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- rdf:value = " El señor GARCIA (don José).-
Señor Presidente, deseo referirme al pago de patente municipal para ejercer la actividad del transporte terrestre de pasajeros y de carga.
En efecto, mediante este proyecto, les estamos subiendo el impuesto por permiso de circulación a los propietarios de un taxi colectivo o de un camión, pero, además, les estamos imponiendo el pago de la patente de contribución municipal; es decir, estamos afectando doblemente a una actividad tan sensible como es el transporte de pasajeros y de carga. No podemos abusar en materia de impuestos, aplicando cargas impositivas tan altas a pequeños transportistas, a personas modestas, cuyo mayor capital es su esfuerzo y su trabajo. Aquí debemos optar: o subimos en un 10 por ciento el permiso de circulación o los obligamos a pagar patente de contribución municipal, pero considero desproporcionado imponer ambas medidas a un sector en el que trabajan a lo menos unas 100 mil personas. Esto se debe a que, mediante indicación del Ejecutivo, se deroga la expresa exención del pago de la patente de contribución municipal que favorece a la actividad del transporte terrestre de pasajeros y de carga. Todos podemos estar de acuerdo en que una empresa con terminales de buses o de camiones pague impuesto por permiso de circulación y patente de contribución municipal, pero no debemos gravar con una nueva carga impositiva a los propietarios de un taxi, de un colectivo o de un camión, que representan la inmensa mayoría de los contribuyentes afectos a este gravamen.
Llamo la atención de los señores Diputados sobre esto, porque es probable y perfectamente posible que, entre la enorme cantidad de disposiciones, se pase por alto ésta, que deroga expresamente una exención vigente, porque estaríamos cometiendo una enorme injusticia. Se puede argumentar que los propietarios de taxis y colectivos deben pagar patente de contribución municipal; pero es necesario agregar que ellos pagan el permiso de circulación y, además, cada vez que compran un vehículo nuevo, neumáticos o combustibles, no recuperan el impuesto al valor agregado. En consecuencia, sus costos son mucho más altos que los de cualquier comerciante o industrial que recupera dicho impuesto mediante las ventas.
Estoy de acuerdo con algunas disposiciones del proyecto, por ejemplo, con la relativa a la nueva distribución de recursos para el Fondo Común Municipal. Concuerdo con que el 1 por ciento del impuesto de transferencia de los vehículos vaya en beneficio de las municipalidades en donde están inscritos los vehículos, en lugar de favorecer a aquéllas donde está ubicada la notaría respectiva. Sin embargo, no estoy de acuerdo en gravar de manera tan seria a los sectores de la clase media chilena, mediante un alza del 10 por ciento de los permisos de circulación de todos los vehículos. Se olvida que el vehículo es una herramienta de trabajo para muchos, en particular para ciertos profesionales, como los profesores, que con gran esfuerzo adquirieron un vehículo a muchos de los cuales con el desahucio que recibieron al dejar de pertenecer al Ministerio de Educación y pasar a las municipalidades. Al aumentar el permiso de circulación en 10 por ciento privaremos a todo este pujante sector de la clase media que está trabajando con seriedad y responsabilidad de este medio de trabajo.
En definitiva, no podemos tener por un lado, una reforma tributaria que significa mantener en el tiempo tasas de impuestos altas, y, por otro, aprobar una segunda reforma tributaria por la vía de alzar los impuestos municipales. Lo digo con toda franqueza: Estamos abusando con el bolsillo de la gente; no podemos obligarla a pagar más y más impuestos. Es verdad que los municipios tienen problemas financieros y presupuestarios y que necesitan mayores recursos; pero, ¿dónde radican esos problemas de las municipalidades? Fundamentalmente en los déficit operacionales de salud y educación. Bastaría con que el sector público se hiciera cargo de tales déficit para ver aumentada rápidamente la inversión municipal en no menos de 100 millones de dólares cada año. Esa es la solución: que con los recursos de la nueva reforma tributaria se hagan aportes que garanticen el financiamiento de la educación y de la salud pública, a fin de mejorar sustancialmente los recursos que requieren las municipalidades para responder mejor a las inquietudes de la comunidad a la cual están llamadas a servir. No creo que la solución sea seguir gravando con nuevos tributos, en este caso en beneficio municipal, al sector medio de la población, porque realmente estamos abusando con él.
He dicho.
"
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