-
http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/670073/seccion/akn670073-po1-ds6-ds14
- bcnres:tieneTipoParticipacion = bcnres:Intervencion
- bcnres:tieneEmisor = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/1079
- rdf:type = bcnres:SeccionRecurso
- rdf:type = bcnres:Participacion
- bcnres:tieneCalidad = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/cargo/1
- rdf:value = " El señor MASFERRER.-
Señor Presidente, antes de iniciar mi intervención me sumo a las palabras del Diputado señor Juan Carlos Latorre, que no es lo mismo la atención primaria en el área rural que en la urbana. Comparto plenamente en que son mundos diferentes. Las acciones de salud que se desarrollan en el campo cuestan mucho más que las que se realizan en las ciudades.
Para analizar el proyecto en términos generales en primer lugar, es necesario analizar la génesis del traspaso de los servicios de salud a las municipalidades, especialmente de postas rurales y consultorios de salud, a las municipalidades.
Hoy aparece lejano el decreto ley N° 3.063, de 1979, que permitió el traspaso a las municipalidades de los establecimientos de atención primaria en propiedad y administración por parte del Ministerio de Salud. Los objetivos centrales eran obvios y necesarios: avanzar definitivamente en la descentralización y desconcentración del país, haciendo participar a la comunidad local en la atención primaria de salud; otorgar un mayor énfasis a la medicina preventiva, orientada fundamentalmente hacia los grupos más necesitados, vulnerables y desprotegidos; adecuar los programas de salud a las necesidades reales de la población, etcétera.
Finalmente, el tema de la salud pública, que históricamente fue responsabilidad exclusiva del Estado, hoy se reparte en una serie de órganos públicos y privados, manteniendo éste sólo un rol subsidiario en la atención de salud.
Menos lejana aparecen aquellas airadas voces de protesta por tales políticas.
Connotados dirigentes, políticos y sociales, muchos de los cuales se encuentran hoy en este hemiciclo, dieron una verdadera lucha frontal contra las profundas reformas y modernizaciones impulsadas por el gobierno de las Fuerza Armadas y de Orden. A pesar del escaso tiempo transcurrido, constatamos la espectacular "vuelta de carnero" que han dado para justificar todo aquello que ayer declararon injustificable.
Por el bien de Chile, especialmente de los más necesitados, nos alegramos del cambio experimentado en la Concertación, aun cuando lo disfracen bajo la fórmula de correcciones, ajustes u otros similares. A estas alturas lo importante es que se hayan consolidado definitivamente en nuestra sociedad las modernizaciones y la gran obra social implementada por el gobierno anterior, tanto por su implacable lógica y fundamentación, cuanto por los innumerables beneficios en que se traducen. Se mantiene la duda de si este cambio de actitud en el sistema se debe a una profunda convicción de última hora o a consideraciones meramente realistas y utilitarias, distinción que a la larga resultará fundamental, pues cualquiera puede modificar un sistema ya implementado mediante la corrección de aquellos defectos que sólo se podían percibir por su aplicación práctica y por el transcurso del tiempo. Sólo quienes creen firmemente en él y comparten realmente sus fundamentos y principios inspiradores, pueden proyectarlo con eficacia y profundizarlo día a día.
En este sentido el proyecto reconoce y consolida el sistema de salud municipal. Así, el artículo 54 señala que: "corresponderá a las municipalidades desarrollar la función de atención primaria de salud", lo cual nos alegra profundamente.
El gran mérito político del proyecto y otras consideraciones que expondré, me llevan a aprobarlo en general. Si bien se centra en la situación laboral de los trabajadores de la salud, lo cual me parece loable, no mejora el nivel de salud y bienestar de la población. No nos engañemos. Este proyecto no evitará las largas colas en los consultorios ni mejorará la atención que en ellos se presta.
Como se ha señalado, el proyecto persigue tres finalidades: una laboral, que consiste en establecer una carrera funcionaría para los trabajadores del sector; una unidad de acción, que implica establecer directrices del Ministerio de Salud para el sector; y una financiera, que implica reemplazar el Fapem por una asignación de recursos per cápita.
Si bien la aplicación práctica de este proyecto solucionaría varios problemas reales del sistema, como legisladores debemos tener cuidado en esta materia, por cuanto el hilo conductor de estos cambios se encuentra en la centralización de las decisiones, esquema caduco en el mundo moderno, y en la limitación de la autonomía municipal, que constituía anteriormente su motor.
En esta iniciativa también preocupa el supuesto aumento de las remuneraciones de los trabajadores del sector, por cuanto tengo antecedentes que me llevan a concluir que es irreal o, al menos, irrisorio, en torno al cual se han creado falsas expectativas de mejoramientos económicos, que al parecer no son tales. En este tipo de proyectos el Gobierno debe realizar un real esfuerzo financiero y no distraer los recursos del Estado en proyectos que tienen una clara finalidad de compensaciones políticas o de prebendas para grupos de presión afines. Por ello, no aceptamos que el Gobierno se ampare en la falta de recursos, pues en muchos proyectos políticos y no sociales, por todos conocidos, hemos observado las grandes sumas que el Ejecutivo les ha destinado, los que, sin duda, tienen prioridades menores que las urgentes necesidades sociales que tiene nuestra población, especialmente de salud.
Por estas razones, presentaremos todas las indicaciones conducentes para que se produzca el efecto deseado; esto es, mejorar la situación laboral de los trabajadores del sector, pero cuidando de no introducir elementos distorsionadores que, a la larga, pudieran burocratizar y estatizar el sistema, haciéndolo inoperante.
Por estas consideraciones, la UDI presentará su voto afirmativo a la idea de legislar sobre esta materia, por el convencimiento de que toda obra debe ser evaluada y perfeccionada, luego de que se ha puesto en práctica y ha demostrado sus bondades; con la misma convicción emplearemos todos los medios legislativos a nuestro alcance para evitar que se alteren los fundamentos básicos que durante una década, permitieron construir y consolidar este sistema, cuyos beneficios ya nadie discute.
Por su intermedio, señor Presidente, concedo una interrupción al Diputado señor José García.
"
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/670073/seccion/akn670073-po1-ds6
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/670073