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El señor PACHECO.-
Muchas gracias señor Presidente, y agradezco igualmente a los señores Senadores.
Deseo referirme en esta oportunidad a un problema que, en mi concepto, es de gran trascendencia nacional y regional. Es el que dice relación con el endeudamiento agrícola en todo el país y, en especial, en la Séptima Región del Maule, que tengo el honor de representar en el Senado.
El sector agrícola chileno padece de un alto grado de endeudamiento, y esta deuda está sobrepasando su capacidad de pago, comprometiendo gravemente su desempeño futuro.
Los datos oficiales de la Superintendencia de Bancos y Sociedades Financieras indican que, al 28 de febrero de 1990, la deuda que el sector agrícola mantiene con el sistema financiero alcanzó a 445 mil millones de pesos, suma que equivale aproximadamente a unos 1.500 millones de dólares y al 81 por ciento del producto geográfico bruto sectorial. A modo de referencia, debe observarse que, a la misma fecha, el total de la economía nacional mantiene un endeudamiento financiero ascendente al 67 por ciento del PGB.
Además del alto grado de endeudamiento, el sector agrícola posee un alarmante índice de cartera vencida. En efecto, mientras el total del sistema financiero muestra un índice de cartera vencida de 5,21 por ciento, en el caso del sector agrícola se ha clasificado como vencida el 7,3 por ciento de la cartera.
La Séptima Región del Maule es eminentemente agrícola. Su principal sector productivo es el agrícola: representa el 31 por ciento de su PGB regional. Asimismo, mientras el PGB de la Séptima Región alcanza sólo a 4 por ciento del PGB del país, su PGB agrícola equivale a 14 por ciento del PGB agrícola del país.
Con relación a su PGB sectorial, la agricultura de la Séptima Región no aparece más endeudada que el promedio de la agricultura nacional o que el promedio de la economía nacional. Su deuda total es de 29 mil 600 millones de pesos, esto es, unos 100 millones de dólares al 28 de febrero de 1990, lo que constituye el 35 por ciento de su PGB agrícola estimado. Visto de otra forma, la deuda del sector agrícola de la Séptima Región representa el 6,7 por ciento de la deuda agrícola nacional, y se estima que la Región produce el 14 por ciento del producto agrícola de nuestro país.
Sin embargo, señor Presidente , a pesar de su bajo endeudamiento agrícola la agricultura de la Séptima Región posee graves problemas financieros. La cartera vencida de la deuda agrícola alcanza, en la Séptima Región, a 13 por ciento, superado sólo por el 22 por ciento de préstamos vencidos del sector agrícola de la Tercera Región, y, desde luego, superior al mencionado 7,3 por ciento de cartera vencida promedio de la agricultura nacional.
En términos de monto de dinero involucrado, la deuda agrícola de la Séptima Región es la más alta de todas las Regiones (excluida el área o Región Metropolitana), y, por último, se debe destacar que en número de deudores, la Séptima Región ocupa el tercer lugar, después del área metropolitana y la Décima Región, llegando a 3.532 el número de deudores agrícolas involucrados.
Datos extraídos de una muestra que cubre el 72 por ciento de la cartera, y que por brevedad de la exposición aplicaremos al total de la Región, permiten sacar algunas conclusiones adicionales.
Desde el punto de vista de la solidez del sistema financiero, los préstamos aparecen respaldados por suficientes garantías. Sin embargo, para el total de los deudores sólo un 72 por ciento de la recuperación del crédito provendrá de los flujos de ingreso generado, mientras un 28 por ciento está respaldado por el valor de las garantías, reales comprometidas. En el caso de los deudores clasificados en cartera vencida, se estima que sus préstamos serán recuperados, en un 19,2 por ciento, con los flujos del deudor, un 3,2 por ciento no será recuperado y un 77,6 por ciento será recuperado a través de la liquidación de las garantías reales. En lo sustancial, ello corresponderá a la venta de las tierras y otros activos de estos agricultores. Esto significará transferencias de propiedad que involucran unos 10 millones de dólares en el caso de los deudores vencidos, El número de deudores que se encuentra en esta situación posiblemente alcance a 300 agricultores, si proyectamos los datos que recoge la comentada muestra.
