos y recursos también propios.
Desgraciadamente, durante el Gobierno de don Jorge Alessandri se refunden la Caja de Crédito Minero y la Empresa Nacional de Fundiciones en lo que hoy es ENAMI; se centralizan las operaciones en Santiago, y se invierten los recursos del cobre provenientes de la ley N° 11.828 en instalar una fundición en Ventanas. Esto desvirtuó completamente el papel del organismo, al verse obligada la nueva fundición a tratar concentrados de la empresa dueña de El Teniente, por no existir minería chilena suficiente que atender en ese lugar.
Es un deber, como Presidente del Partido Radical , señalar la frustración histórica que significó para las provincias mineras y para Chile el hecho de que la Fundición Ventanas trabaje en gran parte para la Gran Minería, que tiene recursos propios para instalar fundiciones y refinerías. Es mi deber también puntualizar que las políticas aplicadas por ENAMI no corresponden al papel que está obligada a cumplir. La consecuencia de ello es la reducción constante y paulatina de presencia minera chilena, aparte la Gran Minería.
Señor Presidente, nosotros pensamos que los problemas urgentes que amenazan hoy a la minería atendida por ENAMI deben ser solucionados, y al respecto debo expresar lo siguiente.
Haciendo caso omiso de la pérdida de valor que ha tenido el cobre en los mercados, y haciendo también caso omiso de que la divisa en que los mineros transan sus productos ha perdido un 25 por ciento de su valor por deterioro de la paridad cambiaria, ENAMI ha subido las maquilas de fusión y refinación en más del 20 por ciento. Esto es inadmisible, señores Senadores, en un organismo que fue creado para complementar a la minería chilena y que opera con los recursos, plantas y fundiciones que aportaron las provincias mineras. Por eso, las alzas de maquilas deben ser derogadas de inmediato.
Solicito a la Mesa el envío de un oficio al señor Ministro de Minería para que se sirva remitir un detalle de los costos de fusión y refinación en las Fundiciones de Paipote y Ventanas y de las razones que han determinado el alza de las maquilas en los últimos dos años.
Termino reiterando que es un deber de todos los chilenos fijar claramente una política del cobre, despejando en numerosos aspectos el desconcierto que hoy domina a los mineros, analizando y corrigiendo las desviaciones producidas por el Gobierno Militar y, sobre todo, devolviendo al país recursos que le fueron arrebatados por una legislación secreta que nuestra renaciente democracia no puede aceptar. Y a los mineros de todo Chile les digo que nos haremos cargo de su causa justa, y que lucharemos junto a ellos por alcanzar los tratamientos de dignidad a que tienen derecho.
Desde los inicios del actual Gobierno, el Partido Radical, por intermedio de su Comisión de Minería, ha estado planteando la necesidad de nombrar una Comisión del más alto nivel encargada de investigar la situación de CODELCO y de ENAMI. Desgraciadamente, estos planteamientos no han sido acogidos.
Lo más grave, señores Senadores (y con esto termino), es que la actual crisis en que se encuentran la pequeña y la mediana minería afectará en el futuro a la propia ENAMI, al perder y no haber desarrollado a sus abastecedores naturales, que son justamente los sectores de pequeños y medianos mineros.
He dicho.
--Se anuncia el envío de los oficios solicitados, en nombre del señor Senador, en conformidad al Reglamento.
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