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- rdf:value = " El señor RODRIGUEZ (don Claudio).-
Señor Presidente, Honorables parlamentarios, durante dos largas sesiones hemos estado debatiendo acerca del proyecto de ley que nos preocupa.
En el seno de las propias Comisiones de Salud y de Hacienda, que hoy entregan su informe, se destinaron también largas horas al análisis de las materias que contiene esta iniciativa del Poder Ejecutivo.
Esto, sin duda, apunta a la profundidad con que debe abordarse el tema, asunto que en mi opinión no recoge el citado proyecto de ley.
Tanto en las comisiones que se preocuparon de su estudio como en la Sala de Diputados, se han dado importantísimos argumentos. Comparto alguno de ellos pero obviamente que otros no.
El largo debate que hemos realizado no es otra cosa que la más clara demostración de que este, proyecto recibirá numerosas indicaciones a su articulado, por lo que se puede prever que su despacho final no será tan simple.
Sin perjuicio de ello, da la sensación de que existirá consenso en aprobar la idea de legislar en este sentido, aunque obviamente sobre la base de mejorar la actual legislación, pues para nadie es desconocido que toda obra hecha por el ser humano es perfectible. Y este es el caso, pues, sin duda, es importante introducir mejoramientos a una legislación que dio nacimiento a la descentralización de la salud primaria, pero que con el correr del tiempo y de su aplicación se ha podido constatar la necesidad de ajustarla a lo que la realidad indica.
No obstante lo anterior, es importante destacar este proceso descentralizador que se inicia en el gobierno anterior. ¿Qué perseguía? Es simple concluirlo: acercar la salud a las personas. Precisamente, a través de este proceso, hoy comunas pequeñas y apartadas tienen su respectivo consultorio; comunidades alejadas de los centros urbanos poseen sus respectivas postas de atención, lugares ambos en los cuales atienden a los vecinos de su jurisdicción, en especial los más humildes, con una serie de programas, como son el control del niño sano, la mujer embarazada, etc. ¿Podría entonces alguien decir, objetivamente, que el sistema, desde este punto de vista, no ha dado resultado? La verdad es que creo que no, pues si la realidad actual la comparamos con la realidad de la atención de salud de hace 20 años atrás, es fácil concluir que existe una gran diferencia. Es decir, definitivamente en este sentido se ha avanzado decididamente.
Por eso, inquieta escuchar opiniones como las emitidas en esta Sala por el Diputado democratacristiano Hosain Sabag, quien aparentemente, sin mayor conocimiento, acusa a los alcaldes del gobierno anterior, afirmando que este proceso de municipalización de la salud se llevó adelante debido a que los alcaldes de la época no podían oponerse, ya que recibían órdenes acerca de lo que había o no había que hacer. Yo le quiero decir al Diputado Sabag que está muy equivocado, pues si no hubo oposición a este plan de descentralización de salud, que, precisamente, porque quienes tuvimos el honor de servir a nuestras comunidades en el gobierno pasado, éramos y somos convencidos partidarios de que la única manera de acercar beneficios como éste, el de la salud, a la gente, es a través de la descentralización de los sistemas que por largos años estuvieron centralizados en Santiago y que nos llevaron al fracaso más rotundo. Se trata en definitiva, señor Sabag, de si creemos o no en la descentralización, y nosotros creemos en ella, a pesar de que haya que hacerle muchas mejoras que la práctica ha ido aconsejando.
Sin embargo, así como destacamos las ventajas que la municipalización de la salud ha traído para las personas, también sabemos reconocer sus limitaciones, y ellas apuntan principalmente al financiamiento o desfinanciamiento del sistema, porque en ese sentido, hay que decirlo, el traspaso de la atención de salud primaria a las municipalidades se hizo sin el financiamiento adecuado y allí está el gran problema del proceso, pues a medida que han pasado los años se ha ido transformando en una pesada carga para los municipios.
Por eso, estimo que una modificación a la ley, sin que vaya acompañada de un real proceso de mejoramiento del financiamiento del sistema, está condenada al fracaso, pues para nadie es desconocido que la falta de financiamiento limita seriamente la contratación de personal médico y paramédico que permita cumplir con la cobertura de atención mínima que requieren los consultorios. Por otra parte, la misma situación anterior, afecta también al desarrollo de los programas de prevención establecidos por el Ministerio de Salud, ya que al no haber el personal suficiente contratado, no se pueden desarrollar, por tener que ocuparse el personal a tratar los casos más graves y urgentes. También la falta de financiamiento impide obviamente cancelar remuneraciones adecuadas, lo que conlleva a una alta movilidad del personal principalmente profesional, ya que al ver éstos sus proyecciones limitadas, rápidamente emprenden el vuelo de consultorios y postas, agravando la situación anterior la falta de garantías y de perfeccionamiento profesional, situación que se transforma en angustiante en las comunas más pequeñas. De allí que comparta lo expresado por el Diputado Latorre, en orden a que debe considerarse como factor fundamental en el sistema de financiamiento la calidad de urbano y rural que tienen las distintas comunas de nuestro país.
Creo, señor Presidente, que ha llegado la hora de pasar de los discursos a la acción y el proyecto propuesto, a lo menos en mi opinión, no recoge el asunto de fondo.
En el mensaje que precede al articulado del proyecto, se señala como idea fundamental o matriz que: "se pretende desarrollar una nueva y verdadera atención primaria de Salud que se constituya en una estrategia de desarrollo para el país en esta área tan importante". Y yo pregunto: ¿Cómo transformaremos en cosa real esta intención declarada por el gobierno en su mensaje, sin un financiamiento adecuado? Francamente, lo veo muy difícil.
Honorables Diputados, no se puede ni se tiene derecho a seguir ilusionando a la gente. La gente ya no quiere más mensajes ilusionantes; la gente quiere soluciones reales.
Por otra parte, ¿qué opinarán las municipalidades cuando vean que los contratos existentes con el Ministerio serán modificados unilateralmente por este último? ¿Qué opinarán los señores alcaldes o concejales, por muy de gobierno que sean, cuando vean violada la autonomía municipal? El problema no es de fácil solución. Quiero pensar, en todo caso, que los alcaldes y concejales harán, por esta vez, abstracción de su cercanía o lejanía del gobierno y no mirarán para el lado, pues estoy cierto de que tienen muy claro que ellos son representantes del pueblo ante el Gobierno y no del Gobierno ante el pueblo, función esta última que les está reservada a gobernadores y a intendentes.
Por último, señor Presidente, Honorables Diputados, sin perjuicio de todas las aprensiones que he señalado precedentemente, daré mi aprobación en general al proyecto presentado por el gobierno, porque estoy convencido de que hay que introducir mejoramientos al actual sistema; porque estoy convencido de que hay que darle mayor estabilidad y mejores condiciones al sistema y, por ende, a los funcionarios que en él laboran; y porque espero que, a través de la vía de la indicación, este proyecto sea enriquecido en el largo trámite que aún le queda por cumplir.
He dicho.
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