El panorama de deudores muestra muy diferentes realidades al analizar los montos de deuda individual. Aproximadamente 700 deudores -esto es, el 20 por ciento del número de deudores- concentra el 78 por ciento de la cartera de préstamos. En el extremo opuesto, 2.800 deudores responden por sólo el 22 por ciento de la cartera. Los deudores de este segundo grupo poseen un endeudamiento individual promedio de sólo 2,3 millones de pesos en comparación con la deuda promedio de 33 millones de pesos del grupo de los grandes deudores. Las dificultades financieras de los pequeños agricultores se aprecian en toda su magnitud al observar el porcentaje de deudores con cartera vencida, según los tamaños de su deuda. En efecto, el estudio muestral indica que el 62 por ciento del número de deudores con cartera vencida agrícola en la Séptima Región corresponde a agricultores con deudas inferiores a 10 millones de pesos. Ampliando más este rango, se observa que el 80 por ciento de los deudores con cartera vencida no sobrepasan una deuda individual de 25 millones de pesos.
Hay que considerar que los deudores de más de 5 millones de pesos están en el 30 por ciento de mayores deudores, y los de más de 20 millones de pesos en el 10 por ciento de mayores deudores.
Según el tipo de cultivo, un 42 por ciento de la deuda agrícola de la Séptima Región se encuentra aplicada a cultivos anuales, y un 47 por ciento al financiamiento de plantaciones de árboles frutales. Debe tenerse en cuenta que la Séptima Región concentra el 17 por ciento de la superficie de frutales del país, concentrando el 46 por ciento de la superficie destinada a manzanas, especie de la cual Chile exportó 110 millones de dólares en 1989 (segunda especie de relevancia en el sector frutícola, después de la uva). En la Séptima Región se concentra el 41 por ciento de la superficie plantada con vides viníferas y el 6 por ciento de la superficie destinada a uva de mesa de exportación. Con relación a otros cultivos, en la Región se sitúa el 54 por ciento de la producción de maravilla y el 14 por ciento de la superficie plantada con trigo, aun cuando es sólo el 12 por ciento de la producción.
Conclusiones
El sector agrícola chileno posee un alto grado de endeudamiento. A la Séptima Región corresponde el 7 por ciento de la deuda agrícola, pero produce el 14 por ciento del PGB agrícola del país. Sin embargo debe llamarse la atención a su alto índice de cartera vencida, que alcanza al 13 por ciento, el segundo más alto de las Regiones. En número de deudores, la Séptima Región es la que compromete mayor número de agricultores, con la agravante de que la cartera vencida afecta principalmente a una mayor cantidad de pequeños deudores agrícolas. Desde el punto de vista del sistema financiero, se trata de créditos con garantías reales, pero, en este caso, dichas garantías comprometen fundamentalmente la tierra de los agricultores, lo que amerita la atención del Estado, especialmente considerando el alto número de pequeños deudores.
Propuesta para una solución al endeudamiento agrícola de la Séptima Región
La preocupación por la situación de la deuda agrícola se fundamenta en la alta prioridad que se le concede al desarrollo de la actividad agrícola en la Región y en el país. Esto, a su vez, es el correlato lógico de proponerse lograr la inserción plena del sector agrícola en los objetivos del desarrollo sustentable, lo que requiere, sin lugar a dudas, que los agricultores tengan condiciones de seguridad para enfrentar los desafíos del desarrollo. Por ello, es necesario profundizar en el tema.
