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- rdf:value = " El señor CALDERÓN.-
Gracias, señor Presidente.
En primer término, lamento que el Gobierno no haya retirado la urgencia, calificada de "Suma", a este proyecto, toda vez que la Confederación de Trabajadores del Cobre, como lo dije en la mañana, está abierta a recoger las sugerencias del resto de la sociedad chilena, y las propuestas que plantea representan el conjunto de sus asociados. A ella pertenecen trabajadores de todas las colectividades políticas: Renovación Nacional, UDI, Democracia Cristiana, Partido Socialista, Partido Radical, Movimiento Autónomo Sindical, comunistas; en fin, de todos los partidos. Siempre hemos señalado que este proyecto es uno de los que deben contar con el consenso nacional. Por eso, deploro que no nos hubiéramos dado más tiempo para haber tenido una discusión más profunda sobre la iniciativa.
En segundo lugar, dado que participé en la Comisión de Minería, debo expresar que la Confederación de Trabajadores del Cobre fue insuficientemente escuchada. No puedo decir que no fue escuchada, porque lo fue. En la discusión general, participaron algunos dirigentes, por cuanto la mayoría de ellos se encontraban representándola en el exterior. En el debate particular pedí que esa organización gremial fuera escuchada formalmente; pero no fue así porque hubo que realizar una reunión especial con ese objeto. Es decir, formalmente no hemos oído a la Confederación de Trabajadores del Cobre.
Algunos señores Senadores se ríen, quizás porque no tienen interés en conocer las posiciones de los trabajadores, pese a que algunos de sus dirigentes representan, precisamente, al partido de aquéllos.
En tercer lugar, hubiéramos querido que en la Comisión de Minería se planteara una política general, un marco, sobre minería; pero no se hizo. Y, de haber sabido cuál es la estrategia de desarrollo de la minería, cuál es la política nacional de minería, quizás nos habríamos evitado problemas. Porque creo que un debate amplio sobre la materia debe tener presente los papeles que, en una política nacional de la minería, desempeñan la Confederación de Trabajadores del Cobre, las transnacionales y el rol que a éstas corresponde para que el negocio minero tenga suficiente transparencia. Son tres problemas fundamentales de una estrategia minera. Y me hubiese gustado tenerlos presentes como marco para la discusión de este proyecto.
Pues bien, yendo al punto concreto, presentamos una indicación que propone que CODELCO, en las sociedades que constituya para la exploración y explotación de sus pertenencias mineras, propenderá a participar en calidad de socio mayoritario.
¿Por qué formulamos esta indicación? Yo diría que hay consideraciones de tipo práctico y otras de carácter más profundo, como las que he señalado, que tienen que ver, no con el debate obsoleto entre estatistas y antiestatistas, sino, en nuestra opinión, con la mejor defensa del interés de Chile. Porque ese problema es el sustantivo.
CODELCO es una empresa nacional que tiene un rol de liderazgo mundial en la industria del cobre. Tiene los yacimientos, la experiencia, los conocimientos tecnológicos, el personal calificado y una producción anual que satisface, ella sola, el 10 por ciento de las necesidades del mercado mundial. Yo creo que no sólo a CODELCO sino que a Chile le interesa mantener -y ojalá acentuar- ese rol de liderazgo. Para ello se plantea que la propia CODELCO se transforme en una transnacional, que invierta afuera, que se diversifique y que también, tal como lo hacen sus competidores, se asocie con otras empresas nacionales o transnacionales, a fin de ganar acceso a tecnologías o mercados que sean de interés para su desarrollo estratégico.
Somos partidarios de esto. Pero, tal vez producto de nuestros errores, hemos aprendido a mirar la realidad tal como es y a no disfrazarla con nuestras percepciones ideológicas. Y, por ello, estimamos importante que, aceptando y promoviendo esa asociación, reconozcamos abiertamente lo que persiguen las transnacionales y sus diferencias con relación a CODELCO.
El objetivo de CODELCO es maximizar a mediano y largo plazo los beneficios para su dueño: el Estado de Chile. Las transnacionales también procuran maximizar los beneficios para sus dueños, que son sus accionistas, entre los cuales sólo por excepción tal vez haya alguno chileno.