Al respecto, el Gobierno ha postulado políticas para aliviar la deuda de los sectores campesinos. Para ello, sin hacer uso de recursos públicos adicionales, ha dispuesto, en el caso de INDAP, sanear la deuda de 23.500 beneficiarios, renegociando las deudas de capital a 10 años plazo y con tasas de interés preferencia les, a la vez que condonando los intereses acumulados que correspondían al 60 por ciento del total de la deuda. Por otra parte, con relación a los deudores con la ex CORA, el Ejecutivo está presentando un proyecto de ley que permitirá a 7 mil deudores morosos ver reducidas sus deudas en un 70 por ciento, e igualarse en condiciones a los 20 mil asignatarios que están al día en sus obligaciones. Asimismo, podrán acogerse al beneficio de la condonación de los intereses penales todos aquellos adquirentes de una parcela que se pongan al día dentro de una fecha que la propia ley determinará. Esto último puede beneficiar hasta un máximo de 9 mil deudores adicionales; vale decir, para los sectores campesinos, entre 30 y 40 mil agricultores endeudados. El Gobierno ha dispuesto las medidas que le son posibles adoptar y que constituyen un saneamiento de la situación financiera de estos productores. Estas decisiones se adoptan sin atentar contra la magnitud de eventuales ingresos públicos, sino más bien garantizando un nivel de recuperación en estratos de productores que hasta este momento estaban en condición incierta respecto de sus posibilidades de pago.
Por otra parte, está el endeudamiento privado con la banca privada. De este endeudamiento se entregaron antecedentes al inicio de esta exposición.
Al respecto, es de rigor señalar que se trata de negocios privados a los cuales el Estado sólo puede concurrir haciendo valer su condición de ente preocupado por la marcha general de la economía y del logro del bien común,
Pero es posible, dentro del propio Congreso Nacional, presentar propuestas orientadas a lograr la inembargabilidad de determinados activos de los agricultores, que hagan posible mantener su existencia como tales, aun cuando parte de sus garantías sean rematadas por los acreedores.
Es justificable que se avance en estas salvaguardias, toda vez que no se nota por parte de la banca privada una disposición a tratar con igual criterio a sus deudores.
La modalidad del caso a caso, que es consustancial a los negocios privados, muestra insuficiencias e injusticias cuando es aplicada a los deudores agrícolas. El negocio de los bancos es el dinero. Por tanto, su preocupación principal y, consiguientemente, su mayor flexibilidad se observa cuando renegocia con los grandes deudores. Con ellos es que arriesga mayores recursos y a ellos orienta el uso de sus provisiones cada vez que licua sus deudas.
Sin embargo, la agricultura es también una realidad social. Detrás de las deudas de menor monto hay miles de agricultores por cuya solución la banca no actúa en la misma medida, pues representan un riesgo menor a su negocio.
Estos agricultores no tienen certeza de su continuidad como productores y sienten la amenaza de ser rematados por su condición de deudores morosos que no son convocados a renegociar.
Ellos son la preocupación de los Parlamentarios de la Concertación y, en especial, la mía, como Senador de la Séptima Región del Maule , pues de su continuidad y éxito productivo depende en gran medida el desarrollo del sector agrícola.
Como lo he dicho reiteradamente, no se trata de acudir a recursos públicos para aliviar esta crisis de endeudamiento, puesto que se reforzaría la injusticia antes señalada, y no cabe duda de que el costo de oportunidad para cada recurso público que se disponga para inversión social es su utilización en los programas tendientes a disminuir la extendida pobreza que aún soporta gran parte de la población.
¿Cuáles son las propuestas concretas?
Primero. Creemos que hay que provocar una instancia a la que concurran las organizaciones agrícolas de mayor entidad y los empresarios financieros, para acordar allí -de consuno- las medidas concretas tendientes a solucionar la situación descrita. Este encuentro debe ser convocado por el Gobierno y sus personeros deben realizar un activo papel de conciliación tendiente a lograr un acuerdo general. Mientras dure el período de negociaciones -que no debería prolongarse más allá de 30 días- deberían suspenderse los remates judiciales derivados de deudas agrícolas.
Segundo. En el encuentro al que nos referimos debería acordarse la intervención, respecto de cada deudor analizado, de un órgano independiente y técnico, elegido de un rol especial que, con autoridad decisoria, determinara sucesivamente el monto exacto de la acreencia, de acuerdo con los documentos suscritos en cada caso, la viabilidad del deudor en función de su patrimonio y la rentabilidad probable de sus cultivos, y el porcentaje del crédito efectivamente aplicado a finalidades silvoagropecuarias.
Tercero. Respecto de los deudores viables -y sólo por el monto efectivamente aplicado a la actividad-, sugiero los siguientes parámetros de renegociación:
a) Ampliación de los plazos en función del comportamiento agrícola esperado;
b) Término del anatocismo, de manera de mantener en dos cuentas separadas los intereses que se van devengando y el capital fructuario;
c) Convenir que todos los abonos que se vayan realizando primeramente deben imputarse a la cuenta "capital" y sólo extinguida ésta se apliquen a extinguir los "intereses", y
d) Las cauciones subsistirían en la forma primitivamente pactada.
Termino, señor Presidente , formulando un llamado a los agricultores a que mantengan su actividad productiva, a pesar de las dificultades financieras que enfrentan. Chile necesita alimentos y divisas y la agricultura los proporciona.
Al mismo tiempo, solicito a la banca privada que otorgue a los pequeños y medianos deudores las condiciones que ha renegociado con los grandes deudores en sus procesos de licuación de deudas.
Nos interesa que haya condiciones para producir y reglas del juego claras y estables que permitan a los distintos agentes participar activamente en el desarrollo nacional.
Ruego al señor Presidente que se sirva disponer el envío de un oficio al señor Ministro de Agricultura , transcribiéndole copia íntegra de mi intervención.
Agradezco profundamente al señor Presidente y a mis Honorables colegas que me hayan dado la oportunidad de realizar esta intervención en esta tarde.
El señor VALDÉS ( Presidente ).-
Se enviará el oficio solicitado, en nombre de Su Señoría.
El señor JARPA.-
Señor Presidente , solicito que se haga también en nombre del Comité Renovación Nacional.
El señor VALDÉS ( Presidente ).-
Así se hará, señor Senador.
El señor PAPI.-
Señor Presidente , solicito que se incluya también minombre en el oficio por suscribir íntegramente los planteamientos del Honorable señor Pacheco y por representar también a una parte de esa Séptima Región, donde están las provincias de Linares y Cauquenes. Esta última debe ser, lejos, una de las provincias más deprimidas del país, de modo tal que este problema del endeudamiento agrícola se ve incrementado por la recesión económica que afecta a esas provincias en particular.
Gracias, señor Presidente.
El señor VALDÉS ( Presidente ).-
Se incluirá también el nombre de Su Señoría.
Tiene la palabra el Honorable señor Díaz.
El señor DÍAZ.-
Señor Presidente , una situación absolutamente igual existe en la Sexta Región, que, en el rubro de la fruticultura, es la primera zona del país. Más del 50 por ciento de la producción hortifrutícola de Chile proviene de la Sexta Región, la cual tiene un endeudamiento similar al de la Séptima Región y a la cual se acaba de referir en su exposición el Honorable señor Pacheco.
Por lo tanto, en nombre de mi Comité y de los Senadores democratacristianos que representamos zonas agrícolas, adherimos a las peticiones formuladas por el señor Senador.
El señor VALDÉS ( Presidente ).-
Se tomará nota de su petición, señor Senador.
Tiene la palabra el Honorable señor Siebert.
El señor SIEBERT.-
Quiero adherir también a las palabras del Honorable señor Pacheco y, además, incluir en esa presentación la situación que viven los agricultores de la Décima Región. Por lo demás, el mismo señor Senador la hizo presente. Coincido con sus palabras y, en nombre de los Senadores independientes, suscribimos su petición.
El señor VALDÉS ( Presidente ).-
Entiendo que Su Señoría se refiere tanto a la parte norte como a la del sur de la Décima Región, entera.
El señor SIEBERT.-
¡Exactamente, señor Presidente . Usted me ha interpretado!
La señora SOTO.-
Solicito incluir también a los Senadores de la Quinta Región.
El señor VALDÉS ( Presidente ).-
Así se hará, señora Senadora.
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