CODELCO tiene una base nacional y, aunque se trasnacionalice, su responsabilidad primera será para con Chile. Las transnacionales no tienen otra responsabilidad que las ganancias que generan, y, desde una perspectiva global, en la que no cuentan las consideraciones nacionales. Eso es obvio. Y esto no es propaganda antitrasnacionales, sino una realidad concreta de cada día, y tenemos que tomarla en cuenta.
Me perdonarán los señores Senadores que plantee ahora un problema concreto sobre las compañías transnacionales en la Región que represento. Unos ganaderos, empresarios dinámicos e innovadores, denunciaron que una empresa transnacional compra lana en Magallanes, la somete a una mínima elaboración y la exporta facturando la unidad a 2,50 dólares. Ocurre que tuvieron oportunidad de salir al extranjero y pudieron comprobar que el precio internacional del producto neozelandés, similar o incluso inferior al magallánico, se transaba a 4,60 dólares la unidad. Es evidente que a esa transnacional no le importa que la filial chilena tuviera muy pocas utilidades. Lo que le interesa, en términos globales, internacionales, es obtener esas utilidades. Pero a nosotros, como chilenos, sí que nos importa. Porque si la filial chilena tiene pocas utilidades, no sólo contribuye con menos impuestos, sino que también es difícil lograr que mejore los precios que paga a los ganaderos por la lana o que sus trabajadores obtengan aumentos salariales.
Aquí hay un ejemplo de como los intereses de las transnacionales, desde el punto de vista de la lógica empresarial, chocan con los intereses nacionales. Y no por eso vamos a pedir la nacionalización de esa empresa; pero tenemos que ver las realidades y no pensar que, por el simple hecho de ser empresa privada e inversión extranjera, es de suyo positiva. Hay situaciones en las que sus intereses y los de la nación son contradictorios, y debemos tenerlos en cuenta y no idealizar. No lo decimos para concluir: ¡Ah, no hay que asociarse! ¡Sí! Hay que asociarse con ellas, pero teniendo los pies bien puestos en la tierra y preocupándonos de crear las condiciones para que se puedan resguardar los intereses de Chile y de los chilenos cuando se den esos conflictos de intereses.
Esa es nuestra preocupación fundamental. Y, en el marco de ella, presentamos la indicación orientada a que CODELCO propenda a ser socio mayoritario en las asociaciones que constituya.
Pero también nos mueven consideraciones más pragmáticas. Por una parte, el "propenderá" sirve para declarar intenciones, pero también permite flexibilidad en la discusión de los acuerdos concretos. Por otra, la aprobación de esta indicación ayudaría a eliminar la resistencia de los trabajadores y supervisores del cobre, que se han reunido en más de una ocasión para discutir esta ley en proyecto, precisamente para contribuir a la generación de un consenso nacional sobre ella.
En la discusión en la Comisión...
El señor VALDÉS ( Presidente ).-
Ha terminado el tiempo de Su Señoría.
El señor CALDERÓN .-
La Honorable señora Soto me ha dado algunos minutos.
El señor VALDÉS (Presidente).-
Pero la señora Senadora no puede darlos.
El señor CALDERÓN .-
No; pero resulta que le sobró tiempo.
Como decía, en el debate habido en la Comisión, el señor Ministro dijo que compartía la intención de la indicación, pero que abogados de CODELCO ponían objeciones. Si el señor Ministro comparte la intencionalidad, si -como señalé en la discusión general- el Honorable señor Alessandri no pone reparos para introducir el inciso y si ello además satisface a los trabajadores del cobre, francamente creo que estos consensos son mucho más importantes que la opinión de abogados de CODELCO, por muy respetables que sean como personas.
Con relación a esta materia, se me viene a la memoria la conclusión, con relación a otro tema, de un artículo de una revista de la Armada, que me parece pertinente. En él se sostiene que hay decisiones que son de responsabilidad de los estadistas y no de las comisiones técnicas ministeriales. En mi opinión, en esta materia, aun cuando es necesario tener en cuenta todas las consideraciones técnicas, las responsabilidades por las decisiones debemos asumirlas el Ministro y los Parlamentarios.
Sinceramente, creo que es mejor para el país y para la aceptación consensual de la ley acoger la indicación. Por eso, solicito al señor Ministro que no reitere su objeción y a los Honorables colegas que nos pongamos por encima de las disputas políticas pequeñas, y que, tal como lo ha hecho el Senador señor Alessandri , demos nuestra aprobación a la indicación, ojalá por unanimidad.
He dicho.
"
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